Como en otras partes del mundo, el sector librero español atraviesa una de sus peores crisis. Así se lee en la nota publicada el pasado 28 de noviembre en el diario madrileño El País, por Peio H. Riaño.
La mitad de las librerías españolas
factura menos de 90.000 euros anuales
Para adaptarse a los
tiempos, las librerías se han convertido en los últimos años en lugar de
reunión y en centro de difusión cultural, pero su reconversión no se ha traducido
necesariamente en un incremento de los beneficios. Las ventas han vuelto a caer
en el sector en 2017 y en 2018. La conclusión del mayor informe sobre la salud
de las librerías, que recopila datos correspondientes a esos dos ejercicios, es
contundente: “A las que les iba mal en 2016, en 2018 les fue peor”, explica el profesor Rafael
Bravo, de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza.
Bravo, junto a otros dos técnicos, ha elaborado en colaboración la
Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) y el
Ministerio de Cultura, el informe Observatorio de la librería, cuyos
datos se darán a conocer hoy. En él, se certifica que el sector vive su momento
más complicado desde lo peor de la crisis financiera. También, que la mitad de
las librerías no alcanza a facturar más de 90.000 euros anuales, lo cual las
deja al límite de la supervivencia.
El panorama mejoró en el sector entre 2013 y 2016, pero ha registrado un 5% de
descenso en las ventas desde entonces. Los autores del estudio, que ha tomado
una muestra de 1.204 establecimientos de un censo de 3.556 librerías
independientes operativas en España, señalan que la caída en ventas y en
márgenes de beneficios se debe a que las grandes cadenas también pierden. Pero son las más pequeñas las que más sufren, porque
registran caídas de más del 15%. En estos momentos lo único que crece son las
existencias: el volumen del stock se ha multiplicado por 16.
Los
almacenes se abarrotan de libros huérfanos de lectores, mientras el mercado —según los datos de la Federación del Gremio de Editores (FGEE)—
ha reactivado su producción de novedades sin tener en cuenta esos excedentes.
Los balances de editores y libreros no coinciden: las cuentas de los primeros
señalan que sus ventas a los minoristas crecen levemente cada año. Las de los
libreros indican que sus números se han estancado porque los ejemplares que
compran a los editores no encuentran sus lectores.
¿Qué repercusión tienen
esos datos negativos en la supervivencia de los establecimientos independientes
en España? Fuentes de CEGAL advierten que se han hecho modificaciones en los
criterios del censo, para expurgar a los comercios que no encajan en el modelo
de estudio (porque, por ejemplo, dedican una parte importante de su negocio a
la papelería). De esta manera, evitan dar una cifra de todos los que han
cerrado en los dos años investigados. Los últimos datos que facilitaron, de 2016, alcanzaban
la cifra de 3.967 espacios independientes de venta de libros. Hoy tienen
identificados 3.556. Si tomamos por válidos esos 411 establecimientos menos, en
España habría cerrado, más o menos, una librería cada 43 horas.
Hace
tres años, en plena recuperación económica, el número de comercios crecía, como
lo hacían los beneficios, pero esto ya no sucede. “No me atrevo a decir que
hayan cerrado un 10% de las librerías, pero la evolución ha ido a mal, eso es
así. Aunque no es desastroso. Hasta 2016 la tendencia era a la creación porque
se recuperaban de la crisis, pero la bajada ha vuelto”, reconoce Bravo. Javier
López Yáñez, presidente de CEGAL, no pinta un panorama tan halagüeño. Explica
que la “situación es extrema y están al borde de un abismo”, que las librerías
no saben hasta cuándo podrán resistir así. “La mitad de las librerías factura
menos de 90.000 euros al año. Con eso no se puede subsistir: están al límite”.
Tampoco
ayuda lo suficiente el 11% de ventas que hacen por Internet, por eso
quieren fomentar y lanzar una nueva versión de la plataforma
todostuslibros.com. Hasta ahora, esa herramienta permitía localizar un título
determinado en las librerías cercanas a la ubicación del usuario, para que este
supiera dónde le esperaba tal o cual libro. A partir del año que viene, se
incorporará un botón de venta, con la opción del envío a casa, para competir
contra servicios como Amazon o las tiendas digitales de La Casa del Libro, FNAC
o El Corte Inglés.
El informe
incorpora otro dato que confirma la precariedad en la que viven estos
comercios: están recortando una cuenta de gastos de por sí exigua. Si en 2016
registraban una media de 494.307 euros anuales en ese capítulo, en 2018 cayó
hasta los 471.063 euros, la cantidad más baja de los últimos ocho años.
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