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martes, 5 de agosto de 2025

El homoerotismo chino invade España

"Una treintena de autoras del género de ficciones románticas entre hombres producidas en China han sido detenidas en el último año mientras sus obras entraban con éxito en el extranjero." Así es la bajada del artículo publicado por Mariona Jerez, en eldiario.es, el pasado 1 de agosto de este año.



Danmei, el fenómeno homoerótico chino que triunfa a pesar de la censura: 
“Es un best seller

En las estanterías de todo el mundo han aparecido títulos llamativos con portadas ilustradas y nombres largos y rebuscados como El Gran Maestro de la Cultivación Demoníaca (Norma, 2024) o La Bendición Del Oficial Del Cielo (Norma, 2024). Ambas son novelas de Mo Xiang Tong Xiu, autora que narra relatos de fantasía inspirados en una china histórica de clanes taoístas y mitología milenaria.

Esta escritora usa un pseudónimo para escribir ya que, además de intrigas y batallas, sus páginas relatan historias de amor entre hombres, el rasgo principal del fenómeno literario conocido como Danmei, que significa “entregarse a la belleza”, aunque popularmente se traduce como “adicto a la belleza” y que la misma editorial asegura que “es un best seller”.

Este fenómeno, proveniente de China, llega después de ser un éxito en su tierra natal, pero se enfrenta una grave presión por parte de las autoridades chinas. En el último año, una treintena de escritoras han sido detenidas en la provincia de Lanzhou. A ellas hay que sumar otra cincuentena de detenidas el año anterior en la zona de Anhui.

La literatura clásica china, igual que otras obras fundaciones europeas como Tirant lo Blanc o El Quijote, incluye explícitas descripciones de sexo heterosexual. Por ejemplo, el Sueño en el pabellón rojo de Cao Xueqin. Los lectores del gigante asiático han recordado esta tradición para mostrar su disconformidad con la censura. Comentarios como “los hombres que escriben ficción pornográfica entran en la asociación de escritores de china, mientras las mujeres que hacen lo mismo van a la prisión” se han vuelto un meme popular en la red social china XiaoHongShu.

También muestran indignación las fans de este género en España. “Las directrices para lo que se debería censurar según la legislación china son muy ambiguas”, explican Eva Castro y Mav Sabaté del grupo de Danmei España.

“Aunque el gobierno chino alega que se está publicando contenido obsceno que muestra a hombres con conductas que no deberían mostrarse, la legislación es mucho más laxa cuando el contenido es heterosexual”, añade Mav Sabaté, especialista del grupo de fans en estudios de Asia oriental.

La censura: un reto permanente
El Danmei tiene su origen en Internet. Es un fenómeno “en toda regla”, destaca Sabaté, donde entra desde material audiovisual a novela, novela gráfica y todas sus seguidoras (el público que sigue este tipo de literatura es mayoritariamente femenino y joven, de entre 20 y 30 años). Reúne historias de diferentes géneros, desde ciencia-ficción y fantasía hasta el thriller, que, a pesar de tener un contenido romántico, desarrollan un complejo mundo que las fans aseguran que va más allá del propio romance.

Este hecho se ha puesto a prueba varias veces cuando, al recibir adaptaciones cinematográficas, estas novelas se veían forzadas a censurar sus romances para pasar los filtros de la corrección china. Fue el caso de series como The Untamed, uno de los grandes fenómenos del género, ahora disponible en plataformas internacionales como Netflix.

“Se ha buscado mantener el boom que generan estas obras, pero diluyendo toda la parte homoerótica”, explican desde el grupo de fans Danmei España. “Hacen gala de la inventiva que tienen porque al final el mensaje acaba llegando igualmente a la persona que está consumiendo el producto, pero ha conseguido pasar los filtros de la censura”, lamentan.

Desde hace diez años la batalla contra la censura se ha intensificado. En 2015 la Asociación China de la Industria de Producción de Dramas Televisivos prohibió en su ‘Normativa general para la producción de contenido dramático televisivo’ todo contenido que mostrase “relaciones o acciones sexuales antinaturales como el incesto, la homosexualidad, la perversión, el asalto o la violencia sexual”.

A pesar de la censura siguieron saliendo novelas y adaptaciones audiovisuales de Danmei pero, en 2021, después de una limpieza informática que cerró varias cuentas LGTBIQ+ de las redes sociales chinas, la Administración Nacional de Radio y Televisión de China reguló en contra de mostrar “hombres afeminados” en televisión. Eso dificultó aún más la emisión de estas adaptaciones, algunas incluso se quedaron sin terminar o no llegaron a publicarse a pesar de estar grabadas.

Un fenómeno que prospera gracias a los fans
Aun con un frente de censura, estos libros han viajado hasta las librerías de diversos países. “Son los propios fans que han movido este fenómeno”, afirman fuentes de Norma Editorial, que tiene la licencia de las populares obras de Mo Xiang Tong Xiu. “La seguidora del Danmei es muy leal y muy apasionada, es gracias a ellas que se pueden ir publicando más cosas”, agregan.

La misma editorial es consciente que esta pasión conlleva un respeto y un trato distinto del que piden otros géneros. “El público es muy exigente con las traducciones”, aseguran. En muchos casos las novelas de Danmei han sido publicadas libremente en internet y traducidas por las mismas fans. Al publicarlas en físico, llegan a un público que ya conoce la historia. Por ello las editoriales como Norma suelen apostar por el coleccionismo y por añadir un valor a la obra ofreciendo posters, ilustraciones y colaborando con ilustradoras nacionales para hacer las versiones traducidas únicas.

Norma ya tiene preparadas cinco nuevas licencias para este año y asegura que por ahora no está encontrando problemas para traer estas historias a pesar de la censura. Las califican como “un éxito en ventas”, pero no son ciegos a los comentarios que pueden recibir. “Al ser mujeres escritoras que escriben para mujeres sí que había al principio un menosprecio, como también ha pasado en otros géneros como el romance, la erótica o la ciencia ficción, pero más editoriales ya empiezan a valorar esta ficción literaria”, aseveran.

Todas ellas son mujeres de entre 20 y 30 años de edad que escribían este tipo de historias a través de HaiTang, una plataforma Taiwanesa de pago para escritoras y lectoras de este género. Sus novelas fueron etiquetadas como “contenido obsceno” por describir escenas eróticas entre hombres y sancionadas por el artículo del Código Penal chino que prohíbe la obtención de dinero a través de la comercialización de material obsceno o pornográfico.

A pesar de que la ley penal china exime de la censura a las obras científicas, literarias o artísticas, estas autoras han sido acusadas de generar dinero y diseminar sus obras, con lo que sus penas pueden llegar a los 10 años de cárcel.

“Todo lo que esté dirigido al público femenino en general va a ser siempre cuestionado porque parece que las mujeres no podamos tener aficiones”, asegura Eva Castro, de Danmei España. Pese a que algunas editoriales como han sido Norma, Monogatari o Planeta, se han añadido al “boom” del Danmei, las fans son conscientes que este género aún puede ser malinterpretado, pero tienen fe en que ni las detenciones puedan pararlo.

“Si algo tiene la población china que es un rasgo que deberíamos alabar muchísimo es su nivel de creatividad, encuentran la forma de adaptarse a todo. Van a encontrar la manera de hacer llegar lo que están creando igual que lo han hecho todos estos años porque la censura no la instauraron ayer”, confía Mav Sabaté.



miércoles, 9 de agosto de 2023

"Libros chinos, libreros argentinos": charla de hoy, en el Centro Cultural Paco Urondo

"Una publicación especial de la revista DangDai presenta a varios autores de la provincia de Yunnan, la mayoría desconocidos para los lectores argentinos. Guillermo Bravo, creador de la primera librería sobre literatura latinoamericana en China, y Juan Manuel Grande, de la librería La Oriental, debatirán sobre libros y vinculos culturales entre ambos países." Eso dice la bajada de la nota publicada sin firma, el pasado 7 de agosto, por la agencia TELAM.

China y Argentina entrelazan sus literaturas en una publicación especial

La relación literaria entre China y Argentina tiene un nuevo capítulo con la presentación de un número especial que dedica la revista DangDai a escritores chinos, a partir de un conversatorio con especialistas sobre el tema que se realizará en el Centro Cultural Paco Urondo este miércoles con la presencia del escritor y editor Guillermo Bravo y Juan Manuel Grande, quienes serán entrevistados por Chenxi Luo, de la Universidad del Suroeste de China.

"Libros chinos, libreros argentinos" en el hombre de la mesa que se presentará el miércoles a las 18.30 en el Centro Cultural Paco Urondo (25 de Mayo 201, CABA), con entrada gratuita, como parte del trabajo de difusión que viene realizando la publicación de intercambio entre ambos países.

La propuesta se inscribe en el marco de la publicación especial que presenta una "antología exclusiva en español de la pujante literatura de la capital de la sureña provincia china de Yunnan", con cuentos de Cheng Peng, Ma Ke, Bao Zhuo y Ruan Wangchun y poemas de Yang Rui, Zhu Ligen, Ma Bingli y Hu Xingshang.

Es una selección de la nueva literatura china proveniente de una provincia que se caracteriza por su "diversidad étnica y paisajística" y que tiene eje en Kunming, "la ciudad de eterna primavera".

Además, la ciudad es la principal sede china de la traducción y publicación del boom literario latinoamericano en el siglo pasado.

En la presentación participarán el escritor y editor Guillermo Bravo, creador de la primera librería dedicada a la literatura latinoamericana en China, Mil Gotas (Beijing), y Juan Manuel Grande, dueño de la librería La Oriental de Buenos Aires especializada en libros de Asia.

Ambos editores serán entrevistados por la directora del Centro de Estudio de los Países Emergentes de América Latina de la Universidad del Suroeste de China, Chenxi Luo, y la actividad será introducida por el director periodístico de la revista, Gustavo Ng.

"Los escritores de la, para nosotros remota, antipódica, ciudad de Kunming, en la provincia de Yunnan, China, tuvieron la ocurrencia de compartir sus cuentos y poemas con los argentinos, la gente que tienen más lejos en el planeta Tierra", dice Ng, director periodístico de la revista DangDai que desde hace más de 10 años se dedica a difundir el intercambio cultural entre Argentina y China y es publicada por Ediciones Universidad de Congreso.
Es por ello, afirma el escritor y periodista galardonado recientemente con el premio Special Book Award que otorga la República Popular China y autor del libro "10.134 kilómetros a través de China" publicado en español y chino en el país asiático en 2021 por Blossom Press, entre otros, que la revista DangDai ofreció "su soporte y su público" para una edición especial.

Se trata de "un libro de poemas y cuentos inéditos en español, traducidos especialmente para esta publicación en un proyecto coordinado por ese gigante del intercambio cultural que es Sun Xintang", refiere Ng.

Guillermo Bravo hablará sobre las librerías en China, los hábitos de lectura de los chinos y el ecosistema editorial chino, y contará la experiencia de Mil Gotas como librería de libros en español, una agencia literaria dedicada al vínculo entre China y los países de habla hispana y editorial, informan desde el medio periodístico.

En cambio, Juan Manuel Grande anticipó que "pensaremos quiénes son los y las lectoras de China, y qué están buscando", además se referirá sobre "el rol de la librería como espacio de una visión del universo cultural chino".

Durante la presentación del número 39 de DangDai, se ofrecerá el acceso gratuito a la edición especial de la literatura de Kunming.

DangDai, la "primera revista de intercambio cultural argentino-china" es una publicación trimestral que fue fundada en 2011 por los periodistas Gustavo Ng, Néstor Restivo y Camilo Sánchez, este último editor de El Bien del Sauce.

martes, 20 de junio de 2023

Ahora, el British Museum, además de objetos, también les roba a los traductores



Aunque a esta altura de los hechos parezca mentira, son muchísimas las editoriales hispanoamericanas que, cuando anuncian y publicitan sus libros traducidos, omiten el nombre del traductor. Es el caso, por ejemplo, de Adriana Hidalgo, en Argentina, pero también de Salamandra, en España, y la lista podría ser muchísimo más larga. Esa desaprensión ubica al traductor en el rango de “proveedor”, sin considerar que sin traductor no hay traducciones ni libros traducidos.

Una de las consecuencias de este “ninguneo” es que al desinterés de las editoriales sigue el de las instituciones. De hecho, son muchas las bibliotecas que, en sus catálogos, nunca consignan el nombre de los traductores. Pero hay más, como lo que está ocurriendo en este preciso momento con la poeta y traductora del chino al inglés Yilin Wang (@yilinwriter), quien, en un extenso hilo de Twitter –que puede leerse en Yilin (she/they) @ "stolen by the British Museum"– explica cómo el British Museum le ha birlado sus traducciones de la poesía de Qui Jin (1875-1907), para la exposición “China’s Hidden Century”, sin darle crédito alguno y sin pagarle un solo centavo por ellas.

El caso ha desatado una catarata de comentarios a partir de Twitter donde son muchas las personas que reportan el robo descarado de fotografías, artículos e incluso tesis. Previo a eso, habría que pensar en los mármoles de Acrópolis y tantas otras cosas, ¿no?

miércoles, 14 de junio de 2023

Como en su momento decía Juana Bignozzi: "¿Quién es ese Petrecca?"

Con cierta frecuencia, el nombre del poeta, ensayista y traductor Miguel Ángel Petrecca (Buenos Aires, 1979) aparece en la prensa, generalmente asociado a Cien Fuegos, su librería argentina de París, de la cual este blog se ha ocupado en repetidas ocasiones.

Pero hay bastante más: Petrecca es uno de los más importantes traductores del chino al castellano. Sin embargo, para quienes no tienen una idea clara del volumen de su trabajo,  ahí están Un país mental. 150 poemas chinos contemporáneos (2011, Gog & Magog, y 2013 LOM, y segunda edición ampliada de Gog & Magog, 2022), Después de Mao. Narrativa china actual (Adriana Hidalgo, 2015), El invisible (Adriana Hidalgo, 2016), de Ge Fei; Kong Yiji y otros cuentos (LOM, 2015), de Lu Xun, Murciélagos al atardecer (Bajo la luna, 2017), de Xi Chuan, a los que ahora se suma La habitación de hierro. Breve antología de la prosa china (1902-1944), novedad del mes de junio de la editorial chilena LOM, que lo anuncia en estos términos: “El libro reúne un total de veintidós textos de quince autores que abarcan casi toda la primera mitad del siglo XX chino. La diversidad de los textos incluidos es tal vez el rasgo más notorio de la selección, así como la incorporación de escritos emblemáticos y de gran importancia para el estudio de la cultura y las literaturas chinas modernas”.

Para quienes se pregunten, como en su momento se preguntó la poeta Juana Bignozzi, quién es Petrecca, se les puede añadir que entre 2008 y 2009 vivió y estudió en Pekín y actualmente vive en París, donde terminó un posgrado de estudios chinos en el Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales.

lunes, 27 de marzo de 2023

Miguel Petrecca no es Matías Battistón

“Una conversación con Miguel Ángel Petrecca, traductor argentino que reside en París. Presenta la nueva edición ampliada de Un país mental, su gran recopilación de poesía china contemporánea.” Eso dice la nota de Mario Nosotti, publicada en la revista Ñ, del diario Clarín, el pasado 10 de marzo, ilustrada en la edición digital con una foto de Matías Battistón en la Martello Tower de Dublín porque, según parece, da lo mismo que Petrecca en la Muralla China.

¿Quién no entiende a un poeta chino?

Poeta, editor, traductor y ensayista que vive actualmente en París, donde lleva adelante la librería Cien fuegos, especializada en literatura hispanoamericana, Miguel Ángel Petrecca es además un estudioso de la literatura china. Desde su incipiente fascinación por los caracteres y la lectura de Ezra Pound hasta sus trabajos de traducción posteriores (Después de Mao. Narrativa China de hoy, la novela El invisible de Ge Fei, ambos publicados por Adriana Hidalgo, la traducción al chino de "La gran salina", de Ricardo Zelarayán, o su estudio sobre el Juan L. Ortiz traductor de poetas chinos, incluido en la reciente edición de En el aura del sauce, entre otros), su interés por dicha lengua lo llevó a vivir y estudiar en Pekín en 2008, y a recorrer parte del país conociendo personalmente a algunos de los poetas de un panorama tan diverso como inabarcable.

Un país mental es una edición ampliada de la publicada originalmente en Buenos Aires por Gog y Magog en 2011, que suma cincuenta poemas e incorpora a figuras representativas de las últimas décadas. En esta entrevista, Petrecca da cuenta de distintos aspectos de su trabajo en el libro que acaba de publicarse.

 

–¿Cómo se dio tu interés por la lengua y la cultura chinas, y cómo surgió la idea de este libro?

–El interés surgió a partir de la lectura de la poesía clásica, que incluso en un momento desembocó en un fallido experimento de traducción. Más tarde fue sobre todo el interés por la lengua y la escritura, y ahí apareció también una curiosidad hacia las escrituras contemporáneas. Después en 2008, tuve la posibilidad de vivir un año allá, viajé bastante, conocí a varios de los poetas y empecé a pensar en la antología que salió en 2011. Fue un viaje transformador para mí. Más tarde, tuve la posibilidad de volver varias veces.

 

–¿Qué implica el concepto de “poemas contemporáneos”, el recorte que rige la antología?

–“Poesía contemporánea” tiene acá un significado bastante específico, abarca el período que se abre en China a partir de la muerte de Mao y el comienzo del proceso de apertura y reforma, hasta la actualidad. Desde el punto de vista de la poesía está marcado por la aparición de un espacio de producción y distribución autónomos, es decir, alternativos con respecto a lo que sería el espacio oficial, aunque estos espacios no son siempre o no del todo excluyentes. La primera referencia en ese sentido son los llamados “Poetas oscuros”, que se nuclean a fines de la década del 70 en torno a la revista Jintian (Hoy) y que generan toda una revolución en China por la introducción de un lenguaje y estilos totalmente nuevos. En la historiografía china, en cambio, el concepto de “poesía contemporánea” está asociado a la fundación de la República Popular, es lo que viene después de 1949.

 

–Los lectores no iniciados de estas latitudes tenemos una visión un poco estereotipada de la poesía china, ligada sobre todo a la imaginería de los poetas de la dinastía Tang. ¿En qué medida pensás que el panorama que presenta tu libro se aleja o coincide con dicho estereotipo?

–Sin duda a primera vista, a primera lectura, para un lector acostumbrado a la poesía clásica, lo que resaltan son las diferencias. En China misma es así, la poesía clásica forma parte de la instrucción desde chicos, todos saben algunos poemas de la época Tang de memoria, y esto hace que mucho de la poesía moderna o contemporánea pueda resultar de difícil acceso, o que incluso haya cierto rechazo. No es algo tan diferente a lo que ocurriría con alguien que se enfrentara a la poesía latinoamericana contemporánea o de vanguardia a partir de un bagaje de lecturas más tradicional.

 

–Hay en tus traducciones una plasticidad que hace que el lector se sienta interpelado, cercano a la voz poética, y que logra a la vez conservar la diferencia, la opacidad de ese otro mundo. Trabajás una vertiente rioplatense lo suficientemente abierta como para sostener esa distancia.

–Un poeta chino del siglo XX que me gusta mucho tiene un poema llamado “La organización de la distancia”, que creo que responde en cierta forma a esto que planteás. La gradación de la distancia. Que también, en otro sentido, es un problemática que atraviesa la poesía china del siglo XX: cómo organizar la distancia, tanto con la propia tradición como respecto de las tradiciones de afuera. Dicho esto, y yendo a la cuestión del rioplatense, diría en todo caso que es un rioplatense imaginario.


–A pesar de los diferentes estilos y momentos escriturales por momentos tuve la sensación de estar leyendo el libro de un solo (y múltiple) poeta. Lo menciono como algo positivo. Una poesía abierta a lo exterior, coloquial, donde la interioridad se traduce a los objetos, los movimientos. También cierta morosidad, aún en el ajetreo de la vida de las grandes ciudades.

–Yo me formé con una idea de la traducción, con una tradición digamos, la de los poetas-traductores, dentro de la cual tiene un sentido positivo que te digan que el libro se lee como un solo libro múltiple. No reniego de esa tradición, aunque no me interesan algunos lugares a los que lleva o puede llevar, es decir, a una cierta saturación de la figura del traductor. No es a lo que apunto en todo caso, y creo que, en comparación con la edición anterior, se han incorporado muchos poetas, algunos de generaciones más jóvenes, que amplían mucho el abanico de voces. Por otro lado, en toda selección opera obviamente un gusto y una mirada. Además, a favor de lo que decís, es cierto que esos rasgos que mencionás están presentes en gran parte de la poesía china contemporánea.


–¿Por qué “un país mental”?

–Mantengo el nombre que le puse a esta antología en su momento, hace más de 10 años. Creo que en ese entonces, en mi fuero interno, hacía alusión a la idea de China como algo deseado, leído, imaginado. Imaginado desde mucho antes de viajar, pero también después, en el sentido de que ese imaginario seguía actuando y moldeando la experiencia.

lunes, 5 de diciembre de 2022

¿García Márquez le abrió la puerta a la literatura latinoamericana en China? Really, bitch?

Árbol genealógico en chino de la familia Buendía

El pasado 10 de noviembre, el diario La Jornada, de México, reprodujo un artículo de Xinhua News Agency, de China, a propósito de la importancia de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, en el diálogo entre la culturas. latinoamericana y china.

Cien años de soledad propicia un gran encuentro entre Latinoamérica y China

La novela Cien años de soledad, del escritor colombiano Gabriel García Márquez, comenzó el “gran encuentro” entre las literaturas latinoamericana y china, que influyó a muchos escritores del país asiático y propició el hallazgo de similitudes desapercibidas hasta entonces, afirmó la experta mexicana Liljana Arsovska.

“Por medio de García Márquez y su principal obra se hace ese famoso boom de la literatura latinoamericana en China, en el que no podemos hablar de una asimilación por parte de una o de la otra, sino de un encuentro que favoreció que los escritores chinos volvieran a sus raíces y tradición”, dijo Arsovska en entrevista con Xinhua.

La profesora de lengua, lingüística y traducción en el Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México (Colmex) consideró que García Márquez fue “el gigante que empujó el primer paso” de la literatura latinoamericana en China.

La también traductora al español de literatura china contemporánea consideró que como parte de ese boom literario latinoamericano en China, registrado a partir de los años 80 del siglo pasado, luego de que el colombiano recibió el Premio Nobel de Literatura (1982), al país asiático entraron los grandes literatos de Argentina, México y de prácticamente toda la región.

Arsovska afirmó que desde entonces hay una búsqueda por parte de los chinos, tanto de editoriales como de círculos de intelectuales de Latinoamérica, “búsqueda sistemática mediante la que se tradujo al chino la mejor representación de la literatura latinoamericana”.

La académica del Colmex, quien realizó sus estudios de licenciatura en Pekín durante los años 80, recordó que en esa década y la siguiente hubo “una ola gigantesca” de traducciones de obras, en que las editoriales chinas buscaron la forma de publicar títulos occidentales.

“La preferencia habitual estaba en el inglés, pero por medio de García Márquez la literatura latinoamericana entró a China”, ponderó la entrevistada.

Con más de una docena de traducciones de obras literarias chinas al español, Arsovska consideró que el encuentro de las literaturas latinoamericana y china, con sus consiguientes influencias, contribuyó también a que en Occidente se despertara el interés por la literatura del país asiático.

La entrevistada subrayó que Cien años de soledad abrió un camino en el que la literatura latinoamericana fue “avasalladora” a nivel global por “su riqueza lingüística, de espacios, tiempos, personajes y realismo mágico”.

En China influyó mucho a escritores como Mo Yan, también Premio Nobel de Literatura (2012), cuyas obras han contribuido a la internacionalización y conocimiento de la literatura china, en un proceso que la experta deseó que fuera más continuo y caudaloso, debido a “lo mucho que todas las artes chinas tienen para compartir al mundo”.

Recordó que cuando Mo Yan conoció la afamada novela del colombiano ya era un escritor formado y de trayectoria, pero su obra posterior deja ver que “hizo un encuentro con la literatura latinoamericana”, específicamente la de García Márquez.

En varias ocasiones, el propio Mo Yan se ha asumido como admirador de Gabo y ha reconocido la influencia que Cien años de soledad tuvo en sus procesos creativos.

“El realismo mágico subvirtió radicalmente a nuestra generación. Cuando leí Cien años de soledad, en 1984, sentí lo que había sentido García Márquez a la hora de leer La metamorfosis, de Franz Kafka, en París: ¡Oh, una novela se puede escribir de esta manera!”, comentó el reconocido autor.

Búsqueda de las raíces
Estudios sobre la literatura china de las últimas décadas del siglo XX y la contemporánea han destacado que García Márquez y su novela cimera impactaron de manera notoria el panorama literario de China, al punto de fomentar el surgimiento de la escuela literaria Xungen en 1985, movimiento de búsqueda de las raíces.

Varias novelas de esa corriente reflejaron la transformación histórica y cultural de China a lo largo del tiempo, con historias que suceden en una región o un poblado, con las peculiaridades culturales y de idiosincrasia propias del país asiático.

La obra Sorgo rojo, de Mo Yan, es una de esas novelas sobre la que Arsovska comentó que se asemeja a Cien años de soledad a través de la descripción de Gaomi, la aldea que el autor chino hizo centro de su historia, al estilo del Macondo de García Márquez.

“A través de la influencia literaria y de las diferentes culturas, nuestras miradas encuentran puntos de similitud”, dijo la experta, quien calificó al escritor chino de “grande” por su capacidad de convertir “la descripción de la realidad en un testimonio”.

Comentó que a la hora de describir esa realidad, la influencia de todo lo que ha leído “ahí está”, ya sea directa o indirecta, asumida o asimilada, transparente o velada.

La experta añadió que Sorgo rojo es la historia de una época de China y no sólo de un lugar, porque ahí se encuentran “muchas cosas” de la historia del país asiático, en que el escritor “tiene un ojo clínico” para tomar momentos o personajes y de ahí hacer grandes historias.

A decir de Arsovska, Cien años de soledad es a su vez mucho más que una novela: “Es la historia de Latinoamérica en muchos aspectos vista por medio de la literatura. Se puede traslapar a muchos países, en los que se encuentra ese espíritu, esa melancolía y también esa alegría, esa tristeza”, añadió la investigadora.

Los treinta años que separan los premios Nobel de García Márquez y Mo Yan, así como las similitudes de sus respectivas obras, son para la experta frutos del encuentro de las literaturas latinoamericana y china.

“La literatura enlaza culturas. La latinoamericana no sólo se asentó en China, sino que dio frutos. Se ve en las obras y en los puntos de encuentro de las narrativas, pero también en cómo las ediciones chinas de títulos latinoamericanos cada vez requieren menos notas explicativas, porque el lector chino ya es un conocedor de Latinoamérica.”

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Mo Yan conversa con su traductor al castellano

El pasado 30 de agosto, la agencia española EFE hizo circular la siguiente nota en la que el Premio Nobel chino de Literatura 2012 Mo Yan (1955) habló con Juan José Ciruela, su traductor.

Mo Yan califica el idioma como “la jaula de los escritores”

Pekín, 30 ago (EFE).- El premio nobel de literatura chino Mo Yan destacó hoy que el idioma es “la jaula de los escritores” que los obliga a mantenerse en un género si no son capa ces de “romperla”.

Mo, Nobel de Literatura en 2012, participó este martes en una videoconferencia organizada por la Biblioteca Miguel de Cervantes de Shanghái, que reunió también al traductor al español de su obra Trece pasos, el profesor de chino de la Universidad de Granada Juan José Ciruela.

En su intervención en el encuentro, que forma parte del ciclo literario “Entre Lenguas: los autores por sus traductores”, el autor chino indicó que sus obras tratan de ofrecer “una mezcla entre lo coloquial, lo campesino y lo culto” en cuanto a su uso de la lengua china en las mismas.

“Yo soy del campo de la provincia de Shandong, y mis vecinos hablan un dialecto muy coloquial”, dijo sobre su experiencia, y añadió que la lectura de las obras de un afamado escritor antiguo de su zona que “usaba un idioma escrito más culto” ayudó a constituir su propio estilo.

El autor, considerado el padre del “realismo alucinatorio”, y que se inspiró en sus inicios en el realismo mágico de Gabriel García Márquez, reflexionó sobre la importancia de los matices de traducción de las obras a un idioma extranjero.

“A principios de la década de los 80 se tradujeron muchas obras extranjeras al chino, y este chino resultante es muy peculiar, no es el típico, es un producto de los traductores que buscaban una correspondencia entre las lenguas”, afirmó sobre su acercamiento a obras de otros países.

Una lengua que es la herramienta de vida de los escritores, pero también según Mo, “una jaula”, ya que “para salir de un género hay que entrar en otro, y cualquier género se basa en un tipo de lengua”.

Se trata de una herramienta que, como cualquiera, requiere de experiencia sobre la misma para saber ser usada, según Ciruela.

“Se tiene que tener contacto con la lengua y la gente china para ayudar a entender situaciones y contextualizar mejor a los personajes”, aseguró el traductor de Trece pasos.

“Hay que vivir la lengua” agregó el profesor universitario, como si se tratase de uno de los vecinos de Mo Yan en Shandong, que vivieron sus propias “historias que no son verdaderas a ojos de la gente que las cuentan”.

Entremezclando memorias colectivas, combinando versiones y perspectivas, el autor busca contar la historia a través de sus personajes, no mediante la versión de la generación que le precedió.

Una historia de movimientos políticos en la China del siglo XX que, en su novela “La vida y la muerte me están desgastando”, relata por medio de continuas reencarnaciones de su protagonista en distintos animales, destino del cual liberaría a su personaje en los últimos 22 años.

“Seguiría siendo humano al reencarnarse, porque la China actual merece la pena ser vivida como un ser humano. Ahora un ser humano es mucho más feliz que un animal”, dejó en claro el escritor. 

miércoles, 25 de mayo de 2022

La poeta china Lan Lan, publicada en Valdivia

La siguiene noticia apareció sin firma, el 1 de abril, en el Heraldo Austral, de Chile. Trata sobre la publicación de la poeta china Lan Lan, en el catálogo de la editorial de la Universidad Austral de Chile, en traducción de la sinóloga búlgara Radina Dimitrova.

 La nueva literatura china desembarca en Chile en español


Reconocida como una de las escritoras contemporáneas de mayor trascendencia y cuya obra ha impactado y renovado profundamente la poesía china en su país y hacia el exterior, Lan Lan se integra al catálogo de Ediciones Universidad Austral de Chile de la mano de la traducción de la destacada ensayista y sinóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México Radina Dimitrova y la publicación de El trabajo del poeta, inédita selección de poesía que se incorpora a la colección bilingüe Caballo de Proa.

Lan Lan es el seudónimo de Hu Lanlan. Nació en 1967 en la ciudad de Yantai, provincia de Shandong. A los quince años se fue a trabajar como obrera en una fábrica y, años después, ingresó a la universidad, donde estudió lengua china y periodismo. Ha publicado cerca de treinta libros de poesía, cuentos para niños y ensayos, cuya obra, profunda y sofisticada, le han merecido un amplio reconocimiento en su país y el extranjero. Ha ganado los premios de poesía más importantes de China, como el «Liu Li’an», el «Yuan Kejia», el «Poetry and People–International Poetry Prize» y en 2009 fue nombrada una de las «Diez Mejores Poetas Chinas del Nuevo Siglo». Entre sus obras cabe destacar Sonreír Toda la Vida (1990), Hojas Errantes (1999), La Noche Tiene un Rostro (2001), Entre Sueños (2003) y ¡Canta, Tristeza! (2017). Actualmente es profesora de la Universidad de Ciencia y Tecnología del Río Amarillo y poeta en residencia en la Universidad Renmin en Beijing.

De su poesía se aprecia un carácter franco y realista que aporta gran vitalidad a su obra, considerada aguda, incisiva y diáfanamente reflexiva, inspirada, por cierto, a partir de la crudeza y austeridad de la vida cotidiana en la fábrica donde trabajó en sus años adolescentes, como asimismo por su dedicado conocimiento de la literatura universal, buscando aprendizaje y nuevas fuentes de inspiración en la poesía francesa, rusa, latinoamericana, de Europa del Este y particularmente la griega.

La traductora de esta obra, Radina Dimitrova, es docente, traductora e investigadora en temas de literatura clásica china, cuyos trabajos se han publicado en diversos países como México, Chile, Argentina, España, China y Bulgaria, entre otros. Para su presente selección se basó en la antología más representativa de la poeta china, ¡Canta, tristeza! (2017) —recibida como obsequio personal por su misma autora—. Dimitrova destaca que “Lan-Lan se ha convertido gradualmente en un nombre inconfundible en la poesía china contemporánea, sinónimo de una inagotable actividad literaria […] el ritmo pausado y la melodía fluvial de su poesía le ayudan a generar un ambiente lírico singular, tanto sensual como racional, donde se revela su asombrosa capacidad expresiva”. En relación con las obras escogidas para crear el título “El trabajo del poeta”, consigna: “fueron seleccionadas con la intención de revelar el continuo y polifacético esfuerzo creativo de Lan Lan a lo largo de unas cuatro décadas: desde los poemas bucólicos de principios de los años ochenta hasta las obras de largo aliento que lamentan la pandemia del COVID-19 que se desató en China en 2020 y continúa en muchas partes del mundo”.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

"La traducción perfecta resulta imposible"

El pasado 3 de septiembre, Juan Arabia publicó, con traducción propia, un breve artículo del poeta chino Wang Yin en la revista Buenos Aires Poetry. Se reproduce a continuación.


Laberinto de idiomas en la traducción de poesía

Mi poesía ha sido traducida a 16 idiomas. En el proceso de traducción, los traductores de francés y español son los que han tenido más problemas. He publicado tres libros de poesía en francés. En cada ocasión, el traductor ha escrito muchas preguntas y comentarios sobre el borrador de la traducción. La mayoría de las preguntas se centran en la determinación de los componentes de las palabras.

Por ejemplo: ¿Cuál es el sujeto de esta oración? ¿La palabra es singular o plural? ¿Es ésta una copa de vino o de champagne? ¿Es el “humo” () humo o niebla? ¿Es el “reloj” (钟表) un reloj o un reloj de pulsera? ¿Es la palabra “profecía” (预言) un adjetivo o un sustantivo?

El significado de estas palabras en chino suele ser ambiguo. El chino a menudo omite el sujeto y no hay una distinción clara entre el singular y el plural. Intento dar al traductor una respuesta satisfactoria. Sin embargo, no puedo responderla una por una. Sé que mis respuestas no son perfectas ni precisas. Algunas de ellas están hechas a modo de preguntas, y nada tienen que ver con la creación poética.

Cuando el idioma con el que uno se está familiarizado es traducido a otro idioma, uno se sorprende de descubrir que el idioma que utiliza es muy extraño y que está lleno de laberintos, y de allí surge la confusión.

Cuanto más entramos en contacto con la traducción, más caemos en la paradoja. La poesía necesita ser traducida para ser entendida por más personas y lograr el propósito de la comunicación. Depende del trabajo de un traductor que un poeta pueda existir en otro idioma, y una buena traducción determinará que el trabajo original sea mejor y más rico, incluso superior al original. Sin embargo, la pérdida en el proceso de traducción es inevitable. La traducción perfecta resulta imposible.

Mirando hacia atrás en el contexto chino a partir de las preguntas planteadas por el traductor, veo que la flexibilidad única, la omisión, el espacio en blanco, la ambigüedad, la polisemia y la incertidumbre del chino son en realidad muy adecuados para la creación de poesía. Sin embargo, son éstas las partes más vulnerables en la traducción.

Hace dos años, mi traductora de inglés y yo pasamos dos semanas en un pueblo de Vermont para realizar un proyecto de residencia en traducción de poesía. En la discusión acerca de la traducción, con frecuencia ella me señalaba diversas opciones en inglés para una palabra en chino. Sólo pudimos elegir la más parecida. El dilema es que no importa tanto qué palabra en inglés se elija, sino que la polisemia de la palabra china se pierda en su determinación, en lugar de ser tan rica como la original. Por querer transmitir el significado original del texto con precisión, se reduce el significado original.

Robert Frost dijo una vez: “La poesía es lo que se pierde en la traducción”.

En 1996, Xu Bing, un artista chino, realizó un experimento sobre la posibilidad de transferencia entre diferentes idiomas. Su obra Telephone es una traducción en cadena de múltiples idiomas.

Comenzó con un artículo chino y pidió a la gente que lo tradujera al inglés, luego del inglés al francés, luego del francés al ruso. De esta forma, lo tradujo al alemán, al español, japonés, tailandés y finalmente de nuevo al chino. Después de la traducción a varios idiomas, comparó las dos versiones chinas para ver qué tan diferente era la última respecto de la original.

Quizás no sea necesario luchar con la complejidad de la traducción. Con independencia de lo bueno que sea un traductor, es posible que lea o traduzca mal el texto original. La mala lectura o la mala traducción pueden incluso ser parte de la extensión y crecimiento de la creación. He estado familiarizado con la poesía Tang desde que era un niño, pero luego leí la traducción de la poesía Tang de Ezra Pound y de otros, y súbitamente descubrí que la poesía Tang tenía un nuevo aspecto y producía una energía asombrosa después de que se tradujera al inglés. Si no fuera porque Ezra Pound se perdió en el laberinto del lenguaje no podría tener una nueva comprensión de la poesía Tang.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Aulicino habla de Xi Chuan traducido por Petrecca

En diciembre de 2017, Jorge Aulicino reseñó Murciélagos al atardecer ,para la revista Ñ. Se trataba de un libro del poeta Xi Chuan que, con traducción de Miguel Ángel Petrecca, publicó en ese entonces la editorial argentina Bajo la luna. Creemos que vale la pena volver a leer esa reseña.

Xi Chuan: Mosquitos hacen tigres

Xi Chuan [Xuzhou, China, 1963] permite comprobar que la tradición no es atemporal, sino más bien plástica: adopta las formas que el siglo le permite, le exige o le trasmite. Xi Chuan es producto de una cultura que los países del occidente prefirieron ver siempre impermeable, enigmática y también inmutable. Las numerosas traducciones francesas e inglesas de los clásicos chinos respaldan esa ilusión. Pero hay tópicos en esos clásicos, y uno de ellos es precisamente el del tiempo que se desliza más rápido para las obras del hombre que para las de la naturaleza. Quizá en esto reside la trampa que los chinos tienden al lineal occidente.

Ezra Pound, a través de Ernest Fenollosa, tradujo e intentó dar un código a esta poesía de tapiz: la situación descrita en los poemas fue directamente explicada o concluida de un modo personal, para movilizar su sentido. Tenemos ahora la traducción de un poeta chino contemporáneo realizada directamente del chino por un joven poeta y traductor argentino, hecho en sí mismo histórico. Y el traductor, Miguel Ángel Petrecca, es quien precisamente pone de relieve una curiosa situación: habiéndose Pound fascinado por el chino (y por toda la tradición de oriente y de occidente), y siendo quien habilitó lo que se llamó imagismo, que es el uso despojado de la imagen visual pero también la cita encubierta que hace de la literatura una especie de trompe l'oeil textual, viene a ser hoy unas de las fuentes de un poeta chino que podría ser su bisnieto.

“Gran conocedor de la tradición occidental, lector de la Biblia y los evangelios apócrifos, de la tradición visionaria de la poesía inglesa, desde Blake a Yeats, admirador de Ezra Pound, a quien dedicó la tesis con la que se graduó en la universidad de Pekín, Xi Chuan escribe una poesía que se inserta también de manera profunda pero oblicua en la propia tradición”, escribe Petrecca, y cubre todos los flancos desde los que querríamos abordar la experiencia de leer una poesía inscrita en una tradición que a su vez incorporó al occidente, que a su vez le devolvía su reflejo.

miércoles, 2 de octubre de 2019

Latinoamérica en China, libros mediante


Publicada el pasado 29 de septiembre, en la revista Viva, del diario Clarín, la siguiente nota de Ayelén Iñigo se ocupa de Guillermo Bravo, el editor, agente y librero argentino radicado en China desde 2012, al que, el año pasado, ya había entrevistado para La Voz del Interior. Bravo, quien en agosto de 2015 pasó por el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires (ver entrada correspondiente siguiendo el nombre en la columna de la derecha), es hoy un referente de la literatura latinoamericana en Beijing.

Guillermo Bravo, el "puente literario"
que une China con la Argentina

Es difícil ser una figurita conocida en China, pero Guillermo Bravo lo es. En la inmensidad de Pekín –con sus más de 20 millones de habitantes–, este argentino logró convertirse en un referente para casi todo latinoamericano que ponga un pie en esa ciudad. Guillermo llegó a la capital china en 2012, cuando todavía no eran tantos los extranjeros que se aventuraban a vivir allí. “Tené cuidado”, le decían sus familiares, asustados ante la inmensidad y lo desconocido de un país tan lejano. Pero cual Quijote, este cordobés amante de la literatura decidió quedarse. Comenzó dando clases de literatura latinoamericana en la universidad y en 2017 fundó Mil Gotasla primera librería hispanoamericana en toda China.

Ubicada en el cuarto piso del Instituto Cervantes de PekínMil Gotas se transformó rápidamente en un oasis donde los latinoamericanos pueden encontrar en China algo parecido a un hogar y donde los chinos se sienten más cerca de América Latina a pesar de los 19.000 kilómetros que nos separan. Entre sus estantes hay volúmenes –en mandarín y en español– de autores como César Aira, Jorge Luis Borges, García Márquez, Ricardo Piglia, Fogwill o Roberto Fontanarrosa.

La idea de la librería empezó como una necesidad mía de conseguir libros en español. Al principio traía libros de mis viajes y los compartía con mis amigos. Después empecé a vender en Internet y como funcionó bien, abrí un espacio físico”, cuenta Bravo, que hoy en día ya tiene dos nuevas sucursales de Mil Gotas, una en la ciudad de Shanghai y otra en Chongqing, en el suroeste de China.

Guillermo nació en la localidad cordobesa de Pilar. Sus primeros años de juventud transcurrieron trabajando en el negocio de su abuelo, dedicado a la venta de materiales de construcción. Ahí, mientras atendía a los clientes o cargaba bolsas de ladrillo, tuvo sus primeras charlas de literatura con su padre, un psicólogo amante de los libros.

“La relación con mi padre era a través de la literatura. El me hablaba desde un lugar muy suyo, muy poco académico”, recuerda Guillermo. Me acuerdo que hablaba a veces en broma con frases del Quijote como ‘No es menester’. Una vez le dolía una muela y me dijo ‘Me duele más de lo que es menester’. Y nos reíamos porque los dos pensábamos en el Quijote. Mis padres estaban separados y cada vez que él me visitaba, una o dos veces por semana, me traía un libro y yo tenía que dibujar lo que había leído.”

A sus 18 años se mudó a Córdoba capital para estudiar Letras, pero su padre le dijo que estudiara todo menos eso, porque si terminaba siendo profesor iba a odiar la literatura. Eligió entonces Arquitectura, aunque rápidamente se dio cuenta de que no era lo suyo y se anotó en Letras. Después de algunos años de estudio decidió que ya era momento de comenzar a conocer el mundo, y en 2004, con 23 años, se mudó a París. En la capital francesa vio nacer su carrera como profesor de Lengua, escribió sus primeros libros y se embarcó en diversos proyectos literarios, como la fundación de La Guepe, una editorial cartonera de lujo con la que introdujo distintos autores latinoamericanos al público francés.

“Al principio me gustaba mucho Francia, pero en un momento empecé a sentir que quería algo más. Junté plata y me fui cuatro meses a Pekín en 2008, donde estuve escribiendo. Me gustaba China y sentía que Francia no era lo suficientemente diferente. Me fui cuatro meses justo antes de las Olimpíadas y me encantó; no me quería volver y hasta pensé en quedarme”, rememora.

Su deseo se cumplió finalmente en 2012, cuando le ofrecieron ser profesor de Literatura en dos universidades de la capital china: Capital Normal University y Pekin University, donde actualmente sigue enseñando. “Ahí doy clases de Literatura, pero de una forma especial. Es un pantallazo general para que los chinos tengan una idea de quién es Jorge Luis Borges, por ejemplo. Un recorrido para empezar a comprender la literatura latinoamericana”, explica.

¿Qué es lo que más les atrae a los chinos de nuestra literatura?
–Creo que encuentran otra manera de ver o de vivir la vida, un mundo nuevo y una cultura diferente que les parece apasionada y colorida. Me acuerdo de un lector chino que vino a la librería, acongojado, a contarme que había leído una escena de Vargas Llosa en la cual una pareja hacía el amor por varias horas, que luego estrujaban las sábanas y caían litros de sudor. Me contó este lector que desde entonces cada vez que se acostaba con una chica iba a estrujar la sábana y no salía ni una gota. Entonces decía: “Eso me pasa por no ser latinoamericano”.

¿Cómo es el perfil del chino lector?
–Está el lector general, que lo que quiere es García Márquez Isabel Allende. Y después está el lector sofisticado, que va a buscar un poco más, que ahora está leyendo mucho a Roberto Bolaño, que representa en China la nueva literatura. A Borges también lo leen mucho los chinos. A estos lectores yo los llamo “la nueva burguesía”. Jóvenes de unos 30 años ya sin apremios económicos, que estudiaron en el exterior, saben lenguas y tienen más tiempo para el ocio. Son los que yo veo en los Starbucks de Pekín, esos son nuestros lectores.

Hace ya ocho años que vivís en China. ¿Qué cambios viste?
Desde 2008 estoy en contacto con China y hubo cambios grandes, hasta en la manera de caminar, de comer, hasta de relacionarse entre ellos. Incluso hay muchísimos chinos que estudian español. Todo está cambiando y también cambió mucho la imagen de China en el extranjero. Antes el extranjero pensaba que en Pekín iban a estar comiendo perros en la calle y ahora piensan que hay computadoras volando por la ciudad. No es ninguna de las dos cosas. Yo creo que China todavía no está en esa liga que la gente imagina que está. Hay la misma desinformación pero al revés. Es cierto que hay partes de Pekín que te sorprenden por la tecnología, pero todavía falta mucho, sigue siendo un país subdesarrollado en varios aspectos.

¿Hoy hay más latinoamericanos viviendo en China?
Se están acercando mucho, pero veo que les falta la paciencia necesaria para hacer negocios en China. Una vez fui a una charla de emprendedores latinoamericanos y lo primero que dijeron fue: “Si quieren hacer algo en China ármense de paciencia, piensen en 10 o 20 años”. Hay muy pocos emprendedores latinoamericanos que estén dispuestos a pensar así. China ha tenido una experiencia muy traumática con Occidente, por lo cual se protegen mucho y además son el mercado más grande del mundo. Lo cuidan y no se lo van a dar a cualquiera.

Un puente literario
Aunque Guillermo Bravo no vive en Argentina hace más de diez años, siempre vuelve. En sus viajes, comenzó a notar que hacía falta aquí un acercamiento a escritores y autores chinos. Por eso, en 2019 fundó junto a tres socias la primera editorial argentina especializada en literatura china (llamada también Mil Gotas), con la que acaban de publicar en nuestro país su primer libro, Tándem Animalesuna antología que reúne a cuentistas chinos y latinoamericanos, en los que se entrecruzan nombres como Samanta Schweblin, A Yi, Washington Cucurto o Lu Min.

¿Cómo surgió la idea de la editorial?
Los cuatro que hacemos la editorial vivimos alguna vez en China y vimos que era necesario mostrar una nueva China, lo que nosotros vivimos y lo que vimos. Veíamos en Argentina una veta para eso. Nos pareció que era necesaria una mirada independiente, fresca y nueva.

¿Cuál es el perfil de los escritores chinos actuales?
–Hace poco un poeta chino de 25 años me dijo: “Somos los primeros poetas hombres chinos que cambiamos pañales, que cuidamos a nuestros hijos”. Eso queremos mostrar, los cambios de generaciones. Ahí hay una nueva China, una forma diferente de relacionarse con la pareja y la familia y eso se nota en la escritura, un nuevo modo de relacionarte con el mundo.

Somos países muy distantes, ¿pero hay una cercanía en la literatura?
–Sí, acá también pasa lo mismo. Bioy Casares o García Márquez no cambiaron pañales. Acá también la generación de 20 o 30 años son los primeros que se ocupan de sus hijos y que tienen otra relación con su pareja. Argentina está un pasito adelante. En China la palabra feminista todavía no es positiva. Pero China siempre ha hecho otro camino. Nosotros pensamos que hay un solo camino y ellos llegan por otras vías. El aborto allá es legal hace mucho y sin embargo el machismo es más fuerte. En la editorial queremos publicar muchas mujeres porque las mujeres son las que están en la vanguardia del pensamiento en China. Ellas están viendo el mundo de una manera mucho más sutil.

¿Pensás en vivir allá para siempre?
–Me imagino al menos dos o tres años más, por todo lo que estoy haciendo ahora. No sé si me quedaría para siempre porque es difícil sentirse parte de la sociedad. Yo creo que llegué a comprenderlos mucho, pero siempre hay cierta lejanía. Eso es doloroso: estar en un país, quererlo y siempre sentir que hay una capa que no vas a atravesar