El texto del escritor y dibujante Joann Sfar dice:
"No alcanzo a creer esta información. Se les reprocha haber dejado abierta la FNAC y haber cerrado las librerías. Su respuesta consiste en cerrar el sector libros de los supermercados. Los supermercados permanecen abiertos salvo el sector libros. El libro se convierte en un producto cuya venta está prohibida. La política de ustedes, sin juegos de palabras, es ilegible. ¡ABRAN LAS LIBRERÍAS!"
No es un chiste. Entre los muchos problemas que la actual pandemia de Covid 19 ha suscitado en el mundo entero, uno del que se ha hablado mucho es el planteado en la industria editorial de casi todo el planeta, con distintos resultados, según de qué país se trate. Francia, que cuenta con el Centre National du Livre, una poderosa institución, con un presupuesto anual de varios cientos de millones de euros, dedicada a velar por los escritores, traductores, ilustradores, editoriales, librerías y bibliotecas, entre muchas otras cosas, invirtió millones para tratar de paliar la crisis. Así, luego de la primera ola de la pandemia, con la reapertura de las librerías, las ventas se multiplicaron y, según el testimonio de los propios libreros, se logró prácticamente alcanzar cifras similares a las que se llega para Navidad, acaso uno de los mejores momentos para la cadena del libro.
Sin embargo, con la segunda ola de la pandemia y el vertiginoso reconfinamiento, las librerías volvieron a cerrar. En su desconcierto, las autoridades francesas, tomaron medidas que atentan contra los principios mismos de todo lo que predican y las primeras bajas fueron las librerías independientes. Las llamadas “grandes superficies” (supermercados), así como las cadenas (fundamentalmente la FNAC, presente en toda Francia y en muchos otros países) pudieron así, durante un lapso, continuar vendiendo libros hasta que alguien se dio cuenta de la deslealtad que ello significaba para los pequeños libreros. Actualmente, la FNAC sigue vendiendo electrodomésticos, computadoras, cámaras fotográficas y telefonía, pero suprimió los rubros dedicados a cultura (libros, historietas, discos y DVD). Amazon, que es la peor de las competencias, se frota las manos. De eso trata el presente artículo publicado por el Huffington Post, el pasado 30 de octubre.
Cerrar la sección de libros de Fnac en lugar de abrir librerías: los escritores están indignados
LIBRERÍAS - FNAC-Darty, "ante la observación de la imposibilidad de abrir a todos los actores en la venta de libros" como parte del cierre de tiendas "no imprescindibles", anunció este viernes 30 de octubre que iba a cerrar "todos los departamentos de cultura" de las tiendas FNAC durante los próximos 15 días.
Este cierre, que entrará en vigor a partir de mañana (sábado) por la mañana ”, se decidió“ en aras de la responsabilidad”, en palabras de su director general Enrique Martínez, mientras que las librerías independientes se ven obligadas a permanecer cerradas.
De hecho, estas tiendas no están en la lista de los llamados negocios “esenciales” autorizados por el gobierno para permanecer abiertos durante el confinamiento. Sin embargo, pueden realizar entregas u ofrecer recoger pedidos en la puerta de la tienda (hacer clic y recoger).
En las redes sociales, algunos escritores y actores del mundo del libro encontraron la decisión de Fnac-Darty completamente absurda, como podemos leer en diversos tweets.
Joann Sfar lo ve como un “campeonato del mundo de la pelotudez”, mientras que [el historiador especializado en historia cultural y política de Francia] Christian Delporte se pregunta si el siguiente paso será cerrar “las estanterías de las librerías de los supermercados” o “las estanterías de libros de los kioscos de diarios”.
Para cambiar el estatus de las librerías independientes durante este reconfinamiento, los actores del mundo literario se están movilizando, comenzando por François Busnel, el periodista y presentador del programa France 5 “La grande librairie”. Este viernes se convirtió en la voz del mundo cultural al lanzar una petición online para exigir la reapertura de librerías.
“Hay millones de personas en este país que quieren leer, que necesitan leer, y lo vimos justo después del primer encierro. Cerrar las librerías es condenar a todo un sector de la economía cultural, sin duda a flaquear, para que algunos desaparezcan”, dijo François Busnel a France Info.
Su petición, puesta en línea por la tarde en el sitio change.org por el Syndicat de la librairie Française y dirigida al presidente Macron, cuenta entre sus primeros firmantes a grandes escritores, artistas y figuras de la cultura como Joann. Sfar, Erik Orsenna, Delphine de Vigan, Renaud Capuçon, Philippe Delerm, el ex ministro y editor Françoise Nyssen y muchos libreros y editores.
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