En un artículo sin firma, publicado el 23 de marzo pasado
por el diario Excelsior, de México, se
comentan sendas traducciones al mandarín de los autores latinoamericanos Santiago Roncagliolo y Bernardo Fernández. Según la bajada de
la nota, “La presencia de los escritores latinoamericanos en Pekín es una
muestra, aseguran, de que la literatura en español tiene cada vez más fuerza
entre el público lector de la nación asiática”.
Publican obras de
Bernardo Fernández
y Santiago
Roncagliolo en mandarín
Santiago Roncagliolo |
PEKÍN, 15 e marzo.— Los escritores Santiago
Roncagliolo (Perú) y Bernardo Fernández BEF (México),
compartieron en Pekín sus experiencias como creadores literarios, con la
certeza de que tanto la narrativa hispánica y china, como sus respectivos
públicos, están mucho más cerca de lo que geográficamente muestra el mapa.
“Cuanto más tiempo paso aquí, más me convenzo de que es donde
está el futuro de la humanidad”, dijo durante un coloquio en el Instituto
Cervantes de Pekín el dibujante y novelista mexicano BEF.
Bernardo Fernández |
Frente a una sala abarrotada y moderados por el académico y
traductor chino Wei Ran, Roncagliolo y Fernández departieron acerca de sus
vivencias como escritores, muestra de que la literatura en español tiene cada
vez más fuerza entre el público chino, representada por clásicos pero también
por jóvenes promesas.
Tanto la obra Ojos de Lagarto (2009),
de Bernardo Fernández como Abril rojo(2006), de Santiago Roncagliolo, han sido
recientemente traducidas al mandarín, lo que a buen seguro les acercará aún más
al heterogéneo lector chino.
“Solo espero que se diviertan mucho... El libro está lleno de
pequeñas sorpresas. Los lectores muy agudos descubrirán que hay una referencia
directa a Batman y Spiderman”, dice durante la mesa redonda BEF.
Por su parte, Roncagliolo considera que venir a China a
compartir su obra, y más aún tener un libro traducido al mandarín (un mercado
hasta hace no mucho prácticamente impenetrable), es “una oportunidad de
acercarme un poco a un lugar fascinante, y también de sacar nuevas historias
para escribir”.
“Algo escribiré sobre esto, seguro”, asegura en entrevista
tras el coloquio.
Su novela Abril rojo (premio
Alfaguara 2006), que se desarrolla durante un proceso de elecciones y de Semana
Santa del año 2000, pero que refleja las secuelas de los enfrentamientos
civiles que se vivieron en Perú entre los años 80 y los 90, llevó a Roncagliolo
a pensar que pudiese haber algún problema con la censura china, pero no fue
así.
Habla el narrador, en concreto, de las referencias a la
organización terrorista peruana Sendero Luminoso, cuya tendencia ideológica es
marxista, leninista y maoísta, pero que “al no haber sido apoyada por China,
nadie se ofende”.
El escritor insiste en que venir a China “es increíble,
porque, además, brinda la oportunidad de venir a lugares que no conocerías de
otra manera, y en este caso a un sitio en el que se está decidiendo nuestra
historia mundial”.
“Son maneras de conocernos, sentarnos en una mesa e ir
hablando con la gente. Se van tejiendo redes culturales que resultan en cosas
muy interesantes”, agrega Roncagliolo, y añade que, además, uno se puede
acercar más a China, “que es complicada y sus coexistencias son difíciles de
desentrañar”.
El escritor peruano reitera su orgullo sobre que una de sus novelas haya
sido traducida al mandarín. “Es impactante, muy poca gente está traducida al
chino, pero creo que cada vez serán más”, asegura.
“Asia es muy importante y muy
joven”, apunta, a la espera aún de una semana de eventos y firmas de libros,
como su colega BEF, en el país asiático.
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