viernes, 28 de febrero de 2025

Una encuesta para traductores sobre traducción e inteligencia artificial (10)

Décimo día de la encuesta 

Los traductores y la inteligencia artificial (10)


JONIO GONZÁLEZ

1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Fui durante años encargado del departamento de traducción de Ediciones B, editorial que formaba parte del Grupo Zeta, que además publicaba varias revistas y un diario, El Periódico de Catalunya. Se publicaba en castellano, hasta que se decidió hacer también una edición en catalán. Para ello emplearon programas que traducían al catalán lo escrito en castellano y en castellano lo escrito en catalán. A mí me tocó hacerme cargo de la corrección de las versiones en catalán de artículos para los suplementos o notas que serían publicadas más adelante. Formé un equipo de correctores, les pasaba los textos, introducían las correcciones y los cambios necesarios, me los devolvían y yo los enviaba a la “máquina”, como la llamábamos, que introducía las correcciones y volvía a mandarme los textos para una segunda corrección, cuando no tercera y cuarta. Al principio era un trabajo enorme, pero a medida que fueron pasando las semanas, los textos a corregir llegaban cada vez mejor. Al cabo de un par de meses casi no había que introducir correcciones, y éstas siempre tenían que ver con expresiones irónicas, dobles

sentidos, comentarios jocosos, metáforas, ambigüedades, juegos de palabras, con aquello, en definitiva, que escapaba a la literalidad. No hablo de traducciones “literarias” en sentido estricto, pero sí de relatos de corte periodístico, muchas veces, o entrevistas en las que el relato estaba implícito en las respuestas.

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Respecto de la utilidad. Para los dueños del Grupo Zeta era evidente: un corrector, por bien pagado que estuviese, cobraba la tercera parte de un traductor. Por otra, la inmediatez con que había que trabajar en el caso de las noticias o artículos diarios habría exigido una rapidez extraordinaria tanto a los traductores, de una u otra lengua, como a los correctores. Los directores de la editorial barajaron la posibilidad de emplear la “máquina” para traducir novelas, pero finalmente se desechó. Cuando la publicación de un libro acuciaba, por la razón que fuese, empleábamos dos, tres o más traductores coordinados por dos correctores, encargados, entre otras cosas, de la unificación del texto, y el propio departamento de Traducción, es decir yo.

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Sí, representa un riesgo, especialmente para los traductores especializados en ciencia o a la hora de traducir ensayos o no ficción en general, cualquier ámbito en el que el original exija una exactitud clara. En contrapartida, y beneficio de los grandes grupos editoriales, tendrán más trabajo los correctores, que deberán especializarse aún más y seguirán cobrando lo mismo, o menos. Por otra parte, creo que correrán menos riesgo los traductores especializados en ficción y, sobre todo, poesía. En el primer caso por razones similares a las que he señalado más arriba (ambigüedades varias, dobles sentidos, juegos de palabras, metáforas, etc.). En el segundo, por idénticas o muy parecidas razones, a las que deberían sumarse temas técnicos como ritmo, rima, etc., etc., y, sobre todo, porque, salvo rarísimas excepciones, a los traductores de poesía se les paga tan poco, cuando se les paga, que tendría muy poco sentido recurrir a la IA.



ELEONORA GONZÀLEZ CAPRIA
(Argentina)
1) ¿Qué tan familiarizada está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Muy poco familiarizada, aún resistiendo en mi obstinación y en mi poco interés por la ciencia ficción a conocer más.

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Seguramente sea una herramienta útil, pero el problema no es si es una herramienta o no para los traductores, sino cómo se la implemente o no en las editoriales, cosa que ejemplifico abajo.

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Sí, porque de hecho ya constituye un riesgo para mí en lo personal. Durante 2024, algunas de las editoriales extranjeras con las cuales trabajo, si bien no son específicamente literarias, empezaron a plantear el uso de la IA, lo cual tenía como consecuencia la precarización del trabajo humano (relegado a tareas de supuesta "revisión", peor pagas y, desde ya, como es evidente, obligadas a hacer mucho más que revisar). En mi humilde opinión, esas iniciativas, orientadas a recortar costos, van a fracasar, cuando las editoriales entiendan que serán necesarias más etapas posteriores para alcanzar la calidad pretendida. Pero, mientras tanto, ya está afectando el trabajo de traducción.


TOMÁS DOWNEY (Argentina)

1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

No mucho. Uso DeepL cuando me encuentro con algún párrafo particularmente complejo para que me sume opciones. A veces da buenas ideas, a veces no. Lo veo (quizás por desconocimiento) como un buscador avanzado, una herramienta que no funciona de forma autónoma. Lo que sí me sorprendió fue su capacidad de síntesis y abstracción: hace poco le cargué a ChatGPT la sinopsis de un proyecto de guion de cine de unas cinco páginas, le pedí un resumen de media carilla y lo hizo muy bien. Necesitaba correcciones, por supuesto, pero parecía haber “entendido”. 

¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Me remito a la respuesta anterior. Es útil como un buscador / diccionario de traducción avanzado, en el que puedo cargar un párrafo completo. La solución nunca es perfecta (a veces directamente mala o equivocada), pero ofrece varias ideas y ahorra tiempo. 

¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

No sé cuánto más puede refinarse, cuál es su límite, o si lo tiene. Al día de hoy, cualquier traducción hecha con IA necesita muchísima corrección (y atenta, porque comete errores de literalidad que pueden pasar desapercibidos), pero sí puede hacernos ganar tiempo. Dicho eso, no sé si el hecho de que una traducción se pueda hacer potencialmente más rápido es algo a nuestro favor u otra excusa para que las editoriales nos pidan todavía más celeridad. En fin, a grandes rasgos, creo que más que cambios bruscos habrá una serie de cambios graduales y más lentos, y que lo que vienen a reemplazar estas herramientas no es al traductor sino al diccionario. 



jueves, 27 de febrero de 2025

Una encuesta para traductores sobre traducción e Inteligencia Artificial (9)

Noveno día de la encuesta

Los traductores y la inteligencia artificial (9) 


Omar Lobos
(Argentina)

1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Estoy un tanto familiarizado. De hecho, para mis clases he recurrido a ella por cuestiones de tiempo para que me traduzca algún relato. Claro, luego debí someterlo a una bastante ardua corrección, y eso sin atender a cuestiones más finas de estilo, sino solo para dejar un texto legible desde el punto de vista del contenido del relato.

2) Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

No la considero una herramienta útil para el trabajo de traductor (Sí para el del docente), porque no puede percibir la voz del autor, sus períodos respiratorios, la determinada articulación de la frase más allá de lo sintáctico, etc.

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

No creo que totalmente, si hablamos de LITERATURA, donde los aspectos estilísticos son muy importantes, y se necesita -eso creo yo- una empatía emocional para percibir cómo palpita y se mueve ese texto. Entiendo que solo puede proponer textos GRAMATICALMENTE correctos y de una ya aceptable COHERENCIA.


ARMANDO ROA
(Chile)

1)¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Mi familiaridad con la inteligencia con la IA es incipiente. La he utilizado sí, en ocasiones, pero sólo como un diccionario para aclarar términos o ciertas frases, al igual que otras herramientas que están en línea. 

2)¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí,¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Es útil porque es un recurso fácilmente disponible y rápido, que almacena una gran cantidad de información proveniente de fuentes diversas y eso es un ahorro. Pero en el campo de la traducción literaria misma, no le confiaría un texto porque, al igual que otros motores virtuales de traducción, no la siento capaz de trabajar un texto con las sutilezas, matices y capacidad estética que significa el acto de traducir, ni tampoco con el conocimiento contextual del idioma y del autor, tan importantes al acometer una traducción.

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Es probable que en el campo de traducciones técnicas de textos no literarios, con un lenguaje puramente denotativo, la IA suponga un riesgo para la profesión, especialmente cuando alcance estados más avanzados de desarrollo. En el terreno literario, en cambio, donde el lenguaje involucra una experiencia humana honda e irremplazable y no un gesto puramente mecánico, su impacto será limitado y será simplemente una herramienta más al servicio del traductor.


MARIANA WINDINGLAND (Argentina)

1) ¿Qué tan familiarizada está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Lo suficiente como para no temerle.

2) Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Lo es para buscar datos o información que a veces es difícil de encontrar, siempre que se hayan agotado todos los recursos bibliográficos disponibles en la red.

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Creo que plantea desafíos a las traducciones técnicas, científicas y jurídicas, pero no a la traducción literaria. Salvo cuando una editorial hace “corrección de estilo” de, por ejemplo, un par de idiomas como el noruego < > castellano ante la ausencia de otras traducciones disponibles (como suele ser del noruego al inglés, francés o alemán). Me sucedió el año pasado: un par de editores confiaron más en la IA que en mi trabajo y publicaron un libro de divulgación científica en el que consideraron el valor de la milla estadounidense y no la escandinava, que no vale 1,609 km sino la bagatela de 10 km. Al autor no le importó demasiado pero afortunadamente NORLA, que es la agencia de promoción de la literatura noruega, retiró los fondos que había otorgado a la editorial.

 

 

miércoles, 26 de febrero de 2025

Una encuesta para traductores sobre traducción e Inteligencia Artificial (8)

Octavo día de la encuesta

Los traductores y la inteligencia artificial (8)


MARTINA FERNÁNDEZ POLCUCH
(Argentina)

1) ¿Qué tan familiarizada está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Estoy medianamente familiarizada, más por haber participado de seminarios y/o charlas que por usarla para mis traducciones. 

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Me parece una herramienta útil en general, no específicamente para la traducción literaria. Usé Deepl una vez para traducir un artículo, y el trabajo de posedición me resultó muy tedioso, por más que algunas soluciones me hayan sorprendido para bien. No creo que el resultado final haya sido muy bueno. Lo uso con cierta regularidad para llevar adelante correspondencia por mail en lenguas que entiendo pero no hablo, o que hablo pero no domino. Para ese fin, me parece maravilloso. Cuando traduzco literatura, todavía no tengo en mi horizonte la opción de recurrir a la IA. Me gusta leer y escribir, no editar, al menos no a un ente con el que no puedo conversar, que no tiene un proyecto traductivo, en quien no puedo presuponer la búsqueda de un determinado efecto. Cuando posedito, el texto nunca dejar de resultarme ajeno, lo contrario de lo que (me) sucede con la traducción.  

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión? Si sí,  por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Hace unos días un traductor alemán-sueco me contó que antes hacía traducciones técnicas, pero que hace dos años perdió la mayor parte de ese trabajo por la IA. Y eso fue el envión que necesitaba para meterse en el mundo editorial. Ahora traduce literatura. Me pareció una interesante vuelta de tuerca. En el fondo, pienso que en el futuro habrá editoriales “artesanales” e “industriales” (alguien ya lo dijo acá). Si tuviera que asesorar a unx adolescente hoy, le desaconsejaría estudiar traducción. Pero trabajando en formación de traductorxs, noto que toman la participación de la inteligencia artificial en el mundo de la traducción –paradójicamente– con mucha naturalidad.



MICAELA VAN MUYLEN (Argentina)

1)¿Qué tan familiarizada está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

No tengo experiencia con la mal llamada Inteligencia Artificial, sí uso recursos online como muchxs de ustedes, claro, pero nunca usé chat gpt ni similares, no me llama la atención ni me despierta curiosidad, aunque siento que debería interiorizarme en ello como docente, nuestrxs estudiantes lo utilizan mucho en las traducciones no literarias y lo aplican en mis materias (en traducción y también en literatura…). Entonces estoy repensando mucho la tarea en el aula. Me interesa motivarles a la artesanal tarea de la lectura y la traducción, más allá de si después usan o no la IA

 2)¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Supongo que puede ser útil para algunas cosas, como las ya mencionadas, a mí me gusta leer y traducir, y no poseditar, como dice Martina Fernández Polcuch, y lo seguiré haciendo a la vieja usanza (pero con todos los recursos que nos da la Internet, claro). Aparte de posibles errores y lo engorroso del trabajo de revisión, para mí pierde todo el placer de la creación, que es fundamental y que creo, como Jan de Jager que no va a desaparecer como tal para quienes nos interesa esta tarea, más allá de un trabajo remunerado. Y/pero justamente por ello (y con esto respondo a la tercera pregunta) me temo que a las editoriales y a lxs lectorxs no les interesa mucho todo esto (ni los derechos de autor, ni nada) y que por eso sí, de cierto modo está en riesgo la profesión, al menos como la conocemos hoy, que es la que me interesa a mí. Sin embargo, quizás se trate de ir encontrándole la vuelta a medida que conozcamos sus posibilidades. Veremos…. 

 


PEDRO SERRANO 
 (México)

1)¿Qué tan familiarizada está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Yo no estoy para nada familiarizado con la IA, lo cual no quiere decir que no vaya a hacerlo, y a aprovechar todo lo que pueda aportar en la revisión del trabajo artesanal de la escritura. Y que no esté familiarizado con su uso no significa que no haya pensado en ello. Aunque no soy capaz de leer las fórmulas matemáticas que sostienen sus operaciones, sí puedo aventurar ideas sobre la manera en que opera. Así que algún granito de arena, como en el magnífico poema de Circe Maia (¡gracias, Laura!), quizás pueda aportar, empezando por este poema precisamente. Dice Circe (no la conozco pero me agrada citarla con familiaridad textual) que cada granito y cada soplo de viento están inexorablemente predeterminados, de lo cual o no estoy muy seguro, pues habría qué saber dónde se origina el movimiento que, una vez echado a andar, va hacer que efectivamente, por cuestioones de física, ese grano vaya a caer ahí donde cayó. De la misma manera, tampoco se puede predecir, en el echarse a andar en su caída, cuál va ser la forma que va. adoptar determinado copo de nieve. Si hasta ahora no ha sido posible predecir de manera definitiva el clima, algo podría haber en los movimientos del universo que quizás no pueda reducirse a un sistema binario, que es la única forma de predecir sin duda. Lo cual me lleva directamente a contestar la primera pregunta. Yo creo que la IA no va a ser capaz de hacer por sí sola una traducción literaria, incluido en ello el uso de promts, porque traducir literatura (y aquí no hablo de esos libros que pasan a mejor vida apenas los terminamos de leer) empieza por una puesta en abismo. La traducción literaria te enfrenta de entrada con una página en blanco, en la cual todavía no está escrito todavía nada en la lengua a la que se traduce, de la misma manera en que nada estaba escrito antes de que un texto literario empezara a aparecer, ni es predecible su desarrollo y acomodo. Por supuesto que tanto la IA como cualquier persona que sepa dos lenguas es capaz de parear un término con otro. Pero la complejidad del entramado literario, el componente no explicitado en un texto, es imposible de prever. En "Variaciones sobre el derecho a permanecer callado", Anne Carson compara la traducción con la mirada de Rembrandt en un autorretrato temprano, "El artista en su estudio", un cuadro hermosísimo en el que los ojos del pintor no tienen pupila, y lo ven todo. "Esos ojos sin cuencas", dice ella, "ciertamente no están ciegos. Están involucrados en una mirada llena de fuerza, pero no es una mirada organizada de manera normal. Están viendo pero ver (es posible) es entrar en los ojos de Rembrandt desde atrás. Lo que su mirada proyecta, en dirección nuestra, es un profundo silencio". Este ensayo está publicado en español, pero no lo tengo a la mano, así que pergeñé una rápida traducción, que seguro no coincide en todo con la publicada. Lo que tomo de él, ahora, es que para traducir literatura hay que ir hasta el fondo de la mirada de quien escribe, es decir hasta ese fondo de la mente que se convierte en un ver compartido, y desde ahí, no desde el texto explícito, hacer aparecer ante nuestros propios ojos nuestra traducción. Y este proceso, que no es binario, que no tiene un antecedente concreto, que no está preinformado ni predeterminado, que surge de una mente que ve detrás del texto lo que otra mente ve, no lo puede tener la IA, precisamente porque se da en el tiempo, en lo impredecible que lo sostiene y en el cuerpo que lo vive en ese momento. Pero este es un argumento fascinante, del que hay que seguir sacando hilo.

 2)¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

La traducción literaria termina siendo, aunque no nos demos cuenta, un trabajo colectivo, por las aportaciones acumuladas en el uso de las lenguas, y por todas las herramientas que podamos tener a mano a la hora de querer optar en una incertidumbre. En ese sentido, como los diccionarios, las otras traducciones que pueda haber, incluidas las de otras lenguas, la IA, que es el resultado de un trabajo colectivo, puede servirnos para avanzar en una traducción.

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Por supuesto que la profesión va a ser afectada, como lo fue la aparición de las computadoras, que lo primero que hicieron fue que desaparecieran los tipistas, y su trabajo lo hace ahora quien escribe, sin que se le pague más por eso. Seguramente padeceremos muchas traducciones planas de libros que han de salir pronto al mercado. Pero los textos literarios que valen la pena merecen, y estoy seguro de que van a seguir teniendo, la morosidad de quien al traducir va descubriendo lo que la propia morosidad y obsesión de quien escribió un texto fue capaz de hacer ver y leer. Bouvard y Pécuchet, y su múltiple traducción, y el fascinante cuento original del que surgió, nos acompañen.

martes, 25 de febrero de 2025

Una encuesta para traductores sobre traducción e Inteligencia Artificial (7)

Séptimo día de la encuesta

Los traductores y la inteligencia artificial (7)




Itziar Hernández Rodilla (España)

1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

La IA (o plagio universal) copia nuestro trabajo (sin permiso). Eso es lo que mejor hace. En cuanto a lo demás, puede traducir el original de cualquier libro traducido que tenga en sus tripas con bastante soltura y acierto puesto que lo está copiando del libro traducido. Si no lo tiene ya traducido, seguro que también hace un buen trabajo, aunque por estadísticas e instrucciones, lo que quiere decir que se equivocará en cosas que no son lo normal: que un presidente sea en realidad una mujer, por poner un ejemplo. 

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

No, en absoluto. Es que ni me lo planteo. ¿Para qué preguntarle a una IA si sé que va a regurgitar una mezcla de lo que ha robado y, además, va a planchar el estilo? Porque escribe maravillosamente bien, pero plano como un BIC Cristal (para los que no conozcan la publicidad española, los bolígrafos franceses BIC se vendían en España con el eslogan: BIC Naranja [por el color que tenía el plástico del bolígrafo] escribe fino, BIC Cristal escribe normal). 

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Sí, claro que sí. Ya está robando derechos de autor a quien los tiene. Exigiendo derechos de autor a quien la usa. Y, encima, es mucho más barata que alguien que come tres veces al día. Por no hablar del riesgo para el planeta… Y, si nos ponemos estupendos, para la literatura como tal. Sí, habrá quien se dedique al hecho literario (también en traducción) como placer más allá de ganarse la vida o a pesar de ello, pero la mayor parte de lo que se producirá será basura peor que la que se produce ahora. 


AURELIO ASIAIN (México - residente en Japón)

1)¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Estoy muy familiarizado. Uso cotidianamente GoogleTranslator, DeepL, ChatGPT y Claude. Hoy probé DeepSeek. DeepL está bien para un primer borrador del inglés al español, no tan bien desde el francés o el italiano; desde el japonés es un desastre. ChatGPT es mejor y Claude mucho mejor (pero la versión última de ChatGPT se acerca mucho). No sólo traducen, sino que les puedes preguntar por qué eligieron tal solución y por qué no otra, pedirles que te sugieran variantes, preguntarles por la etimología de un término, por la frecuencia de uso en comparación con otro, sugerirles que empleen cierto tono, etc. Supongo (porque no las hago nunca) que para una traducción técnica ChatGPT y Claude pueden ser utilísimos y apenas habrá que preocuparse por cuestiones terminológicas. Para una traducción literaria, en la que debes cuidar el ritmo, la cadencia, el tono, la atmósfera, son tan buenas como un buen asistente canchero –hay que andarse con cuidado. Para traducir poesía están muy bien, porque puede uno ir línea por línea.

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Son utilísimas. Cuando era niño mi madre, que era traductora, nos ponía listas de palabras para que las buscáramos en varios diccionarios y anotáramos. Yo no tengo hijos, pero programas buscan en un segundo en cientos de diccionarios y bases de datos de todo tipo. Pero además comparan, resumen, etc. 

3)¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, por qué sí? Si no, por qué no?

Son peligrosas para el incauto: van aprendiendo a juzgar y discriminar e imitan el lenguaje nuestro. Cuando le pido a ChatGPT que analice la traducción de ciertos versos, me arriesgo a que responda “el ritmo de esta frase fluye mejor” (y de ritmo no tiene la más remota idea). Son tan peligrosas como un asistente humano con iniciativa –y como los humanos, si no saben, inventan. Pero son mucho más rápidas.


SILVIA COBELO (Argentina - residente en Brasil)

1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Como trabajo también en la universidad, estuvimos organizando seminarios con gente que investiga el asunto, como la prof. del Trinity College - Dublin, Natalia Resende, la cual mostró la traducción de poesía por IA, mostrando la creación de prompts sucesivos para ir puliendo la traducción.  Los resultados son realmente increíbles, como pueden ver aqui: Impacto da IA Generativa na  Tradução – 

https://www.youtube.com/watch?v=TJTbjhwLMvY

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

¡Sí, muy útil! Como ya pasaba con Google Translate y DeepL, las plataformas de IA nos traen ideas y soluciones muy buenas; en especial, con los idiomas más usados online, como el inglés.  

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Estamos viviendo un gran cambio, y como pasa siempre en estos avances tecnológicos, muchos van a perder trabajos - las traducciones más técnicas y de rutina serán hechas por IA, pero siempre tendremos autores y autoras con textos más complicados y/o oscuros para los cuales un humano será más eficaz... mientras tanto... creo que al final seremos más preparadores de textos, editores, y claro, escritores de prompts. 






lunes, 24 de febrero de 2025

Una encuesta para traductores sobre traducción e inteligencia artificial (6)

 Sexto día de la encuesta

Los traductores y la inteligencia artificial (6)

PEDRO VICUÑA (Chile)

1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?                 

La verdad es que mi conocimiento de la IA es muy tangencial. Lo digo porque, no tengo muy clara la definición de lo que es la Inteligencia Artificial. A mi parecer todo aquello que puede ser resuelto por máquinas o aparatos que, mecánica o electrónicamente,  sigan algún procedimiento de orden lógico, corresponde a la inteligencia artificial. En ese sentido, el uso de diccionarios, enciclopedias, información de diversa índole que uno encuentra en el “espacio virtual” (que de virtual nada, son señales magnéticas almacenadas en discos duros o similares, gigantes, instalados en lugares remotos del planeta por razones de, dizque, seguridad, ), sobre cada palabra o concepto que a uno le merece dudas o sobre la que tiene una noción que desea confirmar, ampliar, refutar, etc., que son las cosas que normalmente uno hace en la web, creo que corresponden al uso de inteligencia artificial.   

Respecto de la pregunta concreta, a veces uso traductores en línea, para indagar si existen acepciones de palabras que yo pueda desconocer, pero en general me encuentro con ciertos grifos incomprensibles que dan clara cuenta de que los datos recopilados por la IA, han ido siendo registrados a partir de entradas erradas.

 No olvido que los datos que circulan en la web y que son los que recopila la inteligencia artificial, son datos elaborados por seres de carne y hueso y si se da el hecho de que ya no sea así, o sea que el sistema de datos electrónicos comience a elaborar su propio lenguaje y sus propias definiciones, prefiero abandonar la sujeción a un sistema binario que no entiende de atmósferas y misterios del espíritu humano y volver al viejo ejercicio de consultar sólo diccionarios u otras traducciones que puedan iluminar pasajes que a mí me resulten oscuros o de difícil comprensión.

 Entiendo que para el negocio editorial, la traducción hecha por máquinas (o aparatos diseñados por el ser humano para aumentar la producción de bienes transables en el mercado), es muy conveniente y encierra una concepción de mundo utilitario y productivo en pos del mero crecimiento económico, ignorando y minusvalorando, sobre todo, las capacidades de las inteligencias humanas individuales. 

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no,¿por qué no?

Depende de para qué trabajo; si se trata de una traducción que se debe hacer en un determinado plazo y que se asume como una necesidad de subsistencia, creo que no es una mala idea apoyarse en lo que – grosso modo – pueda entregar el sistemita ese de la traducción seriada.

Sin embargo, si se trata de algo que uno asume como un quehacer de importancia y se enfrenta desde una lectura propia y personal, me parece que para la reescritura que eso significa, la inteligencia artificial es de muy poca ayuda y podría ser, incluso, una solución perjudicial. 

3) Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, por qué sí? Si no, por qué no?

 Sin lugar a dudas. Y no sólo para la profesión, sino, también, para la lengua. La lengua nace y se desarrolla en el diálogo entre las personas, por eso es viva y en permanente movimiento. La intervención de aparatos que funcionan de manera mecánica y en base a coordenadas de más lenta modificación, es probable que produzcan un empobrecimiento conceptual y, en ese sentido, no solo la profesión está en peligro, sino la capacidad de establecer nuevas acepciones o usos para las palabras, las derivas semánticas y todo aquello que constituye el desarrollo dinámico del pensamiento.

Siempre pienso en mi experiencia como funcionario del Ministerio de las Culturas, en Chile; casi todos los documentos venían con giros idiomáticos, errores gramaticales de uso de tiempos y de concordancias de número y de sujeto y predicado. El asunto tenía sus razón de ser en que las dudas idiomáticas de los diferentes redactores, se las resolvía Microsoft Word, aplicación que no tiene idea de castellano, pero va determinando el uso del idioma entre sus usuarios.

 El peligro, a mi juicio, radica en la automatización del idioma y, en consecuencia, en la dificultad que se irá produciendo con las lecturas y decisiones personales de cada traductor, puesto que paulatinamente serán discordantes con las soluciones planteadas por la IA y podrían llegar a ser “incomprensibles” por los usuarios medios, ergo, las editoriales preferirán aquello que les garantice una venta más masiva y ello será posible en la medida que el lenguaje usado sea más concordante con el lenguaje de los usuarios o potenciales lectores.


GUILLERMO PIRO (Argentina)

1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

No la uso en absoluto. Las veces que se me ocurrió pedirle ayuda a la IA, por curiosidad, la respuesta fue siempre errada o tonta o delirante. 

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Absolutamente no, y no creo que lo sea nunca. Sobre todo porque recurrir a la IA, si sirviera para algo alguna vez, le quitaría al trabajo toda la diversión. 

 3) Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

No. Para traducir hace falta inteligencia, y si la IA fuera inteligente no se llamaría “inteligencia”. Supongo que la IA puede tener utilización en otros ámbitos, pero no en la traducción. Seguramente es de ayuda a los traductores públicos, que no creo que experimenten algún placer traduciendo una partida de nacimiento, pero no en la traducción literaria. Fremte a problemas complejos, la IA es estúpida. 

Hagan la prueba, pídanle a la IA no ya que traduzca un texto, sino algo más simple, que identifique una letra en una palabra inventada y que diga en qué posición de la palabra se encuentra: algo que puede hacer un niño de 8 años, la IA no puede hacerlo, se equivoca. O pídanle que traduzca a otra lengua el capítulo 68 de Rayuela. El resultado va a ser tranquilizador y acabar con cualquier temor. Tal vez pueda traducir tonterías, pero no más que eso.

FLORENCIA FRAGASSO (Argentina)

1) ¿Qué tan familiarizada está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere? 

No estoy familiarizada. Mayormente traduzco poesía y no tuve oportunidad (ni necesidad ni curiosidad) de usar la IA aún en esa tarea. La traducción de poesía es artesanal y suele implicar, en mi modo de trabajo, una serie de versiones del mismo poema que luego cotejo y pulo para llegar a una nueva. Uso constantemente diccionarios (monolingües, bilingües, de sinónimos, etimológicos) tanto de papel como en línea. Y no suelo trabajar con deadlines acuciantes. Por otro lado, tuve la oportunidad de hacer una prueba para un trabajo de traducción periodística y, para mi sorpresa, me preguntaron directamente “¿Con qué IA trabajás?”, a lo que respondí “con ninguna por ahora”. El resultado de la prueba gustó pero me cuestionaron por los tiempos, ya que suponían que al no usar la IA tardaría mucho más en traducir. Y probablemente en ese punto tuvieran razón. 

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Supongo que lo sería, por cuestiones de tiempo, si la traducción fuera mi principal fuente de ingreso.

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, por qué sí? Si no, por qué no?

Si, creo que supone un riesgo porque ingresa al mercado un competidor que no tiene nada para perder


viernes, 21 de febrero de 2025

Una encuesta para traductores sobre traducción e Inteligencia Artificial (5)

Quinto día de la encuesta

Los traductores y la inteligencia artificial (5)

MARÍA JOSÉ FURIÓ (España)

1) ¿Qué tan familiarizada está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Hasta la fecha he comprobado los resultados imperfectos cuando se pretende traducir fragmentos largos. Hace un par de años recibí un libro que pensaba reseñar, una traducción de catalán a castellano de la que el editor me dijo no se había vendido un solo ejemplar. Me sorprendió lo ilegible que era el resultado, aunque la apariencia de las frases fuera correcta. La respiración del texto no era la propia del castellano. Me devané los sesos pensando qué había ocurrido hasta que llegué a la conclusión de que se había traducido con algún programa y no se habían preocupado de hacer una corrección seria. Supongo que desde entonces los programas de traducción automática han mejorado exponencialmente y para textos de estilo no muy complejo el resultado puede acercarse al que daría un traductor humano.

Tengo colegas que me han dicho que piden al programa deepl.com una primera versión del libro que traducen y a continuación trabajan sobre ella. Se trata de literatura de género.

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Me resulta útil como apoyo en el estudio de idiomas y para traducir frases estereotipadas que no sé muy bien cómo formular. En traducción literaria lo utilizo para consultar expresiones, que también busco en diccionarios online especializados. Según mi experiencia, el resultado que ofrece la máquina no siempre es acertado, más de una vez es incluso erróneo. Sin embargo, al tratarse de una especie de almacén gigantesco de alternativas, a veces me proporciona una que no conocía y que me conviene. He leído que la IA ha ayudado en la traducción de textos muy antiguos, así que como cambio de paradigma dentro de la profesión me parece tan importante como lo fue el ordenador. 

3) Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Sí, hace años que es un peligro para la profesión de traductor. La traducción con programas TAO resulta muy útil para textos largos en los que se repiten varias veces determinadas fórmulas, como pueden ser textos jurídicos o prácticos, así que me parecen un avance. Sé que desde algunas universidades se defiende su uso e incluso han introducido asignaturas dándole más relevancia que a otras formaciones que fortalecerían el criterio del futuro traductor. Agencias y editoriales recurren a estos programas, que se tratan como inversión empresarial, con las consiguientes deducciones en impuestos, y pueden cargar la factura completa al cliente sin tener que repartir el ingreso con nadie, a lo sumo con un corrector freelance mal pagado. Los nuevos programas de IA van a perjudicar probablemente en cuestión de tarifas y se van a crear dos grupos de traductores: una pequeña elite bien pagada que trabajará sobre títulos “importantes” y una masa proletarizada a la que se le exigirá que conozca al dedillo el uso de IA y cuente también con una formación superior. Lo bueno será aprovechar para crear glosarios de todo tipo de temas en los grupos de idiomas más dispares.


MARIANA DIMÓPULOS (Argentina - radicada en Alemania)

Tengo una mirada bastante pesimista (si consideramos las grandes transformaciones y automatizaciones que vendrán como algo negativo por el hecho de que nos afectarán como gremio) de los efectos futuros de la IA en la traducción. Estoy convencida de que la IA cambiará el trabajo de los traductores, incluido el de los literarios y ensayísticos, de manera fundamental en el mediano, acaso ya en el corto plazo. No digo nada sobre sus efectos sobre la escritura, que por supuesto también ya tiene (véase los debates en la educación media y superior, por ejemplo).

A las preguntas de Jorge:

1) Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Estoy familiarizada con lo que puede hacer la IA en las traducciones de teoría más que de traducción literaria, pero también la he probado alguna vez para este uso. Pero ante todo la utilizo para auto-traducirme, corregirme en otras lenguas, y consultarle por usos idiomáticos aceptables en lenguas que no son el castellano pero con las que tengo bastante familiaridad. He usado diversas, pago hasta ahora un solo servicio. Cuantas más haya y más podamos comparar sus respuestas, más útiles nos resultarán. Tienen, para la filosofía, herramientas para fijar conceptos, armar glosarios propios, etc. Esto muestra que los desarrolladores se han hecho las preguntas correctas acerca de lo que es una terminología y de cómo personalizarla lo suficiente para el trabajo propio; que no nos den una versión determinada y unificada es algo muy positivo para su aceptación por parte de los profesionales.

2) Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, por qué sí? Si no, por qué no?

Esto está respondido en la pregunta anterior, aunque nunca lo usé para iniciar una traducción por la que fuera a cobrar como traductora.

3) Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, por qué sí? Si no, por qué no?

Sí y no, pero más bien sí. Creo que la IA cambiará o está cambiando ya nuestro modo de trabajo de manera fundamental. En principio, y para mí lo más revolucionario es que convertirá toda traducción en una re-traducción. Es decir que, metodológicamente, siempre tendremos una traducción (o muchas, hechas por diversas IA o por la misma con distintas instrucciones de registro, estilo, etc.) que es potencialmente anterior a la nuestra y con la que podremos comparar nuestro trabajo. Esto disuelve la diferencia entre traducción primera y re-traducción, que es para mí una de las diferencias metodológicas y acaso epistemológicas (¿y éticas?) fundamentales del acto traductor. Va a cambiar rotundamente el modo de trabajo de la gran mayoría de los traductores y sólo dejará intacto el trabajo de algunos pocos (poesía, cierta literatura). Esto significa que el grueso de las traducciones, de las que los traductores literarios también viven, se pagarán sólo como trabajos de corrección (y esto por un tiempo, luego ni siquiera habrá que chequear con un humano). No es posible que las editoriales, en el mediano plazo, no conviertan a sus traductores en correctores de estilo. Es una cuestión de presupuesto, y en algún momento será el dinero el que decida, como ha ocurrido siempre con las transformaciones técnicas una vez que ha pasado el tiempo suficiente para que se proyecten sobre la “superestructura”, es decir, sobre el nivel de las prácticas culturales. De modo que en realidad sí, como gremio, es un riesgo o más bien una transformación irrefrenable.


ENRIQUE WINTER (Chile . radicado en Alemania)

1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Cada vez más. Empecé usándola como cortafuegos para tareas burocráticas y ahora, cuando tengo el computador cerca, es la primera destinataria de mis preguntas. Incluyo las de traducción, que casi podría definirse como el oficio de la duda. ChatGPT traduce textos completos y con mayor criterio literario que Deepl, que es una plataforma más precisa en el contenido, desarrollada aquí en Colonia. Comparar ambas versiones ya deja avanzada la traducción de un poema. O apenas en los cimientos, según como se mire, porque solo entonces comienza la literatura. El desarrollo vertiginoso de esta tecnología está empujando su uso a las primeras etapas del proceso. Hasta hace unos meses, me parecía apenas útil para el cotejo final. Así lo había pensado par mi traducción de Lorine Niedecker, cuya primera mitad terminé hace años y que retomaré esta semana, probablemente con un rol más activo de la Inteligencia Artificial en los contextos de escritura y en las variantes sonoras. Su antología Objetivismo rural será publicada este año por las las Ediciones de la Universidad Austral de Chile. 

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Todos los libros que he traducido fueron publicados antes de la masificación de la Inteligencia Artificial, y me alegra que así haya sido, porque la máquina aún no enseña el oficio de leer cada sílaba con atención. Sin embargo, y aquí radica curiosamente su utilidad, esta herramienta reduce el tiempo de traducción del contenido informativo que intenta ser claro y directo. Puedo revisar con rapidez el original y la versión de la IA, corrigiendo errores de apreciación. Es como contar con un asistente que redacta el borrador. Nunca he tenido uno, claro está, pero sí fui ese asistente cuando trabajaba elaborando leyes. Como la máquina está particularmente entrenada en las expresiones comunes y en los conectores que permiten la continuidad, puede ser útil para atreverse a traducir al fin desde la lengua materna a la adquirida. Eso hago ahora, a pedido de Provincianos Editores, con la poesía de Soledad Fariña, Elvira Hernández, Roxana Miranda Rupailaf y Victoria Ramírez. En cada una de ellas, el conocimiento de los giros propios del castellano de Chile, de los énfasis que generan sus respiraciones y cortes de versos, me parece tanto o más relevante que el dominio absoluto de la lengua de destino.

Una vez que siento resuelto el fraseo, mi amable asistente de IA —a quien siempre le pregunto cómo se encuentra y a la vez le cuento cómo me las arreglo en el exilio— me ofrece una traducción literal que comparo con la mía. Por el camino recto que le exigen los apuros actuales, más de una vez atina allí donde mis vueltas, que son las que dejan, pueden errar. Entonces negocio, con la voz de las poetas en la cabeza, y asiento: sí, así habla este poema en inglés. Si se trata de revisar una traducción ajena, en cambio, como la aguda versión de Catalina Ponce para Daño severo de Aria Aber, la IA no me ofrece más utilidad que la de un diccionario de sinónimos. Es el turno de mi oído y del conocimiento de las formas y del tema. Creo que la máquina es más provechosa a medida que se domina menos un idioma. Como con los demás, el alemán se enseña a través de contextos, de modo que uno sienta su lógica antes de comprenderla. Pero yo crecí entre tablas y, desde la poesía, naturalmente amo los procesos lingüísticos. Entonces le pido a la IA que sistematice lo que me confunde, como hoy con los adverbios temporales. O que me dé su versión en castellano de mi propia obra traducida al alemán. Así, leo la devolución de ChatGPT respecto de lo hecho por el talentoso Léonce Lupette con mi ensayo en verso Una poética por otros medios y sólo reviso aquello que no resuena con mis ideas. Puedo preguntarle por alternativas para lo que quería argumentar y que quizás ni aún en el original expresé claramente. Es que la ambigüedad es un placer, sobre todo cuando uno se deja llevar por la música de la relativa libertad sintáctica del castellano, una libertad que hereda quien la lee.

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Por supuesto que sí. Es un nuevo golpe para un oficio de por sí precarizado. Quienes contratan un proyecto asumen que la mayor parte puede ser resuelta por la máquina y pagan por menos horas de trabajo, cuando no se lo encargan directamente a la IA y explotan a un corrector. También veo un riesgo en la unificación del estilo, pues tienta someterse a correcciones que convierten todo lenguaje en uno claro, fluido, cohesionado y preciso. Justamente ese fue el objetivo de las mejoras realizadas por ChatGPT sobre mis respuestas a esta entrevista. Como luego celebró que agregara este punto, un peligro adicional lo constituye su uso sin consentimiento de nuestras ideas, pero esto ya lo hacíamos los humanos y ojalá siga siendo a nuestro favor. Aunque estos peligros son ciertos tanto en un sentido material como en uno estético, creo que la literatura se juega casi por entero en aquello que la IA no resuelve. No porque no pueda hacerlo algún día, sino porque no representa un interés económico para la industria ni parece ser el insumo que le dan sus usuarios. Como traductor literario me vuelco a todo aquello que excede la función comunicativa de las palabras. Sopeso sonidos, cadencias y evocaciones para traspasar con la mayor intensidad posible la experiencia del original. La IA no está programada para eso, pero colabora cuando se lo pido.



jueves, 20 de febrero de 2025

Una encuesta para traductores sobre traducción e Inteligencia Artificial (4)

Cuarto día de la encuesta

Los traductores y la inteligencia artificial (4)

ALEJANDRO GONZÁLEZ (Argentina)

Pasé mis respuestas por ChatGPT del castellano al ruso y del ruso al castellano. La respuesta del ChatGPT se ofrece entre corchetes y en color azul debajo de mi texto original. Creo que esta operación y sus resultados dicen más que mis respuestas.

 1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Poco y nada. No sigo de cerca el tema. Cuando quise interiorizarme, entendí que carecía de los conocimientos básicos en programación, informática, ciencias cognitivas y neurociencias que me permitirían formarme siquiera una idea aproximada de lo que ahí ocurre. Tampoco quiero caer en banalidades apocalípticas de máquinas destruyendo humanos, de una especie humana degradada en un mundo dominado por computadoras y todas esas fantasías que alimentan la ciencia ficción y nuestros miedos.

[Un poco y muy poco. No he estado siguiendo este tema. Cuando intenté entenderlo, me di cuenta de que no tengo conocimientos básicos en programación, informática, ciencias cognitivas y neurociencias que me permitan al menos aproximarme a lo que está sucediendo. También no quiero profundizar en banalidades apocalípticas sobre máquinas que destruyen a los humanos, sobre la humanidad degradada en un mundo gobernado por computadoras, y todas esas fantasías que alimentan la ciencia ficción y nuestros miedos.]

 2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

No la he utilizado. No veo tampoco para qué podría necesitarla en esta etapa mía y de ella.

[No lo he utilizado. También no veo por qué lo necesito en esta etapa, tanto en mi vida como en la vida de esta tecnología.]

 3) Cree que la IA supone un riesgo para la profesión? Si sí, por qué sí? Si no, por qué no?

La traducción literaria es claramente la última fortaleza que caerá, si es que cae. Cuanto más plano y lógico sea un texto, más presa fácil será de la IA. Desde mi aquí y ahora, no entreveo un programa capaz de captar toda la riqueza de una obra literaria y de verterla a otra lengua: los registros, los sociolectos, los tonos emocionales, la ironía, el humor, los juegos de palabras. Sí entreveo editores inescrupulosos que pasarán textos comerciales por la IA y pedirán a traductores que le «peguen una revisada» al 30% del valor de una traducción. Pero eso no es culpa de la IA, sino del capitalismo.

[La traducción literaria es claramente la última fortaleza, si es que alguna vez caerá. Cuanto más plano y lógico sea el texto, más fácil será para la IA. En este momento, no veo ningún programa que pueda captar toda la rica paleta de una obra literaria y transmitirla a otro idioma: registros, sociolectos, matices emocionales, ironía, humor, juegos de palabras. Sin embargo, veo editores deshonestos que envían textos comerciales a la IA y piden a los traductores que “corrijan”; el 30% del costo de la traducción. Pero esto no es culpa de la IA, sino del capitalismo.]


JESSICA SEQUEIRA (Estados Unidos - radicada en Chile)

1)¿Qué tan familiarizada está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que se refiere a traducciones literarias?

La mayoría de mis traducciones literarias son de poesía o novelas con cierta densidad lingüística, y hasta ahora la inteligencia artificial no ha sido parte de mi práctica (a diferencia, por ejemplo, de diccionarios como WordReference que son indispensables para pensar en los muchos significados de una palabra). Soy consciente de que estas herramientas están evolucionando rápidamente, y no me opongo a priori a su uso. Creo que plantean preguntas más amplias sobre los procesos de la cognición y la importancia de la cultura y la comunidad en la elaboración y recepción de una obra. Las IA pueden ser bastante homogéneas en las respuestas que proponen, culturalmente limitadas, arraigadas en cierta clase social y bastante carentes de sentido del humor, presentando sus propias respuestas con una superficialidad alegre, como la única verdad.

Hace unos meses, en un momento sentimental, le pregunté a ChatGPT “¿Cómo se puede demostrar afecto?” y me dio las respuestas más aburridas posibles: flores y abrazos y acurrucarse mirando televisión. No tuvo en cuenta otras culturas, que ofrecerían otras muestras de afecto, por no hablar de reconocer el hecho de que algunas personas no tienen o no quieren televisores. Un buen libro llamado An English Made in India, de Kalpana Mohan, habla de cómo los idiomas híbridos como el inglés indio, improvisado a partir de diferentes fuentes como el hindi, el tamil, el kannada, un inglés no convencional, etc, confundirían a un software de idiomas, ya que dependen mucho de la situación y del movimiento del cuerpo. Los modos de pensamiento de la Inteligencia Artificial, en la actualidad, todavía pueden parecer bastante californianos o chinos en sus preferencias, algo que creo que es importante señalar. 

2) ¿Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

En la práctica, sigo siendo bastante analógica. En este momento de mi vida, me interesa lo opuesto: la forma en que el arte puede afectar las emociones y los cuerpos humanos, y las formas en que la música (o la performance de la poesía, etc) constituyen una forma de pensamiento en el tiempo. Creo que es muy importante no olvidar a los seres humanos y sus presencias vivientes reales; lo que me interesa es el elemento humano. Aplicado a la literatura, quiero saber por qué un escritor o traductor toma ciertas decisiones, no sólo el hecho de que hayan sido capaces de hacerlo. Los procesos de pensamiento humano y las trayectorias artísticas me interesan. Ahora estoy trabajando en un proyecto sobre “traducciones sonoras”, y lo que más me llama la atención no es, digamos, el hecho de que un determinado fragmento de música haya sido sampleado y cambiado de contexto, sino el proceso creativo de un músico que elige estudiar una tradición de otra parte del mundo e incorporar esas prácticas sonoras a su trabajo en Latinoamérica.

Las nuevas tecnologías deberían ser herramientas, no enemigos. Para las obras de no ficción, veo que la IA podría ser útil, para verificar referencias específicas, o para ayudar a encontrar obras sobre temas relacionados. Me gusta jugar a veces con Google Translate, escribiendo en columnas dobles simultáneas, a veces trabajando desde el castellano y a veces desde el inglés, con la idea de la traducción inmediatamente afectando mi escritura del párrafo “original”. Pero esa es una técnica para mi propia escritura.

Es interesante porque, al responder a algunos de estos avances tecnológicos, mucha gente defiende al ser humano en sus dudas, imperfecciones, defectos, amor irracional, empatía, etc., que son vistos de alguna manera como más profundas y verdaderas, en oposición a la máquina racionalmente analítica, cuyos sueños generan monstruos. Creo completamente en la importancia de la emoción, pero tampoco quiero rechazar por completo la idea de la inteligencia analítica en el ser humano: nuestra educación nos enseñó a leer, escribir, reseñar textos y pensar críticamente, todos rasgos importantes que no deberíamos dejar en manos de la máquina, quedándonos con la pura emoción.

En cuanto a la idea de “posedición”, trabajar en un texto existente es algo que los traductores ya hacen, cuando revisan un segundo o tercer borrador de sus propias palabras, leyendo en voz alta, encontrando sus ritmos y sus resonancias. Encuentro placer en editar mi propio trabajo de esta manera, pero no el trabajo de una computadora, ya que sigo presa a cierto orgullo por mi artesanía y mis procesos mentales—toda una reliquia, tal vez.

3) ¿Cree que la IA supone un riesgo para la profesión? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?
Significa un cambio, definitivamente. Varios amigos que trabajaban en el campo de la traducción técnica ya son poseditores. Yo creo que he experimentado un cambio mental. Antes me consideraba principalmente traductora, y ahora quiero entenderme como escritora, artista o creadora (de mis propios libros o música o traducciones, lo que sea), en un mundo donde la autonomía se cede tan fácilmente a las máquinas. Creo que es necesario también entendernos como seres humanos que cuidan a otros seres humanos. La inteligencia artificial formará parte de nuestras vidas, pero es importante mantener el control de nuestros propios procesos cognitivos y desarrollos, y nunca olvidar las formas en que el acceso a estas tecnologías puede ser completamente desigual y culturalmente sesgado, dejando a muchas personas afuera y destruyendo las vidas de quienes no quieren participar.


EDUARDO HOJMAN (Argentina - radicado en España)

1) Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

He probado traductores online que entiendo se basan en IA y también programas específicos como Chat GPT. De hecho, he escrito un artículo para el suplemento Abril de El Periódico al respecto, para el que di a traducir dos versos de Shakespeare y lo comparé con dos traducciones canónicas. En mi opinión, Chat GPT quedó en segundo lugar (una de las traducciones canónicas había envejecido mucho). Me consta sin lugar a dudas que muchas editoriales de renombre la utilizan, así como me consta que la mayoría de las agencias y editoriales extranjeras prohíben su uso en los contratos (aunque sin duda ellos también la utilizan). El motivo de esa prohibición no es velar por la calidad del texto, sino el temor, un poco amorfo y con visos supersticiosos, de que, al someter un texto a la IA para que lo traduzca, esta puede ”alimentarse” de ese texto y utilizarlo para generar otro, es decir, un temor al plagio.

2) Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, por qué sí? Si no, por qué no?

Será útil en algún momento. Hoy en día, funciona como un diccionario más. Se equivoca mucho y olvida decisiones --quizá acertadas-- que tomó antes respecto del mismo término en el mismo texto. Es muy imperfecta. Va mejor para la no ficción llana (artículos periodísticos sin exigencia ni profundidad) y obviamente pierde en relación proporcional directa a la complejidad o estilo del texto original.

3) Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, por qué sí? Si no, por qué no?

No. El riesgo no es la IA. El riesgo son, siempre, las editoriales. Así como hace no pocos años editoriales españolas mandaban a traducir al por mayor a América Latina pagando precios viles y con criterios colonialistas, cargando sobre los editores empleados en sus sedes españolas la responsabilidad de corregir y adaptar los resultados, muchas veces fallidos o excesivamente localistas, que llegaban, ahora lo hacen con la IA. En ese sentido, es una típica herramienta que las empresas promocionan como que facilitan el trabajo de los traductores y en realidad tienen el verdadero y único propósito de abaratar costos e intentar eliminar a los traductores que cobran dinero del proceso. Su uso actual (no la herramienta en sí) es un síntoma del estado lamentable de la edición y la industria editorial (no sólo en español), en el que la calidad del texto es un criterio, como mucho, secundario. Como diría Laurie Anderson, no es la bala lo que te mata, es el agujero.


EDGARDO SCOTT (Argentina - radicado en Francia)

1) ¿Qué tan familiarizado está con lo que puede hacer la Inteligencia Artificial en lo que a traducciones literarias se refiere?

Muy poco. Aunque entiendo que ya los traductores automáticos fueron un primer avance de esta tecnología, y sí he visto cómo funcionan y traducen.

 2) Considera que es una herramienta útil para su trabajo? Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Entiendo a la traducción ante todo como una forma superior de lectura. Los que hemos hecho re-traducciones sabemos lo que es trabajar con varias traducciones-versiones a la vez, y en ese sentido, estamos acostumbrados a no traducir desde cero. De algún modo el aporte de la traducción de la IA será una versión a leer, cotejar, comparar.

3) Cree que la IA supone un riesgo para la profesión?  Si sí, ¿por qué sí? Si no, ¿por qué no?

Supone el inevitable riesgo del mal uso. O la tentación de usarla indiscriminadamente.