El 25 de marzo pasado, el diario La
Prensa, de Buenos Aires, publicó sin firma el siguiente comentario sobre la
publicación Correo literario, un volumen de cartas de la poeta polaca Wislawa Szymborska , en respuesta a los
requerimientos de jóvenes escritores, traducido por Abel
Murcia y Katarzyna Moloniewicz.
Publican el consultorio literario
de W. Szymborska
El volumen recopila las cartas con las que la premio
Nobel polaca respondía a las inquietudes de jóvenes aspirantes a escritores.
Sus recomendaciones combinaban ironía y generosidad y una firme defensa de la
lectura.
Durante varias décadas la poeta y premio Nobel polaca Wislawa Szymborska
mantuvo una especie de “consultorio de escritores” en la revista Vida Literaria, unas cartas en las que
con fina ironía contestaba a jóvenes aprendices de escritores. Ahora un libro reúne
por primera vez en español lo mejor de esa correspondencia.
Editado por Nórdica, con traducción de Abel Murcia y Katarzyna
Moloniewicz, Correo literario se
publicó por primera vez en el año 2000 en Polonia y 18 años después llega a
nuestro idioma.
Y es que sólo a partir del Nobel de Literatura que recibió en 1996 pudo
conocerse la poesía de Szymborska (Kórnuk, Polonia, 1923-Cracovia, 2012), que
desde entonces fue fascinando a todo el mundo por su manera sencilla e irónica
de captar el misterio de lo cotidiano.
Tras publicarse también su prosa y algunas entrevistas, este libro aporta
mucho para saber cuáles eran las ideas que tenía la escritora sobre la
literatura y la vida.
Así lo ponen de manifiesto los traductores al castellano en la
introducción. “Sí, es muy posible que junto a las reseñas de “Lecturas no
obligatorias”, “Otras lecturas no obligatorias” y “Más lecturas no obligatorias”,
publicadas en Malpaso en un solo volumen con el título de Prosas reunidas, en
Correo literario nos encontremos ante la mayor fuente de información sobre el
concepto de literatura de Szymborska”.
El libro se abre con la entrevista que Teresa Walas, gran amiga de
Szymborska, catedrática de Literatura Polaca en la Universidad Jaguellónica de
Cracovia, le hizo a la poeta, una mujer que atravesó las grandes tragedias del
siglo XX, y que se caracterizó también por su compromiso cívico, sin ruidos ni
estridencias.
Este correo literario en el que la poeta aconseja a los jóvenes escritores
sirve además para conocer la realidad de la época de Polonia y su vida
cotidiana –se aprecia la escasez de productos de primera necesidad– que también
chocaba con la dimensión intelectual y espiritual de su tiempo, como recuerdan
los traductores.
“De quién fue la idea del Correo literario, pregunta Walas a la poeta. Y ella responde: “No
fue necesario inventar nada. Es una vieja tradición de las revistas literarias.
Siempre ha sido necesario responder a algunos autores, sobre todo
principiantes, sin escribirles cartas directamente a ellos. Por regla general,
se resolvía con un breve “no se entiende” o “recomendamos trabajar un poco más
el texto”
Y continuaba: “Yo intentaba que entendieran cosas elementales, los instaba
a que reflexionaran sobre el texto recién escrito, a que fueran mínimamente críticos
consigo mismos. Y lo más importante, los exhortaba a leer libros. Igual soy una
ilusa, pero espero que algunos de ellos hayan conservado esa maravillosa
costumbre toda la vida”.
Pero Szymborska también les sugería a los escritores con firmeza: ”Si, por
caso, no aprecia usted nada digno de ser anotado –ninguna observación, ningún
pensamiento, ninguna impresión– la conclusión solo podrá ser una: no tiene
usted madera de escritor. Lo animamos a que haga el intento”.
Szymborska, irónica y humorista, suelta en estas páginas mandobles con
gran sutileza, como por ejemplo el que destina a la joven Baska, que le
pregunta: “Mi novio dice que soy demasiado guapa para escribir.
¿Qué piensa de los poemas que adjunto? Y ella responde: “Creemos que es
usted, efectivamente, una chica muy guapa”.
Y es que la autora de Aquí o Instante, una poeta considerada muy
difícil de traducir “por los matices cargados de significados que hay guardados
bajo la aparente simplicidad”, trabajó la ironía y el humor siempre en toda su
obra, que fue una pura reflexión sobre el mundo.
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