martes, 31 de diciembre de 2013

Un balance de nuestros primeros cinco años

El Club de Traductores Literarios de Buenos Aires fue fundado en 2009 por Jorge Fondebrider y Julia Benseñor, con el objeto de informar y presentar temas de discusión, tanto técnicos como administrativos, ligados a la profesión. En consecuencia, los participantes y destinatarios de sus actividades son todos aquellos interesados en la traducción literaria y de ciencias sociales. 

Las actividades del CTLBA se desarrollan en dos frentes. Desde el principio, ha estado asociado al Centro Cultural de España en Buenos Aires, donde, entre marzo y noviembre, a razón de dos veces por mes entre 2009 y 2012 y de una vez por mes en 2013, tienen lugar sesiones en vivo en las que los más prestigiosos traductores, escritores, críticos, editores, historiadores, científicos y otros especialistas, tanto argentinos como extranjeros, se hacen presentes para exponer un tema que luego se discute colectivamente.

A la fecha, la lista de expositores, en estricto orden cronológico, ha incluido a:

Diego Fischerman
Gabriela Adamo
Mirta Rosenberg
Jonio González
Antonio Tursi
Guillermo Piro
Jaime Arrambide
Diego Fischerman
Alberto Silva
Pablo Anadón
Patricia Willson
Eliezer Nowodworski (Israel) 
Gerardo Lewin
Andrés Ehrenhaus
Ian Barnett (Gran Bretaña)

Jorge Aulicino
Lucas Magarit
Jorge Aulicino
Miguel Ángel Petrecca
Leonor Acuña
Marcelo Cohen
Jorge Salvetti
Elvio Gandolfo
Sergio Waisman
Miguel Balaguer 
Leonora Djament
Julieta Obedman
Rubén Reches

Carlos Gamerro
Ricardo Piglia
Alberto Kornblihtt
Vivian Scheinsohn
Rafael Spregelburd
Eiléan Ní Chuilleanáin (Irlanda)
Macdara Woods (Irlanda)
María José Rodríguez Murguiondo
Maximiliano Papandrea
Silvia Simonetti
Carlos Gamerro
Miguel Wald
Carlos Sampayo
Silvia Camerotto
Lila Caimari
Miguel Ángel Montezanti
Fabián Iriarte
Alan Pauls
Beatriz Sarlo
Magdalena Cámpora
Pablo Ingberg
Florencia Garramuño
Damián Tabarovsky
Juana Bignozzi
Selma Ancira (México)
Magdalena Cámpora
Jorge Dana
Marietta Gargatagli
Luis Chitarroni
Oliverio Coelho,
Bernardo Bouquet
Vivian Lofiego
Anna-Kazumi Stahl
Cecilia Rossi (Gran Bretaña)

Mariana Dimópulos
Griselda Mársico, Martina Fernández Polcuch y Uwe Schoor
Daniel Samoilovich
Leonardo Funes
Silvia Dabul
Claudia Fernández
Ariel Magnus yMariana Dimópulos
Pablo Gianera
José Luis Moure
Manuel Borrás (España)
Teresa Arijón y Bárbara Béloc
Jordi Doce (España)
Julia Benseñor

Asimismo, el CTLBA ha realizado ya cuatro encuentros en el marco de la Semana del Editor, que organiza la Fundación TyPA, con la presencia de editores y traductores extranjeros entre los que se cuentan:

--2010: Carolina Chang (Brasil), Uriel Kon (Israel), Carles Torner (España), Boyd Tomkin (Gran Bretaña)

--2011: Silvia Sesé (España), Jill Schoolman (EE.UU), Paulo Wernek (Brasil), Hanna Axen (Suecia), Pierre-Olivier Sanchez (Francia), María Nicola (Italia)

--2012: Lori Saint Martin (Canadá), Diana Hernández (España), Robert Amutio (Francia). 

Por último, el CTLBA ha organizado cuatro simposios internacionales:

--2010: Simposio sobre el “castellano neutro”, con Miguel Sáenz (España), Guillermo Piro (Argentina), Marietta Gargatagli (Argentina), Patricia Willson (Argentina), Mirta Rosenberg (Argentina), Gerardo Gambolini (Argentina), Juan Gabriel López Guix ( España) y Albert Freixa (España).

Richard Gwyn
-2011: Simposio sobre la enseñanza de la traducción, el estado de las traducciones del alemán y los derechos de autor de los traductores, con Ian Barnett (Gran Bretaña), Julia Benseñor (Argentina), Juan Gabriel López Guix (España), Andrés Ehrenhaus (Argentina), Fabio Morábito (México), Pedro Serrano (México), Ana Alcaina (España), Mónica Herrero (Argentina), Mario Sepúlveda (Chile), Carla Imbrogno (Argentina), Griselda Mársico (Argentina) y Belén Santana (España)

--2012: Celebración de Georges Perec, con David Bellos (Gran Bretaña), Yolanda Morató (España), Mercedes Cebrián (España) y Magdalena Cámpora (Argentina).

--2013: Seminario de literatura galesa, con Mererid Hopwood (Gales), Richard Gwyn (Gales), Tiffany Atkinson (Gales), Karen Owen (Gales).


Todas las sesiones señaladas, así como los distintos simposios y seminarios pueden verse online tanto en el blog del CTLBA 
así como en el sitio del CCEBA 


Cabe señalar, por último, que el blog del CTLBA, diariamente alimentado con diversos materiales, ha sido receptáculo de varias encuestas (a escritores, a traductores, a editores), así como de varias polémicas. Tiene, hoy en día, unas 11 mil visualizaciones mensuales, correspondientes a lectores de 51 países.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Un espacio de intercambio de ideas y experiencia

A modo de cierre del año, nuestra amiga Lucrecia Orensanz, del Círculo de Traductores de México, nos envía la presentación leída  por Marianela Santoveña en el XXII Encuentro Internacional de Traductores Literarios, el 2 de octubre de 2013. Siguiendo los links se accede a los videos de cada una de las sesiones.

El primer año del Círculo de Traductores:
experiencias y proyectos

Buenas tardes. Antes que nada, quisiéramos –y hablo en plural, porque el Círculo de Traductores somos varios o, mejor dicho, varias–, quisiéramos agradecer el espacio que nos brinda el vigésimo segundo Encuentro Internacional de Traductores Literarios para presentar las andanzas, los reveses y las aventuras que, a un año de su creación, forman parte de la historia del Círculo de Traductores.

De lo primero que tendríamos que hablar, por supuesto, es de la respuesta a una pregunta: ¿qué es el Círculo de Traductores? Cuando respiró por vez primera, el Círculo fue una idea de Lucrecia Orensanz. Lo que ella buscaba era una suerte de fuerza gravitacional, algo que permitiera a todas las partículas de la traducción (colegas, apoyos, noticias, instituciones, teorías, problemas prácticos) aproximarse a un mismo punto. Esa fuerza gravitacional se materializó bajo la forma de un blog y una lista de correos. En aquel entonces (a finales de 2011 y principios de 2012) muchos de nosotros empezamos a recibir misteriosos correos electrónicos que nos informaban que allá afuera, en el mundo, la traducción se manifestaba de forma insospechadamente prolífica. Curiosamente, nosotros, que trabajamos con palabras, no somos muy dados a usarlas para saber los unos de los otros. El Círculo buscaba cambiar esa situación poniéndonos en contacto en el mundo virtual.

No pasó mucho tiempo antes de que la lista de correos creciera. Llegaban noticias de conferencias, apoyos y novedades editoriales. Y entre los destinatarios de aquellas noticias nos encontrábamos Claudia Cabrera, Nadxeli Yrízar y yo. Fue idea de Claudia tener una reunión que trascendiera la esfera virtual. Esa reunión sería el inicio de una serie de actividades del Círculo de Traductores. No bastaba el blog, no bastaba el correo. Era preciso vernos cara a cara y también era preciso regresar a la pregunta: ¿qué es el Círculo? Durante poco más de un año, de agosto de 2012 a octubre de 2013, el Círculo de Traductores ha sido un espacio de intercambio de ideas y experiencias que se nutrió de otras iniciativas y que contó con el apoyo desinteresado de varias personas. Francisco Pérez, de 17, Instituto de Estudios Críticos, decidió respaldar este proyecto en ciernes acompañándolo del sello de su institución. Teniendo en mente las sesiones presenciales que realiza desde hace cinco años el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires –a cargo de Jorge Fondebrider–, decidimos iniciar una serie de charlas en torno a distintos aspectos de nuestro oficio. Así, junto con 17, buscamos la colaboración del Centro Cultural de España en México, y su directora, Ana Tomé, decidió ser nuestra anfitriona. El Círculo se transformó entonces en un blog, una lista de correos y una reunión mensual. Cada primer miércoles del mes, el Centro Cultural España nos abría sus puertas para conocer a más traductores y para conocer el mundo de la traducción. La primera charla, que tuvo lugar el 1 de agosto de 2012, estuvo a cargo de Arturo Vázquez Barrón (co-organizador por cierto, de este Encuentro en el que estamos). El formato quería evadir la rigidez de la academia. Por eso, pedíamos a los ponentes una exposición breve para dar paso a la plática y el debate. Arturo se preguntó en aquel entonces, en el título de su intervención, si ¿Es posible y deseable apostarle al uso de un español neutro para la literatura traducida? No cualquier cosa... [ficha, video] En ese mismo marco, Luz María Santamaría nos habló de La traducción peritada en México [ficha, video] y Patricia Willson sobre el traductor como otro escritor de la literatura nacional [video]. Pedro Hernández, de UNTI, compartió con nosotros una sesión sobre el controvertido tema de la traducción de la Biblia a lenguas indígenas [ficha]. La suerte quiso que en diciembre tuviéramos el placer de recibir a Selma Ancira y de aprender sobre lo que ella llamó su Largo camino del sentido al sonido en sus traducciones del ruso [ficha, video]. Vendrían después Luis Fernando Lara y Francisco Segovia para hablarnos de El diccionario integral y el diccionario de mexicanismos [ficha, debate]; la Compañía de teatro Seña y Verbo, que nos contó sobre su experiencia en la traducción de textos dramáticos a lengua de señas mexicana (una charla maravillosa por sus momentos de elocuente silencio) [ficha]; Sonia Bravo hizo varias reflexiones sobre cómo tendría que ser una formación de traductores en posgrado [ficha, video, convocatoria diplomado]; Humberto Pérez Mortera y Boris Schoemann nos visitaron con el tema de La traducción de textos teatrales [ficha]; y José Antonio Flores Farfán cambió nuestra perspectiva del español mexicano abogando por una mayor diversidad [ficha]. Luego, Mauricio Barrera Paz iluminó un aspecto oscurísimo de nuestra cotidianidad: Los derechos de autor enfocados a la traducción [ficha]; y aún habría un bloque dedicado a las opciones de formación, con Arturo Vázquez Barrón, Diego Guzmán Bourdelle-Cazals y Marcelo Guinea presentando el Seminario de Jóvenes del IFAL [ficha,convocatoria diplomado, convocatoria seminario]; otra vez Diego Guzmán Bourdelle-Cazals, esta vez acompañado de Georganne Weller y presentando dos programas de posgrado en traducción e interpretación (en la Universidad de Ginebra y la Universidad Anáhuac) [ficha, video, convocatoria ginebra, convocatoria anáhuac]; y Danielle Zaslavsky, (otra de nuestras anfitrionas en este Encuentro), con La Maestría en Traducción de El Colegio de México [ficha, video, convocatoria]. Este bloque sobre opciones formativas está aún por concluir, con la presencia de María Andrea Giovine y Vania Galindo, que presentarán los programas del Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras de la UNAM el próximo 9 de octubre [ficha, video], y Kathie Silver, junto con Roberto Frías y Pedro Serrano, que nos hablará el miércoles 5 de noviembre sobre la ya legendaria estancia en el Centro Banff [ficha,video, convocatoria].

Conforme aparecieron traductores novatos y experimentados, técnicos y literarios, aficionados y profesionales, jóvenes y no tan jóvenes, nuestra sorpresa alimentó nuestro entusiasmo. Para inicios de 2013, parecía no bastarnos el blog, ni la lista de correos y tampoco las charlas. Queríamos hacer algo más para acceder al mundo de la traducción en toda su riqueza y poder presentarlo ante otras personas como tal. En otras palabras, palabras que usamos entre nosotras, queríamos que la traducción –poco a poco, en un esfuerzo del tamaño de una hormiga, e importante como su picadura– dejara de ser una práctica alimenticia desinformada, pero también un pasatiempo académico de eruditos. Intentamos caminar por la vía del conocimiento compartido. Con el apoyo de la plataforma de 17, Instituto de Estudios Críticos, impartimos dos talleres, uno sobre los proyectos de traducción en el proceso editorial –que contó con la muy afortunada presencia de varios editores y traductores invitados, como Gerardo González de Aldus, Jan Cornelius Schulz de Herder y Sara Schulz de Alias, así como Jill Anderson y Nin Solís– y otro dedicado a un panorama de las teorías sobre traducción. Hubo una gran respuesta. Le siguió un gran cansancio. La experiencia fue fantástica. Y, sin embargo, a fin de cuentas, el Círculo no es una escuela. Y tampoco un centro de conferencias.

¿Qué es el Círculo de Traductores? El Círculo de Traductores es un grupo de personas. No contamos con ningún tipo de financiamiento por parte de instituciones académicas o culturales. Tampoco lo hemos buscado y, por el momento, no pensamos hacerlo. Quienes han colaborado con nosotras lo han hecho de manera solidaria, en el ánimo de compartir su experiencia y su conocimiento. Y nosotras hemos trabajado con entusiasmo en pos de ese punto gravitacional, ese espacio de confluencia. Porque hay algo que une al blog con la lista de correos, las charlas y los talleres: todos ellos se definen como un espacio de participación; cada uno es, a su manera, una sección de cartas en el periódico, una plaza pública para reunirse, una casa del artesano donde los aprendices ya trabajan. Las corporaciones –en el sentido medieval– eran esos lugares donde los más experimentados transmitían su saber y los recién llegados tomaban por asalto lo que en virtud de la costumbre parecía obvio. ¿Cómo es que hoy en día no hay gremio para nuestro antiguo oficio? ¿Quién decide ahora los criterios de pertenencia en el ámbito de la traducción: la academia, el mercado, ambos bajo la guisa de la “eficiencia”? ¿Quiénes son los traductores y por qué son traductores? ¿Quién sanciona su profesionalización y cómo? ¿Llegará un día en que el peso de la experiencia se pierda en aras de un documento probatorio? ¿Por qué ante los traductores, ante nosotros, se abre la brecha entre formación y profesionalización? ¿Y qué hay de la brecha entre teoría y práctica? Son todas estas las interrogantes que nos mueven. No es posible darles respuesta sin un espacio común, no institucional, pero sí identificable, donde exponer y compartir todo lo que se juega en la traducción. A decir verdad, nuestro oficio ha contribuido a saberes tan diversos como la biología o el arte contemporáneo, donde nociones como la adaptación, la asimilación o la intermedialidad se emparentan con la traducción. Eso por no hablar del desarrollo mismo de la cultura escrita y oral. Porque el oficio de la traducción ocurre en las aulas y las editoriales, es cierto, pero en tanto oficio ocurre también en la calle cuando se escucha un modismo, en la plática cuando se comparte el problema de “los intraducibles”, en la lectura, en el cine, en los viajes, en el mundo, pues. Yo, que provengo del ámbito de la filosofía, siempre me pregunto si acaso un kazajo no habrá dado ya con la ontología propia para nuestra época y nosotros estamos aquí, sin saberlo, esperando a que el Instituto Cervantes abra sus oficinas en Kazajistán. De haber un espacio común, estoy segura, ya habríamos dado con esa persona que habla kazajo y español y es capaz de encontrar en ambos el sentido y el sonido. El Círculo de Traductores hoy es un cruce de caminos. Ya sea bajo la forma de charlas, en el espacio virtual o en el espacio gremial, lo que buscamos es contribuir a pensar la traducción hacia dentro y hacia fuera del oficio. Lo que nosotras hacemos es poner a su disposición la sección de cartas, la plaza, una casa (siempre distinta) del artesano. Todos están invitados a escribir, reunirse y compartir saberes. Gracias.

Círculo de Traductores

viernes, 27 de diciembre de 2013

En la muerte de Claude Couffon, o las ventajas de la buena memoria

“Hispanista francés falleció a los 87 años, tradujo también a Martín Adán, Alfredo Bryce, Manuel Scorza y casi todo Mario Vargas Llosa, y a otros escritores de nuestra región”, dice la luctuosa noticia que publica el suplemento cultural de La República, de Perú, el 20 de diciembre pasado, a propósito de la muerte del traductor francés Claude Couffon. Y si bien sus méritos como difusor de la literatura hispanoamericana en Francia son muchos y se exponen en esta nota anónima, sería también apropiado recordar su fuerte negativa a traducir a Borges –al menos eso dijo en una nota colectiva con varios de los más destacados traductores franceses –Marthe Robert, Laure Bataillon, entre otros, publicada en su momento en la revista Le Nouvel Observateur– porque, según sus propias palabras él no traducía escritores de derecha. Sin embargo, esta bravata no le impidió encargarse ávidamente del número especial que la revista Magazine Litteraire le dedicó a Borges un tiempo después. Tampoco, traducir a la poeta Alejandra Pizarnik para la colección de poesía que, curiosamente, publicaba la agregaduría cultural de la embajada argentina en Francia en la peor época de los militares, cuando allí existía un centro de inteligencia a cargo del ejército. Ambos datos son perfectamente corroborables y no constituyen secreto alguno. Por eso, tal vez valdría la pena recordar ese dicho del poeta Raúl González Tuñón, quien sostenía que todos goteamos por algún lado.  

Adiós al gran traductor de Vallejo

El destacado poeta, traductor y profesor francés Claude Couffon –traductor de Vallejo,  Vargas Llosa, Martín Adán, entre otros peruanos–, falleció el pasado miércoles a los 87 años en el Hospital de Caen, ubicado en su ciudad natal.

Conocido en el mundo académico como hispanista, Couffon cumplió una notable labor en la difusión de la literatura en castellano a través de sus estudios y traducciones de escritores fundamentales como Federico García Lorca, Jorge L. Borges, Gabriel García Márquez, Ernesto Sabato, Alejandra Pizarnik, Octavio Paz, Gabriela Mistral, y muchos otros. Entre los autores peruanos que fueron traducidos por el catedrático francés figuran César Vallejo, Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique, Martín Adán, Manuel Scorza y Blanca Varela.

Claude Couffon estudió lengua castellana y se desempeñó hasta 1991 como catedrático de Literatura Española e Hispanoamericana en la Universidad de París-Sorbona. Durante los años 1991-1995, fue vicepresidente de la Casa de los Escritores de París y, en la actualidad, tenía el cargo de presidente de la Cámara Internacional de Poetas y Escritores de Saint Malo.

La labor de Couffon como difusor de la literatura hispanoamericana comenzó en 1945 cuando publicó en revistas y periódicos parisinos la obra de Miguel A. Asturias, Rafael Alberti y Nicolás Guillén. Más adelante, se haría conocido gracias a sus investigaciones de dos poetas de la Generación del 27, Federico García Lorca y Miguel Hernández, publicando en Le Figaro Littéraire un estudio sobre las circunstancias que rodearon el fallecimiento del primero, mientras que del segundo logró hallar y sacar a la luz textos inéditos.

Amigo de muchos poetas de nuestra región, Claude Couffon se abocó a difundir internacionalmente sus obras por medio de la publicación de antologías. En este campo destacan sus títulos Histoires étranges et fantastiques d’Amérique Latine (1989),  Poésie cubaine du XXème siècle (1996) y Poésie péruvienne du XXème siècle (1999), así como la más reciente Antología de los escritores latinoamericanos en París (2007).

Sin embargo, Couffon no solo fue un académico cabal sino también un poeta que nos ha dejado 9 libros, entre los que destacan Le temps d’une ombre ou d’une image (1973),  Aux frontières du silence (1980), A l’ombre de ce corps (1988) y Fenêtre sur la nuit (1996). El poeta pucallpino Jorge Nájar, quien tradujo al castellano este último poemario, declaro que “sobre sus propias creaciones Couffon es el francés más discreto que he conocido”.

Cosechó por sus méritos académicos numerosas distinciones. También estuvo en nuestro país y recibió el honoris causa otorgado por la Universidad Nacional de San Agustín (Arequipa). Sin duda, la valiosa obra que nos ha legado seguirá recordando su nombre a futuras generaciones.
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jueves, 26 de diciembre de 2013

El culebrón de Alfaguara

Logo propuesto para la nueva empresa
Publicado el 19 de diciembre pasado en el diario El Mundo, de España, el siguiente artículo sin firma ofrece datos más concretos de la noticia que este mismo blog anunció en varias oportunidades a lo largo del año. Las desmentidas de rigor, a esta altura, no le importan a nadie, pero la empresa, que busca ocultar la realidad por razones del todo espurias, insiste en presentarlas.

Random, a un paso de Alfaguara

Alfaguara y el resto de sellos literarios del Grupo Prisa están a punto de ponerse en manos del cada vez más gigantesco Random House, llamado desde este verano Penguin Random House, debido a la fusión del Grupo Pearson (Penguin) con el conglomerado propietario de Random House (el grupo alemán Bertelsmann).

Los rumores venían siendo más que insistentes desde hace un año, pero las alarmas saltaron la pasada primavera, cuando un medio digital dio por hecho el trato y el Grupo Prisa se apresuró a desmentir la compra con un comunicado en el que, sin embargo, hablaban de que había "negociaciones" en marcha. Todo apuntaba entonces a que era cuestión de tiempo. Y así ha sido. Ahora, el anuncio oficial está al caer, a pesar de que Prisa ha remitido esta mañana una notificación importante a la CNMV, para negar "que haya llegado a ningún acuerdo para la venta de Alfaguara y sus demás sellos literarios a Penguin Random House ni para la venta de ninguna otra división de Santillana".

El precio que Bertelsmann habría pagado por la división Ediciones Generales Santillana es aún un misterio. El acuerdo podría incluir la división de libros de texto, un activo de fuerte implementación en América Latina, que supuso el pasado año un 28% de facturación para el grupo editorial (más de 730 millones de euros). La venta convertirá al grupo editorial (el más grande del mundo) en un verdadero monstruo de 250 sellos y 3.100 millones de euros de ingresos anuales. Un monstruo dirigido por Markus Dohle y presidido por John Makinson, que mantendrá al frente de la división literaria a Núria Cabutí, hasta ahora consejera delegada de Random House.

Así, a los más de 15.000 autores de Random habrá que sumar el catálogo de Alfaguara, pero no sólo de Alfaguara, sino también de Aguilar, Suma de Letras y Taurus, lo que reunirá, en el mismo sello, a escritores de la talla de Philip Roth, Mario Vargas Llosa, Bret Easton Ellis, Agustín Fernández Mallo, César Aira, Gay Talese, Junot Díaz, Javier Marías, Chuck Palahniuk y un largo etcétera, que incluye 'best sellers' como Stephen King y Ken Follet (ambos en Plaza & Janés) y la mismísima Stephenie Meyer (Suma de Letras). Con semejante catálogo pueden plantarle frente a su gran rival, Planeta, que recientemente ha sufrido una reestructuración interna.

Esta reestructuración interna le permitirá hacer frente al nuevo gigante jugando a su propio juego, pues hasta la fecha los múltiples sellos de Planeta competían entre ellos, algo que nunca han hecho los sellos de Random. En cualquier caso, el macrogrupo que dirige José Manuel Lara Bosch tiene enfrente por primera vez a un rival de nivel, un rival de apariencia indestructible, pues al músculo del grupo editorial más grande del mundo se le debe sumar ahora, tras la compra de Alfaguara, el prestigio. Pero no sólo eso, sino también una mayor implantación en el vasto mercado latinoamericano y una mejor red de ventas. Dicho esto, está por ver qué pasará con la mencionada división de libros de texto.

De hecho, el Grupo Prisa ofreció todo el paquete a Random hace prácticamente un año, pero por entonces el ala española de Bertelsmann lo rechazó porque no se veía con la suficiente fuerza financiera y, sobre todo, porque no tenía la experiencia necesaria en libros educativos como para hacerse con él. Pero las cosas han cambiado desde la entrada del Grupo Pearson (actualmente propietario del 47% del accionariado, frente al 53% de Bertelsmann), líder mundial en libros de texto, grupo que, por cierto, ya pujó en su momento por dicho activo, sin éxito.

En ese sentido, todo apunta a que podría haberse cerrado un trato global que incluyera ambas divisiones, es decir, no sólo la literaria sino también la educativa, mucho más rentable. Algo muy lógico de acuerdo a la política de expansión agresiva seguida por Bertelsmann a lo largo del pasado año. A finales de octubre de 2012 el grupo germano anunció la fusión entre Random House y Penguin Group, lo que convirtió a Random House en la mayor editorial del mundo, en volumen de negocio. La misma lógica agresiva que explica la adquisición por parte de Bertelsmann en noviembre de 2012 del 100% del capital social de Random House Mondadori.

Lo cierto es que ahora el panorama editorial se polariza aún máscon Alfaguara en poder de Random y sin más competidor que Planeta. La operación también tiene que ver con la ingente deuda que arrastra Prisa (más de 3.100 millones de euros) y con la gran reestructuración que necesitaría para lograr la viabilidad financiera.


lunes, 23 de diciembre de 2013

Traducción de autores brasileños en la Argentina

El pasado 15 de diciembre, el poeta y narrador venezolano Gustavo Valle publicó en el diario Perfil, de Buenos Aires, la siguiente nota, en cuya bajada se lee: “ Desconocida e ignorada por mucho tiempo, la literatura de Brasil está viviendo un momento de auge en la Argentina. Una mirada panorámica con sus protagonistas”.

 

El gigante despierto

Una relación fundada en prejuicios, suposiciones, leyendas, preconceptos, anclada en la experiencia personal de viajeros de ayer y de hoy, de turistas, de estudiantes y profesores que van o vienen, de traductores, del trasiego propio de los países fronterizos donde el deporte, la música y las diferencias culturales despiertan admiraciones, rechazos y envidias por igual. Una relación signada por las diferencias idiomáticas, de raza, de sensibilidad, de paisaje, por las distancias y por las cercanías. Dos países marcados por contextos políticos y sociales distintos, y también por algunas coincidencias que la historia más o menos reciente nos ha obsequiado. Argentina y Brasil, una relación intensa, a veces desigual, otras coincidente, pero que en los últimos años ha añadido a la lista de flujos y reflujos la literatura como una nueva protagonista de sus relaciones complejas.

Desde el tratado de Tordesillas de 1494, en el que los reyes de Castilla y Aragón y Juan II de Portugal se repartieron los territorios a conquistar en el subcontinente americano, dos culturas, dos idiomas y dos tradiciones nos dividieron. La primera consecuencia fue la insularidad en la que Brasil convivió con respecto a América Latina durante muchos años bajo la identidad de un extraño y desconocido vecino. Sin embargo, como dice David William Foster en la introducción de Passo da Guanxuma, el más reciente libro que explora los contactos culturales entre Brasil y Argentina, estamos en una etapa que podría llamarse “Superando Tordesillas”, es decir, en el desafío de cuestionar la validez de la escisión de todo un continente por diferencias lingüísticas e históricas, y propiciar nuevos territorios de contacto, intercambio y tráfico cultural.

Entre los intercambios pioneros entre Argentina y Brasil, figura la creación, en 1937, de la Biblioteca de Novelistas Brasileños por parte de la Editorial Claridad, que se dedicó a traducir novela social: Jorge Amado, Lúcio Cardoso y Rachel de Queiroz, entre otros, bajo la dirección de Benjamín de Garay. Además, ese mismo año se crearon la Biblioteca de Autores Brasileños Traducidos al Castellano del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de Argentina, y en Brasil, el Ministerio de Relaciones Exteriores fundó la Coleção Brasileira de Autores Argentinos. Estos dos proyectos permanecieron vigentes hasta 1950 y fueron destinados a divulgar, sobre todo, ensayos de interpretación: Sarmiento, Mitre y Rojas en Brasil, y Vianna, Calmon y Carvalho en Argentina.

Ya en la década del 50 desaparecen estas iniciativas, y muchas de las traducciones de autores brasileños durante los 70 y 80 se deben a los financiamientos otorgados por el gobierno brasileño, cuando no a la edición directa del Centro de Estudios Brasileños de la Embajada de Brasil en Argentina, que durante años llevó a cabo una importante labor de difusión de la literatura brasileña en nuestro país, y que luego fue sucedido por la Fundación Centro de Estudos Brasileiros (Funceb), dirigida entre otros por Camila do Valle. Más recientemente, en julio de este año, todo este caudal de experiencias desembocó en la creación del flamante Centro Cultural Brasil-Argentina (CCBA), que actualmente depende de manera directa del gobierno brasileño.

A esto habría que sumar la creación del Mercosur, que trajo aparejados acuerdos y políticas culturales que han sido instrumentalizados con éxito desigual. Por ejemplo, la obligatoriedad de la enseñanza del español como lengua extranjera en las escuelas del vecino país. En rigor, no se puede hablar de éxito, pero en estados como Paraná hoy en día las escuelas públicas enseñan español a sus alumnos. De este lado de la frontera, lamentablemente, la obligatoriedad del portugués avanza con mucha mayor lentitud.

Pero más allá de estos altibajos, hoy en día estamos viviendo un auténtico florecimiento de la cultura y especialmente de la literatura brasileña en Argentina. Numerosas editoriales se han dado a la tarea de traducir y publicar literatura brasileña a un ritmo y cantidad cada vez mayores. Hoy en día es común encontrar en las mesas de novedades un libro de Clarice Lispector, João Gilberto Noll, Dalton Trevisan o Marcelino Freire. Se multiplican en las universidades materias, cursos y seminarios: la cátedra de Literatura Brasileña y Portuguesa de la UBA, dirigida por Gonzalo Aguilar; los cursos de Marcela Croce, también en la UBA; el Programa de Cultura Brasileña de la Universidad de San Andrés, a cargo de Florencia Garramuño. Las jornadas y el libro Passo da Guanxuma, de la Universidad Nacional de General Sarmiento, coordinado por Isis Costa McElroy y Eduardo Muslip, muestran que el espacio académico dedicado a la cultura brasileña crece más allá de las universidades tradicionales. Los festivales de literatura y ferias de libros tienen como país invitado a Brasil; escritores nacidos en el país vecino nos visitan para presentar sus libros; se han fortalecido los programas de traducción, los intercambios académicos y la matrícula para aprender el idioma portugués. El proceso no es nuevo, es cierto, pero se ha ido imponiendo sin estridencias y con gran solidez. Comenzó hace algunos años de la mano de algunos de los promotores más importantes de la literatura brasileña y de algunos editores entusiastas, y luego se sumaron más promotores y más editoriales, programas de apoyo y la consolidación de subsidios institucionales.

Antologías, clásicos y contemporáneos, autores de trayectoria y noveles, poetas y narradores, la lista es larga y fecunda. Quien sienta la curiosidad de acercarse al universo de la literatura brasileña traducida al español, puede hoy encontrarse con un nutrido menú de autores y títulos en constante crecimiento.

Fue Ediciones Corregidor la que, en 2001, creó una colección de literatura brasileña, sin dudas hoy la más importante. Vereda Brasil, coordinada por María Antonieta Pereira, Florencia Garramuño y Gonzalo Aguilar, ha venido publicando ininterrumpidamente una larga lista de autores imprescindibles, con traducciones propias y casi siempre acompañadas con prólogos, estudios, introducciones o cronologías. La colección nació con los archifamosos Escritos antropófagos de Oswald de Andrade, y se han sumado Graciliano Ramos, Machado de Assis, Ana Cristina Cesar, Ferréz y muchos más. Se destacan novelas como En libertad, de Silviano Santiago, diario apócrifo, mezcla de novela y ensayo, que recrea las Memorias de la cárcel, de Graciliano Ramos, escrito a partir de su experiencia carcelaria durante el gobierno de Getúlio Vargas. Es una novela que ha llegado a ser comparada con Respiración artificial, por sus cruces entre realidad y ficción y su permanente juego con la historia. Pero quizá sea la colección dedicada a la obra de Clarice Lispector, que ya cuenta con su propia Biblioteca Lispector, la reina de Vereda Brasil, con seis títulos publicados hasta la fecha, entre los que se destacan La hora de la estrella, quizá su novela más importante junto con La pasión según GH.

La editorial Adriana Hidalgo también ha llevado a cabo una labor importante publicando dos libros de crónicas de Lispector, cuatro novelas de João Gilberto Noll, traducidas por Claudia Solans, y una nueva traducción de Gran Sertón: veredas, la gran novela de João Guimarães Rosa, a cargo de Florencia Garramuño. O los cuentos de Nelson Rodrigues o João Antonio, o la antología de Versos y canciones de Vinicius de Moraes, a cargo de Cristian de Nápoli. Se destaca el acontecimiento editorial que supuso la publicación, hasta ese momento inéditas en libro, de las Aguafuertes cariocas, de Roberto Arlt.

Pero la lista de editoriales es más larga. Cuenco de Plata ha publicado ocho libros de Lispector, incluido La pasión según GH, los dos primeros libros de cuentos de Rubem Fonseca, traducidos por Teresa Arijón y Bárbara Belloc, y ensayos de Haroldo de Campos, traducidos por Amalia Sato. Beatriz Viterbo ha publicado a Caio Fernando Abreu, Milton Hatoum y Sérgio Sant’Anna. Santiago Arcos Editor recientemente publicó el libro Cuentos negreros de Marcelino Freire, premio Jabuti al mejor libro de cuentos del año, con traducción de Lucía Tennina. Mardulce publicó un libro de cuentos del gran Dalton Trevisan. De Trevisan, Sudamericana había publicado su famoso libro El vampiro de Curitiba hace ya casi cuarenta años. Emecé publicó Terriblemente felices, antología de la nueva narrativa brasileña. Eterna Cadencia hizo lo mismo con libros de Luiz Ruffato, Machado de Assis y Paloma Vidal, esta última argentina de nacimiento y criada en Brasil, quien junto con Diana Klinger, Paula Siganevich y Mario Cámara, codirige desde 2002 la revista bilingüe Grumo, dedicada a generar “espacios en común de reflexión y producción artística” entre Brasil y Argentina.

Eloísa Cartonera, Interzona, Fondo de Cultura Económica, Editorial Tsé Tsé, Planeta, Leviatán, Editorial Vestales, Del Nuevo Extremo, Siesta Editora, en fin, la lista es enorme. Como enorme ha sido la contribución del Ministerio de Cultura de Brasil/Fundación Biblioteca Nacional a través del Programa de Apoyo a la Traducción y Publicación de Autores Brasileños en el Exterior. Sin duda, el músculo presupuestario y la voluntad puesta en este programa han definido sustancialmente el actual panorama de la oferta de la literatura brasileña en Argentina, y la traducción se ha convertido en la punta de lanza de todo este movimiento. En la página digital Papeles sueltos (www.brasilpapelessueltos.com) dedicada la traducción de la literatura brasileña contemporánea, a cargo de Julia Tomasini, hay un asombroso listado de libros traducidos y publicados. Sólo este año, se han publicado 12 libros, y desde 2000 hasta 2012, cerca de cien títulos. Ya en 2003, Ediciones del Zorzal publicaría Traducir Brasil, de Gustavo Sorá, que da cuenta del recorrido de la traducción de la literatura brasileña al español. De hecho, recientemente se realizó en la Universidad de Buenos Aires el evento “Traducir Brasil. Edición, traducción y docencia en Argentina”, en el que participaron Bárbara Belloc, Cristian de Nápoli, Lucía Tennina y Gonzalo Aguilar, y que contó con una aguda premisa: “Suele pensarse la traducción entre culturas como un acto de aproximación entre espacios o tiempos distantes. Pero ¿qué ocurre con las culturas próximas, aquellas que corren el riesgo de parecer idénticas por cercanía geográfica, tradiciones y experiencias compartidas, relaciones comerciales mutuas?”.

Como puede verse, todo esto que podríamos denominar boom o auge o esplendor de la literatura brasileña en Argentina se debe a diversos motivos y protagonistas: a quienes desde la academia han promovido los estudios, han estimulado a los estudiantes y han participado en intercambios. A los traductores que nos han descubierto un universo literario hasta hace poco prácticamente desconocido. A las editoriales que han apostado a la publicación y difusión de las obras. A los lectores, y por supuesto a las instituciones, es decir a la voluntad política que prueba una vez más que no es suficiente con la calidad de una obra literaria sino que hacen falta apoyos económicos, becas y programas para que un universo literario consiga trascender sus fronteras e inicie diálogos con otros países, otros lectores, otras sensibilidades.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Para los traductores de alemán


WORTSCHMIEDE
La escritura del traductor, 
entre oficio y arte de la palabra

Taller internacional de traducción literaria alemán-español/español-alemán centrado en la escritura creativa del traductor. Pueden postularse traductores profesionales de la Argentina y de todo el ámbito hispanoparlante, así como de países de habla alemana. Tendrá lugar en la ciudad de Buenos Aires del lunes 05 al sábado 10 de mayo de 2014.

Un proyecto concebido por el Goethe-Institut Buenos Aires y la Casa de traductores Looren (Suiza) en el marco de la 40. ° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Con el apoyo de la Fundación El Libro, la Fundación AVINA (Suiza), la Feria del Libro de Frankfurt. Adhieren el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, la Fundación TyPA y la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

Convocatoria abierta hasta el 28 de febrero de 2014.

(Además de los traductores mencionados pueden postularse editores argentinos especialmente interesados en la traducción de literatura contemporánea en lengua alemana para participar de algunos módulos específicos. Ver abajo condiciones de postulación).

Si la escritura de un original implica traducir un mundo posible, la traducción literaria no es mera cuestión de dominio de dos lenguas y oficio: la traducción literaria requiere, además, una ductilidad (¿creatividad?) difícil de medir según parámetros fijos. De cara a su creación, el traductor se enfrenta con un doble fantasma, el del autor y el suyo propio: todo lo que ha leído en su vida, todo su consciente e inconsciente, todo lo que lo rodea, su mundo sensible.

Reproducción, copia, versión. La traducción suele quedar definida por su vínculo con el original previamente existente. Los conceptos de fidelidad y equivalencia, baluartes de las teorías tradicionales de la traducción, le otorgan un rango secundario: segunda en orden y nunca principal. Sin embargo, la traducción es un texto autónomo que debe vérselas por sí mismo en la literatura de la lengua meta.

Este encuentro organizado por el Goethe-Institut Buenos Aires y la Casa de traductores Looren (Suiza) retoma la experiencia de años anteriores en la realización de talleres prácticos de traductores y encuentros internacionales, pero centra la mirada en la figura del traductor como autor de su versión y en la edición literaria de traducciones.

Tomando como base el análisis práctico de textos en los que se encuentran trabajando los participantes, se propone reflexionar sobre aspectos como la lectura del original, la versatilidad, la poética, el sonido de la traducción, la cohesión de la versión final, la literatura como teoría de la traducción, las estrategias de escritura y formación de escritores. Prevé, a su vez, charlas abiertas al público y el intercambio con otros actores del mundo editorial, como editores y autores, durante la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, así como una actividad conjunta con la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
La escritura del traductor es un aspecto que no suele tener cabida en los programas académicos. El objetivo es seguir dando visibilidad a la figura del traductor literario como un actor crucial de las literaturas nacionales y de su traslado a otras lenguas, promover su formación continua y el desarrollo de una red a escala latinoamericana que se encuentre en un vínculo de ida y vuelta permanente con el mundo literario europeo.

Condiciones de postulación:

1.       Pueden postularse traductores profesionales del alemán al español de la Argentina y de todo el ámbito hispanoparlante, así como traductores del español al alemán (posiblemente dos vacantes en este último caso), con experiencia de publicación en los campos de prosa de ficción, poesía, teatro o ensayo literario.

2.       Se requiere contar con al menos un libro traducido y publicado.

3.       También se recibirá la postulación de editores argentinos que estén especialmente interesados en la publicación de literatura alemana contemporánea y que deseen participar de algunos módulos específicos. En este caso, es suficiente con comunicar su interés y antecedentes dentro del plazo de la convocatoria.

4.       Los traductores elegidos se comprometen a participar de todo el taller, jornada completa. Asimismo deben estar dispuestos a analizar el material de trabajo en las semanas previas al taller.

5.       La participación es gratuita y se ofrecerá a todos el almuerzo durante el taller. 

6.       Los traductores seleccionados que no residan en la ciudad tendrán cubierto además el traslado a Buenos Aires desde sus lugares de residencia y una pequeña ayuda para el alojamiento.

Enviar consultas y postulación con el asunto “Wortschmiede” a textkabinett@gmail.com (Coordinación: Carla Imbrogno) con copia visible a Programm@buenosaires.goethe.org y a info@looren.net 

Adjuntar:

1.       Biografía que incluya lista de publicaciones.

2.       Breve carta de motivación.

3.       Cuatro (4) páginas de una traducción actual propia que todavía no haya sido publicada (prosa de ficción, poesía, teatro, ensayo literario). Indicar si existe un contrato o intención de publicación.

4.       Las páginas correspondientes del original.

5.       Breve descripción de la obra y el autor traducidos (media página).
Importante: Se ruega nombrar prolijamente todos los documentos enviados indicando en cada caso el apellido del postulante y el documento de que se trata (por ejemplo: “Mustermann_Biografía”).


jueves, 19 de diciembre de 2013

El silencio forzado de las lenguas colonizadas

El muy experimentado traductor español Mario Grande publicó la siguiente columna en El Trujamán del 18 de diciembre pasado.

Traducciones vitaminadas

Los contactos entre lenguas, como parte de procesos de transferencia cultural, han sido históricamente desiguales: en unas ocasiones ha habido intercambio, en otras se ha impuesto una dinámica de dominación/resistencia. Ejemplo de lo primero es el vasto y fecundo movimiento renacentista de traducción-imitación del latín y el italiano en castellano (Garcilaso, Fray Luis) y catalán (Bernat Metge). De lo segundo: los ejemplares de literatura aljamiado-morisca ocultados antes de la expulsión decretada en 1609 y sacados a la luz muchos años después, con ocasión de obras en casas antiguas del valle del Jalón, donde estaban «emparedados». Es el caso del manuscrito de La doncella Carcayona, salvado del fuego en Almonacid de la Sierra a finales del siglo xix tras siglos de emparedamiento.

Así ocurrió también con las lenguas de los imperios coloniales:

Los Inkas no conocían papel, escritura; cuando el tataycha quería darles papel, ellos rechazaron; porque se enviaban noticias no en papeles, sino en hilos de vicuña; para malas noticias eran hilos negros; para buenas noticias eran hilos blancos. Estos hilos eran como libros, pero los españas no querían que existiesen y le habían dado al Inka un papel:
 —Este papel habla —diciendo.
—¿Dónde está que habla? Sonseras; quieren engañarme.
 Y había botado el papel al suelo. El Inka no entendía de papeles.
 (Gregorio Condori Mamani, Autobiografía, Cusco, 1982; edición bilingüe y traducción del quechua: Ricardo Valderrama y Carmen Escalante).

El silencio forzado de las lenguas colonizadas por el inglés, el francés, el portugués o el castellano adoptó diversas formas: muchos textos quedaron sin traducir a estas lenguas o fueron destruidos y los que se tradujeron experimentaron muchas veces toda suerte de injertos, supresiones y aclaraciones para adaptarlos al gusto imperial. En sentido inverso, hubo un aluvión de traducciones de textos catequéticos a las lenguas colonizadas.

Este tipo de traducción, distinto del practicado por los humanistas con respecto a la Antigüedad clásica, ha sido muy cuestionado desde la segunda mitad del siglo xx. Tanto por los escritores como por los traductores. Entre los escritores de las antiguas colonias se ha pasado de la mera resistencia al multilingüismo, hibridizando el texto, poniendo en cuestión la distinción jerárquica entre original y copia. En cierta forma, estos autores no solo revisitan, como Chinua Achebe (1975) el personaje conradiano de Kurtz, sino que se autotraducen.

«Fui yo quien transcribió, en portugués visible, las cosas que aquí se dicen», afirma el traductor de Tizangara, narrador de El último vuelo del flamenco (2000), del mozambiqueño Mia Couto (traducido por Mario Merlino). En «A viagem da cozinheira lagrimosa» (Contos do Nascer da Terra, 1997), las lágrimas de la negra Felizminha en los platos que cocina dan nueva vida al sargento colonial Antunes Correia, «mutilado de guerra e incapacitado de paz», en una bella metáfora de la inviabilidad de que una sola lengua abarque y unifique toda la experiencia humana. Sus obras suelen ir acompañadas de un glosario de voces propias de Mozambique. O el nigeriano Ken Saro-Wiwa y su opción por el «rotten English» en Sozaboy(1985), basado en el pidgin nigeriano, más sencillo, práctico, cercano y unificador que el inglés. El martiniqués Patrick Chamoiseau (Biblique des derniers gestes, 2002) refleja la identidad criolla de las Américas y su lenguaje es un precipitado del francés de los colonos del siglo xvii y sus propios acrolecto y basilecto criollos, que desbordan cualquier diccionario, incluso especializado, por los arduos problemas de traducción que plantea. Y en español tenemos la obra del mexicano Carlos Fuentes, brillante expresión de mestizaje.

Traducir a estos autores plantea problemas nuevos. El traductor brasileño Haroldo de Campos y el profesor George Steiner podrían discutir eternamente sobre si la traducción de sus textos exige su canibalización o más bien su penetración. Tal vez pueda ser útil rescatar, como T. S. Eliot en el título de la última sección de La tierra baldía, la noción de anuvad, en sánscrito ‘traducción’, en el sentido de «decir después, repetir, explicar».