El
siguiente texto de Guillermo Piro
fue publicado, con el sentido de la oportunidad que caracteriza a su autor, en
su columna dominical del diario Perfil,
el 7 de septiembre pasado. Habrá quien se sienta ofendido, pero los argumentos
aquí presentados son irrefutables y también se refieren a uno de los posibles
usos de la traducción.
Cortázar y Michaux
Siempre
me llamó la atención el plagio flagrante que Cortázar hizo del escritor belga
Henri Michaux. Naturalmente no hablo del plagio descarado de un Bryce Echenique
o de un Jorge Bucay, porque los escritores de verdad plagian de otro modo.
Algunos hablarán de influencia y de homenaje, pero hablar de plagio es menos
hipócrita, sobre todo hablando de Cortázar, el escritor menos hipócrita que
conozco –estaba por decir el único que no lo es.
Las
semejanzas existentes entre Historias de
cronopios y de famas y “Retrato de los meidosems” son, de hecho,
abrumadoras –y hasta un poco vergonzantes. Y lo mismo ocurre con Un tal Lucas y Un tal Pluma (Un certain
Plume) cuyos parecidos se extienden hasta en el título de los diferentes
relatos. Le comentaba esto hace unos días a Carles Alvarez Garriga, un filólogo
español que junto con Aurora Bernárdez se está ocupando desde hace años de la
edición de los papeles inéditos del escritor argentino. Yo pensaba que estaba
metiendo el dedo en la llaga, pero para mi sorpresa Carles me habló de un
pasaje de los Diarios de Alejandra
Pizarnik donde la poeta tilda a Cortázar de “gran plagiador” (como Eliot) y de
“gran calculador”, y parece extender el plagio a Michaux y el cálculo a un
libro donde yo ese plagio y ese cálculo no llegué a verlos, La vuelta al día en ochenta mundos (creo
que por “cálculo” Pizarnik entiende la rara habilidad de Cortázar por apelar a
la copia de obras que aún no habían sido traducidas al español; de hecho, Un tal Pluma sigue sin haber sido
traducido). Historias de cronopios y de
famas es de 1962, y La vida en los
pliegues, libro de Michaux que incluye el “Retrato de los meidosems”, fue
traducido espléndidamente por Víctor Golstein y publicado por Ediciones
Librerías Fausto en 1976. Un tal Lucas,
en cambio, es de 1979, y los incautos no tienen razones para no creer que
asignarle una serie de aventuras alocadas y surrealistas a un personaje es una
buena idea para construir un libro.
Rebuscando
un poco más en la web encontré que los escritores Joaquín Pérez Tejada, Manuel
Durán, Oscar González Hernández (académico de la Universidad de
Medellín), Jerzy Kühn y Guillermo Mayr también notaron antes que yo esa
poderosa influencia, aunque Durán, mucho más benévolo, equilibra las semejanzas
entre Cortázar y Michaux con las diferencias (y tiene razón).
Encontré
también que Cortázar, en una entrevista concedida a Sara Castro-Klaren, en
1980, dice de Un tal Pluma que esos
“pequeños cuentecitos tienen que haber ejercido una influencia en mis cronopios
que iban a nacer muchos años después. Son esas cosas de las que uno se da
cuenta más tarde; no sé si algún crítico lo ha visto, pero yo creo que, sin
esos textos de Michaux, a mí tal vez no se me hubiera ocurrido escribir a los
cronopios”.
Sí,
Julio, lo vimos.
Jean Giraudoux dijo que el origen de todas las literaturas era el plagio, excepto de la primera, cuyo origen es desconocido.
ResponderEliminarEn la historia de la literatura hay ejemplo tras ejemplo de uso y reuso de temas, textos y motivos de un autor por otro. En la antigüedad Homero fue una fuente inacabable de historias que se apropiaban dramaturgos y poetas con liberal entusiasmo. Luego, los cristianos primitivos se apropiaron de dioses e himnos paganos sin recato alguno.
Y sucede en cosas menores. Simón el Bobito, personaje de las fábulas infantiles del poeta colombiano Rafael Pombo, tiene un pariente cercano en Puerto Rico conocido por el nombre de Juan Bobo.
Es el mundo contemporáneo, con su obsesión por la novedad, la originalidad, las marcas registradas y los derechos de autor, el que ha desatado la pasión enfermiza de buscar plagio en todas partes. En el pasado lo que importaba era el ingenio y habilidad para utilizar el material ajeno en algo propio.