El pasado 17 de julio, el diario catalán La Vanguardia publicó la siguiente nota de Fernando García Madrid, donde se lee sobre la r ecuperación del sector editorial español. La bajada dice: "La facturación aumentó un 1,0% en el 2018, quinto ejercicio consecutivo de mejora".
El sector editorial se recupera
gracias al libro en papel mientras el digital
flaquea
El sector editorial
español continúa el proceso de musculación que inició en el 2014 después
de largos años de atrofia debidos a la recesión económica iniciada en el 2008.
Pero la recuperación va por barrios, y las cifras del año pasado recogidas y
analizadas por la patronal no dejan lugar a dudas sobre la relativa fortaleza del papelen
contraste con la flojera de la edición digital.
En conjunto, la facturación por
venta de libros editados registró en el 2018 un incremento del
1,9% con respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar los 2.364 millones de
euros. El avance fue del 2,04% en el caso del papel, mientras que el ebook retrocedió en
un 0,1%, esto último en línea con lo que viene ocurriendo en el resto de Europa
y en Estados Unidos.
El crecimiento, sin ser muy
cuantioso, resulta especialmente apreciable teniendo en cuenta que se trata del
quinto aumento anual consecutivo y, sobre todo, que tuvo lugar pese al descenso
de casi un 5% en el precio medio por ejemplar: los libros de papel pasaron a
costar una media de 13,96 (-4,7%) y los digitales, 9,25 euros (-0,3%).
Los datos corresponden al informe titulado
Análisis del mercado editorial en España: Comercio interior y exteriordifundido
ayer por los responsables de la F ederación de Gremios de Editores de España (FGEE).
El presidente de la entidad, Miguel Barrero, consideró los resultados como “un
gran éxito para la que constituye la primera industria cultural en España”.
Otro indicador que justificaría ese
optimismo es el de la evolución en las ventas no ya por beneficios sino también
por volumen de la mercancía. Pues en el año 2018 se vendieron 160 millones de
ejemplares en papel (un 1,6% más que en el 2017), aunque se editaron un 12,7%
menos de títulos; en números absolutos, 76.202 publicaciones, de las que 56.966
se produjeron en papel y 19.236 en formato digital.
Ese descenso en la producción de novedades
no se debió a una mayor selección cualitativa por parte de los editores, como
hubiera sido deseable, sino más bien al descenso de títulos educativos (-9,7%)
“como consecuencia de la paralización de los calendarios de renovación” de
textos en los centros de enseñanza; una parálisis que hizo que muchas
editoriales no elaborasen nuevas ediciones, señaló el presidente de la FGEE.
Barrero aseguró que de no ser
por esa falta de renovación de los libros de texto –los cuales representan casi
el 40% de la facturación del sector– el crecimiento de la industria editorial
no se limitaría al 1,9% sino que habría alcanzado “el 4,7%”. Tal limitación es
atribuible a su juicio “a las decisiones de las administraciones públicas” y
más en concreto al sistema de préstamos habilitado por algunas de ellas. La
edición de libros en este apartado –dijo– “se está volviendo imposible de
gestionar con 17 legislaciones diferentes” en lo relativo al refresco de las
ediciones. Sin cuestionar el Estado de las autonomías –aclaró–, lo cierto es
que algunas comunidades “llevan ocho años sin renovar el calendario” y por
tanto los textos. Por ello reclamó “una coordinación de políticas y planes de ayudas
a las familias para los libros educativos que se base en criterios
pedagógicos”.
No en vano la facturación de libros de
texto es el farolillo rojo de los libros de papel, al recular en un 4,2% cuando
por ejemplo las ventas en ficción de adultos suben un 8,1%, las de literatura
infantil y juvenil el 6,0% y las de no ficción un 3,7%.
Las librerías y cadenas de librerías se
mantuvieron el año pasado como los principales canales de ventas de libros.
Entre unas y otras aglutinaron el 53% de la facturación, y en ambos casos
registraron un crecimiento del 2,6%. Mayor fue sin embargo el incremento en las
ventas de libros de papel por Internet, que llegó al 7,6%.
Barrero, quien acompañó el
vicepresidente de FGEE y presidente del Gremi de Editors de Catalunya, Patrici
Tixis, atribuyó a la piratería el mal dato de ventas en el caso del libro digital.
Y es que, sobre una estimación de 300 millones de descargas de e-books en
total, las efectuadas y pagadas legalmente apenas llegan a los 13 millones. Eso
explicaría en gran medida el hecho de que el número de títulos digitales
(19.236) disminuyera el año pasado nada menos que en un 29,7%.
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