Sandra López Desivo ha publicado en el suplemento
cultural del diario El País, de
Uruguay, la siguiente entrevista con la poeta y traductora uruguaya Circe Maia con motivo de la aparición
de La casa de polvo
sumeria. Sobre lecturas y traducciones (Rebeca Linke Editoras), volumen
aparecido a fines de 2011, del que este blog ya se ha ocupado.
Las voces de la realidad
Contiene además traducciones de
poesía, entre otros, de William Carlos Williams, Catherine Mansfield, Dylan
Thomas, Ezra Pound, Elizabeth Bishop, Constantino Kavafis y Tito Lucrecio. Su
vasta obra poética ha sido reunida en Obra poética (Rebeca Linke Editoras,
2010). Antes, en 1999, había traducido al castellano Medida por medida, de
Shakespeare. Con su obra bajo el brazo llegamos a Tacuarembó, donde reside, a
conversar con ella sobre aspectos de su obra, sobre poesía y también sobre
traducción.
--Alguna vez mencionó que su padre vio frustrado en usted su aliento
por la pintura y la música. Sin embargo, su escritura está impregnada de sonido
y de acercamientos a la plástica, por ejemplo, en poemas como "Klee"
o "Paisaje de Arles. Van Gogh".
--En mi padre predominaba
ampliamente el interés por la pintura, pero creo que sin duda exageré cuando
hablé de "frustración". A él le gustaba también mucho la poesía.
Todavía recuerdo su voz cuando nos leía, o nos decía de memoria "Los motivos
del lobo", de Rubén Darío.
--Usted es profesora de filosofía, pero utiliza un lenguaje cotidiano
para abordar la finitud del tiempo humano. ¿Cuál es la diferencia entre poesía
y filosofía?
--Creo que el poeta piensa más
por imágenes que el filósofo. Además, el poeta siente al lenguaje como el
cuerpo del poema y esto hace que no pueda alterarse sin transformarlo en otro
poema, mientras que una idea filosófica puede ser expresada de distintas
maneras.
--Usted ha dicho "si no quedara muy pretencioso mostraría
problemas filosóficos que están dados en mis poemas". ¿Por qué sería
pretencioso?
--Porque parece que el autor
quiere lucir sus conocimientos al citar filósofos y sus teorías. Pero, además,
eso cambiaría el tono, la forma del lenguaje que quiero mantener.
--¿Cómo operan en su escritura la memoria y el recuerdo?
--La memoria es extraordinariamente selectiva. En los
poemas, generalmente es una sensación única, visual, auditiva y aún táctil la
que queda desprendida del resto y genera el poema.
--En su obra la contemplación es siempre fragmentaria. ¿Esto estaría
relacionado con que hacemos --expresamos, escribimos-- lo que podemos?
--Sí, escribimos sobre lo que podemos percibir desde nuestra
pequeña ventana. Aún lo imaginario es también fragmentario, siempre.
LO MUDO DETRÁS.
--Amir Hamed dice que en su
poesía "confluyen el discurso fenomenológico de Edmund Husserl y la
poética de suspensión del yo, que desaparece frente a los objetos, de Francis
Ponge. (…) el yo no termina de retirarse, suele quedar en una actitud
reflexiva, o dubitativa, dialogante".
--Qué bien está eso. Veo eso de
que el yo no termina de retirarse. Sí, coincido plenamente, en especial con la
afirmación de que hay una actitud dialogante y muchas veces dubitativa. La
realidad me habla con muchas voces, a veces opuestas.
--Ponge señala que "Los poetas son los embajadores del mundo
mudo", y en su obra se vive un juego permanente entre objetos y seres que
entran y salen del silencio.
--Qué más querría que poder dar
voz a un mundo mudo, pero no sé si lo logro. En eso siempre está la duda del
grado de concordancia. Creo que no le damos voz del todo, que siempre va a
estar lo mudo detrás, siempre va a haber un silencio detrás. Es la parte que
está fuera del lenguaje y siempre va a estar. A veces es esa parte
prelingüística. "Dar voz a un mundo mudo" me gusta más como la
expresión de un deseo que como una realidad.
--Está el inquietante ojo opaco de "La pesadora de perlas" y
el ojo frío que ya no es mirada de "Opacidad". Si escribir es, entre
otras cosas, contemplar, ¿dónde se establece para usted la unión entre el ojo y
lo contemplado?
--Si el que mira lo hace con un
ojo frío, opaco, no percibe la obra de arte en realidad. Recién después de
mucho pensar veo que esto es realmente lo que quiero expresar. No tiene para
nada que ver con el arte puro y ajeno, tiene que ver con la importancia de la
actitud del otro que hace existir la obra de arte, el que lee o mira el cuadro
o escucha la música. Como la obra es comunicación, la actitud del que recibe es
mucho más activa de lo que uno cree: si esa actitud encierra una mirada fría u
opaca destruye la obra, no se la deja ser. La obra de arte es exigente, exige
mucho más del que la contempla: hay que leer bien, hay que ver bien. Los dos
poemas se refieren a la actitud errónea de la mirada.
--Las perlas se pueden
pesar. ¿Se puede pesar la belleza?
--No, claro que no. Sin embargo,
en un sentido metafórico, siempre estamos "pesando" en el sentido de
estar juzgando los "pro" y los "contra" de todo, el más y
el menos, no sólo de la belleza. En realidad, la imagen central del poema no es
la de las perlas, sino la de la balanza, tan delicada, tan frágil en su
equilibrio.
--En La casa de
polvo sumeria, el texto homónimo relata
la epopeya de Gilgamesh, y concluye que la poesía rescata al tiempo.
--Rescatar el tiempo... ¡Qué más querríamos! Pero eso es en
realidad imposible. No hay operación literaria que pueda hacerlo. Lo máximo que
logra la poesía, a veces, es iluminarlo parcialmente. Se trata del viejo
problema gnoseológico de la relación entre el sujeto y el objeto del
conocimiento.
--¿Existe alguna relación entre la escritura y el polvo?
--No, más bien es al revés: la literatura ayuda a
"desempolvar", un poco por lo menos, los hechos pasados, siempre
inaccesibles.
DE LA TRADUCCIÓN.
--Usted es traductora
de varias lenguas y seguramente conoce la expresión italiana "traduttore,
traditore": el traductor traiciona.
--La traducción literal no se puede hacer, porque los mismos
términos sugieren muchas veces algo distinto. Además, el ritmo y el tono de un
poema son tan importantes como las palabras.
--Walter Benjamin establece que la función del traductor consiste en
"encontrar en la lengua a la que se traduce una actitud que pueda
despertar en dicha lengua un eco del original."
--Sí, me parece muy bien lo que
dice Benjamin. El problema es que no existe ninguna fórmula para que ese
"eco del original" se escuche.
--Circe es el nombre de una diosa y hechicera de la mitología griega
que se enamora de Odiseo. ¿Existe alguna vinculación entre tener un nombre
griego y aprender esa lengua?
--Cuando leí La Odisea lo que más me gustó
de ese pasaje es que Homero se refiere a Circe como "la diosa de las
lindas trenzas" y yo por aquel entonces usaba trenzas... Naturalmente mi
nombre no influyó nada en mi tardío descubrimiento del griego moderno y sus
grandes poetas.
--Gustavo Espinosa, ha escrito que La casa de polvo sumeria "hace
sentido" y "construye puentes sobre un mundo roto".
--Me gustó mucho lo que escribió Espinosa. Ojalá fuera
cierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario