Se sabe que, con alguna frecuencia, los genios de la Real Academia española (RAE) deciden cambios, ya sea para justificar que trabajan, o para ganarse el favor del público mediante alguna maniobra demagógica.
Se sabe también que la mayoría de las academias hispanoamericanas, que conforme la ASALE (Asociación de Academias de la Lengua Española), suelen no contradecir a sus pares ibéricos porque, entre otras cosas, reciben distintas "ayudas" (fondos) para cumplir las urgentes tareas que los gobiernos de la región no consideran importantes.
Un caso interesante es el de las "tildes diacríticas".
Según la propia definición de la RAE, "se llama tilde diacrítica al acento gráfico que permite distinguir palabras de idéntica forma, pero que pertenecen a categorías gramaticales diferentes". No es descabellado entonces pensar que los pronombres demostrativos son distintos cuando cumplen funciones sustantivas o adjetivas.
Sin embargo, la RAE decidió que "este", "ese" y "aquel" no deben diferenciarse mediante la tilde diacrítica. Así, la eliminación de esta marca, considerara redundante por la RAE, es frecuente fuente de confusiones tal como lo manifiestan... algunos de los integrantes de la RAE.
Otro tanto ocurre con la tilde diacrítica que diferencia "sólo" en función adverbial y "solo" en función adjetiva. Al eliminárselo, las confusiones pueden ser todavía mayores.
Ahora bien, la RAE no considera un error que las tildes diacríticas sigan utilizándose e, imposibilitada de ejercer un control total, se justifica diciendo que se trata apenas de una sugerencia.
En España, la mayoría de los diarios y las editoriales adoptaron de inmediato la normativa (que no es tal) y es dable suponer que tanto los diarios, asesorados por la FUNDEU (Fundación del Español Urgente, una verruga que le salió a la RAE, la agencia española EFE y Telefónica de España), como las filiales latinoamericanas de los dos grandes grupos españoles (Penguin Random House y Planeta), que tienen más del 60% del mercado de la lengua, hayan obligado a sus editores a seguir esas ¿reglas?
Pero lo que no se entiende y demuestra una total falta de independencia y criterio por parte de las editoriales que se dicen "independientes" es haber acatado sin chistar esos consejos, como si se tratara de una orden.
Tal vez sería hora de que los independientes se dejaran de cacarear su supuesta independencia y admitieran que son unos colonizados, incapaces de criterio propio por más ferias y simposios que organicen.
Jorge Fondebrider
excelente reflexión. la RAE decide sugerir que es carnaval y todos apretamos el pomo sin chistar. cómo es posible que no hayamos opuesto algo más que un gruñido de fastidio a semejante desatino? volvamos ya mismo a usar las tildes diacríticas antes de que su recuerdo se pierda en el ayer y acabe siendo, con suerte, letra de tango. me parece muy acertado señalar que la independencia se ve en la práctica política cotidiana y no en la ideología de ocasión. hagamos campaña activa contra la insensatez de la academia y la obsecuencia agresiva de la fundeu, su policía política (yo no la llamaría verruga, jorge, sino cachiporra o camión hidrante, y creo que, como todo cuerpo represivo, a menudo es la culpable de que las "sugerencias" y "consejos" se conviertan en "normas" y "reglas" de obligado cumplimiento.
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