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Traducciones españolas revisadas para el Cono Sur
En
su habitual estilo para estas cuestiones, Guillermo Piro
escribió en su columna del diario Perfil,
el 16 de febrero pasado, el siguiente comentario sobre una traducción española
revisada en la Argentina,
práctica que, por otra parte, los traductores latinoamericanos sufrimos sistemáticamente
en España.
Cada
vez que piensan en nosotros
Prevalece en el mundo editorial argentino –pero tal vez es algo aplicable al
mundo editorial en general– la cultura de lo que decidí llamar del “para sí”:
se edita “como si” hubiera alguien interesado en tanta basura; se reeditan
traducciones made in Spagne “como si” nosotros fuéramos capaces de entenderlas,
etc. Se trata de una mecánica bastante arraigada entre las filiales argentinas
de editoriales españolas: si un libro apunta a venderse de manera generosa, en
vez de importar unos pocos ejemplares se lo reedita en la Argentina, usando para
ello, claro está, la traducción española. Es algo a lo que los lectores
argentinos (no sé qué ocurre con las filiales del resto de Latinoamérica, así
que no opino) estamos ya demasiado acostumbrados como para que nos sorprenda,
pero se trata de algo que alcanza niveles de ridículo inaceptables. Nadie en su
sano juicio aceptaría comprar un electrodoméstico y que el manual de
instrucciones estuviera escrito, no sé, en coreano, pero acepta con tolerancia
sumisa que un libro editado en la
Argentina esté traducido en España para españoles, que a esta
altura es como decir que está traducido en Corea para coreanos. Ya hemos
hablado largamente sobre este tema, que es un tema de nuestro tiempo, pero la
verdad es que si hasta a mí me aburre no quiero imaginar cuánto aburrirá a mis
desocupados lectores. Las traducciones hechas en España son como el sida. Peor
que el sida, porque por lo que sabemos no hay nadie en España preocupado por
hacer bien las cosas, encontrando una cura para ese flagelo. Por eso sorprende
que el Grupo Random House Mondadori de Argentina haya dado un paso en la
dirección de la cura del sida aplicado a la literatura, corrigiendo una
traducción española –que sin haberla leído sabemos que es pésima–, para los lectores
del Cono Sur. De hecho la edición impresa en la Argentina de Cuerpos
extraños, de Cynthia Ozick, dice eso: “Traducción revisada para el Cono Sur”.
Es maravilloso. Nadie piensa en nosotros cuando decide publicar un libro. Nadie
piensa en nosotros cuando encarga una traducción. Nadie piensa en nosotros
cuando elige un ilustrador y una ilustración para la tapa, pero hay alguien que
piensa en nosotros cuando decide no complicarnos la vida y la lectura y hacer
algo tan simple como contratar a un lector y pagarle para que corrija una
traducción hecha en España, otro planeta. Sé poco de la traductora “revisada”,
Eugenia Vázquez Nacarino, pero su nombre me sonaba. Me bastó revisar mi
biblioteca para encontrar un libro, La habitación, de Emma Donaghue, abrirlo y encontrar
una marca en la primera página donde dice: “—No, los números no empezaron hasta
que bajaste volando a toda pastilla”. Debo de haber interrumpido la lectura
allí, porque no hay más marcas y no recuerdo nada de esa novela miserable. Se
ve que en esa época todavía no los tiraba a la basura, pero es algo que acabo
de corregir, porque los tiempos cambian y uno cambia con los tiempos y me
resulta inaceptable tener hoy en mi biblioteca un libro que dice estupideces
semejantes. En cambio acabo de otorgarle en mi biblioteca un lugar muy especial
a Cuerpos extraños.
Supongo que este artículo, escrito para el Cono Sur, debería ser incomprensible para la Espagne... y que cualquier frase, como éstas "Es maravilloso. Nadie piensa en nosotros cuando decide publicar un libro. Nadie piensa en nosotros cuando encarga una traducción." han de traducirse al español para que yo, española y coreana, las entienda.
ResponderEliminarQuien firma la columna que aquí se reproduce es Guillermo Piro. Quien responde aquí tiene nombre y apellido y lo pone. LIU, en cambio, es casi nada. Cuando haya un nombre y apellido como pide explícitamente este blog en la parte superior derecha, entonces no habrá problema en responder. De no ser así, LIU pasará al olvido y nadie va a despeinarse por ello.
ResponderEliminarAdapté algunos libros en estos meses (Pollan, St Aubyn, Daniel Galera, Geoff Dyer). El trabajo es entretenido pero arduo.
ResponderEliminarFederico