Es sabido que el Administrador de este blog tiene cada día menos pulgas. También, que se confiesa un gran admirador de Georges Perec, a quien tradujo en repetidas oportunidades. Acaso por ello, mientras limpiaba y ordenaba su biblioteca en uno de los días más tórridos en lo que va del año, se entregó a parafrasear uno de los textos más conocidos del autor de La vida instrucciones de uso.
¿Se acuerdan?
¿Se acuerdan de cuando Raúl Alfonsín quiso mudar la capital de la Argentina a la ciudad de Viedma, en la Patagonia?
¿Se acuerdan de cuando Carlos Menem dijo que muy pronto el país iba a contar con unos cohetes espaciales que reducirían el viaje Buenos Aires-Tokio a una media hora?
¿Se acuerdan de cuando Fernando de la Rúa se escapó en el helicóptero?
¿Se acuerdan de cuando Eduardo Duhalde dijo que el que depositó dólares iba a cobrar dólares?
¿Se acuerdan de cuando Cristina Fernández de Kirchner dijo en los Estados Unidos que había construido su fortuna gracias a que era una abogada exitosa?
¿Se acuerdan de casi cualquier acción de gobierno de Mauricio Macri cuando era jefe de gobierno en la ciudad de Buenos Aires? ¿Y se acuerdan de casi cualquier acción de gobierno en general de Mauricio Macri desde que asumió la presidencia?
¿Se acuerdan del CONICET, del EAAF, de las muchas subsecretarías de cultura, de la cancha de fútbol de Pablo Avelutto en Bogotá, del espectáculo que se dio en el Teatro Colón durante el G20, etc.?
¿Se acuerdan del Proyecto de Ley de Protección de la Traducción y de los Traductores ?
NOTA: No se sabe qué tan presentes tienen los lectores la mayoría de los puntos precedentes, pero de lo que sí es seguro es que del Proyecto de Ley de Protección de la Traducción y de los Traductores ya no se acuerda nadie.
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