Las “ferias del libro” son eventos comerciales que tienen por objeto la venta de libros, con el consiguiente beneficio para editoriales y, eventualmente, libreros. Los escritores, en ellas, sirven como acicate para que esos encuentros puedan promocionarse como “culturales”. A los escritores les sirven para promocionar un libro, para establecer contactos con otros escritores (y, por supuesto, con el público) o, simplemente, para hacer turismo.
Cuando las ferias tienen como estrella a un país invitado, éste tiene que desembolsar grandes sumas, a las que deben añadirse muchos otros gastos (pasajes, estadías, honorarios, etc.), razón por la cual la elección de quienes viajan siempre resulta compleja y polémica.
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la segunda en importancia en el mundo entero después de la de Frankfurt, ya ha conocido escándalos vinculados a la elección de las delegaciones (Chile, Argentina, Gran Bretaña, etc.). Ahora, se suma Perú. Es lo que se desprende del artículo de Jacqueline Fowks, reproducido por el diario La Nación, de Buenos Aires, el pasado 24 de septiembre. En su bajada se lee: “Después de Colombia, ahora Perú modifica la lista de escritores de una delegación oficial Nueve autores peruanos renuncian a ir a la Feria del Libro de Guadalajara por los cambios en la lista de invitados del gobierno de Castillo; la nueva nómina incorpora a más escritores de regiones pero descarta a narradoras feministas”.
Después de Colombia, ahora Perú modifica la lista de escritores de una delegación oficial
A dos meses de que abra sus puertas la FIL Guadalajara, la polémica ha agrietado la delegación oficial de Perú, el país invitado de honor en esta edición. Nueve autores, hasta la noche de este jueves, han anunciado que no acudirán a la feria más importante de América Latina por los cambios que el Gobierno de Pedro Castillo ha hecho sobre la lista de intelectuales elegidos para representar a Perú en México. Los 60 nombres del país invitado de honor a la FIL habían sido hecho públicos antes del cambio de Ejecutivo, el 27 de julio, por el ministro de cultura saliente, Alejandro Neyra, y la directora de la FIL, Marisol Schulz. La nueva lista, difundida este miércoles, ha causado malestar entre los escritores que fueron desconvocados y entre los incluidos.
Las escritoras de mayor perfil excluidas de la delegación peruana son las narradoras Katya Adaui, Karina Pacheco y Gabriela Wiener, reconocidas por su obra y por sus posiciones feministas. Las tres han publicado libros este año. También quedó fuera de la invitación la historiadora Carmen McEvoy. El Ministerio de Cultura anunció en un comunicado que ampliaba el número de integrantes de la delegación para el principal evento editorial latinoamericano, “con la finalidad de contar con una mayor diversidad de autores de las regiones”.
El Gobierno de Pedro Castillo llegó al poder sin el voto capitalino y con la preferencia mayoritaria de los ciudadanos de regiones y de pueblos originarios. Por ello, en su primera entrevista a un diario a fines de agosto, el ministro de Cultura, Ciro Gálvez —un abogado quechua-hablante— ya advirtió de que revisaría la lista de la delegación oficial a la FIL para incluir a intelectuales de algunas de las “55 culturas diferentes” que existen en Perú.
En la anterior lista, un tercio de los incluidos representaba a las regiones fuera de Lima. En la nueva lista, de 69 personas, 33 nacieron fuera de la capital. En la delegación anunciada en julio casi había paridad de género: 33 hombres y 30 mujeres; mientras en la nueva hay tres mujeres más, pero después de sacar a cuatro mujeres y a tres hombres: los narradores Renato Cisneros, Cronwell Jara y Jorge Eslava.
El Ministerio de Cultura mencionó el miércoles como otro de los criterios de exclusión “la participación de algunos escritores en ferias del libro internacionales en años recientes”. Preguntada por este diario, la entidad informó que desestimó la participación de autores que conformaron en 2018 la delegación oficial peruana en la Feria del Libro de Santiago (Filsa).
Sin embargo, Adaui sospecha que a Wiener, Pacheco y a ella las han excluido por ser “escritoras incómodas por su feminismo”. “Gabriela, Karina y yo estamos políticamente comprometidas con un proyecto de país que incluya y celebre también las diversidades en la escritura. A varones no se los reemplaza; a las mujeres sí, con otras. En el rubro llamado ‘escritura’ de la lista, de 45 invitados, solo 18 son mujeres”, anota la autora del libro de cuentos Geografía de la oscuridad, publicado por Páginas de Espuma.
Adaui recuerda que en su discurso de esta semana en Naciones Unidas, el presidente Pedro Castillo dijo que las mujeres importan. Pero “¿cómo estamos pensando la literatura peruana de cara al Bicentenario -motivo por el cual Perú es invitado de honor- si se parte de la premisa de una inclusión que excluye?”, cuestionó.
“Hasta cierto punto, al excluirnos, hay un intento de censura o pretensión de invisibilizar nuestros trabajos, como autoras mujeres”, coincidió Pacheco, quien acaba de publicar su nueva novela El año del viento y es la narradora más importante de Cusco.
La escritora y también directora del sello editorial Ceques, Pacheco, explicó que la decisión del Gobierno de modificar la delegación oficial refleja un desconocimiento básico del funcionamiento de una feria internacional del libro, pues “perjudican a los organizadores internos y externos, ya que muchos estábamos programados no solo para actividades en la sede principal, sino en colegios o universidades. Además, desorganizan las mesas planificadas temáticamente”.
Consultado el ministerio de Cultura sobre el impasse que está causando a la FIL, respondió que está “ajustando la programación de actividades a fin de incorporar a los nuevos integrantes de la delegación. La Universidad de Guadalajara ya está al tanto de la modificación”.
“Lo que necesitamos es una política cultural y editorial de largo aliento y descentralizada, para que cuando tengamos que hacer una lista de escritores representativos de todo el país, no estemos improvisando y se tengan diferentes posibilidades. La política cultural y educativa no se improvisa, y se requiere apoyo a las editoriales”, planteó Grecia Cáceres, escritora peruana residente en París que ha participado en delegaciones oficiales en ferias anteriores.
Rechazo y renuncia
Pasado el mediodía de ayer, nueve autores ya habían declinado participar. El primero fue el narrador Juan Carlos Cortázar. “Más allá de los detalles, queda cada vez más clara la forma torpe y simplona como la actual gestión ministerial piensa orientar las políticas culturales. Si así, de manera tan poco transparente y sin criterios sobre la mesa, excluyen a personas tan relevantes del quehacer literario nacional, tiemblo al pensar cómo se manejarán cosas más complejas. No me siento cómodo en una delegación así. No me siento cómodo, además, con el maltrato a escritoras y escritores que leo. Que alguien más ocupe el espacio”, dijo en Facebook el autor de la novela Como si nos tuvieran miedo.
La poeta y editora Victoria Guerrero, Premio Nacional de Literatura 2020, destacó lo confuso de los criterios de exclusión y la falta de seriedad con quienes ya habían sido presentados públicamente como invitados oficiales hace dos meses. “Si una revisa la lista, el criterio de que ya fueron a ferias internacionales no se cumple”, precisó la autora a este diario, quien no fue desconvocada pero ha renunciado a participar en la FIL.
Adicionalmente, han renunciado a la delegación oficial la autora de literatura infantil Micaela Chirif, los narradores Gustavo Rodríguez, Alonso Cueto y Rafael Dummet, y la dramaturga Mariana de Althaus. La periodista Nelly Luna renunció a la delegación oficial en agosto, luego de que el ministro Gálvez informara que revisaría la lista para evitar que solo hubiera representantes “de la aristocracia” y los sectores socioeconómicos A y B. A última hora del jueves renunciaron la autora de no ficción Teresina Muñoz-Nájar y el periodista Joseph Zárate.
La gestión de Gálvez en el sector Cultura ha recibido otras críticas porque aún no ha nombrado los reemplazos del viceministro de Interculturalidad, del director de la Biblioteca Nacional y del presidente de los medios de comunicación estatales.
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