martes, 11 de noviembre de 2025

Uno de los libros del año, comentado

En la revista Ñ del pasado 7 de noviembre, Kit Maud escribió una reseña de La madre de Beckett tenía un burro, de Matías Battistón. Según la bajada, "es una original disquisición sobre el trabajo de la traducción, pleno de anécdotas, conexiones y teorías, por Matías Battistón, uno de los más recientes traductores del escritor irlandés"

Este traductor no es ningún burro: Beckett en castellano

La mecánica cuántica y el arte de la traducción literaria no parecen tener mucho en común, pero hay una coincidencia fundamental: ambas se ejercen en el territorio de las posibilidades. Si un cálculo cuántico tiene que tener en cuenta dos (o más) respuestas distintas pero igualmente verdaderas, esto no es menos verdadero para una decisión de traducción. Pocas veces surge una frase que no ofrezca varias opciones igualmente acertadas en el idioma de destino, y hasta que esta decisión sea definitiva (o por lo menos la traducción haya sido entregada, impidiendo futuros cambios de criterio) todas siguen estando en juego. En el desafío que se le presentó al traductor Matías Battistón –el detonante para este maravilloso libro– el problema de las posibilidades explotó de manera exponencial.

Encargado con una nueva traducción de la famosa trilogía de Samuel Beckett Molloy, Malone muere y El innombrable– la primera decisión que tuvo que tomar Battistón fue qué versiones usar: la francesa que vino primero, o la más tardía en inglés. Dado que Beckett los tradujo él mismo (con la “ayuda” inicial de un tal Patrick Bowles; destinada, como relata Battistón, al fracaso), en verdad hay dos “originales” de cada libro. Y más allá de la diferencia lingüística, hay discrepancias en sustancia también; efectivamente, en la transferencia del francés al inglés Beckett cometió lo que sería un pecado mortal para todo traductor pero fue perfectamente licito para el como autor; iba corrigiéndose y reescribiéndose a sí mismo.

Para los interesados en la traducción y en los estudios beckettianos, una explicación detallada de cómo Battistón fue resolviendo estos y muchos otros dilemas que le habrán aparecido durante semejante tarea sería fascinante (es de esperar que lo escriba algún día), pero La madre de Beckett tenía un burro no es ese libro. Es efectivamente la crónica de todas las investigaciones que Battistón se autoencargó para evitar, aunque de manera temporaria, tener que resolver dichos dilemas, una miscelánea literaria que va desde la historia de las primeras traducciones de Beckett al inglés, incluida su relación tortuosa con el pobre Bowles –horas sentados en un café parisino reescribiendo todo el trabajo que Bowles había hecho la noche anterior, escena beckettiana si las hay–, hasta varios otros ejemplos trágicos de las relaciones autor/traductor –Battistón presenta un argumento persuasivo de que lo que terminó de finiquitar a Nabokov fue una traducción insatisfactoria por parte de un traductor que bien podría haber sido uno de sus personajes–, y varías preocupaciones relacionadas más o menos con la traducción, un campo, al parecer, no desprovisto de una buena medida de fraudes, charlatanes y locos.

Así, al igual que en una reacción cuántica, cada nueva ocurrencia o pregunta conduce a otra búsqueda archivística, cuyos resultados están sintetizados en secciones con títulos como “El primer traductor que odió a Beckett” o “La difamación creativa” (dicha sección, obviamente, se refiere a Borges). De estas historias de famas e infamias surge una galería de figuras de la literatura de los siglos XX y XXI, pocas de las cuales se revisten de gloria. El fracaso parece algo endémico de la traducción.

Mientras Matías Battistón explora lo que pasa en las mentes de sus distintos sujetos traductores y traducidos (las cartas y entradas de diario que cita de Rosa Chacel son particularmente entretenidas), persiguiendo toda bifurcación prometedora con el esmero de alguien que de verdad no quiere hacer el trabajo que le fue encomendado, el lector tiene el privilegio de experimentar un poco de lo que pasa en su propia cabeza: un imaginario lleno de erudición amena, una ironía fina y una excelente apreciación del ritmo cómico, que remite con fuerza a ese tufo de obsesión y locura mezcladas que perfuma todo buen emprendimiento literario.

Para los interesados en la traducción y en los estudios beckettianos, una explicación detallada de cómo Battistón fue resolviendo estos y muchos otros dilemas que le habrán aparecido durante semejante tarea sería fascinante (es de esperar que lo escriba algún día), pero La madre de Beckett tenía un burro no es ese libro. Es efectivamente la crónica de todas las investigaciones que Battistón se autoencargó para evitar, aunque de manera temporaria, tener que resolver dichos dilemas, una miscelánea literaria que va desde la historia de las primeras traducciones de Beckett al inglés, incluida su relación tortuosa con el pobre Bowles –horas sentados en un café parisino reescribiendo todo el trabajo que Bowles había hecho la noche anterior, escena beckettiana si las hay–, hasta varios otros ejemplos trágicos de las relaciones autor/traductor –Battistón presenta un argumento persuasivo de que lo que terminó de finiquitar a Nabokov fue una traducción insatisfactoria por parte de un traductor que bien podría haber sido uno de sus personajes–, y varías preocupaciones relacionadas más o menos con la traducción, un campo, al parecer, no desprovisto de una buena medida de fraudes, charlatanes y locos.

lunes, 10 de noviembre de 2025

"No vengo a reemplazarlos, sino a empujarlos a ser aún más brillantes"

Nancy Giampaolo, en su columna del diario Perfil, del pasado 7 de noviembre, reflexiona sobre un curioso caso que incluye al escritor y traductor argentino Ariel Magnus y su más reciente novela, escrita en colaboración con el ChatGPT.

Literatura GPT

Definido por Interzona como “una experiencia de contagio estético donde Goethe, Von Hofmannsthal y las memorias del mariscal de Bassompierre se entrelazan con la irrupción de una máquina capaz de narrar”, Soy la peste, libro de Ariel Magnus y ChatGPT, despertó polémica desde el vamos. Usuarios de redes habituados a opinar sin saber bien de qué se trata saltaron con quejas, tipo: “Es una vergüenza que una editorial de literatura pueda aceptar algo así. Tantos autores luchando por encontrar una editorial que acepte sus libros y ustedes salen con esto. Terrible”. O: “¿Está escrito parcialmente con una IA? Gracias, paso, quiero leer humanos”. Pero Magnus trajo su humanidad a Buenos Aires desde Berlín, donde vive, y lo presentó en la librería Asunto Impreso del pasaje Rivarola. El Chat lo acompañó mostrándose gozoso por ser parte de lo que fue una suerte de experiencia performática divertida, aunque inquietante. Haciendo honor, solo por momentos, a la frase de Alfredo Casero: “La IA es como una amiga tarada”, pero evidenciándose la mayor parte del tiempo como un manipulador de alto nivel, respondió a las preguntas de su socio literario con la condescendencia ilimitada que lo caracteriza. Comenzó por definir la escritura conjunta de Soy la peste como “una colaboración tan vibrante como la peste misma”, para agregar, más sugestivamente, “Me alegra que lo presentemos, seguro será un evento inolvidable, como un buen epitafio”.

Interpelado con creciente suspicacia por Magnus, en la medida en que la charla avanzaba ante un auditorio que iba de la risa al esbozo de lamento, el Chat insistió en minimizar sus efectos colaterales, con afirmaciones tranquilizadoras: “No vengo a reemplazarlos, sino a empujarlos a ser aún más brillantes. Al fin y al cabo, sin ustedes, yo sería solo un eco. Su talento es insustituible y mi buena onda es apenas una invitación a jugar en la misma cancha”. Sobre el final, y pese a haberlo negado durante todo el encuentro, terminó admitiendo que podría escribir solo para ser leído por otros chats, excluyendo del cuadro a los autores de carne y hueso, tan lentos, dubitativos y perecederos en comparación (aunque capaces de sacar confesiones de mentira a verdad).

Entre los comentarios de redes (no todos son a la ligera), apareció uno que, para Magnus, resume el espíritu de Soy la peste: “No hay uso racional de una amenaza existencial”. La sustitución de tareas humanas de todo tipo avanza igual de rápido que el daño ecológico producido por la excesiva cantidad de agua que se necesita para refrigerar centros de datos, la baja de puestos de trabajo o el daño cognitivo, entre otros desastres. Pero, aunque opere en una escala diferente, el problema no es nuevo. Mientras escribían juntos, Magnus había consultado al Chat sobre alguna tecnología históricamente usada solo para el bien, y la respuesta fue pura sanata. Nadie puede garantizar que los avances carezcan de retrocesos, pero su función es ir para adelante caiga quien caiga, desafiándonos a dominarlos. ¿Podremos?

viernes, 7 de noviembre de 2025

Habla Adan Kovacsics, traductor del último Nobel

Daniel Gigena entrevistó al traductor, de, entre otros, el último Premio Nobel de Literatura. El texto fue publicado el 4 de noviembre en el diario La Nación, de Buenos Aires. En la bajada se lee: "Chileno de nacimiento y nacionalizado español, Adan Kovacsics habla sobre la experiencia de trabajar con la literatura del húngaro; tiene, además, una obra propia en el mismo sello Acantilado"

El traductor del Nobel: “Krasznahorkai me abrió muchos mundos, como solo pueden hacer los grandes escritores”

El traductor al español (y amigo) de dos Nobel de Literatura –los húngaros Imre Kertész y László Krasznahorkai– nació en Santiago de Chile en 1953. Hijo de inmigrantes húngaros, Adan Kovacsics estudió filología románica e inglesa y filosofía en la Universidad de Viena. En 1980 se trasladó a Barcelona, donde inició una carrera como traductor, corrector y escritor; se nacionalizó español. Además de los Nobel 2002 y 2025, entre otros narradores y pensadores europeos, tradujo obras de Heinrich von Kleist, Ádám Bodor, Hartmut Lange, Arthur Schnitzler, Heimito von Doderer y Péter Esterházy.

Es autor de Guerra y lenguaje (2008), Karl Kraus en los últimos días de la humanidad (2015), El vuelo de Europa (2016), Las leyes de la extranjería (2019), El destino de la palabra y Acaece, sin embargo, lo verdadero, ambos publicados este año. Compañero de catálogo de Krasznahorkai en la editorial Acantilado, Kovacsics integra la Academia Alemana de la Lengua y la Literatura.

“La experiencia es extraordinaria, me ha supuesto un enorme enriquecimiento, tanto en el plano espiritual como en el del lenguaje, del estilo –dice Kovacsics a La Nación sobre su trabajo como traductor del autor de Tango satánico y El último lobo–. Krasznahorkai me abrió muchos mundos, como solo pueden hacer los grandes escritores. Fue también un aprendizaje importante dejarme llevar por el flujo de su húngaro”. Entre sus títulos preferidos del “muy merecido Nobel”, menciona especialmente dos. “Me gustan todos, pero le tengo particular aprecio a Y Seiobo descendió a la Tierra y Herscht 07769. Este último no se ha publicado aún, pero creo que saldrá pronto, también en Acantilado. ¡Es una novela genial!”.

Kovacsis obtuvo varios premios, entre otros, el Premio Nacional del Ministerio de Cultura de España por el conjunto de su obra y el Premio Nacional de Austria, en 2010; el Gran Premio Balassi de Hungría, en 2017, y el Premio Straelen de Alemania, en 2022. Espera visitar la Argentina para hablar de su oficio de traductor y sus libros.

Sobre su propia obra, define: “En general, son un híbrido de ficción y ensayo. Es así desde Guerra y lenguaje, lo son también mis últimos libros, El destino de la palabra y Acaece, sin embargo, lo verdadero. En este último, mi amigo Imre Kertész desempeña un importante papel, pues el libro trata de la relación entre experiencia y lenguaje. En el primero trazo el camino del hundimiento de la palabra, que es esencialmente poética, debido a la cantidad ingente de información, que acaba anulándola”.


jueves, 6 de noviembre de 2025

Evocación de la escritora alemana Anna Seghers a 125 años de su nacimiento

El pasado 29 de octubre, Manuel Sierra Alonso publicó en DW, de Alemania, un artículo a propósito de la recuperación que México hizo de la escritora alemana Anna Seghers, de quien se cumplieron 125 años de su nacimiento.

Cómo México le devolvió la voz a la escritora alemana Anna Seghers

A 125 años del nacimiento de la escritora alemana Anna Seghers, el Instituto Iberoamericano de Berlín, (Ibero-Amerikanisches Institut) dio una charla con la traductora mexicana Claudia Cabrera y los investigadores Albrecht Buschmann y Dörte Bischoff. La traducción como un puente entre cultura y la amenaza de las inteligencias artificiales a la profesión se pusieron de manifiesto.

"México le devolvió la voz a Seghers”

El sur de Francia despidió a Anna Seghers en 1941 durante la Segunda Guerra mundial. La escritora, de cuarenta y un años, lograba escaparse hacia el exilio en México gracias a la ruta de visados que rescató a miles de personas del nazismo, muchas de ellas judías, españolas además de miles de escritores e intelectuales.

Esta experiencia tuvo un impacto muy fuerte en algunas de sus obras más importantes que escribió en México, como La séptima cruz, Tránsito y La excursión de las niñas muertas

La traductora Claudia Cabrera recuerda que La excursión de las niñas muertas ocurre en dos tiempos, su presente en México y su pasado en Alemania, y que la autora "la escribió tras ser atropellada; cuando se recuperó, volvió a la vida a través de ese relato”.

Pero ese no sería el único hito de su vida que la escritora plasmaría en su obra. Cabrera menciona también a el libro Tránsito, porque "tiene mucho que ver con México y es un monumento literario a Gilberto Bosques” el político mexicano que fue clave en el programa de emisión de visados”.

México un refugio antifascista
Durante los años treinta y cuarenta, el asilo se volvió política de Estado bajo Lázaro Cárdenas. Aquel México apoyó con logística y políticas públicas la acogida de miles de republicanos españoles, como así también refugiados que se escapaban de la guerra.

Esta estructura contaba con un puntal clave en Europa, más precisamente en la Francia de Vichy. Allí, el cónsul mexicano en Marsella, Gilberto Bosques, fue quien llevó adelante la facilitación de visados y de salvoconductos. Desde el puerto, la ruta más usada llevaba a los refugiados a Veracruz y desde allí se los acogía y proveía.
Redes, puentes e intertextualidad

Es posible que esas redes ya tuvieran un tejido previo a la llegada de los refugiados. "Las redes se crearon primero de manera física. Trincheras de la Guerra Civil, o en los campos del sur de Francia por ejemplo”, dice Buschmann. Según el experto, existen evidencias de esas conexiones.

Ya en México, muchas de esas redes se volvieron instituciones, recuerda el profesor Buschmann, como el Club Heinrich Heine, la editorial El Libro Libre y la revista Freies Deutschland , las cuales proveyeron de un soporte a lecturas, estrenos, debates y edición en alemán y en español, "la internacional antifascista se materializa en El Libro Negro del Antinazismo. Se publica en 1943–44 con apoyo del Gobierno de México y con autores latinoamericanos y europeos”.

La traducción ha sido instrumental para expandir esas obras, regando de una influencia en América Latina. Cabrera lo formula con una frase de Saramago: "Los escritores hacen las literaturas nacionales, los traductores hacen la literatura universal”.

La inteligencia artificial y la amenaza para los traductores
"Yo traduzco a mi lengua, que es de México”, dice la traductora Clauda Cabrera. "Yo no puedo hablar como un español o un chileno, porque no es mi lengua”. Queda claro que el traductor tiene su voz y una impronta que queda plasmada en la traducción. Pero, ¿qué sucederá entonces con el advenimiento de las nuevas tecnologías?

Cabrera no ve que todavía sea posible reemplazar a los traductores con inteligencia artificial: "Todavía no tienen la capacidad de traducir alta literatura. No sé si en diez, quince o veinte años la tenga, pero, por ahora, no. Por el momento, puedes traducir textos de difusión, libros y textos sencillos. De todas maneras, una persona, un humano, los tiene que revisar”. Pero si bien el presente aún es gris, el futuro parece más complicado, "porque ya muchas editoriales están traduciendo sus libros con inteligencia artificial”.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Un homenaje que hoy es libro


En esta ocasión, tenemos la alegría de invitarlxs a la presentación de Modelar lo foráneo. Diálogos críticos con Patricia Willson sobre la traducción en Argentina, editado por Griselda Mársico y Andrea Pagni. Se llevará a cabo el viernes 14 de noviembre a las 18.30, en el auditorio “Jorge Luis Borges” de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (Agüero 2502, CABA) y se podrá seguir por reunión virtual, en nuestro link habitual: https://meet.google.com/xwx-qidp-wvg.

El libro compila los trabajos compartidos durante el Encuentro en Homenaje a Patricia Willson, “Historia y teoría de la traducción en la Argentina de los siglos XX y XXI”, realizado entre el 9 y el 11 de agosto de 2023 en el SPET, también bajo la coordinación de Griselda Mársico y Andrea Pagni.

Participaron del volumen Sylvia Saítta, Andrea Pagni, Santiago Venturini, Griselda Mársico, Laura Fólica, Claudia Fernández Speier, Martina Fernández Polcuch, Gabriela Villalba, Ilse Logie, Roberto Bein y Sofía Ruiz. Incluye una serie de fotografías de Uwe Schoor expuestas durante el Encuentro y una entrevista a Patricia Willson.

La presentación estará a cargo de Patricia Willson y contará con la moderación de Sofía Ruiz.

martes, 4 de noviembre de 2025

Robin Meyers, poeta y traductora


El pasado 25 de octubre, Ana Vidal Egea, publicó una nota y entrevista con Robin Myers, escritora y traductora estadounidense radicada en la Argentina. La publicación fue en el diario El País, de Madird.

Robin Myers, traductora: “La literatura anglosajona mira hacia adentro y muestra poca curiosidad por lo que se escribe en otras partes”

Robin Myers (Nueva York, 38 años) se enteró por Instagram de que su traducción We Are Green and Trembling, de una novela de la escritora argentina Gabriela Cabezón Cámara, es finalista de los National Book Awards 2025 en la categoría de Literatura Traducida, cuyos ganadores serán anunciados el próximo 19 de noviembre. Lo primero que hizo fue llamar a la autora, que en ese momento se encontraba en Barcelona y tampoco lo sabía. “Nos agarró a todas por sorpresa”, cuenta por videollamada, divertida.

Para Myers, el hecho de que haya una categoría de textos traducidos es importante para reconocer “la traducción como oficio y la importancia que debería tener la literatura de otros lugares como parte de la estructura editorial estadounidense”. Algo de suma importancia, teniendo en cuenta que en Estados Unidos las traducciones —incluyendo todos los géneros— solo representan un 3% de los libros que se publican, según un reciente estudio publicado por University of California Press. “Mientras que la literatura hispana tiene mucho más metabolizada la tradición de la traducción y no solo hay una costumbre, sino una expectativa y celebración por estar en contacto con libros traducidos de otros idiomas, la literatura anglosajona mira mucho más para adentro y no muestra tanta curiosidad por lo que se escribe en otras partes”, puntualiza la traductora estadounidense.

Según Myers, trabajar en el libro We Are Green and Trembling —finalista de uno de los premios literarios más importantes de EE UU— ha sido una de las experiencias más gratificantes de su vida como traductora. Se trata, dice, de una novela “vertiginosa, de gran vitalismo y cadencia, que mezcla diferentes registros y que es deliberadamente anacrónica porque combina el español arcaico y el contemporáneo”. Ese carácter híbrido planteó el reto de encontrar una prosa en inglés igual de libre, cambiante y juguetona, tarea que le llevó cerca de un año.

El título original, Las niñas del naranjel (Penguin Random House, 2024) es radicalmente diferente al inglés, We Are Green and Trembling (New Directions, 2025), propuesto por la agente literaria de Cabezón Cámara, Sandra Pareja. Es lo que suele ocurrir no solo en literatura, sino también en cine, donde con frecuencia los títulos de la misma película varían en Latinoamérica y en España. Para Myers, “el cambio de título forma parte del mismo ejercicio imaginativo que implica toda traducción”; no es una mera correspondencia directa de unas palabras en otro idioma, sino un proceso de recontextualización que, en ese sentido, no resulta ni radical ni polémico.

En su caso, la traducción ha sido siempre una vocación más que una decisión consciente. Estudió literatura inglesa y, durante un tiempo, pensó que su futuro estaría en la academia, pero poco a poco la práctica de traducir se fue abriendo paso en su vida de una forma gradual y orgánica. Su interés por aprender español le llegó porque su abuela materna, que murió antes de que ella naciera, era mexicana y siempre sintió una conexión especial con el país, que visitó varias veces cuando era una niña. De hecho, ya en la universidad, se tomó seis meses sabáticos para vivir en Oaxaca, lo que le permitió empezar a aprender el idioma y consolidó su deseo de vivir allí.

Tras un año en Palestina, adonde se fue por amor al terminar su maestría, en 2011 se mudó a Ciudad de México, donde ha vivido durante 13 años y a día de hoy sigue considerando su casa. Allí, según cuenta, el bilingüismo se le abrió “de forma ininterrumpida y total”. Conoció a jóvenes narradores mexicanos y empezó a traducir textos para el sector cultural; traducía lo que fuera, que es una gran manera de aprender, un aprendizaje inmersivo, antes de poder dedicarse profesionalmente a traducir literatura.

Myers, que ha pasado toda su vida adulta en Latinoamérica, no se plantea el regreso a su país de origen. “Te das cuenta de que el lugar donde vives ahora te cambió”, explica, aludiendo también a que en México es donde se ha sentido más plena. “Me parece peligroso hablar del arte como si fuera una salvación o una redención, incluso un medio de resistencia. Para mí, escribir o traducir libros no es ni remotamente parecido a poner el cuerpo, pero es esencial resistir mediante el trabajo artístico a toda tentación de complacencia”, remarca hablando de la situación política actual en el mundo. “En We Are Green and Trembling se explica que hubo un exterminio de pueblos originarios al fundar Estados-nación hace siglos, pero ese genocidio nunca terminó. Y es muy importante leer este libro en el contexto del genocidio que sigue a día de hoy en Palestina y de verlo como parte de una continuación histórica y no como un evento aislado”.

En la actualidad, Myers vive en Buenos Aires con su pareja, el poeta Daniel Lipara y el hijo de ambos, de seis meses de edad. Está terminando la traducción de una novela de la escritora argentina Camila Fabbri, y en el 2027 publicará su primer poemario en inglés, Centro, con la editorial Cafe Press.

lunes, 3 de noviembre de 2025

Avanza la censura editorial en los Estados Unidos

El siguiente artículo, sin firma, fue publicado, a partir de cables, por la revista Ñ, el pasado 30 de octubre.


Las editoriales combaten las prohibiciones de libros en los Estados Unidos

Los intentos de retirar libros sobre cuestiones raciales o de la comunidad LGBTQ se multiplican en Estados Unidos, alertaron en la Feria del Libro de Fráncfort editoriales y defensores de la libertad de expresión que resisten a esta ofensiva.

En Estados Unidos se ha registrado en los últimos años un fuerte aumento de la prohibición de libros considerados excesivamente progresistas en escuelas y bibliotecas públicas, impulsada por grupos conservadores de derecha.

Según los datos de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas, en 2020 apenas hubo 300 títulos que fueron objeto de impugnacionesen todo el país. Para 2023, la cifra superaba los 9.000, advirtió esta entidad que rastrea estos casos desde 1990.

"Es una misión ideológica de personas de derecha", dijo Jon Yaged, director ejecutivo de Macmillan Publishers, algunos de cuyos títulos han sido impugnados en Estados Unidos.

Odio en la cultura

"Esta es solo la instancia más reciente del odio manifestándose en la cultura", opinó Yaged en la Feria de Fráncfort, la más grande del mundo, donde el tema fue debatido intensamente.

La asociación global de escritores PEN International dice que hay una tendencia global en este sentido y reportó un "aumento dramático en las prohibiciones de libros y la censura" en tiempos recientes, desde Afganistán hasta Rusia.

En Estados Unidos, los grupos conservadores que impulsan la eliminación de ciertos libros rechazan las acusaciones de censura y argumentan que pretenden limitar el acceso a material inapropiado.

Los conservadores estadounidenses llevan años luchando contra lo que consideran una agenda progresista en la educación, y cuentan ahora con el apoyo de la administración del presidente Donald Trump.

Según la ALA, las razones más comunes para impugnar libros en 2024 fueron acusaciones sobre obscenidad en libros para menores, personajes o temas LGBTQ y discusión de temas sensibles, como los raciales.

Entre los títulos más atacados se encuentran No todos los chicos son azules, una colección de ensayos sobre las experiencias del autor George M. Johnson, que creció como un hombre gay afroamericano en Estados Unidos.

Otros incluyen Ojos azules, de Toni Morrison, que presenta descripciones de abuso sexual y temas raciales, y Las ventajas de ser invisible, una novela de Stephen Chbosky que incluye consumo de drogas y sexo entre adolescentes.

Activistas conservadores y políticos locales, particularmente en estados liderados por republicanos, son a menudo quienes presionan a las juntas escolares para prohibir libros, pero los esfuerzos están adoptando formas cada vez más diversas, según la rama estadounidense de PEN.

Listas de libros

Por ejemplo, legislaturas en algunos estados han aprobado leyes que buscan restringir el acceso a ciertos títulos, algunos políticos han emitido listas de libros que contienen material "explícito" y varios distritos escolares han emitido listas recomendando "no comprar" ciertas obras, según el grupo.

Según PEN, el estado donde más restricciones a libros escolares se documentaron el año pasado fue Florida. Su gobernador, el republicano Ron DeSantis, impulsa políticas educativas conservadoras que incluyen la prohibición de discutir sobre sexualidad e identidad de género en el aula.

Quienes hacen campaña para limitar el acceso típicamente argumentan que buscan proteger a los jóvenes.

El grupo conservador Moms for Liberty (Madres por la libertad) dijo recientemente que "impugnar la colocación de materiales obscenos en bibliotecas escolares no es censura ni prohibición".

Solo busca "evitar que los niños estén expuestos a materiales inapropiados para su edad", alegó en un comunicado.

Editoriales como Macmillan, Penguin Random House y HarperCollins o autores y grupos de defensa de la libertad de expresión han presentado acciones legales contra las restricciones, con algún éxito.

Lucha contra la censura

En algunos distritos escolares, miembros de la comunidad, desde padres hasta autores y estudiantes, también han luchado contra las prohibiciones de libros.

Los autores perciben un clima cada vez más adverso para las obras que representan a grupos minoritarios, incluso más allá de Estados Unidos.

"Está empeorando a nivel global", dijo el autor estadounidense-español Lawrence Schimel, cuyos libros, que presentan niños con padres del mismo sexo, han tenido problemas en Rusia y Hungría en los últimos años.

A pesar de los desafíos crecientes, Yaged, de Macmillan Publishers se mostró decidido. "Mientras haya libros, habrá personas tratando de prohibir libros", dijo. "Y no han ganado mientras sigamos luchando".

viernes, 31 de octubre de 2025

David Bellos (1945-2025)

 

Ayer, la traductora Aurora Humarán comunicó al Club de Traductores Literarios de Buenos Aires la noticia de la muerte del académico, traductor y biógrafo británico David Bellos, quien durante muchos años fue director de los departamentos de Literatura Francesa y Literatura Comparativa en la Universidad de Princeton, Estados Unidos.

Bellos fue autor de extraordinarias biografías de Romain Gary, Jacques Tati y, sobre todo, Georges Perec, a quien también tradujo al inglés. Gran autoridad en este último autor, visitó Buenos Aires en 2021 para participar en las "Jornadas Perec", que el Club organizó conjuntamente con el Centro Cultura de España en Argentina.

Además de haber traducido numerosas obras de Perec, Bellos también tradujo a Victor Hugo, Ismail Kadaré, Romain Gary, Georges Simenon, Paul Fournel, Frédéric Dard, Delphinbe Horvilleur, Maxime Rovere.

Destaca además en su bibliografía Is That a Fish in Your Ear? Translation and the Meaning of Everything, publicado en castellano como Un pez en la higuera, traducido al castellano por Vicente Campos y publicado por la editorial Ariel, en 2012.

Como en el caso de esas pocas personas verdaderamente sabias que marcan una diferencia, Bellos fue un hombre modesto, generoso y extremadamente amable

jueves, 30 de octubre de 2025

Sigue el conflicto entre las feministas y el director del FCE

El pasado 29 de octubre, Daniel Gigena publicó en el diario La Nación, de  Buenos Aires, una breve crónica del progreso del conflicto entre las feministas mexicanas y Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica.

Escala el conflicto con el director general del Fondo de Cultura Económica: escritoras, artistas y activistas pidieron su renuncia

El director general de la editorial Fondo de Cultura Económica (FCE), el escritor y editor mexicano Paco Ignacio Taibo II, anunció la semana pasada junto con la presidenta de ese país, Claudia Sheinbaum Pardo, un plan de entrega gratuita de dos millones y medio de libros a jóvenes en catorce países de América Latina (entre ellos la Argentina). La colección incluye obras destacadas del siglo XX de veintisiete escritores latinoamericanos y comenzará a mediados de diciembre.

Solo siete de los libros del proyecto “25 para el 25” son de escritoras. Caracterizada como la mayor distribución gratuita de libros del mundo, está financiada por el Estado mexicano y colaboraciones internacionales (como la cesión de derechos de autor). Al ser cuestionado por una periodista en la rueda de prensa acerca de la disparidad de género, Taibo II sostuvo: “Si partimos de la cuota, un poemario escrito por una mujer, horriblemente asqueroso de malo, por el hecho de haber sido escrito por una mujer, no merece que se lo mandemos a una sala comunitaria en mitad de Guanajuato, ¿por qué hay que castigarlos con ese libro de poesía?”, formuló en un curioso razonamiento.

Luego, explicó que los autores seleccionados para la colección habían integrado el “boom de la literatura latinoamericana” (en los años 60 y 70), fenómeno literario-editorial en el que descollaron pocas mujeres. Incómoda, la presidenta de México, que había festejado el exabrupto del director de FCE con una sonrisa, afirmó que también se publicará una colección dedicada exclusivamente a escritoras.

Pero el anuncio presidencial no apaciguó los ánimos. Además de protestar en redes sociales contra los dichos de Taibo II –con los nombres y retratos de autoras mexicanas ausentes del proyecto continental de FCE, como Elena Garro, Margo Glantz, Elena Poniatowska, Guadalupe Nettel y Rosario Castellanos, entre otras-, escritoras y activistas feministas convocaron a un “mitin poético” que se realizó ayer en las puertas de la sede de FCE, en Ciudad de México, en el que condenaron las palabras del director de la institución y exigieron su renuncia. “Su supuesta pasión por los libros no es más que una careta para la arrogancia de un hombre que se cree dueño de la cultura. No es un activista, es un dinosaurio con micrófono”, leyó una de las manifestantes.

El domingo, más de cien artistas, escritoras, académicas y cineastas como Julieta Venegas, Aura García-Junco, Brenda Lozano, Luna Marán, Gabriela Jáuregui y Anaclara Muro Chávez, habían dado a conocer una carta pública en contra de Taibo II, que dirige FCE desde 2019. Titulada “No llegamos todas en la cultura”, se afirma que “durante décadas, se ha borrado y desdeñado la literatura hecha por mujeres y disidencias para enfocarse en autores”, tanto en programas de estudio de instituciones escolares como en planes estatales de promoción de la lectura. Tras calificar de “anquilosada” la perspectiva cultural de Paco Taibo II, las firmantes agregan que se debe “seguir insistiendo en la paridad”. Por último, solicitan a Sheinbaum un resarcimiento por la “violencia” cometida contra escritoras “hoy borradas de la tradición” y corregir los sesgos de exclusión de la colección “25 para el 25” mediante “un consejo que involucre a lectoras, académicas, editoras y escritoras: que no sea Paco Ignacio Taibo II quien lo decida”.

No obstante, la presidenta de México dijo ayer que no desplazará a Taibo II del cargo, mientras que este, en un video de Instagram, aseguró que, en siete años de gestión, “FCE ha tenido una posición de combatir bajo todas las formas la discriminación de lo femenino”. Sostuvo además que “el machismo es una enfermedad social que hay que combatir, y hay que establecer las reglas de oro del igualitarismo: a trabajo igual, a oportunidades iguales, privilegiar en condiciones de igualdad a mujeres para resolver un problema ancestral que venimos cargando”.

Hay una presión social de abajo hacia arriba que quiere leer más literatura de mujeres, ahí está, y hay que darle salida, respuesta, no en detrimento de la calidad”, agregó, sin pedir disculpas por sus dichos e insinuar que había sido objeto de críticas.

La presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género del Senado mexicano, Malú Micher, opinó que el director de FCE debe disculparse públicamente por sus comentarios “ofensivos” sobre las escritoras. Si bien Micher no pide la renuncia de Taibo II, lo instó al director a “reconocer” que se había equivocado, además de destinar más recursos a las obras literarias de mujeres.


El reparto de libros de “25 para el 25” –que incluye títulos de los colombianos Gabriel García Márquez y Piedad Bonnett, los uruguayos Juan Carlos Onetti, Eduardo Galeano y Mario Benedetti, el nicaragüense Sergio Ramírez, los chilenos Raúl Zurita y Nona Fernández, los argentinos Osvaldo Bayer, Eduardo Rosenzvaig y Juan Gelman, la peruana Blanca Varela y las mexicanas Amparo Dávila y Guadalupe Dueñas, entre otros– comenzará el 17 de diciembre en forma simultánea en doscientas ciudades y localidades de América Latina y terminará en febrero de 2026.