viernes, 28 de noviembre de 2014

España, destino de las traducciones: "No es así"

Una noticia vieja ahora que empieza la Feria Internacional del Libro 2014. Publicada en Excelsior, de México, el 22 de agosto de este año, la noticia, con firma de Luis Carlos Sánchez, da cuenta de los escritores europeos que estarán presentes este año en Guadalajara. Lo interesante del caso es que acá se habla de publicarlos en Latinoamérica y no necesariamente de esperar que España los publique en un castellano ajeno –con derechos para toda la lengua– para después no distribuirlos o distribuirlos mal a precios estratosféricos.

Legión europea, de visita en la FIL

CIUDAD DE MÉXICO, 22 de agosto.- El panorama para la literatura europea en América parece haber cambiado. “Antes se pensaba quizás que con tener presencia en España y una traducción, eso era suficiente para entrar en el mercado de América Latina, pero ahora se ve que no es así”, afirmó Stephan Vavrik, encargado de negocios de la Unión Europea. 

Leena Parkkinen
Las editoriales que buscan dar a conocer sus autores en Latinoamérica, dijo, deben tener ahora una traducción en español de España y una traducción para América Latina y en ese trayecto, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) “realmente representa el continente de América Latina, que es un continente muy importante a nivel comercial” para los europeos.

Sasja Janssen
“Debido al tamaño y la importancia de la FIL no sólo a nivel del continente sino a nivel mundial que cada año es más fuerte, es importante para los autores estar aquí”. La relevancia de llegar al encuentro editorial más grande de habla española, agregó, incluye incluso la posibilidad de llegar al mercado estadunidense: “es necesario traer a los autores a este continente y también para las traducciones en inglés y llegar a los Estados Unidos, la FIL es el punto para entrar y salir en este mercado”.

Stephan Vavrik presentó ayer junto con Marisol Schultz, directora general de la FIL, a los 15 escritores del Viejo Continente que este año visitarán Guadalajara para participar en el Festival de las Letras Europeas que se realiza desde 2011 como parte de la feria.

Del 1 al 4 de diciembre próximo visitarán la FIL los escritores Olga Grjasnowa de Alemania, Xaver Bayer de Austria, Edo Popovi de Bosnia y Herzegovina-Croacia, Roman Simi de Croacia, Drago Jancar de Eslovenia, Ray Loriga de España, Leena Parkkinen de Finlandia, Antoine Volodine de Francia, Cynan Jones de Gales, Valerio Massimo Manfredi de Italia, Sasja Janssen de Países Bajos, Agnieszka Taborska de Polonia, Igor Marojevic de Serbia y Sara Bergmark y Mats Strandberg de Suecia.

Agnieszka Taborska
Carlos Ruiz González, consejero cultural de la embajada de España en México, afirmó por su parte que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara “es la feria internacional en español más importante del mundo, más importante que la del libro de Madrid o que la Feria Internacional del Libro de Barcelona, y todos los escritores españoles quieren estar aquí de una manera u otra”.

Stephan Vavrik agregó que la intención de la Unión Europea también es cultural, “queremos mostrar a Europa, que no únicamente es una cooperación económica o un proyecto político, sino que también tiene una historia cultural y una tradición que tiene tres mil o cuatro mil años de literatura”.

Con la intención de crear un puente más sólido con los autores europeos invitados, la lista de escritores generalmente se arma pensando en los que ya cuentan con traducciones al español: “Intentamos invitar a escritores que ya tienen una traducción en México, obviamente es más interesante para el público traer a alguien que ya pueda leer en español, además tenemos una traducción simultánea y se hace en español todo el encuentro. Intentamos apoyar a algunos autores que ya tengan obras en español y aumentar el número de obras que se pueden traducir, la idea de traer al autor a México es que tengan contactos a nivel profesional para tener quizás editores de otras casas, otras traducciones”.

Por su parte, Schultz dijo que “la literatura implica una gran diversidad, la literatura implica dar a conocer autores de muy distintos rincones del mundo, de distintos géneros, de distintas lenguas, de distintas procedencias en todos los sentidos, es de una gran satisfacción que se esté consolidando un encuentro de este tipo”.


jueves, 27 de noviembre de 2014

"En la traducción lo que importa es el idioma que leen los lectores"

Ryukichi Terao
“Responsable de las versiones al japonés de Vargas Llosa, Sabato y Gelman, el traductor y académico presenta ahora en castellano una novela de Kobo Abe, clásico de su país”, dice la bajada de la entrevista con Ryukichi Terao, publicada por Fabiana Scherer en el diario La Nación, de Buenos Aries, del día 20 de noviembre pasado.  

Ryukichi Terao: "Del japonés al español
no existe traducción literal; es imposible"

Kobo Abe era un provocador, un atrevido capaz de alejarse del cliché banal del escritor japonés y no suicidarse a pesar de sus sombras siniestras. Murió de un infarto mientras hacía el amor con su amante en Tokio, la ciudad en que había nacido.

"Una oveja negra". Así lo define Ryukichi Terao, el académico nipón encargado de traducir al castellano directamente del japonés las obras Idéntico al ser humano, El hombre caja, Los cuentos siniestros, Historia de las pulgas que viajaron a la Luna (y otros cuentos de ficción científica) y la novela de reciente aparición Encuentros secretos (las tres últimas editadas por Eterna Cadencia).

Contemporáneo de Yukio Mishima y Kenzaburo Oé, Kobo Abe, nacido en 1924, vivió de niño y adolescente en Manchuria (región ubicada al noreste de China entonces dominada por el ejército japonés). Fue allí donde se alimentó de la literatura de Occidente, de las palabras y de los universos creados por Melville, Swift, Carroll, Poe y Kafka. "Su punto de partida como escritor fue el deseo de crear mundos extravagantes como los de Poe y claustrofóbicos y fantasmales como los de Kafka", destaca Terao la pasión de esta rara avis en la literatura nipona, cuya voz se hizo conocida de este lado del continente por sus novelas La mujer de arena (1962) y El rostro ajeno (1964).

El reconocimiento que Kenzaburo Oé hizo público al recibir el Premio Nobel en 1994 y señalar que el galardón debió haber sido para Kobo Abe (fallecido un año antes) despertó un interés renovado por la obra de este autor bautizado el Kafka japonés, cuyas narraciones revelan, según Terao, "las profundas crisis del individuo, la esencia y la existencia humana".

El carácter experimental y la audacia narrativa de su obra son sus máximos atractivos. "Sus textos no se detienen en los colores locales, no tratan de explotar lo que es propio de Japón. Siempre se consideró a sí mismo un escritor del globo terráqueo -comenta el académico de la Universidad Ferris de Yokohama, traductor, investigador y doctor en Estudios Latinoamericanos-. Una de las mayores riquezas de Kobo Abe son sus metáforas, ese mundo hipotético, tal como le gustaba definirlo, ese universo que existe en paralelo a nuestra realidad. Es un autor que procura contrastar a los lectores con los retos sociales, culturales y tecnológicos."

-¿Qué obstáculos ha tenido que superar para abordar sus textos?
-Kobo Abe es un autor que no tenía ningún dominio de un idioma extranjero, o sea que su pensamiento está muy arraigado al japonés, por lo que muchas frases resultan intraducibles al español, conceptos que resultan imposibles de trasladar a otro idioma. Hice un trabajo de reconstrucción.

-Borges solía decir que el traductor es capaz de crear un obra literaria nueva.
-Borges era capaz hasta de cambiar el final [risas], de hacer una reinterpretación de la pieza. En la traducción lo que importa es el idioma de salida, el idioma que leen los lectores. Del japonés al español no existe una traducción literal, es imposible, por lo que es necesario de alguna manera convertir esos objetos intraducibles en algo legible. En este sentido, me permito hacer traducciones bastantes acrobáticas, con cierta libertad que está ligada al conocimiento que tengo sobre este autor que siempre he admirado. Si no se consigue traducir esos símiles se pierde gran parte de la riqueza del mundo de Abe. Lo mismo ocurre con las traducciones que van del español al japonés (vertió a Ernesto Sabato, Mario Vargas Llosa, Juan Carlos Onetti, Juan Gelman, Guillermo Cabrera Infante y José Donoso).

En la recientemente editada Encuentros cercanos (esta tarde, a las 19, se hará la presentación de la novela en la librería Eterna Cadencia), Kobo Abe vuelve a explorar sobre utopías fracasadas y la desolación de la vida moderna. "Y lo hace poniendo foco en lo pesadillesco del mundo de la medicina, un campo que conocía. Abe obtuvo su diploma de medicina con la condición de no ejercerla nunca. Y no lo hizo. El universo de los hospitales que conoció le sirvió para convertirlo en una metáfora de la sociedad. La novela se publicó en 1977 y aún mantiene esa vigencia en la que indaga sobre el conocimiento de uno mismo, los sistemas de vigilancia a los que estamos expuestos." "Una mañana de verano, llegó una ambulancia sin que la solicitaran y se llevó a la esposa del hombre", la frase sacude al lector al presentar la incansable búsqueda que llevará al protagonista de Encuentros secretos a adentrarse en una zona laberíntica y aparentemente sin sentido

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Última reunión del año con Omar Lobos y Alejandro González, traductores del ruso

"Oralidad, escritura y tradición en la recepción de la literatura rusa" fue el tema elegido por Omar Lobos y Alejandro González para cerrar nuestras actividades del año. La charla fue realmente excepcional y permitió ir más allá del tema convocante para adentrarnos en cuestiones como el respeto del traductor por el estilo del autor, los excesos de traducción y la milagrosa tarea de de encontrar en la propia prosodia las coincidencias con la prosodia ajena.

Quien desee ver la actividad puede hacerlo acá: http://www.ustream.tv/recorded/55826469


 Alejandro González nació en Buenos Aires en 1973. Luego de licenciarse en Sociología en la Universidad de Buenos Aires, realizó estudios de posgrado en Lengua y Literatura rusas, en la Facultad de Filología de la Universidad de Petrozavodsk, Rusia. Trabaja como investigador en filología rusa y como traductor literario y científico del ruso . Su extensa obra como traductor incluye buena parte de la obra de Anton Chéjov, varios títulos de Fiódor Dostoievski, Ivan Turguéniev, Vladimir Lenin, Lev Trostski, etc.

Omar Lobos nació en La Pampa en 1964. Es licenciado en Letras y docente de la cátedra de Literaturas Eslavas de la UBA. Ha traducido para Ediciones Colihue Crimen y castigo Los hermanos Karamázov, de Dostoievski, además de obras de Pushkin, Gógol, Maiakovski, Ajmátova y el teatro completo de Antón Chéjov.

martes, 25 de noviembre de 2014

"Ya está, me digo, me he vuelto loco"

La presente columna, que continúa la publicada en el día de ayer, fue escrita por el escritor y traductor español J. A. González Sainz (Soria 1956) para El Trujamán del 22 de noviembre pasado.

Una compañía sofocante

He tratado de exponer en la entrega precedente mi persuasión acerca de la esencial relación de extrañeidad que la tarea de la traducción guarda con la soledad. El traductor —vamos a seguir tirando del hilo— está a mi modo de ver y de sentir siempre acompañado en su trabajo, a veces bien acompañado y otras, que también puede ocurrir, menos bien o directamente mal; a veces poco acompañado y a veces mucho o incluso demasiado. La traducción puede ser también en ocasiones una compañía excesiva, sofocante.

Recuerdo que hace muchos años traduje Il silenzio del corpo de Guido Ceronetti durante un caluroso verano a poca distancia del mar. Ceronetti es escritor raro donde los haya, creador de una prosa abigarrada que, por mucho que uno se esfuerce, siempre se antoja mal traducida y en la que suele resonar una amplia gama de registros e incluirse toda suerte de elementos escatológicos, de detalles morbosos, plagas y purulencias y flagelos bíblicos y toda índole de los más variados y sabios rasgos del pesimismo europeo sobre el hombre, su planeta y su decaída y malparada humanidad. Pues bien, el sostenido ritmo de trabajo que me había impuesto, el intolerable grado de calenturienta humedad del mes de agosto junto al mar —decidí no volver a pasar ya un verano a menos de ochocientos metros de altitud— y la sofocante compañía de mi traducido llegaron a coaligarse hasta extremos que me costó sospechar, pero que ya nunca olvidaría en mi azacaneada vida traductora.

Una tarde, atosigado ya hasta más no poder por las úlceras de los cuerpos físicos y sociales que me encontraba traduciendo, por las calamidades y epidemias físicas y sociales pasadas y venideras y las nuevas plagas de Egipto que trae aparejada la nueva tecnología y los modernos hábitos de vida urbana, sin un adarme más de resistencia, sudoroso y asfixiado por el calor sofocante, dejo la traducción después de varias horas seguidas de labor, me sirvo un vaso de buen tinto, brindo por Gonzalo de Berceo y salgo con él —con el tinto— a la terraza. De repente, en la tarde bochornosa, no puedo dar crédito a lo que veo: caía ceniza sobre la superficie roja del vino. Incrédulo, levanto la cabeza y miro alarmado en derredor: estaba lloviendo ceniza. Minúsculas partículas de ceniza descendían lentamente por todas partes y yo extiendo el brazo, abro la palma de la mano y recojo algunos fragmentos. Es, efectivamente, ceniza. Ya está, me digo, me ha vuelto loco, Ceronetti me ha vuelto loco, con sus plagas y sus flagelos y purulencias Ceronetti me ha vuelto loco, su compañía sofocante en la sofocante tarde de verano ha podido conmigo y yo ya he dejado de ser el traductor para convertirme literalmente en lo traducido.

Recuerdo que entré, tiré el vaso de vino en el que flotaba a sus anchas la ceniza, lo enjuagué con un esmero desmesurado y me serví otro vaso que bebí al coleto. Después, sin dejar de mirar la lluvia que caía, corrí a llamar por teléfono a un amigo exterior a la traducción que vivía por allí cerca para tratar de hacer pie en el mundo anterior a ella. La traducción me ha trastornado, le dije, estoy viendo llover ceniza.

Se echó a reír. Se echó a reír y yo continuaba hundiéndome todavía más a cada segundo que pasaba. Pero la compañía sofocante de mi traducido —tuvo la caridad de informarme— no me había llevado a ese extremo: se había declarado un incendio en unos montes cercanos y el aire traía hacia allí las cenizas de los bosques calcinados. Por esa tarde dejé de traducir, necesitaba estar solo.

lunes, 24 de noviembre de 2014

"La traducción es lo contrario a la soledad"

J. A. González Sainz (Soria 1956) es un escritor, ensayista, profesor y traductor español. En esta última actividad, ha traducido a Emmanuele Severino, Guido Ceronetti, Daniele Del Giudce, Giani Stuparich y, fundamentalmente, a Claudio Magris. La siguiente columna fue publicada por El Trujamán el 7 de noviembre pasado. Tienen una suerte de continuación que se ofrecerá en el día de mañana.

La soledad del traductor

Miguel Sáenz es uno de los traductores contemporáneos del alemán al español que más admiro. Admiro su trabajo y admiro también a la mayor parte de los escritores que ha traducido y de cuya versión tanto me ha sido dado beneficiarme. Sus traducciones de Thomas Bernhard sobre todo, de Sebald, o sus nuevas versiones de Kafka figuran entre las lecturas que de veras me han importado y aprovechado en los últimos decenios, y, como yo, una generación de lectores en español asocia las obras de esos autores, queriéndolo o no, al trabajo de traslación y escritura de Miguel Sáenz.

Fruto de esa labor, por si fuera poco el aprecio general y la gratitud de los lectores de esas obras que figuran entre lo más relevante y granado de la literatura contemporánea en lengua alemana (y la traducción de un autor o una obra de verdad relevante es ya de por sí un galardón), fue la concesión, de la que se le hizo objeto hace unos años, de un doctorado honoris causa por la Universidad de Salamanca. No creo equivocarme si escribo que fue el primer reconocimiento de tal género y calibre que una universidad española tributa a la labor de un traductor como tal traductor, y no por ejemplo como escritor y, también, traductor. Enhorabuena al traductor, que bien ganado se lo tenía, y enhorabuena asimismo a la institución universitaria por su apertura, que ya venía haciendo falta.

Pero en su discurso de agradecimiento, Miguel Sáenz habló entre otras cosas de «la soledad del traductor». Y ahí, mi verdaderamente apreciado colega, no puedo por menos que discrepar.

Frente a lo que pueda parecer, las verdaderas discordancias, o tal vez las más fecundas, nacen justamente del aprecio, y no al revés. Y en la discordancia de las cosas —y a lo mejor también al mismo tiempo en el aprecio— se cuece siempre buena parte de lo más enjundioso de nuestras cosas humanas. Heráclito desde el principio y para siempre.

Pues bien, no creo —o no percibo— que haya nada más diametralmente opuesto que la soledad y la traducción, que la soledad y el traductor. Antes al contrario, entiendo que el traductor no está nunca solo de veras y que, hasta a veces, esa falta de soledad es, como trataré de ejemplificar aquí abajo o en otra entrega, un auténtico engorro. Por mi experiencia diré que el traductor no sólo no está nunca solo cuando traduce sino que incluso está demasiado acompañado. El autor, las palabras del autor, su escritura, no le dejan nunca en paz, se le pegan, se le pegan como una estupenda compañía o bien como un verdadero fastidio, pero se le quedan pegados como alguien de quien uno no consigue desembarazarse ni a sol ni a sombra. Eso es, el traducido no le deja al traductor ni a sol ni a sombra. Que éste lo quiera o no, que le satisfaga o atosigue, en nada invalida la cuestión de fondo, por cuanto los problemas que plantea cada palabra de la obra que traduce, su ritmo —¡ah su ritmo!—, su tono, su atmósfera, la personalidad y presencia del autor… acompañan al traductor quieras que no a todas horas, de día y de noche, cuando traduce y cuando no traduce pero sin embargo también traduce porque no tiene más remedio que estar con su obra y su autor pegaditos a su oído.

Ya Kafka aludió al hecho de que nadie está verdaderamente solo cuando trata con las palabras, y es verdad o eso me parece. La verdadera soledad es la ausencia de palabras, es haberse quedado sin palabras, lo mismo tal vez que la verdadera huida de los dioses es asimismo la huida de las palabras. Nos quedamos sin palabras, y es que ya estamos solos. El más drástico y último abandono es el de las palabras. Y el traductor siempre tiene que ver con unas palabras previas, de base, siempre está acompañado de palabras, de palabras que vienen con problemas pero también con un ritmo, con un tono, una atmósfera, unos sentidos. La traducción, si me apuro, es lo contrario de la soledad; siempre hay en la traducción por lo menos dos, siempre hay una compañía, la compañía del autor, la compañía de la otra lengua, la de la tuya resonando, siempre hay dos atmósferas, la del mundo del que se traduce y la del mundo en el que se traduce o al que se traduce, dos tonos, y el esfuerzo por hacerlos uno. Uno el mundo ya creado y el mundo en construcción. Y quien anda pegado además a un esfuerzo, anda también ya en compañía.


viernes, 21 de noviembre de 2014

Última actividad pública del año

El martes 25 de noviembre despedimos el año con una última actividad pública, en la sede Florida del Centro Cultural de España en Buenos Aires.

Lo hacemos a las 19 hs., con una mesa en la que van a participar Alejandro González y Omar Lobos, ambos traductores de literatura rusa.

La mesa tratará sobre “Oralidad, escritura y  tradición en la recepción de la literatura rusa”, y promete ser una de las más interesantes de 2014. Así que, ya saben, están todos invitados.

(para mayores datos, ver Próximas actividades, en la columna de la derecha)

jueves, 20 de noviembre de 2014

El SPET despide el año psicoanalíticamente

En nuestra última reunión del año, que tendrá lugar el martes 25 de noviembre a las 18:30 en el Salón de Conferencias del IES en Lenguas Vivas (Carlos Pellegrini 1515), la Prof. Sofía Ruiz se dedicará al tema Traducción en psicoanálisis, ¿traducción de psicoanálisis?”.

Una lectura de la revista LaPsus Calami (otoño 2014)

¿En qué consiste el interés del psicoanálisis por la traducción? ¿Desde qué lugares se la piensa? El grupo de trabajo “Perspectivas en psicoanálisis” (Convergencia, movimiento lacaniano por el psicoanálisis freudiano) dedicó el cuarto número de su revista LaPsus Calami a la traducción en psicoanálisis. A partir de la lectura de este número proponemos pensar algunos rasgos del discurso psicoanalítico sobre la traducción.

Sofía Ruiz es Profesora en Alemán (por el IES en Lenguas Vivas). Trabaja como docente en el nivel primario y medio y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (lectocomprensión). En el marco del Programa de investigación del Lenguas Vivas, participó del proyecto “La producción cultural de los países de habla alemana en traducciones argentinas” (2012-2013) con una investigación sobre la traducción de la obra de Sigmund Freud en Argentina. Su análisis de una traducción del ensayo de Freud “Los límites de la interpretabilidad” se publicará bajo el título “Nota al pie. Una traducción de Ramón Alcalde en los Cuadernos de la EFBA” (artículo aceptado por la revista Lenguas Vivas).

 Lecturas sugeridas

Arrojo, Rosemary. "Translation as an object of reflection in psychoanalysis", en: Kittel, Harald et al. (ed.): Übersetzung Translation Traduction (Part 1). Berlin: de Gruyter, 2004, pp. 171-175.

AAVV, LaPsus Calami. Revista de Psicoanálisis: La traducción en psicoanálisis. Nº4, otoño 2014.

“Entre dos lenguas… hay un cierto Aqueronte que atravesar. Conversación con Anabel Salafia sobre traducción”. Entrevistada por Verónica Cohen e Ilda Rodriguez (pp. 39-55).

“Conversación con Héctor Yanquelevich acerca de la actualidad de Lo imposible de traducir, diecisiete años después de su presentación”. Entrevistado por Ilda Rodriguez y Alejandra Ruíz (pp. 103-126).

“La traducción como política. Conversación con Ricardo Rodríguez Ponte”. Entrevistado por Adriana Bauab y Alejandra Ruíz (pp. 167-180).
  
A quienes confirmen su asistencia a través de nuestra casilla spet.llvv@gmail.com les enviaremos la lectura sugerida por correo electrónico. A los que quieran obtener un certificado de asistencia les pedimos que se acerquen a nosotros después de la reunión.

Por favor, no se olviden: Esta vez nos reuniremos un martes.


miércoles, 19 de noviembre de 2014

Hasta The Guardian advierte sobre el racismo de la RAE


El Diccionario de la Real Academia sigue siendo motivo de dolores de cabeza para los sufridos académicos. El lector de este blog dirá “más de lo mismo”. Sólo que esta vez se trata de un escándalo internacional. O así al menos puede verse al leer la siguiente noticia, firmada por Ashifa Kassam (y traducida por Julia Benseñor), publicada por The Guardian, de Londres, el pasado 29 de octubre. Nótese al final que la justificación esgrimida es la misma que se usó previamente para seguir ofendiendo a negros, judíos, mujeres y un largo etcétera.

El diccionario más antiguo de España en la picota
por equiparar “gitano” a “engaño”

El diccionario de más larga data ―y la voz más autorizada― en España ha provocado reacciones furiosas por haber definido “gitano” como alguien que engaña.

Después de trece años dedicados a actualizar las entradas, la Academia Real Española dio a conocer su 23a edición del diccionario español en una sombría ceremonia presidida por el rey Felipe VI y la reina Letizia a principios del mes de octubre.

La nueva edición eliminó una definición anterior del sustantivo y adjetivo “gitano” que le asignaba el significado de “que estafa u obra con engaño”, pero incorporó una nueva acepción que coloca a la palabra como sinónimo de “trapacero”, que significa deshonesto o timador.

La Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad alega que la definición es obsoleta y no hace más que alimentar prejuicios, por lo que está impulsando acciones como convocar a los españoles a respaldar la petición de que se elimine esa definición mediante la estrategia de subir fotos personales con mensajes dirigidos a la Academia en la página de Facebook del grupo.

“No se le puede poner un rótulo semejante a toda una comunidad, una cultura, un pueblo”, expresó María José Jiménez Cortiñas. “La entrada del diccionario convalida los estereotipos. Estamos pidiendo que la Academia, por una vez, se ponga a la vanguardia de la sociedad y elimine definiciones que solo sirven para marginar a nuestra comunidad”.

El grupo también está organizando una protesta la semana próxima frente a la sede de la Academia en Madrid. “La lengua tiene consecuencias”,  dijo. “Se trata de una institución de renombre internacional, de mucho peso, y tienen que hacerse cargo de sus acciones”.

Los grupos de gitanos de toda España vienen luchando desde hace años para que el diccionario de la Academia cambie la definición después de que la edición de 2001 incluyó como acepción de gitano “aquel que estafa u obra con engaño”.

El año pasado hubo festejos cuando los medios españoles informaron que esas quejas habían logrado que los académicos que estaban trabajando en el diccionario prometieran revisar la definición en la nueva edición próxima a publicarse.

Si bien la última edición contiene 5000 palabras nuevas e introdujo cientos de miles de cambios a definiciones ya existentes, “no cambiaron la definición de ‘gitano’ ”, continuó Jiménez Cortiñas.

La Academia no respondió al pedido de entrevista realizado por The Guardian. Pero al presentar la nueva edición a principios de octubre, el director José Manuel Blecua les dijo a los periodistas que “el diccionario tiene que ser científicamente correcto, y, si es posible, políticamente correcto, pero sólo si es posible”.

La Academia fue aún más clara al fijar su posición en Twitter. Cuando un usuario preguntó sobre la nueva definición de “gitano”, respondieron que el diccionario “no autoriza ni impone el sentido con el que los hablantes usan o han usado las palabras; sólo lo refleja”.


martes, 18 de noviembre de 2014

La alcaldesa Mariola Vargas se destaca como un chancro en un municipio madrileño

Los cráneos de la Real Academia tienen razón: ellos no hacen otra cosa que poner en el DRAE los sentidos que la gente les da a las palabras. Así lo ha dicho una y otra vez Darío Villanueva, secretario de la RAE, cuando, recientemente tuvo que hacerse cargo de los muchos cuestionamientos por la incorrección política de muchas de las definiciones aprobadas para el diccionario. Entre otras, por ejemplo, el término “judiada” con el sentido de “acción deshonesta, perjudicial e injusta”. Ahora acaba de demostrar la veracidad de su argumento –al menos para España, pero sin advertir que se trata de un españolismo (el DRAE sólo indica cuando se trata de "americanismos"– gracias a los buenos servicios de Mariola Vargas, alcaldesa de Villalba, uno de los tantos municipios de la Comunidad de Madrid. Así lo reseña elpúblico.es del 14 de noviembre pasado. Allí, reproduciendo un cable de la agencia EFE, puede leerse que la idiota ésta, para indicar que no era avara, dijo públicamente que no era “una perra judía”. Luego, para contrarrestar las muchas críticas recibidas, señaló que había utilizado “una expresión coloquial, muy madrileña”, lo cual, de ser cierto, convertiría a los madrileños en una piara de antisemitas. Lo interesante es que la noticia tuvo, hasta ahora, unos 96 comentarios, de los cuales reproducimos algunos. Es de notar que muchos otros, que no reproducimos, omiten meterse en la cuestión directamente –vale decir, nada dicen sobre el insulto hacia los judíos–, sino que se limitan más bien a denostar a la Vargas, por su pertenencia al PP, partido al que, permítasenos recordar, votaron mayoritariamente los españoles en las últimas elecciones generales.

La nueva alcaldesa de Villaba se disculpa
por haber dicho “perra judía”

La nueva alcaldesa de Collado Villalba (Madrid), Mariola Vargas, ha pedido "perdón" a la comunidad judía por haber utilizado la expresión de "perra judía" el pasado miércoles durante el "examen" que promovió esta semana la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, a los candidatos de su formación a las Alcaldías.

Durante esta "prueba" ante medios de comunicación y miembros de su partido, al ser preguntada reiteradamente por la pérdida salarial que la conllevaba estar en el Ayuntamiento, la ya alcaldesa lanzó en un determinado momento la expresión "No soy una perra judía". Seguidamente, reconoció que ganaba mil euros más al mes como médico.

En declaraciones a los medios de comunicación, tras jurar el cargo como alcaldesa de la localidad, Vargas ha señalado que ya ha pedido perdón "por escrito" a la Federación Española de Comunidades Judías porque utilizó una "expresión coloquial" que fue "muy desafortunada". "Utilicé una expresión coloquial, muy madrileña, pero muy desafortunada", ha reconocido.

"Sabéis que yo soy una mujer muy religiosa y mi doctrina me indica todo lo contrario, que tengo que rezar por todo el mundo. Cuando dije perro judío era una expresión coloquial, sin más", ha asegurado.

Preguntada por si se sintió como una "cobaya" al participar en el "examen" ha negado este extremo y ha señalado que las "medidas de transparencia" al principio "pueden resultar extrañas".


lunes, 17 de noviembre de 2014

Grandes editoriales independientes chilenas

La labor de todas las pequeñas editoriales independientes mencionadas en los días previos ha sido precedida por una serie de editoriales hoy decanas de la edición independiente en Chile.
  
“Desde su fundación en 1984, Editorial Cuarto Propio –se lee en el sitio de esta editorial dirigida por Marisol Vera– ha cumplido un rol decisivo en la difusión de un pensamiento crítico y una literatura, que configuran un cuerpo cultural indispensable.

Inspirada en el manifiesto feminista de Virginia Woolf y creada para dar salida al pensamiento crítico vetado durante la dictadura, nuestra editorial ha sido compañera de ruta de gran parte de los más destacados autores y autoras nacionales. 

Después de 28 años Cuarto Propio sigue el rumbo trazado fuera de los mapas dibujados por el mercado, aportando a la reflexión y a la creación más de 500 títulos publicados en Chile y el extranjero.”

Con librería propia en Esmeralda 752, Local B (Centro) y una distribuidora que además comercializa a numerosas sellos argentinos y peruanos, el catálogo de Cuarto Propio busca aportar al desarrollo de la investigación y del pensamiento crítico en diversos géneros y disciplinas tanto en el área humanista como de las artes en general. Asimismo, se interesa en las nuevas voces y en reflejar toda suerte de diversidad.

Acaso por su catálogo y dimensiones, pero también por su multiplicidad de intereses, por los muchos riesgos que corre y por su política de precios económicos en un país donde los libros son francamente caros, LOM recuerda, en cierta forma, al Centro Editor de América Latina.

Corresponde entonces comenzar hablando de LOM, la creación de Paulo Slachevsky y Silvia Aguilera que, con un catálogo vivo de más de 1.300 títulos, unas 80 novedades anuales entre títulos originariamente escritos en castellano y traducciones, dos librerías  propias y una afianzada cadena de distribución, es una de las mejores referencias que Chile le ofrece al mundo.

De acuerdo con la declaración de principios que ofrece en su sitio web, “LOM Ediciones nace en 1990 como un proyecto de carácter cultural que fomenta la lectura, la creación, la reflexión, la memoria y el pensamiento crítico a través de la palabra escrita.

Desde entonces, busca contribuir a reponer al libro como centro de nuestro quehacer, intencionando con ello procesos educativos, potenciando sujetos curiosos, con mirada crítica del mundo, que les permita transformarse y transformar sus prácticas y las de la realidad que les toca vivir, capaces de ser creadores y actores de su sociedad. De este modo, desde sus inicios, LOM se ha propuesto hacer del libro un objeto interpelador y transformador.

Hoy, con más de veinte años, LOM Ediciones ha publicado más de 1.300 títulos. Entre ellos se puede encontrar la más importante colección de poesía chilena, así como textos imprescindibles y fundamentales en las áreas de la historia chilena y latinoamericana, filosofía, ciencias políticas, sociología, psicología, novelas y cuentos, memorias y testimonios, teatro, literatura infantil y juvenil, investigación periodística, humor, fotografía y artes, pedagogía y educación. Libros que buscan siempre convocar a los más amplios públicos.

La actual presencia que LOM Ediciones tiene en la escena cultural chilena y latinoamericana, se debe no solo a que ha logrado conformar un catálogo que reúne a nuevos autores, a connotados creadores e intelectuales chilenos y latinoamericanos, y a destacados clásicos de las letras universales, dentro de una enorme diversidad temática; sino también porque ha logrado ser un proyecto independiente, coherente y  con una línea editorial consistente.

Tenemos la convicción de que el conocimiento y el acceso a la cultura es fuente de liberación, y que el libro debe ser un instrumento democratizador de nuestras sociedades. Por ello, desde los inicios, hemos apostado a una política donde nuestros títulos no tengan como obstáculo las capacidades adquisitivas de los lectores. Que el libro esté al alcance, tanto en forma, como en sus contenidos”.

Por su parte,Tajamar Editores nace el año 2002 con tres colecciones claramente definidas: Edición limitada (poesía), Narrativas y Alameda (ensayo, crónica, crítica literaria). En la actualidad, las tres colecciones iniciales se mantienen pero se ha sumado una de libros infantiles y educativos.

Desde un principio se buscó crear una editorial independiente con un perfil de rigurosidad tanto en la construcción de su catálogo como en el trabajo de edición de cada libro. Todo esto se ve reflejado en las magníficas ediciones que produce y en el extremo cuidado de sus traducciones, cuando éste es el caso. Así, autores como Cavafis, Scott Fitzgerald, Rimbaud, Jonathan Swift, James Miller o Rubem Fonseca (lamentablemente el sitio web no consigna el nombre de los traductores) alternan con lo mejor de la literatura chilena.

Finalmente, de acuerdo con su sitio web, “Aunque constituida en 1986, es a partir de 2003 cuando Ediciones Universidad Diego Portales se reestructura y crea una serie de colecciones que, rápidamente, la han situado como una de las editoriales más importantes del país, con numerosas reimpresiones y alcance internacional. Entre los propósitos de la editorial se encuentra, entonces, ya no sólo la publicación de textos de divulgación académica, sino también, y sobre todo, de obras literarias, filosóficas, humanistas y científicas de gran relevancia para el país y, no pocas veces, para todo el mundo de habla hispana.

Ediciones Universidad Diego Portales, que actualmente cuenta con la constante colaboración de destacados editores, diseñadores, fotógrafos y críticos, comenzó su renovación con la publicación de un libro inédito del incomparable poeta viñamarino Juan Luis Martínez, inaugurando así la colección Poesía, la cual se incrementó –y se sigue incrementando– con el rescate y la edición de libros fundamentales de Nicanor Parra, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Enrique Lihn y Claudio Bertoni, entre otros.

Huellas, por su parte, es una colección de puertas amplias pero exigentes: los ensayos literarios de José Donoso y Christopher Domínguez Michael, los escritos de Carlos Droguett y las conversaciones con Roberto Bolaño conforman, hasta hoy, parte del exclusivo catálogo.

Pensamiento Contemporáneo, en tanto, constituye el tercer flanco con que la editorial ha aumentado su alcance y renombre. Esta colección recoge la reflexión y la crítica de distintos pensadores, destacando los debates sobre el inconsciente, los diálogos con Raúl Ruiz, los ensayos de Clarence Finlayson y los estudios filosóficos de Roberto Torretti.

Con la idea de seguir ampliando las áreas temáticas abordadas por nuestra editorial, han surgido nuevas colecciones, entre ellas destacan: Bicentenario, Indicios, Biblioteca Joaquín Edwards Bello, Pensamiento visual y Vidas Ajenas. En vísperas del Bicentenario, hemos creado una colección que rescata parte de nuestra historia. De este modo, el primer libro publicado, y que constituye un pilar fundamental, es un contundente volumen que reúne las cartas de Diego Portales. La segunda colección tiene por objetivo traducir autores de la categoría de Samuel Beckett o Arlette Farge. La Biblioteca Joaquín Edwards Bello, por su parte, es un importante proyecto que pretende reunir, en más de diez tomos, las crónicas de este incomparable escritor chileno. La colección Pensamiento Visual está enfocada a establecer vínculos con la disciplina artística. Con el libro Textos sobre arte de Enrique Lihn, hemos iniciado la tarea de recoger una parte crucial e inexplorada en este ámbito. Por último, la colección Vidas Ajenas está destinada a recoger las biografías de destacados personajes como Benjamín Vicuña Mackenna o el escritor francés Pierre Drieu la Rochelle”.

Pese a la belleza de sus ediciones, existen con todo voces críticas. Hay quien dice que la editorial es una forma barata de publicitar a la UDP que, como todas las universidades en Chile, es privada y no necesariamente de las más económicas.. En todo caso, podría oponerse a ese razonamiento que ésa es una forma inteligente de administrar recursos antes que una falla. Sin embargo, hay otras dos cuestiones que vale la pena atender: en primer lugar, trabajando exclusivamente sobre autores consagrados, las ediciones UDP, a diferencia de sus otros colegas, no toman riesgo alguno y terminan siendo muy conservadoras; luego, el precio de los libros suele ser muy alto, no sólo para los estándares chilenos, sino para toda Latinoamérica. Si bien es cierto que el catálogo de poesía sólo incluye a autores probadamente consagrados y que en la elección de autores extranjeros latinoamericanos hay una cuota de snobismo ("sólo está lo que se va a usar esta temporada", dicen algunos con maledicencia), las ediciones UDP cumplen una función bien específica en el campo editorial chileno y, guste o no, resultan insoslayables.

Por supuesto que este panorama podría ser todavía más amplio. Se mencionan, sin entrar en detalle, editoriales como Metales Pesados, Palinodia, Kultrum (de Valdivia), Amapola, Mandrágora, La Polla Literaria, la extraordinaria Pehuén, etc., y las muchas prensas universitarias que en la actualidad están trabajando para lograr catálogos más ambiciosos y mejores. Sirvan entonces esta serie de breves entradas para despertar la curiosidad de los lectores y descubrir a éstas y a otras muchas editoriales trasandinas.











viernes, 14 de noviembre de 2014

Un panorama de otras pequeñas editoriales independientes chilenas presentes en la FILSA

Concluye hoy, seguramente con omisiones, este breve recuento de las pequeñas editoriales independientes chilenas, quedando para el lunes próximo la presentación de algunas de las más antiguas y, por catálogo y tradición, fundadoras del libro independiente en Chile.


Consultado especialmente sobre su editorial Alquimia, Guido Arroyo la presentó en los siguientes términos: “Alquimia ediciones es una editorial independiente que comenzó a publicar el año 2006  libros de forma artesanal. Desde el 2011 el sello está estructurado en colecciones de narrativa, poesía, ensayo, rescate patrimonial y artes visuales, publicándose entre 2011 y 2014 cuarenta y ocho títulos. Nuestro catálogo se caracteriza por publicar obras experimentales que problematizan los géneros literarios, procurando agregar detalles gráficos a los libros y una cuidada edición. Nuestro objetivo es operar como una morada para obras que inviten la relectura, mezclando autores consagrados con inéditos, pues lo que nos importa siempre es la calidad del texto. Para nosotros, una editorial es una forma de política. El simbolismo de nuestro nombre nos caracteriza: creemos que el arte de editar demanda un compromiso con los materiales que están en movimiento: el lenguaje, el conocimiento, la imagen y la posibilidad crítica del lenguaje. Publicamos obras que nos apasiona leer. Publicamos obras, que creemos resistirán un poco al fugaz paso del tiempo, que como decía Bolaño, hará que pronto nos olvidemos de Shakespeare”.
  
En Santiago también se consiguen los libros de Ediciones Tácitas, un sello enormemente sofisticado que alterna lo foráneo con lo propio. Un reciente artículo sobre las editoriales independientes chilenas señalaba: “Ediciones Tácitas (…) se caracteriza por fomentar traducciones hechas por chilenos al castellano chileno de variadas obras, tanto clásicas como contemporáneas; versiones rigurosas y anotadas de Platón, Tucídides, Catulo, Odiseo Elytis, Horacio, Guy Davenport, Tom Raworth”.

Cuadro de Tiza, en cambio, es una editorial independiente, que se dedica a la publicación de plaquettes de poesía y ensayo, y que inició sus actividades en el año 2010. Víctor Ibarra, Julieta Marchant y Nicolás Labarca –su creadores– señalan en su sitio web a propósito de la editorial: “Nos interesa, básicamente, la relación entre poesía y pensamiento. es decir, tratamos de elegir –para el catálogo de poesía– obras y autores que trabajen desde la sospecha y tal vez desde un cierto grado de opacidad en el lenguaje. Nuestra idea siempre ha sido publicar poesía que tensione, que conmueva y que también abra el universo múltiple de la lectura. Libros que parecen relampaguear cada vez que son leídos, que se entregan a la duda y que están lejos de la mera ocurrencia. desde el interés por ese vínculo entre poesía y pensamiento, comenzamos la colección de ensayo, abocada a la filosofía y la estética.”.

Lolita Editores, por su parte, dirigida por Francisco Mouat, nació en mayo de 2010. En su página web afirman: “Se trataba de crear un sello independiente donde pudiéramos publicar los libros que soñábamos. Teníamos una idea, no teníamos dinero. Formamos el Club de Amigos y Lectores de Lolita Editores y pudimos arrancar. Buscamos un primer título que rayara la cancha, y llegó a nosotros por una maravillosa sincronía: Luna en Capricornio, de María Inés Zaldívar. Un libro de poesía era el mejor modo imaginable de expresar nuestro deseo de primero querer a los libros, y después salir en busca de sus lectores”.

Por su parte, Ediciones Inubicalistas, de Valparaíso, comenzaron a funcionar en 2009 haciendo libros artesanales de poca tirada, portadas serigrafiadas y cosidos a mano en estrecha colaboración con los autores. Según una entrevista publicada en 2010 en elvendedordetierra.wordpress.com, con el poeta chileno Rodrigo Arroyo, “El nombre en sí viene de una revista que Felipe Moncada Mijic dirige, llamada La Piedra de la Locura, y en el cual se describe el Inubicalismo como una postura crítica e irónica frente a la literatura, o las escenas literarias que se van formando en el tiempo. La idea surge por tener un espacio que de cabida a textos o poéticas que, no todas en la práctica lo son, estén fuera de las líneas que dichas escenas suelen generar en su actualidad”. Allí Arroyo comenta que en su proyecto lo acompaña “un gran amigo, poeta y físico, Felipe Moncada, quien lleva cinco libros publicados (Irreal, Carta de Navegación, Río Babel, Músico de la corte, Salones) y ocho números de La Piedra de la Locura )”. Luego declara: “Vivimos y trabajamos en Valparaíso, en la casa. Hacemos los libros en forma artesanal; diagramamos con Pagemaker, que sí, está discontinuado, e imprimimos en casa. Usamos impresora de tinta líquida –inyección– y de polvo –láser–. Luego doblamos los cuadernillos impresos y cosemos los libros manualmente. Las portadas las hacemos con cartulinas de de colores y texturas diversas, imprimiendo sólo el título, con serigrafía, o bien en las mismas impresoras. El único trabajo externo es el guillotinado, que lo hacemos en imprenta”.

Otra editorial independiente que trabaja en regiones es la editorial Cinosargo, de Arica, que imprime sus libros en la ciudad de Tacna, Perú, con costos que les permiten editar entre 500 y 1.000 ejemplares de cada título. Por su posición fronteriza, esta editorial, que ha privilegiado géneros como el cómic, el terror, la ciencia ficción y el cyberpunk, distribuye internacionalmente y está en contacto directo con otras provincias del norte como Iquique, Antofagasta y Copiapó, además de ciudades de Bolivia y Perú.









jueves, 13 de noviembre de 2014

La Calabaza del Diablo, una consecuente editorial independiente chilena

Marcelo Montesinos
Considerada una de las precursoras del actual panorama editorial independiente en Chile, La Calabaza del Diablo cuenta con imprenta propia, funciona desde 1997 y ya tiene más de cien títulos, entre narrativa, poesía y memoria, arte y ciencias sociales. Dirigida primero por Jaime Pinos (1998-2003), Nicolás Cornejo (2008-2010) y Gonzalo León (2007-2013), su actual director editorial es Marcelo Montecinos.

Éste, en julio de 2013, publicó la siguiente columna en la Edición Nº 12 de El desconcierto.cl:

“Desde el año 2011 a la fecha, nuestra sociedad está viviendo momentos decisivos. La irrupción del movimiento social, expresado con mayor fuerza por los estudiantes, ha golpeado el tablero de nuestra clase política. Todo indica que vienen cambios profundos a partir de esa activación social.

El 2011 debe constituirse en un hito que indique la fecha de inicio que marque el final de la transición chilena. Si esta fuerza social logra cambiar la Constitución Política de 1980, podremos decir que finalmente nos estaremos deshaciendo de aquella legalidad política de amarre creada por la dictadura de Pinochet.

Considerando lo anterior como un precedente y un contexto necesario para analizar todo aquello que es expresión de las diversas formas de desarrollo de cualquier sociedad, es que se va haciendo urgente expresar nuestros puntos de vista. Esto en calidad de editores independientes. Unos más, otros menos, hemos ido configurando una nueva realidad y acumulando experiencias que nos ubican como actores importantes de un segmento cultural y, por qué no decirlo, también económico.

Hoy es posible hablar de una realidad editorial muy diferente a la de hace 15 años atrás. El medio ha constatado la llegada y construcción de un mundo editorial diverso al representado por las transnacionales. El llamado mundo de la edición independiente se las ha ingeniado para dar realidad a nuevas voces. Gran parte de la poesía y de la narrativa actual fluyen a través de la sangre de editoriales independientes. No es menor que la mayoría de los escritores contemporáneos estén formando parte de estos catálogos. Se está en presencia de una práctica diferente en relación al mundo del libro transnacional.

Permanecer en este costado, en el espacio construido por estas editoriales, reconocer pares en otras ciudades y latitudes, significa que en Chile ya se ha conformado una nueva escena del mundo editorial. Nueva escena que ha venido a revitalizar el medio; con sus catálogos, sus encuentros y mesas redondas y ferias del libro independiente, a la par de preocuparse por dar forma a una distribución en las redes de librerías. En fin, todo lo que colabora en la disputa por el espacio de la cultura y la industria del libro al poder hegemónico de esta economía. “Disputar”, pienso, es el verbo que debe conjugar un editor independiente.

Unos de los problemas en Chile tiene que ver con la escasez de librerías. Éstas figuran en cadenas de malls y puntos específicos de la capital. Obvio, un negocio obedece a datos puntuales y estadísticos, pero si sólo eso es lo que cuenta, no es sorpresa que este negocio, las más de las veces, termine convertido en un témpano. En una ocasión me tocó escuchar al editor de una transnacional decir que el mercado chileno del libro representa el lugar en donde termina la cadena del libro. Es decir, en esta perspectiva Chile no constituye un mercado atractivo, no posee autores importantes, tampoco libreros y menos editores. Nunca he olvidado esta aseveración, porque mi oficio es el de editor y porque, fundamentalmente, cualquier ser humano bien puesto debe rebelarse ante una afirmación tan destructiva. ‘Rebelarse’, pienso, es otro verbo que debe conjugar un editor independiente.

En este cuadro, vale la pena hacer valer la idea de cierta protección a este segmento de la industria nacional. Protección, no subvención por parte del Estado, pues se debe entender que la industria del libro tiene poco que ver con la venta de zapatos. En este contexto estamos hablando también de un bien cultural. Transmisor, si queremos, de cierta identidad que nos constituye como pueblo.

Puntos de venta del Estado, sustentados en la compra a editoriales independientes y que acrediten su aporte a la producción cultural nacional a un precio preferente, para que los catálogos estén integrados en nuevas librerías periféricas. Con ello se amplía una red de venta hacia sectores que no acostumbran a circular por los reconocidos como obvios. Que el Estado gestione librerías en espacios públicos, en donde cualquier lector de escasos recursos pueda tener a su alcance un libro de literatura chilena. Al mundo de la edición independiente, en estas circunstancias, no le molestaría hacer un trato con el Estado. Por ejemplo, a través de la venta por el plazo de un año de ejemplares del catálogo, y que si al finalizar ese tiempo aún hay títulos que no han tenido movimiento, tener la capacidad por nuestra parte de devolver ese pago anticipado que ha permitido mantener en funcionamiento la cadena de producción. En este caso, el Estado no subvenciona.

Esto que se plantea tiene un trasfondo no menor, y dice relación con ir avanzando en la generación de un Registro Nacional de Editoriales, al cual debieran poder optar aquellas que posean un catálogo mayoritariamente constituido por autores chilenos y cuyas casas matrices se encuentren en el país, para evitar que el Estado siga subsidiando, a través de sus distintos fondos concursables y programas de apoyo, a las filiales de las trasnacionales de la edición instaladas en el país.

Pensamos que a esta altura insistir en que el eje de la discusión del valor del libro y su poca venta apunta sólo a restringir el 19% del IVA es desviar el foco de atención, pues se sabe que el alto valor de las ediciones, entre otros motivos, también tiene que ver con el tiraje. Va siendo hora de olvidarse de las grandes tiradas tipo Quimantú (1970-1973), por ejemplo.

En esta perspectiva, otro elemento que parece necesario es que el valor de las ediciones figure en la portada, para evitar depender de lo que cada dueño de librería y su criterio definan como precio de venta final, el que es independiente, muchas veces, del Precio de Venta a Público (PVP) que el editor fija.

Es éste un momento muy importante en muchos aspectos para el país. En el mundo de la edición independiente se están produciendo movimientos que indican un mejor presente y futuro. El momento actual exige proponer modos de actuar menos simbólicos. No necesitamos de editores que no editen, menos que terminen convertidos en meros operadores del mundo del libro. El tiempo presente y el que viene necesita de actores comprometidos con su oficio; no habrá espacio para especulaciones”.

La Calabaza del Diablo ha presentado en la última Feria del Libro de Santiago de Chile una notable serie de traducciones. Se trata de El bebe de la muerte, de Anne Sexton (traducción de Verónica Zondek), Los sonidos diminutos, de T.E. Hulme (versión de Marina Popea y Fernando Concha), La Roca, de Wallace Stevens (versión de J. M. Silva Barandica), Work Songs, de Patti Smith (versiones de Rodrigo Olavarría) y Kadish y otros poemas, de Allen Ginsberg (versión de Erik Martínez).

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Cuneta Ediciones y Das Kapital: dos jóvenes editoriales chilenas independientes

Publicada por la revista Tapiz, el 22 de mayo de este año, la siguiente entrevista de Roberto Doveris se ocupa de la Editorial Cuneta, una de las que forma parte de la Furia de la Edición.

Publicaciones independientes que refrescan 
el panorama literario en Chile


Les pregunté a mis amigos aficionados a la literatura qué entrevista les gustaría leer en Tapiz, y me recomendaron ir directo a los chicos de Editorial Cuneta. ¿Por qué? Pues porque son una editorial independiente con uno de los catálogos más interesantes del panorama chileno, y además porque son los fundadores de la Furia del Libro, evento que reúne a las editoriales independientes y a los escritores jóvenes. Sí alguien conoce qué es lo que está ocurriendo con los escritores locales, son ellos… acá les copio un resumen de quienes son y la conversación que tuvimos.

Galo Ghigliotto – Director /
Gerardo Valle – Asistente de Dirección /
Francisco Ovando – Narrativa /
Lucas Costa- Poesía / 
Ian Campbell – Diseño

Partamos del principio para quienes no los conocen, ¿cómo se inicia el proyecto de Editorial Cuneta?
–Galo: Cuando empezamos con el proyecto la idea era hacer una editorial para publicar libros de forma pirata. Habíamos visto como en Argentina estaba ocurriendo ese fenómeno, publicaban traducciones de autores imposibles de encontrar en las librerías, y nuestra idea era hacer eso, entremedio surgió la idea de reeditar libros que no se encontraban en ningún lado. Por eso el logo es un encapuchado. Publicamos a Pasolini, a Bolaño, a Jaime Saénz, y luego comenzamos a publicar cosas inéditas.

¿Y esas primeras publicaciones piratas, donde las vendieron?
–Galo: En la furia del libro. En el 2008 yo estaba en otra editorial y tenía la idea de Cuneta en la cabeza, y con Arturo Aguilera (diseñador) echamos a andar el proyecto, aprovechando la posibilidad de La Furia del libro,  además de internet. Nunca pensamos pasar por librerías, así que comenzamos esa Furia del Libro con las editoriales independientes, armamos un lote de 18 y se armó una red de trabajo inmediata.

¿Cómo es esa red en Chile? Muy incipiente?
–Galo: Mira, es joven pero organizada porque existen gremios. 

¿Cuál sería la diferencia entre una editorial independiente y otra que no lo es?
–Galo: El tema de la independencia está en cuestión, últimamente. De hecho hoy es un valor agregado; acá en Chile tiene una connotación de calidad,

O sea es una diferencia cualitativa, no cuantitativa. 
Galo: Sí, hay un montón de editoriales autodefinidas como independientes operando como cualquier editorial. Hace poco tuve una pelea con un tipo en Internet, porque decía que él editaba en su editorial a todo el mundo, pero en realidad él prestaba un servicio de imprenta, no una editorial.

–Francisco: La diferencia pasa también por el catálogo. Hay un planteamiento, una idea estética, una línea editorial en el fondo. Identidad. No se trata de textos comerciales, es un afán de publicar cosas interesantes.

¿Qué pasa con la autoedición?
–Gerardo: O sea… editarse a sí mismo no. Editar las cosas que te parecen mejor y que crees que deberían salir, sí.

–Lucas: Publicar los libros que te gustaría que se publicaran, a la larga. O sea, cobrarle a un autor por editar un libro es cualquier cosa menos una práctica editorial. Una editorial tiene una línea, un punto de vista, un catálogo.

Si hay gremios y están organizados, me imagino que deben tener un punto de vista sobre las políticas públicas del libro (o la falta de ellas). Nos podrían contar cómo es el panorama, para los que estamos menos metidos en el mundo editorial…
–Galo: Hay 3 gremios principales. El más antiguo es la cámara del libro, que agrupa a todos los que comercian con el libro (librerías, editoriales, distribuidores, etc), después viene la Asociación de Editores de Chile, creada en los noventa y con la idea de agrupar editoriales independientes y también algunas editoriales universitarias, y el tercero es la agrupación de editores de La Furia, creado por nosotros. El año pasado trabajamos en conjunto presentando peticiones a los candidatos presidenciales, y ahí se les solicitó a todos la eliminación o una rebaja al IVA del libro, mayor facilidad para la difusión, etc.

¿Hasta ahora esas políticas son desiertas? ¿Un libro es como un yogurt en el mercado?
–Galo: Sí. El comando Bachelet de las seis medidas que presentamos tomaron 5, salvo la eliminación del IVA. Ahí uno se da cuenta que ese es el gran problema que hay en Chile. Lo que más queremos en este minuto es fijar un precio único, precio en tapa, para evitar la especulación, protegiendo el libro y que no se disparen los precios.

–Francisco: Para Cuneta algo así sería ideal, nuestro objetivo es poner el acceso a libros de calidad. Por eso sacamos colecciones baratas, y al no tener la protección del precio los libreros podrían lucrar con nuestros libros libremente.

Respecto a la calidad del libro y la vocación hacia el lector, ¿cómo opera la selección y el criterio para escoger a los autores de Cuneta?
–Gerardo: Tenemos cinco colecciones. Plan Maestro (Narrativa), Almácigo (Narrativa emergente), Menos es Mas (Poesía), Ourobóros (Reediciones) y Traducciones (Poesía internacional).

–Galo: Lucas es el que dirige el catálogo de “Menos es Más”, él busca los textos y entre todos los comentamos. Nos gustaría organizar mejor la llegada de textos, porque recibimos mucho material.

–Francisco: Queremos hacer un llamado el segundo semestre de este año para el 2015. Ahí se ven los trabajos que alcanzan nuestro criterio editorial, y algunos se comentan para que el autor los trabaje. Si el texto viene con poco trabajo puede rechazarse sin comentarios.


Pero más allá de bueno o malo, me gustaría conocer cuál es la segunda capa de la selección. ¿Qué buscan encontrar uds. en los textos?.

–Lucas: Yo por ejemplo, busco encontrar cosas poco exploradas en Chile. Por ejemplo ahora vamos a publicar “Trasatlático” que es un poema largo, algo poco trabajado en la poesía chilena. Está muy bien hecho y es interesante para el panorama actual, por eso uno pone el ojo en esas cosas. Uno tiene que pensar en qué va a incidir un libro en nuestro contexto.

Hablando del contexto nacional, ¿qué relación tienen ustedes con la novísima poesía chilena?
(Nadie responde)

¿Ninguna?
–Galo: Yo llegué en medio de la novísima y la verdad es que hoy ya no hay ninguna relación.

–Lucas: Los años igual hablan por sí solos. Como que los textos ya se cayeron por su propio peso. Hay cosas más interesantes, y además andar con esas cosas de pandillas es un poco fome.

–Galo: ¿Y nosotros? (Risas)

–Francisco: Mira, hay literatura demasiado interesante hoy en día y no están ligados a la novísima, eso es todo.

Y en narrativa, ¿cómo está la cosa?
–Francisco: En Almácigo tenemos la prerrogativa de publicar primeras obras. La narrativa joven es un espacio súper difícil, a los escritores les cuesta mucho ser publicados. Así como dice Lucas, lo primero que uno ve en un texto es la apuesta, tomarle el riesgo de ese texto, algo inherente al narrador joven.

–¿Y en esa sección está todo por hacerse no?
–Francisco: Si, se viene Carlos Araya inminentemente, y varias sorpresas más durante el año. Eso es lo que estamos haciendo, leyendo muchas propuestas para tener el mejor catálogo posible.

Me llamo la atención que estuvieran reeditando a minas potentes de los años ochenta y noventa. Carmen Berenguer, Elvira Hernández, Soledad Fariña y Alejandra Costamagna. Tiene que ver con que hay alguna tradición machista en las editoriales?
–Galo: Los textos potentes de los ochenta fueron escritos por mujeres.

–¿Por qué no se habían reeditado entonces?
–Galo: Porque no son comerciales. Ese es el tema, justamente ese es nuestro punto en la editorial, poner a disposición de los lectores aquello que no se encuentra, y eso se aplica tanto para autores nuevos como para textos importantes del pasado.

El trabajo de diseño de los libros de la editorial tiene mucha personalidad.
–Ian: Cuneta parte con Arturo Aguilera en diseño, y él tiró las líneas de la gráfica con un sello bastante propio, utilizando principalmente el collage. Eso le imprimió una identidad a la editorial súper fuerte, grabándose en la memoria de las personas. Yo seguí ese sello.

No te pasa que con autores siempre llegan con ideas demasiado claras con lo que quieren en la tapa del libro.
–Ian: Siempre es un diálogo, y las ideas son bienvenidas, pero el collage siempre es nuestro leit motiv. Acá en la oficina hay una caja, una suerte de baúl de imágenes, donde todos traemos recortes y cuando tengo que diseñar saco desde ahí las cosas. O sea el collage es súper material, obviamente hay correcciones digitales, pero el trabajo comienza de forma súper artesanal.

El collage dialoga bastante con el concepto de “cuneta”
Ian: Sí, es el sello que tiene nuestra editorial también, desde su nombre hasta sus principios.

Chicos, muchas gracias por la entrevista y suerte en todas las publicaciones que tienen agendadas para el año, estaremos atentos!


Das Kapital

Camilo Brodsky
“Das Kapital Ediciones es un proyecto que se sustenta en la certeza de que la base del circuito editorial son los autores y lectores que rodean, circulan y dan vida al texto. El acto liberador de la literatura es, para nosotros, un ejercicio democratizador, que debe apuntar a enriquecer culturalmente a sus actores y a la sociedad en su conjunto. En eso estamos. Tratando de emprender ese camino. Nuestra editorial está conformada por Camilo Brodsky en la dirección y Tania Encina V. en la edición general.”

Publicado en La Nación Domingo, un reportaje de Fernando Cea sobre algunas editoriales “independientes”, o microeditoriales, entre las cuales aparece mencionada Das Kapital y citado nuestro director, herr Brodsky. Como aparece más bien tangencialmente el asunto de nuestra posición como editorial frente a distintos temas en el artículo en cuestión, y como una forma de aprovechar el envión para compartir algunas de nuestras ideas sobre la labor editorial, les dejamos acá el cuestionario in extenso que respondió Brodsky para la realización del reportaje, y que por razones obvias de economía mediática se redujo a un par de líneas. El reportaje publicado por LND lo pueden leer siguiendo este link.

¿Cómo nace Das Kapital ediciones y a qué problemas se enfrentó en un comienzo?
–Varios de nosotros veníamos hace rato trabajando en el tema editorial, por distintos lados. Tania Encina y yo estuvimos vinculados durante años a Cuarto Propio, Galo Ghigliotto venía de Mantra, y Varinia Brodsky trabajó el tema producción editorial en el MAC. Además, al menos tres de los socios llevábamos un tiempo metidos en la cosa literaria (Guillermo Valenzuela, Galo y yo), por lo que había también una red de contactos que nos parecía podía ser, como ha sido, nuestro principal capital a la hora de pararnos con un  proyecto editorial que tenía como uno de sus ejes el desarrollar una relación estrecha con sus autores, en términos de edición, seguimiento, difusión, etc. Respecto de las dificultades, yo creo que lo central es la precariedad con que se empieza en esta pega, y que tiene que ver con la ausencia casi absoluta de una legislación y de herramientas estructurales (legales, tributarias) que sirvan de apoyo para la indsutria editorial nacional. Y aquí no me refiero sólo a las editoras chicas como la nuestra, sino a todas las que deben vivir la indolencia e incluso la prepotencia de las trasnacionales agrupadas en la Cámara Chilena. Ahora, este tema tiene que ver también con que desde el Ejecutivo no existe una política cultural, no ha existido la voluntad de proyectar una política cultural, sino que más bien se traspola la lógica licitadora del laguismo y se entrega a privados, fondos concursables mediante, la ejecución del proyecto cultural.  Eso es no hacerse cargo de los requerimientos de una política cultural. No se puede pretender que los centros culturales, las bibliotecas comunitarias y otras iniciativas de las cuales el Estado debiera hacerse cargo de manera más directa, deban competir por recursos con los autores, las editoriales o las universidades; no es coherente que la mayoría de las editoriales nacionales, acorraladas por las transnacionales y el IVA, tengan que depender de las licitaciones del Mineduc y otros fondos para financiar sus líneas de edición poco rentables, como la poesía y el ensayo, principalmente de autores nacionales. Acá lo que corre es la ley del mercado pura y dura, sin muchos matices, y eso en ninguna parte puede ser considerado una política pública, menos aún en el ámbito cultural.

¿Cuáles son las colecciones de su catálogo, dónde está puesto el énfasis?
–No es nuestra intención restringirnos en este tema. Si bien lo más probable es que en un principio el énfasis lo pongamos en obras de autores nacionales, principalmente narrativa y poesía, no desechamos para nada el abrirnos a otras áreas, como lo demuestra nuestra voluntad, al menos, de levantar una colección infantil y juvenil, así como una línea de cómic y pronto, ojalá, una de pensamiento social, por ejemplo. Otro tema que nos llama fuertemente la atención es multiplicar las traducciones propias, tanto de clásicos como de autores contemporáneos, pues nos parece central “abrir cancha” en ese sentido, permitiendo de paso que los propios autores nacionales tengan un mayor acceso a obras escasas en el mercado chileno, o directamente prohibitivas por sus precios, fijados desde las trasnacionales y castigados por el IVA y los impuestos de internación.

¿Cuál sería la identidad (o los puntos fuertes) de Das Kapital como editorial independiente, y en el fondo qué es ser independiente en Chile a tu juicio?
–A mi eso de ser o no independientes me parece más un eufemismo que otra cosa. O sea, ¿independiente de qué? Se quiera o no, para sostener un esfuerzo editorial no subsidiado, es necesario operar con criterios comerciales, al menos en parte. El que diga otra cosa, se está engrupiendo solo. Y el problema de eso es que, al trabajar la mayoría de las microeditoriales con autores nacionales y en líneas de bajo impacto comercial, como la poesía, los costos muchas veces se traspasan a los autores, que terminan pagando por sus libros. Esto, lamentablemente, es muy difícil de revertir en el cuadro actual. Sin embargo, hay que buscar los mecanismos para lograr la única independencia real que se puede alcanzar en el rubro, que es la económica. Otra cosa es que la mayoría de nosotros tendemos a identificarnos con un concepto más bien vinculado a la autogestión y la independencia política e ideológica respecto del monopolio neoliberal que tiende a regir la cultura y el país, por ejemplo a nivel de medios, y en ese punto hay distintas apuestas. Para nosotros, en ese plano, aparte de ser  central el trabajo con los autores, es imprescindible tratar de posicionar una práctica editorial y cultural liberadora, democratizadora, y ahí no hablamos solo de los títulos a publicar, sino de iniciativas concretas. En nuestro caso, por ejemplo, y siempre que haya acuerdo con el autor al respecto, impulsamos el uso del copyleft, por sobre el copyright, lo que implica que la mayoría de nuestros libros incluyen una nota en que se explicita que su reproducción y difusión, citando la fuente, el autor y la editorial, es de libre uso, siempre que no sea para usos comerciales. Y también buscaremos los mecanismos que nos permitan, a través de nuestras colecciones o de parte de ellas, que nuestras publicaciones puedan ser adquiridas a precios  menos prohibitivos que los que el mercado te impone para la mayoría de los títulos, cosa que también hace la mayoría de las editoriales con las que tenemos relaciones de amistad, como Ripio Editores, Editorial Fuga, La Calabaza del Diablo, etc.

¿Son las editoriales independientes un gremio cohesionado, hay espacio para ellas (me refiero a público)?
–No sé si aún dé para hablar de “gremio”. Una cosa son los colegas de Editores de Chile, que están en un plano digamos “superior”, principalmente en términos de instalación, distribución, y que por lo mismo han construido una relación con la institucionalidad por decir lo menos ambigüa, principalmente porque algunas de esas editoriales dependen de los recursos del Estado para mantenerse a flote. Por otra parte, y respecto del tema del público de nuestras editoriales, lamentablemente la ausencia de políticas efectivas de fomento de la lectura hacen que, generalmente, estemos relegados a compartir un micromercado, constituido principalmente por la gente vinculada al tema literario de manera directa, como autores, críticos, académicos, etc., lo que obviamente restringe el impacto cuantitativo de nuestro trabajo, pese a que, desde el punto de vista cualitativo, es desde las editoras nacionales que han venido surgiendo los autores y las obras que hoy constituyen la parte más importante y relevante del mapa literario.
¿Cómo proyectan el trabajo a corto y largo plazo, qué falta consolidar?
–El tema de las proyecciones, en buena medida, está muy tensionado por la precariedad económica, que es el primer escollo que encuentras. Por esto, acá más que de proyecciones, en tanto planes de trabajo a firme, lo que está puesto en juego es la voluntad de mantener una producción editorial lo más constante posible y con estándarse de calidad, en contenido y forma, lo más profesionales que sea posible, que es nuestro principal objetivo en términos concretos hoy.

Publicaciones que realizarán de aquí a fin de año.
–Son varios los proyectos que tenemos en carpeta, y en distintas áreas. De momento, el énfasis de aquí a fin de año va a estar fundamentalmente en poesía, donde vienen al menos tres libros, entre ellos uno de Tomás Harris y la reedición de Idioma del Mundo, de Pablo de Rokha, proyecto con el que Galo ganó un fondo concursable del Consejo del Libro.  Esperamos además poder reeditar este año La estrella negra, de Gonzalo Muñoz, un libro que nos parece clave en la poesía de los años 80 y que ya tenemos conversado con Gonzalo, y comenzar con nuestra colección infantil, en la que está trabajando Tania. También vamos a comenzar una serie de plaquettes, por llamarlas de algún modo, que nos debieran permitir generar ediciones de bajo costo, con títulos de calidad y a un precio lo más asequible posible, de manera de asegurar uno de los puntos centrales de nuestra concepción de la labor editorial, que es aportar a la democratización de la cultura a pesar de las trabas presupuestarias, políticas y burocráticas que encuentra este tema. Y ya para 2010, estaríamos publicando, para empezar, la segunda novela de Guillermo Valenzuela y un libro de cómic, de Claudio Álvarez .


Sobre el conflicto entre la Cámara y los editores independientes con respecto a la próxima Feria del Libro, ¿qué postura tienen?
–Como te decía antes, el conflicto terminó teniendo una salida precisamente por el expediente de que la mayoría de las editoriales en conflicto terminaron “agachando el moño” a pedido del Gobierno, que a través de la ministra Urrutia presionó para no “aguar” la Feria, para evitar el riesgo de terminar con un conflicto en Cultura a un mes de las elecciones. En ese sentido, no me toca a mí tomar partido, menos aún cuando los propios involucrados bajaron sus banderas. Ahora, en términos más generales, me parece lamentable que desde el estado se financie en buena medida una iniciativa que, en defintiva, es un negocio de privados, en este caso de los asociados a la Cámara Chilena, que disfraza bajo rótulo de “fiesta de la lectura” un lucrativo monito económico, donde se cobra entrada, se venden auspicios y se pone en funcionamiento toda una máquina de hacer plata que finalmente no ofrece mayores oportunidades, por ejemplo, a las editoriales como las nuestras, marginadas de facto de la Feria por el precio de los stands.

Por último, ¿qué es lo que más se reciente en la labor de editor (a)?
–La precariedad, la falta de visión del Estado en materia cultural, la hegemonía de los intereses de las trasnacionales por sobre el fomento de la obra de autores nacionales de calidad y de una industria editorial nacional que perfectamente podría cumplir un rol central en la elaboración y ejecución de políticas culturales más inclusivas, democráticas y masivas.