jueves, 27 de abril de 2023

Un problema a considerar: localismos latinoamericanos como respuesta a los ibericos

Publicada el 24 de marzo pasado, en La Diaria, de Montevideo, la siguiente nota de Gabriel Sosa plantea una cuestion latente que merece ser debatida y que todavia no se discute debidamente.

El idioma secuestrado

Textos con problemas:

—¡Pendejo! ¿Cómo se te ocurre? Dale, venite otra vez si sos tan guapo.

—No tengo nada en tu contra, hermano. Fue una mala interpretación mía, me equivoqué.

El problema es que el diálogo no transcurre en las inmediaciones de La Boca, sino en el puerto de Yokohama en 1912.

PERO SABRÁS, VIEJO, QUE A MÍ LA GUITA NO SE ME PEGA.

El problema es que la frase no es de un porteño quejoso, sino del escritor polaco Stanislav Lem en una carta de 1969.

—La Playstation puede chuparme la pija, chabón —dijo él—. Los mandos digitales son una mierda.

El problema es que quien lo dice no es un gamer del Conurbano, sino un hacker turco en una ciudad británica, de quien poco antes se dijo que habla perfecto inglés.

Son ejemplos extraídos de publicaciones recientes de editoriales argentinas independientes de mediano porte, editoriales que, por otra parte, producen libros de altísima calidad, ediciones exquisitas de textos muy seleccionados. Y que toman la decisión de traducirlos con localismos, a veces en todo el texto, a veces sólo en los diálogos.

El tema de los localismos (que no es sólo argentino: hay ejemplos chilenos y es de suponer que de toda América) no es cosa nueva, pero en general se lo asociaba con ediciones españolas. Opuestos a una amplia y maravillosa tradición argentina de traducción neutra, los españoles se empeñaron por décadas en destruir sin piedad textos que tuvieran cualquier asomo de argot local. La novela negra en particular sufrió mucho con esta práctica, gracias a la cual cualquier libro de Chandler, Hammet, Ross McDonald, Chase, Jim Thompson, en fin, el que fuera, una vez que salía de imprenta parecía, cualquiera de ellos, estar protagonizado por Pepe Carvalho en las cercanías de La Barceloneta. Sin constreñirse al género, fue y sigue siendo particularmente feroz la embestida baguala del sello Anagrama, que desde los 70 se encarnizó con la literatura estadounidense y, sobre todo, la británica, destrozando libros e incluso obras enteras (por ejemplo, la de Irvine Welsh), volviéndolas ilegibles en medio de un tsunami de españolismos que nadie utiliza a más de 20 metros de la puerta de la embajada de España en donde sea.

El tema es que, aunque a los editores y traductores españoles les parece que sí, los localismos son intraducibles. Es cierto que hay expresiones coincidentes, a veces hasta en su polisemia, como por ejemplo el “baka” japonés, que es equivalente, incluso en su rango de significados contrapuestos, de insulto a muestra de afecto, al “boludo” rioplatense. Pero el conjunto de localismos es justamente eso, local, y está asociado casi que a nivel cuántico al ambiente donde se utiliza.

Por lo tanto, tomar un texto con localismos y traducirlo utilizando los de otra región no es adaptarlo, sino secuestrarlo. Si no se entiende el idioma original, hay que asumir que ese texto no fue escrito para uno. Por ejemplo, un lector australiano puede leer un texto con localismos de, digamos, Manchester y saber qué es lo que lee. Tal vez no entienda algunos términos, pero sí el concepto: está hablando un nativo de Manchester. Si un lector hispanohablante lee el mismo texto traducido con localismos de otro lugar, esa idea se pierde. El texto fue secuestrado, su sentido fue modificado. Los localismos catalanes, madrileños, chilenos o argentinos los usan los habitantes de esos lugares, no los de Manchester. Cuando se lee un texto traducido hay que asumir que hay capas de significado que van a perderse, o al menos diluirse. La traducción neutra preserva el espíritu de lo perdido. Mantiene la idea de que se está leyendo algo que transcurre en otra parte, pero sin traicionar la locación elegida por el autor. No se podrá reconocer específicamente dónde, pero se sabe que es otro lugar, y el lector logra mantenerse en sintonía con esa idea: mensaje y código, aunque con pérdidas, se mantienen coherentes. En cambio, si se secuestra lo escrito, el lector es rechazado hacia una Zona Fantasma incierta y desprovista de sentido.

Ahora sufrimos la moda, trágicamente campante en Argentina, del secuestro del texto. De llevarlo, a pura fuerza bruta, a transcurrir en su país o, casi siempre, peor, en Buenos Aires, porque no en toda Argentina se habla igual. Es tomar un texto con diversas capas de significado y lectura y transformarlo en otra cosa, desvirtuarlo, sacarlo de sus parámetros geográficos y sumergirlo en una locación imposible donde personas llamadas Mark, Alice, Toshiro o Stanislav dicen estar en Manchester, Cincinnati, Cracovia o la tercera luna de Tralfamadore, pero hablan de vos, se dicen uno a otro “chabón” y pagan sus compras con guita.

La atrocidad de la traducción localista no se limita a la literatura. El subtitulado y el doblaje en el cine son, desde hace tiempo, campo fértil para este tipo de crímenes contra el sentido original. Hace muchos años alguien tuvo la horrible idea de doblar la película The Incredibles (Los increíbles, 2004, dirigida por Brad Bird) al porteño. Entre varias perlas, en determinado momento se escucha el siguiente diálogo con acento 100% bonaerense entre Mr. Increíble y su esposa (Sebastián Llapur y Juana Molina):

—El robot está en el Microcentro. ¿Qué calle llega hasta allá?

—Creo que Corrientes.

—¡Siempre está cortada!

La película transcurre en una ciudad del futuro llamada Metroville. Ningún superhéroe llegó a tiempo para impedir su secuestro, mutilación y relocación sin necesidad en una Buenos Aires sin Obelisco, sin pizzerías Ugi’s y sin sentido.

miércoles, 26 de abril de 2023

Ariana Harwicz, harta por escrito

En un tiempo marcado por la cancelacion y la correccion politica, cuando muchos escritores se llaman a silencio para no perder lectores, la argentina Ariana Harwicz mete el dedo en la llaga con El ruido de una epoca, un libro de ensayos que a mas de uno le resultara irritante. De eso trata la nota publicada por Maximiliano Tomas en el diario La Nacion. el pasado 21 de abril.

Los hilos de Ariana

El primero que me habló sobre Ariana Harwicz fue el editor Juan González del Solar cuando en 2011 estaba por publicar su primera novela, Matate, amor, en la editorial española Lengua de Trapo. Cuando la conocí, en marzo de 2014 en un homenaje a Julio Cortázar en París, todavía no la había leído. Pero poco después se editó en la Argentina la novela La débil mental, que me dejó sin aliento. Y enseguida vino, en 2015, una continuación de aquel mundo inestable con la también breve y frenetica Precoz. Fue por eso que cuando me llamaron del diario El País de Madrid para que les ofreciera un nombre para un artículo que estaban armando sobre narrativa argentina no dudé: Ariana Harwicz, les dije.

No ha pasado tanto tiempo, pero han pasado demasiadas cosas desde entonces: Harwicz publicó otras ficciones (Degenerado), sus textos se han adaptado al teatro, sus tres primeros libros se reunieron con el título Trilogía de la pasión y supimos también que Matate, amor será llevada al cine por la productora de Martin Scorsese en 2024. Hoy, Harwicz es una de las autoras más leídas, traducidas y destacadas de nuestra literatura junto con Samanta Schweblin, Mariana Enriquez, Selva Almada y Dolores Reyes.

En pocos días, en sintonía con la Feria de Libro de Buenos Aires, la editorial Marciana publicará un libro suyo de no ficción llamado El ruido de una época: ensayos breves, reflexiones, imágenes, listas y aforismos donde esta escritora asume el deber de pensar a contracorriente. Desde el prólogo, advierte: “Si algún sentido tiene este libro, es el de afirmar la necesidad de la paradoja. No estoy siendo nada original, la paradoja es ir contra la opinión general, contra la lógica, es celebrar la contradicción. Cualquier pensador, cualquier crítico, cualquier artista afirmaba (antes) su retórica y su poética en la desobediencia”.

Algunos ejemplos concretos tomados del libro: “Lo políticamente correcto es la gangrena del arte en este siglo”. O: “Esta época lee mal porque lee desde la identidad”. También: “Esa reducción del ser humano a su condición genital, biológica, de identidad de género, sexual o a su color de piel, es propia del fascismo”. Y por qué no: “La misión de la literatura no es separar al verdugo de su víctima o juzgar quién debe ser condenado a muerte, sino transgredir”.

Harwicz no evita las polémicas en redes sociales ni quita el cuerpo en las entrevistas periodísticas. No especula con la posibilidad de perder a sus lectores por decir lo que piensa. “Me han llamado al orden por no adecuar mi habla al uso actual. Me han dicho que lo que digo es violento, ofensivo, por el modo en que lo digo, es decir, que la lengua que hablo es la culpable de la ofensa. Me pregunto cómo hacer para señalar la violencia de quienes sí adaptaron su diccionario y su lengua a este tiempo, de quienes impugnan los usos de la lengua que no se adapta a su ideología”.

Los congresos de escritores son una de sus bestias negras favoritas: “En los festivales de literatura importa mucho más dar cuenta de ser ecologista, anticapitalista, vegano, antirracista y proinmigración e inclusión, que la obra, que las reflexiones que puedan tener los autores invitados sobre la literatura. Es casi como si los autores fuésemos invitados a los festivales literarios a lavar dinero, o la conciencia”.

En un círculo literario con escritores que no escriben y talleristas que hablan del campo popular y cobran sus clases en dólares, Harwicz propone volver a separar al autor de su obra, y a la obra de toda moral. Como ella recuerda que escribió Arthur Rimbaud: “El arte es la pérdida de la moralidad, la literatura no tiene que tener la finalidad de hacernos mejores personas”. Desde la muerte de Fogwill nadie ha sabido ocupar el lugar del que dice las cosas incorrectas en el momento oportuno. Harwicz, con este libro, parece postularse para esa tarea.

martes, 25 de abril de 2023

Cuatro editoriales independientes colombianas en la FILBO 2023

La Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBO) comienza y termina unos dias antes que la de Buenos Aires. En su edicion 35, a otras editoriales independientes, suma las cuatro a las que se refiere Santiago Díaz Benavides, en la siguiente nota, publicada por InfoBAE, el pasado 21 de abril.

Cuatro editoriales independientes colombianas para descubrir en la edición 35 de la FILBo

Cada año, la Feria Internacional del Libro de Bogotá convoca un buen número de editoriales para su encuentro con el público lector. Entre la extensa oferta que llega desde todos los rincones de Colombia y fuera de ella, llaman especial atención los sellos independientes, aquellos que se alejan de las dinámicas comerciales de los grandes grupos.

La FILBo ha dispuesto un espacio, desde hace varios años, para que estos sellos presenten su oferta diversa y novedosa, y tengan un encuentro cercano con los lectores, quienes acuden en su búsqueda con ganas de contenidos distintos y arriesgados.

Entre las editoriales independientes más conocidas y referenciadas cabe mencionar a Laguna Libros, Luna Libros, Angosta Editores, El Peregrino Ediciones, Sílaba Editores, Palabra Libre, ilona Libros, Lazo Libros, Tragaluz Editores, entre muchas otras.

De todas ellas, hay algunas que edición tras edición intentan treparse a lo más alto y otras que, más allá del trabajo valioso que realizan, no logran estar en el radar de la prensa. Justamente a ellas hemos querido prestar atención en esta ocasión y hemos reunido cuatro que pueden llegar a ser de interés de los lectores:

Siete Gatos
La Editorial Siete Gatos es uno de los sellos independientes dedicados a la literatura infantil que más se ha encargado de trabajar en la interacción de los contenidos análogos con aquellos de soporte digital, pensados para un público integrado por niños y jóvenes.

“Queremos crear libros de calidad y lectores apasionados”, se puede leer en su presentación. Apuestan por los nuevos espacios de lectura y edición en el mundo, por ello se empeñan en crear libros que respondan a ello y acojan de la mejor manera a los lectores de un este periodo de la vida.

Entre sus publicaciones más recientes se encuentran El fabricante de historias, de Alberto Medina López y, de próxima publicación, Abril y Moncho, de Roger Ycaza.

Editorial Frailejon 
Si lo que busca el lector es una editorial que le brinde espacio a la poesía, a los clásicos y lo haga de una manera distinta, cuidadosa, entonces deberá conocer el trabajo de Frailejón.

Sus libros están hechos a mano, con materiales naturales, cosidos y armados en talleres artesanales. Su editor, Iván Hernández, dirigió durante 15 años la colección Cara y Cruz de Editorial Norma, la cual, según escribe Francisco Cortés Rodas para El Colombiano, publicó en los años noventa clásicos de la literatura dividiendo cada ejemplar en dos: por un lado, la obra y, por el otro, una reseña biográfica del autor y de la obra.

Su catálogo está nutrido por grandes plumas de la literatura colombiana y universal. Entre las voces más relevantes se encuentran María Mercedes Carranza, Porfirio Barba Jacob, José Manuel Arango, Piedad Bonnett, William Ospina; Roberto Louis Stevenson, Cesare Pavese, George Orwell y Miguel de Cervantes Saavedra, entre muchos otros.

Lua Books
Fundada en 2011 por Lizardo Carvajal y Juan Saab, esta es de las pocas editoriales transmedias en Colombia que se especializa en literatura infantil y juvenil. Con contenidos de un alto valor estético que van de lo análogo a lo digital, que buscan integrar ambos lenguajes y pueden fluir a través de diferentes plataformas: papel, computadores, tablets y teléfonos inteligentes.

Sus libros multi-idioma, animados, narrados y musicalizados buscan conciliar las nuevas tecnologías y la lectura. Dentro de su esquema de producción, los avances tecnológicos están al servicio de la construcción de sentido a través de todos los canales de comunicación de las personas: sus libros se pueden leer, ver, escuchar, tocar, construir y narrar.

Apidama Ediciones
En la edición 35 de la FILBo, esta editorial está causando sensación. ¿La razón? La escritora Chimamanda Ngozie Adichie, en su conversación con la periodista colombiana Claudia Morales, resaltó el trabajo de una de las poetas que este sello lleva publicando de manera exclusiva desde hace un tiempo: Mary Grueso.

La poeta afrocolombiana es una de las voces destacadas de la literatura afrocolombiana contemporánea, hacia la cual se enfoca esta editorial surgida en 2002 bajo la dirección de los poetas colombianos Guiomar Cuesta Escobar y Alfredo Ocampo Zamorano.

Apidama Ediciones surgió con la necesidad de abrir un espacio en el que se pudiera dar paso a la poesía y rescatar la voz de la comunidad afrodescendiente.

Entre sus publicaciones más destacadas es posible mencionar el libro Dios es negra. Feminismo negro de cada día, de Mary Lucía Hurtado, y la antología de Poesía colombiana del Siglo XX escrita por mujeres.

lunes, 24 de abril de 2023

FILBA 2023: Mucho ruido y pocas nueces (II)

Segunda parte de la larga nota publicada por Daniel Gigena, en el diario La Nacion, el pasado 19 de abril. Los editores opinan y presentan sus novedades. 

Feria del Libro: el evento cultural más importante del país le hace frente a la crisis económica (II)

A una semana del inicio de la Feria del Libro, ¿qué esperan los responsables de grupos grandes, medianos y pequeños de la Argentina?

Penguin Random House (stand 1017, Pabellón Verde)
“Este año en que el Covid finalmente nos da respiro, creemos que la nueva edición de la Feria va a tener gran convocatoria de público. En Penguin armamos una cartelera de charlas y presentaciones muy amplia y potente. Visitas que incluyen autores emblemáticos como Arturo Pérez-Reverte, Santiago Posteguillo, Irene Vallejo, Claudia Piñeiro, Eduardo Sacheri y Martín Caparrós. Fenómenos juveniles como Ariana Godoy y Joana Marcús, clásicos infantiles como Pablo Bernasconi, Chanti y autores con novedades muy potentes como Dolores Reyes, con su nueva novela Miseria; Gustavo Rodríguez con Cien cuyes, que ganó el Premio Alfaguara de Novela 2023, y Ese tiempo que tuvimos por corazón, de Marie Gouiric. Nuestros deseos y expectativas siempre tienen que ver con eso, con unir libros y lectores, con recibir a nuestros autores en nuestra casa y con seguir apostando por la cultura. La Feria del Libro de Buenos Aires es una gran oportunidad que hace posible este encuentro”. (Valeria Fernández Naya, directora de Marketing y Comunicación)

Grupo Planeta (stand 917, Pabellón Verde)
“La Feria del Libro está siempre asociada al éxito -sostiene Adriana Fernández, directora editorial de Planeta-. La fiesta anual del encuentro de los lectores y las lectoras con sus autores se renueva y solo una pandemia la detuvo. Esta suerte de predicción no desconoce la conflictiva situación económica que el país atraviesa. Deseamos que el éxito de público y de ventas vayan nuevamente de la mano. Desde Planeta, tenemos armada una agenda de autores y eventos para que nadie quede afuera, no importa la edad o los gustos literarios”. Las apuestas del Grupo Planeta este año son los nuevos títulos de Fernando Aramburu, Felipe Pigna, Viviana Rivero, Darío Sztajnszrajber, María Martínez, Victoria Resco, Javier Milei, Alejandro Vaccaro, Itamar Vieira Junior, Sarah Schulman y el dúo de amigas que integran las escritoras Betina González y Esther Cross. Como Santiago de Chile es la ciudad invitada de honor en la Feria, Seix Barral presentará varios títulos de la reconocida escritora Diamela Eltit y Tusquets, una ficción de Juan Pablo Meneses sobre la dictadura de Pinochet. (Adriana Fernández, directora editorial)

Edhasa (stand 720, Pabellón Azul)
“No esperamos una gran Feria -advierte Fernando Fagnani, gerente general de Edhasa-. Si fuera parecida a la de 2019, que tampoco fue una gran feria, estaríamos más que satisfechos. Esto sería lo normal. El mercado está en la misma línea, con algunas señales de agotamiento. Y si bien la Feria es un microclima, que no siempre reproduce lo que sucede en las librerías, nos parece que este será similar. En todo caso, es casi imposible repetir los números de 2022 que, al ser la primera después de la pandemia, fue un evento de carácter extraordinario”. Las novedades de esta edición incluyen tres libros de Luis Gusmán (su nueva novela, No quiero decirte adiósCuentos elegidos y una nueva edición de El frasquito, que en 2023 cumple cincuenta años desde su publicación original), una nueva edición de Viaje al fin de noche, de Louis-Ferdinand Céline, con prólogo de John Banville, y un libro del economista y exdiputado diputado Diego Bossio, Una diagonal al crecimiento. Políticas económicas para reconstruir la Argentina. Edhasa aprovechará la ocasión para presentar en sociedad un nuevo sello de novelas clásicas de aventura, Zenda Edhasa, emprendimiento conjunto con la página web zendalibros.com, creada y dirigida por Arturo Pérez-Reverte. Los dos primeros libros son Taras Bulba, del amado escritor ruso Nikolai Gogol, y Las cuatro plumas, del británico A. E. W. Mason; ambos prologados por Pérez-Reverte.

Eudeba (stand 923, Pabellón Verde)
“Esperamos que la próxima Feria sea un éxito, esperamos y necesitamos que así sea por los altos costos que significa participar de ella -dice Luis Quevedo, gerente general de Eudeba-. Esta muestra se da en un contexto de alto crecimiento de los costos y de falta de papel lo que dificulta mucho sostener la producción habitual. Los altos costos devienen en precios de ventas que coloca a varios sectores de nuestra sociedad afuera del mercado editorial. Presentaremos varias novedades y nuestro stand estará dedicado a la celebración de los cuarenta años de vida democrática que se cumplirán el próximo 10 de diciembre”. Entre las novedades figuran Los comensales, de Libertad Demitrópulos; La política como ciencia, de Marc Blecher; Juzgar los crímenes de Estado, de Malena Silveyra; Reflexiones médicas a partir de las catástrofes, de Martín Merenzon, el Diario de Ana Frank adaptado a lectura fácil (en coedición con Fundación Visibilia y el Centro Ana Frank Argentina) y el exhaustivo Miradas sobre la cultura china, de Ye Lang y Zhu Liangzhi.

Galerna (stand 1010, Pabellón Verde)
“A diferencia del año pasado, este año el contexto nos enfrenta con dificultades en el stock de papel y un incremento preocupante de los costos de producción que se refleja en el aumento de los precios de los libros. Por eso, estamos expectantes ante esta nueva Feria y somos cautos con los pronósticos. Aun así, desde Galerna mantenemos la confianza y seguimos adelante con nuestro plan editorial. Nuestras apuestas son Condenada. El juicio a Cristina Kirchner, de Sofía Caram; La divina lengua, de Mariano Magnifico; No pienses tanto las decisiones, de Alejandro Rozitchner; Mucho más que humanos, de Marcos Apud; Amorosamente, de Pata Liberati, y Comunico, luego existo, de Sofía Stamateas”. (Carolina Di Bella, gerenta editorial)

Siglo XXI (stand 823, Pabellón Verde)
“La Feria siempre es un lugar fantástico a nivel humano, en el encuentro entre editores y lectores, que es lo más importante -dice Carlos Díaz, director editorial de Siglo XXI-. Sabemos que hay años mejores y peores, no por la gente que siempre asiste con fruición y mucho interés, sino condicionada por la economía del país. Nosotros preparamos la Feria con siete u ocho meses de anticipación, pensando en las actividades y en los lanzamientos de esos meses para que los autores puedan estar presentes. Hay mucho entusiasmo desde las editoriales para lograr el encuentro con las lectoras y los lectores y no tengo dudas de que será hermosa en ese sentido. Lo que más me preocupa es la falta de actualización de los salarios en la Argentina, que es lo que hace que los precios de los libros se perciban como altos, ya que todo nos parece caro. Desde las editoriales estamos haciendo un gran esfuerzo para que los precios de los libros sean razonables. La incógnita de este año es la venta, pero lo importante es que la Feria siga siendo una fiesta de encuentro entre escritores, lectores y editores. Es un evento cultural único en América Latina y tenemos que celebrarlo y cuidarlo”. Libros del dúo de investigadores Mariana Gené y Gabriel Vommaro, del trío integrado por las ecoperiodistas Laura Rocha, Marina Aizen y Pilar Assefh, y de autores solistas como Diego Genoud, Diego Golombek, Matías Kulfas, Mary Louise Roberts, Cynthia Fleury y Chantal Mouffe son algunas de las apuestas de este sello.

Mardulce (stand 1920, Los Siete Logos, Pabellón Amarillo)
“Con respecto de la próxima Feria mantengo cierta cautela -dice Damián Tabarovsky, director editorial de Mardulce-. El panorama general (el combo inflación y crisis económica, más aumentos arbitrarios y descontrolados de las papeleras monopólicas que inciden en el alza del precio de los libros) es, como mínimo, preocupante. Ahora bien, desde hace años se observa un fenómeno: la clase media, en un sentido bien amplio, no accede a ahorrar para la compra de bienes, servicios e inversiones significativos, entonces el pequeño excedente que tienen lo gastan en consumos como restaurantes y gustos menores. Tal vez ese gasto se desplace a los libros durante la Feria y eso permita que las editoriales tengan una feria aceptable. Por supuesto que este es un pensamiento optimista. Habrá que ver”. Mardulce llegará a La Rural de la mano de Una dama perdida, novela de la estadounidense Willa Cather; Plan de parto, primera novela de Andrea Márquez; Lo que sobra, ensayo de Damián Tabarovsky; En el umbral de la nada. Mark Rothko: la imagen más allá del espacio, del ensayista italiano Marcello Barison, y el sorprendente En la libertad de sus ojos, del psicoanalista Diego López de Gomara.

Trini Vergara Ediciones (stand 820, Riverside, Pabellón Verde)
“No podemos esperar que la Feria del Libro 2023 sea tan espectacular como la 2022 -sostiene Trini Vergara-. El ‘síndrome de abstinencia’ fue uno de los grandes impulsos para la Feria pasada, que fue la primera después de la cancelación de dos años por la pandemia. Esta ya no tiene ese impulso, por eso no esperamos los mismos resultados. Obviamente el contexto económico, como siempre, no alienta. Al comenzar casi a principios de mayo, los editores llevarán sus novedades con precios nuevos, más altos que en las librerías. Pero también aprovecharán para ofrecer libros ‘sin aumento’, en especial importados y ya pagados, y que no se estima volver a importar, que es la nueva forma de rebajar precios, algo supuestamente prohibido. Con solo no aumentarlos, los estamos promocionando. Así que la gente podrá encontrar muchos libros a precios más económicos. Espero ver muchas ofertas. Al mismo tiempo, siempre viviremos la burbuja feliz de tres semanas que es la Feria, con autores-celebridades que vienen, filas de gente esperando la firma de un autor, encuentros muy esperados entre profesionales del libro”. Trini Vergara Ediciones -que publica en el sello Motus atrapantes thrillers de autores contemporáneos como Jennifer Hillier, Charlie Donlea, Tove Alsterdal, Kate London y Chan Ho-Kei, y en Gamon novelas que entrecruzan la fantasía con el relato de aventuras y la historia- integra el stand de Riverside, que ha ampliado su espacio en un 30% en el Pabellón Verde. Presentará, además, el nuevo sello Vidis, que debuta con el libro Ítaca, de Claire North, el mito de Penélope vuelto a contar, esta vez desde la perspectiva de las mujeres.

Eterna Cadencia (stand 1920, Los Siete Logos, Pabellón Amarillo)
“Estamos a las puertas de una Feria incierta. La retracción de la venta de libros es innegable en un contexto de gran inflación sostenida, costos de papel que hasta triplican la inflación general y dificultades de diferente tipo para exportar. Pese a todo, nos seguimos reuniendo en el stand de Los Siete Logos, porque creemos que el trabajo colectivo con los colegas y amigos es la manera de transitar estos tiempos. Y porque la feria sigue siendo un espacio importante no solo de venta sino de sociabilidad donde reencontrarse con el entusiasmo incansable y los intereses de los lectores. Las novedades para esta Feria son, entre otras, La vida no es útil, del pensador y activista indígena brasileño Ailton Krenak (que inaugura la serie Pluriversos, dirigida por Natalia Brizuela), el nuevo libro de cuentos de Alejandra Kamiya, La paciencia del agua sobre cada piedra, y Lenguas vivas, de Luis Sagasti”. Eterna Cadencia publicó varias ficciones de una de las escritoras chilenas que participarán de la Feria porteña, Nona Fernández, que el martes 9 a las 20:30 dará una clase magistral. (Leonora Djament, directora editorial)

Ediciones Urano (stand 835, Pabellón Verde)
“Las expectativas para esta nueva edición de la Feria del Libro son altas; este año contamos con un stand casi un 40 % más grande que el del año pasado, ubicado en un sector de fácil acceso, en el Pabellón Verde -anticipa Georgina Dritsos, jefa de Prensa y Marketing de Ediciones Urano Argentina-. Además, duplicamos las líneas de cajas y reorganizamos el sector de estanterías y mesas con libros. La idea detrás de estos cambios es que el público circule más fácilmente en el stand, y encuentren rápido sus títulos y autores favoritos. Lo que queremos es que tengan una experiencia diferente y completa, y que puedan aprovechar todos los espacios que preparamos especialmente para que posen para las fotos y puedan pasar un buen momento. Como broche de oro tenemos la firma de cuatro autoras norteamericanas, favoritas de nuestro público juvenil: Naomi Novik, Rebecca Ross, Brigid Kemmerer y Adrienne Young, que firmarán ejemplares en el firmódromo en la Feria el domingo 14 de mayo. Además, habrá firmas de autores en el stand y actividades a cargo de bookfluencers que recomendarán libros de distintos géneros y autores”. Urano tiene previstos lanzamientos y presentaciones: La reina Charlotteprecuela de la exitosa Los Bridgerton, de Julia Quinn y la productora Shonda Rhimes, en simultáneo con el estreno de la serie homónima en Netflix; Luz es amor, de la psicóloga Liliana Hollmann, sobre la terapia de regresión a vidas pasadas; Las doce lunas, segundo libro de la astróloga Natalia Porro; Liderar desde lo femenino, de la consultora Tatiana Camps; Errantes, novela finalista del Premio Strega, del italiano Marco Amerighi, y otras novedades de los sellos Puck, Umbriel y Plata.

Beatriz Viterbo (stand 1920, Los Siete Logos, Pabellón Amarillo)
“En este particular 2023 nuestra expectativa de la Feria es puro deseo -dice Carolina Rolle, directora editorial del sello rosarino-. Aparece el temor frente a un momento de enorme crisis económica en donde la inflación está asfixiando al mercado editorial. El papel aumenta un 14% cada quince días y los precios de los libros deben incrementarse a precios irrisorios para poder costear reimpresiones, e incluso su mera distribución. La feria implica asumir anticipadamente costos muy altos así que con alcanzar a cubrirlos y lograr obtener cierto margen uno termina por conformarse”. Beatriz Viterbo, sello especializado en literatura argentina y latinoamericana, y en ensayos críticos y estudios culturales, arribará a La Rural con varias novedades: Interiores, cuentos de Juan Vitulli; La mujer sin razón, novela de María Martoccia; Los agentes dobles. Escritores y cineastas en la transformación del cine argentino, ensayo de Marcos Zangrandi; Variaciones sobre el mar argentino, narración de Rodrigo Montenegro; Donde está el peligro. Estéticas de la disidencia sexual, de Mariano López Seoane; Desubicados, atrapante reflexión de Irina Podgorny sobre el universo de los “objetos culturales”, y Antimaternity, de la inclasificable Robertita.

Hekht (stand 1916, Todo Libro es Político, y stand 1401, Un Cuarto Impropio, ambos en el Pabellón Amarillo)
“Como todos los años, nosotras vamos a mostrar nuestra producción a la Feria, a hablar con libreros y distribuidores durante las jornadas profesionales y con el público en el transcurso del evento -dice Marilina Winik, editora del sello-. Las expectativas siempre son distintas de la realidad, pero sin embargo nos parece mejor estar presentes que no estar. La Feria siempre es un evento polisémico y se puede pensar y vivir desde distintas capas. A nosotras nos sigue pareciendo un espacio fundamental donde además de vender libros, tramamos el mundo editorial y cultural del año”. El sello, que integra el stand colectivo Todo Libro es Polítco, presentará sus novedades: Visiones primates, de la pensadora estadounidense Donna Haraway; Antropofagia Zombi, de la filósofa y psicoanalista brasileña Suely Rolnik; Lo Incorpóreo o del conocimiento, del dramaturgo, actor, director y profesor italiano de origen polaco Alessandro Fersen.

Ediciones Godot (stand 1820, Carbono, Pabellón Azul)
“Es imposible ignorar el aumento de los costos y la situación económica general. Editar en la Argentina es un acto de fe; tenemos las esperanzas puestas en encontrar nuevas lectoras y nuevos lectores para nuestros catálogos, sobre todo porque desde hace años lo más interesante sucede en el sector independiente”, dice el codirector de Godot, Víctor Malumian. Algunas novedades de este sello -que comparte stand con La Parte Maldita, Maten al Mensajero, Gourmet Musical, Sigilo y Chai- son El costo de la conexión, de Nick Couldry y Ulises Mejias; Horas extra. Por qué necesitamos reducir la semana laboral, de Will Stronge y Kyle Lewis; Momentos estelares de la humanidad, de Stefan Zweig, y Una historia de las contraseñas, de Martin Paul Eve.

domingo, 23 de abril de 2023

FILBA 2023: mucho ruido y pocas nueces (I)

"Este año, la expectativa de organizadores y editores es alcanzar las cifras de público y de ventas de 2022; los altos costos de los libros (que este mes aumentaron entre un 15 y un 20 por ciento) juegan en contra." Esto dice la bajada de la nota publicada por Daniel Gigena en el diario La Nación, el pasado 19 de abril. Dadas sus dimensiones, se ofrece desdoblado en dos partes. Sigue la primera parte.

Feria del Libro: el evento cultural más importante del país le hace frente a la crisis económica (I)

A una semana del inicio de la 47ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que abre al público el jueves 27 en La Rural, los organizadores estiman que este año será un éxito si alcanza a rozar las cifras de público y ventas que tuvo en 2022, algo que muchos editores ponen en duda a causa de distintas variables, todas económicas. La elevada inflación vacía los bolsillos, mientras que los precios de los codiciados ejemplares solo en abril aumentaron entre un 15 y un 20%. El valor de las entradas para asistir al evento cultural más importante de la Argentina es de $ 800 de lunes a jueves, y de $ 1200 de viernes a domingo (incluyendo el feriado del 1 de mayo).
 
En diálogo con LA NACION, el escritor Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro (FEL), institución organizadora de la Feria, anuncia que las expectativas son buenas. “Decir que tenemos buenas expectativas es que la Feria se acerque en público y ventas a la del año pasado, que fue una explosión tras los dos años de la pandemia; si estuviéramos razonablemente cerca de las cifras del año pasado, vamos a estar con los objetivos cumplidos”, aclara.

“Todas las salas para actividades culturales, que duran una hora, están alquiladas, y las salas no son baratas”, agrega. Este año la Feria inaugura una nueva sala en el Pabellón Ocre, que llevará el nombre de Horacio González, el intelectual y escritor que fue director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno durante el kirchnerismo. El ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, y su par de la ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, participarán del acto de inauguración el jueves 27.

Papelones inflacionarios
El costo de montar un stand en La Rural varía según la cantidad de metros cuadrados y del pabellón que se elija (en el Pabellón Verde, el metro cuadrado es el más caro). Estar en la Feria tiene un costo que puede ir desde el millón de pesos hasta los cuarenta millones de pesos.

Entre la Feria de 2022 y hoy, los aumentos en el precio del papel se dispararon. En marzo del año pasado, el papel obra por kilo costaba $ 237; este año, $ 875 (aumento del 270%); el papel ilustración por kilo hace un año costaba $ 450, y en 2023, $ 2120, lo que representa un aumento del 370%. No obstante, entre una Feria y otra la inflación fue del 110%. Para abordar esta problemática, el martes próximo a las 15, en la jornadas profesionales de la Feria del Libro y con entrada libre previa inscripción en este enlace, los editores e investigadores Raquel Franco, Javier López Llovet, Sebastián Rodríguez Mora y Heber Ostroievsky participarán de la mesa “La industria editorial ante la encrucijada del papel: una discusión urgente”. El presidente de la FEL considera estos aumentos producto de un “monopolio involuntario” (de Celulosa Argentina) y de la ley de la oferta y la demanda.

(fin de la primera parte)


viernes, 21 de abril de 2023

Los planes de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno" en Córdoba

El escritor Juan Sasturain, director de la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno”, pasó por Córdoba para inaugurar la sede de esa institución en la ciudad y fue entrevistado por Guillermina Delupi, para el diario Perfil, de Buenos Aires. La entrevista se publicó el 9 de abril pasado. En su bajada se lee: “El periodista, escritor y guionista de historietas pasó por nuestra ciudad para dejar inaugurado un espacio de la Biblioteca Nacional. La sede, denominada Juan Filloy, tendrá dos ‘patas’: una bibliotecológica, que funcionará en el Correo y estará lista en un par de meses, y otra cultural, asentada en la Biblioteca Córdoba, que abrió al público después de un año de permanecer cerrada por refacciones. Esta sede es la primera y se suma a un plan que contempla espacios en Salta, Mar del Plata e incluso en la Base Carlini, en la Antártida”.

Ni los cordobeses saben la cantidad de editoriales que hay en Córdoba

“Uno se siente parte de una tradición conmovedora”, dice Juan Sasturain, director de la Biblioteca Nacional, un cargo por el que pasaron Paul Groussac, Jorge Luis Borges y José María Castiñeira de Dios, entre otros grandes de las letras argentinas.

La Biblioteca Nacional Mariano Moreno, que alberga en sus seis pisos y tres subsuelos millones de ejemplares, inició un plan de trabajo con el foco puesto en la federalización. Empezó por Córdoba –incluso la idea venía ya de la gestión anterior– y junto a esta nueva sede está inaugurando también un espacio en la Antártida.

Originalmente la sede Juan Filloy abriría sus puertas en el Cabildo pero ese proyecto quedó trunco y finalmente los albergó la Biblioteca Córdoba para que funcione allí una de sus áreas (ver más abajo).

En diálogo con PERFIL CÓRDOBA, Sasturain habló sobre los planes de la Biblioteca Nacional para este año y la crisis en la industria editorial.

—¿Cuál será la agenda de la Biblioteca Nacional para este 2023?
—Tratar de cumplir con las metas establecidas dentro de las condiciones de precariedad presupuestaria que en este momento padece el Estado. Es una descripción de una limitación más que la enumeración de las metas, pero es así.

—¿Y en líneas generales?
—Terminar de ejecutar el crédito de siete millones de dólares que nos dio Fonplata (Banco de Desarrollo), un crédito internacional que se hizo durante la gestión de (Elsa) Barber, anterior a la nuestra, para la digitalización de todo nuestro acervo. Es una obra que nos llena de orgullo porque son cosas muy dificultosas muchas veces. Estamos muy contentos de haberlo podido realizar más allá de las condiciones incómodas de la economía en general, sobre todo con el sector externo, del que tanto dependemos. Por otro lado, terminamos de consolidar la recuperación del edificio histórico de la Biblioteca de la calle México. Un edificio del siglo 19 que durante el gobierno de Roca fue cedido a la Biblioteca aun cuando estaba pensado para la Lotería Nacional. Es un edificio extraordinariamente hermoso y está extraordinariamente abandonado.

—¿Y qué más?
—Queremos terminar de concretar este año lo de las sedes. Ésta, la de Mar del Plata y la de Salta, espero que pueda ser este año porque la federalización ha sido un objetivo para nosotros. También hemos reactivado la editorial de la Biblioteca, que durante la gestión de (Horacio) González, que la creó, produjo a lo largo de 10 años entre 400 y 500 títulos. Eso, durante el macrismo, prácticamente se desactivó. La editorial no funcionó más y por lo tanto no fuimos nunca más a la Feria del Libro. Además, hemos recuperado dos locales que están al lado de la Biblioteca. Estaban sub alquilados por quienes administraban los estacionamientos debajo de la biblioteca, que también hemos recuperado y vuelto a licitar. Un local lo vamos a destinar a la librería de la editorial porque muchas veces suele pasar con las publicaciones del Estado que no circulan. Y al otro local va a venir un proyecto que se llama ‘La Nube en la Biblioteca Nacional’. La Nube es la más grande colección de literatura infantil en Latinoamérica, es un emprendimiento de Pablo Medina que la lleva adelante desde hace muchos años y es una monstruosidad. Hemos firmado un comodato por 20 años y cuando tengamos listo el espacio, que será el año que viene, vamos a traer gran parte de su patrimonio.

—La Cámara Argentina del Libro dijo en enero que peligraba la producción literaria para la próxima Feria del Libro. ¿Cómo ves el panorama?
—Es muy complicado por el problema del papel, que tiene problemas de coyuntura y estructurales. El monopolio con el papel de diario, por ejemplo, es histórico y tiene que ver con decisiones que se tomaron en cierto momento para favorecer a ciertos monopolios del papel que tiene que ver con el monopolio de los medios. De esto ya hemos hablado y discutido mucho pero no hemos solucionado nada, porque el estado de cosas es el mismo.

—¿Y en materia de libros?
—En cuanto al papel para libros es muy grave porque la mayoría es papel importado. Por ejemplo, el papel ahuesado, ese que permite una lectura fluida, es prácticamente inconseguible, no hay. Y hablando de nuestra propia producción, la biblioteca además tiene la dificultad que ante el oferente es el Estado y el Estado se supone que paga tarde y mal, entonces siempre hay sobreprecios y más dificultades que las habituales. Te estoy contestando desde la biblioteca un problema mucho más general. Pero pese a todo, esta semana se ha confirmado que la Feria del Libro se va a realizar y que la Biblioteca Nacional va a participar dentro del stand que tendrá el Ministerio de Educación y en el que entramos todos los organismos de cultura. Vamos a tener una presencia muy poderosa, dentro de lo que hemos podido editar, porque en lugar de los 30 o 40 libros que nos hubiera gustado poder editar, tenemos 10 o 12.

—Claro. Ha bajado la cantidad de producción en general.
—Sí. En general no hay tantos ejemplares pero sí infinidad de títulos. El fenómeno que se ha producido en la industria editorial en la última década es la extrema concentración de las grandes, como Penguin o Planeta, y por otro lado la proliferación de una inmensa cantidad de editoriales que son unipersonales, casi. La cantidad de editoriales que hay en Córdoba, ni los cordobeses lo saben.

—¿Cómo ves la producción local?
—Increíble. Es impresionante. Pero toda la producción literaria argentina es así en este momento. Acá escritores, dibujantes y futbolistas no atienden a la crisis. Se sigue escribiendo, dibujando y jugando al fútbol con excelencia.

—¿Qué opinás de la inteligencia artificial en la literatura?
–(Se ríe) No tengo nada que decir, no vaya a ser que la máquina me conteste.

—¿Cómo ves la historieta en la actualidad?
—Bien, lo que pasa es que no hay ni revistas ni quioscos. El circuito de lectura y de consumo cambió absolutamente. Esta es una afirmación absoluta, claro. Cualquiera te dice: ‘No mientas Juan, hay revistas, hay quioscos’. Lo que quiero decir es que el domicilio de las historietas dejó de ser ese lugar público que eran los quioscos. Las revistas desaparecieron como soporte principal. Entonces, las historietas, que gozan de muy buena salud, están en dos lados: en las pantallas y en los libros. El fenómeno es que saltan de la pantalla a la biblioteca.

—¿Creés que publicaciones como Humor y Súper Humor son viables hoy?
—Sí, viables sí. Todo es viable. Ahora, que puedan tener un desarrollo exitoso es difícil. Creo que el tiempo para ese tipo de publicaciones ha pasado. Todos esos contenidos tienen otras vías, otros lugares, otros receptores.

jueves, 20 de abril de 2023

Los Estados Unidos, cada vez peor

"Una versión ilustrada de este libro icónico fue retirada a partir del pedido de un grupo de madres y padres que cuestionaron ciertas 'escenas gráficas' de índole sexual. En ese estado existe una ley que permite la intervención de los tutores de los niños en las lecturas que hacen en la escuela." Esto dice la bajada de la nota publicada sin firma, el pasado 12 de abril, en el diario Tiempo Argentino.

Una biblioteca escolar del estado de Florida prohíbe el diario de Ana Frank

Mientras en Inglaterra la editorial Harper Collins que edita a Agatha Christie recurre a los “lectores sensibles” para suprimir o cambiar palabras, párrafos enteros y hasta suprimir personajes de las novelas de “la dama del misterio”, en Florida, Estados Unidos, existe una ley que permite la intervención de los tutores de los niños en las lecturas que hacen en la escuela.

Recientemente, en este mismo estado, una maestra se vio obligada renunciar por haber mostrado en clase una imagen del David de Miguel Ángel. Como si hubiéramos regresado a la Edad Media, la desnudez es condenable y en diversos lugares del mundo se reavivan las hogueras para quemar los libros que un grupo se arroga el derecho de considerar “inmorales”. A veces, como en este caso, la sensibilidad y el deseo de no ofender suelen ser usados como excusas para ejercer simple y llanamente la censura.

Moral y discriminación
En el caso del Diario de Ana Frank la censura adquiere aún mayor resonancia por tratarse de un libro emblemático del Holocausto. El propio padre de Ana fue quien descartó del texto los párrafos que eran más explícitos respecto de la intimidad de su hija, pero parece que a los censores actuales no les parece suficiente. Por eso, aluden más que al texto en sí mismo, a la representación gráfica de ciertos pasajes.

Según lo consigna la agencia Télam, la presidenta de Moms For Liberty del condado de Indian River, Jennifer Pippin, dijo a la cadena de noticias WPTV que el libro contenía escenas “sexualmente explícitas” aludiendo a dos situaciones particulares, una en la que Ana le pide a un amigo que se muestren el pecho el uno al otro y una segunda escena en la que la niña autora del famoso diario caminaba junto a “estatuas desnudas”.

Por supuesto, Pippin aclaró de inmediato que cree “que es absolutamente necesario enseñar la verdadera historia, el Holocausto, el diario de Ana Frank». Pero –siempre hay un pero- la versión ilustrada no se ajusta a los cánones para enseñar el Holocausto en la escuela. Es así como la versión ilustrada fue sacada de circulación.

Según la presidenta de Moms for Liberty no solo el Diario es inapropiado en este sentido, sino que existe una lista de 250 libros que no se ajustan a los cánones. Muchos de ellos son libros con perspectiva de género, diversidad y raza, contra los que ya ha librado batalla. Ahora la institución que preside está en busca de que esos libros sean retirados de las bibliotecas escolares y prohibidos. Todo esto, por supuesto, el nombre de la libertad.

La respuesta
Ante esta situación, la Biblioteca pública de Nueva York respondió con una campaña a nivel nacional, “Libros para todos”, que busca que todos los ciudadanos puedan tener acceso a los libros censurados en los estados republicanos.

Algo similar hizo la Biblioteca Pública de Brooklyn a través de un proyecto que llamó “Books UnBanned” para ayudar a los adolescentes “a combatir el impacto negativo del aumento de la censura y la prohibición de libros en las bibliotecas de todo el país».

Mientras tanto, la censura continúa en nombre de la moral y las buenas costumbres y, lo que es aún más sorprendente, en nombre de la libertad.

La cruzada moral que censura libros y obras de arte no es tan reciente y no se circunscribe a uno o varios estados de Estados Unidos, sino que parece ser un fenómeno que tiende a globalizarse. Los tiempos en que los porteños se escandalizaban ante La fuente de las Nereidas de Lola Mora, lamentablemente, no han quedado atrás.

miércoles, 19 de abril de 2023

La española Carmen Montes Cano y un premio de la Academia Sueca

La noticia fue publicada en el periódico digital Granda Hoy, de España y se refiere a un premio otorgado por la Academia Sueca a la traductora Carmen Montes Cano.




Carmen Montes gana el premio de traducción literaria de la Academia Sueca 2023

La granadina Carmen Montes Cano ha sido galardonada, junto a la polaca Justyna Czechowska, con el premio internacional de traducción literaria de la Academia Sueca de 2023 "por su valiosa interpretación de la poesía sueca en lengua extranjera". Dicho galardón nació en 1965, con la concesión del mismo a la poeta alemana Nelly Sachs, y constituye el más alto reconocimiento que otorga la institución escandinava –la misma que concede todos los años el Premio Nobel de Literatura -a la labor de los traductores extranjeros de la lengua sueca-. El galardón está dotado con 60.000 coronas suecas para cada una de las premiadas.

Carmen Montes es profesora del Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Granada y miembro numerario de la Academia de Buenas Letras de Granada. Entre sus méritos destacados en la página de la Academia Sueca figuran sus traducciones al español de obras de Ingmar Bergman, Karin Boye, Fredrika Bremer, Stig Dagerm, Tove Jansson, Theodor Kallifatides, Pija Lindenbaum, Camilla Läckberg y Henning Mankell, entre otros muchos autores. En 2007 Montes Cano fue becada por la fundación Artur Lundkvist y Maria Wine, y en 2013 recibió el Premio Nacional a la Mejor Traducción del Estado Español por su versión de la obra Kallocaína, de Karin Boye.

En los casi sesenta años de existencia de este premio, solo lo han recibido tres traductores del sueco al español: Justo Jorge Padrón en 1972, Francisco Uriz en 1975 y Marina Torres de Uriz en 2007.

martes, 18 de abril de 2023

Sospechas confirmadas: el director de la RAE es, además de un cínico, un tremendo pelotudo


El pasado 12 de abril, la agencia española EFE ha recogido unas desafortunadas declaraciones que, con exceso de cinismo o imbecilidad, apuntan a que los españoles no les impusieron su lengua a los pueblos nativos de América. Esos dichos, recogidos por muchísimos diarios españoles y latinoamericanos llevan a dos preguntas ineludibles. Sinceramente, desde el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires no comprendemos cómo tamaño pelotudo puede presidir nada y cómo sus disparates pueden tener eco ya no en nuestro continente, sino en la misma España.

La RAE niega que la Corona impusiera el español en América: "Fue justo lo contrario"

El director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, ha negado que sea cierta la creencia extendida de que la Corona hispánica impusiera la lengua española en América.

En una conferencia titulada ‘La monarquía hispánica y la lengua en América’, dentro de los seminarios organizados por la Cátedra Monarquía Parlamentaria de la Universidad de Burgos, que dirige el profesor y expresidente del Senado Juan José Laborda, Muñoz Machado ha asegurado que "No sólo no impusieron el español, sino que incluso los misioneros, que se preocupaban de la cristianización, también se ocupaban en hacer diccionarios y cuidar las lenguas indígenas", ha argumentado.

En su opinión, el cambio a la castellanización en América es un proceso que duró casi dos siglos, sobre todo en el último medio siglo, durante el reinado de Carlos III. De hecho, ha señalado que cuando se produjeron los procesos de independencia de países americanos, de los trece millones de habitantes, solo tres hablaban español. los reyes españoles hicieron "justo lo contrario".
Las leyes se redactaron en español

Ha asegurado que fueron los criollos independentistas los que quisieron imponer el español por razones de Estado, para tener una lengua única. Esta extensión del español se reforzó por el papel de la Real Academia de la Lengua, que "fue denostada al principio como supuesta herramienta imperialista, pero después fue aceptada, con el apoyo de filólogos y juristas locales", ha indicado Muñoz Machado.

Ha insistido también en la importancia de las leyes para contribuir a la castellanización de América, porque las leyes se redactaron en español. En este sentido, ha precisado que las leyes españolas fueron sustituidas por "constituciones muy efímeras en español y, sobre todo, por los códigos civiles, que hicieron la función de verdaderas constituciones".

Ha puesto el ejemplo del Código Civil Chileno de 1855, que estaba escrito en un castellano exquisito y "sirvió de modelo lingüístico, además de jurídico, por lo que contribuyó de manera decisiva a la implantación de un modelo léxico y gramatical universal para América".

lunes, 17 de abril de 2023

Segunda actividad del SPET: 25 de abril

Gabi Villalba y Sofía Ruiz, coordinadoras del SPET nos hicieron llegar el anuncio de la próxima actividad, esta vez una actividad compartida con la VIII Escuela de Otoño de Traducción Literaria “Lucila Cordone”. La invitada será Leticia Hornos Weisz, quien expondrá sobre "Contextualización histórica y recomposición textual de una obra inédita: resultados de una experiencia de investigación en el archivo de la traductora uruguaya Mercedes Rein

La sesión se llevará a cabo de forma presencial el martes 25 de abril a las 19 (hora argentina) en el Laboratorio 1 (acceso solo por escalera) del IES en Lenguas Vivas “Juan R. Fernández”, Carlos Pellegrini 1515. También será posible participar por videoconferencia.

Leticia Hornos Weisz
es Doctora en Estudios de Traducción por la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil) y Magíster en Literatura Latinoamericana por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE) de la Universidad de la República (Uruguay). Es profesora de alemán en el Centro de Lenguas Extranjeras de la FHCE. Investiga en traducción literaria, con énfasis en los agentes y su archivo de traducción. Es integrante del grupo de investigación Historia de la traducción literaria en Uruguay (CSIC/Udelar), que lleva adelante el proyecto “150 años de traducción literaria en imprentas y editoriales de Uruguay (1871-2021)” y participa del proyecto “Texto, imagen y traducción: literatura de habla alemana y neerlandesa del siglo XXI”, radicado en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Integra el Sistema Nacional de Investigadores (ANII) de Uruguay. Tradujo poesía y teatro alemán contemporáneos.

Lecturas sugeridas:

--Caimari, Lila (2017). "Materias primas y experiencia de la historia La vida en el archivo". En: Goces, tedios y desvíos en el oficio de la historia. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, pp. 9-20.

--Cordingley, Anthony (2020). "Genetic criticism". En: Baker, Mona y Gabriela Saldanha (eds). Routledge Encyclopedia of Translation Studies. 3a Ed. Londres/Nueva York, pp. 208-213.

--Hornos-Weisz, L. (2020). Mercedes Rein y su obra de traductora. Aproximación a una antología de traducción inédita. En: Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción, 13(2), pp. 319-332. Disponible en: https://revistas.udea.edu.co/index.php/mutatismutandis/article/view/341093

Munday, Jeremy (2014). "Using primary sources to produce a microhistory of translation and translators: theoretical and methodological concern". En: Translator: Studies in Intercultural Communication. 20(1), pp. 64-80.

Avisos:
Les agradecemos que confirmen asistencia si participarán de forma presencial. El acceso al laboratorio 1 es solo por escalera.

Quienes quieran participar virtualmente pueden enviarnos un mail con el asunto SPET 153. Les haremos llegar el código de acceso.

viernes, 14 de abril de 2023

La policía de la sensibilidad trabaja para las editoriales y gana terreno a diario

"Luego de los sonados casos alrededor de las obras de Roal Dahl, Ian Fleming y Agatha Christie, la atención se posa sobre quienes revisan y marcan estigmatizaciones o estereotipos. La polémica está abierta." Esto dice la bajada de la nota de Inés Bel Aiba, publicada por la agencia AFP y reproducida por el diario digital InfoBAE, el pasado 1 de abril.

Censura o evolución?: de cómo los “lectores de sensibilidad” dividen al mundo editorial

Objeto de acalorados debates, los profesionales que revisan manuscritos para detectar estigmatizaciones o estereotipos, conocidos como “lectores de sensibilidad”, son condenados por algunos autores, mientras otros que quieren estar a tono con los tiempo.

Los sensitivity readers son parte desde hace años de la industria editorial anglosajona, en particular en la literatura infantil. Pero con movimientos contra la violencia sexual, como el #MeToo, o contra el racismo, como Black Lives Matter, se vuelven prominentes en todos los géneros. Y no todos están contentos.

Los revisores de sensibilidad acaban de ser ridiculizados tras el anuncio de que los libros de Roald Dahl o de Ian Fleming, autor de las novelas de James Bond, han sido o serán reeditados con cambios para adaptarse a las percepciones culturales contemporáneas. En la obra de Dahl, los personajes ya no son “gordos” o “locos”; en la de Fleming, se eliminan las descripciones de personajes negros consideradas racistas.

No tardaron en llegar las acusaciones de censura de quienes dicen temer una literatura aséptica, que edulcore el pasado y el presente. “La gente dice eso pero no creo que entienda el proceso”, dijo Patrice Williams Marks, una lectora de sensibilidad que reside en Los Ángeles.

“Si se escribe sobre una población o una comunidad con la que uno no está familiarizado y se quiere que sea auténtico entonces se busca un lector de sensibilidad que sea parte de esa comunidad y se le pide su opinión”, explica. Por otro lado, los autores “no están obligados a aceptar los cambios propuestos”, especifica Lola Isabel González, otra revisora de textos también afincada en Los Ángeles.

“Arruinar nuestros libros”. ¿Quiénes son estos lectores de sensibilidad?
En general se trata de editores independientes, a menudo pagados por palabra o número de páginas, y con estrictas cláusulas de confidencialidad, por autores o editores preocupados por la precisión de sus textos. O, como acusan los críticos, para evitar a toda costa las consecuencias de una posible tormenta en las redes sociales en caso de un paso en falso.

Los revisores de manuscritos ofrecen varias especialidades en función de su origen, religión o experiencia: “hijo de inmigrantes”, “bisexual”, “autista”, “portadora de hiyab”, “sordo”, “experto en la cultura de China continental y en la de Hong Kong”.

Para la autora británica Kate Clanchy, “hay buenas razones para regular la lectura de los niños: es fundamental y formativa”. No tanto así para los adultos, quienes “pueden dejar un libro si les molesta”, argumentó el año pasado esta escritora, quien estuvo en el centro de una controversia cuando sus memorias fueron acusadas de racistas y discriminatorias.

La estadounidense Lionel Shriver, autora de la premiada novela Tenemos que hablar de Kevin (2003), es una de las voces más críticas contra los lectores de sensibilidad, a quienes llama “policías de la sensibilidad”. “La ansiedad constante ante la idea de herir los sentimientos de otras personas inhibe la espontaneidad y lastra la creatividad literaria”, fustigó en el diario británico The Guardian en 2017.

Los editores “están haciendo un muy buen trabajo tratando de arruinar nuestros libros y nuestro disfrute como lectores”, se quejó Shriver en el canal británico ultraconservador GB News el mes pasado. En Francia, un país muy reacio a revisiones de textos, el ensayista Raphael Enthoven denunció en 2020 a estos “censores modernos” como “la vanguardia de la plaga de la identidad”.

Ayuda “inmensa”, pero en nombre de la autenticidad y el antirracismo, hay escritores que están a favor de esta revisión

Entre ellos está la estadounidense Adele Holmes, que recurrió a una lectora de sensibilidad para su primer libro, Winter’s Reckoning (2022). Fue ella quien identificó “aspectos relacionados con los privilegios de los blancos” y, de manera más prosaica, sugirió usar la palabra “rizado” para el personaje de una mujer negra descrita con cabello “sedoso”, explicó Holmes a la AFP.

Holmes sintió que la lectora de sensibilidad la ayudó “inmensamente”. Según ella, las críticas provienen de quienes se sienten “amenazados” por los reclamos de las minorías, en un mundo editorial conocido por ser predominantemente blanco.

Para González, que los lectores de sensibilidad sean una figura creciente en el mundo editorial refleja la evolución de una parte de la sociedad. “No creo que hubiera podido hacer este trabajo de manera profesional en ninguna otra década”, afirmó, y agradeció que la Generación Z (de los nacidos a fines de los años 1990 y comienzos de los 2000), esté desafiando las narrativas sociales.

“Las generaciones más jóvenes entienden la importancia de la revisión de sensibilidad”, a diferencia de sus mayores, que podrían “tener más dificultades para verlo como un avance”, opinó.

jueves, 13 de abril de 2023

Más de lo mismo, pero planchadito planchadito, según el estilo del diario El País, de Madrid

Lo que se menciona en los artículos anteriores se reitera en este artículo del pasquín madrileño El País. El artículo lo firma Manuel Morales y salió el 30 de marzo pasado. 

El Congreso de la Lengua de Cádiz cierra con "roces" de las instituciones organizadoras

Cádiz ha echado este jueves el cierre al noveno Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), la gran cita trienal con este idioma, tras cuatro días de un apretado programa académico y cultural y, lo más significativo, de reconocidas y evidentes desavenencias entre las instituciones organizadoras, como han reconocido en declaraciones previas a los periodistas, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, las dos cabezas más visibles del evento. Muñoz Machado, que preside la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), que agrupa a las 23 instituciones que hay en el mundo, incluida la de España, ha admitido “momentos de tensión que se han ido resolviendo”, en conversación previa con los periodistas. Junto al Cervantes, la RAE y la Asale, los otros encargados de dar vida a este evento han sido el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (del que depende el primero); y el Ayuntamiento de Cádiz.

García Montero, también en charla previa con la prensa, ha señalado que “esas fricciones han tenido que ver más con determinadas formas de ser y con personalidades, que con las instituciones; personalidades con reacciones que no son buenas para la cooperación”. Y ha añadido: “Si pasan cosas con una tilde”, en referencia a la polémica en la RAE por la palabra solo y la porfía protagonizada por Arturo Pérez-Reverte en ese asunto, “imaginen mover a 1.300 personas, entre ponentes e inscritos”. En lo que sí están de acuerdo García Montero y Muñoz Machado es que “este ha sido el mejor CILE de todos, desde el primero en Zacatecas (México), en 1997, un bastinazo [un puntazo, superior en gaditano]″, ha dicho el responsable del Cervantes. Para poder organizar el congreso, el Gobierno aprobó una partida de urgencia de 3,7 millones, lo que quizás ha propiciado una situación que recoge un refrán español en desuso: “Quien paga manda”.

De las discordias a los retos que debe afrontar el español, lengua que ralentizó su crecimiento en 2022 por la caída en el número de estudiantes, Muñoz Machado ha admitido que “es difícil desplazar al inglés y al francés en las instituciones europeas, e imposible desplazar al inglés en el mundo, donde es la lengua franca, así que hay mucho que invertir en educación, países como Francia y Alemania han avanzado, aunque no es nuestra misión”, un mensaje al Ejecutivo. Lo que sí ha reclamado al Estado es apoyo económico para la RAE y la Asale, “que es la asociación cultural más importante en la que está España”.

Tras una decena de sesiones plenarias, casi cincuenta paneles y cerca de 80 eventos culturales, ¿es realista este formato? García Montero ha subrayado que se ha podido seguir todo de manera no presencial, ya que ha sido retransmitido en línea en su integridad. Sin embargo, ha admitido que “lo conveniente sería que haya una oferta más medida, puede ser una lección”. A la vez, ha indicado la importancia que tienen estas citas para las ciudades organizadoras; siempre se busca que las sedes no sean grandes metrópolis. En este sentido, las primeras estimaciones de asistencia se cifran en unas 5.000 personas, según el concejal de Presidencia del Ayuntamiento, Paco Cano. Los hosteleros hablan de una ocupación prácticamente del 100%, informa Jesús A. Cañas.

‘Spanglish’ y portuñol
En cuanto a las conclusiones, el responsable de la RAE ha destacado la preocupación por el desplazamiento de algunas lenguas originarias en América que conviven con el español, “que deben protegerse, porque son cultura”. Asimismo, cada vez “hay más literatura en spanglish y portuñol [habla portuguesa que incorpora elementos del español], que ya son formas de hablar”. “El problema es saber si de ahí saldrán nuevas lenguas con reglas propias”.

Un asunto crucial es el español en las redes sociales, en las que se constata “un abandono de la normativa y pérdida de calidad”. La solución está en “reforzar la regulación, con las obras académicas panhispánicas, que tienen gran difusión”. Como la versión en línea del Diccionario de la Lengua Española (DLE), con mil millones de visitas al año. Para el otoño se presentará la actualización anual de este diccionario, que traerá, como novedad ya anunciada, los sinónimos de las palabras. Otra cabeza del dragón que puede amenazar al idioma que tienen como nativo casi 500 millones de personas es el lenguaje de las máquinas con las que hablamos y nos hablan: “Las tecnológicas deben observar las reglas del español, que haya una inteligencia artificial en nuestro idioma”.

En esta línea, el académico Salvador Gutiérrez Ordóñez, responsable del Diccionario Panhispánico de Dudas, añade: “Que el español tenga más presencia en revistas científicas, sobre todo en las de papel, porque el dominio del inglés es abrumador”. Mientras que el académico Darío Villanueva apunta otro caballo de batalla: “Lo políticamente correcto, la higiene verbal”, que afecta no solo al español, y pone un ejemplo: “En Irlanda acaba de prohibirse para los alumnos El viejo y el mar, de Hemingway, porque se ha dicho que puede alterarles”.

Arequipa en 2025
Infiel a su tradición, la clausura del CILE no anunció qué ciudad tomaría el relevo en la décima edición, en 2025. En una reunión nada más finalizar el congreso, la Asale ha elegido (de nuevo) Arequipa como sede. Los directores y presidentes de las 23 corporaciones han tomado una decisión que intenta compensar a la ciudad peruana, que había sido la designada para acoger en 2023 este congreso, pero debido a la inestabilidad política del país andino, se cambió la sede a Cádiz el pasado 22 de diciembre. García Montero, antes de la clausura, ya había declarado: “He pedido a la RAE que proponga a las demás academias que sea Arequipa, y Santiago [Muñoz Machado] está de acuerdo.

La secretaria general de este CILE, Carmen Pastor, directora académica del Cervantes, ha desgranado en la clausura algunas de las cifras de la cita y ha anunciado que, “por primera vez, las actas del congreso se publicarán en papel y formato digital”. También intervinieron el alcalde de Cádiz, José María González, e Isabel Rodríguez García, portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, que ha completado la presencia del Ejecutivo estos días. A falta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o del ministro de Cultura, Miquel Iceta, con un extraño mutis, han desfilado estos días José Manuel Albares, ministro de Exteriores, y la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. Ambos mostraron un indisimulado optimismo sobre el futuro del español, a pesar de que es sabido que, a mediados de este siglo, cederá el empuje del crecimiento demográfico en Latinoamérica, que será mayor en otras zonas del mundo, como India. De ahí el anuncio que hizo Calviño de un acuerdo con el Estado de Nueva Delhi para que vengan a España indios a formarse como profesores de español.

Seguro que algunos de esos futuros maestros del español vendrán por Cádiz, como lo han hecho desde hace 3.000 años muchas civilizaciones, en esta ciudad donde la vida pasa sin tanta bulla y con mucha guasa, es “la sal de Cai”, que cantaba José Mercé, de Jerez de la Frontera, en ese monumento al flamenco que es el disco Tauromagia, de otro gaditano, el guitarrista Manolo Sanlúcar.