El 22 de abril pasado, Pablo Ingberg firmó la siguiente nota, publicada
en la revista Ñ. En ella se habla de unos
fragmentos aparentemente de Safo, recientemente aparecidos. La bajada dice: “Hallazgo.
Los expertos debaten si dos fragmentos atribuidos a Safo, hasta ahora
desconocidos, pertenecen o no a la gran poeta de la isla de Lesbos”.
Safo reencontrada
La reciente difusión del hallazgo
de presuntos versos de Safo antes perdidos agitó el avispero y envolvió en una
pequeña novela con visos de policial la figura de la inmensa poeta de Lesbos
(isla próxima a Asia Menor) que vivió en torno al 600 aC . Admiradísima en
Grecia y Roma, su vasta obra poética dejó de recopiarse cuando su dialecto
eólico era ya muy arcaico, y sólo sobrevivió lo que citaron de ella otros
autores de obras sí conservadas. Ediciones de esos pasajes y sus traducciones
al inglés la revivieron a la admiración del siglo XIX, cuando su leyenda dio
origen al significado sexual de su gentilicio “lesbiana”. A fines de ese mismo
siglo, con Egipto bajo dominio británico, egiptólogos ingleses encontraron allí
enterrados en la antigua ciudad de Oxirrinco gran cantidad de papiros escritos,
preservados alrededor de dos milenios por las secas arenas del lugar aunque
algo deteriorados por el tiempo y los roedores. Tantos eran que todavía es un
proyecto de edición en marcha, hoy dirigido por Dirk Obbink en la Universidad de Oxford.
En esos papiros se hallaron muchos fragmentos de Safo, ninguno con pasajes muy
enteros. En 2004 el helenista Martin West unió un fragmento de Oxirrinco con
otro en posesión de la
Universidad de Colonia y logró formar un pasaje completo. Hoy
la novedad es que hace poco un coleccionista anónimo de Londres mostró a Obbink
lo que éste acaba de difundir como fragmentos desconocidos de Safo: uno de
veinte versos bastante completos al que le faltaría el principio y otro de ocho
versos poco legibles.
Máscaras y
sarcófagos de momias egipcias se moldeaban en “cartonaje” ( cartonnage ,
palabra franco-inglesa), especie de papel maché (cartón
piedra en España) elaborado, entre otros materiales, con papiro usado, esto es,
escrito. De piezas de “cartonaje” se rescataron el fragmento de Colonia y estos
nuevos. Pero he aquí un viso policial. Algunas de tales piezas fueron sacadas
“lícitamente” durante cierto tiempo del Egipto británico; muchas otras fueron
objeto de pillaje y posterior venta en el mercado negro. ¿Qué origen tiene la
que se da ahora a conocer? Aún no se sabe, y hay revuelo.
Otro costado
policial del asunto es el de la autenticidad. ¿Son fragmentos de Safo o
falsificaciones? Falsificaciones de textos antiguos hubo alguna muy sonada hace
tiempo, pero es difícil que sea el caso: Obbink no echaría por la borda su
trayectoria, y engañarlo exigiría una suma de talentos diversos y sutiles en la
elaboración del objeto y en la de sus contenidos. Queda entonces por ver la
evidencia interna, los textos en sí.
Ambos fragmentos
están escritos en dialecto eólico, que conocemos básicamente por Safo y su
colega y compatriota Alceo. Luego, están compuestos en estrofa sáfica, así
llamada por la recurrencia con que la usó ella: tres endecasílabos más un
pentasílabo. Por último, el segundo está dirigido a Cipris (Afrodita), algo no
infrecuente en Safo, pero más relevante aún es que en el primero aparecen dos
nombres asociados a ella en otras fuentes: Caraxo y Lárico.
Obra de Safo nos
ha llegado muy poca; datos biográficos fidedignos, prácticamente ninguno. No es
imposible, por ejemplo, que en realidad no haya sido lesbiana en sentido sexual
y que la derivación del término sea tan desviada como la de “onanismo”,
actividad que no es exactamente la que practicaba Onán según la Biblia (“...
si bien tuvo relaciones con su cuñada, derramaba a tierra...”, Génesis, 38.9).
La fuente más antigua para datos sobre Safo es Heródoto, un siglo y medio
posterior a ella; como si el primer documento biográfico sobre la escritora
argentina Juana Manso (1819-1875) estuviera fechado ayer. Por lo demás, ningún
historiador serio tomaría la maravillosa prosa de Heródoto como fuente
histórica fidedigna. ¿Por qué tomarla entonces como fidedigna fuente
biográfica?
Lo mismo vale
para fuentes posteriores, en gran medida inspiradas en versos de la propia
Safo; como si atribuyéramos literalmente a Proust hechos del personaje Marcel
de En busca del tiempo perdido .
Hechas estas salvedades, que no niegan toda validez a tales datos sino que
invitan a tomarlos con pinzas, digamos que Heródoto ( Historias,
2.135) cuenta que Caraxo, hermano de Safo, compró en Egipto la libertad de una
cortesana y por eso su hermana lo criticó en un poema. Un fragmento de Safo ( 5
LP ) ruega por el regreso de un hermano. Un
papiro de Oxirrinco con pasajes de una biografía (1800, c. 200 dC.) y la
enciclopedia bizantina Suda (siglo IX dC.) atribuyen a Safo tres hermanos, dos
de ellos Caraxo y Lárico, éste el menor según el papiro (según la Suda , dicho sea de paso, la
poeta tuvo marido e hija). Estrabón (Geografía, 17.1.33, de la época de
Augusto) dice que Caraxo iba a Egipto a vender vino. Ateneo (siglo III dC.,
frag. 203 LP) dice que Safo se enorgulleció de cierto privilegio aristocrático
concedido al joven Lárico. Todos estos datos guardan alguna relación con el
primero de los dos nuevos fragmentos. O formulado al revés: esos “datos”
podrían provenir de poemas como el ahora recuperado. Queda clara, en cualquier
caso, la relación también temática de los “nuevos” fragmentos con la poeta de
Lesbos, más allá de que un tal Caraxo o un tal Lárico hayan sido hermanos
suyos. Personalmente, veo además rasgos estilísticos propios de la fina
arquitectura que caracteriza lo que conocemos de ella, y que mi traducción
(incluida en esta página) en estrofa sáfica procura retener: una estructura
sólida que fluye delicada entre el rezo y el canto con toques de monólogo
dramático y de reflexión, y palabras clave que recurren (reina y rey para
dioses supremos, deidades para otras potencias superiores, un adverbio y un par
de verbos, uno de ellos con variación de prefijo en griego). No es lo mejor que
le conocemos, pero no desentona para nada y además expande temas.
Los interesados
encontrarán en la web el artículo de Obbink en el Times Literary Supplement (anticipo de una pronta publicación más
exhaustiva en una revista especializada), los debates suscitados, un par de
traducciones al inglés, otro par al italiano y hasta un par al castellano.
(Quienes deseen leer la versión de Pablo Ingberg pueden
hacerlo en http://www.pabloingberg.com. ar/pdf/traduccion-breves/Safo% 202014.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario