martes, 31 de julio de 2018

"María es necesaria para que la trinidad exista"


Sonia Abián (Posadas, 1966) es una artista plástica argentina. El siguiente texto, que incluyó en su blog, debe leerse en el contexto de la entrada publicada en este blog el día de ayer. Se refiere a la polémica surgida en España entre el idiota de Arturo Pérez Reverte y Carmen Calvo, vicepresidente del Gobierno español, a propósito de la posibilidad de modificar la Constitución española para  dejar de lado el masculino universal en favor de un lenguaje más inclusivo. Luego de que Calvo pidiera su opinión a la Real Academia, Pérez Reverte reaccionó airadamente, amenazando con renunciar a la institución (información que puede ampliarse en la entrada de este blog correspondiente al 16 de julio pasado). 

Mire el cuadro y diga: “en el nombre del padre,
del hijo, del espíritu santo amén” ¿Quién quedó sin nombrar?

El Sr. Pérez Reverte, escritor y periodista, opina que el lenguaje inclusivo atenta contra el principio de economía del lenguaje, y por ende contra la Real Academia Española, institución que es una y trina como ya sabemos y de la cual es miembro. O miembra.  Considera que decir niños y niñas, en vez de solo niños, es una”duplicación” del sustantivo innecesaria. Ha dado en el clavo. Porque la propuesta presentada por la vicepresidenta del Gobierno para adecuar la Constitución a un lenguaje inclusivo va de eso, de cambiar el principio de economía que rige el lenguaje… y que tiene raíces teológicas.

Así lo demuestra un cuadro colonial anónimo del siglo XVIII, pintado en lo que fue el Virreinato del Perú. Representa una santísima trinidad dos veces. Una de forma figurativa y otra de forma abstracta. ¿Será una duplicación innecesaria? No. En este caso se trata de machar el mensaje para que quede bien claro. El hombre con tres rostros vendría a ser dios. Sostiene ante sí un esquema donde sus tres caras hallan correspondencia lingüística: las palabras “padre”, “hijo”, “espíritu santo”, “dios” unidos por un verbo. El gráfico muestra además la imagen de María, de pie sobre “dios”, pero excluida de su rostro y también de sus nombres. Su ausencia en el lenguaje resume el principio de economía trinitaria por el cual se rige la RAE: la exclusión inclusiva de las mujeres. Por un lado, María es necesaria para que la trinidad exista, y por otro no tiene poder porque está excluida de ella. Llegó la hora de acabar con esta lógica y cortar esta vieja trenza. En palabras de Carmen Calvo: “No hemos llegado hasta aquí para hacer política de mujeres y para mujeres; estamos aquí para darle un giro a la democracia”.

lunes, 30 de julio de 2018

"Evaluar el lenguaje de la Constitución en términos democráticos"

El 18 de julio pasado, el diario español ABC dio cuenta de la polémica que se están dando en la Península a propósito de la necesidad de adecuar la Constitución a un lenguaje inclusivo. Por un lado, la vicepresidente Carmen Calvo (foto) impulsa esa transformación. Por otro, la RAE la niega.

Carmen Calvo dice que la adecuación 
de la Constitución al lenguaje inclusivo 
se hará con o sin la RAE

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Carmen Calvo, ha asegurado que el proceso de «adecuación» de la Constitución española a un lenguaje «inclusivo» se hará haya o no asesoramiento de la RAE.

«El masculino universal no engloba al femenino, hay que ir cambiando cosas. Hay una parte de esta polémica que se me escapa. He pedido por carta a la RAE que nos asesore. Si no hay asesoramiento de la RAE, evidentemente continuaré con el proceso», ha señalado Calvo en una entrevista recogida por Europa Press a la Cadena Ser.

Así, la vicepresidenta ha explicado que la petición del informe le pareció «una deferencia obligada» a la RAE. «Se trata de evaluar el lenguaje de la Constitución en términos democráticos. Luego cada cual hace lo que quiere con sus declaraciones. Todos los grupos lo entendieron y consideré que la RAE era suficientemente importante para respetarla y pedirle asesoramiento», ha añadido.

En este sentido, ha reiterado que es «el momento» de que la Constitución española tenga un lenguaje «respetuoso a ambos géneros». «Solo tiene un lenguaje masculino y eso no se corresponde con una democracia desarrollada. Las mujeres no tenemos por qué reconocernos en el masculino, que además es absoluto en la Constitución», ha apuntado.

Así, Calvo ha defendido que el masculino «universal no engloba» al femenino, por lo que entiende que «hay que ir cambiando cosas». Además, la vicepresidenta ha resaltado, respecto al proceso que podría conllevar el cambio del texto, que «no afecta al contenido» de la Constitución. «Eso se planteará cuando se planteé», ha concluido.


viernes, 27 de julio de 2018

Enrique Winter escribe sobre Charles Bernstein


El poeta y traductor chileno Enrique Winter envía desde Bogotá su columna para el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires. Trata sobre algunos de los problemas que le planteó la traducción de Charles Bernstein (foto; 1950), poeta, ensayista, editor y académico estadounidense.

¿Todo esto parece muy cerebral para la poesía?

La crítica Marjorie Perloff señala, a propósito del poema “Disrafia” de Charles Bernstein, que este explota alegremente figuras retóricas tales como los juegos de palabras, las anáforas, epístrofes, metátesis, epigramas, anagramas y neologismos para crear una red continua de palabras reconstituidas. No es una exageración extender esta observación a buena parte de la obra del estadounidense y, por cierto, a mi traducción, que intenta reproducirlas. El ejercicio consistió en trasvasar un idioma nuevo a uno viejo para que también se volviera nuevo. Además, y a diferencia del castellano, en el inglés es natural que los verbos actúen como sustantivos y viceversa sin cambiar una sola letra, incluso como adjetivos, licencia que Bernstein utiliza habitualmente. Hubo, por esto, algunos juegos que se perdieron, y confío en que la responsabilidad sea a lo menos compartida entre los límites de nuestro idioma y los míos.

Bernstein recurre a términos polisémicos desde los que se aventuran interpretaciones ambiguas al multiplicarse con los demás términos que los rodean. Intenté mantener la amplitud de probabilidades, incluso agregando algunas cuando me pareció pertinente. La primera vez que le pregunté al autor si quería decir una cosa u otra en un verso fue para “hankeringafterfrozen (prose) ambiance / (ambivalence)”. Me respondió que ambas y encima me dio dos más, y a las cuatro lecturas posibles que ofrecía conscientemente, agregó un par de definiciones y su interés por mantener determinadas aliteraciones, errores forzados y una opción que yo le había dado, distinta de las que él había previsto. Por supuesto, nunca más le pregunté un detalle, hasta que terminé una versión íntegra del libro; pero me quedó entonces claro que las variables en juego eran muchas más, y con engaños, de las que había previsto.

Bernstein presenta situaciones polisémicas no solo en base a cada palabra escrita, sino a las que no lo están y tienden a leerse de corrido. En algunos casos debí alterar levemente el sentido para mantener esta intención de los poetas del lenguaje. Así sucede, por ejemplo, en la extraña sintaxis de “When in tentsorfamilies in comparative” –verso que en “La niña torte” es parte de una serie de fingidas faltas de sentido o al menos de conectores, efecto que deseo reproducir en castellano– en que “in tents” significa literalmente “en carpas”, pero se lee como “intents” (propósitos), que está fuera de su campo semántico. En su traducción “Cuando en tiendas o familias en comparada”, si bien se leen las literales tiendas de campaña, el desplazamiento hacia la posible imagen de tiendas comerciales me parece justificado para mantener la doble lectura en que lo que no está ahí, “entiendas”, sea lo que se lea, por costumbre. Un deber político de la poesía es notarla, denotarla y, caso a caso, desplazarla. Lamentablemente hubo casos en que no fue posible, como con “commonfork” (tenedor común) que en inglés evoca de inmediato al tópico “common folk” (gente común) y –dado que el poema original se llama “Social pork”– a “commonpork”, es decir, a “puerco común”, que habría remitido exitosamente a “pueblo común”, pero que nada tiene que ver con el tenedor que de veras está escrito ahí.

De todos modos, fueron contadas las excepciones en que tuve que optar por uno u otro sentido, por ejemplo, entre los cinco que aceptaba el contexto de “draft” en “Materias de regulación”, ninguno de los cuales es ambiguo en castellano, o en “Realidad virtual”, donde traduje “testiness / (testimony)” por “testarudez / (testimonio)”, consciente de que lo primero significa (Bernstein jamás usaría esa palabra para esto, diría tal vez “produce”) más precisamente “irritabilidad”, pero que debido al ligero cambio de sentido mantiene un efecto más relevante: la relación intuitiva de “testarudez” con “testimonio”, por su asimilación sonora o, también en términos de Bernstein, su adyacencia. El universo de hastío sobre el absurdo de las vacaciones familiares se transmite con ambos conceptos, en tanto que las palabras dan cuenta de un universo propio, ajeno a sus referentes, como prefiere el autor. De sumo interés resulta comparar las estrategias de este poema con las de “Al mar” de Philip Larkin, para abarcar una misma sensación temática.

Considero que fueron menos los casos en que los modismos y las frases hechas no hallaron un cauce literal o figurado en castellano, como “No / pudiste escapar de donde / las papas queman” para “You / couldn’tfindyourway / out of a blanchedpotato”. La preferencia en tales situaciones fue conservar la imagen y el concepto, para que este último no perdiera materialidad, como en “Nutshells”, que traduje como “Resúmenes, cáscaras de nuez”. Debido a que Bernstein trabaja con los lugares comunes del lenguaje del poder y este es ejercido mundialmente desde su lengua, país y hasta ciudad, no sorprende que en la traducción nos encontremos con discursos que ya hemos escuchado en castellano de parte de los gobernantes, empresarios y medios de prensa de nuestros países.

Bernstein también inventa palabras, escribe a veces por fuera de las fronteras del idioma. Rara vez las palabras que usa significan aquello para lo que normalmente las usamos. Las dobla, las hace hacer. Repliqué el uso de neologismos y esa posibilidad más extendida en su lengua y en otras germánicas de unir palabras, además de asimetrías tales como adjetivar plurales en singular. De igual modo mantuve las erratas deliberadas y omití los artículos y preposiciones que el autor omitió, pero solo en los casos en que el inglés lo obligaba a usarlos. En síntesis, lo que es raro en el original lo es también en la versión en castellano.

Por otra parte, en los poemas en que el autor usó los pies clásicos del inglés repliqué el gesto con el metro castellano. Pero Bernstein también aquí juega en varios planos y, una vez descubierto el soneto sin estrofas ni rima, se esconde de nuevo al modificar verso a verso los pies a medida que uno se acostumbra a ellos. Es decir, cambia los acentos internos, generando disonancias que incluso en un plano solamente rítmico nos llama a sacarnos las telarañas de lo que creemos que es poesía en el territorio devaluado del verso clásico. Pretendo que en la versión en castellano se produzca un efecto equivalente. Así, por ejemplo, en “El horno está apagado”, traducido en eneasílabos y endecasílabos, opté por un comienzo en falso como los de Bernstein, acentuando los primeros cuatro versos en la quinta sílaba –lo que les da un ritmo coherente solo a ellos– que sumo al de la octava en los tres siguientes hasta que el oído esté ya entregado al territorio más conocido del verso clásico, en que traduje el resto del poema salvo la palabra que lo “frena”. El quiebre se produce, como en el inglés, con el sintagma “En suma”. ¿Es esto forzado? No, responde a ciertas maneras naturales de decir lo que el original evoca.

En otros poemas de formalidad compositiva, del estilo de “En un mundo agitado como este”, Bernstein favorece distintos aspectos del lenguaje sin alterar ni el patrón rítmico ni la presentación, ampliación y reflexión que quiebra lo expuesto hacia una conclusión emotiva, propias de cada estrofa del soneto. En ellos fui fiel a que los cinco pies yámbicos con que lo adoptó la tradición anglosajona se convirtieran con comodidad en los endecasílabos acentuados en cuarta y octava sílabas o en sexta, con que el castellano lo hizo suyo desde el siglo XV hasta nuestros días.

Por supuesto que hay poemas traducidos en verso libre, empezando por aquellos que ni tienen versos y por los de respiración suelta, que a través de las variaciones se vuelve sostenida, en algunos poemas largos como “Materias de regulación”. En estos casos el referente seguido fue el de la oralidad en sus archivos de audio. Lo anterior no implica descuidar los cambios de velocidades de poemas también extensos como “Blanco inmóvil”, que traduje primeramente en metro, el cual luego acumula material a la manera de un aluvión hacia el verso libre, y “Abuso de sustancias”, que, aunque varía sus acentuaciones internas de acuerdo con la misma respiración, traduje de forma íntegra en metro, lo que creo favorece su tono personal.

En general, allí donde hay rima, aliteración o cacofonía en el original, la hay en la traducción, con leves adaptaciones del contenido, porque cuando Bernstein las usa hace esta misma adaptación, propia de la relación de la rima con el inconsciente. Aquella, como los demás factores mencionados, fue considerada en tanto principio, y por ello sopesada con los demás, caso a caso, sin que ninguno tuviera un peso absoluto. En “shellackedreminisces, sheets of firmness, straightgrapefruit&mocks&splits, pity, mercy” de “Mi vida de mónada”, por ejemplo, las aliteraciones van generando un sentido aparte del enunciado, de modo que las “sheets” pueden sentirse retroactivamente en “shellacked”, que es una antigua unión entre esa palabra y “lacked”. En castellano no tenemos esa juntura ni ese sonido, que pareciera llamarnos al silencio, pero se puede representar otra aliteración, y con ella el efecto retroactivo, por vía sonora, con “láminas” y “lacadas”, y haciendo rimar “reminiscencias” con “firmeza”. La enumeración en apariencia arbitraria que le sigue –con un ritmo marcado por monosílabos que en castellano requieren varios sonidos más– puede atarse de otro modo, en este caso, por las aliteraciones que permiten algunas de sus opciones de traducción literales, y que, sin estar en el original, son aquellas por las que opté: “pomelo & parodias & partes, pena, piedad”. Mecanismos similares de desplazamiento entre figuras poéticas de cada idioma con el objetivo de replicar los efectos sonoros y semánticos del original, incluidas sus metáforas extendidas, pueden encontrarse en muchas de estas versiones. En la mayoría de los casos no fue necesario cambiar de figura, sino solo de sonido madre, como en el caso de la aliteración y rima presentes en “Trina, topa, troca” respecto del verso “Swish, swash, swap”, y en buena parte del poema “Disrafia”, que consagra, según los críticos, la adyacencia sonora en el proyecto de Bernstein.

¿Todo esto parece muy cerebral para la poesía? Sí, parece. Luego Bernstein hace reír y también emociona. De sobra. Me preocupé de que eso sucediera en castellano. Me imagino que consciente de estas dificultades, quizás cómplices de la demora de la disponibilidad de su poesía en nuestra lengua, el autor me escribió que usara sus poemas solo como trampolín para mis propias versiones. No le hice caso, como el perro al que le sacan la correa y vuelve solito a casa. A una cada vez más amplia.

jueves, 26 de julio de 2018

A través del CNL, información sobre candidaturas para la École de Traduction Littéraire

En el último Newsletter del Centre Nationale du Livre, se informa que acaba de lanzarse el llamado a candidaturas para la promoción 2019 (a partir del 12 de enero de 2019) de la ETL (École de Traduction Littéraire), que dirige Olivier Mannoni

Para informarse qué es la ETL, cuáles son las condiciones para acceder a ella, qué exigen a los postulantes y cuáles pueden ser los obstáculos en el oficio de traductor, se recomienda leer la entrevista con el director que se encuentra en el site du CNL
    Fecha límite para la entrega de candidaturas: 1ero. de octubre de 2018.






    miércoles, 25 de julio de 2018

    La editorial Ampersand visita el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires

    Surgida hace 12 años para publicar libros sobre la historia de los libros y la lectura, Ampersand es una idea que tuvo Ana Mosqueda, su directora, y que ahora comparte Diego Erlan, su editor en jefe. De eso y de un montón de otras cosas hablaron ambos en su visita al Club de Traductores Literarios de Buenso Aires del día de ayer. Y de paso, los asistentes tuvieron a oportunidad de enterarse sobre el muy puntilloso sistema de elección de traductores que trabajan para la editorial y de la manera en que ésta les ofrece un marco y un código editorial, como en las antiguas editoriales, antes de que las manejaran administradores de empresas y peritos en marketing.

    El video del encuentro puede verse en el siguiente vínculo:
    https://www.youtube.com/watch?v=mfjuTs7eLEE


    Ana Mosqueda es doctora en Historia de la Cultura Escrita por la Universidad de Alcalá de Henares (España). Editora y licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires (Argentina); y docente de la carrera de Edición por la Facultad de Filosofía y letras, Universidad de Buenos Aires. Es la directora editorial de Ampersand, ha publicado artículos y reseñas en distintas revistas académicas y es coautora del libro colectivo Cruces y perspectivas de la cultura escrita en la Argentina. Historia de la edición, el libro y la lectura (Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 2013).

    Diego Erlan (San Miguel de Tucumán, 1979) es escritor, periodista y editor. Ha publicado las novelas El amor nos destrozará (2012) y La disolución (2016). Fue editor en la revista Ñ del diario Clarín, escribió sobre arte y literatura en La Nación, en la Revista de la Universidad de México y en Los Inrockuptibles. Actualmente se desempeña como editor en el sello independiente Ampersand. En 2017 formó parte de la lista Bogotá39 con la que el Hay Festival seleccionó a los jóvenes escritores latinoamericanos más destacados de la literatura actual.

    martes, 24 de julio de 2018

    "La lengua (en su morfología) no es fácil de cambiar"

    Santiago Kalinowski (foto) es el director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras. En un reciente debate en el Canal de la Ciudad, expuso sus puntos de vista sobre el llamado “lenguaje inclusivo”. En su boletín, la AAL recogió sus palabras y, a la vez, ofreció el vínculo con la entrada de youtube de esa emisión. Todo se transcribe a continuación.


    “Esto aún no es un fenómeno lingüístico”

    El director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la AAL (DILyF), Santiago Kalinowski, fue parte de una reciente emisión del programa “Hoy Nos Toca a la Mañana”, que conducen Diego Morán, Jason Mayne y Mariana Merlo de lunes a viernes de 10 a 12 por el Canal de la Ciudad.

    Junto a Lisa Kerner (foto), directora de la Casa Brandon, el Dr. Kalinowski fue invitado al estudio para hablar del lenguaje inclusivo y si es un fenómeno que llegó para quedarse. Dando a conocer que la Academia ha recibido últimamente muchas consultas acerca del tema de la comunidad en general y de los medios en particular, el director del DILyF dijo que “son fórmulas que buscan la intervención del discurso público en el contexto de una lucha política, con el objetivo de echar luz sobre una situación de desigualdad en la sociedad” y que provocan toma de conciencia en las personas.

    Sobre el uso de la “e” para instalar el género neutro en palabras que, de acuerdo a la gramática española, llevan “o” y son de masculino genérico, Kalinowski afirmó que “son recursos discursivos extraordinariamente potentes que están al servicio de la corrección de una injusticia”. Aunque, advirtió, “está claro que esto todavía no es un fenómeno lingüístico (un cambio en el uso de la lengua que se da inconscientemente). Y lo ves en la vacilación: aparece una fórmula, después se cambia por otra. Lo que refleja que es un esfuerzo consciente de intervención del discurso público. Pertenece al ámbito de la retórica, porque busca un efecto en el auditorio y busca modificar la realidad […]. El ámbito de circulación del lenguaje inclusivo es la lengua en su estado público y en ámbitos sociales muy restringidos. Cuando uno está en la intimidad de la casa, vuelve a usar la gramática”.

    Sobre la no pronunciación oficial de la Academia Argentina de Letras sobre el asunto, aclaró: “Es preferible lo que hizo la Academia Argentina de Letras, una institución que entiende en temas lingüísticos, de no pronunciarse por un tema que es esencialmente la formulación discursiva que asume una lucha política. Intervenir en esto, aunque sea con argumentos lingüísticos, sería intervenir políticamente”.

    En un intento de alertar sobre lo difícil que será que esto se transforme en un cambio lingüístico real, Kalinowski dijo: La lengua (en su morfología) no es fácil de cambiar. Desde el punto de vista de los cambios necesarios en la reestructuración del género gramatical, esto es de una dimensión que no tiene comparación. Significaría generar morfología, modificar toda la estructura de pronombres y tocar la semántica y reglas gramaticales que ya están instaladas mentalmente en todos los hablantes […]. Para que algo se interiorice y se codifique como gramática es el algo que tiene que ocurrir en el flujo de cambio y de adaptación de una lengua que tiene 500 millones de hablantes”.

    El siguiente vínculo lleva al video del programa en cuestión:
    https://www.youtube.com/watch?v=ZDbh32epMj4&t=0s&index=24&list=PLLCEZP5bI-uRkWwJ_N4bzf87K8uuCRWw2


    lunes, 23 de julio de 2018

    Franciso Moreno-Fernández piensa mejor que la institución a la que pertenece

    El 23 de junio pasado, Franciso Moreno-Fernández, director ejecutivo del Observatorio de la lengua española del Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard y catedrático de la Universidad de Alcalá, escribió el siguiente artículo en la edición del New York Times en castellano. Resulta interesante en él ver que quien firma el artículo forma parte del Instituto Cervantes y denuncia la idea decimonónica de igualar lengua y nación. ¿No es eso lo que hace España con el castellano cuando lo adscribe a la risible "marca España"? ¿Y no es ésa la política que defiende el Insituto Cervantes? 

    La represión lingüística del español 
    en Estados Unidos

    CAMBRIDGE, Massachusetts. 
    Speak English. This is America”. Estas son las palabras con las que un abogado de Manhattan reclamó al dueño de un restaurante para que sus empleados hablaran en inglés, y no en español. Son palabras que condensan una idea arraigada en buena parte de los estadounidenses y que justificó las sospechas de un agente fronterizo, en Montana, para detener a dos mujeres que hablaban en español.

    Es la misma idea que llevó a una maestra en Nueva Jersey a decirles a sus estudiantes, que hablaban español, que en Estados Unidos se luchaba por defender el derecho de hablar americano, porque nada hay más natural que darle a una lengua el nombre del país en que se habla.

    Las actitudes intolerantes son contagiosas y estos sucesos –irreflexivos y hasta violentos– reflejan que estamos viviendo una escalada de racismo, quizás provocada por el discurso del presidente Donald Trump. En lo que se refiere al español, las ideas e intenciones de Trump quedaron claras desde el inicio de su mandato: con el falso pretexto de su reorganización estructural, se suprimió la versión en español de la página web de la Casa Blanca. Es inevitable ver la alineación de Trump con el movimiento de English Only, que busca el uso excluyente y exclusivo del inglés en Estados Unidos.

    Pero la idea del inglés como única lengua de Estados Unidos y las discriminaciones subsecuentes no se iniciaron con el ascenso de Trump y su atrabiliaria política cultural. Los californianos ya las sufrieron hace siglo y medio, cuando la fiebre del oro llevó hacia el Oeste a miles de anglohablantes que utilizaron el idioma como fundamento para reclamar derechos sobre una tierra que no era suya. Y las sufrieron los novomexicanos y texanos a los que hace un siglo se humillaba por hablar mal.

    Uno de los casos de represión del español más delirantes en la historia de Estados Unidos fue el promovido desde la escuela Blackwell, en el sur de Texas, a principios del siglo pasado. Los alumnos del instituto habitaban un territorio tradicionalmente hispanohablante, pero el gobierno local quiso que abandonaran totalmente su idioma materno, el español, en beneficio del inglés. Como parte de una estrategia represora, los alumnos se vieron obligados a escribir “We will not speak Spanish” en un papel que debía depositarse en una caja con forma de ataúd. Una vez lleno, se organizó un funeral para “Mr. Spanish” y se ofició un entierro en presencia de toda la escuela.

    La historia universal ofrece un amplio muestrario de premeditada represión social sobre determinadas lenguas, de manipulación de su estatus, de prohibición de su uso. Las formas de represión lingüística son muy variadas en sutileza y abarcan desde la coerción cotidiana en las familias o los barrios, hasta la prohibición de enseñar en la escuela alguna lengua.

    Puede hablarse de represión lingüística cuando se ordena quemar libros en un idioma, como hicieron las fuerzas soviéticas con obras escritas en estonio en la Universidad Tartu de Estonia en los años cuarenta; cuando se obliga a los niños a cargar piedras por hablar la lengua de su familia, como ocurrió en el País Vasco español durante el franquismo; cuando a los alumnos que no hacen un uso adecuado u oportuno de la lengua debida se les prohíbe ir al baño o se les pega con una regla, como ocurría en Las Cruces, Nuevo México en los años setenta.

    Esto ocurre acaso por una idea que se desarrolló durante el romanticismo nacionalista del siglo XIX que iguala lengua y nación. Si en el mundo existen unas seis mil lenguas y unos doscientos países, basta un simple cálculo para entender la ubicuidad del bilingüismo. Por ello, la búsqueda de una correspondencia absoluta entre una nación con una sola lengua solo ha traído tribulaciones a la humanidad: no hay nada más natural en los pueblos del mundo que la coexistencia de lenguas.

    Michael J. Sandel, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales de este año, ha reflexionado sobre cómo los derechos individuales no pueden sacrificarse en nombre del bien común. El Estado no debería imponer un modo de vida preferible, sino dejar que los ciudadanos elijan sus valores y fines, sin perjuicio de la libertad de los demás. Y uno de los derechos individuales más arraigados es usar la lengua propia en la comunicación personal. Así lo demuestran los 50 millones de hispanohablantes en Estados Unidos.

    Por su parte, el filósofo coreano Byung-Chul Han propone una imagen que bien puede aplicarse a la actual represión del español en ciertos sectores de Estados Unidos: la expulsión de lo distinto. Nuestras sociedades están exhibiendo una veneración tan intensa a lo igual que las lleva a considerar su plenitud solo en lo idéntico: cuando las conductas están unificadas, las ideas se parecen y las lenguas se asemejan. En caso contrario solo cabe una salida: la expulsión. De ahí que muchos de los estadounidenses que exigen el uso público y privado del inglés están reivindicando mucho más que la lengua de un país: están demandando el uso de “la lengua del mundo”, la lengua, por tanto, en la que “todos” deberíamos igualarnos, especialmente los inmigrantes, los otros, los distintos. Aunque se podría observar que los distintos en Estados Unidos tienen la segunda lengua materna más hablada del mundo por número de hablantes, después del mandarín.

    No importa la rica y longeva historia hispana de Estados Unidos (en 2016, los hispanos eran el 18 por ciento de la población estadounidense); no importa ser distinto en un país fundado por distintos. En los Estados Unidos de Donald Trump la única consecuencia de la discordancia parece ser la expulsión. Pero el hecho es que la diversidad, especialmente la lingüística, es un factor de identidad que no obliga a la renuncia de proyectos comunes. Por eso la diversidad se tiene que defender en América, en el continente entero.

    viernes, 20 de julio de 2018

    "El Tiempo de la traducción es el Ahora"


    Le llegó el turno a Andrés Ehrenhaus, quien nos envía desde Barcelona una columna para el blog del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires. Suma una opinión a la discusión sobre el lenguaje inclusivo.

    Esperando la e

    Primero me causó gracia. Como un chiste inesperado, que uno recibe con sorpresa y buen humor. Después me puse serio. O me pusieron. El tema es importante y yo comparto la preocupación y el fastidio por el sexismo en el lenguaje, soterrado o no, que resulta especialmente álgido en el caso del genérico masculino en castellano. Decidí saltar, por tanto, la barrera del chascarrillo e informarme acerca de la propuesta, sus fundamentos, su aplicación. El marco general lo conozco, así como otras iniciativas más o menos felices, más o menos consolidadas, más o menos ingeniosas, cuyo empleo empieza a extenderse con diversa suerte. Por ejemplo, el uso sistemático de ambos géneros en las apelaciones colectivas (todos y todas) o la femenización de voces masculinas o neutras (presidenta, miembra) y viceversa. En cambio, la idea de introducir una vocal casi virgen de sexualidad como la e ahí donde la o y la a resultan tajantes me agarró, como ya dije, desprevenido y con una sonrisita idiota en los labios. Pero salí del chiste. Me puse a leer. Atendí las argumentaciones. Que son variadas e interesantes. Y las empecé a discutir conmigo mismo.

    En general, en todos los casos, incluso cuando se defiende el uso tradicional del genérico con mayor o menor conciencia culpógena, el argumento básico que esgrimen los defensores de las diversas propuestas (y a veces también los detractores) es el de la ingobernabilidad del habla. Los actores culturales afanosos y relativamente conscientes podemos probar mil torceduras con la lengua y tratar de que las formas impuestas se aproximen a nuestros deseos o fantasías, pero el uso cotidiano, popular, incesante, imperioso y radical que hacemos los hablantes en todas las direcciones posibles suele poner las cosas en su sitio o, cuando menos, en un sitio, no siempre halagüeño. Con esa vara de medir en la mano, tanto los prosélitos de la e como sus censuradores agitan el aire de los foros de lingüismo inclusivo o como se llame, llevándonos finalmente al corral común de la costumbre general: el Tiempo dirá. A ver cuál propuesta sucumbe, cuál permanece, y qué intereses (económicos, de clase, etc.) subyacen a cada una.
               
    Todo bien con el Tiempo. Pero yo soy traductor. No puedo esperar a que pase el Tiempo para entregar mi trabajo; en primer lugar porque no sé a cuánto tiempo equivale el Tiempo; en segundo lugar porque el Tiempo de la traducción es el Ahora. El traductor traduce ahora, no en el futuro. Ese ahora puede retrasarse, incluso hasta tocar casi el ahora de la obra original, pero nunca adelantarse. Es una regla de oro de la traducción que, entre otras cosas, hace posible que exista. La tarea de adelantarse a su Ahora le corresponde, en todo caso, al autor. El traductor es autor de una obra derivada, ergo posterior, de otra. Y nunca al revés. De modo que yo, como todos los traductores, tenemos que saber a qué ahora lingüístico y gramatical atenernos, en qué ahora de la lengua nos embarcamos. Sobre todo porque las obras que traducimos llevan su ahora cosido como una etiqueta indeleble, pues pertenecen a un Tiempo que ya pasó; si nosotros las traducimos a un Tiempo que aún no existe, ¿de qué lengua nos hacemos responsables? ¿Y a qué lectores apelamos?

    De acuerdo, como traductores podemos (¡y debemos!) tomar decisiones políticas. Podemos elegir nuestro ahora y decidir que, al menos en nuestras traducciones, nos ceñiremos a una de las tantas propuestas de desexualización genérica circulantes, se hayan consolidado o no (o sea, no). Podemos hacerlo, por qué no, siempre y cuando entendamos el alcance –literario en este caso– de nuestra decisión política, y entendamos también que estamos optando por una vía aún no consolidada ni en la lengua (gramáticas al uso, autoridades) ni en el habla (hoy en día nadie hace un uso cotidiano consuetudinario y rigurosamente estricto de las variantes, excepción hecha de algunos círculos que militan una puesta en práctica más bien endógena de, por ejemplo, el genérico femenino universal o la duplicación inclusiva). Es decir, podemos decantarnos por un ahora utópico que, en el mejor de los casos, trasladará todas sus dudas, incoherencias y soluciones intempestivas a un texto que a priori ni las tenía ni las prefigura benjaminianamente. Nuestra traducción será, en consecuencia, una obra derivada de otra que no existe del todo salvo en esa utopía lingüística que esperamos que el Tiempo confirme. Nuestra traducción sonará más o menos así:

    «Te refugias en le prójime, al tratar de escapar de ti misme y pretender declarar este como une cualidad; sin embargo a mi no me engaña tu desprendimiento. Le 'tú' es le precursore de le 'yo'; le 'tu' está santificade, sin embargo no aún le 'yo'. De estemodelepersone va solícitamente hacia le prójime».

    Es un fragmento del Zaratustra de Nietzsche tomado al azar, sin el menor ánimo de broma. Una obra escrita entre 1883 y 1885. Para no ponernos pesados ni ensañarnos con lo obvio, digamos que la propuesta de e-traducción no sólo no borra las marcas genéricas sino que las potencia mediante un elemento –la parodia– que el texto no contiene. En cierto modo, es como si Nietzsche se riera de lo que, 100 años después, Perecpodría hacerle a su texto. Y es justamente ese eco de cavernosas y fantasmagóricas carcajadas lo que desbarata nuestra concienzuda e-traducción. Sin mencionar ese otro eco aún más corrosivo, por inmediato y populachero, de las chirigotas en e, o en o, o en i…

    De modo que, después de darle la vuelta, volví a la gracia. Por serio que me ponga, la variante de la e me sigue pareciendo un chiste, culterano o vulgar, da igual. Para quien vive en Catalunya, además, suena a como se habla en Lleida o el Levante. Y para el oído universal, una especie de esperanto perezoso. En lo que a mí respecta, la e-traducción está más que descartada.

    Traducir es un asunto serio.

    jueves, 19 de julio de 2018

    "La primera argentina en ganar el premio estadounidense que honra el legado literario de Shirley Jackson"

    Con fecha del día de ayer, Daniel Gigena publicó el siguiente artículo en el diario La Nación, de la Argentina, donde se habla de un nuevo premio para la escritora argentina Samanta Schweblin, esta vez por una traducción al inglés.

    Samanta Schweblin fue premiada en Estados Unidos

    Un nuevo reconocimiento internacional se suma a la obra de la escritora argentina residente en Berlín Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978). Su novela Distancia de rescate, publicada en 2014 en la Argentina, obtuvo el premio Shirley Jackson en la categoría de novela corta. Traducida al inglés por Megan McDowell, la novela de Schweblin fue rebautizada Fever Dream y cuenta la historia de una madre y sus hijos en un ambiente rural que se ha transformado en un escenario de "pesadilla agrotóxica", producto de la contaminación, aunque también la novela fue leída como una reformulación original de los cuentos de fantasmas. La autora es la primera argentina en ganar el premio estadounidense que honra el legado literario de Shirley Jackson.

    Pero no es la primera vez que Fever Dream compitió por un premio internacional. El año pasado, integró la lista de los finalistas del Man Booker Prize International, que finalmente ganó el escritor israelí David Grossman. Este año, su novela se impuso a otras firmadas por Tade Thompson y Stephen Graham Jones, entre otros. La obra de Schweblin compartió el premio con The Lost Daughter Collective, de la escritora estadounidense Lindsey Drager.

    Desde Alemania, donde vive desde hace seis años, la autora dijo a La Nación: "Hay algo todavía más especial que ganarse un premio literario, y eso es ganarse uno que lleva el nombre de una de mis autoras norteamericanas preferidas". Shirley Jackson (1916-1965) es una escritora de relatos de horror y ciencia ficción; en su obra, la extrañeza cubre la atmósfera de las historias de manera inadvertida. "Fue una alegría inmensa recibir esta noticia y se sintió como un mimo de la propia Jackson, o así me gusta pensarlo", dijo Schweblin. "Ahora tocan días de muchos nervios, de los nervios lindos, porque estoy cerrando un nuevo libro. Es una novela, y saldrá en los primeros días de octubre", anticipó.

    miércoles, 18 de julio de 2018

    Un volumen que reúne poesía y prosa de Allen Ginsberg, en traducción al castellano

    De izquierda a derecha, el poeta
    Michael McClure, Bob Dylan y Allen Ginsberg
    Allen Ginsberg (1926-1997) fue, sin duda, uno de los poetas más célebres de la segunda mitad del siglo XX. Su fama no sólo tuvo que ver con la poesía que escribió, sino también con las muchas causas por las que abogó, que incluyen: la protesta contra la Guerra de Vietnam, la defensa de las víctimas de la guerra en Bangla Desh, la demistificación de las drogas, la defensa de los derechos de la comunidad homosexual, su cercanía con Bob Dylan, y otros íconos de la contracultura, su participación en sesiones de jazz y en conciertos de rock and roll,etc. 

    Ícono de la Generación Beat, se trató de una figura pública y conocida por mucha gente, aunque no necesariamente leída: sus Collected Poems, editados por primera vez en sus Estados Unidos natales en 1988, en una edición de 10.000 ejemplares, tardaron una década en agotarse, en un país de más de 225 millones de habitantes, lo cual, de algún modo, estaría hablando, no tanto de Ginsberg, como del interés de sus compatriotas por la poesía. 

    Traducido en todo el mundo a las más diversas lenguas, en castellano, desde mediados de la década de 1960 en adelante, abundaron sus ediciones a uno y otro lado del Atlántico. Poemas suyos como "Howl" o "Kaddish" forman parte ya del patrimonio de nuestra lengua, lo cual no implica que no sigan abundando nuevas versiones. 

    Ginsberg esencial, recientemente distribuido en la Argentina por Riverside, es un volumen con edición e introducción del escritor, biógrafo y editor Michael Schumacher, publicado por la Editorial Anagrama. Se trata de una gran antología de 510 páginas que, además de algunos de los poemas principales, traducidos por el chileno Rodrigo Olavarría (Puerto Montt, 1979), incluye, de manera novedosa, una serie de ensayos, diarios, entrevistas, correspondencia y otros, traducidos por el narrador español Andrés Barba (Madrid, 1975). 




    martes, 17 de julio de 2018

    Si están bien traducidas y con crema, mejor

    Ben Molar, fue el nombre artístico de Moisés Smolarchik Brenner (1915-2015),  un  productor musical y promotor artístico argentino, entre cuyos varios logros se suele mencionar la difusión de figuras como Maurice Chevalier, Los 5 Latinos y Las Trillizas de Oro (cuyo mérito principal fue ser trillizas idénticas, tener cabello rubio y, vestidas todas con idéntica ropa, hacerle los coros al malvado Julio Iglesias), además de numerosos otros artistas de diversos géneros.

    Entre sus méritos también hay que mencionar que a él se le debe la instauración, todos los primeros de diciembre,  del Día Nacional del Tango. Y también que es su responsabilidad, en 1966, la grabación de 14 con el tango, un disco donde unió las palabras de Jorge Luis Borges, Manuel Mujica Láinez, Leopoldo Marechal, Ernesto Sábato, etc. con la música de Astor Piazzolla, Aníbal Troilo, Atilio Stamponi, etc, y obras de los pintores Raquel Forner, Carlos Alonso y Raúl Soldi, etc.

    Además de lo dicho, Ben Molar fue dueño de Fermata, un sello discográfico y también una editora musical para la cual, además de publicar sus propios tangos, boleros y otras canciones –escribió más de 1.000–, “tradujo” canciones de Neil Sedaka, Paul Anka, Bill Halley y, fundamentalmente, The Beatles.  

    Entre los numerosos ejemplos de esta labor, se ofrece a continuación la “traducción”, de “Strawberry Fields Forever”, tema de John Lennon, editado en 1967, en un simple que, en la otra cara tenía la canción "Penny Lane".

    El original es éste:

    Let me take you down
    'Cause I'm going to strawberry fields
    Nothing is real
    And nothing to get hung about
    Strawberry fields forever

    Living is easy with eyes closed
    Misunderstanding all you see
    It's getting hard to be someone
    But it all works out
    It doesn't matter much to me

    Let me take you down
    'Cause I'm going to strawberry fields.
    Nothing is real
    And nothing to get hung about
    Strawberry fields forever

    No one I think is in my tree
    I mean, it must be high or low
    That is, you can't, you know, tune in
    But it's all right
    That is, I think it's not too bad

    Let me take you down
    'Cause I'm going to strawberry fields
    Nothing is real
    And nothing to get hung about
    Strawberry fields forever

    Always, no sometimes, think it's me
    But you know I know when it's a dream
    I think I know I mean a yes
    But it’s all wrong
    That is I think disagree

    Let me take you down
    'Cause I'm going to strawberry fields
    Nothing is real
    And nothing to get hung about
    Strawberry fields forever
    Strawberry fields forever
    Strawberry fields forever
     

    Y ahora la version de Ben Molar, aclarándoles a los lectores no sudamericanos que en esta parte del mundo strawberry es frutilla, reservándose el término “fresa” para todo instrumento de movimiento circular con una serie de cuchillas cortantes para abrir agujeros o labrar metales”, como, por ejemplo, la punta metálica que se emplea en los tornos industriales y en los de los dentistas.




    lunes, 16 de julio de 2018

    Aunque se ría, el plagiario Arturo Pérez Reverte es cada vez más una caricatura de sí mismo

    No es Karlos Arguiñano
    El 12 de julio pasado, sin firma, El País, de Madrid, publicó el siguiente artículo que ilustra una vez sobre la risible personalidad del plagiario Arturo Pérez-Reverte, un tipo prepotente y patético al que, por alguna curiosa razón, los malos diarios le siguen prestando atención.

    Arturo Pérez-Reverte dejará la RAE si se cambia
    la redacción de la Constitución por un lenguaje inclusivo

    "Tiene usted mi palabra". Breve y directa ha sido la respuesta del escritor y académico Arturo Pérez-Reverte a los comentarios de un usuario de Twitter que aseguraba que dejaría la Real Academia Española (RAE) si se cambiaba el lenguaje de la Constitución por uno inclusivo. El creador del capitán Alatriste ocupa en la actualidad el sillón T de la institución.

    "Es un intento de domesticar la RAE. Cederán los académicos, tras intentar suertes de esgrima desganada, algún bizantinismo apolillado. Solo Arturo Pérez-Reverte, el viejo león, marchará dando un sonoro portazo. País de cobardes", aseguraba el tuitero en este hilo. Contactado por este diario, Pérez-Reverte ha ratificado su posición y no ha querido hacer más comentarios, informa Juan Carlos Galindo.

    La vicepresidenta Carmen Calvo ha pedido esta semana a los académicos de la lengua un informe que determine si la Constitución está redactada en un lenguaje que refleje por igual la realidad de hombres y mujeres y qué fórmulas podrían modificarlo en caso de que no sea así. 

    Durante una comparecencia ante la Comisión de Igualdad en el Congreso de los Diputados el pasado martes, en la que ha explicado las líneas generales de su departamento, Calvo apuntó que "en cuanto" este informe esté terminado lo llevará ante dicha comisión y también a la comisión constitucional. Según ha manifestado, este estudio es "independiente" al análisis del contenido de la Carta Magna y de abordar una reforma constitucional. 

    Calvo sostiene que la redacción de la Constitución en masculino "se corresponde" con una sociedad de "hace 40 años" y cree que "hablar en masculino" traslada al cerebro solamente "imágenes masculinas". En este sentido, ha recordado en la toma de posesión de los ministros y ministras del Gobierno de Pedro Sánchez a muchas de ellas les "costó trabajo prometer como ministros" precisamente porque son mujeres.