viernes, 26 de julio de 2024

Convocatoria para el premio M'Illumino/D'Immenso 2024

 

Otra vez la traductora y gestora cultural Barbara Bertoni nos envía las bases para la versión de este año del premio M'Illumino/ D'Immenso.

Como el año pasado, hay una convocatoria para la traducción de dos poemas del italiano al español:


y otra para la traducción de dos poemas del español al italiano:


El premio es de 1000 euros. Las convocatorias se cierran el 20 de agosto.

Este año, además, hay también un premio para las traducciones del italiano al portugués:

https://iicrio.esteri.it/wp-content/uploads/2024/05/Bando-MIDI-portoghese-2024-in-portoghese.pdf

El premio es de 1000 euros.

jueves, 25 de julio de 2024

Leonardo Loscertales, director de la editorial española Turner, emula a Hernán Cortez

"Turner es una editorial de ensayo, arte y fotografía. Además, ofrecemos servicios editoriales de alta calidad, realizando proyectos para terceros con distribución global tanto en español como en inglés. Tenemos implantación en España y México. Buscamos el enriquecimiento intelectual a través de la búsqueda de nuevos enfoques, que plasmamos en formatos atractivos e innovadores, que promovemos activamente." Tal es la curiosa presentación de la editorial española Turner, cuya presencia en México parece llegar a su fin de manera escandalosa. Es lo que se desprende de la nota publicada por Yanet Aguilar Sosa, el pasado 17 de julio, en El Universal, de México, que se reproduce a continuación.


Turner México, en debacle: incumple contratos y adeuda a varios escritores

Por lo menos desde hace año y medio, aunque en realidad marcan el principio de la debacle a finales de 2021, la editorial española Turner, con medio siglo de historia (se fundó en 1973), y con 15 años establecida en México (marzo de 2009), ha incumplido el pago de adelantos por contratación de libros y pago de regalías por títulos publicados de 2021 a la fecha, han denunciado, a través de redes sociales, autores mexicanos como Brenda Ríos y Mauricio Montiel Figueiras, a cuyas voces se suman otros autores como Diego Olavarría, Eduardo Huchín y Gabriel Bernal Granados, quienes dan cuentan de la situación de esta editorial emblemática por su apuesta por el ensayo y textos de no ficción, a través de su sello Noema.

El pasado miércoles, en Facebook, la escritora Brenda Ríos, quien tiene publicados con Turner dos libros, Raras. Ensayos sobre el amor, lo femenino, la voluntad creadora y Hombres de verdad, y que incluso fue editora de Turner medio año, denunció el incumplimiento de su contrato por parte de la editorial que dirige el administrador español Leonardo Loscertales, así como el cierre de la oficina que la editorial tiene en México. Una situación que ha hecho visible la crisis económica por la que atraviesa desde hace varios años, pero también la falta de ética y desprecio con la que trata a los escritores que, como apunta Mauricio Montiel, son el primer eslabón en la cadena editorial: “sin autores no hay editores”.

Ríos, quien conoció “el caos” desde adentro, asegura que desde que al editor Ricardo Cayuela ya no le renovaron su contrato como director editorial Turner España, “ya no hubo dinero en Turner México y entonces Turner México se congela desde hace año y medio y los libros se distribuyen por inercia”.

Montiel, autor de Un perro rabioso: Noticias desde la depresión, publicado en 2021, dice que es “la historia de una debacle editorial brutal”, que apunta a que está editorial que era celebrada por hacer libros muy cuidados, se va a quedar sólo como Turner España, pero con este modelo de servicios editoriales y hacer Coffe Table Books. “Al parecer desde que llegó Santiago Fernández de Caleya (el anterior dueño) a la editorial, fue como la crónica de una muerte anunciada, entonces nos quedamos un montón de autores publicados aquí en México específicamente, sin mucho”, dice y agrega: “hasta donde sé, vi que acaban de estar en un stand en la Feria del Libro de Madrid con firmas de autores españoles, pero no sé cómo estará el tema de los derechos de todos los autores españoles, los autores traducidos y de los propios los traductores”.

Ríos y Montiel son parte de un grupo de autores que publicaron con Turner, en su sello Noema, en tiempos de Ricardo Cayuela, quien apostó por abrir los horizontes del catálogo con autores mexicanos como Pablo Soler Frost, Fernando Fernández, Diego Olavarría, Gabriel Bernal Granados y Eduardo Huchín, entre otros, que hoy siguen viendo sus libros a la venta en librerías físicas y en plataformas digitales, pero no han recibido pagos con sus regalías por ejemplares vendidos ni les han pagado adelanto.

El escritor, traductor y editor Gabriel Bernal Granados, quien publicó con Turner, en 2021, el libro Leonardo da Vinci. El regreso de los dioses paganos, califica esta actitud de la editorial con sus autores como un “penoso y triste asunto”. A él le contrataron el libro sin pago de adelanto por la situación de la editorial en la pandemia, pero se comprometieron a pagarle regalías de manera muy puntual e incluso antes de lo estipulado en los contratos ordinarios que se firman con los autores. “Pasa el tiempo, se publica el libro, y esto no sucede. No hay corte de regalías, las tuve que gestionar a través de una inconformidad que firmamos varios de los autores de Turner, donde se hablaba de las anomalías en cuanto a los cortes y a los pagos; sin embargo, los pagos nunca se produjeron, nunca me pagaron adelanto, nunca me pagaron regalías”.

En tanto, el cronista y ensayista Diego Olavarría, autor de Honduras o el canto del gallo, asegura que su contrato, firmado los primeros meses de 2022, estipulaba el pago de un adelanto, que no se efectuó. “El libro se fue a imprenta y el adelanto nunca llegó, cosa que ya es una práctica irregular… avanzamos con la publicación, con la promoción, seguí insistiendo en el tema y a la fecha no me lo han pagado, son más de dos años y medio y nada”.

Hace un año les mandaron desde Turner a varios autores acuerdos para “el pago de este adelanto, porque se lo deben a más de una persona, y quedamos con ellos en darles incluso flexibilidad para que fuera más sencillo para la editorial. Yo acepté un acuerdo de pago a meses, pero tampoco se materializó”.

Una acción deplorada por el escritor, editor y músico Eduardo Huchín Sosa, quien cuenta que, en su contrato, “Turner había prometido un adelanto, que nunca llegó. Cuando el libro, por fin salió al mercado, cumplí con mi parte: hice todas las presentaciones que me fueron solicitadas y ofrecí las entrevistas pactadas. La editorial, en cambio, no cumplió: no me dio las regalías que me correspondían. Es más, ni siquiera he recibido información respecto a la venta de mis libros”.

También cuenta que la contratación del libro, las gestiones de promoción y los primeros intentos por hacer que cumplieran el contrato se dio a través de su agente literario. “El año pasado hubo un acercamiento con la promesa de resolver el adeudo, pero esas pláticas no fructificaron cuando nos plantearon un plan de pagos totalmente injusto. A últimas fechas, yo quise seguir con las conversaciones, pero Turner en España sufrió muchos cambios y perdí comunicación con ellos”.

Todos los escritores coinciden en la pésima y penosa actitud con la que ha actuado la dirección general de la editorial a cargo de Leonardo Loscertales. Brenda Ríos y Mauricio Montiel, quien incluso fue el primero, en 2023, en denunciar el incumplimiento y adeudo por parte de Turner, cuentan que como respuesta les pidió rescindir los contratos y retirar sus libros de librerías y destruirlos.

El Universal solicitó entrevista con Loscertales, vía correo electrónico. Respondió que el problema es que él se acaba de incorporar a la editorial en marzo y que está “abordando varios asuntos muy importantes y pendientes que me han retenido de viajar a México hasta la fecha, apreciaría su paciencia y comprensión mientras resuelvo estos asuntos”. Y agrega: “Ni mucho menos se contempla el cierre de la filial mexicana. De hecho, nuestro plan es retomar la esencia de Turner en México, enfocándonos en los libros de arte e ilustrados con un enfoque mexicano y una distribución global”.

miércoles, 24 de julio de 2024

Toda la poesía de Eliot, traducida en México

El poeta y traductor mexicano José Luis Rivas (1950), en 1990, publicó Poesía completa de T. S. Eliot, trabajo que, en su momento, le valió el prestigioso Premio Xavier Villaurrutia. Pero, como suele suceder, no quedó satisfecho con su labor y treinta y cuatro años llevó a cabo una nueva traducción que, con el título T. S. Eliot. Poesía reunida / The Complete Poems (1909-1967), editó recientemente la Universidad Veracruzana y la Universidad Autónoma Metropolitana en versión bilingüe muy ambiciosa. El volumen se publicó con un excelente prólogo del poeta, traductor y científico Carlos López Beltrán. Por su extensión, y con la debida autorización, ofrecemos las partes referidas a la historia de la traducción de Eliot.

El shock del pasado. Un T. S. Eliot para el nuevo siglo.

Una topografía gruesa del tamaño y los alcances de la obra poética de T.S. Eliot no es difícil de imaginar. Podemos orientar la imaginación usando herramientas de búsqueda contemporáneas. El visor Ngram analiza la frecuencia de menciones de su nombre. Éstas crecen tímidamente entre 1915 y 1960, momento en el que se dispara una curva exponencial aceleradísima, casi vertical que llega a su cima en 1987. De ahí en adelante, la curva comienza descender despacio, con rebotes leves en 1998 y 2014. Actualmente esas menciones siguen altas, en los niveles de 1978, pero la tendencia sigue en descenso. Al parecer, los años entre 1960 y 1990 vieron el apogeo de la influencia mundial de Eliot. Una gran cantidad de ediciones y traducciones a decenas de idiomas se trajeron a la luz entonces. Y no se ha dejado de hacer, aunque con menos celeridad. El premio Nobel de 1948 otorgado a Eliot sin duda impulsó este fenómeno. Su principal dinamismo deriva sin embargo de la llegada a la madurez en todo el planeta de una generación de lectores y críticos de poesía ya completamente cultivada y adiestrada en la poética eliotiana. En ella se ubica José Luis Rivas, virtuoso traductor al español de este volumen. Además de a una industria académica eliotiana muy grande, que seguramente también tuvo su auge en las décadas mencionadas, la expansión de la influencia de Eliot surfeó sobre las olas de la actividad de poetas mismos. Y de los traductores. Muchas veces encarnados, como en este libro, poeta y traductor, en la misma persona. Eliot es con toda su potencia una nueva ortodoxia. Los lectores de Eliot hoy están en todas partes y, gracias a sus decenas de traductores, de varias generaciones ya, su obra y sus alcances sigue desdoblándose y consolidándose. Casi todas las lenguas de la Tierra han sentido el campo gravitatorio de Eliot. Podríamos explorar su presencia en la poesía de Rusia (donde influyó a Anna Akhmatova gracias a Boris Pasternak, y después notablemente a Joseph Brodsky). O en la poesía de la India. O la de Hungría. ¿Qué tal la de China?

A través de secuencias de traducciones, los lectores y los creadores de China, encuentran puentes bien construidos que conectan los dominios poéticos de ambas latitudes. ¿Porqué es Eliot tan importante para todos en el mundo actual? se pregunta -por ejemplo- Qiu Xiaolang, poeta, novelista y traductor. Y se contesta: “Mientras la lengua sea una barrera, la poesía en sí misma nos da una razón para superar esa barrera. Disfrutar de la poesía de otro idioma es disfrutar de la comprensión de los seres humanos que viven con esa lengua: se trata de un entendimiento que no se puede conseguir de ninguna otra manera. Pienso que con la poesía las personas de diferentes naciones e idiomas distintos consiguen un entendimiento mutuo que, no importa cuán parcial sea éste, será siempre esencial.” La no especificidad y la flexibilidad del lenguaje modernista, agrega Lioi T., otro traductor de Eliot, es altamente compatible con el idioma chino, y acerca la poesía Occidental al lenguaje y al pensamiento de China. Se ha dicho por otro lado que después de los aciertos y los equívocos de Pound, y de muchos otros traductores entre el chino y las lenguas europeas, influidos todos por las revoluciones estéticas modernistas, los poetas chinos posteriores a la revolución cultural, consiguieron abrir en China brechas de expresión poética inaccesibles a los censores que permitieron modernizar su expresión poética sin toparse con los muros o los golpes del Estado.

¿Y cómo le ha ido a T.S. Eliot en español? Algunas investigadoras han hecho el intento de llevar la cuenta de las traducciones de la obra de Eliot en el mundo hispanohablante. Nada más de La Tierra Baldía, Teresa Gibert cuenta hasta hace unos años cerca de 30 traductores, y como 50 ediciones. Con nombres diversos, como Yerma, Tierra yermaTierra desolada, Tierra inútil, y similares, esta obra destaca por el fuerte imán que ha sido para los traductores. Los dos primeros traductores al español de The Waste Land fueron un diplomático mexicano, Enrique Munguía, y un escritor puertorriqueño Ángel Flores. Ambos publicaron sus versiones en 1930 y tuvieron una ligera disputa de prioridad, ya que Flores le había pedido por correspondencia exclusividad a Eliot. Después de ellos, docenas de traductores, y unos cuantos poetas de primera línea (como Alberto Girri, León Felipe, José Coronel Urtecho, Ernesto Cardenal, Jaime Gil de Biedma, José Emilio Pacheco, José Luis Rivas) han trasladado a nuestra lengua obras diversas de Eliot. Los esfuerzos recientes con La Tierra Baldía de Jordi Doce en España y de Gabriel Granados Bernal y Hernán Bravo Varela en México me han parecido notables. Menos que aquella obra pero también de modo abundante se han traducido los Cuatro Cuartetos. Tengo predilección por la traducción comentada del gran Esteban Pujals Gesalí (1988) aún por sobre la exacta y pulida versión mexicana de José Emilio Pacheco (1989).

martes, 23 de julio de 2024

¡Hoy, la Argentina! ¡Mañana, el mundo!

Continuando la polémica desatada por la ignorancia del ministro Sturzenegger, el 19 de julio, en La NaciónDaniel Gigena publicó otra nota a propósito de la posible eliminación de precios únicos en el mundo del libro argentino, donde se recoge las opiniones de editores y libreros. Según la bajada, "El ministro de Desregulación y Transformación del Estado sostuvo que el Gobierno insistirá en derogar la ley que establece un precio fijo para los libros; 'En los países donde se quitó la ley, luego de un tiempo volvieron a subir', dijo el presidente de la Cámara Argentina del Libro".

Libreros y editores versus Sturzenegger: “Una ignorancia profunda”

Tras las declaraciones hechas a La Nación por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, sobre la tentativa oficial de derogar la ley 25.542, promulgada en 2002 y conocida como “de defensa de la actividad librera”, que establece que los libros tengan un precio fijo en todo el país, entidades del sector librero y editorial manifestaron su preocupación e hicieron llegar sus respuestas.

“Es un tema que de una manera u otra vamos a abordar -dijo el ministro a este diario esta semana-. La prohibición de que los libros no puedan ser más baratos nos parece algo de una crueldad y de una actitud anticultural increíble. Hay amplia evidencia de que permitir los descuentos reducen el precio; es algo obvio. En Estados Unidos, la irrupción de Amazon hizo que los libros hoy salgan 40% menos que hace diez años”.

Si se derogara la norma que fija un precio de venta al público uniforme en todo el país, las cadenas de librerías, las grandes superficies como supermercados e hipermercados y la plataforma Mercado Libre podrían vender libros a precios más bajos que los sugeridos por las editoriales y afectar a librerías chicas e independientes, que tendrían dificultades para competir. Sturzenegger, que cree que la derogación de la ley hará bajar los precios de los libros, sugirió que estas “deberían reconvertirse”.

Las libreras Mónica Dinerstein y Cecilia Fanti, en representación de la Cámara Argentina de Librerías Independientes (CALI), enviaron una declaración. “Queremos remarcar un punto y es que el ministro Sturzenegger dice que la derogación de la ley de defensa de la actividad librera no está en la nueva ‘ley hojarasca’ así como no estuvo en la versión final de la ‘ley Bases’. Por lo tanto, el titular de la nota bien podría haber sido ‘Por el momento el gobierno no se propone modificar la ley del libro’. Sin embargo, sostiene que, en un futuro, el Poder Ejecutivo lo abordará. Tal y como están las cosas, la ley se mantiene y entendemos que el consenso del sector y el trabajo intersectorial que se ha realizado desde diciembre con las cámaras y legisladores de todos los frentes puso en relieve el valor y la importancia de que esta ley exista”, confían.

Las representantes de la CALI estiman que “instalar la idea de que la ley prohíbe que los libros sean más baratos proviene de una ignorancia profunda sobre el sector, la industria del libro y nuestras problemáticas”. “Lo venimos discutiendo de un tiempo a esta parte: uno de los grandes problemas del precio actual de los libros ha sido el alto costo del papel que representa más de la mitad del costo en la producción de un libro”, indican.

“Pero además, lo sostiene con un dato falso que es la caída de los precios en Estados Unidos con Amazon en el mercado -puntualizan Dinerstein y Fanti-. A eso lo llamamos dumping y básicamente es el trabajo que hacen los grandes jugadores para borrar a la competencia e instalarse como única alternativa. Esto es, los precios bajan en un principio, asfixian a la competencia y luego, como no tienen más competencia, los precios vuelven a subir. En el camino, quedan librerías y editoriales que no pueden sostenerse y, por lo tanto, la bibliodiversidad se reduce, los precios terminan subiendo y encima se pasa a leer solo lo que la plataforma y los grandes jugadores ofrecen y les resulta rentable. Hace menos de un año el gobierno de Estados Unidos demandó a Amazon por prácticas monopólicas. Hoy por hoy, toda la cadena del libro trabaja en el marco de esta ley. Y mientras las grandes cadenas o supermercados pueden tener ventajas competitivas por su tamaño y sus acuerdos con los distribuidores, las librerías pequeñas ya trabajamos con márgenes más pequeños y nos sostenemos definiendo nuestros perfiles, nuestra especificidad y el servicio y especialización que brindamos en nuestros locales”.

Al ser consultado por este diario sobre el dumping y la “uberización” del sector del libro, Sturzenegger sostuvo que Uber era “la cosa más maravillosa del mundo”. La Nación pudo saber que algunos ejecutivos de grandes grupos editoriales trasnacionales ven con buenos ojos la derogación de la ley 25.542. No obstante, el director general de Penguin Random House (PRH) para América Latina, Javier López Llovet, confirmó a este diario que PRH y el Grupo Planeta estaban “absolutamente en contra de la derogación de la ley”. “La experiencia obtenida en nuestras empresas editoriales de la gestión en diversos mercados, europeos, norteamericanos, asiáticos, etcétera, nos ilustra de la importancia de contar con una ley de estas características en nuestro país”, sostuvo.

Para las libreras agrupadas en la CALI, el Gobierno quiere desregular un mercado que funciona. “Y funciona bien -concluyen-. Si tanto les preocupan los lectores, sería hora de que pensaran políticas serias para fomentar el libro y la lectura, crear nuevos lectores y acompañar al sector; no romper un mercado y una industria que funciona, crece y viene profesionalizándose al nivel de ser modelo en todo América Latina desde hace más de dos décadas”.

La Cámara Argentina del Libro (CAL), que preside el editor Juan Manuel Pampín, también se expidió al respecto. Por un lado, recicló un comunicado de cuatro puntos, difundido a inicios de año, cuando la derogación de la ley 25.542 estaba incluida en la ley Bases (la iniciativa fue retirada durante el debate legislativo). Allí se destaca que la ley “es un acuerdo intrasectorial, propuesta por el propio ecosistema” y que “todos” entienden como beneficiosa; que, “para un Gobierno tan preocupado por el tema fiscal, esta ley cuesta cero pesos”; en tercer lugar, que “el precio único permite darle estabilidad al mercado, permitiendo un cálculo correcto de regalías para los autores y es una ayuda fundamental contra la piratería”, y, por último, que “la ley argentina está basada en la legislación francesa de 1970” y que la Argentina cuenta con una ley modelo “que países como Colombia, Chile o México quieren copiar”. Advierten que, en Inglaterra, cuando se quitó la ley de precio fijo, “en un período de cinco años se redujo un 30% la cantidad de librerías”.

“La Argentina tiene una población que en más del 50% está bajo la línea de pobreza -dice Pampín a La Nación-. El libro, como todo consumo cultural, lamentablemente no es prioritario y es obvio que una persona que no puede alimentarse bien, o no vive en un lugar digno, poco puede pensar en leer. Debemos pensar en agrandar la torta y no en achicar la porción. Quitar la ley, irá claramente en ese sentido”.

Sobre el precio de los libros, el presidente de la CAL remarca que “la porción del costo industrial más importante del libro es el papel, que hoy es, aproximadamente, el 55% cuando ese costo históricamente era del 30%”. También hizo referencia al dumping: “La evidencia marca que, en los países donde se quitó la ley, si bien en un inicio los precios bajaron, luego de un tiempo volvieron a subir”.

“Debemos entender que la Argentina tiene unas 1200 librerías y que la ‘tirada de moda’ de las novedades es de setecientos ejemplares, un 40% menor que en 2016 y un 25% menor de lo que se editaba en 2019 -detalla-. Con lo que hoy se produce no se puede entregar un ejemplar por librería”.

El secretario de la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Afines (Falpa), Carlos Morón, dio a conocer su punto de vista sobre los dichos del ministro. “Esta ley se basa en la ley Lang de Francia, creada para promover las librerías y garantizar un precio justo de los libros -dice-. Las librerías cumplen una doble función: comercial y cultural. En Francia, la derogación de esta ley debido al surgimiento de las cadenas FNAC ocasionó la desaparición del 15% de las librerías en el primer año y de otro 10% el año siguiente. Esto llevó al gobierno francés no solo a restablecer la ley, sino también a implementar medidas adicionales para asegurar la supervivencia de las librerías en todo el país. En Inglaterra, la derogación de una ley similar provocó un aumento promedio del 20% en los precios de los libros”.

“¿Es cierto que la derogación de la ley disminuye el precio de los libros? -se pregunta Morón-. Depende. Los libros más vendidos podrían ofrecerse a menor precio, pero los menos vendidos subirían significativamente de precio. Las pequeñas librerías, sin la venta de los libros más vendidos, no pueden subsistir y terminan cerrando. Los libros sólo se conseguirían mediante envío, al menos en pequeñas y medianas ciudades, encareciendo su costo entre un 20% y 30%, y reduciendo drásticamente la bibliodiversidad. El precio actual no es arbitrario. Lo fija la editorial y no hay competencia porque cada título es único. Es el resultado de un acuerdo entre todos los integrantes del sector, no una imposición, para asegurar la existencia del entramado de librerías en Argentina, un orgullo tanto para funcionarios como para cualquier argentino preocupado por la cultura”.

Por último, el secretario de Falpa sostiene que no se busca la intervención del Estado, “sino regular los precios dentro del sector, compuesto por quienes conocen el negocio”. “Queremos librerías con autores charlando, cuentacuentos promoviendo la lectura a los más chicos, talleres literarios y libreros que aconsejen a los lectores. No queremos depósitos llenos de electrodomésticos y herramientas con un pequeño sector de libros. Esperamos que los funcionarios y legisladores, que también escriben libros y se sienten orgullosos de verlos en las vidrieras, comprendan la importancia de preservar las librerías”.

lunes, 22 de julio de 2024

Cada vez se encienden más alarmas alrededor de los libros argentinos

El pasado 20 de julio, Omar Genovese publicó en la sección Cultura del diario Perfil, un artículo que continúa y amplía lo escrito por Daniel Gigena sobre la ley de precio único del libro. En la bajada se lee: "La ley que fuera sancionada en 2002 y que todos consideran beneficiosa corre el peligro de ser derogada. El nuevo ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, se refirió a la posible anulación de la Ley 25.542, que beneficia tanto a grandes como a pequeñas editoriales, así como a grandes y pequeños libreros, y que varios países intentan replicar. Una revocación que solo puede provenir de quienes ignoran todo del mundo editorial."

La ley de precio único del libro, que existe desde 2002, puede ser derogada

El miércoles pasado, el periodista Daniel Gigena publicó en el diario La Nación un artículo titulado “Segundo round: el Gobierno insiste en derogar la ley de precio único de los libros”, en donde reproduce las palabras del nuevo ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, respecto a la derogación de la Ley 25.542: “Es un tema que de una manera u otra vamos a abordar. La prohibición de que los libros no puedan ser más baratos nos parece algo de una crueldad y de una actitud anticultural increíble. Hay amplia evidencia de que permitir los descuentos reduce el precio; es algo obvio. En Estados Unidos, la irrupción de Amazon hizo que los libros hoy salgan 40% menos que hace diez años”. Y además: “No se puede pensar en nada más anticultura que no permitir que los libros lleguen baratos a la gente”.

Indagado respecto a cómo esto afectaría a distribuidoras y librerías de todo el país, agregó: “De lo que hablamos es de permitir la competencia para que los libros lleguen más baratos a la gente; si afectar significa que van a tener que cobrarlos más baratos, entonces sí las afectaría. Pero eso es bueno, ¿no? Tal vez deberían reinventarse”. Y para defender el proyecto de toda posible crítica o rechazo: “No sé realmente quién podría estar en contra de tener libros más baratos, excepto aquellos a quienes esta ley hoy les permite venderlos más caros. Es muy cruel, o muy cínico, que haya gente que critique esto en nombre de la cultura. ¿A quién vamos a defender? Al usuario”.

Este proyecto se encuentra en la conocida como Ley Hojarasca, que no proviene del título de la novela de García Márquez, sino que evoca el efecto de un viento, y que en el caso del ecosistema editorial podría convertirse en la Ley Vendaval: arrasaría con la mayoría de las editoriales, distribuidoras, librerías (existen 1.500 en todo el país), en un contexto económico de retracción de ventas, inflación, aumento de costos de producción, caída del consumo, donde el libro hace meses que se convirtió en un artículo de lujo para los lectores.

Durante el mes de febrero pasado, cuando la derogación de la mencionada ley estaba integrada a la ley Bases, los distintos sectores del libro argentino destacaron cuatro puntos claves para defender la norma vigente:

1. Esta ley es un acuerdo intrasectorial, propuesta por el propio ecosistema y fue sancionada en 2002 y que, 22 años después, todos entendemos beneficiosa –grandes editoriales y librerías, como las pequeñas– (Pengüin, Planeta, Siglo XXI, Corregidor, De la Flor, Eudeba, Fondo de Cultura Económica, Godot, Entropía); así como librerías grandes o pequeñas (Cúspide, Eterna Cadencia, Hernández, Casa del Sol, Estación Libro, Fedro, Emporio de Córdoba, o Libros de la Arena en Mar del Plata). Es un tema en el que no hay el menor desacuerdo.

2. En un gobierno tan preocupado por el tema fiscal, esta ley cuesta “0” pesos.

3. El precio único permite darle estabilidad al mercado, ofreciendo un cálculo correcto de regalías para los autores, y es una ayuda fundamental contra la piratería editorial.

4. La ley argentina es una ley inspirada en la legislación francesa, conocida como ley Jack Lang (dos veces ministro de Cultura de Francia, entre 1981 y 1996, y dos veces ministro de Educación Nacional, entre 1992 y 2000). En este aspecto se puede afirmar que la Argentina tiene una ley modelo, y que países como Colombia, Chile o México quieren aplicarla. En Inglaterra, cuando se quitó la ley, en un período de 5 años se redujo un 30% la cantidad de librerías.

Este último dato histórico es determinante. La crisis del sector editorial argentino es profunda y una modificación de las condiciones de circulación del libro de esta dimensión tendrá efectos catastróficos: afectará la bibliodiversidad y la presencia de la cultura impresa en todo el territorio nacional.

Si en el país “no hay plata”, el libro, que no es un artículo de primera necesidad, “no se vende”. De hecho, las librerías registran una caída de ventas promedio de entre el 40% y el 50%. Esto se refleja en la disminución en la cantidad de libros impresos por título, que hoy rondan una tirada de moda cercana a 750 ejemplares.

A esto corresponde una contracción de novedades en lo que va del año, es decir, se publican menos libros. PERFIL tuvo acceso a información al respecto. En el caso de ficción y temas afines, durante 2023 se publicaron 1.971 títulos, mientras que en el primer semestre de este año, 358; de persistir la tendencia, será una baja anual del 78%. En temáticas como infantiles, juveniles y didácticos: 2.059 el año pasado, 471 en lo que va del año, con baja proyectada del 54%.

El precio de tapa de un libro no obedece a la ley de oferta y demanda. Los costos fijos de producción (papel, impresión y encuadernación) sufrieron un aumento escalar, sumado al de combustibles, que elevan los costos de logística. Si las tiradas se reducen, cada libro aumenta su precio de tapa, ya que el costo se prorratea en menos ejemplares. De tal manera que un libro “barato” surge de un mercado con poder adquisitivo y capacidad de consumo, que obliga a mayores tiradas.

Existe una convocatoria de la Cámara Argentina del Libro para defender la Ley 25.542 que implica a la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP), la Cámara Argentina de Librerías Independientes (CALI), la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Afines (Falpa) la Cámara de Librerías y papelerías de La Plata, la Cámara de Librerías y Papelerías (Capla), la Cámara de Librerías y Editoriales Independientes (Caledin).

Es que la supervivencia del libro argentino depende de un gran acuerdo al respecto.

viernes, 19 de julio de 2024

Una mezcla de cinismo, ignorancia y mala fe

En un esfuerzo más por hacer retroceder la industria del libro en la Argentina, el actual gobierno quiere derogar una norma que democratiza el valor de los libros, como en casi todos los países civilizados del mundo. En la bajada de artículo publicado por Daniel Gigena, en el diario La Nación, de Buenos Aires, el pasado 17 de julio, se lee: "Para el ministro Federico Sturzenegger (foto), la norma promulgada en 2002 impide que los libros sean más accesibles; 'La prohibición de que los libros no puedan ser más baratos nos parece algo de una crueldad y de una actitud anticultural increíble', dijo".

Segundo round: el Gobierno insiste en derogar la ley de precio único de los libros

Tras la publicación, este lunes, en el portal Parlamentario, de una información donde se insinuaba que en la “ley de hojarasca” promovida por el flamante ministro de Desregulación y Transformación del Estado Federico Sturzenegger (bautizada así porque es una norma que permitiría “barrer” con leyes y regulaciones “obsoletas”) estaba incluida la derogación de la ley 25.542 de precio uniforme de los libros, Sturzenegger dijo a La Nación que esa iniciativa no formaba parte del nuevo proyecto.

No obstante, confirmó que “de una manera u otra” la derogación de esa ley sería una cuestión a abordar por el Poder Ejecutivo. La meta, según dijo, es “beneficiar a los usuarios”, es decir, a los lectores, con una hipotética baja del precio de los libros.

La ley 25.542, conocida como “ley de defensa de la actividad librera”, se promulgó en 2002 y establece que los editores e importadores de libros deben fijar precios de venta al público uniformes en todo el país.

“Es un tema que de una manera u otra vamos a abordar -dijo el ministro a este diario-. La prohibición de que los libros no puedan ser más baratos nos parece algo de una crueldad y de una actitud anticultural increíble. Hay amplia evidencia de que permitir los descuentos reducen el precio; es algo obvio. En Estados Unidos, la irrupción de Amazon hizo que los libros hoy salgan 40% menos que hace diez años”.

“No se puede pensar en nada más anticultura que no permitir que los libros lleguen baratos a la gente”, dijo Sturzenegger.

Al ser consultado sobre si esta medida no afectaría a las librerías, en especial a las independientes, el ministro respondió que probablemente así fuera. “De lo que hablamos es de permitir la competencia para que los libros lleguen más baratos a la gente; si afectar significa que van a tener que cobrarlos más baratos, entonces sí las afectaría. Pero eso es bueno, ¿no? Tal vez deberían reinventarse”.

Cámaras del sector editorial y de librerías y entidades que representan a escritores no coinciden con el punto de vista del ministro. En las vidrieras de librerías porteñas, incluso las de la cadena Cúspide (del Grupo Clarín), se puede leer un cartel con la leyenda: “Las librerías no adherimos a la derogación de la ley 25.542″. Editores, libreros, autores y dibujantes, entre otros agentes del mercado editorial, se aprestan para un segundo round con el Gobierno. Los principales beneficiarios de la derogación serían las grandes superficies (supermercados e hipermercados) y plataformas como Mercado Libre.

“No sé realmente quién podría estar en contra de tener libros más baratos, excepto quienes esta ley hoy les permite venderlos más caros. Es muy cruel, o muy cínico, que haya gente que critique esto en nombre de la cultura. ¿A quién vamos a defender? Al usuario”, afirmó Sturzenegger. A pesar de ser un crítico del Gobierno de Javier Milei, el exministro de Cultura de Cambiemos, Pablo Avelluto, había apoyado la derogación de la norma.

“El proyecto estaba en la ‘ley Bases’ -concluyó Sturzenegger-. Así que tarde o temprano es un debate que tenemos que dar”. Durante los debates legislativos en torno a ese megaproyecto, la oposición había logrado que las normas vinculadas con la cultura fueran retiradas por el oficialismo.

jueves, 18 de julio de 2024

"Es fundamental que el nombre del traductor, que a veces intentan ocultar, sea visible"

El pasado 25 de junio, Miguel Ángel Artigas dio cuenta, en el Diario de Teruel, de España, de la participación del traductor Carlos Fortea en el 21º congreso de los escritores aragoneses, que tuvo lugar por esos días.
 
“¿Por qué iban los lectores a querer una novela escrita o traducida por IA?”

El madrileño Carlos Fortea, Premio Nacional de Traducción 2023 y profesor de la Universidad Complutense (UCM), asegura que “la traducción es un género literario, porque lo que le llega al lector es otra versión de la novela, cuya autoría es del traductor. Un libro traducido es un segundo original”. Fortea fue uno de los invitados de lujo de la 21ª edición del Congreso de la Asociación Aragonesa de Escritores, que se celebró este fin de semana en Tarazona.

La temática del congreso este año fue la traducción literaria, y no en vano Tarazona acoge la Casa del Traductor, una institución dedicada al fomento de la traducción literaria y la reflexión sobre ella.

En una conversación con el escritor Alejandro Corral, Carlos Fortea, una de las referencia de la traducción al alemán en España -es el traductor de Günter Grass y Kafka, entre otros autores de 150 obras en total-, ahondó en la necesidad de “visibilizar” y “dignificar” el oficio de traductor, en un sector editorial “que a veces es muy poco profesional con la traducción literaria”. “Es fundamental que el nombre del traductor, que a veces intentan ocultar, sea visible y en portada mejor que en portadilla interior”, explicó.

Según un estudio de la Asociación de Traductores, el pago de las traducciones, que se realizan por página (2.100 caracteres por página, es decir 30 líneas por 70 espacios) oscilan entre los 7 y los 17 euros la página, y los derechos de autor son generalmente el 1% del precio del libro”.

Respecto a la irrupción de la inteligencia artificial en el mundo de la literatura, considera que “puede que sirva para traducir textos comerciales, pero nunca para la traducción literaria, porque estas máquinas, de inteligencia, nada; son súper copionas ciegas. Nos estamos adentrando en un mundo absurdo y distópico. ¿Por qué vamos a querer que una máquina escriba una novela? ¿Qué sabe del ser humano? ¿Quieren los lectores una novela escrita por la IA? Lo que escriba la IA nunca va a ser original, porque se basa en textos ya hechos. Nunca hará lo que solo puede hacer un ser humano”.

miércoles, 17 de julio de 2024

“Empecé a traducir porque quería entender y no entendí nada, porque Vallejo escribe en Vallejo"

"'No existe la poesía sin traducción', bajo esta premisa Katherine Hedeen, traductora estadounidense, inició el conversatorio “La poesía como traducción”, en el marco del Festival de Los Confines". Tal es la bajada de la nota publicada por Samaí Torres, en El Heraldo, de Honduras, el pasado 26 de mayo.

La traducción, pieza fundamental para universalizar la literatura

La traducción fue una de las grandes protagonistas del VIII Festival Internacional de Poesía Los Confines, porque no había otro camino, no podemos acercar la literatura universal a Honduras sin la traducción.

Sin la traducción no se habría publicado en Honduras el libro de Robert Pinsky, tampoco el de Tyehimba Jess, mucho menos los de Adrian Grima, Zoë Skoulding, Christos Koukis y James Byrne, y muchos otros poetas de otras lenguas.

La traducción es la que acerca, en este caso, al español, la obra de miles de autores de todas las latitudes para que puedan ser disfrutadas y comprendidas.

Y dada la relevancia de la traducción en la literatura, y en este caso particular la poesía, el VIII Festival de Los Confines abrió espacios para el diálogo en torno a este oficio tan importante.

Y fue de la mano de la traductora, ensayista y profesora universitaria estadounidense Katherine Hedeen, que se abrió una conversación bajo el título “La poesía como traducción”, y que tuvo como premisa que: “No existe la poesía sin traducción”.

Desde la propia experiencia de la traductora en este mundo literario que a veces se pone intrincado, el público reunido en la sede de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) en Gracias, comprendió un poco más sobre la importancia de la traducción literaria.

Hedeen partió de la pregunta: ¿Por qué soy traductora de la poesía hispanoamericana?, y contó la estadounidense que fue cuando tenía 13 años que comenzó a estudiar español, que inicia una relación con nuestro idioma que la llevó a un interés que luego sería una pasión: traducir poesía, especialmente la hispana.

“Para mí la poesía es una manera de vivir y experimentar el mundo, cuando descubrí la poesía descubrí que podía ver el mundo de otra manera (...) Esa idea de la poesía no la descubrí a través de la poesía en inglés, yo descubrí esa magia a través de la poesía en español”, compartió.

“Al leer a Antonio Machado (España) descubrí que la poesía en lengua española me ofrecía algo que no había encontrado en la poesía en inglés, era ese calorcito, inmediatamente me dediqué a su estudio”, rememoró, y fue así que el primer libro que intentó traducir fue del peruano César Vallejo.

“Empecé a traducir porque quería entender y no entendí nada, porque Vallejo escribe en Vallejo, no en español. Yo quería apreciar el texto de una manera más profunda”.

Y es aquí donde uno comprende que la traducción no se trata de literalidad, entonces es aquí donde uno también comprende la complejidad de este oficio... Realmente la traducción es un universo total.

“Me siento atraída por los desafíos de la poesía que me ofrecen la posibilidad de ser poeta yo misma”: he aquí una controversia. Katherine Hedeen nunca ha publicado un poemario de su autoría.

Pero ella misma lo dice con la seguridad que le da la apropiación de su trabajo: “Mis traducciones son mis poemas”.

Y una aclaración: “Esto no quiere decir que no sea fiel al texto original o que traicione al lector, al consolidar mi obra de esa manera honro al poema y al poeta”.

Y sí, claro que Hedeen es poeta, porque si tradujera literalmente un poema, es simple, no se entendería.

Para comprender un texto traducido el traductor debe acoplar ese lenguaje a otro lenguaje, que lleva implícitas otras interpretaciones dentro de un contexto culturalmente diferente.

La traducción no es sinónimo de literalidad, aunque en el proceso de traducir la operación inicial más sencilla es la traducción literal, para luego continuar con el proceso más complejo: darle sentido, preservar una estética.
Una obsesión con la originalidad

¿Es entonces una traducción una poesía original en sí misma? Ante la pregunta Hedeen responde que “la obsesión con la originalidad me parece un error”.

Por qué, porque “todo poema es producto de una traducción. Todo lo que pensamos es un proceso de traducción. Todo son actos de traducción. El poeta traduce lo que ve”.

Es por esta razón que la estadounidense se considera una “activista de la traducción”, porque existe una idea de desprecio por la traducción, por esta idea de que la originalidad es lo máximo y la traducción una copia.

“Trato de conversar con las personas sobre el valor intrínseco y artístico de la traducción, que es un acto literario”.

Sobre si hay límites en la traducción, Hedeen señala que es importante que el traductor clarifique sus intenciones, que sepa con qué dialoga, porque el arte no existe en un vacío.

Ningún escritor ve un árbol o un pájaro y esa es inspiración suficiente para escribir un poema, “me interesa rechazar la idea de la inspiración que ocurre en un vacío, las ideas no nacen de la nada, viven de muchas otras ideas, aunque exista la creencia de que todo eso pasa como si fuese arte de magia. La traducción hace evidente que las cosas no suceden de esa manera”.

Katherine Hedeen ha traducido al inglés la obra de Juan Gelman, Marco Antonio Campos, Antonio Gamoneda, José Emilio Pacheco, Hugo Mujica, Luis García Montero, Víctor Rodríguez Núñez, Juan Bañuelos, entre muchos otros.


martes, 16 de julio de 2024

A 120 años de la muere de Anton Chejov

El 15 de julio, Daniel Gigena publicó en La Nación, de Buenos Aires, una extensa nota a propósito de los 120 años de la muerte de Anton Chejov. Allí, diversas personas opinan sobre los diferentes aspectos que conforman la escritura de uno de los más influyentes escritores de todas las épocas. Ofrecemos a continuación la opinión de Alejandro González, uno de sus traductores al castellano.

"Una de las dos grandes corrientes del cuento moderno"

El traductor y especialista en literatura rusa Alejandro Ariel González tradujo del ruso al español noventa cuentos de Chéjov para la editorial Losada. “Si bien corresponden a distintos períodos, en su mayoría son de su primera etapa, en la que se destaca la nota cómica -dice González a este diario-. Varios de los cuentos de esa época son casi chistes, anécdotas, pero ya se percibe a un escritor consciente de la dificultad de escribir después de Tolstoi y Dostoievski. Su poética no estará centrada en la revelación de grandes misterios, en el abordaje de cuestiones últimas como Dios, el destino de Rusia, de Europa, de la humanidad, sino en pequeñas escenas naturalistas donde los humanos se muestran con todas sus flaquezas y debilidades. Una literatura no ambiciosa desde lo programático que produce la sensación de que en sus cuentos no ocurre nada. En rigor, sí ocurre, solo que el narrador ya no lo dice, apenas lo sugiere, y es el lector quien repone el vacío de información. Eso lo llevó a crear una de las dos grandes corrientes del cuento moderno. En una prevalece el hecho excepcional, sensacional, descabellado, al estilo de Poe; en otra, el hecho cotidiano, común, pero que la literatura es capaz de transfigurar en algo significativo”.

lunes, 15 de julio de 2024

Fieles a su reputación de abusivos y esclavistas, los japoneses eliminan a los traductores de los créditos de los videojuegos que producen


El pasado 12 de julio, Víctor Rosas escribió en Yahoo Finanzas sobre las políticas abusivas de la empresa japonesa Nintendo para con sus traductores. Las políticas negreras parecen ser el leit motiv de la compañía.

Acusan a Nintendo por no dar crédito a traductores de videojuegos aclamados

Nintendo está de nueva cuenta en la mira por una polémica relacionada con sus políticas internas a nivel laboral y el manejo de sus acuerdos con empresas de terceros que son contratadas para sus procesos de desarrollo. Recientemente, traductores que han participado en títulos aclamados de Nintendo Switch en años recientes revelaron que la compañía japonesa no les dio crédito por su trabajo, alimentando una cadena que beneficia en presente al empleado, pero lo compromete a futuro.

Traductores aseguran que Nintendo no da crédito a empleados externos
Un reporte de Game Developer citó diversas entrevistas realizadas a traductores (que optaron por el anonimato) que en algunos casos fueron parte de Nintendo y en otros independientes que trabajaron en proyectos de la compañía japonesa como The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom y Animal Crossing: New Horizons. El problema en cuestión es que Nintendo no da crédito a los traductores cuando son contratados a través de agencias, algo cada vez más común pues es más barato y accesible para las empresas en vez de tener áreas y personal especializado internamente.

Al respecto, se menciona el posible origen de esta decisión por un problema interno que surgió en Nintendo: "recuerdo un proyecto en el que la empresa decidió no incluir a los probadores internos en los créditos. Este fue uno de los juegos de Professor Layton de Level-5. Nintendo of Europe se encargó de la localización y publicación de la serie Layton en ese momento. Los traductores de ese proyecto protestaron enérgicamente contra esta decisión, pero al final no se les dio crédito por este proyecto. No sé si desde entonces esto se ha convertido en una política".

Nintendo prohíbe que traductores hablen de su trabajo en la compañía por 10 años
Asimismo, se citan testimonios de traductores independientes que trabajaron en grandes y exitosos títulos de Nintendo mediante agencias como Localsoft y Keywords. En su caso, se les mencionó la ausencia del crédito correspondiente como parte de su contratación, aunque señalan que es algo que afecta al gremio a mediano y largo plazo: "acepté como parte del negocio, pero eso no significa que sea justo o correcto. El hecho de que estas empresas no sean capaces de dar ninguna explicación razonable para omitir a los traductores externos (e incluso a los desarrolladores) de sus créditos es una prueba de ello. Profesionalmente, es difícil decir cuánto me ha impactado esto. Es muy posible que más agencias de traducción se hubieran acercado a mí si mi nombre hubiera aparecido en todos estos grandes juegos de Nintendo".

Al respecto, otros traductores señalaron que se enteraron de esta situación cuando la compañía japonesa los invitó a firmar un documento de confidencialidad en que se comprometen a no hacer público que trabajaron en tal o cual juego, ni detalles, durante los próximos 10 años. Algunos trabajadores criticaron esta política y señalan lo difícil que es ver los elogios, premios y reconocimientos que se llevan títulos como Zelda: tears of the Kingdom y ellos no pueden revelar que trabajaron en ellos, por ende, sus CV no pueden incluir dicha labor, lo cual va en detrimento de sus posibilidades de contratación en proyectos importantes.

Finalmente, algunos empleados entrevistados declararon que se trata de un acto normalizado entre Nintendo y las agencias con el temor constante de caer en una "lista negra" en caso de protestar: "sentí que me beneficiaría de poder afirmar que trabajé en el título al ofrecer mis servicios a nuevos clientes. Sin mencionar que en realidad pasé una buena cantidad de tiempo trabajando casi exclusivamente para ellos. Cuando todo el proyecto estuvo terminado, me llevó meses volver a poner en marcha un trabajo estable, ya que no había estado disponible durante mucho tiempo. Así que, lógicamente, me sentí robado, pero de una manera demasiado familiar, lo que dice mucho de esta línea de trabajo".

viernes, 12 de julio de 2024

"En otras cosas peores se podría ocupar el hombre"

Jorge Luis Borges frecuentemente escribió contra el estilo de Miguel de Cervantes porque –no se la iba a perder–, eso era lo que reivindicaban los comentaristas españoles del Quijote. 
Para el autor de "Pierre Menard, autor del Quijote", lo que realmente importaba era el personaje y la historia de su amistad con Sancho Panza. Más allá de quién tenga razón (si es que alguno la tiene), acá, para recibir el fin de semana, vamos a reivindicar algo de lo que Cervantes escribió sobre la traducción. Más explícitamente, en el capítulo LXII. Allí, al llegar a Barcelona, visita una imprenta, donde encuentra al autor de una traducción con el que mantiene el diálogo que sigue.

"El traducir de una lengua en otra (...) es como quien mira los tapices flamencos por el revés"

Llegábase Don Quijote a un cajón, y preguntaba qué era aquello que allí se hacía; dábanle cuenta los oficiales; admirábase, y pasaba adelante. Llegó en otros a uno, y preguntole qué era lo que hacía. El oficial le respondió:
Señor, este caballero que aquí está (y enseñole un hombre de muy buen talle y parecer y de alguna gravedad) ha traducido un libro toscano en nuestra lengua castellana, y estoile yo componiendo, para darle a la estampa.
¿Qué título tiene el libro?, preguntó Don Quijote.
A lo que el autor respondió:
Señor, el libro, en toscano, se llama «Le bagatelle».
¿Y qué responde «Le bagatelle» en nuestro castellano?, preguntó Don Quijote.
«Le bagatelle», dijo el autor es como si en castellano dijésemos los juguetes; y aunque este libro es en el nombre humilde, contiene y encierra en sí cosas muy buenas y sustanciales.
Yo, dijo Don Quijote sé algún tanto de el toscano, y me precio de cantar algunas estancias del Ariosto. Pero dígame vuesa merced, señor mío (y no digo esto porque quiero examinar el ingenio de vuesa merced, sino por curiosidad no más): ¿ha hallado en su escritura alguna vez nombrar «pignata»?
Sí, muchas veces, respondió el autor. Y ¿cómo la traduce vuesa merced en castellano? preguntó Don Quijote.
¿Cómo la había de traducir, replicó el autor sino diciendo olla?
¡Cuerpo de tal!, dijo Don Quijote, y qué adelante está vuesa merced en el toscano idioma! Yo apostaré una buena apuesta que adonde diga en el toscano «piace», dice vuesa merced en el castellano place, y adonde diga «più», dice más, y el «su» declara con arriba, y el «giù» con abajo.
Sí declaro, por cierto, dijo el autor, porque ésas son sus propias correspondencias.
Osaré yo jurar, dijo Don Quijote que no es vuesa merced conocido en el mundo, enemigo siempre de premiar los floridos ingenios ni los loables trabajos. ¡Qué de habilidades hay perdidas por ahí! ¡Qué de ingenios arrinconados! ¡Qué de virtudes menospreciadas! Pero con todo esto, me parece que el traducir de una lengua en otra, como no sea de las reinas de las lenguas, griega y latina, es como quien mira los tapices flamencos por el revés; que aunque se veen las figuras, son llenas de hilos que las escurecen, y no se veen con la lisura y tez de la haz; y el traducir de lenguas fáciles, ni arguye ingenio ni elocución, como no le arguye el que traslada, ni el que copia un papel de otro papel; y no por esto quiero inferir que no sea loable este ejercicio del traducir, porque en otras cosas peores se podría ocupar el hombre, y que menos provecho le trujesen.

jueves, 11 de julio de 2024

El tratamiento de la homosexualidad en la RAE

Francisco Molina Dìaz
Docente e Investigador del área del Lengua Española del Departamento de Filología y Traducción de la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla. publicó eel 28 de junio, en The Conversation, un interesante artículo sobre la manera en que la RAE, con su mentalidad troglodita se ha ocupado a lo largo del tiempo de las distintas palabras que se refieren a la diversidad sexual.

Cómo aborda la Real Academia Española a la diversidad sexual

Son frecuentes, sobre todo cuando hay cambios en el diccionario, las críticas a la Real Academia Española por xenófoba, racista, antisemita, machista, homófoba, misógina y cualquier otra acusación de incitación al odio o rechazo a un colectivo. Suele imputársele incluir acepciones ofensivas a la dignidad.

Quizás esta acusación surja por la extendida costumbre de no leer los prólogos, preámbulos, introducciones, avisos y advertencias que preceden a los diccionarios. Precisamente, en el preámbulo de la última edición del diccionario académico, la del Tricentenario, se afirma:

“La corporación […] procura aquilatar al máximo las definiciones para que no resulten gratuitamente sesgadas u ofensivas, pero no siempre puede atender a algunas propuestas de supresión, pues los sentidos implicados han estado hasta hace poco o siguen estando perfectamente vigentes en la comunidad social”.

¿Sería adecuado eliminarlos para que ningún hablante los conozca y, así, evitar usarlos? El preámbulo del Diccionario de la lengua española responde:

“Del mismo modo que la lengua sirve a muchos propósitos, incluidos algunos encaminados a la descalificación del prójimo o de sus conductas, refleja creencias y percepciones que han estado y en alguna medida siguen estando presentes en la colectividad. Naturalmente, al plasmarlas en un diccionario el lexicógrafo está haciendo un ejercicio de veracidad, está reflejando usos lingüísticos efectivos, pero ni está incitando a nadie a ninguna descalificación ni presta su aquiescencia a las creencias o percepciones correspondientes”.

El diccionario no es la obra moral que prescribe qué palabras usar; no es un catecismo, ni un libro de buenas maneras, aunque la Academia, en el mismo preámbulo, reconoce que “existe la ingenua pretensión de que el diccionario pueda utilizarse para alterar la realidad”. El diccionario refleja la sociedad que emplea la lengua, sus virtudes y sus vicios, sus bondades y maldades, y sus cambios. Por eso varía, reflejando salidas y entradas de palabras y sentidos, según el uso de los hablantes.

Palabras para definir el concepto
Ahora, tras el Mes del Orgullo LGTBI+, miramos cómo la RAE aborda la homosexualidad, que el diccionario define como “inclinación erótica hacia individuos del mismo sexo”, incluyendo lesbianismo ‘homosexualidad femenina’ y uranismo ‘homosexualidad masculina’.

Los dos términos tienen origen clásico, aunque los tintes idílicos de la antigüedad pronto se topan de bruces con la definición de uranismo en el diccionario de Alemany y Bolufer (1917). Primero se incluye como patología; se emplea, “principalmente, en medicina legal”. Luego se dice que es una “inversión sexual” sin origen físico, pura perversión, sin que los órganos genitales presenten “vicio de conformación”.

En los diccionarios de la RAE hay voces diversas para el hombre homosexual: bujarra, bujarrón, gay, homosexual, marica, maricón, mariquita y sarasa. Y también afeminado, bollero, invertido, lesbiano y tortillero. Estos últimos aparecen con variación de género, con formas masculinas y femeninas.

Los primeros en aparecer, en el Diccionario de autoridades (1726 y 1734), son afeminado, bujarrón, marica, maricón e invertido. En 1803 surge mariquita. Y en el siglo XX, sarasa (1925), bujarra (1927), homosexual (1936) y gay (1984). Todas siguen estando, salvo bujarra, que desaparece en 1992. No supone esto que la inclusión en el diccionario coincida con el momento de su aparición en la lengua española; el refrendo del diccionario se produce tras la comprobación de su uso frecuente.

Pero el lesbianismo también recibe voces despectivas, aunque menos y más tardías. La primera aparición de lesbiano se da en el suplemento del diccionario académico de 1970 y remite a amor lesbio: “Amor homosexual entre mujeres”. Tortillera se incorpora en 1985, y bollera en 1989. Ambas llegan marcadas como “vulgares”.

Definiciones que cambian con el tiempo
Pero no solo las incorporaciones o desapariciones de palabras en la lexicografía son interesantes. También lo son las definiciones y ejemplos que afloran.

En 1726, en el Diccionario de autoridades, para afeminado no se usa ninguna definición que aluda a la sexualidad, pero se asimila a lo femenino, inferior a lo masculino: “Inclinado, y reducido al génio y manéra de obrar y hablar de las mugéres […]. Lat. Debilis. Imbecillis. Infirmus”.

Homosexual, en 1936, se define como “sodomita”, y así llega hasta 1956; en 1950 es el que “busca los placeres carnales con personas de su mismo sexo”.

En 1989 se identifican afeminado y homosexual y aparece un sentido que acerca la homosexualidad al vicio: “Inclinado a los placeres, disoluto”. Y es que la sociedad española aún relacionaba la homosexualidad y perversión: en 1995 estallaba el caso Arny, un juicio de prostitución de menores en un bar de Sevilla en el que los imputados, todos ellos hombres homosexuales, y algunos famosos, fueron acusados sin pruebas y juzgados en los medios de comunicación, aunque la mayoría resultarían finalmente absueltos.

La débil voluntad que Autoridades asocia a la mujer está en las definiciones de marica y maricón. Marica es un hombre fácilmente manejable: “hombre afeminado y de pocos brios, que se dexa supeditar y manejar”. En 1803 se describe como hombre “de poco ánimo y esfuerzo” y en 1984, “homosexual, invertido”. Desde 1992 marica es un “insulto empleado con o sin el significado de hombre afeminado y homosexual”.

Maricón tampoco se libra de la supuesta abulia femenina: para Autoridades es “hombre afeminado y cobarde”. En 1884 se le añade “sodomita”, y en 1970, “invertido”. No conformes, en 1984 es “persona despreciable e indeseable”. En 1992 se mantiene la voz, pero al menos se indica que es “insulto grosero”. Y el bujarrón es “hombre vil è infame, que comete activamente el pecado nefando” (1726).

En definitiva, los diccionarios académicos, desde Autoridades hasta la edición del Tricentenario, incorporan y pierden palabras y definiciones relacionadas con la homosexualidad: la Academia no se erige en creadora de comportamientos lingüísticos, sino en reflejo de la actuación de los hablantes.

La lengua no es un ente estático; al contrario, es una de las realidades más dinámicas que conocemos y, como tal, cambia en función de la evolución de la sociedad que la usa. Precisamente por ello es por lo que la RAE realiza ediciones periódicas de su diccionario: el objetivo es reflejar cómo la lengua varía en función de los cambios sociales; y la percepción de la homosexualidad no escapa a esta transformación y deja por ello su reflejo en el tratamiento lexicográfico.

miércoles, 10 de julio de 2024

Tercera edición de un premio a la traducción

 

III Premio Hispanoamericano de Traducción Literaria Aquelarre Ediciones 2024

Fecha: 31/7/2024. Premio: 30.000 pesos mexicanos y publicación. Ámbito: internacional. Admite envíos por Internet. Género: traducción literaria. Organizador: Aquelarre Ediciones, Editorial de la Universidad Veracruzana y Secretaría de Cultura de Veracruz (México). Mayor información: 

clic aquí.

martes, 9 de julio de 2024

Paco Ignacio Taibo II y su balance del F.C.E.



El pasado 2 de julio, Reyes Martínez Torrijo publicó en el diario mexicano La Jornada una entrevista con Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica, una de las mayores y más importantes editoriales latinoamericanas.

"El Fondo logró convertirse en editorial popular"

El Fondo de Cultura Económica (FCE) alcanzó una producción anual de 2 millones 800 mil ejemplares y la venta de una cantidad similar de libros en el mismo periodo, sostuvo su director, Paco Ignacio Taibo II, quien destacó el crecimiento sorprendente del fomento a la lectura del sello y que la sociedad siente que cumplió en convertirse en una editorial popular.

El escritor habló en entrevista con La Jornada del programa que realiza el Fondo en Oaxaca, Michoacán y Sonora, en colaboración con sus gobiernos estatales; de la conmemoración por los 90 años de la institución y de su gestión al frente de la editorial del Estado mexicano.

En las tres entidades, comentó Taibo II (Gijón, España, 1949), el fomento de la lectura ha dado saltos espectaculares y se producen labores que suman a lo que ha estado haciéndose. Hay un largo trabajo de construcción de clubes y salas de lectura, visitas del Librobús, conferencias, reactivación de librerías y ahora se lanzaron programas muy grandes que van a consumir este fin de año.

En Oaxaca se lanzó la Guelaguetza Literaria, que significa la incorporación de miles de jóvenes a campañas de fomento a la lectura y comenzó la distribución de 17 mil libros. “Ese proyecto se va a prolongar, probablemente, durante meses. Vamos a tener una gira grande de librobuses en la entidad, comunidad por comunidad. Habrá una segunda tanda de distribución, así como conferencias y debates de historia de México.

Simultáneamente, se lanzó Michoacán Lee, otro plan de origen estatal, que incluye conferencias, debates, distribuciones de libros, colaboración con ayuntamientos y el magisterio, el inicio de una larga gira del Librobús, algo que ya veníamos haciendo pero volvimos masivo en escuelas normales. También, otra cantidad enorme de libros se pusieron en circulación en regalo junto con el gobierno estatal.

La tercera serie es la iniciativa Nidos de Lectura, en Sonora, que se desarrollaron con velocidad endiablada. En mayo estábamos con 400 de esos libroclubes en un estado de enorme desconcentración de la población, donde hacer llegar libros es muy complicado, y más aún darles atención sistemática.

Aparte, dijo el historiador, vamos a llegar a 16 mil clubes de lectura este fin de año; probablemente, más. Hemos crecido de manera muy potente, esto ligado a que el Fondo tiene que establecer continuidad editorial, de proyectos de fomento a la lectura, de divulgación, etcétera.

En torno a la celebración de los 90 años del FCE, Taibo II adelantó que reunirá cuatro líneas, una de ellas es que en todas las librerías de la red Fondo Educal se pondrán a la venta 90 libros a mitad de precio. 90 para el 90 es una selección sorprendente de libros que están en primeras o en segundas ediciones, actividad a la que se sumarán todas las filiales del FCE en el planeta.

Paco Ignacio Taibo II dio un balance de los resultados del FCE en los recientes cinco años, en los que se hallan el crecimiento sorprendente del fomento a la lectura y la construcción de una estructura de comunicación antes inexistente.

Añadió que es nuestro orgullo, porque es una red muy rica, ya que nos permite decir no sólo lo que estamos haciendo, tanto en difusión como en promoción de la lectura, qué conferencias va a haber y en dónde, sino que permite un muy potente contacto directo con los lectores.

El funcionario hizo hincapié en el propósito de llevar el FCE a un terreno más popular. Necesitábamos una colección como Vientos del Pueblo, abajo de 20 pesos, con tirajes muy altos, para que se justificara el precio tan bajo. Ya lleva vendidos 5 millones de ejemplares en todo el país, produciendo quizá tres libros al mes. En suma, al año editamos entre 450 y 500 títulos, entre ediciones nuevas y reimpresiones.

A los millones de libros editados y vendidos, consignado arriba, se suman las cifras de las filiales en Colombia, Argentina, Chile y España, detalló Taibo II. En este tema, relató que las sucursales se volvieron mucho más operativas y activas. En todo el planeta crecieron. Las encontramos en desastre y han estado reparándose una a una.

Informó que el año pasado se atendieron 140 ferias de libros en México, y que el viernes y el sábado pasados se realizaron “162 actividades en todo el mundo: una feria en Guatemala, un club de lectura en Santiago de Chile, una presentación de un libro aquí, una en Irapuato, un tendido de libros en el Politécnico…”; además, calculó que la cifra de ventas superará en 15 por ciento lo reportado en 2019.

En torno a su permanencia al frente del FCE, Taibo II refirió que “dado lo que dijo Claudia Sheinbaum (virtual presidenta electa) en un acto público, voy a continuar. Además, el Fondo tiene nombramientos transexenales y Andrés Manuel López Obrador (actual mandatario) ya me había renovado en marzo pasado por cinco años.

De todas maneras, el gobierno cambia en septiembre-octubre, pero la Feria Internacional del Libro en el Zócalo es en octubre y había que preparar desde ya nuestra colaboración con el gobierno de la Ciudad de México, así como la intervención en las ferias Internacional del Libro de Guadalajara, de Tampico y Oaxaca, además del 90 aniversario.

Concluyó que está contento, porque percibo una sensación de abajo hacia arriba en la sociedad mexicana de que el Fondo cumplió con algo que no estaba puesto en la mesa: que el fondo era una editorial capaz de apoyar de manera sólida y sustantiva la producción del libro hacia el mundo académico; ya lo sabíamos, pero también era capaz de convertirse en popular, en términos de distribución y buena calidad.

lunes, 8 de julio de 2024

"Un combate teórico-político para pensar la lengua"

El pasado 30 de junio, en su columna semanal del diario Perfil, Damián Tabarovsky, citando al 
escritor, periodista, filólogo Victor Klemperer (1881-1960, foto) se refiere a la necesidad de revisar continuamente la lengua para ver cuáles son las rémoras que el presente arrastra de etapas dictatoriales de nuestra historia.

Combates en la lengua

¿Se puede narrar la memoria de la lengua? ¿Devolverle la memoria a una lengua perdida? ¿Dar testimonio del momento en que una lengua se extravía? ¿Tomar nota, en tiempo real, de la densidad de los combates por la lengua? Los diarios de Victor Klemperer van en esa dirección. Noveno hijo de un rabino, nacido en 1881 en una región que hoy pertenece a Polonia, filólogo de profesión, alistado voluntariamente en el ejército alemán durante la Primera Guerra mundial, a partir de 1933 sufrió la persecución nazi: despedido de la universidad, obligado a abandonar su casa y confinado a vivir en una Judenhaus, conminado a realizar trabajos forzados, gravemente enfermo, lo salvó de la deportación el hecho de estar casado con una mujer no judía, según la situación especial de los denominados “matrimonios mixtos” bajo el régimen nacionalsocialista. Klemperer, en ese contexto, escribió un diario e inmediatamente después un libro (LTI es de 1946) en los que toma nota de manera minuciosa, dramática, pero siempre intelectual, de los cambios en la lengua alemana, de la aparición del nazismo como acontecimiento político, por supuesto, pero también y sobre todo como acontecimiento discursivo, como la búsqueda de una nueva lengua alemana. Pocos casos en la historia de la cultura de la modernidad son tan intensos como los libros de Klemperer, intensos en el sentido de un poder de observación in situ para detectar la fascistización de una lengua, los cambios brutales en el habla, en la lengua del poder, pero también en su imbricación con el habla cotidiana, en la lengua de la conversación diaria. Y también, quizás como pocos, para observar las terribles líneas de continuidad entre el fascismo, el nazismo, y el régimen que lo sucedió.

De hecho, así comienza LTI: “Debido a las nuevas necesidades, el lenguaje del Tercer Reich incrementó el uso del prefijo de privación ent (des, de), si bien queda por ver, en cada caso, si se trataba de una nueva creación o de la adopción, por parte del lenguaje de la comunidad, de ciertas expresiones ya utilizadas en círculos especializados. Había que oscurecer las ventanas ante el peligro de los bombardeos aéreos; así pues, luego se requería un trabajo diario de ‘desoscurecimiento’. En caso de incendio, los trastos y escombros no debían obstaculizar el paso a quienes acudían a apagar el fuego; así pues se procedía al ‘desescombro’. Para definir de una manera más amplia la tarea necesaria del presente, se ha acuñado una palabra formada por analogía: Alemania casi sucumbió del todo por causa del nazismo; el esfuerzo por curarla de esta enfermedad mortal se llama hoy día ‘desnazificación’. No creo ni deseo que esta horrorosa palabra tenga una vida duradera; desaparecerá y sólo llevará una vida histórica tan pronto como haya cumplido su deber actual”. La aparición de nuevos giros, nuevas palabras, pueden ser pensado –Klemperer lo piensa así– en sincronía con una derrota político-cultural.

A finales de la dictadura argentina, los textos políticos de Fogwill y de Brocato fueron escritos en esa dirección. Escribo esto en Argentina en junio de 2024, bajo ese régimen que, por pereza intelectual, llamamos “democracia”. Pues bien: sigue siendo imprescindible dar un combate teórico-político para pensar la lengua en las condiciones de producción de la posdictadura.