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martes, 15 de diciembre de 2020

El agente literario Daniel Schavelzon es otro que opina

El 10 de diciembre, Daniel Gigena publicó en el diario La Nación, de Buenos Aires, una nota y entrevista con el agente literario Guillermo Schavelzon, donde se habla, entre otras muchas cosas, del futuro del libro.


“Las librerías, como las escuelas, nunca sobran”

Después de décadas de trabajar primero como librero y luego como editor en la Argentina, México y España, Guillermo “Willie” Schavelzon (Buenos Aires, 1945) fundó en Buenos Aires una agencia literaria. Debido a la suma de circunstancias personales y la internacionalización del negocio del libro, se trasladó a Barcelona, una de las capitales del libro en lengua española, y se asoció con Barbara Graham. La agencia literaria Schavelzon–Graham representa la obra un centenar de escritores de ficción y no ficción (la mayoría en lengua española) o de sus herederos, como en el caso del uruguayo Mario Benedetti, Leopoldo Brizuela y Juan José Saer. Entre otros, Claudia Piñeiro, Martín Kohan, Jorge Lanata, María O’Donnell, VladyKociancich, Agustina Bazterrica y Juan Sasturain, el colombiano Santiago Gamboa, la peruana Grecia Cáceres y los chilenos Pablo Simonetti y Óscar Contardo figuran entre los que delegan sus asuntos comerciales a Schavelzon–Graham.

 

En 2005, junto con la filial local del Grupo Planeta y el escritor Ricardo Piglia (cuya obra hoy representa), Schavelzon fue condenado por la Justicia argentina a pagar una indemnización al escritor Gustavo Nielsen por el affaire en torno de Plata quemada. Nielsen, finalista del Premio Planeta con La flor azteca, denunció que el premio había sido “arreglado” en favor de Piglia. La Justicia determinó que había existido predisposición del premio en favor de la novela basada en la historia real del asalto a un banco bonaerense, contratada desde 1994 por un sello del grupo editorial. Aquel episodio de 1997 fue el comienzo del fin de los días de Schavelzon como director editorial de Planeta y el preámbulo de su debut como agente literario.

 

Además de desempeñar su tarea (y muy bien, según afirman varios de los autores que representa), Schavelzon es alguien que piensa acerca del mundo del libro, que anticipa debates y discute lugares comunes de la industria. En su blog, dedicado a la edición, los libros y los escritores, publica artículos sobre el mercado editorial, el oficio de editor y la “cocina” de los éxitos literarios. En el más reciente, que lleva el apocalíptico título de “El fin del concepto de publicación, tal como lo entendíamos hasta ahora”, reflexiona sobre las consecuencias de la forzada (por la pandemia) reconversión digital. Desde Barcelona, y días después del miniescándalo protagonizado por su colega estadounidense Andrew Wylie, la Nobel de Literatura 2020, LouiseGlück, y el editor español Manuel Borrás, Schavelzon responde las preguntas de La Nación

 

–¿Cómo viviste este año de pandemia en lo personal y desde lo profesional?

–Tratando de comprender lo incomprensible, y con mucho trabajo para tratar de entender el futuro del mundo del libro.

 

–El libro electrónico no cambió finalmente la industria del libro. ¿Lo hará la creciente digitalización?

–El libro electrónico, que parecía la gran amenaza del libro de papel, no logró cuotas de mercado significativas. Al igual que el audiolibro, es un soporte más, bienvenido, porque suma al total, aunque no alcanza a reemplazar la pérdida de ventas de libros de los últimos diez años, que es muy elevada. El libro estaba en crisis antes de llegar la pandemia, que encontró a todos ya muy debilitados.

 

–¿Qué hace exactamente un agente literario y en qué beneficia la carrera de un escritor?

–Un agente literario es un profesional al servicio del escritor, cuyo objetivo es conseguir el mayor número de lectores posibles, en todos los países, idiomas y soportes, incluidos los audiovisuales, tan importantes en este momento. Todo esto no puede darse al mismo tiempo, ni rápido, ni para todos, es un trabajo de acumulación que alguna vez hay que comenzar. El agente es un gestor, los objetivos son siempre de máxima. Esta es la teoría, la práctica es más compleja, intrincada y personalísima.

 

–¿Todos los autores de cierto renombre deberían estar representados por un agente?

–No lo creo, aunque es una pregunta que habría que hacer a los escritores. Los agentes existen porque los escritores demandan sus servicios. Los escritores se dedican a escribir, un trabajo aislado, individual, que requiere mucho esfuerzo y sacrificios, a veces es incompatible con la familia, los amigos, las noches y los fines de semana. No imagino a un escritor dedicándose a vender y administrar su obra o negociando con una gran plataforma audiovisual.

 

–¿Qué conclusiones sacaste del affaire Louise Glück/Pre-Textos/Andrew Wylie? El agente siempre queda como el villano de la historia.

–Me pareció una polémica sin sentido. ¿Criticar a una poeta por querer ganar dinero con su obra, cuando por primera vez en su vida puede hacerlo? ¿O querer cambiar de editorial, si no estaba satisfecha? La escritora sigue siendo muy buena, la editorial también. El dinero no resta credibilidad al hecho literario. Todo editor elige a quien publica, de la misma manera, una autora, cuando puede, elige una editorial, o delega la decisión en su agente.

 

–En un texto reciente publicado en tu blog señalás que se termina la era de la publicación tal como la conocemos. ¿Qué factores motivan este cambio?

–No podría sintetizar lo que requiere de una extensa explicación. El cambio tiene que ver con los sistemas de comercialización, cuando el 50% de los libros vendidos en el mundo están en manos de una sola empresa de venta online, sería imposible que las cosas no cambiaran radicalmente. Esa empresa es Amazon.

 

–En tu opinión, ¿se producen demasiados libros e incluso sobran librerías?

–La sobreproducción ha sido una estrategia, no un error. En el mundo analógico, las grandes pilas de libros venden libros, para eso había que fabricar muchos ejemplares, sabiendo que iban a sobrar. Los sobrantes no eran sorpresa, era algo previsible en ocho de cada diez títulos. Esto es parte de lo que va a cambiar, porque Amazon no necesita hacer pilas de libros para vender. Las librerías literarias, tampoco. En cuanto a las librerías, nunca sobran, como no sobran escuelas. Lo que vendrá es una transformación, un proceso de reconversión. En las grandes cadenas por falta de rentabilidad, como ha sucedido en Estados Unidos, donde las más grandes cerraron, o en Europa, donde la FNAC cambió su eje por la tecnología. A ningún inversor le interesa un negocio que no sea rentable. Los libros de calidad se venderán en las librerías más chicas, que conocen bien a sus clientes y saben recomendar, son aquellas que seguirán abiertas, aunque ganen poco. Es un momento de gran oportunidad: estarán en espacios acotados, fuera de las grandes avenidas y de los centros comerciales. Los algoritmos no han resultado buenos prescriptores, las redes tampoco. Los lectores vemos cómo se equivocan las recomendaciones de Amazon, porque están diseñadas para el consumo masivo, algo que, en la edición, no sé si seguirá existiendo.

 

–¿Por qué varias editoriales y, en particular, muchos autores optan por la venta directa de sus libros?

–Los autores se autopublican y venden directamente porque están hartos de no encontrar editor. Las editoriales, venden directamente porque es un buen negocio, esto es parte de lo que llamo reconversión.

 

–¿Cuál es el negocio en la industria del libro y quiénes son los que realmente ganan?

–El negocio no es muy grande, en los grandes conglomerados siempre es la línea que menor margen aporta. Estos entraron al mundo del libro intentando transformar una actividad cultural, en una industria masiva, centrada en el ocio y el entretenimiento. El negocio fueron los grandes bestsellers, esos libros que vendían, solo en español, tres o cuatro millones de ejemplares. No sé si este fenómeno se podrá mantener, porque esos lectores ya han cambiado sus hábitos de consumo cultural: ven series de televisión. Los bestsellers sostenían a la gran industria editorial y a las cadenas de librerías, fue algo importante para todos. Esa pérdida no será reemplazada con libros.

 

–¿Cambió la figura del editor en las últimas décadas? A veces tienen más prensa que los escritores y en los últimos años en muchos de ellos se despertó una voluntad de enseñanza.

–No lo veo así, el editor era una figura mucho más pública antes que ahora. El editor hoy está condicionado por lo comercial, por la necesidad de facturación. Solo el pequeño editor independiente puede seguir haciendo lo que le gusta, aunque para aprovechar esta oportunidad tendrá que aprender a administrar mejor, no dedicarse solo al catálogo.

 

–Representás a varios autores argentinos. ¿Cómo ves la literatura argentina actual?

–Me preocupa lo que tan bien dijo Martín Kohan: “Ser escritor es fácil, es barato, es accesible, es inocuo; si les da satisfacción serlo, adelante; el ingreso es irrestricto. Que no haya más lectores, en cambio, me parece más preocupante, y parecería indicar que muchos de los que quieren escribir literatura argentina no están interesados en leerla”.

 

–¿Qué te lleva a aceptar a un escritor como representado?

–Las agencias que creen conveniente leer todo lo que sus clientes escriben tienen el límite de esta posibilidad. Hay muchas formas de ser agente, el de Glück representa a 1200 escritores, y parece que no lo hace mal.

 

–¿Vas a publicar un libro con tus textos?

–El blog es un formato en el que me siento cómodo. Yo no soy escritor, solo un observador del mundo del libro, no creo que publicarlo como libro de papel pueda aportar algo más.

  

lunes, 30 de noviembre de 2020

Lo que pasa cuando la poesía le interesa al mercado

El escritor mexicano José María Espinasa, además de ser poeta, crítico y ensayista, es el dueño de Ediciones Sin Nombre, una de las principales editoriales independientes de su país. Coordinador de producción editorial en El Colegio de México y, por un breve tiempo, director de la filial mexicana de Ediciones Akal, en la actualidad se desempeña como Director de la Red de Museos de la Ciudad de México. Periodista de larga experiencia, ayer publicó el siguiente artículo en La Jornada Semanal. Allí va más allá de la reciente polémica planteada por la actitud de Louise Glück ante sus editores españoles después de haber recibido el Premio Nobel de Literatura y remite la cuestión al ámbito correspondiente: el mercado. En la bajada se lee: “El reciente Premio Nobel de Literatura otorgado a una poeta, Louise Glück, sirve de eje para esta reflexión sobre la apuesta de algunas editoriales que se arriesgan a publicar poesía y sobre el mercado y la industria de los libros. Ante el impulso generado por el premio y la consecuente competencia por los derechos, es necesaria, se afirma aquí, una mutua fidelidad: de la editorial con el autor pero también del autor con la editorial”.

La poesía y el mercado editorial 

El reciente Premio Nobel de Literatura concedido a Louise Glück, la notable poeta estadunidense, ha vuelto visible en español el conflicto del mercado con los géneros de menor venta, como la poesía. La escritora no era desconocida en español. Había varios libros circulando en la editorial Pre-Textos, que seguramente al enterarse del premio celebró con entusiasmo. Sin embargo… 

En España, desde hace más de cuarenta años, la editorial Pre-Textos es un modelo a seguir para otras editoriales literarias: extraordinario catálogo, buen gusto editorial, cuidado en las traducciones e incluso cierta atención a autores latinoamericanos. Es cierto que en México sus precios son muy altos y bastante deficiente su distribución pero, aun así, se trata de un sello modelo. Esa editorial tuvo, desde hace ya varios años, la inteligencia –el olfato, diríamos en plan romántico– de publicar a la ahora Premio Nobel. Pero se ha encontrado ahora con que, en razón del premio, los agentes de la escritora ofrecen al mejor postor los derechos, rompiendo un pacto de fidelidad a quien corrió el riesgo de publicarla cuando era poco o nada conocida. Es triste y, en cierta manera inevitable; así funciona el mercado, aunque así no funcione la poesía. 

Lo que muestra, sin embargo, es una problemática mayor: el ánimo mercantil permea hacia abajo el universo del libro. Me ha tocado constatar que editoriales modelo, como Anagrama (la de Herralde), era e incluso Pre-Textos, han tenido que defender sus derechos, a veces con una violencia innecesaria. Puede resultar incómodo, pero es lógico. Hasta la más pequeña editorial tiene que ver con el mercado. Y hasta el mercado más insignificante desde el punto de vista económico tiene malas prácticas. Incluso, se sabe, hay traductores que invierten en comprar derechos para tener la exclusividad de ser ellos los que vierten a nuestra lengua este o aquel escritor, a veces con resultados bastante malos. O viudas que manejan los derechos como acciones en casa de bolsa. Por no hablar de las tarifas leoninas que la agencia de la finada Carmen Balcells se dejaba pedir. 

Hay, por otro lado, ejemplos magníficos de comportamiento generoso. Alguna vez solicité derechos de Paul Gadenne a Actes Sud, y su respuesta fue: se los damos, cuando los publique nos manda cinco ejemplares en pago. E, insisto, la consecuencia natural del Premio Nobel es esa: un cero o dos más en los derechos del autor. 

Me interesa aquí más hablar desde el punto de vista del olfato editorial que del mercado. Gracias a Jorge Fonderbriden sabemos un poco de la historia de cómo la flamante Premio Nobel llegó al catálogo de Pre-Textos. Una recomendación personal, un interés real por esa recomendación y un editor que lee y ejerce su gusto –Manuel Borras, fundador de Pre-Textos– y decide apostar por él y llevarlo hasta el resultado concreto: un libro impreso (bueno, siete en el caso de Louise Glück). Esa cadena intuitiva tiene –necesita– resultados concretos desde el punto de vista económico. No puede ser a fondo perdido, si bien no haga ricos a sus editores. El sistema de equilibrio es muy sutil, y tiene que ver con la formación de un catálogo. Un solo libro publicado de Glück en la editorial podía ser un capricho, siete son una apuesta ante el lector. Y todo apostador sabe que no siempre se gana. Lo que aquí molesta e incomoda es que, aunque gane, termina siendo una pérdida, o –por lo menos– un sentimiento de pérdida. 

La única perspectiva real respecto a eso es contar con el apoyo del autor. Suele ser un trato bastante más comprensivo, aunque no tan constante como debiera, pero no es lo mismo un narrador joven que busca hacer una carrera que una escritora en la cumbre de su fama y ya madura. Glück nació en 1943, tiene sesenta y siete años. Si las ventas suben, los que disfrutarán las regalías serán los intermediarios y si acaso los familiares. Pero es una mala apuesta, al menos en español, pues la contradicción es que al aumentar sus derechos las editoriales grandes, que los pueden pagar, no se interesan en hacerlo, y cuando lo hacen es por un breve tiempo, lo que dura el impulso del premio para ponerlo en mesa de novedades algunos días, pues los márgenes de ganancias de la poesía nunca satisfacen sus expectativas. Se suele decir que el editor debe cuidar a sus autores, pero también es cierto que el autor debe cuidar a sus editores. 

Lo que sí resulta escandaloso y fuera de toda medida es que el agente –supongo que no la autora– haya pedido a Pre-Textos que destruyera los ejemplares que tuviera en bodega. Líneas arriba mencioné el sutil equilibrio que los editores tienen que guardar, pues grandes o pequeños, están siempre en la cuerda floja. Un emporio se puede derrumbar en un día y un editor pequeño durar un siglo, pero ninguno, ni siquiera los diamantes, son eternos (y vaya un mínimo homenaje a Sean Connery). 

Una última cosa con mi constante insistencia: las protestas contra esta alevosa falta de tacto de los agentes de la escritora han venido de los propios poetas, que defienden a la editorial y la buena fe, eso tan poco frecuente, y ojalá se extienda a los lectores, quienes también deben proteger a sus editoriales, porque hay editoriales que consiguen pasar del “las” abstracto, al “sus” afectivo, casi posesivo. 

jueves, 26 de noviembre de 2020

Louise Glück es la verdadera responsable de las acciones de Andrew Wylie y su silencio la condena


Louise Glück
no es una damisela en problemas a la que su agente Andrew Wylie acude raudo a salvar de las garras de Manuel Borrás y sus secuaces, sino una señora que después de haber ganado premios como el Pulitzer y el Nobel, que la hicieron rica, traiciona la confianza de sus editores españoles, los mismos que la hicieron conocida en el mundo de la lengua castellana, apostando por ella, cuando su nombre no significaba nada. Guillermo Piro, en su columna del 22 de noviembre pasado del diario Perfil, de Argentina, así lo demuestra, recurriendo a otros representados por la agencia del Chacal, que dejan en claro cómo son las cosas. 

Ms Glück y su agente desalmado 

Hace algunos años, Abelardo Castillo me confesaba las razones que lo llevaban a tener una agente literaria como Carmen Balcells, quien nunca había movido un dedo por conseguirle un contrato que valiera la pena, pero que aún así seguía siendo su agente. Castillo usaba el nombre de la española con fines extorsivos: cuando negociaba las cifras de un contrato y su requerimiento provocaba dilaciones, Castilo soltaba: “Entonces van a tener que hablar con Balcells”, frase que hacía que instantáneamente el camino se allanara y sus deseos fueran satisfechos: tener que lidiar con ella significaba un dolor de cabeza y un retroceso en cualquier conversación contractual, porque siempre se terminaba haciendo lo que ella quería. 

Balcells murió en 2015 y quien heredó su inflexibilidad es Andrew Wylie, un agente estadounidense muy parecido a Stan Laurel, considerado el más poderoso e influyente del mercado. En un punto de recuerda al Hans Landa de Bastardos sin gloria. No por sus inclinaciones nazis, que no las tiene, sino porque se siente orgulloso del apodo que se ha ganado: “el Chacal”. Entre la lista de sus representados se encuentra la crema de la literatura universal, desde Borges a Baricco, pasando por Sontag, Kundera y Nabokov. La lista es enorme. Su nombre empezó a pronunciarse en voz alta la semana pasada a raíz de un hecho triste: Wylie, representante de Louise Glück, poeta estadounidense recientemente galardonada el pasado 10 de octubre con el Nobel de Literatura, se habría puesto a tantear editores españoles que quisieran publicar su obra. Mejor dicho re-publicar, porque hasta esa fecha la editorial por defecto de los libros de Glück en español era Pre-Textos, con sede en Valencia, a cargo de Manuel Borrás. 

No importan los siete libros publicados por Pre-Textos en los últimos quince años, cuando la autora era aún más desconocida que ahora: Wylie salió a la caza de otro sello, y como si eso no bastara requiriendo que Pre-Textos se deshiciera del remanente de las viejas ediciones, que habían empezado a venderse con aceitada facilidad recién a partir del otorganiento del Nobel. Lanzar libros al fuego es desagradable, y naturalmente los dedos índices apuntaban a Wylie, el desalmado. Pero de pronto los acusadores empezaron a considerar que tal vez Ms Glück fue quien dio la orden a Wylie de que emprendiera la búsqueda de otro sello.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

"Tan prepotentes que son estos señores y están siendo de una torpeza absoluta"


“48 horas después de la concesión del Nobel a Louise Glück su agente, Andrew Wylie, retiró por sorpresa los derechos a Pre-Textos, su editorial española durante quince años”. Esto dice la bajada de la nota de Paula Corroto, publicada en El Confidencial, el pasado 18 de noviembre. Allí, el editor Manuel Borrás explica cuál era la situación de su editorial respecto de las exigencias de la autora y de su agente. Hoy, sin embargo, todo esto parece historia antigua: Glück y Wylie arreglaron con Chus Visor, un nuevo contrato con la editorial Visor Libros, que ya tiene en su catálogo a Joaquín Sabina, Elvira Sastre y Mario Benedetti entre otros destacados autores.

El editor que tocó el cielo del Nobel y ahora debe destruir todos los libros: "Es indigno" 

Es el gran escándalo cultural: 48 horas después de la concesión del Nobel a la poeta estadounidense Louise Glück el pasado 8 de octubre, su agente, Andrew Wylie, al que llaman 'El chacal' -por algo- ya estaba intentando vender los derechos de esta autora minoritaria que tenía hasta la fecha la editorial valenciana Pre-Textos, especializada en autores con mucho riesgo comercial. Ni un aviso, nada. Ni siquiera poder disfrutar algo de una autora que, como desde la propia editorial dicen, les había hecho perder dinero. Ahora, con el gran premio de las letras, era el momento de resarcirse tras quince años de apuesta y siete libros publicados. Pero así funciona el mercado, se lamenta el editor Manuel Borrás en esta conversación con El Confidencial. Está muy triste, dolido y enfadado. También porque le obligan a destruir todos los ejemplares de cualquier libro que tengan de Glück. Como si fuera una pira de libros. Eso ya sabemos a qué suena. 

–Esto empezó justo después de que se conociera la noticia del Nobel a Louise Glück. 
–Antes del Nobel no había ningún conflicto. De hecho, los siete libros que hemos contratado han sido con la misma agencia. El problema comienza cuando a ella le dan el Nobel. Pasamos de ser los editores ideales para Louise Glück a ser una especie de villanos, que no hemos cumplido… Es que es tan irrisorio. Nuestros asesores jurídicos están que no dan crédito. Tan prepotentes que son estos señores y están siendo de una torpeza absoluta. Aducen que en una ocasión unos adelantos no se pagaron en su día. Bueno, nos retrasaríamos, pero, ¿por qué aceptaron el dinero? Y segundo, que en el último libro no le consultamos a la autora la cubierta… ¿Tú crees que son argumentos? Es que es de risa. Las cubiertas que le han hecho en EEUU son pavorosas. 

–¿Hay alguna manera de blindar los contratos que tenéis con ella? 
–No, no hay ninguna forma porque son contratos firmados con una fecha de caducidad, Nos dicen que sí…, pero sería meternos en un pleito. A nosotros los juristas nos están diciendo que tenemos incluso un derecho adquirido por haber sido durante catorce años editores de esa señora. ¿Cómo es posible que catorce años de lealtad editorial, perdiendo dinero…? Porque hemos perdido dinero publicando a la Glück. Y siento dar este dato porque a mí no me gusta…, pero ya que hablan de economía pues vamos a hablar de economía. Y a ver dónde Pre-Textos se ha beneficiado con esta señora. Porque no nos hemos beneficiado de nada, todo lo contrario. Cuando íbamos a empezar a resarcirnos, que evidentemente es después del premio Nobel, es cuando estos señores nos dicen, corten y que tenemos que destruir incluso los stocks y que de mutuo acuerdo con la autora nos vamos a otro editor. 

–Que un autor cambie de editorial pasa a menudo, pero lo sorprendente es que os obliguen a destruir los ejemplares que tenéis de todos los libros. Eso significa que estas tiradas, después de que haya ganado el Nobel, no las podéis vender. 
–Evidentemente. Es que es una actitud que conculca cualquier principio ético. Yo comprendo que haya otros editores que nos puedan tomar el relevo, pero que dejen que nos resarzamos de lo que tenemos. Si no quieren que reeditemos no vamos a reeditar, pero ¿que quememos nuestros libros? Y aparte con testigo ajeno a la editorial. Yo les he dicho que llamaremos a toda la prensa para que seáis testigos de una agresión ecológica. Porque ya no es quemar un libro de la Glück o deshacerlo en pasta de papel, sino que es un disparate. 

–Te referías a Glück como “esa señora”. Tampoco se ha puesto en contacto con vosotros con todo este tema. Imagino que no estáis contentos. ¿Hay resquemor? 
–Ninguno, no, no. También a esta señora le pueden estar contando historias para no dormir de nosotros. Vete tú a saber. Yo creo que sus agentes lo que están haciendo es defender unos intereses. Yo ni siquiera les tengo inquina a los agentes, lo que pasa es que hay modos y maneras. Que se dirijan a nosotros con un poco de respeto. Porque a ver, ¿esto es porque somos de Valencia? ¿porque somos hispanos? ¿europeos? Se nos dirigen con una prepotencia e intimidación… Es que es muy fuerte. Además dicen que si yo estoy mintiendo. Pero mintiendo de qué. ¿Dónde están esos catorce años de fidelidad? ¿Dónde están esos siete libros publicados de once? Es que no hay parangón en Europa. No ha habido ninguna editorial que desde hace quince años haya apoyado a esa autora como lo hemos hecho nosotros. Cuando digo ‘señora’ lo digo con respeto, no con distancia. Pero si a mí ella me acaba decepcionando personalmente yo no me tomaría un te al bar de la esquina de mi calle con ella, pero seguiría considerándola la misma poeta que la he considerado antes de este incidente. La calidad de la poesía de Louise Glück está por encima de todo. Ahora, si me defrauda… Y sobre todo una señora que se ha distinguido por ponderar la importancia del comportamiento cívico, las buenas prácticas… pues en el medio en el que nos encontramos sería por su parte poco consecuencia no darse cuenta de que se está cometiendo con nosotros una flagrante injusticia. 

–Pero han pasado unos días desde que saltó este asunto. Es un poco raro que no haya dado señales de vida. 
–Es muy extraño sí. Si quieres que te sea honrado, me ha empezado a deprimir. No es que hubiéramos esperado una contestación inmediata porque la carta que le envié advirtiéndole… porque es que nos enteramos de todo esto 48 horas después de que le dieran el premio. Es decir, 48 horas después estaban ofreciendo a nuestras espaldas a esa premio Nobel al mejor postor. Que yo me entero por la desafección con la agencia de uno de mis colegas que me llama y me cuenta la canallada. 

–También es curioso que esto haya pasado con una poeta. Con novelistas que, de repente, venden muchísimo, lo hemos visto muchas veces. El mercado funciona así. Pero ¿con la poesía? 
–Es muy raro. Nos tiene alucinados. Porque además si hubiera sido una poeta de una venta espectacular… pero por desgracia no lo ha sido. Tu sorpresa es la nuestra. Porque aqui, qué se están dirimiendo, ¡cifras de tres ceros! Es que ni siquiera de cuatro. Y si se dirimen cifras de cuatro ceros yo no sé qué editor va a suicidarse pagando unas cantidades astronómicas que no va a recuperar nunca a no ser que tenga otros fines la compra de eso. 

–Por eso te lo preguntaba. Chirría porque no es alguien que vaya a romper el mercado. 
–No, no, no estamos hablando de eso. Yo al agente no le recrimino nada porque él está defendiendo una postura y, yo creo que mal, los derechos de su representada. Pero lo que recriminamos es que cómo después de catorce años de lealtad editorial a una autora con la que no ha habido un solo problema hasta que le dieron el premio Nobel, ni siquiera nos han dado la posibilidad del tanteo. Yo hubiera entendido que nos dijeran: de acuerdo con la autora hemos vendido los derechos a otra editorial, pero nos van a pagar 10.000 dólares. ¿Están ustedes en condiciones de pagarlos? Pues dices, sí o no, y te retiras, dolido, pero… 

–Pero ese es el juego, está claro. 
–Sí, pero es que a nosotros no nos han permitido eso. Han ido a hechos consumados. Y lo más grave es que mientras nos estaban distrayendo pidiéndonos los ejemplares porque nosotros queriamos actualizarlo todo e incluso contratar la edición de la obra reunida, los libros de ensayo… pero, claro, ellos no soltaban prenda porque estaban vendiéndolo a nuestras espaldas. Y no una semana después o ante la presencia, a lo mejor para ellos, de nuestras irrisorias cantidades que ofrecíamos. ¡Es que lo estaban haciendo 48 horas después de hacerse público el Nobel! 

–¿Era una autora cara? 
–No, para nada. Si hubiera sido cara nosotros no hubiéramos estado en disposición… Pero ha habido autoras del ámbito anglosjaón con el mismo éxito que la Glück, que cuando las hemos querido volver a publicar nos han pedido más dinero, sin haber amortizado, Pero [en el caso de Glück] ellos pedían unas cantidades a mi juicio razonables. De cara, nada. 

–Por tanto, la estrategia se entiende poco porque no parece que se vaya a colocar en otro sitio y que empiece a vender, más allá de este impulso del Nobel. 
–No, no. Además yo deseo toda la suerte a la difusión de la obra de Glück después de Pre-Textos, pero no le arriendo la ganancia a quien ahora publique a Louise Glück. Lo que más me duele es que la gente empieza a decirme: se me han quitado las ganas de leerla. Eso no me gusta, porque se nos pueden quitar las ganas de tomar un te con ella, pero no de leerla, porque es una gran poeta. 

–En la editorial publicáis a otros premios Nobel. Y nunca os ha ocurrido esto. 
–No, no, jamás ocurrió. Y seguimos reeditando a los Nobel anteriores. El Nobel de Elias Canetti, que tenemos Voces de Marrakech desde justo antes de que le dieran el Nobel. Y nunca nos han quitado nada. Y creo que han ganado mucho dinero con nosotros porque les hemos estado liquidando….es decir, como corresponde. Esto es el primer problema que se nos presenta en una situacion inexplicable y muy triste. 

–¿Os han dado algún plazo para dejar de vender a Glück? 
–No, no. Nos han dado un plazo para que yo deje de hablar. Y de –que yo, es decir, la editorial, tenía que retractarse de todo… Pero es que la editorial no tiene nada de qué retractarse porque estamos diciendo la verdad. Lo que estamos pidiendo es justicia poética, pero como la justicia poética es imposible en la cabeza de esta gente pues… Nosotros damos por perdida la batalla, pero que nos dejen resarcirnos de los pocos libros que tenemos y no hacer una pira. Solo pensar en eso me saltan… Si ya me costó un disgusto cuando nos tuvimos que deshacer de existencias porque no cabían y me tuve que ir dos días de la editorial porque no podía ver que sacaran libros en los que yo creía y me gustaban. ¡Cómo no me va a indignar esto! ¡Cómo no me va a doler! Además, por una poeta por la que has estado apostando quince años y perdiendo dinero. 





martes, 24 de noviembre de 2020

Wylie sigue calumniando a Pre-Textos y, de ese modo, muestra su técnica: embarrar la cancha


Ferrán Bono publicó la siguiente entrevista en el diario El País, de Madrid, el pasado 22 de noviembre. Según la bajada: “El Chacal rechaza haber roto la lealtad con Pre-Textos, sello español que ha editado siete de los 11 libros de la poeta antes del Nobel. ‘Ha habido promesas incumplidas’, dice el agente”. 

“Llevamos tiempo buscando un nuevo hogar para Louise Glück” 

Andrew Wylie (foto), el agente más importante del ámbito literario internacional, sale al paso de la polémica generada por la no renovación a la editorial española Pre-Textos de los derechos de traducción y publicación en castellano de la nueva premio Nobel de Literatura, Louise Glück. Con esa decisión, el agente al que se conoce como El Chacal en el mundo literario por su manera de negociar rompe con la lealtad demostrada por el sello valenciano, que ha publicado siete de los libros de la autora a lo largo de 14 años antes de que ganara el galardón, cuando era prácticamente una desconocida fuera de EE UU. Wylie asegura en una entrevista por correo electrónico con EL PAÍS que “lamentablemente, Pre-Textos no ha sido fiel a “Su primer ningún acuerdo contrato por la obra de Louise Glück expiró en 2015 y no pagaron el anticipo pactado para la firma del segundo. Por supuesto, les hemos escrito repetidamente, durante un período de años, más recientemente esta primavera, invitándolos a reparar esta situación, pero dejaron nuestros mensajes sin respuesta. Cuando publicaron Meadowlands [Praderas] en 2017 y A Village Life [Una vida de pueblo] en 2020, no solo fue sin pago sino sin ningún tipo de consulta sobre la traducción o la portada. Ni siquiera enviaron a Louise Glück una copia de sus propios libros”, señala el agente de escritores como Jorge Luis Borges, Vladimir Nabokov, Roberto Bolaño o Emmanuel Carrère. 

Pre-Textos, una pequeña editorial independiente, se ha granjeado la simpatía y solidaridad de parte de los lectores y de los profesionales del sector por la decisión de la agencia de no renovar los derechos de traducción y publicación en castellano (para España y Latinoamérica). El sello no había dejado de apostar por la poeta de 78 años a pesar de no amortizar el coste de la publicación de sus libros, debido a su escasa venta. La concesión del premio Nobel el pasado mes de octubre cambió la relación. La agencia de Wylie, con sedes en Nueva York y Londres, ofreció entonces a varias editoriales españolas los derechos de Glück, “a espaldas de Pre-Textos”, según Manuel Borrás, editor del sello, que fue advertido de la operación por sus colegas. 

Wylie sostiene, sin embargo, que solo “después del anuncio” [de la concesión del galardón] volvieron “a tener noticias de Pre-Textos”. “Los premios son ciertamente importantes, pero nuestra posición permanece como siempre: nuestro objetivo es trabajar con editoriales que tratan bien a los libros y a los autores. Llevamos tiempo buscando un nuevo hogar para Glück en lengua española”, asegura El Chacal, que acaba de cumplir 40 años al frente de su agencia. 

¿Es ingenuo pensar que, en el caso de una poeta poco comercial debería quedarse fuera del mercado del mejor postor, como ha sucedido? Wylie responde: “Recientemente, hemos rechazado una oferta de renovación de Pre-Textos debido a sus anteriores promesas incumplidas y a la falta de comunicación, no por el bien de una subasta. Pero, en general, creo que los escritores deben colocar sus libros en las ediciones adecuadas y se les debe pagar por su trabajo, y los editores merecen ser retribuidos por las copias que venden”. 

¿Y cómo se puede sacar provecho de una poeta tan elogiada por la crítica y poco conocida por el lector fuera de los círculos literarios estadounidenses? Responde Wylie: “Representamos a los poetas por la misma razón que representamos a los escritores serios en todos sus géneros. Si su trabajo es bueno, entonces debería ser defendido. Louise Glück tiene un público establecido en todo el mundo”. ¿Pero estaba la poeta descontenta con el trabajo de Pre-Textos? “No creo que nadie pueda estar contento con esta historia”, zanja. 

Solidaridad 
La no renovación de los derechos a Pre-Textos ha despertado una ola de solidaridad en escritores y profesionales que han firmado una carta lamentando que la agencia comenzara a “ofrecerla a espaldas de la editorial al mejor postor, ignorando de esa manera el esfuerzo realizado por sus editores españoles”. Wylie mantiene su posición: “Estoy seguro de que fue firmado de buena fe por personas que creen, como yo, en la importancia de la publicación literaria independiente. La obra de Louise Glück seguirá siendo publicada, como antes del Nobel, por Carcanet en el Reino Unido, por Rámus en Suecia, por Opus en la República Checa, por Edicions del Buc en catalán y por otros sellos independientes alrededor del mundo. Pero es lamentable que las personas que firmaron esta carta no pudieran conocer los desafortunados detalles del caso”. 

Pau Sanchis, uno de los cuatro socios que conforman Edicions del Buc, sello que posee el único libro traducido al catalán de la Nobel, Nit fidel i virtuosa, asegura que no han tenido “ningún problema con la agencia Andrew Wylie”. “Las relaciones han sido siempre las correctas: hemos negociado lo que teníamos que negociar sin más contratiempos”. Sanchis declina comentar los problemas que Pre-Textos mantiene con el agente —”somos dos editoriales de la misma ciudad y tenemos buenas relaciones”–y se remite a que, en su caso, tenían contrato en vigor y les “quedaban dos años de vigencia”, si bien con “una cláusula vinculada a un número de ejemplares: como con el premio agotamos la edición, ahora lo hemos renovado y podremos volver a distribuir libros la semana próxima”, concreta. Edicions del Buc admite que están negociando “editar algún libro más” de Glück, informa Carles Geli. Eso haría replantearse la decisión de abandonar el proyecto editorial, como barajaban poco antes del galardón. “Poder mantener a una Nobel en el catálogo tiene peso para seguir en este oficio”, añade. 

Las muestras de solidaridad hacia Pre-Textos –incluso del presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig– han sido numerosas, pero también hay profesionales que critican que la situación ha llegado a un extremo en que si una editorial decide ahora publicar en castellano a Glück parecerá una traición. “Los movimientos entre autores y editoriales son habituales en el sector y mucho más cuando los derechos de traducción y publicación ya han expirado y una autora acaba de ganar el Nobel. A mí me ha pasado otras veces”, señala una fuente editorial. 


Borrás: "No hemos venido a litigar"
Los editores de Pre-Textos insisten en que han “pagado todo, con retraso en la última factura, sí”, apunta Silvia Pratdesaba. Aseguran que en mayo, la agencia de Andrew Wylie les propuso renovar contratos y otro nuevo libro de Glück. “No respondimos porque estábamos en el confinamiento, hicimos un ERTE y volvimos a la oficina en septiembre”, dice. La editora reconoce que se les olvidó enviar la traducción y la portada de los dos últimos libros, una exigencia poco habitual. “No hubo ninguna mala fe, y todo tiene solución”, agrega. El también editor Manuel Borrás afirma: “No hemos venido a este mundo a litigar, sino a editar sin alharacas, pero es triste que la ética sea sometida al imperio del mercado. Me puede haber decepcionado Glück con su actitud pasiva [no ha respondido a una carta de la editorial] , pero sigo diciendo que es una estupenda poeta y hay que leerla”.  






miércoles, 18 de noviembre de 2020

Ampliación de firmas de la carta abierta para Louise Glück y Andrew Wylie


Dado el inmenso número de mensajes y mails recibidos, es posible que se nos haya pasado alguno o que hayamos cometidos errores de atribución, por lo que rogamos a los perjudicados sepan disculpar las erratas y omisiones. 

Señalamos asimismo que la iniciativa de llevar adelante esta carta abierta proviene de Latinoamérica y no de España (aunque los diarios españoles no lo hayan consignado). Por lo tanto, agradecemos muy especialmente a los firmantes españoles que apoyaron esta idea. 

Tal vez la gran variedad de nacionalidades de los firmantes sea  la mejor prueba del cariño despertado en todo el mundo de la lengua castellana por la editorial Pre-Textos, acaso la única casa española que habría podido recibir el apoyo y la gratitud de los lectores de todas las provincias de la lengua, en virtud de la amplitud, honradez, ecumenismo y buen gusto que han sabido prodigar a lo largo de las últimas cuatro décadas.

Y ahora, nuevamente la carta, con el agregado de más firmas. 

Carta abierta 

Durante catorce años la editorial Pre-Textos publicó a la poeta estadounidense Louise Glück –exactamente, siete libros traducidos por poetas traductores de distintas provincias de la lengua castellana–, apostando empecinadamente por ella cuando prácticamente nadie fuera del mundo de habla inglesa la conocía. 

Son libros que, pese a las pérdidas económicas que representaron, se sucedieron uno tras otro, abonando un extenso territorio, en el que lectores que, antes de la existencia de esas traducciones, nada sabían de Glück fueran paulatinamente “colonizados” por la autora, gracias al esfuerzo de Manuel Borrás, Manolo Ramírez y Silvia Pratdesaba. 

Esa fidelidad, aparentemente, concluye con el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura 2020. Mientras Pre-Textos intentaba renovar los derechos de algunos esos títulos, la Wylie Agency que representa Glück, comenzó a ofrecerla a espaldas de la editorial al mejor postor, ignorando de esa manera el esfuerzo realizado por sus editores españoles. 

Por ello, y porque creemos que editores y autores deben ser aliados en las buenas y en las malas, los escritores, traductores, editores y periodistas que firmamos esta carta abierta queremos dejar sentado nuestro descontento por una práctica cada vez más frecuente que denigra la confianza, conspira contra la lealtad y condena a la literatura a ser un producto más del mercado, relativizando los valores humanos de los que se supone debería ser portadora. 

La siguiente carta abierta, que se publica tanto en el blog del Club de Traductores Literarios como en la revista Buenos Aires Poetry, además del Facebook de la Editorial Pre-Textos, se renovará semanalmente con nuevas firmas. 


A

José Manuel Abad, periodista (España)

Raquel Abend van Dalen, escritora (Venezuela)

Juan Carlos Abril, escritor (España)

Carlo Acevedo, poeta y profesor universitario (Colombia)

Rafael Accorinti, traductor (Argentina)

Lorena Acosta Iglesias, investigadora en Filosofía UCM y poeta (España).

David Aeberhard Guijosa, traductor y escritor. (Suecia)

Silvia Aguilera, directora editorial y dueña de LOM (Chile)

Osvaldo Aguirre, poeta, narrador y periodista (Argentina)

Estela Maris Aganchul, editora, correctora (Venezuela)

Carlos Aimeur, escritor y periodista (España)

Antonio Alcalde, poeta y escritor (España)

Fernando Alfón, ensayista y traductor (Argentina)

Joselyn M. Almeida, poeta, docente, traductora (Estados Unidos /Uruguay)

José Luis Álvarez Escontrela, escritor y editor (Venezuela)

Nieves Alvarez Martín, escritora, poeta y artista plástica (España)

Elizabeth Alvarado, codirectora de Ediciones Arlequín (México)

Pablo Anadón, poeta, ensayista y traductor (Argentina)

María Teresa Andruetto, poeta y narradora (Argentina)

Dimitris Angelís, poeta, director de la revista Frear (Grecia)

Mariano Antolín Rato, novelista y traductor (España)

Juan Arabia, poeta, traductor y editor (Argentina)

Manuel Arango Pérez, músico (Colombia)

Sandra Araya, editora de Doble Rostro Editores (Ecuador)

Diego Aristizabal, escritor (Colombia)

Edda Armas, poeta y editora / Dcir Ediciones (Venezuela)

Luis Armenta Malpica, editor de Manrus Editores (México)

Juan Arnau, filósofo, astrofísico y ensayista (España)

Rodrigo Arriagada Zubieta, poeta y crítico literario (Chile)

Diego Arroyo Gil, escritor, Venezuela

Jorge Arroyo Moreno, editor de Lápix Editores (Perú)
Roxana Artal, poeta, editora, gestora cultural. (Argentina)

Jorge Aulicino, poeta, traductor y periodista (Argentina)



B

Luis Bagué Quílez, poeta y crítico literario (España)

Miriam Balaguer Armiñana, artista visual y profesora universitaria (España)

Zhivka Baltadzhieva, poeta y traductora, (Bulgaria / España)

José Balza, escritor (Venezuela)

Lilia Barajas, directora de arte y dueña del sello Nitro/Press (México)
Alejandro Barahona Miranda, director general de Panoplia de Libros (España)

Alejandro Barrón, escritor (México / España)

Kimrey Anna Batts, traductora literaria (Estados Unidos)

Alberto Bejarano, poeta (Colombia)

Gustavo Bell Lemus, ensayista e investigador (Colombia)

Susana Benet, poeta (España

Julia Benseñor, traductora literaria y científico técnica (Argentina)

Diego Bentivegna, poeta y traductor (Argentina)

Julián Berenguel, escritor, periodista y docente (Argentina)

Timo Berger, poeta y traductor (Alemania)

Guillermo Martín Bermejo, dibujante (España)

Ricardo Bermejo Álvarez, poeta (España)
Nena Bernal Romero, jubilada y lectora (España)

Juan Antonio Bernier, poeta (España)

Eduardo Berti, narrador y traductor (Argentina)

Barbara Bertoni, traductora (Italia)

Maliyel Beverido Duhalt, poeta y traductora (México)

Soledad Bianchi, escritora y crítica (Chile)

Azriel Bibliowicz, narrador y sociólogo (Colombia)

Karen Elizabeth Bishop, profesora, poeta, traductora (EEUU/Reino Unido)

Sergio Bizzio, escritor (Argentina)

María Elena Blanco, poeta, ensayista y traductora (Cuba)

Marisa Blanco, periodista cultural (España)

Juan Bonilla, narrador y poeta (España)

Piedad Bonnet, poeta y narradora (Colombia)

Pat Boran, poeta y editor de Dedalus Press (Irlanda)

Javier Bozalongo, poeta y editor (España)

Coral Bracho, poeta (México)

Guillermo Bravo, escritor, editor y librero (Argentina / China)

Lidia Bravo, poeta (España)

Luis Alberto Bravo, escritor (Ecuador)

Hernán Bravo Varela, poeta y director del Periódico de Poesía de la U.N.A.M. (México)

María Paulina Briones, editora de Cadáver Exquisito Ediciones (Ecuador)

Constanza Brunet, directora editorial de Marea Editorial (Argentina)

Rómulo Bustos Aguirre, poeta y profesor universitario (Colombia)

Mikel Buldain, editor de Editorial Txalaparta ((País vasco – Euskal Herria / España)

James Byrne, poeta y crítico literario (Inglaterra, Reino Unido)



C

Claudia Cabrera, traductora literaria (México)

Roberto A. Cabrera, escritor y fotógrafo (España)

Daniel Calabrese, director de publicaciones RIL editores Chile y RIL editores España (Chile)

Isabel Calderón, periodista (Colombia)

Leandro Calle, poeta (Argentina)

Silvia Camerotto, poeta y traductora (Argentina)

Magdalena Cámpora, profesora, investigadora del CONICET y titular de Literatura Francesa en la Universidad Católica Argentina (Argentina)

Lorea Canales, narradora y traductora (México)

Moya Cannon, poeta (Irlanda)

Ricardo Cano Gaviria, escritor (España)

Daniel Canty, escritor y traductor (Canadá)

Cristina Cañas, filóloga y editora (España)

Jorge Carrasco, poeta, diseñador gráfico y editor (España)

Homero Carvalho, escritor (Bolivia)

Macarena Carvajal Lloréns, profesora de Historia (España)

Ignacio G. Casanovas, historiador y gestor cultural (España)

Patricia Casanueva Riquelme, escritora y editora de Editorial Cafuné (Chile)

Yolanda Castaño, poeta y crítica literaria (España)

Nieves Castrillo Fernández, profesora de lengua y literatura del IES Río Verde de Marbella (España)

Juan Cristóbal Castro, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile)

Heidi Cazes, traductora e intérprete (Estados Unidos)

Gonzalo Celorio, escritor (México)

Franco Chiaravalloti escritor y profesor de narrativa (Italia / Argentina)

Marta Eloy Cichocka, poeta, profesora universitaria y traductora (Polonia)

Nieves Chillón, poeta y docente (España)

Micaela Chirif, poeta y narradora (Perú)

Luis Chitarroni, narrador y editor de La Bestia Equilátera (Argentina)

Silvia Cobelo, escritora, traductora y académica (Argentina/Brasil)

Alena Collar, escritora y crítica literaria (España)

Cristina Conradi Castilla, filóloga inglesa y profesora de inglés de Escuela Oficial de Idiomas (España)

Juan David Correa, escritor y editor (Colombia)

Isla Correyera, poeta (España)

Jean Gabriel Cosculluela, poeta, ensayista y traductor (España y Francia).

Ramón Cote, poeta e historiador del arte (Colombia)

Edgardo Cozarinsky, escritor (Argentina)

Pedro Crenes Castro, escritor (Panamá)

Marta E. Crespo, psicóloga (Argentina)

Jenniffer Croft, escritora y traductora (Estados Unidos)

Alejandro Crotto, poeta (Argentina)

Anna Crowe, traductora (Escocia, Reino Unido)

Francisco José Cruz, poeta y director de la revista de poesía Palimpsesto (España)

Carlos Manuel Cruz Meza, escritor, periodista y criminólogo (México)
Héctor Cuestas Venegas, poeta, fotógrafo, docente (Colombia)

Mónica Cumar, editora y traductora de Ediciones Columba (Chile)



D


Claudia Daventry, escritora y lingüista (Escocia, Reino Unido)

Pierre-Marc de Biasi, escritor Director de Investigaciones en el CNRS (Francia)

Jacobo de Camps, doctorando en literatura comparada por la universidad de Óxford (España).

Jan de Jager, poeta y traductor (Argentina / Holanda)

Israel de la Rosa, novelista (España)

Sandra De la Torre Guarderas, poeta y guionista (Ecuador)

Charo de Pablo, librera (España)

Rafael-José Díaz, escritor y traductor (España)

José Francisco Díaz Alonso, crítico literario (España)

Jesús Díaz Armas, traductor (España)

Elisa Díaz Castelo, escritora y traductora (México)

Francisco Díaz de Castro, poeta (España)

Federico Díaz Granados, poeta. editor y gestor cultural (Colombia)

Juan Díaz Victoria, poeta y traductor (México)

Mariana Di Ció, ensayista y profesora de la Sorbonne Nouvelle (Argentina)

Ariel Dilon, escritor, traductor, editor y periodista cultural (Argentina)

Héctor E. Dinsmann, escritor y dueño de Libros de la Araucaria S.A. (Argentina)

Jordi Doce, poeta, ensayista y traductor (España)

Gustavo Domínguez, editor (España)

Santos Domínguez, crítico literario y poeta (España)

Astrid Donoso Henriquez, periodista (Chile)

Alejandro Duque Amusco, poeta y editor de poesía (España)



E


Raúl Eguizábal, escritor y profesor universitario (España)

Andrés Ehrenhaus, narrador y traductor (Argentina/España)

Irma Emilozzi, escritora e investigadora (Argentina)

Anna Enrich, profesora de lengua y literatura (España)

Diego Erlan, narrador y editor (Argentina)

David Escobar Arango, periodista, director de CONFAMA (Colombia)

Sergi Escribano, fotógrafo (España)

Felipe Espín, docente de literatura (Ecuador)

Santiago Espinosa, escritor (Colombia)

José María Espinasa, poeta, ensayista y dueño de Ediciones Sin Nombre (México)

Rafael Espejo, poeta (España)

Jorge Esquinca, escritor (México)

Diego Esteras, editor de Caja Negra Editora (Argentina)

Berta Lucía Estrada Estrada, poeta, escritora, ensayista, dramaturga, crítica de literatura y de arte (Colombia)

Nacho Etchegaray, bibliotecario (España)

Camila Evia, poeta, traductora y diseñadora gráfica (Argentina)


F

Jerry Fabiano, ingeniero mecánico (Estados Unidos)

Geneviève Fabry, profesora de la Université cCatholique de Louvain (Bélgica)

Familia Pampin, Ediciones Corregidor (Argentina)

Ezequiel Fanego, editor de Caja Negra Editora (Argentina)

Belén Feduchi, filóloga (España)

Patricio Ferrari, poeta, traductor y profesor de la Universidad Rutgers (Argentina/Estados Unidos)

Raúl Figueroa Sarti, editor de F&G Editores (Guatemala)

Diego Firmiano, crítico literario (Colombia)

Diego Fischerman, escritor y periodista cultural (Argentina)

Kurt Folch, poeta y traductor (Chile)

Jack Foley, poeta (Estados Unidos)

Jorge Fondebrider, poeta, ensayista y traductor (Argentina)

Rafael Fontán Barreiro, profesor y traductor de latín (España)

Ana Franco, poeta (México)

Marie Frankland, traductora (Canadá)

Andrés G. Freijomil, historiador y traductor (Argentina)

Silvina Friera, periodista cultural (Argentina)

María José Furió, narradora y traductora (España)

Rafael Fuster Bernal, pintor y escultor (España)


G

Germán Gacio Baquiola, editor y librero (Argentina / Ecuador)

Julio César Galán, profesor y escritor (España)

Melibea Garavito Carranza, escritora (Colombia)

Estefanía García, docente y lectora (España)

Jesús Rodrigo García, editor de Shangrila Textos (España)

Marcos García, editor y traductor (España)

Antonio García Ángel, escritor y editor (Colombia)

Gustavo Mauricio García Arenas, director general de Icono Editorial/Códice Producciones (Colombia)

María García Fernández, Catédrática de Liiteratura (España)

Beatriz García Huidobro, narradora, editora, escritora y periodista (Chile)

Luz de Lourdes García Ortiz, editora de Taller Ditoria (México)

Juan Andrés García Román, poeta y crítico (España)

Francesca Gargallo Celentani, narradora, filósofa y traductora (México)

Anna Gargatagli, escritora e investigadora (Argentina)

Inés Garland, narradora y traductora (Argentina)

Raquel Garzón, poeta y periodista cultural (Argentina)

Rocío del Pilar Garzón Vargas, historiadora y docente (Colombia)

Guillermo Gasió, historiador (Argentina)

Marina Gasparini Lagrange, ensayista (Venezuela)

Jesús Ge, poeta y mediador de lectura (España)

Analía Gerbaudo, investigadora, ensayista y profesora de la Universidad del Litoral (Argentina)

Pablo Gianera, escritor, periodista y traductor (Argentina)

Violeta Gil, escritora y directora de escena (España)

Celso Giménez, creador escénico (España)

Dana Gioia, poeta (Estados Unidos)

Esteban Giraldo González, actual director de la editorial de la Universidad Santo Tomás en Bogotá (Colombia)

Margo Glantz, escritora (México)

José María Goicoechea, periodista (España)

Giancarlo Gomero Correa, editor de Esto no es Berlín y gestor cultural

Mikaël Gómez Guthart, escritor y traductor (Francia)

María Gómez Lara, poeta (Colombia)

José Luis Gómez Toré, escritor y profesor (España)

Alejandro González, traductor y profesor de la Universidad de San Martìn (Argentina)

Horacio González, ensayista, ex director de la Biblioteca Nacional Argentina (Argentina)

Jonio González, poeta y traductor (Argentina / España)

Simón González, periodista (Venezuela)

Mónica González Dillon, directora editorial de Editorial Dragón Rojo (México)

Juan Antonio González Iglesias, poeta y profesor de la Universidad de Salamanca (España)

Laura Irene González Mendoza, traductora literaria y correctora (México)

Catalina González Restrepo, poeta y editora de Luna Libros (Colombia)

Juan Manuel González Zapatero, poeta (España)
Tatiana Goransky, escritora y cantante de jazz (Argentina)

Teresa Gottlieb, traductora y editora de la Editorial Maitri (Chile)

Pedro Granados, escritor (Perú)

Antonio Jesús Gras Mentado, escritor y cocinero (España)

Daniel Guebel, narrador (Argentina)

Mercedes Güiraldes, editoria (Argentina)

Geraldine Gutiérrez-Wienken, poeta, editora y traductora (Alemania)

Teresa Guzmán, poeta y profesora. (España)

Richard Gwyn, poeta, narrador, ensayista y profesor de la Universidad de Cardiff (Gales, Reino Unido)


H

Ariana Harwicz, narradora y dramaturga (Argentina)

Paulo Henriques Britto, poeta y traductor (Brasil)

Juan Hernández, escritor, librero y director editorial de Encino Ediciones (Costa Rica)

Ernesto Hernández Busto, escritor y traductor (Cuba / España)

Itziar Hernández Rodilla, traductora y redactora (España)

Ricardo H. Herrera, escritor (Argentina)

Michael Hofmann, poeta y traductor, professor en la Universidad de Florida (Alemania)

Déborah Holtz, directora editorial y dueña de la Editorial Trilce (Mèxico)

Laurence Holvoet, traductora (Francia)

Ruhuan Huarca Llamoca, escritor y editor de Aletheya Editorial (Perú)

Laura Huerga, editora de Rayo Verde (España)


I

Roberto Ibáñez Ricóuz, poeta. (Chile)

Núria Iceta, presidenta de Llegir en Català (España)

Amalia Iglesias, filóloga, poeta y periodista cultural (España)

Guido Indij, editor y dueño de La Marca Editora, Asunto Impreso e Interzona (Argentina)

Alexandru Iosif, poeta y doctor en matemáticas (Rumania)

Francisco Javier Irazoki, poeta y crítico literario (Francia)

Iñaki Irijoa Lema, poeta (España)

Luis Miguel Isava, profesor, escritor y traductor (Venezuela)


J


Darío Jaramillo, poeta, ensayista y narrador (Colombia)

Rubén Jarazo Álvarez, director del Departamento de Filología Española, Moderna y Clásica de la Universitat de les Illes Balears (España)

Federico Jeanmaire,narrador y ensayista(Argentina)

Miraceti Jiménez, editora e impresora (México)

Nuno Judice, poeta, ensayista, narrador y traductor (Portugal)


K

Tamara Kamenszain, poeta y ensayista (Argentina)

Alejandro Kandora, editor y dueño de Ediciones Tajamar (Chile)

Gwen Kirkpatrick, ensayista y profesora de la Universidad de Washington (Estados Unidos)

Adan Kovacsics, traductor (Chile/ España)


L

Antonio Lafarque, editor literario (España)

Eduardo Langagne, poeta y director de la Fundación Para las Letras Mexicanas (México)

Lola Larumbe, librería (España)

Mirko Lauer, poeta y traductor (Perú)

Christian Law Palacín, poeta y traductor literario (España)

Juan Lebrun, traductor, poeta, músico y estudiante (Venezuela)

Rosa Lentini, poeta y editora (España)

Jonatan Lépiz Vega, editor y director de Ediciones Espiral (Costa Rica)

Gerardo Lewin, poeta y traductor (Argentina)

María Rosa Lojo, escritora (Argentina)

Martín Lombardo, narrador y profesor de la Universidad de Chambery (Argentina)

Carlos López Beltrán, poeta, ensayista y profesor de la U.N.A.M (México)

Susana López del Toro, periodista (España)

Regina López Muñoz, traductora (España)

Antonio López Ortega, narrador, editor y promotor cultural (Venezuela)

Esperanza López Parada, poeta e investigadora de la Universidad Complutense de Madrid (España)

Sandra Lorenzano, escritora (Argentina / México)

Leandro Lorrio, compositor y editor musical (España)

María Gabriela Lovera Montero, periodista y poeta (Venezuela)

José Manuel Lucía Megias, poeta y profesor de la UCM (España)

Ernesto Lumbreras, poeta (México)

Sandro Luna, poeta y profesor (España)

Claudia Luna Fuentes, poeta (México)


LL

Carlos Llasa, poeta y crítico literario (Perú)


M

Nubia Macías Navarro, gestora cultural (México)

María Verónica Machado Penso, arquitecta (Venezuela)

Chantal Maillard, escritora (España)

Anna Carolina Maier, periodista (Venezuela)

Francisco Magaña, editor de Ediciones Monte Carmelo (México)

Sonya Malaborza, escritora y traductora literaria (Canadá)

Julián Malatesta, poeta, narrador y ensayista (Colombia)

Juan Malpartida, escritor (España)

Antonio Manilla, poeta (España)

Jorge Mara, galerista (Uruguay)

Óscar Marcano, narrador (Venezuela).

Lucas Margarit, poeta, traductor, profesor-investigador (Argentina)

David Marín-Hincapié, poeta (Colombia)

Luba Markovskaia, traductora literaria (Canadá)

Juan Miguel Marthans, editor y director de la Escuela de Edición de Lima (Perú)

Rubén Martín, poeta y traductor (España)

Pilar Martín Gila, escritora. España.

Érika Martínez, poeta (España)

Ezequiel Martínez, periodista (Argentina)

Alfonso Martínez Galilea, poeta, editor, traductor y librero (España)

Olivia Martínez Giménez de León, poeta (España).

Marisa Martínez Pérsico, poeta, docente universitaria, traductora (Argentina).

María Martoccia, narradora y traductora (Argentina)

Lola Mascarell, escritora y profesora (España)

Carolina Massola, poeta y traductora (Argentina)

Manuel Mata, escritor, doctor en arte contemporáneo y artista multidisciplinar (España)

Fran G. Matute, crítico y gestor cultural (España)

David Mayor, poeta (España).

Juan Diego Mejía, escritor (Colombia)

Élmer Mendoza, escritor y académico de El Colegio de Sinaloa (México)

Erbey Mendoza, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Chihuahua (México)

Lina Meruane, narradora y ensayista (Chile)

Ruth Miguel Franco, profesora de la Universitat de les Illes Balears (España)

Eduardo Milán, poeta y ensayista (Uruguay)

Eduardo Moga, escritor (España)

Jaime Monsalvé, jefe de contenidos culturales de Radio Nacional de Colombia (Colombia)

Mario Montalbetti, poeta, ensayista y lingüista (Perú)

Antonio Montes, narrador, poeta y economista (España)

Jesús Montoya, poeta y traductor (Venezuela / Brasil)

Albeiro Montoya Guiral, poeta y crítico literario (Colombia)
Vicente Luis Mora, escritor (España)

Yolanda Morató, traductora y profesora titular de la Universidad de Sevilla (España)

Miriam Moreno Aguirre, ensayista (España)

Ricardo Moreno Botello, editor de Ediciones de Educación y Cultura (México)

José Manuel Moreno Cidoncha, editor de Editorial Océano / Batiscafo Libros (España)

Myriam Moscona, poeta (México)
Pablo Moya, editor y dueño de Ediciones El Milagro (México)

Luis Muñoz, poeta (España)

José Muñoz Millanes, catedrático Emérito del Graduate Center de la City University of New York (España /Estados Unidos)


N

Fabián Narvaja, editor de Ediciones Colihue (Argentina)

Ada Naval, estudiante de doctorado (España)

Clara Navarro Maicas, profesora (España)

Ángelo Néstore, poeta (España)

Carmen Nozal, escritora (España / México)

Ricardo Nudelman, editor y librero (Argentina)

Guillermo Núñez, escritor y artista visual (Chile)


O

Alejandro Oliveros, poeta, ensayista y traductor, profesor asociado de la Universidad Central de Venezuela

Philippe Ollé-Laprune, editor, promotor cultural y escritor (Francia / México)

Lucía Orellana Damacela, poeta, escritora (Ecuador, Estados Unidos)
Antonio Ortega, bibliotecario y crítico literario (España)

Julio Ortega, crítico y profesor universitario (Perú / Estados Unidos)

Efrén Ortiz, escritor y profesor de la Universidad de Veracruz (México)

Julia Ortiz, editora de Criatura editora (Uruguay)

Rafael Felipe Oteriño, poeta y ensayista (Argentina)

Jorge Oyarzún Sardi, escritor (Chile)


P

María Fernanda Palacios, escritora, Venezuela

José María Pallaoro, poeta, editor (Argentina)

Agustín Pániker, editor (España)

Yolanda Pantín, poeta y narradora (Venezuela)

Mario Panyagua, escritor (México)

Carlos Pardo, escritor (España)

Julio Paredes, escritor, traductor y editor (Colombia)

Antonio Parreño Bernal, periodista (España)

Antonio Pascual Pareja, profesor y escritor (España)

José Vicente Peiró, crítico literario y de Artes Escénicas (España)

Eduardo Pelaez Vallejo, escritor (Colombia)

Rolando Peña, artista plástico-multimedias (Venezuela)

Estela Peña Molatore, traductora (México)

Braulio Peralta, escritor (Colombia)

Jorge Alberto Pérez, escritor, traductor y periodista (México)

Agustín Pérez Leal, poeta (España).

María Ángeles Pérez López, poeta y profesora de la Universidad de Salamanca (España)

José Alfonso Pérez Martínez, poeta, cuentista y corrector (España)

Luis Pérez-Oramas, escritor (Venezuela/Estados Unidos)

Juan Antonio Pérez Sobrado Mexicano profesor en las Facultades de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (México)

Wilson Pérez Uribe, maestro, poeta y ensayista (Colombia)

Laura Petrecca, poeta (Argentina)

Miguel Ángel Petrecca, poeta, traductor, editor y librero (Argentina)

Mariano Peyrou, escritor y traductor (Argentina / España)

Pablo Piceno, poeta (México)

Julia Piera Abad, escritora y directora residente del Colby College in Spain (España)

Carlos Piera Gil, poeta, ensayista y profesor jubilado

María Pilar Puig. profesora de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela y editora (Venezuela)

Alfredo Piquer Garzón, poeta, historiador, profesor de la Universidad Complutense de Madrid (España)

Juan Vicente Piqueras, poeta (España)

Radina Plamenova Dimitrova, traductora de literatura china (Bulgaria / México)

Alberto Pocasangre, escritor, docente y miembro de la Editorial Barrilete (El Salvador)

Felipe Ponce, codirector de Ediciones Arlequín (México)

Marta Porpetta, editora de Ediciones Torremozas (España)

Antonio Porteña Lola, poeta y profesor de la Universidad de Burgos. (España)

Antonio Potela Lopa, poeta y profesor de Lengua Española en la Universidad de Burgos Corina Preciado, responsable de prensa freelance (España)

Ángel L. Prieto de Paula, ensayista y profesor de la Universidad de Alicante (España)

Luis Puig, profesor Emérito de la Universitat de València Estudi General (España)


Q

Ednodio Quintero, escritor (Venezuela)

Robinson Quintero Ossa, poeta (Colombia)

Ester Quirós, traductora y correctora (España)

Dulce María Quiroz Bustamante, profesora de la UNAM (México)

Roberta Ann Quance, ensayista y traductora de poesía (Estados Unidos)


R

Alejandra Ramírez Olvera, traductora (México)

Patricia Real Pérez, poeta (España).

Ricardo Reques, biólogo y escritor (España).

Catalina Rey Sánchez, agente literaria (Estados Unidos)

Yolanda Reyes, narradora, ensayista y librera (Colombia)

Eduardo Rezzano, escritor y músico (Argentina)

Brenda Ríos, escritora (México)

Antonio Rivero Taravillo, poeta, ensayista y traductor (España)

Josep M. Rodríguez, poeta y crítico (España)

Armando Roa, poeta y traductor (Chile)

Natalia Roa Vial, psicoanalista (Chile)

Juan Felipe Restrepo David, ensayista y editor (Colombia)

Manuel Rico, escritor y crítico literario (España)

Renata Riebeling, traductora (México)

Begoña Riesgo, profesora de la ENS de Lyon (Francia)

Gabriel Rimachi Sialer, editor en Editorial Casatomada (Perú)

Juan Felipe Robledo, poeta y profesor (Colombia)

Luis Daniel Rocca Lynn, Taller de Edición Rocca, (Colombia)

Camilo Rodríguez, traductor escritor (Colombia / México)

Darío Rodríguez, escritor y editor (Colombia)

Vìctor Rodríguez Nùñez, poeta (Cuba)

Alexis Romero, profesor universitario (Venezuela)

Martha Lucía Romero-Affre, escritora (Francia / Colombia)

Juan Romero Vinueza, poeta y traductor (Ecuador)

Fernando J. Rosenberg, profesor universitario (Argentina / Estados Unidos)

Roberto Rueda Monreal, coordinador de medios de la Asociación Mexicana de Traductores (México)

José Carlos Rosales, escritor y poeta (España)

Lucas Ruiz, escritor y profesor (España / Dinamarca)

Alfredo Ruiz Chinchay, editor de Amotape Libros (Perú)

Miguel Ruiz Effio, editor de Campo Letrado Editores (Perú)

Eduardo Ruiz Tagle, editor de Rapanui Press (Chile)


S

José Saborit Viguer, escritor, pintor, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia (España)

Guillermo Saccomanno, escritor (Argentina)

Mélanie Sadler, narradora y profesora universitaria (Francia)

Juan Carlos Sáez C., director gerente de JC Sáez Editor (Chile)

Lori Saint-Martin, narradora y traductora (Canadá)

Consuelo Sáizar de la Fuente, socióloga y editora (México)

Adalber Salas Hernández, traductor y escritor (Venezuela)

Daniel Samoilovich, poeta (Argentina)

Daniel Samper Pizano, escritor (Colombia)

Asdrúbal Sánchez, editor de Editorial Laboratorio Educativo (Venezuela)

Basilio Sánchez, poeta (España)

Blanca Sánchez, editora de Juan Pablos Editor (México)

Manuel Sánchez-Campillo, escritor y profesor (España)

Nayeli Sánchez G., co-editora de la Cartonera Editorial (México)

Isabel Sánchez Fernández, bibliotecaria (España)

Mayra Santos-Febres, escritora (Puerto Rico)

Eloy Sánchez Rosillo, poeta (España)

Beatriz Sarlo, escritora y periodista (Argentina)

Vivian Scheinsohn, arqueóloga (Argentina)

Uwe Schoor, profesor de literatura (Alemania)

Edgardo Scott, escritor, traductor y psicoanalista (Argentina)

Anthony Seidman, poeta y traductor (Estados Unidos)

Irene Selser, periodista, editora y traductora (Argentina / México)

Xavier Seoane, poeta (España)

Magali Sequera, docente y traductora (Francia)

Jessica Sequeira, narradora, traductora y periodista (Estados Unidos)

Fernando Seral Giravent, traductor (España)

Angela Serna, poeta (España)

Alfonso Serrano, editor de La Oveja Roja (Argentina)

Marina Serrano, poeta (Argentina)

Pedro Serrano, poeta, ensayista y profesor de la U.N.A.M (Mèxico)

Carlos Serrano Tirado, periodista (España)

Melissa Serrato Ramírez, periodista cultural (Colombia)

Ana María Shua, narradora (Argentina)

Jaime Siles, poeta, ensayista y profesor de la Universidad de Valencia (España)

Alberto Silva Castro, escritor y traductor (Argentina / España)

Katherine Silver, traductora literaria (Estados Unidos)

Marcelo Siarini, escritor y docente (Argentina)

Peter Sirr, poeta, ensayista y traductor (Irlanda)

Paulo Slachevsky, director editorial y dueño de LOM (Chile)

Luis Solano, editor (España)

Rafael Soler, poeta y narrador (España)

Gustavo Solórzano-Alfaro, escritor (Costa Rica)

Fernando Sorrentino, cuentista y docente (Argentina)

Blanca Strepponi, escritora y editora. (Venezuela / Argentina)

Katiuska Suárez, editora (Venezuela)

Guillermo Sucre, poeta (Venezuela)


T

Miguel Tapia, escritor y profesor de la Université Paris-Est Créteil (México)

Marcelo Teixeira, editor de Parsifal (Portugal)

Maribel Tena García, filóloga y profesora.(España)

Arturo Tendero, poeta y crítico (España)

César Tinoco, traductor (México)

Santiago Tobón, director de la editorial Sexto Piso España (Colombia)

Víctor Toledo, poeta y crítico literario (México)

Andrés Trapiello, poeta (España)

Iván Trejo, editor de Ediciones Atrasalante (México)


U

Marcelo Uribe, editor de ERA (México)

Sabina Urraca, escritora (España)


V

Carmen Valcárcel, catedrática de Universidad, España

Keila Vall de la Ville, antropóloga, narradora, poeta y ensayista (Venezuela / Estados Unidos)

Gustavo Valle, poeta y narrador (Venezuela)

Pedro Valle, poeta (El Salvador).

Álvaro Valverde, crítico y poeta (España)

Raúl Vallejo, escritor y docente (Ecuador)

Fabrice D. Vanden Broeck Gueritot, director de arte de Editorial Dragón Rojo (México)

Javier Vásconez, escritor (Ecuador)

Simón Vázquez, editor de Tigre de Paper, Països Catalans y Bellaterra Edicions (España)

Carlos Vela, Editorial Pesopluma (Perú)

Marisol Vera, editora y dueña de la editorial Cuarto Propio (Chile)

Isabel Vericat, traductora (México)

Sonia Verjovsky, traductora (México)

Miguel Veyrat, periodista y escritor (España)

Javier Vicedo Alós, poeta y dramaturgo (España)

Eduardo Vicente, director de ventas de la Librería y Editorial Ricaaventura (Chile)

Pedro Ignacio Vicuña, poeta y traductor (Chile)

José Vidal Valicourt, escritor (España)

Jorge Villalobos, poeta y jurista (España)

Miguel Vitagliano, narrador y docente (Argentina)

Damián Blas Vives, editor y director de gestión y políticas culturales de la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno” (Argentina)


W

Miguel Wald, traductor (Argentina).

Enrique Winter, poeta y traductor (Chile)


Z

Horacio Zabaljáuregui, poeta y docente universitario (Argentina)

Rossana Zaera Clausell, artista plática, aprendiz de poeta (España)

Fernando Zapata López, editor, especialista en derechos de autor (Colombia)

Pedro Nicolás Zaragoza, profesor de universidad (España)

Enrique D. Zattara, crítico y escritor argentino, director de El Ojo de la Cultura Hispanoamericana (Argentina)

Lila Zemborain, poeta (Argentina / Estados Unidos)

Verónica Zondek, poeta y traductora (Chile)

Martín Zuñiga Chávez, poeta y gestor de Urbanotopia (Perú)


Y

Fernando Yubero, profesor de literatura española y escritor (España)