martes, 10 de septiembre de 2024

¿Internet Archive, una biblioteca digital de emergencia?

"Cuatro importantes editoriales (Hachette Book Group, HarperCollins Publishers, John Wiley & Sons y Penguin Random House) demandaron a la biblioteca digital y un tribunal de apelaciones confirmó el fallo." Tal es la bajada de la nota publicada por InfoBAE, el pasado 6 de septiembre, con firma de Hillel Italie, levantada de Asociated Press.

La justicia de Estados Unidos determinó que Internet Archive violó la ley al escanear y compartir libros digitales sin permiso

Un tribunal de apelaciones confirmó un fallo anterior: Internet Archive violó la ley de derechos de autor al escanear y compartir libros digitales sin el permiso de los editores.

Cuatro importantes editoriales (Hachette Book Group, HarperCollins Publishers, John Wiley & Sons y Penguin Random House) demandaron al Internet Archive en 2020, alegando que había ofrecido ilegalmente copias gratuitas de más de 100 libros, entre ellas obras de ficción de Toni Morrison y JD Salinger. Internet Archive respondió que estaba protegido por la ley de uso legítimo.

En 2023, un juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Manhattan falló a favor de los editores y les concedió una orden judicial permanente. El miércoles, el Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el Segundo Circuito coincidió y planteó la pregunta: ¿fue el programa de préstamos de Internet Archive, una “Biblioteca Nacional de Emergencia” lanzada a principios de la pandemia, un ejemplo de uso justo?

“Aplicando las disposiciones pertinentes de la Ley de Derechos de Autor, así como los precedentes vinculantes de la Corte Suprema y del Segundo Circuito, concluimos que la respuesta es no”, dictaminó el tribunal de apelaciones.

En una declaración del miércoles, la presidenta y directora ejecutiva de la Asociación de Editores Estadounidenses, Maria Pallante, calificó la decisión como una victoria para la comunidad editorial. “La decisión de apelación de hoy confirma los derechos de los autores y editores a obtener licencias y compensación por sus libros y otras obras creativas y nos recuerda en términos inequívocos que la infracción es costosa y antitética al interés público”, dijo.

El director de servicios bibliotecarios del Archivo, Chris Freeland, calificó el fallo de decepción. “Estamos revisando la opinión del tribunal y continuaremos defendiendo los derechos de las bibliotecas a poseer, prestar y preservar libros”, dijo en un comunicado.

lunes, 9 de septiembre de 2024

La charla de Matías Battistón sobre la traducción y las formas

En esta entrada se encuentra el link a la charla que Matías Battistón ofreció el pasado lunes 23 de agosto en la reunión mensual del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, en la librería El Jaúl. 

Quienes deseen enterarse, pueden recurrir a esta dirección:

https://youtu.be/W5GND-mv_uE?feature=shared

viernes, 6 de septiembre de 2024

Próxima reunión del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires: Irina Alonso

Irina Alonso se desempeña en distintos quehaceres de la actividad teatral: actuación, dirección, docencia y dramaturgia. Escribió y puso en escena sus obras León y Sarita, el biodrama Papá Bianco y los Alonso, (en coautoría con su hermana Ingrid Pelicori) y La mudita. Realizó también la dramaturgia de proyectos teatrales a partir de poesía y narrativa (Sombras sobre vidrio esmerilado, de Juan José Saer, Los muertos, de Mario Levrero, La violencia de las horas, a partir de poemas de César Vallejo; El entenado, de Juan José Saer. Fue destacada por los Premios Trinidad Guevara, Premios Florencio Sánchez y Premios Teatro del Mundo, en los rubros de actuación, dirección y adaptación teatral.

jueves, 5 de septiembre de 2024

En Japón, García Márquez para no lectores

 

A 54 años de la publicación en Japón del libro más famoso de Gabriel García Márquez, una novela gráfica la pone al frente de la lista de best-sellers en ese país. Evidentemente, la gente prefiere ver los dibujitos.

"Cien años de soledad es el 'nuevo' éxito en Japón"

La novela insigne de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad llegó a Japón en 1972, cinco años después de su publicación original. La traducción la realizó Tadashi Tsuzumi, quien también ha pasado del castellano tipográfico al japonés ideográfico, a Alejo Carpentier, Manuel Puig, Jorge Luis Borges y Juan Carlos Onetti. Esa misma traducción inicial se mantiene vigente, pero ha tenido un repunte de ventas en 2024, logrando un éxito editorial sin precedentes.

De acuerdo con los reportes del diario nipón The Mainichi, en apenas ocho semanas se han vendido 290 mil ejemplares de la intrincada historia de los Buendía. No se trata de cualquier publicación; el objeto de deseo es la última edición realizada por la editorial especializada en manga Shinchōsha. Ryo Kikuchi, editor a cargo de este producto literario, ha destacado la importancia de tener disponible en las librerías a autores como García Márquez; fallecidos, pero vigentes. El libro cuenta con un prefacio de Yasutaka Tsutsui y una guía de lectura de Natsuki Ikezama, con el objetivo de hacer más amable la interacción de los lectores nipones con el mundo de Macondo.

Aunque el trabajo que se está llevando todas las miradas - y los billetes - es la ilustración realizada por Ryuto Miyake. Con su toque distintivo, Miyake ha convertido esta edición en una irresistible para los bibliófilos, lean o no el texto detrás del prolijo arte visual.

La cantidad de ventas ha tomado a todos por sorpresa. La edición se vende como pan caliente en tiendas físicas y virtuales. En las librerías, Cien años de soledad ocupa alguna de las mesas centrales, acompañado de un gigantesco árbol genealógico de la larga estirpe narrada en la novela. Shinchōsha está por lanzar tirajes adicionales porque los compradores no se dan abasto. La edición apareció apenas en junio 26.

El récord de ventas se da tras el décimo aniversario luctuoso de García Márquez. Como parte de esta conmemoración, en este año aparecerá la serie de Netflix de Cien años de soledad, buscando perseguir el mismo éxito comercial.

miércoles, 4 de septiembre de 2024

"El tiempo es infinito pero el espacio de mi casa no"

A medida que pasa el tiempo o, dicho de otro modo, a medida que nos vamos terminando, el espectáculo de la propia biblioteca plantea una serie de cuestiones que, en su columna del diario Perfil, del pasado 31 de agosto, el escritor Daniel Guebel intenta resolver. O no.

Los libros del tiempo

En el más amplio de los sentidos, la palabra escrita e impresa es una apuesta al futuro, que no existe, enviada por el pasado, que sobrevive en nuestra memoria, para que en el presente de la lectura seamos conscientes de existir en el movimiento del tiempo perceptible entre una y otra frase. Y como la lectura es una apuesta frenética por ese momento de eternidad continua que lleva la vista desde izquierda a derecha, salta un renglón y sigue, quienes vivimos leyendo juntamos provisiones para esas eternidades posibles comprando libros que destinamos a una lectura inmediata o diferida: el presente posible se realiza o se transfiere a futuro –probable o improbable. Porque es cierto que se lee lo que se guarda en estantes de biblioteca, piso, mesita de luz, revistero del baño, pero también lo es que mucho de lo adquirido se almacena para tiempos que no llegan o n o llegarán nunca. Y sin embargo, el libro no leído sigue siendo presente puro de ese futuro virtual, promesa de tiempos arborescentes, suspendidos. Y ese diferimiento tiene también su consumación, que es puramente mental, compuesta del recuerdo de los momentos en que lo diferido se volvió por fin presente y luego de concluido dejó lugar a otro libro, y quedó guardado en algún lugar del palacio de la memoria o en las cenizas de un olvido.

No paso día sin contemplar mi biblioteca. Durante algunos segundos trato de hacer un cálculo mental. De los libros que tengo, ¿Cuántos leí? ¿Cuántos releí? ¿Cuántos me esperan en lo que me resta, y cuantos quedarán sin ser leídos por mí, y luego del luctuoso fin (“¡Echenlo a la calle! ¿Quién ha dicho que yo moriré?”. Cita del último libro de Ada o el ardor, de Vladimir Nabokov), serán atesorados por mi hija o vendidos en esas librerías de viejo para alimentar nuevas generaciones de lectores? Imposible calcular nada. Pero en esos días que no dejan de pasar, no hay uno en que deje de sorprenderme preguntándome cuando compré este o aquel ejemplar, por qué lo quise o qué destino quise darle o qué momento pensé en destinarle cuando lo adquirí. No hay día en que deje de decirme que mi biblioteca, sometida a constantes ampliaciones y reducciones (porque el tiempo es infinito pero el espacio de mi casa no), me está ofreciendo una nueva aventura.

martes, 3 de septiembre de 2024

Un Estado de jubilados, narcos y gusanos contra la industria editorial multinacional

El gobernador republicano
Ron De Santis
"Las dos grandes editoriales, otras cuatro compañías y el gremio de autores de Estados Unidos querellaron al gobierno de Ron de Santis por una ley que “atenta contra la libertad de expresión” Esto es la noticia del artículo sin firma, publicado el pasado 30 de agosto por InfoBAE.
 
Penguin Random House y HarperCollins demandan al estado de Florida por libros prohibidos

Seis grandes grupos editoriales y el gremio de autores de EE.UU. entablaron este jueves una demanda contra una ley estatal de Florida que veta libros en las escuelas públicas al considerar que algunas de sus provisiones son inconstitucionales y contrarias a la libertad de expresión.

Los querellantes, encabezados por los gigantes Penguin Random House y HarperCollins Publishers, piden que dos provisiones de esta norma sean declaradas inconstitucionales y queden sin efecto. Las otras editoriales son Hachette Book Group, Macmillan Publishers, Simon & Schuster, y Sourcebooks, además del gremio de autores y escritores como Julia Álvarez, John Green y Laurie Halse Anderson, entre otros.

La polémica ley HB 1069, firmada en 2023 por el gobernador estatal, el republicano Ron DeSantis, entre otras cosas permite a los padres de familia impugnar de las bibliotecas públicas escolares libros que consideren sean de índole pornográfico, sexual o tengan relación con la identidad de género.

Los demandantes señalan en la querella, interpuesta en una corte federal de Orlando, en el centro de Florida, que a raíz de esta norma se han retirado de las estanterías escolares clásicos de la literatura universal como Anna Karenina, de León Tolstói, o Por quien doblan las campanas, de Ernest Hemingway, entre muchos otros.

“Florida ha exigido que estos y otros libros sean retirados de las bibliotecas escolares bajo sus amplios mandatos generales y basados en el contenido, los cuales prohíben la consideración del valor de los libros”, denuncian las editoriales en la querella. Allí defienden que los libros en cuestión son “clásicos atemporales, reconocidos por su valor literario”, además de laureados y éxitos de ventas, que han estado en las bibliotecas escolares durante años y “no son ni remotamente obscenos”.

Alegan que el lenguaje vago y confuso de la ley ha llevado a que las juntas de los distritos escolares se apresuren a ordenar la retirada de “cientos” de publicaciones de las estanterías de escuelas públicas en todo el estado. La ley en cuestión concede cinco días para la retirada de los libros impugnados, que serán revisados por los distritos escolares y, si éste considera que no contiene material que es objeto de la norma, puede ordenar que sea restaurado en la biblioteca. Si tuviera alguna referencia a una “conducta sexual” pueden permanecer en los estantes, pero etiquetados acorde al grado o edad correspondiente.

Desde que fuera promulgada, DeSantis ha defendido la norma bajo el argumento de que concede a los padres de familia el derecho a objetar publicaciones que consideren sean pornográficas o con material sexual explícito. La norma es similar a otras promulgadas en otros estados conservadores, que desde hace unos años han impuesto restricciones a las bibliotecas escolares.

De acuerdo con la organización PEN America, bajo el gobierno de DeSantis, “Florida ha prohibido más libros que cualquier otro estado” desde que en 2021 “comenzó esta ola de censura sin precedentes”.

lunes, 2 de septiembre de 2024

Qué orgullo para la Real Academia: el plagiario Pérez Reverte vuelve a las andadas y acusa de zoofilia a un filólogo gallego con el que no coincide


"El debate en la red social X empezó por la etimología de una palabra y terminó con un pedido de disculpas tras eliminar un mensaje en el que se excedió con un comentario ofensivo". Esto dice la bajada de la nota publicada el pasado 29 de agosto, por Daniel Gigena, en el diario La Nación, de Buenos Aires, donde se da cuenta de una ¿polémica? sostenida por el bestia de Arturo Pérez Reverte con Anton Losada, un filólogo gallego.

Se “le calentó la tecla” a Arturo Pérez-Reverte y debió borrar un tuit ofensivo

A causa de un debate entre el profesor y periodista español Antón Losada y el escritor y académico español Arturo Pérez-Reverte sobre el origen etimológico de los topónimos Finisterre y Fisterra, utilizados para denominar el municipio y el cabo de La Coruña, en España, el autor de El capitán Alatriste debió pedir disculpas y borrar una publicación ofensiva en X, donde sugería su rival virtual practicaba zoofilia con ovejas (y/o cabras). Pérez-Reverte había escrito: “No se ensañen con él, hay que comprenderlo. Tuvo que ser traumático”. Al mensaje, el escritor había añadido la imagen de unas ovejas pastando, con la leyenda: “Se cancela el sexo con ovejas, y/o cabras en A Coruña por coronavirus”. Debajo de ese texto, se leía otro con la frase en gallego “Como podenme multar por facelo cunha ovella? Se é un dereito primordial!”.

No es la primera vez que Pérez-Reverte, en sus batallas en defensa de la lengua española, agrede en redes sociales a quienes no concuerdan con su perspectiva. A Martín Caparrós, que había propuesto rebautizar la lengua española como “ñamericana”, le había sugerido que ese idioma se podría llamar “gilipañol”, tratando así de “gilipollas” al escritor argentino. También rechazó con bríos la iniciativa de la Real Academia Española (RAE) de eliminar la tilde del adverbio “sólo”.

La semana pasada, Pérez-Reverte había publicado el artículo “El Cabo del Fin del Mundo”, en el que defendía el uso del topónimo castellano para utilizarlo cuando se emplea la lengua castellana, en lugar del gallego y oficial Fisterra. Según el miembro de la RAE, ambos topónimos provienen del latino finis terrae, y la palabra gallega sería una “contracción” de la “palabra original”. “Fisterra por Finisterre”, concluyó.

Tras calificar a Pérez-Reverte de “fodechincho” (una expresión que designa la conducta engreída e irrespetuosa de los turistas cuando visitan Galicia), Losada publicó en su cuenta de X documentación de la Real Academia Galega (disponible en la página web de la institución) donde se detalla que la evolución del topónimo Finisterra proviene de la expresión latina fines terrae ("os confíns da terra”), y no de finis terrae (”el fin de la tierra”). Los primeros casos registrados en gallego de variantes del topónimo se remontan a escritos de la Edad Media.

“Llevo dos días recibiendo lecciones de lingüistas tuiteros de todo pelaje a costa de la etimología de Finisterre-Fisterra. Se ahorrarían tiempo, bilis y estupidez consultando el diccionario de la Real Academia Española”, respondió Pérez-Reverte.

A partir de allí, todo fue cuesta abajo. En respuesta al comentario de un seguidor, el escritor dijo que nunca se le ocurriría rebajarse a debatir con alguien que “tiene el turbio currículum (y el infame aspecto) de semejante individuo...”, y acompañó el comentario con una foto de Losada. Este le respondió con humor: “Rebajarse no. Mido 1,96. En todo caso tendría que subirse a un escalón o algo”.

La sensatez llegó gracias a la intervención de un tercero, @James_T_Rick, que comentó: “A ver si lo entiendo bien, una disputa sobre etimología deriva en que todo un académico de la lengua responda, primero metiéndose con el aspecto físico del oponente y luego, sugiriendo que practica zoofilia con las ovejas. Pues muy fino, elegante e inteligente no me parece”.

De inmediato, Pérez-Reverte se excusó: “Tiene usted toda la razón, mis disculpas. Elimino el tuit, se me calentó la tecla. Sinceramente, no creo que ese individuo practique zoofilia con las ovejas”. (Sin embargo, no pudo impedir que medios de prensa y seguidores “capturaran” la publicación.)

Losada bromeó: “Altura intelectual”. Y, en otra publicación, en respuesta al escritor: “No insistas, @perezreverte, que somos más de vacas”.