jueves, 4 de diciembre de 2014

¡Shakespeare, huevón!

El 24 de septiembre pasado, Karina Mondaca Cea publicó el siguiente artículo en el sitio de Fundación Teatroamil, de Chile. Aquí se lee sobre tres piezas de Shakespeare, oportunamente traducidas y chilenizadas por tres renombrados poetas trasandinos.

Shakespeare bajo las miradas de 

Neruda, Parra y Zurita


La obra del dramaturgo inglés ha recorrido el mundo y también aterrizó en Chile. Pablo Neruda, Nicanor Parra y Raúl Zurita fueron algunos de los destacados escritores y poetas nacionales que se atrevieron a tomar su trabajo y crearon sus propias versiones de grandes clásicos de la literatura.

Dramaturgo, poeta de todos los tiempos, testigo observador de su época. Cuando se habla de Sir William Shakespeare muchos son los adjetivos que acompañan su nombre y con justa razón: el autor se transformó en uno de los principales exponentes de la literatura mundial y de las artes escénicas.

Por eso, no fue extraño que creadores nacionales se interesaran en su obra y en la forma en la que el autor inglés describió al ser humano. Para Pedro Labra, crítico teatral de diario El Mercurio, Shakespeare fue “un genio que no solamente a través del teatro pudo retratar la imagen del hombre y la historia de su pasado. Él inventó lo que es ser humano hoy”. Y agrega categórico: “Antes de que él escribiera, no había un registro de cómo cumplimos objetivos y metas en la vida, cómo luchamos por conseguir algo, cómo sufrimos al perder algo o cómo buscamos ciertos ideales. Nadie lo había consignado, y él lo registró, lo dramatizó, lo hizo en carne en viva”.

Neruda y los jóvenes enamorados
Uno de los trabajos más importantes relacionados al legado del autor inglés, fue la traducción que el Premio Nobel de Literatura Pablo Neruda realizó para Romeo y Julieta, luego que Eugenio Guzmán, director del Instituto del Teatro de la Universidad de Chile, se lo solicitara en 1964. “Casi nadie creyó en la posibilidad de que Neruda, tan interesado en su propia creación, quisiera distraer su tiempo en realizarla. Pero ante el asombro de muchos, el poeta, sin vacilar un momento, aceptó”, confesó Guzmán al diario El Mercurio el día del estreno. “Dos cosas diversas me conmovieron en nuestro primer encuentro de trabajo: la devoción sin reservas que manifestara Neruda por la obra de Shakespeare y su respeto por las labores específicas del hombre de teatro profesional”, agregó.

Pero para Neruda fue mucho más. Así lo expresó en su libro Para nacer he nacido (1978). “Traduciendo con placer y con honradez la tragedia de los amantes desdichados me encontré con un nuevo hallazgo. Comprendí que detrás de la trama del amor infinito y de la muerte sobrecogedora, había otro drama, había otro asunto, otro tema principal. Romeo y Julieta es un gran alegato por la paz entre los hombres. Es la condenación del odio inútil, es la denuncia de la bárbara guerra y la elevación solemne de la paz”.

Así fue como a finales de ese mismo año, el texto publicado por la editorial Losada fue trasladado a las tablas del Teatro Antonio Varas, con Diana Sanz y Marcelo Romo interpretando a los jóvenes enamorados. “Neruda hizo una versión libre y maravillosa, y tradujo la obra en verso endecasílabo (once sílabas). Todas las versiones que habían hasta el momento estaban en prosa, pero él la hizo en verso”, recuerda la actriz que por aquel entonces recién había egresado de la escuela de teatro. “Fue un hermoso trabajo, muy fiel a Shakespeare, de una inspiración maravillosa. Era muy fácil de seguir, el oír la armonía, la musicalidad de la obra”.

Romeo y Julieta de Shakespeare-Neruda estuvo en cartelera por cerca de seis meses, recibiendo positivas críticas de la época, como la escrita por el diario Las Últimas Noticias, que se refirió al montaje como “el superior homenaje del Teatro de Chile a la conmemoración de 400 años del nacimiento de Shakespeare. Merece ser vista y aplaudida”.

Nicanor Parra chileniza El Rey Lear
“Para traducir a Shakespeare y comer pescado cuidado:poco se gana con saber inglés”.

Esa fue la advertencia que el (anti)poeta Nicanor Parra hizo en 1991, cuando, a pedido de Raúl Osorio, entonces profesor de la Escuela de Teatro de la Pontificia Universidad Católica de Chile; realizó su propia versión de la obra de El rey Lear, el cual tituló Lear Rey & Mendigo.

“Yo no me imagino a mí mismo ahora sin El rey Lear. Ésta es la última oportunidad de subirme al último carro del tren. La sensación que tengo es que yo nací para traducir El rey Lear”, le confesó el mismo Parra a María de la Luz Hurtado, Jefa del Programa de Investigación y Archivo de la Escena Teatral de la Universidad Católica, quien en 1992 lo entrevistó para la Revista Apuntes de la misma casa de estudios.

“Lear está escrito en un instrumento que es el idioma inglés, entonces, yo quisiera ser el transcriptor de esta composición a otro instrumento que es el idioma español”, explicó en aquel entonces Parra sobre su método de su escritura, la que comparó con una transcripción musical. Pero el valor del texto recayó en cómo lo escribió: español-chileno entrelazado al verso isabelino creado por Shakespeare.

Así lo destacó el especialista inglés de Shakespeare, Chris Fassnidge. “Creo saber a cabalidad que Parra es quizás el único de los grandes poetas vivos que puede darnos una versión, no sólo en español, sino que en chileno, de manera que la obra adquiera un sentido especial para un público contemporáneo, en Chile. Su gran ventaja es la de ser un poeta y acercarse así de manera distinta que si fuese sólo un académico traduciendo la obra. A través de su intelecto, Parra puede unir los mundos de la ciencia y las humanidades; pero, insisto, es su espíritu poético, con su dosis de dolor y alegría, profunda seriedad y completa irreverencia, el que le permite a este educado y penetrante académico lograr comprender instintivamente la sabiduría popular, sus expresiones, dichos, chistes y verdades que, estoy seguro, Shakespeare habría avalado completamente”, escribió en su artículo “Diario de una producción” para la Revista Apuntes (1992).

Lear Rey & Mendigo fue llevado a las tablas un año más tarde por Alfredo Castro en la dirección y con Héctor Noguera en el rol protagónico. Recién en 2005 fue publicado por Ediciones Universidad Diego Portales. En sus 196 páginas se pudo demostrar que, a pesar de las críticas, revisiones y comentarios, nada se comparará a los versos punzantes, criollos y vulgares que Parra escribió en honor a Shakespeare.

“La que sea doncella todavía
Y se ría de mí
En el momento triste de mi partida
No seguirá siéndolo por mucho tiempo
Salvo que se nos corte lo que cuelga”.

Zurita y Hamlet
Hamlet ha sido otro de los montajes que ha captado la atención de los dramaturgos y directores en nuestro país. Una de sus últimas versiones estuvo a cargo de Gustavo Meza, quien a finales de 2012 trabajó en el texto junto al poeta y Premio Nacional de Literatura en el año 2000, Raúl Zurita, protagonizado por Jorge Becker.

“Quise pedírselo a él porque para mí, Zurita es puramente Hamletiano”, explica Gustavo Meza sobre su decisión sobre el encargado de hacer la traducción. ¿Por qué Hamletiano? “Por todo lo que había hecho. Un  hombre comprometido con un mundo que no lo quería, pero él sí lo quería cambiar. Lo despreciaba, pero lo amaba. Ése es él, ese es personalmente en su vida”.

Para el dramaturgo, la experiencia fue simplemente un placer, y su interés estuvo en la naturaleza voluble del personaje: “Shakespeare ha sido por siglos nuestro contemporáneo. Él giraba constantemente, sentía mucha pasión por estar con el público, y eso hizo cambiante a Hamlet y las distintas relaciones de sus personajes”.

El trabajo de Meza fue, además, acercar la obra de Shakespeare al contexto del país. “Raúl hizo la traducción y yo la adaptación. Me preocupé de la relación entre los personajes y los tiempos que estamos viviendo, especialmente en Chile. Mi idea era que pasara ‘piola’ que Hamlet y Ofelia bailaran un tango en escena, o incluir música de Violeta Parra, que fue alguien muy Hamletiana, por lo demás. Eso de ‘run run se fue pal’ norte’ es muy ‘to be or not to be’. Al final el trabajo de Shakespeare es, como dice un autor ruso: describe bien tu aldea y serás universal”.


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