Luego de 30 años de actividad, por la crisis, Sancho, de Banfield, ctuvo que cerrar sus puertas. . |
“Representantes
del sector librero dieron una conferencia de prensa en la Feria del Libro donde
exigieron no ser discriminados en la exención del IVA, beneficio que tienen los
distintos actores del mercado editorial. ‘Las librerías estamos en una
situación muy crítica. Incluirnos en esta norma sería un gran alivio’,
aseguraron.” Tal es la bajada de la nota publicada por Luciano Sáliche en Cultura InfoBAE
a principios de esta semana.
El reclamo de las librerías,
el sector “agonizante” de la industria editorial
En el último día
de la Feria del Libro,
mientras la gente aprovechaba la gratuidad de la entrada para dar sus últimas –o
únicas– vueltas por el shopping de la literatura, el sector librero realizó una
conferencia de prensa. Que la crisis económica asfixia, no caben dudas, sin
embargo, el planteo de las diferentes librerías fue concreto y específico: en la ley de presupuesto recientemente
aprobada no fueron incluidas dentro del beneficio de exención del IVA. En el artículo 93 de dicha ley, se detalla a
quiénes se les devuelve el IVA, ya que escribir, editar y vender libros se
consideran actividades culturales y no meramente un intercambio comercial. Pero
en dicho artículo, la palabra librería no aparece. Es decir: quedaron excluidas.
La pregunta es por qué. No hay una
respuesta precisa, pero los que estuvieron aquí reunidos prefieren pensar que
no se trata de “mala fe” sino de “una mala interpretación de la industria del
libro”. Antes de que se aprobara el presupuesto, se reunieron con Pablo Avelluto –secretario de Cultura de la Nación– y Miguel Braun –secretario de Política Económica del Ministerio
de Hacienda de la Nación Argentina–. Allí, aseguran, quedó todo claro. De
hecho Avelluto “explicó allí la necesidad de incluir a las librerías”, dijo Ecequiel Leder Kremer, dueño de la Librería Hernández y tesorero de
la Fundación El Libro. “Entendemos que estamos a tiempo de revertir esta
situación”, agregó con optimismo. Los grandes rubros en desgrabación de IVA son
los servicios. Y el alquiler que, en sus palabras, representa entre un 10% y un
15% de las ventas.
En una pequeña y
algo calurosa sala de La Rural, a metros de la Avenida Santa Fe, tras una breve
introducción a cargo de la presidenta de la Fundación El Libro María Teresa Carbono, Leder Kremer tomó el micrófono y comenzó a exponer la problemática:
“Defendemos la exención del IVA al libro, pero hay una inequidad porque
nosotros, las librerías, sí lo pagamos cuando pagamos la luz y el alquiler”. Lo
que sucede con los otros actores del sector, por ejemplo las editoriales, es
que no tienen este gasto que sí tienen las librerías: el lugar físico al que
atender al público. “Las librerías estamos en una situación muy crítica.
Incluirnos en esta norma sería un gran alivio”, agregó.
“Esta situación es todavía peor en el interior porque tenemos gastos de flete
que son un 5% más”, comentó José
Roza de Librería de las Luces
y Presidente de FALPA. “Hay municipios donde se ponen más impuestos –continuó–,
y lo hacen desde la ignorancia muchas veces, porque piensan al libro como una
mercancía más, y no lo es. Para que se den una idea, el 10% de la población
tiene el hábito de comprar libros. Es un trabajo que falta, una política
pública de fomento de la lectura”. Por su parte, Joaquín Gil Paricio de Cúspide Libros fue práctico: “El
ejemplo más claro es la luz. ¿Por qué las librerías tienen que pagar un 21% más
que el resto de los actores? Es absurdo que las librerías queden afuera de este
beneficio”. “Dejar afuera al eslabón que tienen contacto con el lector es un
error”, completó Antonio
Dalto del Grupo ILHSA, poseedor
de la cadena Yenny y El Ateneo.
La situación que atraviesa el sector es
preocupante. Los números pueden variar pero el diagnóstico es compartido: el primer trimestre de 2019 fue el peor de los últimos cinco años. El problema no es sólo la crisis económica, sino la
falta de políticas públicas que se animen a afrontarla. El “dejar hacer, dejar
pasar”, como decían los fisiócratas franceses, parece ser la postura del
Gobierno. Sin embargo, las iniciativas del sector existen. El mejor ejemplo es
el proyecto de ley para crear un Instituto Nacional del Libro Argentino. Pero
ahora, en esta conferencia, de lo que se habla es de algo muchas más pequeño y
accesible: no dejar afuera a las librerías de la exención del IVA. “Dejar que
las librerías agonicemos es un atentado contra la cultura. Son necesarias las
políticas públicas”, comentó Carlos Alberto Morón de
Librerías Casa del Sol y protesorero de la Fundación El Libro.
Sobre el final, Infobae Cultura le
preguntó a las autoridades de la Fundación El Libro sobre las declaraciones de Pablo Avelluto,
que los había acusado de kirchneristas –es decir: opositores a su gobierno–,
entre otras cosas. Pese a que Carbano, la presidenta, habló en televisión sobre
este asunto, prefirieron no emitir opinión alguna. Dejar que se enfríen las
cosas, concluir la Feria del Libro de la mejor manera, y respetar este planteo
específico, el de las librerías, que va dirigido, ni más ni menos, al mismísimo
Avelluto. “Se necesita voluntad política”, concluyeron los representantes del
sector librero en esta breve conferencia de prensa. No se puede estar más de
acuerdo.
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