lunes, 21 de octubre de 2024
domingo, 20 de octubre de 2024
Autores: prepárense a ser robados por la IA
Es muy probable que noticias como la que contiene este artículo (cortesía de Ian Barnett) sean cada vez más frecuentes. Se publicó el pasado 30 de agosto, con firma de Matilda Batersby, en The Bookseller, una revista inglesa dedicada al negocio de los libros, que se edita desde 1858.
Wiley se prepara para ganar 44 millones de dólares con los acuerdos de derechos de IA y confirma que “no habrá opción de exclusión” para los autores
La editorial académica Wiley ha revelado que se dispone a ganar 44 millones de dólares (33 millones de libras esterlinas) gracias a acuerdos de inteligencia artificial (IA) a los que los autores no tienen oportunidad de renunciar.
La editorial estadounidense es la última en capitalizar acuerdos para dar a las empresas tecnológicas acceso al contenido de sus autores para entrenar sus "modelos de lenguaje grandes" ("Large Language Models"; por sus siglas en inglés LLM).
Wiley ya ha ganado 23 millones de dólares gracias a acuerdos de IA y confirmó a The Bookseller que está dispuesta a ganar otros 21 millones de dólares este año financiero.
Un portavoz confirmó que los autores de Wiley van a aceptar recibir una remuneración por la licencia de su trabajo en función de sus "términos contractuales".
En julio, los autores atacaron a otra editorial académica, Taylor & Francis, la empresa matriz de Routledge, por un acuerdo de IA con Microsoft por valor de 10 millones de dólares, alegando que no se les dio la oportunidad de renunciar y que no están recibiendo ningún pago adicional por el uso de su investigación por parte de la empresa tecnológica. T&F confirmó más tarde que estaba dispuesta a ganar 75 millones de dólares gracias a dos acuerdos de asociación de IA.
The Bookseller le preguntó a Wiley sobre las opciones de exclusión voluntaria en caso de que los autores no quieran que su trabajo se utilice para entrenar chatbots de IA. La empresa confirmó que no ofrecía "ninguna opción de exclusión voluntaria específica para los autores en estos acuerdos de licencia" en caso de que no quisieran participar.
Un portavoz dijo: "Crear una opción de exclusión voluntaria o de inclusión voluntaria para un tipo específico de licencia caso por caso respaldaría erróneamente la afirmación engañosa de los desarrolladores de IA de que la concesión de licencias no es escalable".
Cuando se le preguntó sobre las empresas de tecnología detrás de los dos acuerdos, el portavoz de Wiley respondió: "Consideramos que la información sobre los acuerdos de licencia específicos es confidencial, de acuerdo con los términos del acuerdo".
Añadió: "Wiley se compromete a proteger los derechos de los autores y los titulares de los derechos de autor. Monitoreamos a los desarrolladores de modelos de IA para detectar el uso de material con derechos de autor sin permiso y buscamos protección contra las violaciones de los derechos de autor".
"Al igual que con cualquier acuerdo comercial para el uso de contenido publicado por Wiley, Wiley compensa a sus socios (por ejemplo, autores de libros, socios editoriales) de acuerdo con los términos contractuales. Nuestros acuerdos contractuales son confidenciales, por lo que no revelamos información específica sobre sus términos financieros”.
La Sociedad de Autores escribió recientemente a las empresas de IA exigiendo una “remuneración apropiada” y el consentimiento para el uso de su trabajo.
La semana pasada, los abogados que actúan en nombre de los autores Andrea Bartz, Charles Graeber y Kirk Wallace Johnson presentaron una demanda por infracción de derechos de autor en California, EE. UU., alegando que Anthropic había utilizado copias “pirateadas” de sus libros para enseñar a Claude, su chatbot de IA.
viernes, 18 de octubre de 2024
“El ecosistema del libro necesita, en la misma medida de la curiosidad del lector, de la pasión del librero, de la sensibilidad de la editorial y de la intervención certera de un buen distribuidor”.
"En El destino de una caja, uno de los responsables de la editorial Godot fija su mirada sobre la distribución de libros en la Argentina y narra su propia experiencia de editor." Ésta es la bajada de la entrevista realizada por Mónica López Ocón, con Víctor Malumián, director del sello Godot, publicada en el diario Tiempo Argentino, el pasado 15 de octubre.
La distribución de libros de editoriales independientes según Víctor Malumián
El destino de una caja (Gris Tormenta) de Víctor Maulumián es, según lo consigna el subtítulo, “una mirada personal sobre la distribución de libros en la Argentina y la importancia de la colaboración entre colegas”.
El libro pertenece a la colección Editor, que apunta a mostrar “ese largo e inesperado proceso que existe antes de que un libro llegue a una librería o de que sea abierto por un lector.” El prólogo pertenece a la académica, traductora, escritora y editora Andrea Palet.
En este caso, Malumián se refiere, precisamente, al proceso necesario para que un libro llegue a una librería: la distribución.
En apariencia, el problema parece simple, pero no lo es tanto. Para tener una idea cabal de lo que plantea respecto de la distribución, es apropiado referirse a la propia historia de Malumián.
Lo fundamental es que en 2008 junto a Hernán López Winne fundó la editorial independiente Godot, un proyecto que ha venido creciendo hasta hoy de manera pareja. La editorial publica tanto narrativa del siglo XX como ensayos clásicos y no tanto.
En 2013 impulsó la Feria de Editores (FED) de Buenos Aires que en poco tiempo se convirtió en un éxito. Las editoriales que participan son independientes. Los lectores hacen cola para entrar y siempre hay que caminar entre pasillos atestados de gente.
¿Pero qué es una editorial independiente? “Una editorial independiente –afirma Malumián– es una editorial que publica los libros que le gustan –pequeñas definiciones de lo que un grupo de editores entienden cuando dicen “literatura”-, se toma el tiempo necesario para editarlos (y en su caso traducirlos) en detalle, los difunde lo mejor posible y arma su catálogo sin ceder a las modas del mercado ni tomar como único norte la lógica del rendimiento económico. O un intento de vivir de los libros. O una forma modesta de llevar un negocio”.
La edición independiente es un fenómeno que comenzó a gestarse unos 15 años atrás, dice Malumián y que florece sobre todo en Argentina, Chile, Colombia y México. Según señala, en la Argentina la eclosión de estas editoriales se dio sobre en tiempos de crisis como el de 2001 y 2008.
La distribución en las editoriales independientes
El núcleo del libro de Malumián tiene que ver con que, por sus características específicas, entre ellas que no publican tantos libros como los grandes grupos editoriales multinacionales ni existen tantos lectores para los temas que proponen, las editoriales independientes “no pueden depender de las distribuidoras multinacionales, que tienen, casi siempre, libros en todas las librerías de cualquier ciudad”.
Las editoriales independientes necesitan, según Malumián, “una distribución más “sobre la historia de la música punk de los noventa o los libros sobre literatura polaca, o los que cuentan historias locales que sólo leerá en principio una pequeña comunidad…”
“El ecosistema del libro necesita, en la misma medida de la curiosidad del lector, de la pasión del librero, de la sensibilidad de la editorial y de la intervención certera de un buen distribuidor”.
En la seguridad de que la editoriales independientes necesitan un distribución acorde con sus características específicas y debido a que las librerías comienzan a especializarse, Malumián, luego de haber impulsado la FED y de instalar la librería Metonimia en el barrio de Saavedra funda junto a sus socio López Winne la distribuidora Carbono.
El libro se refiere a esa experiencia de distribución “independiente” que es crear una distribuidora capaz de atender las necesidades de las pequeñas y medianas editoriales independientes.
“Si la editoriales seleccionan los libros que desean editar y explican cómo se constelan sus publicaciones dentro del catálogo, si podemos percibir que las librerías eligen los libros que deciden ofrecer y resaltar en sus vidrieras, casi como una declaración de principios, entonces quizá las distribuidoras también deberíamos pensar en curar un poco más los sellos de nuestro catálogo.
´El editor que todavía piensa que su trabajo termina cuando el libro está impreso está condenado a desaparecer. Ese es el mantra de nuestra editorial. Los libros, antes de ser leídos son fácilmente intercambiables. No podemos pretender que los lectores realicen una hazaña para conseguir ese libro.”
Queda claro entonces que es el libro el que debe ir a buscar a su lector y para que esto suceda, la distribución cumple una función fundamental. En Carbono, la distribución específica de libros de editoriales independientes supuso desde la solución de cuestiones básicas como la logística y el armado de paquetes hasta la generación de interés por los libros que distribuían.
Fue así que se fundó un club de lectura que se llamó Club Carbono. El objetivo era generar una comunidad en torno al libro y que éste se comprar en las librerías. Esta “fue la caja amplificadora –dice Malumián– que encontramos para comunicar el trabajo de la distribuidora”.
Contra las predicciones apocalípticas acerca de la desaparición del libro en soporte papel, este sigue gozando de buena salud por el momento y, como se hace evidente a través de El destino en una caja, siguen publicando libros tradicionales los grandes grupos multinacionales como las editoriales independientes.
La distribución es un punto clave en la llegada del libro al lector quien, si no es partícipe del mundo editorial, rara vez suele preguntarse de qué modo llegó el libro que está leyendo a la librería y de la librería a sus manos.
“El destino de una caja” arroja luz sobre el oficio de editor independiente que hace una edición pequeña sobre un tema muy específico, paradójicamente, amplíe su campo de acción.
Un libro muy apropiado para conocer todos los nobles oficios que demanda la salida de un libro y su llegada al lector indicado, aquel para el que estaba destinado.
jueves, 17 de octubre de 2024
Problemas con los editores independientes en la Feria Internacional del Libro del Zócalo 2024
"En una petición en Change.org cuestionan el conflicto de interés al programar presentaciones de libros de funcionarios como Paco Ignacio Taibo II, director del FCE, y Martí Batres, ex jefe de Gobierno de la ciudad; además denuncian que los editores independientes han sido marginados." Tal es la bajada de la nota publicada el pasado 15 de octubre por Yanet Aguilar Sosa, en el diario El Universal, de México.
La FIL Zócalo está acaparada por el FCE y tiene un sesgo político, denuncian editores independientes
De los 126 espacios disponibles para charlas, mesas y eventos musicales en la Feria Internacional del Libro del Zócalo (FIL Zócalo), 46 están destinados a temáticas partidistas como las mesas sobre "Los retos de la 4T, Izquierda y derecha hoy", y el "Encuentro de comunidades lectoras"; así también de las 147 presentaciones de libros, 23 tienen la misma agenda y 22 son del Fondo de Cultura Económica (FCE).
A ello se suma “el evidente conflicto de interés al programar presentaciones de libros de funcionarios como Paco Ignacio Taibo II, director del FCE; Francisco Arce, director Editorial del FCE, con un libro ya presentado el año pasado en la misma feria; Argel Gómez, director de Ferias de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México; y Martí Batres, ex jefe de Gobierno de la ciudad, entre otros”.
Ante esta situación, un grupo de editores independientes agrupados en lo que llaman Cooperativa Editorial ha lanzado este martes una petición en la plataforma Change.org, en la que denuncian que esta edición de la Feria atenta contra la bibliodiversidad, ha marginado a las editoriales independientes y está generando la monopolización de la FIL Zócalo.
“Queremos manifestar nuestro profundo descontento con las políticas implementadas en la Feria Internacional del Libro del Zócalo (FILZ) 2024, las cuales han marginado de diversas maneras a las editoriales independientes, especialmente en lo que se refiere a las actividades culturales que acompañan el evento. La FILZ, históricamente un espacio abierto a la pluralidad de voces, parece estar cada vez más monopolizada por intereses que poco tienen que ver con la auténtica promoción de la bibliodiversidad actual”, señala el documento que dirigen a la opinión pública y cuya demanda es “¡Por una feria libre y plural!”.
“Es inaceptable que se nos niegue la oportunidad de presentar nuestras obras en una feria que debería ser un lugar de encuentro para la diversidad de ideas, donde todas las voces sean escuchadas”, dice el documento en el que solicitan a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) y a la Brigada para Leer en Libertad, una rectificación de estas políticas.
Los convocantes denuncian que el Fondo de Cultura Económica acapara la programación cultural y editorial en los tres foros que quedan, pues la Feria eliminó tres de los seis foros que tradicionalmente se llevaban a cabo, bajo el pretexto de crear más espacio para los stands, y que eso es algo que no ha ocurrido.
“Queremos expresar nuestra inconformidad con la distribución de los espacios disponibles para actividades culturales en los foros. Estos han sido acaparados por presentaciones de libros primordialmente del FCE o de charlas que responden a una agenda específica. Por ejemplo, este año, de las 147 presentaciones de libros, 23 tienen una agenda muy clara, y 22 son del Fondo de Cultura Económica (FCE), una situación inexplicable dado que dicha institución ya cuenta con 28 librerías en el país, además de las de Educal, lo que le otorga una enorme visibilidad”, afirman.
La Cooperativa Editorial también denuncia que cuando han señalado estas problemáticas, los organizadores no solo los han ignorado, sino que “han respondido con la cancelación de nuestros espacios, malos tratos y asignaciones en lugares marginales. A pesar de ello, alzamos la voz para visibilizar esta situación, con la esperanza de construir una feria más inclusiva y diversa, en beneficio de todas, todos y todes”.
miércoles, 16 de octubre de 2024
Frankfurt 2024: "No hubo fondos para el stand ni para que viajaran escritores invitados"
En la volanta del artículo publicado en el día de hoy por Silvina Friera, en el diario Página 12, se lee: "Por primera vez en 62 años no tendrá participación oficial en la Feria del Libro de Frankfurt". Luego, en la bajada se aclara: "Se trata de un encuentro clave para la industria editorial. La Cámara Argentina del Libro decidió financiar íntegramente un pequeño espacio de apenas 16 metros cuadrados en el que participarán 9 editoriales. La académica argentina Victoria Torres, de la Universidad de Colonia, autogestionó la charla 'Resistiendo a la realidad', en la que estarán Carlos Gamerro, María Negroni, Ariel Magnus y Mariana Dimópulos".
Argentina está aislada del mundo y el responsable es el presidente Javier Milei, con su “motosierra”, empecinada en desfinanciar “gastos” que son inversiones. Por primera vez en 62 años ininterrumpidos, el país no tendrá un stand oficial en la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, un encuentro clave para la industria editorial porque concentra la mayor parte del negocio de compra y venta de derechos. La 76ª edición de esta Feria, que se realizará del miércoles 16 al domingo 20 de octubre, tendrá a Italia como país Invitado de Honor.
La presencia argentina en Frankfurt, feria que nació en 1949, fue una política estatal a partir de 2010, cuando el país fue Invitado de Honor, en el contexto de las celebraciones del Bicentenario. Entonces viajó una delegación de más de cincuenta narradores, poetas, críticos y ensayistas, encabezada por Griselda Gambaro, María Teresa Andruetto, María Negroni, Osvaldo Bayer, Juan Sasturain, Juan Gelman, Mempo Giardinelli, Claudia Piñeiro, Samanta Schweblin, Martín Kohan, Fabián Casas, Pedro Mairal, Elsa Drucaroff, Ricardo Forster, Guillermo Martínez, Carlos Gamerro, Luisa Valenzuela, Tamara Kamenszain, Leopoldo Brizuela, Ana María Shua, Elvio Gandolfo, María Moreno y Eduardo Sacheri, entre otros.
Las editoriales argentinas siempre estuvieron en Frankfurt en el stand de la Cámara Argentina del Libro (CAL). La Cancillería y la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional financiaban el espacio y difundían la producción editorial a través de diferentes programas y apoyo. La Agencia de Inversiones funcionó dentro de la Cancillería hasta julio, desde entonces pasó a la órbita de la secretaría General de la Presidencia, a cargo de Karina Milei. Al frente de la agencia fue designado el abogado y periodista Diego Sucalesca, quien protagonizó una obra de teatro junto a Javier Milei.
Este año La Libertad Avanza lo hizo: no hubo fondos para el stand ni para que viajaran escritores invitados. No es un tema menor que los escritores no viajen a Frankfurt, como podrían argumentar los cruzados libertarios. Desde hace más de una década, fueron viajando escritoras y escritores argentinos, tanto durante las presidencias kirchneristas como macrista, que participaron en lecturas, paneles y debates, actividades que les permitieron dar a conocer sus trabajos dentro de la Feria como en programas de extensión de universidades alemanas, entre las que se destaca la “Jornada de literatura argentina”, organizada por la argentina Victoria Torres, profesora de la Universidad de Colonia desde 2012, una plataforma en la que los autores argentinos dialogan con estudiantes y académicos acerca de sus obras.
Ante la falta de apoyo del Gobierno nacional, la Cámara Argentina del Libro decidió financiar íntegramente un pequeño stand de apenas 16 metros cuadrados en el que participarán 9 editoriales: Fondo de Cultura Económica, Eudeba, Libros del Zorzal, AZ, Dunken, Del Naranjo, Clacso, Colisión Libros y Tres Olas. En este espacio estará también el desfinanciado Programa Sur de Apoyo a las Traducciones, que busca promover la traducción de obras de autores argentinos para facilitar su edición en lenguas extranjeras. Este año el programa fue reducido drásticamente de 320.000 dólares a menos de 30.000.
Cuando Torres confirmó que no habría delegación oficial en Frankfurt, movió cielo y tierra para organizar alguna actividad autogestionada en la Feria. Se contactó con escritoras y escritores argentinos que están viviendo en Alemania, como Ariel Magnus y Mariana Dimópulos que desde Berlín, donde residen, se pagarán sus pasajes en tren a Franfkurt, lo mismo en el caso de María Negroni, que está desde hace unos meses en Berlín por la Beca DAAD (Servicio Alemán de Intercambio Académico, que en alemán se escribe Deutscher Akademischer Austauschdienst). A ellos se suma Carlos Gamerro, de visita en Alemania, invitado por la Universidad de Colonia. El domingo 20 de octubre a las 16 hora alemana (21 hora argentina) Magnus, Dimópulos, Negroni y Gamerro participarán de “Resistiendo a la realidad”, que tendrá lugar en la Feria del Libro de Frankfuert en el marco del programa “Perspectives on Culture and Politics”, un espacio en donde importantes voces de todo el mundo reflexionan acerca de las cuestiones más acuciantes de la actualidad. “La falta de participación oficial de Argentina obtura muchas de las posibilidades de hacer circular por el mundo el trabajo de numerosos agentes culturales. Lo contrario a lo que alguna vez fue nuestro lema: ‘Argentina, cultura en movimiento”, lamenta Torres al recordar el lema de la participación del país en 2010.
“Las consecuencias de que no habrá representación oficial en Frankfurt se pueden dividir en dos tipos, una de orden práctico, que es que Argentina tiene una tradición en las letras internacionales y eso se debe, entre otras cosas, a la continuidad de la participación en Frankfurt y la visibilidad que eso trae en el mercado internacional del libro, que permite que escritores argentinos sean traducidos y editados en el extranjero y por supuesto eso repercute en la industria nacional”, explica Dimópulos desde Berlín. “La significación simbólica es una intención efectiva de quitarle legitimación a instancias intelectuales que no sirven o que se pueden ver como una potencial amenaza. No se trata entonces sólo de defenderse ante la destrucción de la cultura, como decía Martín Kohan, sino de poner en evidencia que hay una estrategia y que a largo plazo eso significa poner otras ideas en juego. En el fondo lo que hay de por medio es la construcción de un escenario para no darle lugar a ideas valiosas e imponer otras”.
Magnus, también desde Berlín, le aporta un poco de ironía a un asunto bochornoso. “Ni aunque me invitaran participaría de algo vinculado con este gobierno”, afirma el escritor. “Igual creo que deberían venir y me da pena porque no traen ni escritores libertarios, por lo menos, si es que existen, que traigan a los suyos. La cuestión es que hay que estar en Frankfurt; para la industria editorial es re importante y es un escándalo que no estemos”. El escritor revela que cuando el Consulado argentino se enteró de lo que estaba armando a pulmón Victoria Torres, les ofreció a cada uno de los autores 150 euros y “lo rechazamos con muchísimo entusiasmo”, aclara. “No sé cuánta culpa tiene el consulado de la decisión del gobierno. No estar en Frankfurt es una negligencia total y un desprecio absoluto por la cultura. Y no es que no vayan a ningún lado, porque a Davos fueron. No es una cuestión de plata”.
La decisión oficial de dar de baja el financiamiento para la presencia de Argentina no le sorprende a Negroni. “La gravedad y persistencia de las medidas que el actual gobierno viene impulsando desde que asumió, la hacía previsible. Me parece de absoluta necesidad el apoyo oficial a la educación pública y a la cultura en general. La primera ha constituido siempre una herramienta para progresar individual, económica, y socialmente y la segunda --con el prestigio ganado por los y las creadoras en las diversas áreas artísticas-- una de nuestras mejores cartas de presentación en el exterior. Lamento mucho esta situación y espero que pueda revertirse a la brevedad”.
Gamerro subraya que el hecho de que no haya una delegación oficial en Frankfurt es “otra vergüenza” en el “largo prontuario” del gobierno nacional. “Ya no se trata solamente de desinterés o de ninguneo, sino de una política sistemática de destrucción de todo el ámbito cultural en las más diversas manifestaciones, que es algo que no solo se hace solapadamente, sino que se ostenta, y que claramente pertenece al programa internacional de las nuevas derechas, de las cuales Milei forma parte y es un buen alumno que viaja por el mundo (gastando la plata que no gasta en estas actividades culturales) para que le den letra y le digan qué tiene que hacer y decir. Toda esta idea de convertir la cultura, la educación y la investigación científica y tecnológica en una cosa de ‘zurditos’ es programática”, plantea el escritor y agrega que en ese sentido el desmantelamiento del Programa Sur es “coherente” con esta práctica. “El argumento de que están redireccionando las traducciones a otras lenguas y géneros es una mentira. Reducir lo que eran 120 libros traducidos por año a 8 y proponer eso como una ganancia o un refinamiento del programa es una mentira muy burda”, concluye Gamerro.
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Silvina Friera
martes, 15 de octubre de 2024
Imaginemos que estamos para hablar idioteces y una intitución nos apaña
En HuffPost del pasado 13 de agosto, sin firma, se publicó el siguiente suelto a propósito de otras de las huevadas que ocupan a los pelotudos de la Real Academia Española. Si los periodistas tuvieran dos dedos de frente, no se ocuparían de reproducir tamañas estupideces.
Adiós a la 'i griega': la RAE decreta que esta letra no existe en el abecedario español
La Real Academia Española (RAE) ha aplicado numerosos cambios ortográficos a lo largo de la historia, pero en el año 2010 puso en marcha unas variaciones que todavía siguen provocando dudas 14 años después.
La edición de Ortografía del año 2010 de la RAE buscaba ser "razonada y exhaustiva, pero simple y legible" y aplicó varios cambios de importante calado. La organización cambió "quorum" por "cuórum", eliminó las tildes de "solo", "guion" y "o" entre números.
Pero también hizo algo más, dijo adiós a la pronunciación sobre la 'i griega' y pasó a llamarse 'ye'. Algo que replicó hace unos años en redes sociales tras la pregunta de una seguidora.
"Se recomienda el nombre 'ye' para la letra 'y', pero se acepta también el nombre tradicional 'i griega'. La letra 'i' se denomina 'i' o 'i latina' (si se quiere diferenciar de la 'y' cuando se utiliza para ella la denominación 'i griega'", aseguró en un tuit.
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RAE
lunes, 14 de octubre de 2024
También los traductores literarios belgas juzgan oportuno aclarar los tantos
Creada en 1955, la Chambre belge des traducteurs et interprètes (CBTI)es una asociación real sin fines de lucro. Esta organización profesional reúne a traductores e intérpretes de toda Bélgica y los representa en el Consejo Superior de los Independientes y de las PYME. Su finalidad es reunir a personas físicas que ejerzan una profesión directamente vinculada a la traducción o la interpretación con vistas a su interés mutuo, perfeccionar los conocimientos profesionales mediante la formación continua, desarrollar el prestigio de las profesiones reguladas por los estatutos y defender el colectivo profesional. intereses de sus miembros.
El pasado 18 de septiembre, en su página web, ha lanzado el siguiente comunicado.
No, la IA no va a hacer desaparecer la traducción humana
Bruselas, 11 de septiembre de 2024 – Ante el meteórico ascenso de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito de la traducción, se multiplican los artículos de prensa que anuncian la inminente desaparición de las profesiones de traducción. Sin embargo, el futuro no es tan sombrío. La IA no es una amenaza, sino una herramienta complementaria. Los traductores de carne y hueso conservan un valor añadido esencial cuando los textos están destinados a un uso profesional.
IA, una revolución para poner en perspectiva
Desde la aparición del primer software de traducción automática, hace unos veinte años, muchos observadores han pronosticado la desaparición de los traductores humanos. Con la llegada de la IA y los modelos de aprendizaje profundo, estas predicciones están resurgiendo.
Ciertamente, la IA tiene ventajas innegables: costo, velocidad, accesibilidad y capacidad de procesar grandes volúmenes de texto en unos pocos segundos. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, estas actuaciones no cumplen con los requisitos de una alta calidad profesional. Tan pronto como el texto a traducir presenta complejidades, sutilezas o imperfecciones editoriales, los errores se multiplican.
Alucinaciones
Uno de los principales peligros reside en las alucinaciones de la inteligencia artificial: cuando la IA no entiende algo, inventa su propia interpretación sin pedir aclaraciones al autor del original, que es lo que haría el traductor humano. Estos errores a menudo graves, generados aleatoriamente, pueden tener graves consecuencias, especialmente en el ámbito jurídico o médico.
Esta es la razón por la que los textos generados por IA, siempre que estén destinados a un uso profesional, requieren al menos una revisión cuidadosa por parte de un experto humano antes de poder utilizarlos. Sólo profesionales bien formados son capaces de hacer las correcciones necesarias, afinar matices y garantizar una buena adaptación cultural. Además, lejos de señalar el fin de esta profesión, la IA se está integrando, como otras herramientas, en la paleta de los traductores profesionales.
Confidencialidad
La privacidad de los datos es otra área de preocupación. A diferencia de los traductores humanos, que están sujetos a estrictos códigos éticos, los sistemas de IA no ofrecen las mismas garantías en términos de seguridad de la información sensible. Utilizar una plataforma automatizada gratuita para documentos confidenciales representa un riesgo que las empresas o instituciones no pueden ignorar. Aquí, los traductores humanos mantienen un papel central, asesorando a los clientes sobre las soluciones adecuadas y asegurando el uso de herramientas profesionales que ofrecen todas las garantías necesarias de seguridad y confidencialidad.
El futuro de la inteligencia artificial en el sector de la traducción
Por lo tanto, la IA no debe verse como una amenaza, sino como una herramienta. Al igual que el software de asistencia a la traducción, que se generalizó hace veinte años y que mejoró la productividad sin reemplazar a los traductores, la IA permite a los profesionales concentrarse en tareas de mayor valor agregado.
Hoy vemos que el mercado se está desarrollando en varios segmentos. Un segmento de calidad generado por IA, gratuito y no verificado; un segmento de calidad media, donde las traducciones automáticas son revisadas por un revisor humano para eliminar malas interpretaciones y errores flagrantes (lo que en la jerga se llama postedición); y un segmento de calidad óptima, donde las traducciones son textos con un alto nivel de calidad, adaptación cultural, creatividad, precisión y confidencialidad. En esta última categoría entran los profesionales formados en nuestras universidades y su experiencia sigue siendo muy demandada en el mercado. Su desaparición no tendrá lugar mañana.
Se podría pensar que la calidad de la traducción realizada por la inteligencia artificial mejorará y, en consecuencia, hará retroceder la traducción humana. Parecería que es todo lo contrario. De hecho, la IA aprende cada vez más del contenido que ella misma ha generado, lo que conduciría a una concentración cada vez mayor de errores y sesgos. Este fenómeno de “endogamia” puede conducir con el tiempo a un deterioro de la calidad del contenido, según el investigador Jathan Sadowski, algo que de facto se aplica también al contenido traducido.
En consecuencia, la IA sin duda está cambiando el panorama de la traducción, pero no significa la muerte de la profesión. Si bien es cierto que cada vez más traducciones no esenciales se confían a máquinas, los traductores humanos siguen siendo esenciales para textos que requieren precisión lingüística, experiencia cultural, matices y pensamiento crítico.
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