Una respuesta sobre traducción
–¿En qué medida su actividad como traductor le ha proporcionado herramientas para su propia ficción?
–La traducción proporciona humildad, como decía mi maestro Tomás Segovia. Y la humildad, sobre todo la humildad de escucha, es una excelente herramienta para escribir, pues al fin y al cabo uno escribe escarbando, no construyendo, es decir, se escribe como si el cuento o el poema ya estuvieran ahí, completos y enterrados, y sólo hay que sacarlos a luz. La escritura es una persecución, un ir en pos de algo que el escritor siente como algo preexistente. La invención no existe; existe el descubrimiento o, mejor dicho, el develamiento, y la traducción es el arte de develar, de levantar el velo, de ir trayendo a la luz lo que permanece oculto. Cuando escribimos, estamos traduciendo, abriendo un surco para acomodar palabras que no nos pertenecen
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