miércoles, 22 de junio de 2016

Una conversación con Marcial Souto

Ayer tuvo lugar la tercera reunión del Club de Traductores Literarios en el Instituto Goethe. El invitado fue Marcial Souto, quien conversó con Jorge Fondebrider a propósito de su carrera de traductor, refiriéndose a sí mismo a las revistas que dirigió y a las relaciones que entabló con algunos de los más célebres escritores de ciencia ficción del siglo XX.

Entre otras cosas, se habló también de la labor del editor Paco Porrúa, de sus múltiples seudónimos como traductor, de la colección Minotauro, de la amistad entre Souto y J.G. Ballard y Ray Bradbury. En síntesis, una velada muy cálida, debidamente acompañada por muchas preguntas del público.

Próximamente, el encuentro podrá ser visto en un enlace ad hoc.

Marcial Souto nació en La Coruña, España, en 1947. Escritor, traductor, editor, vivió en Montevideo, Buenos Aires y Barcelona. Publicó los libros de cuentos Para bajar a un pozo de estrellas (1983) y Trampas para pesadillas (1988). Dirigió las revistas El Péndulo y Minotauro, y varias colecciones de libros. Tradujo, entre otros autores, a J.G. Ballard, Ray Bradbury, William Burroughs, George Orwell, Charles Bukowski, Jack London y Edward Gorey. 

martes, 21 de junio de 2016

Otras versiones de Dylan Thomas

La Gaceta de Tucumán del 30 de marzo pasado publicó sin firma una breve noticia sobre Buenos Aires poetry, una singular revista monográfica que ya va por su tercer número. En la ocasión, uno dedicado a Dylan Thomas.

Poemas, ensayos y nuevas traducciones de Dylan Thomas

La publicación Buenos Aires poetry, revista y editorial de poesía y crítica literaria, presenta un nuevo número especial dedicado a Dylan Thomas (1914-1953), el gran poeta británico fallecido a los 39 años. La edición incluye poemas, ensayos y nuevas traducciones, entre otros materiales sobre el autor de “Veo a los muchachos del verano”, según consignó Télam.

Este número especial de la revista, que ya publicó especiales sobre Rimbaud y Ezra Pound, es parte del trabajo que llevan adelante el poeta, editor y traductor Juan Arabia, y la diseñadora Camila Evia. 

Sobre el artista cachorro

En el prólogo al especial sobre Thomas, “Rimbaud de Cwmdokin Drive” –como el autor se hacía llamar–, Arabia escribe: “No sólo la poesía de Dylan, sino su prosa (su infancia y adolescencia narrada en los hermosos cuentos de ‘Portrait of the artist as a young doc’ o Retrato del artista cachorro) adhiere a la experiencia misma, sin mediaciones o consideraciones previas, y recurre a símbolos (creativamente) eternos y universales”.

“Porque la dinámica experiencial en Dylan –continúa–, la individualidad que restituye en el escenario histórico con sus versos (su genia a mi juicio, era su libertaria juventud), es la de una constante pérdida, sólo posible de recuperar –con el paso del tiempo, y al igual que la opiómana juventud de Coleridge– a partir de la pérdida de todos los sentidos”.

Arabia sostiene: “Las luminosas baladas y alabanzas de Dylan, como él mismo llegó a escribir en su nota a la edición de noviembre de 1952, están escritas ‘por amor al hombre y en alabanza a Dios, y yo sería un condenado tonto si ello no fuera así’. Agregar palabras o restar importancia a esta humilde advertencia, sería algo parecido a dejar caer la lágrima del tiempo”.

Sitio digital

El sello, que incluye la colección de poesía “Pippa Passes”, cuenta con un sitio digital, https://buenosairespoetry.com/, donde los lectores y usuarios encontrarán la librería online y podrán comprar las publicaciones; el catálogo que incluye la colección, la revista y números especiales; así como los puntos de venta en todo el país y en el exterior. 

lunes, 20 de junio de 2016

Un título que sigue siendo problemático

Daniel Varacalli Costas tuvo la amabilidad de enviar al Club de Traductores Literarios de Buenos Aires las siguientes reflexiones sobre el problema que plantea el título de la famosa novela de J.D. Salinger. Lo hace invocando las entradas de Jorge Aulicino (29 de enero de 2010) y de Fernando Sorrentino (30 de enero de 2010), amblas oportunamente subidas en este blog.

¿Cazador o guardián?

Hace ya varios años se publicaron en este blog dos entradas referidas a las traducciones españolas del título de la novela The Catcher in the Rye, de J. D. Salinger, firmadas respectivamente por Jorge Aulicino y Fernando Sorrentino. Ambas coincidían en que el título El cazador oculto, en la versión pionera de 1961 debida al argentino Manuel Méndez de Andés, resulta superior a El guardián entre el centeno, adoptado por la española Carmen Criado en 1978 y aprobado por el propio Salinger.

Los ensayistas, sin embargo, coinciden por razones diferentes. Sorrentino, siguiendo un artículo previo de Rodolfo Rabanal, considera intraducible  el “catcher” del original, dado que el término es tan claro como popular en Estados Unidos cuando se refiere al “cátcher” del “béisbol”, una suerte de “arquero” que no puede ser vertido al español de ese modo ni como “agarrador” sin incurrir en espanto. De modo que “cazador”, en el sentido de “cazar” la pelota, sería curiosamente para Sorrentino más aceptable, aunque “guardián” sea una palabra más cercana a nuestro “arquero”. Para Aulicino, en cambio, el personaje de la novela, el adolescente Holden Caulfield, nunca está en posición de “guardián”, no vigila a nadie, y se queda con “cazador” por razones entre  nostálgicas –él leyó el libro en esa traducción, y sabemos del poder de las primeras impresiones- y poéticas.

Al presentar el debate, el administrador del blog desafió a argumentar a los defensores del otro título. No sé si alguien lo hizo, pero por de pronto yo me quedo en principio con el “guardián” y me gustaría explicar por qué.

La clave del asunto, como no se les escapa a los ensayistas, está en la propia novela. Sin embargo, pese a reproducir parcialmente el párrafo en el que Salinger da cuenta de su título, no parecen sacar de él la misma conclusión que yo. Como es sustancial, lo reproduzco íntegro en la traducción de Méndez de Andés. Habla el protagonista:

¿Sabes lo que me gustaría ser? –dije- ¿Quieres saber lo que me gustaría ser? Es decir, ¿si pudiera elegir?
¿Qué?
Sabes esa canción, “Si un cuerpo agarrase a otro atravesando el centeno”. Me gustaría…
¡Es “Si un cuerpo encontrase a otro atravesando el centeno! Me corrigió Phoebe- Se trata de un poema de Robert Burns.
Ya sé que es un poema de Robert Burns.
Phoebe tenía razón. Es “Si un cuerpo encontrase a otro atravesando el centeno” Pero en ese entonces yo no lo sabía.
Creí que era “Si un cuerpo agarrase a otro” -dije. Bueno, de todos modos me imagino a muchos niños pequeños jugando en un gran campo de centeno y todo. Miles de niños y nadie allí para cuidarlos, nadie grande, eso es, excepto yo. Y yo estoy al borde de un profundo precipicio. Mi misión es agarrar a todo niño que vaya a caer en el precipicio. Quiero decir, si algún niño echa a correr y no mira por dónde va, tengo que hacerme presente y agarrarlo. Eso es lo que haría todo el día: sería el encargado de agarrar a los niños en el centeno. Sé que es una locura; pero es lo único que verdaderamente me gustaría ser. Reconozco que es una locura.

Cuando Aulicino dice que Holden Caulfield no cuida ni vigila a nadie, se refiere a cómo el protagonista se comporta en la novela, pero no a lo que el personaje dice querer ser. Más allá de ser un chico escapista y alocado, Caulfield está hablando de su vocación en una particular coyuntura vital: la adolescencia. Aunque suena delirante –y Caulfield lo admite al final- a él sólo le gustaría dedicarse a estar oculto entre el centeno y agarrar a los chicos que juegan para que no caigan en un precipicio. En definitiva: cuidarlos. Es claro que la palabra “cazador” nunca alude a alguien que cuida, sino a quien se apropia para sí de un animal, al que en general termina comiendo. Es imposible seguir a Aulicino cuando dice: “Lo que hace el personaje es soñar que, en un gran campo de centeno, él se empeña desesperadamente en atrapar a los niños para que no caigan en el precipicio cercano. En este sentido, está lejos aún de ser un guardián.” Pero si no es un guardián, mucho menos entonces es un cazador.

Más adelante aclara: “El cazador atrapa su presa, se cobra una pieza, la derriba y siempre, en último caso, la toma.” Completamente de acuerdo: Holden Caulfield sueña en cambio con ser un guardián, un cuidador, un custodio, pero jamás un cazador.

Ahora bien, el texto de Salinger da una segunda clave acerca del título. Está tomada de un poema del escocés Robert Burns, que Caulfield recuerda mal. Si volvemos al texto, veremos que él dice “agarrar” un cuerpo donde el original dice “encontrar” (esto es, cambia “meet” por “catch”), ante lo cual es corregido inmediatamente por su interlocutora.

Para disipar la cuestión, tengo ante mí una hermosa edición de 1884 de la obra poética completa de Robert Burns, en cuya página 481 luce el poema en cuestión, en letra diminuta:

Comin thro' the rye, poor body,
Comin thro' the rye,
She draigl't a' her petticoatie,
Comin thro' the rye!

O, Jenny's a' weet, poor body,
Jenny's seldom dry:
She draigl't a' her petticoatie,
Comin thro' the rye!

Gin a body meet a body
Comin thro' the rye,
Gin a body kiss a body,
Need a body cry?

Gin a body meet a body
Comin thro' the glen
Gin a body kiss a body,
Need the warl' ken?

Se trata de la letra de una canción popular escocesa, una de las tantísimas a cuya música Burns asignó una letra propia, alterando la original. En este caso, de una canción infantil, Burns hizo en 1782 una balada que, como veremos, ya no tiene nada para niños.

Ensayo una traducción sencilla del poema:

“Yendo a través del centeno, pobrecita / yendo a través del centeno / se manchó sus enaguas / yendo a través del centeno. / O, Jenny está mojada, pobrecita / casi nunca está seca / se manchó sus enaguas / yendo a través del centeno. / Si un cuerpo encuentra a otro / yendo a través del centeno / si un cuerpo besa a otro cuerpo / ¿es necesario gritar? / Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo / yendo a través de la cañada / si un cuerpo besa a otro cuerpo / ¿tiene que saberlo todo el mundo?”

El procedimiento de Burns explica el título y la novela toda. El poeta escocés transformó una canción aparentemente ingenua en una canción erótica. Holden Caulfield es un adolescente que, como todo adolescente, se resiste a abandonar la niñez. Aunque no hay marcha atrás, él sólo tiene una vocación: evitar que los niños que juegan en un campo de centeno caigan en un precipicio. Él quiere ser el guardián que los salve sin ser visto, “agarrándolos” del brazo. Nada de cazador: él es un cuidador, oculto si se quiere, pero un guardián al fin que se ve reflejado en esos niños imaginarios que no se resisten a abandonar la añorada latencia. Lo prueba la escena final de la novela que sucede en la calesita: para mí, el momento más emotivo de esta vibrante pintura de Salinger sobre el dolor que genera la irreversibilidad del crecimiento.

Por supuesto que no es casual que Caulfield confunda la cita del poema: él cambia “encontrar” por “agarrar” en relación a los “cuerpos”. Para un argentino quedaría  muy claro si la traducción dijera “coger”. En el “salvar” al niño Caulfield imagina a su cuerpo interactuando con otro. El adolecente no puede escapar a su sino: al querer salvar a otro sólo puede penetrar al otro. El cuerpo del niño que debe ser salvado se transforma así en un cuerpo deseado y deseante. Sólo llegados a este punto el “guardián” se convierte en “cazador”: el cuerpo cuidado(r) es un cuerpo cazado(r) que ya no puede escapar a su propia sexualidad.

Resta todavía una cuestión y es la referente al “centeno”. Quizás tampoco se justifique en este caso ser excesivamente literal. La palabra “Rye” en el poema de Burns podría terminar siendo un apelativo antes que un sustantivo común. La “cañada”” o mejor, “desfiladero” (glen) al que alude el poema de Burns en su última estrofa es un lugar real de Escocia: por allí se desliza un arroyo llamado “Rye” que confluye con el río Garnock en la localidad de Drakemyre. Una leyenda del siglo XVIII ubicaba allí las correrías de la “húmeda” Jenny –natural de Dalry- y no faltó quien le cambiara algunas palabras a la balada (a la que se agregaron un par de estrofas), entre ellas “fuck” en lugar de “kiss”. Así de groseros eran en el siglo XVIII.

Acaso hayamos ido demasiado lejos, pero el camino está señalado claramente en el párrafo citado de Salinger, y no hay que hacer demasiado esfuerzo para recorrerlo en estos tiempos de Internet.

Creo haber sido claro en mi opción por “El guardián en[tre] el centeno”, en tanto Caulfield aspira a ser un cuidador de niños para que su propia niñez no desaparezca en el abismo del tiempo que se escurre. Intención inútil, que no podrá contra su propia sexualidad que hará que el “guardián” devenga, fatalmente, en “cazador”.

Mantengo esta vacilación para honrar el trabajo del ignoto Manuel Méndez de Andés, cuya identidad fue develada por Fernando Sorrentino en otro trabajo: se trata del sobrino nieto del homónimo cuyo nombre lleva una calle de Buenos Aires. Mientras tanto, me indigna que en un ensayo español se consigne a la traducción de Carmen Criado como la primera en nuestra lengua, al mismo tiempo que me divierte saber que en 1965 la editorial Ariel publicó una traducción al catalán de la novela de Salinger bajo el título de L´ingenu seductor, firmada por Xavier Berenguel. Esto sí, claro, es haber ido demasiado lejos.


sábado, 18 de junio de 2016

Por octava semana consecutiva, sigue el repudio al pacto espurio entre la U.B.A. y el consorcio liderado por el Instituo Cervantes y Telefónica

El éxito de la convocatoria para repudiar el convenio que le otorga valor universal al Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española, propuesto por el Instituto Cervantes y un consorcio de universidades de España y Latinoamérica, demuestra que la movilización de la comunidad intelectual de la lengua castellana está lejos de haberse agotado. Por octava semana consecutiva actualizamos la lista de firmantes ya que,  diariamente siguen llegando adhesiones de todo el espectro de la lengua. Por lo tanto, seguirá abierta la recolección de firmas de todos aquéllos interesados en dejar sentado en este blog su repudio ante un pacto realizado de espaldas a la sociedad.

Como ya se ha explicado, no sólo han firmado la nota que se reproduce a continuación escritores, traductores, correctores, editores, intelectuales en general (historiadores, sociólogos, antropólogos, arqueólogos y periodistas, además de directores teatrales y actores), sino también un gran número de profesores de Literatura Española e Hispanoamericana, lingüistas, filólogos y lexicógrafos, que desempeñan sus tareas en  universidades argentinas y extranjeras. Acaso ellos están mejor capacitados para entender el problema que los contadores, veterinarios y dentistas que votaron positivamente el acuerdo en una sesión del Consejo Superior de la UBA…  quince días posterior al anuncio oficial del Instituto Cervantes en el Congreso de la Lengua de Puerto Rico.

Durante los próximos dos días la solicitada y la lista volverán a estarán disponibles en esta entrada para quien desee consultaras y, eventualmente, sumarse. Para hacerlo sólo tiene que enviar un mail a clubdetraductoresliterarios@gmail.com


Solicitada

Los abajo firmantes, escritores, intelectuales, docentes, investigadores y artistas del universo de la lengua castellana, queremos manifestar nuestro absoluto repudio al Memorándum de Entendimiento, un conjunto breve de artículos, con el cual la UBA se integra al convenio firmado entre el Instituto Cervantes, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Salamanca, que pretende otorgarle al Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE) valor universal y hegemónico. Consideramos que se trata de  una grave intromisión en la independencia lingüística de Latinoamérica, así como de un perjuicio a los intereses políticos y comerciales de la región.


A
Martín Abadía, Enrique O. Abeya-Gilardon, Gabriela Adamo, Lucas Adur, Silvia Aguilera (Chile), Claudia Aguirre, Osvaldo Aguirre, Laura Alcoba (Francia), Diego Alfaro Palma (Chile), Fernando Alfón, Javier Almeida, Mariano Altamirano, Matías Allende Contador (Chile), Adriana Amante, Susana Anaine, Jotaele Andrade, Maria Teresa Andruetto, Daniela Ansa, Angelika Antonio Rubin, María Amelia Arancet Ruda, Graciela Aráoz, Fernanda Aren, Teresa Arijón, Elvira Arnoux, Alessio F. Arredondo,  Adriana Astutti, Alejandra Atadía, Jorge Aulicino, Márgara N. Averbach,
B
Claudia Bacci, Cecilia Bajour, Miguel Balaguer, Alejandro Balazote,  Florencia Baranger-Bedel, Pablo Bardauil, Julina Barembuem (Francia), Ian Barnett, Carolina Bartalini, Alcira Bas, Carlos Battilana, Matías Battiston, Gustavo Beade, Eric Beaumatin (Francia), Roberto Bein, Natalia Belenguer, Sonia Bello, Bárbara Belloc, Asher Benatar, Laura Benítez, Julia Benseñor, Daniela Bentancur, Diego Bentivegna, Gladys Berisso, Angel Berlanga, Emilio Bernini, Eduardo Berti, Concepción Bertone, Pablo Betesh, María de los Ángeles Bianchi, Ana Lia Biderman, Sonia Bierbrauer, Mónica Billoni, César Bisso, Andrea Bohrn, Elisa Boland, Karina Bonifatti, Piedad Bonnet (Colombia), Juan Bonilla (España), María Angélica Bonilla, Manuel Borrás (España), Claudia Borzi, Pablo Braun, Matías Bruera
C
Marcelo José Cabarcas Ortega (Colombia), Gabriela Cabezón Cámara, Rubén Faustino Cabrera, Susana Cabuchi, Javier Calvo, Silvia Camerotto, Silvana Campanini, Magdalena Cámpora, Marco Antonio Campos (México), Sibila Camps, Martín Caparrós, Anália Capdevila, Pablo Caramelo, Marina Cardelli, Sandra Carli, Penélope Cartelet, Fabián Casas, Fernanda Castelano Rodrigues (Brasil), Alejandro Castro, Nora Catelli, Maite Celada (Brasil), Rocío Cerón (México), Valeria Cervero, Sergio Chejfec, Matías Chiappe (Japón), Ricardo Chiesa, Micaela Chirif (Perú), Luis Chitarroni, Federico Ciamberlini, Oliverio Coelho, Marcelo Cohen, Sara Cohen, Andrea Cofán, Javier Cófreces, Vanina Colagiovanni, Nicolás Coletto, María del Carmen Colombo, Gabriela Comte, Oscar Conde, Carlos Roberto Conde Romero (México) Estela Consigli, Jorge Consiglio, Sandra Contreras, Lucila Cordone, Luciana Cordo Russo, Juan David Correa (Colombia), Sylvia Costa, Flor Cresta, Américo Cristófalo, Claudio Crivelli, Marcela Croce, Adriana Cristina Crolla, Esther Cross, Anna Crowe (Escocia),
D
Julián D'Alessandro, Paola D’Angelo, Guillermo David, Juan José Delaney, Silvia Delfino, Pablo De Santis, Juan de Sola (España), Valentín Díaz, Mariana Di Cío (Francia), Ariel Dilon, María Teresa D'Meza (Cuba), Mariana Dimópulos, María di Stefano, Ignacio Di Tulio, Ángela Lucía Di Tullio, Leonora Djament, Jordi Doce (España), Nora Domínguez Rubio, Leandro Donoso, Elsa Drucaroff,
E
Víctor Ego Ducrot, Andrés Ehrenhaus, Laszlo Elderyi (Uruguay), Neide Elias (Brasil),Verónica Engler, Carolina Esses, Juan José Estévez,
F
Geneviève Fabry (Bélgica), Sylvia Falchuk, Ángel Faretta, Adriana Fernández, Nancy Fernández, Zulema Fernández, Álvaro Fernández Bravo, Inés Fernández Moreno, Martina Fernández Polcuch, Gustavo Fernández Walker, Alex Ferrara, Horacio Fiebelkorn, Tamara Figueroa, Judith Filc (Estados Unidos), Diego Fischerman, Graciela Foglia (Brasil), Laura Fólica, Jorge Fondebrider, Diego Forte, Ana Franco (México), Daniel Freidemberg, Silvina Friera, Leonardo Funes, Alejandra Furfaro,
G
Pablo Gaiano, Carlos Gamerro, Lélia Gándara, Inés García Botana, Antonia García Castro, Gabriela García Cedro, Emilio García Wehbi, Marietta Gargatagli, Inés Garland, Florencia Garramuño, Miguel Gaya, Jorge Geffner,  Francisco Gelman Constantin, Alicia Genovese, Analía Gerbaudo, Mabel Giammatteo, Pablo Gianera, Daniel Gigena, Sol Gil, Abel Gilbert, Paula Giménez Zapiola, Gabriel Giorgi, Mónica Girón, Marisa Godoy, Graciela Goldchluk, Víctor Goldstein, Alejandro González, Betina González, Horacio González, Jonio González, Rafael Goñi, Inés Grimland, Ezequiel Grimson, Lucía Grodsinsky, Roberto Guareschi, Leila Guerriero, Richard Gwyn (Gales),
H
Fabián Haim, Claudia Hartfiel, Liliana Hayat, Liliana Heer, Itziar Hernández (España), Patricia Hernández, Frida Herz, Alejandro Horowicz, Luis Francisco Houlin Dintrans,
I
Carla Imbrogno, Pablo Imen, Pablo Ingberg, José Insúa, Fabián Osvaldo Iriarte, Pola Iriarte (Chile), Jorge Isaías,
J
David Jacobson, Natalia Jakubecki, Alexandra Jamieson Barreiro, Darío Jaramillo Agudelo (Colombia), Noé Jitrik, Silvia Jurovietzky, Mario Jursich (Colombia),  
K
Tamara Kamenszain, Laura Kaplan, Alejandra Patricia Karamanian, Alejandro Kaufman, Sergio Kiernan, Guillermo Korn, Laura Malena Kornfeld, Eduardo Kragelund, Christian Kupchik,
L
Juan Manuel Lacalle, Patricia Lálage del Vall, María Lanese, Alicia Laplace, Alejandra Laurencich, Daniela Lauria, Denise León, Mara Faye Lethem (Estados Unidos),  Mauro Libertella, Daniel Link, Jorge Locane (Alemania), María Rosa Lojo, María Pía López, Eugenio López Arriazu, Carlos López Beltrán (México), Pura López Colomé (México), Ana María Lorandi, Diego Lorenzo, Carolina Lozada (Venezuela), Gabriel Lozano, Marcela Lucero,
M
Ariel Magnus, Silvia Maldonado, Héctor Manni, Elena Marengo, Lucas Margarit, María Moreno, Daniel Martínez, Uriel Martínez Venegas (México), Claudia Masín, Carlos Masotta, Mirtha Paula Mazzocchi, Víctor Manuel Mendiola (México), Ricardo Mendoza Rademacher (Chile), Andrea Menegotto, Tununa Mercado, Mercedes Merino, Silvana Meta, Eduardo Milán (Uruguay), Ignacio Miret, Javier Mocarquer (Estados Unidos), Cristian Molina, Rodrigo Molina-Zavalía, Sylvia Molloy, Fabián Mónaco, Rafael Mondragón (México), Mario Montalbetti (Perú), Graciela Montaldo, René Montero Montano (México), Miguel Ángel Montezanti, Fabio Morábito (México), Juan Carlos Moreno Cabrera (España), Graciela Morgade, Julieta Mortati, José Luis Moure, Debi Mundani, Hugo Murno,
N
Adelaide Navarret, Juana Nicolaou, Michel Nieva, Valentina Noblia, Alejandro de Nuñez,
O
Julieta Obedman, Alejandra Obermeier, Elena Luján Odriozola, Ana Ojeda, Leonardo Oksman, Sebastián Olaso, Alejandro Olazabal, Lucrecia Orensanz (México), Diana M. Ortega, María Gabriela Ortiz, Pablo Ortiz (Estados Unidos), Alexandra Ortiz Wallner (Alemania), Elsa Osorio, Araceli Otamendi, Sonia Otamendi, Rafael Felipe Oteriño,
P
Cecilia Palmeiro, Lucas Panaia, Tamara Padrón Abreu, Aldo Parfeniuk, Sandra Pasquini, Hilda Paz, Ingrid Pelicori, Diego Peller, Marina Inés Pepe, Claudia Pérez, Cecilia Pérez de Micou, Paula Pérez Alonso, Graciela Perosio, Lucas Petersen, Miguel Ángel Petrecca, Maria Pibernus, Gabriela Clara Pignataro, Claudia Piñeiro, Nancy Viviana Piñeiro, Silvina Poch, Judith Podlubne, José Maria Poirier, Antonio José Ponte (Cuba/España), Ángela Pradelli, Ana Pruis, Agnieszka Julia Ptak,  Mercedes Pujalte, María Lucía Puppo,
R
Alejandro Raiter, María Laura Ramos, Olga Regueira, María Cristina Renard, Jorge Revsin, Alicia Silvia Rey, Esteban Javier Rico, Cynthia Rimsky (Chile), Armando Roa Vial (Chile), Victoria Rodríguez Lacrouts, Waldo Rojas (Chile), Mariana Romo Carmona (Estados Unidos), Gonzalo Roncedo, Hernán Ronsino, Mirta Rosenberg, Silvia Rotemberg, Fernando Rouaux, Cora Rozwadower-Grätzer (Francia), Mario Rucavado Rojas, Natalia Ruhl, Facundo Ruiz, Pablo Martín Ruiz (Estados Unidos), Ricardo Ruiz,
S
Guillermo Saavedra, Julia Sabena, Ina Salazar (Perú/Francia), Alejandro Schmidt, Scott Sadowsky (Chile), Elisa Salzmann, Daniel Samoilovich, Beatriz Sarlo, Vivian Scheinsohn, María Jimena Schere, Gabriela Schon, Federico Schuster, Francisco Segovia (México), Gabriel Seisdedos, Gabriel Senanes, Silvia Senz Bueno (España), Jessica Sequeria (Estados Unidos), Matías Serra Bradford, Marina Serrano, Pedro Serrano (México), Nora Sforza, Lorna Shaugnessy (Irlanda), Ana María Shua, Luciana Sierra, Alberto Silva Castro, Gastón Sironi, Paulo Slachevsky (Chile), Perla Sneh, Ricardo Soca, Ada Solari, Margarita Solli, Marcial Souto, Mikel Soto Nolasco (País Vasco), Rafael Spregelburd, Eduardo Stupía, Julieta Sueldo Boedo (Brasil), Jorgelina Sureda, Maristella Svampa, Mariano Sverdloff, Santiago Sylvester, Alberto Szpunberg,
T
Sergio Tanoni, Carles Tàvec, Federico E. Testoni, Diana Theocharidis, María Emilia Tijoux, Mario Tomé, Sandra Toro, Jorge Torres Zavaleta, Diego Trelles Paz (Perú),
U
Lidia Unger, Pablo Usabiaga, Teresa Usandivaras, Alejandra Uslenghi (Estados Unidos), Leandro Uteda,
V
Luisa Valenzuela, Gustavo Valle (Venezuela), María Esther Vázquez, Graciana Vázquez Villanueva, Diana Vega, Ana Vellegal, Luciana Velloso, Santiago Venturini, Carmen Verlichak, Pedro Ignacio Vicuña (Chile), Gabriela Villalba, Claudio Villarreal, Silvia Villegas, Juan Villoro (México), Elena Vinelli, Marcela Visconti, Miguel Vitagliano, Martín Vitton,
W
Miguel Wald, David Wapner, Gerardo Wehinger, Guadalupe Wernicke, Laura Wittner, Marcela Woods,
Y
Débora Yánover
Z
Horacio Zabaljáuregui, Enrique Zattara Hernández, Amelia Zerrillo, Pablo Zdrojewski, Verónica Zondek (Chile), Julia Zullo, Patricio Zunini.


Universidades e instituciones educativas a las que pertenecen los firmantes

Universidad Católica Argentina (Argentina)
Universidad de Belgrano (Argentina)
Universidad de Buenos Aires (Argentina)
Universidad de San Andrés (Argentina)
Universidad del Salvador (Argentina)
Universidad Nacional Arturo Jauretche (Argentina)
Universidad Nacional de La Plata
Universidad Nacional de Lanús
Universidad Nacional de Mar del Plata
Universidad Nacional de Rosario (Argentina)
Universidad Nacional de San Luis (Argentina)
Universidad Nacional de Tres de Febrero (Argentina)
ENSLV "Sofía E. Broquen de Spangenberg" (Argentina)
IES en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández" (Argentina)
Instituto Superior de Formación Docente 3 (San Martín de los Andes, Argentina)
Instituto Superior de Profesorado n.° 8 "Alte. Guillermo Brown" (Santa Fe, Argentina).
Universidad Federal de São Paulo (Brasil)
Universidad Católica de Chile (Chile)
Universidad de Chile (Chile)
Universidad Jorge Tadeo Lozano, sede Caribe. Cartagena (Colombia)
UNAM (México)
Universidad de la República (Uruguay)
New York University (Estados Unidos)
Providence College (Estados Unidos)
UC Davis (Estados Unidos)
Tufts University (Estados Unidos) 
Humboldt-Universität zu Berlin (Alemania)
Universidad Libre de Berlín (Alemania)
Universidad Autónoma de Madrid (España)
Universitat Pompeu Fabra (Barcelona / España)
Université de Caen-Normandie (Francia)
Université de Lille 3 (Francia)
Université Sorbonne Nouvelle Paris III (Francia)
Université Catholique de Louvain (Bélgica)
Tokyo University (Japón)

Adhesiones Institucionales

Centro PEN Argentina
Fundación Victoria Ocampo
Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y Comparados
Diccionario Latinoamericano de la Lengua Española (http://untref.edu.ar/diccionario/)
Archivos del Sur








viernes, 17 de junio de 2016

Gregory Rabassa (9 de marzo de 1922-13 de junio de 2016)

El 13 de junio pasado, a los 94 años, murió Gregory Rabassa, el traductor estadounidense especializado en literatura latinoamericana de lengua castellana y portuguesa. Según informa Wikipedia, “se destacó por sus traducciones de Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Clarice Lispector, Joaquim Machado de Assis y Jorge Amado”  La muy escueta noticia en las páginas en castellano termina así: “ Se lo considera una figura influyente en el boom latinoamericano”.

La misma fuente, pero en inglés, informa que “Rabassa nació en Yonkers, Nueva York, en el seno de una familia encabezada por un emigrado cubano. Después de servir durante la Segunda Guerra mundial como criptógrafo en la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS por sus siglas en inglés), obtuvo un título en Dartmouth. Posteriormente se doctoró en la Universidad de Columbia y enseñó allí por más de dos décadas, antes de aceptar un puesto en el Queens College, City University of New York.” La noticia continúa con sus méritos como traductor, con su relación con García Márquez, de quien tradujo Cien años de soledad, con su amistad con Julio Cortázar, con los distintos premios que recibió por su labor, entre ellos el que recibió por su versión de Rayuela, de Cortázar. 

El artículo concluye mencionando, If This Be Treason: Translation and Its Dyscontents, A Memoir, que publicó en 2005 sobre su tarea como traductor y con un dato más bien estúpido: “Rabassa a veces traducía sin haber leído el libro antes”.

Para quienes deseen ampliarla, la noticia fue publicada el 14 de junio por el Washington Post y por The Paris Review,  y el 15 de junio por The New York Times (los links están al final de la página).

Hacia el final del obituario de The New York Times se lo cita diciendo: “Si el libro es bueno, el traductor tiene que ser un carnicero para matarlo. Si el libro es muy bueno, incluyo un payaso puede hacerlo realidad”.



jueves, 16 de junio de 2016

II Encuentro: Ciclo 2016 de entrevistas, conferencias y paneles. "La palabra del creador"



Panel de traductores:
¿Iluminaciones súbitas, técnicas fugaces, soluciones pasajeras?
Sobre algunos problemas prácticos en la traducción literaria

16 de junio de 2016, de 18 a 20hs

Participan:
Jorge Aulicino
Diego Bentivegna
Silvia Camerotto
Laura Carugati
Eduardo Sinnott

Coordina:
Magdalena Cámpora

Organiza:
Escuela de Letras de la Facultad de 
Filosofía, Letras y Estudios Orientales

Aula Magna de la Facultad de Filosofía, Letras y Estudios Orientales
Lavalle 1878 CABA
Entrada libre y gratuita. No se requiere inscripción previa
PARA MAYOR INFORMACIÓN:

miércoles, 15 de junio de 2016

Publicada en el diario La Nación, de la Argentina, el 12 de junio pasado, la siguiente nota de Fabiana Scherer da cuenta de las muchas alternativas por las que pasan las novelas de autores argentinos antes de ser traducidas y publicadas en el exterior.

A la caza del talento literario argentino

Bettina B. Schrewe
"Somos los espías del mundo de los libros", dijo alguna vez la veterana Bettina B. Schrewe reconocida scout que trabaja desde Nueva York con los ojos puestos en más de 17 países. En la mayoría de los casos, estos buscadores de tesoros literarios trabajan para grandes editoriales dispuestos a detectar, cuanto antes, un futuro éxito o una tendencia.

Damián Tabarovsky
Hay quienes se atreven a hablar de ellos como buscadores de talentos, como hombres y mujeres de gran olfato. Pero como todo gran negocio, podemos pensar en los mismísimos cazadores de talentos que hacen de las suyas en Hollywood o los que recorren el mundo en representación de clubs de grandes ligas. En el mercado editorial están quienes aplican su olfato para detectar una literatura diferente, la que se cocina por lo general en editoriales independientes y, como bien explica Damián Tabarovsky, editor de Mardulce y a riesgo del trazo grueso: " "Hay un grupo de editores extranjeros que siguen buscando una literatura very typical, ya sea retomando la herencia del Boom, los temas políticos o buscando cierto estilo de literatura internacional escrita en español. Muchos agentes literarios y las grandes instituciones del mercado literario hispanohablante (los grandes premios, las multinacionales, etcétera) suelen priorizar también estos productos editoriales, que presuponen que pueden llegar a ser traducidos para un público mainstream. Pero hay un segundo tipo de editor extranjero, de gran crecimiento, muy atento a lo mejor de la narrativa argentina contemporánea, que valora esa zona de riesgo e innovación en el estilo y la sintaxis. Que un autor como César Aira, cuyas cifras de ventas están lejos de ser grandiosas, esté traducido a más de quince idiomas, es un indicio de eso mismo. Que una gran editorial como Gallimard, de Francia, haya contratado un libro de Hernán Ronsino, o que otra grande como Rizzoli, de Italia, uno de Selva Almada, o el excelente catálogo de autores argentinos que tiene la prestigiosa editorial francesa Christian Bourgois, entre muchos otros ejemplos, son un indicio de que hay un interés creciente por las literaturas más interesantes."
Victoria Rodríguez Lacrouts
En la reciente edición de la Feria del Libro de Buenos Aires, la Fundación TyPA (Teoría y Práctica de las Artes) llevó adelante la XIV Semana de Editores en Buenos Aires, en el que se dieron cita agentes literarios, editores, traductores y scouts de los Estados Unidos, Dinamarca, Brasil, Alemania, Grecia, Inglaterra, Francia e Italia. ¿El objetivo? Mostrar y profundizar la producción de libros de autores locales. "Promover la publicación de escritores argentinos en el exterior -explica Victoria Rodríguez Lacrouts, a cargo del área de Letras de Typa-. Es importante que conozcan la mayor cantidad de sellos posibles: grandes y chicos. Ofrecerles la foto más completa posible del estado de la literatura argentina. La realidad es que hoy en día, el entusiasmo, el catálogo razonado y sentido está del lado de las más pequeñas, y eso lo notamos ya desde la manera en que estas editoriales presentan a sus autores. Y son las que más entusiasmo generan entre los editores. A las grandes las ven en la Feria de Frankfurt, hay muchas editoriales increíbles que no pueden viajar. Para que las conozcan, existe un programa como éste."

Leonora Djament
Como reconoce Leonora Djament, directora editorial de Eterna Cadencia, no hay una fórmula para conseguir que los escritores sean cada vez más traducidos. "Lo que se necesita básicamente es transmitir entusiasmo y convicción Y definitivamente iniciativas como las de Typa, con Gabriela Adamo en sus orígenes y con Victoria Rodríguez Lacrouts hoy, son fundamentales para dar a conocer la producción literaria argentina al mundo. El programa de Typa ha ayudado a armar una red de complicidades en torno a nuestras ficciones argentinas en el mundo."

A Rodríguez Lacrouts lo que más le llama la atención es el entusiasmo que muestran los editores, traductores y scouts en relación a la literatura argentina. "No vienen como tabulas rasas, ya tienen una mirada sobre el campo literario argentino. Me sorprende también encontrar, en este sentido, algunos proyectos editoriales muy pequeños, autogestionados, pero basados cien por ciento en literatura latinoamericana. Puedo citar de memoria a la editorial Boca de Suecia, a cargo de una excelente traductora; Hana Axxen, y también a Skojdt Forlag, de Dinamarca."

Camila Skojdt

Y es justamente Camila Skojdt quien se muestra encantada con la cantidad de editoriales independientes que conoció durante su visita a la ciudad. "Es importante descubrir a estas editoriales que les dan lugar a autores más literarios. En Europa también está emergiendo este tipo de editoriales, pequeñas que buscan otro tipo de autores", reconoce esta mujer licenciada en Filosofía y Letras especializada en Castellano que ha trabajado como traductora para diversos sellos daneses hasta que en 2006 fundó su propia editorial. Camila, exjugadora de hándbol que llegó a disputar un Mundial juvenil, ha publicado a autores como Pablo de Santis, el español Rafael Reig, el chileno Alejandro Zambra y la mexicana Elena Garro, entre otras plumas. "Este año -dice orgullosa- publicaremos Rayuela, de Julio Cortázar, por primera vez en danés y laTrilogía involuntaria, del uruguayo Mario Levrero." Ella confiesa que tras escuchar las propuestas de críticos literarios, periodistas y editores locales, deja el país enamorada de los títulos de Mardulce y Eterna Cadencia. Además, asegura: "Selva Almada y Ariana Harwicz son dos autoras que llamaron mucho mi atención. También, Mariana Enríquez".

Ya en la última Feria de Frankfurt, la periodista y escritora Mariana Enríquez despertó un gran interés, efecto que repitió en este encuentro. Katie Raissian, fundadora de la revista de arte y de literatura Stonecutter Journal y editora del sello Grove Atlantic Inc destaca la obra de Enríquez y también a Almada, Harwicz, Sylvia Molloy y Ricardo Romero. "La competencia en el mercado estadounidense es muy fuerte, pero hay una diferencia entre los best sellers y las otras búsqueda literarias. Los autores argentinos tienen una fuerte tradición, han sido maestros de otros grandes escritores, son un referente -señala-. Para hacer frente a este universo competitivo es importante trabajar con cada libro, con cada autor, para darlos a conocer y generar un interés. Mariana Enríquez y César Aira ya han ingresado en el mercado. En enero -anticipa-lanzaremos una colección dedicada a Alejandra Pizarnik."

Leonora Djament, de Eterna Cadencia, coincide con esta idea de que el trabajo es libro a libro. "Porque cada libro es un universo distinto, una lengua diferente, y por lo tanto hay que pensar cuál es el sello editorial extranjero que mejor puede recibir y trabajar ese mundo. Nos parece fundamental que nuestros autores sean traducidos, básicamente porque la literatura es eso: circulación de textos, palabras, personajes, territorios."

Por su parte, el director editorial de Adriana Hidalgo editora, Fabián Lebenglik, reconoce que para que una obra llegue al exterior las figuras de agente, scout y traductor son importantes. "A ellos hay que sumar las del editor y la del propio escritor. También influye la ayuda económica que se brinda a editores extranjeros para las traducciones de argentinos en otras lenguas, como el que gestiona el Programa Sur."

De exportación

En 2009 se creó el Programa Sur (programa-sur.mrecic.gov.ar) de apoyo a las traducciones, que otorga apoyos económicos a editores extranjeros que publiquen obras de autores argentinos a cualquier idioma extranjero. Fue declarado política permanentedel Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto mediante la Resolución Ministerial 73 del año 2011. Con este tipo de herramienta estratégica, Argentina se sumó al reducido grupo de países con programas activos para la promoción internacional de su producción literaria e intelectual. "En poco tiempo se transformó cuantitativa y cualitativamente en el programa más importante entre las naciones de habla castellana -señala Diego Lorenzo, responsable del programa-. Como logro sustancial hay que subrayar que ha consolidado el comercio y la exportación de derechos de obras argentinas como una estrategia indispensable en un contexto mundial cada vez más competitivo y globalizado. Hasta la fecha, en un hecho sin precedentes para la historia de las traducciones de obras locales, se han aprobado apoyos para 1060 textos de más de 380 autores en 46 países y a 40 idiomas. Cortázar, Borges, Bioy Casares, Claudia Piñeiro, Rafael Spregelburd, Alan Pauls, Lucía Puenzo, Mempo Giardinelli, Liliana Bodoc, Sábato, Sergio Bizzio, Samanta Schweblin, Liniers, Eduardo Sacheri y Pablo De Santis, son algunos de los escritores más traducidos."

Además, destaca Lorenzo, "hay que considerar que en el ámbito local, el Programa Sur cumple un importante rol de facilitador para los títulos de las editoriales medianas y pequeñas y autores no consagrados del país al favorecer, mediante los apoyos económicos, la llamada ley del efecto multiplicador: la primera traducción es la más difícil de conseguir; después es más fácil obtener la segunda y así sucesivamente."

Se sabe que cada vez son más los traductores que ofician de scouts. En muchos casos sus opiniones suelen ser más influyente que la de los agentes literarios. "Somos grandes lectores -asegura el italiano Carlo Alberto Montalto, quien trabaja para la editorial Del Vecchio Editore-, me reconozco como un gran buscador, me apasiona investigar, descubrir nuevas voces. Pero lo que más me apasiona es encontrar un autor, que además de ser nuevo, no sea convencional, que sea capaz de ir más allá de los clisés, de las reglas, que sea capaz de romper con una lírica y proponer un estilo peculiar y singular. También me ha pasado de toparme con autores un poco más clásicos, pero no tan conocidos en sus propios países, como el mexicano Daniel Sada o el chileno Juan Emar, a quien el propio Pablo Neruda llamaba el Kafka de Chile. Pude traducir a ambos al italiano."

Esta intensa búsqueda no siempre tiene su recompensa inmediata. "Podemos estar muy convencidos de lo que tenemos entre manos, pero los tiempos de las casas editoriales suelen ser tiranos, a pesar de los programas que pueden ayudar en la financiación de la publicación."

Cada palabra de Montalto es apoyada por Elmira Myresioti Aliverti, quien desde 2012 es copropietaria de Ediciones Opera, la editorial griega que se especializa en traducciones de habla hispana. "Hay un interés por los autores argentinos en Grecia. Quizá tenga que ver con el temperamento del pueblo y cuán fácilmente uno puede sentirse cerca de lo que tiene que contar un argentino, no sólo en ficciones. Hoy hay un acercamiento a temas políticos y económicos. Compartimos ciertos rasgos."

El desafío de las editoriales es lograr que sus autores sean y sigan siendo traducidos. "Conseguirlo depende de un trabajo constante, especialmente internacional -agrega Lebenglik-. El campo literario está muy fragmentado y hay muchos canales a través de los cuales un editor extranjero puede conocer autores de nuestro país. Ellos conocen bien sus propios mercados y lo que buscan varía según el país y el tipo de editorial: calidad literaria, literatura de género, buenas historias, aristas políticas... Es un repertorio variado. Los editores también actúan por contagio: si un escritor de nuestro catálogo se traduce a una lengua, eso muchas veces resulta un indicio a tener en cuenta para un editor de otra lengua. Porque aunque haya muy buenos agentes literarios, el mejor agente de sus autores y sus libros es el editor, dado que conoce mejor que nadie las razones por las cuales tal o cual libro o autor forman parte de su catálogo."

La Semana de Editores, reconoce Victoria Rodríguez Lacrouts, puede ser un tanto caótica. "Una semana es un tiempo demasiado corto quizá para un objetivo tan grande, y por eso se van con una ensalada de nombres y títulos, pero también es genial ver cómo se repiten nombres de autores en diferentes contextos. Escritores que de a poco van encontrando para los editores, scouts y traductores una línea de coherencia entre estilos, tipo de editoriales que los publican y demás." Mariana Enríquez, Romina Paula, Silvia Molloy, Ariel Bermani, Oliverio Coelho, Ricardo Romero, Julián López, Jorge Baron Biza, Hernán Ronsino, Gabriela Cabezón Cámara, Luis Sagasti. Nombres que viajarán y volverán a sonar en otras lenguas. Autores argentinos que se hacen un lugar en otros rincones del planeta.