El siguiente
obituario de la poeta y traductora Sarah
Maguire (1957-2017) fue publicado en el diario inglés The Guardian, con firma de Kate
Clanchy, el pasado 14 de noviembre. Aquí se ofrece en traducción de la
poeta y traductora Silvia Camerotto.
Sarah Maguire, Poeta y traductora.
Sarah Maguire, que
murió a los 60 años de cáncer de mama, fue durante veinticinco años una figura capital
como poeta y traductora en la poesía británica. Sus tres series de poesía, Spilt Milk (1991), The Invisible Mender (1997) y The
Pomegranates of Kandahar (2007), fundaron un nuevo campo poético referido a
la preocupación por la naturaleza, el crecimiento y el cuerpo. En 2004, Sarah creó
el Poetry Translation Centre (PTC) de la Universidad de Londres, cuyo objetivo
es presentar a los principales poetas del mundo ante un nuevo público.
El PTC surgió
de los talleres que inauguró durante una residencia en el Royal Literary Fund
en Soas, entre 2001 y 2003. El centro difundió la práctica de Sarah de unir a
un poeta y un lingüista y lograr así un poema en un inglés satisfactorio; el
PTC ha traducido poetas de Corea del Sur hasta Somalía, con la participación de
cientos de escritores. Como resultado, el PTC es una organización próspera e
independiente, legado conforme a esta mujer vital, capaz y destacada.
Sarah, de madre
irlandesa, nació y se crió en el oeste Londres, y fue adoptada por Edith y
Eugene Maguire, ambos maestros de escuela, de un orfanato porque, según la
leyenda familiar, ella era la bebé que sonrió al que iba a ser su padre. Brillante,
sensible y rebelde, siendo becaria, abandonó Notting Hill y la escuela
secundaria de Ealing para convertirse en la primera mujer jardinera de la
municipalidad de ese distrito londinense, abriéndose camino por medio de una
formación exigente que incluía largas listas de nomenclatura latina, así como también
muchas horas dedicadas a rastrillar las hojas en el frío.
Sarah conservó
el interés por la jardinería a lo largo de toda su vida, editando con
posterioridad una antología, Flora
Poetica (2003), de poemas hortícolas, pero a fines de la década de 1970 sus
otros intereses –política radical, feminismo, salud mental y poesía–, la
llevaron a involucrarse con Release, la agencia que asesora y representa a
quienes son acusados por posesión de drogas. Allí Sarah se convirtió en trabajadora
de la salud mental y conoció a espíritus afines como el del poeta Ian Duhig.
Este trabajo a
su vez la llevó a obtener un título en Inglés en la Universidad de East Anglia,
donde se graduó con honores e hizo muchos amigos. Comenzó un doctorado en
Cambridge sobre la construcción de la feminidad en la novela del siglo XVIII,
pero decidió centrarse en su floreciente carrera poética. A lo largo de la
década de 1990, la lucidez de Sarah y sus opiniones tenaces y enérgicas la convirtieron
en presencia vivaz en fiestas y en una crítica habitual y popular en el
programa Kaleidoscope de la BBC Radio 4.
En 1996, ella
fue la primera escritora enviada a Palestina por el British Council. Sarah vio la
poesía del Medio Oriente y conoció poetas, en el centro de la vida política y
cultural, y regresó con el compromiso de llevar al Reino Unido de dar a conocer
todo eso. Comenzó a traducir poesía árabe contemporánea, trabajando con los
poetas de ese origen y con la traducción literal, para crear un poema que, como
ella dijo simplemente, "funcionara": un poema que conservara su
significado original, pero que ganara un carácter auténtico en inglés. Sean
cual fueren sus pruebas –Sarah que estaba obsesionada con la depresión–, nunca
dudó de que el significado de la vida consistiera en ayudar a otras personas.
Durante los siguientes veinte años, gran parte de esta ayuda fue dirigida a su
proyecto de traducción.
En una
conferencia en el festival de poesía Stanza, en 2008, Sarah describió la
traducción como “lo opuesto a la guerra”, desarrollando por naturaleza propia las
habilidades para negociar. Para ella también fue un proceso de adopción: posibilitando
las relaciones entre lingüistas y poetas, y trasladando tanto poetas
extranjeros como poemas a su familia creativa. Sarah tradujo e hizo versiones
del poeta palestino Mahmoud Darwish, del poeta sudanés Al-Saddiq Al-Raddi y del
poeta afgano Naderi Partaw, entre otros, y su propia obra fue traducida al
árabe y al malayo. De las muchas relaciones que Sarah forjó con los poetas a
través de la traducción, la más cercana fue con el poeta afgano, ingeniero y
ministro de gobierno, Yama Yari, a quien conoció en 2003 y con quien tradujo
una novela afgana, así como una cantidad de poesía.
Montar el PTC requirió
de tenacidad, visión y de una gran generosidad de tiempo.
Sarah demostró ser igualmente generosa, ya que hizo frente con su franqueza
característica a su enfermedad final, para dejarse ir. Nunca fue fácil, pero
siempre fue sincera, ingeniosa, amable y profundamente comprometida con los
demás. Sarah es llorada por muchos amigos y poetas de todo el mundo cuyas voces
fueron escuchadas gracias a su ayuda.
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