En la entrada correspondiente al día de ayer, se reprodujo un artículo del diario El País, de Madrid, firmado por Sabino Méndez, donde se anunciaba la publicación en España de "En los sueños empiezan las responsabilidades", un texto del poeta estadounidense Delmore Schwartz, mencionando que "existió una traducción en castellano hecha en la Argentina de 1945 para la revista Sur, que en principio firmó Borges aunque luego se retractó enigmáticamente del asunto".
Pues bien, Marietta Gargatagli, memoriosa como siempre, nos recordó en el día de hoy que el texto en cuestión, fue efectivamente traducido por Borges –quien aparentemente no se retractó de nada– como "En sueños empiezan las responsabilidades" y se publicó en Sur (Buenos Aires, Año XIV, Nº113-114, marzo-abril de 1944). No es todo: hoy en día, si no se quiere recurrir a la revista en cuestión, puede buscarse ese texto en el volumen Borges en Sur. 1931-1980, editado por Sara Luisa del Carril y Mercedes Rubio de Socchi y publicado por Emecé Editores, que, como todo el mundo sabe, es parte del grupo Planeta (con lo cual, seguramente, se habrá exportado a España).
Dicho esto, los lectores tendrán la opción de leer ese curioso texto de Schwartz tanto en la versión española de Albert Fuentes y Xavier Zambrano como en la Argentina de Jorge Luis Borges.
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miércoles, 8 de diciembre de 2010
martes, 7 de diciembre de 2010
El poeta Delmore Schwartz traducido en España
En El País, de Madrid, del día 4 de diciembre pasado, Sabino Méndez publicó el siguiente artículo referido a la traducción de En los sueños empiezan las responsabilidades, del poeta estadounidense Delmore Schwartz (en la foto, frente al espejo), volumen que cuenta con traducción y epílogo de Albert Fuentes y Xavier Zambrano, y que publicó este año en Barcelona la editorial Alpha Mini.
En el inolvidable álbum The Blue Mask de Lou Reed (1982) aparecía la canción "My house" que nos remitía a los mejores momentos de Berlín, Coney Island Baby, Rock'n'roll Animal o Transformer, sus mejores trabajos tras la Velvet Underground. En esa canción, después de muchos años en punta de lo anticonvencional, Reed nos describía sosegadamente su lugar de reposo, su retiro, su beatus ille. Uno de los momentos más vibrantes de la canción era cuando un Reed pleno y maduro llamaba a gritos entre los muros de su casa al espectro de su viejo maestro ya muerto, Delmore Schwartz. Añoraba las estimulantes charlas con él y hubiera deseado continuarlas en un escenario de reposo como aquel. Delmore Schwartz daba clases a principios de los sesenta en la Universidad de Syracuse. Había nacido en 1913 y formaba parte del grupo de escritores que abandonaron el partido comunista americano antes de la Segunda Guerra nundial abominando del estalinismo. Cuando la guerra aún no había empezado, se necesitaba mucho valor para denunciar al régimen soviético desde la izquierda. Europeos como Sartre tardaron muchos más años en reaccionar. Varios de los predecesores de esa protesta, bajo la teoría trotskista de libertad artística, fundaron poco después, en 1937, la Partisan Review. A pesar de tal noble vitalidad y mejores reflejos que sus colegas europeos, mantenían la clásica admiración de las letras americanas por el mundo europeo. El eslogan del primer número fue europeizar la literatura americana. En él se incluía, como plato central, un relato breve de Delmore Schwartz que ahora, por fin, se publica en España. Es un relato de ritmo implacable en el cual sólo lastima el placer del lector que se acabe tan pronto. En un momento en que la literatura norteamericana estaba tensada entre dos prácticas (el estereotipo bíblico de Hemingway y el barroquismo de Faulkner cuya densidad de prosa siempre complica un poco la visualización de las cosas) Schwartz probó un camino diferente, de redefinición de la percepción y el ritmo. Un camino que luego transitarían Nabokov, Auden y otros. Diáfano, desnudo y preciso. Todos ellos elogiaron este relato. La tradición académica suele despacharlo como el primer retrato de familia judía americana, pero no hagan caso. En realidad es algo más amplio y obvio: un retrato implacable de una pareja de humanos interaccionando sus anhelos y fobias; reconocible aquí, en Croacia o en la República Popular China. Esa es su grandeza. Eso y su capacidad visionaria que empieza en el mismo título: En los sueños empiezan las responsabilidades. Lo que hoy llamamos expectativas. Por lo visto, existió una traducción en castellano hecha en la Argentina de 1945 para la revista Sur, que en principio firmó Borges aunque luego se retractó enigmáticamente del asunto. Schwartz murió solo y alcohólico, como tanto visionario perdió pie en este mundo. En España, apenas Roger Wolfe lo ha reivindicado. Aquí tenemos por fin una oportunidad de conocerlo gracias a la excelente y cuidada labor de Albert Fuentes y Xavier Zambrano que han trabajado el texto con el mimo y la obsesión de un artista. Decía Stendhal que escribimos para que nos lea en el futuro aquel tipo de seres a los que podríamos amar. Vale también para "traducimos". Tendrán un inevitable romance de ese tipo con este relato y su traducción.
El maestro partisano
En el inolvidable álbum The Blue Mask de Lou Reed (1982) aparecía la canción "My house" que nos remitía a los mejores momentos de Berlín, Coney Island Baby, Rock'n'roll Animal o Transformer, sus mejores trabajos tras la Velvet Underground. En esa canción, después de muchos años en punta de lo anticonvencional, Reed nos describía sosegadamente su lugar de reposo, su retiro, su beatus ille. Uno de los momentos más vibrantes de la canción era cuando un Reed pleno y maduro llamaba a gritos entre los muros de su casa al espectro de su viejo maestro ya muerto, Delmore Schwartz. Añoraba las estimulantes charlas con él y hubiera deseado continuarlas en un escenario de reposo como aquel. Delmore Schwartz daba clases a principios de los sesenta en la Universidad de Syracuse. Había nacido en 1913 y formaba parte del grupo de escritores que abandonaron el partido comunista americano antes de la Segunda Guerra nundial abominando del estalinismo. Cuando la guerra aún no había empezado, se necesitaba mucho valor para denunciar al régimen soviético desde la izquierda. Europeos como Sartre tardaron muchos más años en reaccionar. Varios de los predecesores de esa protesta, bajo la teoría trotskista de libertad artística, fundaron poco después, en 1937, la Partisan Review. A pesar de tal noble vitalidad y mejores reflejos que sus colegas europeos, mantenían la clásica admiración de las letras americanas por el mundo europeo. El eslogan del primer número fue europeizar la literatura americana. En él se incluía, como plato central, un relato breve de Delmore Schwartz que ahora, por fin, se publica en España. Es un relato de ritmo implacable en el cual sólo lastima el placer del lector que se acabe tan pronto. En un momento en que la literatura norteamericana estaba tensada entre dos prácticas (el estereotipo bíblico de Hemingway y el barroquismo de Faulkner cuya densidad de prosa siempre complica un poco la visualización de las cosas) Schwartz probó un camino diferente, de redefinición de la percepción y el ritmo. Un camino que luego transitarían Nabokov, Auden y otros. Diáfano, desnudo y preciso. Todos ellos elogiaron este relato. La tradición académica suele despacharlo como el primer retrato de familia judía americana, pero no hagan caso. En realidad es algo más amplio y obvio: un retrato implacable de una pareja de humanos interaccionando sus anhelos y fobias; reconocible aquí, en Croacia o en la República Popular China. Esa es su grandeza. Eso y su capacidad visionaria que empieza en el mismo título: En los sueños empiezan las responsabilidades. Lo que hoy llamamos expectativas. Por lo visto, existió una traducción en castellano hecha en la Argentina de 1945 para la revista Sur, que en principio firmó Borges aunque luego se retractó enigmáticamente del asunto. Schwartz murió solo y alcohólico, como tanto visionario perdió pie en este mundo. En España, apenas Roger Wolfe lo ha reivindicado. Aquí tenemos por fin una oportunidad de conocerlo gracias a la excelente y cuidada labor de Albert Fuentes y Xavier Zambrano que han trabajado el texto con el mimo y la obsesión de un artista. Decía Stendhal que escribimos para que nos lea en el futuro aquel tipo de seres a los que podríamos amar. Vale también para "traducimos". Tendrán un inevitable romance de ese tipo con este relato y su traducción.
martes, 23 de febrero de 2010
Revista virtual mexicana e importante diario español ocultan nombres de traductores
Tanto la revista digital mexicana Justa (cfr. el artículo que se presenta a continuación) como el diario español El País acaban de dar la noticia de la publicación de Vivir para contar, un libro con textos inéditos del escritor italiano Primo Levi, editado y prologado por Arnold I. Davidson y publicado por la editorial Alpha Decay. Uno y otro medio omiten el nombre de los traductores Albert Fuentes y Piero dal Bon, quizás dando a entender que el libro se tradujo espontáneamente. Lamentablemente, en caso de los Cuentos completos, fuera de la mención de Carmen Martín Gaite como traductora de uno de los libros que componen el volumen, ni en la página web de la editorial El Aleph, que lo publica, ni en ningún otro sitio de Internet hay noticia de los "traductores varios" que se ocuparon del resto del volumen.
Se edita en España libro
con textos inéditos de Primo Levi
A 65 años del término de la Segunda Guerra mundial y de la liberación de los campos de concentración antisemitas, la literatura reaviva una de las voces más importantes que describieron la vida dentro del holocausto, el italiano Primo Levi, quien sobrevivió del campo de exterminio de Auschwitz.
Las librerías españolas acaban de recibir Vivir para contar (Alpha Decay), libro que reúne textos inéditos en español creados poco antes de la liberación de Levi. Este lanzamiento coincide con la reciente publicación de sus Cuentos completos (El Aleph). Por su parte, Italia se une a la conmemoración de Levi con una exposición que reconstruye la amistad entre él y sus jóvenes compañeros, desde la promulgación de las leyes raciales en 1938, hasta la publicación de Si esto es un hombre, título emblemático en el que su autor describe la estancia dentro del campo de concentración.
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Literatura italiana,
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