La reciente
ola de frío europea se atribuye a un fenómeno climático originado en Siberia.
No obstante, en el Club de Traductores
Literarios de Buenos Aires sabemos que la información es falsa. El origen
de todo es un huracán cubano, que para más precisiones, vive en Viena. Se llama
José Aníbal Campos y es traductor
del alemán (y de los muy muy buenos). Gracias a él, que nos escribe con la
pasión que lo caracteriza, nos enteramos de la existencia de muchos autores del
universo de la lengua alemana que merecen ser leídos. Hans Fallada es uno de ellos.
Buena noticia para colegas y editoriales latinoamericanas
Desde el 1 de
enero de 2018 la obra del importante escritor alemán Hans Fallada (foto; 1893-1947)
ha pasado a dominio público en su país de origen. Fallada, que fue un autor de
gran renombre en su época (entre las décadas de 1920 y 1930 del pasado siglo),
con obras que se convirtieron en su momento en auténticos éxitos de venta,
siendo, algunas de ellas, llevadas al cine (incluso varias veces), ha estado
experimentando un revival en el mundo en los últimos diez
años.
Su vasta
obra, en España, ha venido siendo publicada parcialmente, sobre todo, por
Maeva, pero son innumerables las obras de Fallada que aún no se conocen en
nuestra lengua. La editorial Aufbau, por ejemplo, que es la que lleva desde
hace años al autor, acaba de publicar unos magníficos diarios escritos en la
prisión en 1944, donde Fallada, que nunca se marchó de Alemania durante el
nazismo, hace un ajuste de cuentas con el sistema de terror nacionalsocialista.
(Valga decir que, en este último caso, sí que es preciso consultar con Aufbau
el pago de los derechos a las compiladoras de estos diarios, que han hecho una
labor magnífica de transcripción e investigación, con un muy revelador aparato
crítico).
Téngase en
cuenta, sin embargo, que de casi medio centenar de novelas escritas a lo largo
de su vida, de Fallada, en nuestro idioma, se conocen apenas unas diez.
Aunque en
España una (a mi juicio onerosa) ley establece 80 años para que pasen a dominio
público los derechos tras la muerte de los autores (aun cuando sus obras lo
estén en sus respectivos países de origen), ésta (conocida en mundillo
editorial como "Ley Balcells"), por mucho que algunas editoriales
sigan poniendo en el machón de créditos: "Derechos para todos los países
de lengua española", no tendría aplicación en un país como la Argentina.
Creo que es
una buena oportunidad de dar alguna aplicación práctica, aunque sea poquito a
poquito, a la anhelada socavación del bloqueo que establece el poderío
editorial español. En situaciones similares a la de Fallada hay decenas de
autores de habla alemana que apenas nadie conoce. Porque, puedo asegurarlo, hay
vida literaria después de Kafka, que hasta donde más o menos ha llegado el
conocimiento peninsular sobre la modernidad literaria en lengua alemana. ¡Salud
y República!
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