miércoles, 13 de febrero de 2019

Una librería montevideana que, a diferencia de El Ateneo-Grand Splendid, además de linda es buena


De acuerdo con los datos que de él se dan en el sitio Publishnews, “Omar de Souza es periodista y editor brasileño. A sus espaldas pasan años trabajando en los principales periódicos de Brasil y en las más importantes casas editoriales del país como el Jornal do Brasil, el Grupo Record y Harper Collins Brasil, entre otros”. Su columna de opinión se publicó el pasado 14 de enero.

La librería de los sueños de Montevideo

Cualquiera que aprecie los libros considera la librería El Ateneo Grand Splendid un encanto, y con razón. Inaugurada en el año 2002 en el mismo lugar donde antes funcionaba el Teatro Grand Splendid, en Buenos Aires, fue considerada por el diario The Guardian una de las más bellas librerías del mundo. Es la joya de la corona de la ciudad que posee el mayor número de librerías por habitante: 25 para cada grupo de cien mil porteños. 

Pero en el área histórica de Montevideo, muy cerca de la Plaza de la Independencia y del Teatro Solís, hay una librería menor, pero igualmente encantadora, llamada Más Puro Verso. Además de una obra arquitectónica estupenda de art nouveau, preservada en su casi totalidad, mantiene un acervo fantástico. Entre los mármoles italianos de la escalera, las maderas de ley de las estanterías y el amplio vitral al fondo de la tienda, el lector encuentra desde obras clásicas y de referencia a best sellers y novelas gráficas. 

El edificio fue construido hace más de un siglo, y durante la mayor parte de su historia abrigó a una distribuidora de equipos médicos y de precisión, que cerró las puertas en 1999. Nueve años después, fue restaurado y reabierto como librería, y de ahí en adelante se convirtió en una referencia no sólo para los habitantes de Montevideo, sino también para los turistas. Algunas empresas y sitios especializados en paseos por la ciudad, también pródiga en librerías, pasaron a incluir la Más Puro Verso en su tours. 

Las amplias vitrinas que bordean la puerta dan una idea de la diversidad de títulos, autores y géneros que el lector va a encontrar. Los estudios de Filosofía, los libros de arte, las novelas en estilo chick-lit, Goethe, Marx, Alighieri, Atwood: todos están allí, como si invitaran al visitante a una velada en el acogedor café del segundo piso. El trato atento de los empleados sólo refuerza la buena impresión.

No muy lejos, en una esquina de la bulliciosa avenida 18 de julio, la librería Puro Verso no tiene aires vintage como la hermana mayor, pero también es fascinante a su manera rústica. En ambas, la clave es la singularidad que ni siquiera los algoritmos de Amazon consiguen replicar, y que garantiza la larga vida de las librerías independientes: tratamiento con un toque de curaduría.

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