martes, 1 de marzo de 2011

Las obras traducidas despiertan un creciente interés en los Estados Unidos

El artículo de Larry Rother que se ofrece a continuación, fue publicado por The New York Times y reproducido en la edición argentina de esa publicación el sábado 22 de enero de este año, sin mención de traductor.




Estados Unidos apuesta a las traducciones

El éxito arrollador de la trilogía Millennium de Stieg Larsson indica que, en lo que a literatura contemporánea en traducción se refiere, los estadounidenses están por lo menos dispuestos a leer ficción policial escandinava.

Para obras de otras regiones, en otros géneros, conquistar el interés de las grandes editoriales y los lectores de Estados Unidos sigue siendo, no obstante, un esfuerzo cuesta arriba. En el ámbito de los institutos culturales extranjeros y los editores, la tradicional aversión estadounidense a la literatura traducida se conoce como "el problema del 3%".

En este momento, empero, con la esperanza de aumentar su minúscula participación ­de un 3% aproximadamente- en el mercado estadounidense de libros, gobiernos extranjeros, sobre todo los que se encuentran en los márgenes de Europa, están tomando las riendas del asunto.

Esta campaña se limita cada vez menos a los idiomas muy hablados como el francés y el alemán. De Rumania a Cataluña o Islandia, los institutos culturales y las agencias ahora subsidian la publicación de libros en inglés, financian la capacitación de traductores, alientan a sus escritores a hacer giras por Estados Unidos y se someten a las técnicas de comercialización estadounidense.

"Penetrar en el mercado estadounidense fue algo que establecimos como un objetivo estratégico, un compromiso a largo plazo", dijo Corina Suteu, que dirige la filial Nueva York de los Institutos Nacionales de la Unión Europea para la Cultura y que dirige el Instituto Cultural Rumano. "Para los países de Europa, sean grandes o pequeños, la literatura será siempre una de las claves de su existencia cultural, y reconocemos que es la única forma en que podremos hacer que la literatura esté presente en Estados Unidos".

Dalkey Archive Press de Champaign, Illinois, este año inició una colección de literatura subvencionada por grupos oficiales de Eslovenia. El primer libro, Necrópolis de Boris Pahor, una memoria impactante sobre los campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial, fue seguido por You Do Understand, una colección de bocetos sobre la intimidad.

Dalkey tiene proyectadas colecciones similares en hebreo y catalán, y con Suiza y México. En cada caso hay un organismo de financiamiento en el país anfitrión que subsidia la publicación.

"Yo veo muy cerca el momento en que los únicos libros que podremos hacer serán libros que integren series", dijo John O’Brien, director de Dalkey. "Ya no hacemos las cosas sólo como editores de libros, sino en conjunción con consulados, embajadas e institutos del libro de otros países. Eso genera un nivel considerable de interés." Las agencias culturales extranjeras ahora ven la Web como un aliado para promocionar sus productos, a través de sitios propios y utilizando sitios estadounidenses que promocionan la literatura traducida.

Un sitio, Three Percent (Tres por ciento), fue fundado por Open Letter, la editorial de la Universidad de Rochester en Nueva York ya ha pasado a ser un foro animado para debatir y reseñar el oficio de la traducción.

Otro sitio, Words Without Borders (Palabras sin Fronteras), publica obras traducidas online y también propone un mercado en el cual los traductores pueden ofrecer muestras de su trabajo a interesantes editoriales comerciales.

"Parte de lo que hacemos es dar a los traductores más jóvenes un lugar para debutar en su trabajo sin una presión demasiado grande, un lugar donde puedan intentar ser traductores y desarrollar un poco de confianza antes de abordar un proyecto más grande", dijo Alane Salierno Mason, el fundador del sitio.

Words Without Borders también ha encargado proyectos, de los cuales el más reciente es Tablet & Pen: Literary Landscapes From the Modern Middle East, una antología de literatura traducida del árabe, el persa, el turco y el urdú. W.W. Norton la publicó con reseñas muy positivas en noviembre.

Hasta el gigante de la venta de libros online Amazon.com entró en el ruedo, con una nueva marca para la literatura en traducción llamada AmazonCrossing. La primera propuesta fue The King of Kahel (El rey de Kahel), una novela francesa de Tierno Monenembo, escritor nacido en Guinea. Hay anunciados otros cinco títulos.

Jeff Belle, responsable de marca, dijo que Amazon vio "una oportunidad en un área del mundo editorial que está marginada".

Institutos culturales públicos como el Institut Ramón Lull, que se dedica a difundir el idioma y la cultura de Cataluña y el Instituto Coreano de Traducción de Literatura han contribuido a financiar conferencias y libros en traducción, y otras entidades patrocinan viajes para llevar a los traductores a sus países de manera que puedan familiarizarse mejor con su cultura y su gente.

"Esa gente ve con claridad que hay muy poco apoyo aquí para ese tipo de trabajo, y que ese apoyo tendrá que venir desde afuera" (del sector editorial), dijo Esther Allen, profesora de literatura y ex directora del Fondo de Traducción PEN. "Todavía hay una actitud muy arraigada en las editoriales comerciales convencionales de que el consumidor estadounidense de libros no quiere leer traducciones."

2 comentarios:

  1. Hola. No veo dirección de mail en su blog. ¿como me comunico con uds por via privada?
    Saludos.

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  2. Lo primero es saber quién quiere comunicarse por vía privada y por qué motivo, ya que este blog no admite comentarios anónimos.

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