viernes, 31 de mayo de 2013

Editorial libertaria española patea el tablero

Innisfree (http://editorialinnisfree.blogspot.com.ar/) es una muy curiosa editorial española de las nuevas. Se reproduce a continuación una entrevista con Oliver Serrano, uno de los tres socios detrás del proyecto, publicada en ActiBva, revista on line que imaginamos ligada al banco BBVA.

"Somos la única editorial 
que practica la contraeconomía"


Hoy entrevistamos a Oliver Serrano, uno de los cofundadores de Editorial Innisfree. Oliver y sus socios se han lanzado a la aventura de crear una editorial en medio de una crisis sectorial y general. Sólo por eso la entrevista seguramente merecería la pena. Pero es que además Editorial Inisfree tiene una linea editorial muy marcada, bajo su promesa de publicar lo que ninguna otra editorial en español ha publicado jamás ni se atrevería a publicar. Su fondo editorial se centra en obras de contenido económico, en la linea del liberalismo, libertarianismo, etc. Esta mezcla de propuesta alternativa, de apuesta por la Economía, conjugada con el uso de una herramienta como el ebook nos sugiere que esta entrevista puede ser muy interesante para nuestros lectores.

--¿Cómo surge Editorial Innisfree?
--A través de mis conversaciones facebookeanas con el critico de cine Ignacio Pablo Rico Guastavino. Nos dimos cuenta de que ambos habíamos leído a Samuel Edward Konkin III, hecho realmente curioso ya que es un autor prácticamente desconocido para casi todo el mundo, y decidimos traducir su principal obra, New Libertarian Manifesto, texto fundacional del agorismo.

--¿Qué la distingue de otras editoriales?
--Somos la única editorial que practica la contraeconomía en todos los procesos que dependen únicamente de nosotros. El Estado no sabe que existimos, pero nuestros libros están presentes en las librerías más importantes del país. Además estamos rescatando movimientos y autores que nunca antes habían sido publicados. Por ejemplo, además del ya mencionado agorismo, este mes desembarca en Innisfree por primera vez en la historia editorial española el autor socialista individualista francés Georges Palante, y su obra Las Antinomias entre el Individuo y la Sociedad, tesis doctoral que fue rechazada unánimemente por la Sorbona francesa a comienzos del s. XX.

--¿Cuál ha sido la respuesta del mercado ante un proyecto en un sector en crisis y con una apuesta para minorías?
--Pues de momento bastante sobresaliente. Todos nuestros libros electrónicos ocupan durante las primeras semanas las listas de libros más vendidos de Amazon. En papel aún tenemos que mejorar la distribución para que los libros lleguen a más lugares, como VIPS o FNAC, pero no nos podemos quejar. Se amortizan realmente rápido, y tenemos amplias esperanzas en Latinoamérica, cuya liquidación no conoceremos hasta junio.

--¿Qué te ha sorprendido más del mundo editorial?
--Los porcentajes de los distribuidores, hecho que nos ha llevado a prescindir de ellos en dos de nuestras publicaciones: Economía para Rubias, de Félix Moreno e Isabel Bella; y La Maquinaria de la Libertad, de David Friedman.

--¿Cómo han recibido los autores extranjeros vuestra oferta?, ¿hay cantera nacional para vuestra línea editorial?
--Encantados. La mayoría son libertarios y no creen en la propiedad intelectual, así que lo único que piden es que nos esmeremos en la traducción. En cuanto a España, hay muy pocos autores que escriban sobre los temas que nos gustaría leer en Innisfree, pero sí que contaremos con alguna sorpresa en los próximos meses.

--¿Cuál es vuestro planteamiento ante el ebook?, ¿y ante el copyright?

--Todos nuestros libros son publicados en Kindle varias semanas antes de enviarlos a imprenta. El libro electrónico no tiene apenas costes y es una buena forma de saber si merece la pena imprimir el libro o no. Somos favorables al konkineano copywrong, pero también pensamos en el trabajo de los traductores. Así que la solución es rebajar mucho el precio en la version electronica. Nadie podrá decir que no lee nuestros libros porque son caros.

--¿Cuál de vuestras publicaciones te ha satisfecho más?, ¿qué proyecto futuro te despierta más más ilusión?
--Hay dos publicaciones que nos han hecho madurar editorialmente: Economía para Rubias: Fue el primer libro editado en solitario por Innisfree. Los autores entregaron el libro perfectamente maquetado y nosotros imprimimos el libro en Hong Kong, tras pelearnos con varias imprentas españolas para que bajaran el presupuesto. La negociación con los chinos tampoco fue fácil, pero el precio final de impresión bien mereció alguna que otra pelea vía Skype contra tres chinos. Nadie lo diría a juzgar por la calidad del acabado.
La Maquinaria de la Libertad: Este fue el único libro por el que hemos tenido que negociar por los derechos de autor con su editorial estadounidense. Una vez conseguidos, el propio David Friedman diseñó la portada del libro y vino a Madrid y a Barcelona a presentarlo. Contar con un autor de la talla de David Friedman en una editorial que apenas llevaba un año funcionando fue realmente sorprendente, y nos ha venido muy bien para atraer a otros autores de talla mundial.
Además hay varios proyectos muy importantes: Concebido en Libertad de Rothbard, la Obras Completas de Bastiat, La Guía Políticamente Incorrecta del Capitalismo de Robert P. Murphy (comentada por Juan Ramón Rallo), XXX: El Derecho de la Mujer a la Pornografía de Wendy McElroy (otra autora nunca antes traducida al español), La Economía y la Ética de la Propiedad Privada de Hans Hermann Hoppe y Nuestro Enemigo, el Estado de Albert Jay Nock.

--La crisis actual, ¿es una amenaza o una oportunidad para lineas de pensamiento como la Escuela Austriaca, el anarcocapitalismo, el agorismo…?
--Teniendo en cuenta que la Escuela Austriaca de Economía llevaba años avisando de lo que sucede con las expansions crediticias artificiales, y que la crisis apenas se ha notado en lugares como New Hampshire, plagado de agoristas y libertarios, creemos que es un buen momento para difundir estas ideas. La gente sabe que el modelo estatista está llegando a su fin.

--¿Quién está detrás de Innisfree?
--Somos tres socios: Ignacio, Juan Manuel y yo. Ignacio es filólogo hispánico y colabora en diversos medios como critico de cine. Juan Manuel es ingeniero aeronáutico y lleva todo el tema de la web www.editorial-innisfree.com, y yo soy abogado y politólogo, y soy el que ideó el modelo de negocio. No uso twitter. Tenemos un diseñador gráfico que hace nuestras ya características portadas con retratos minimalistas. Y el resto lo aporta Unión Editorial, en cuanto a coediciones se refiere.

--¿Cómo os organizáis, cómo os repartís el trabajo, cuál es el proceso para el lanzamiento de una nueva obra?
--Cada uno elige las obras que le interesan, contrata a sus traductores, idea la portada y luego lo comparte con los demás. Entre nosotros nos damos mucha caña para que el producto final sea mucho mejor que la propuesta originaria.
--¿Con qué financiación habéis contado?, ¿el proyecto ya es viable por si mismo?
--No mucha, pero tampoco se necesita demasiada porque el modelo de negocio hace que el proceso editorial, del que no hemos contado todo, sea muy low cost.

--¿Por qué habéis optado por una Ltd (sociedad limitada británica) con domicilio en Londres?
--Costaba 70€, unas pocas horas crearla, y no hay que pagar impuestos hasta ingresos superiores a las 68.000 libras esterlinas. Y no había que salir de casa, porque todo era por internet.

--¿Qué recomendaciones le harias a un emprendedor?
--Que huya de la burocracia española y no piense demasiado en Hacienda. Crear una SL o darse de alta como autónomo sin saber si el negocio va a funcionar es un perfecto desperdicio de dinero y de tiempo. Después de todo, hasta los 120.000€ anuales no hay delito fiscal.


jueves, 30 de mayo de 2013

Una tontería para perder el tiempo

Gabriela Wiener publicó en 2008, en uno de los números de la revista SoHo, un texto del mexicano Juan 
José Arreola 
(1918-2001) que fue sometido a una serie de traducciones del castellano al inglés, del inglés al ruso, del ruso al francés, del francés al chino mandarín y de éste al castellano. La idea era ver cómo iba variando el texto. El problema es que más allá de esas variaciones lógicas hay otras debidas a los malos traductores que eligieron, empezando por un tal Joe Broderick, el traductor al inglés, que empieza confundiendo al sapo (toad) con la rana (frog). Dado ese galimatías inicial (al que se suman otros, fruto de la impericia), la demostración hace agua por todos lados. Con todo, se reproduce a continuación porque, seguramente, habrá quien se divierta buscando los errores.

El teléfono roto de las traducciones

El texto original

“El sapo”
(Juan José Arreola)
Salta de vez en cuando, sólo para comprobar su radical estático. El salto tiene algo de latido: viéndolo bien, el sapo es todo corazón.
Prensado en un bloque de lodo frío, el sapo se sumerge en el invierno como una lamentable crisálida. Se despierta en primavera, consciente de que ninguna metamorfosis se ha operado en él. Es más sapo que nunca, en su profunda desecación. Aguarda en silencio las primeras lluvias. 
Y un buen día surge de la tierra blanda, pesado de humedad, henchido de savia rencorosa, como un corazón tirado al suelo. En su actitud de esfinge hay una secreta proposición de canje, y la fealdad del sapo aparece ante nosotros con una abrumadora cualidad de espejo.


Del español al inglés
(Traducción: Joe Broderick)
“The Frog”

The frog gives a leap now and again, just to prove he’s radically static. His little jumps are something like a palpitation; to tell the truth, the frog’s all heart.
Originally molded in a block of cold mud, he submerges in Winter like a pitiful chrysalis. He awakens in the Spring to find he’s undergone no kind of metamorphosis; in his state of deep desiccation, he’s more of a frog than ever. He silently waits for the first shower of rain.
Then one day he rises up out of the soft earth, weighed down by damp, inflated with rancorous sap, like a heart dumped on the ground. His sphinx-like pose veils his secret plan to do a deal. In short, the frog’s ugliness is too much for us; it’s like seeing ourselves in a mirror.

Traducción parcial al español
“La rana”

La rana salta una y otra vez, solo para probar que ella es radicalmente estática. Sus pequeños saltos son algo parecido a una palpitación; a decir verdad, la rana es puro corazón.
Originalmente moldeada en un bloque de barro frío, ella se sumerge en el invierno como si fuera una lastimera crisálida. Ella se despierta en la primavera para darse cuenta de que no ha entrado en ninguna especie de metamorfosis; en su estado de profunda deshidratación, ella es más rana que nunca. Ella espera silenciosamente por el primer riego de lluvia.
Entonces un día ella se levanta de la blanda tierra, aún con el peso de la humedad que la ata a la misma, hinchada de malicioso resentimiento, como un corazón desechado en el suelo. Su postura de esfinge esconde su plan secreto de hacer un trato. En pocas palabras, la fealdad de la rana es demasiado para nosotros; es como vernos a nosotros mismos en un espejo.


Del inglés al ruso
(Traducción: Tatiana Ivanova,  Instituto León Tolstoi)
“Лягушка”

Лягушка подпрыгивает время от времени, чтобы доказать свою радикальную неподвижность. Её короткие пряжки это что-то вроде биения сердца; по правде говоря, лягушка – это само сердце.
Своеобразно спрессованная в глыбе холодной грязи она погружается в зиму, как жалкий кокон. Она пробуждается весной и обнаруживает, что с ней не произошло никаких изменений; в состоянии этого глубокого истощения она выглядит лягушкой более чем когда-либо.
 Она молча ждёт первого ливня. 
И вот однажды она поднимается из мягкой почвы, отягощенная сыростью, раздутая соком затаённой обиды, как сердце, брошенное на землю. За её позой сфинкса скрывается план секретной сделки. Одним словом, лягушечье упорство непереносимо для нас – это как видеть себя самих в зеркале. 


Traducción parcial al español
“La rana”

La rana salta periódicamente para comprobar su radical quietud. Sus cortos saltos son como los latidos del corazón; a decir verdad, la rana es el mismo corazón.
Particularmente prensada en fría masa de lodo ella se sumerge en invierno, como un miserable capullo. Ella se despierta en primavera y descubre que no le ocurrieron ningunos cambios; en este estado de profundo agotamiento ella se parece a una rana más que nunca.
Ella en silencio espera la primera lluvia.
Un día ella de repente se emerge de la suave tierra, sobrecargada por la humedad, hinchada por el néctar de la ofensa resguardada, como un corazón arrojado al suelo. Tras de su pose de esfinge se oculta el secreto plan de venganza. Es decir, la terquedad de la rana es insoportable para nosotros, es como vernos a nosotros mismos en un espejo.


Del ruso al francés
(Traducción: Natalia Makeeva, traductora independiente)
“La grenouille

La grenouille sautille de temps en temps pour démontrer son immobilité radicale. Ses sauts courts sont comme des battements du coeur; à vrai dire, la grenouille est le coeur même.
Pressée d’une manière particulière dans un bloc de boue froide, elle s’immerge dans l’hiver comme un cocon misérable. En se réveillant au printemps elle découvre qu’elle n’a absolument pas changé; en état de cet épuisement profond elle a l’air d’une grenouille plus que jamais.
Elle attend en silence la première averse.
Et voilà qu’une fois elle monte du sol mou, surchargée par l’humidité, gonflée par le suc d’une offense cachée, comme un coeur jeté par terre. Sa pose de sphinx enferme le plan d’un marché secret. Bref, la ténacité de la grenouille est intolérable pour nous, c’est comme si nous voyions nous-mêmes dans le miroir.

Traducción parcial al español
“El sapo”

El sapo salta de vez en cuando para demostrar su inmovilidad radical. Sus saltos cortos son como latidos del corazón. En realidad, el sapo es el corazón mismo.
Apretado de una singular manera dentro de un bloque de barro frío, se sumerge en el invierno como un miserable capullo. Al despertarse en primavera descubre que no ha cambiado en absoluto; en ese estado de agotamiento profundo parece más sapo ahora que nunca. 
Espera en silencio la primera lluvia.
Y un día sube del suelo blando, sobrecargado por la humedad, inflado por la savia de una ofensa escondida, como un corazón echado por tierra. Su pose de esfinge encierra el plan de un pacto secreto. En fin, la tenacidad del sapo es intolerable para nosotros, es como si nos estuviéramos mirando en el espejo.


Del francés al mandarín
(Traducción: Yibo Wen, traductora independiente)
青蛙

一只青蛙,为了显示一下自己结识的身体,
时而跳来跳去。
它的小跳就像人的心跳。说白了,
这只青蛙本身就像心脏般大小。
青蛙以奇特的方式快速地来到一个寒冷的地方
就像一颗窘迫的心脏,埋藏在冬季里。等它春
天醒来的时候,
发现自己没有任何变化,在它身体内部,
比以前还像一只青蛙了。
它静静地等着第一场雨的到来。
青蛙被琐碎的露水填满,载着过多的潮气,
来到潮湿的地面。
就像被土填的心脏,它的面像就像秘密协定
样光华。简单的说,我们是不能承受像青
蛙般的韧性,就像我们在镜子中看我们自己
样清楚明了

Traducción parcial al español
(Traducción: Guiling Liu, Escuela Studiomandarín)
“El sapito”

Un sapito quería mostrar su fuerte y acuerpado cuerpo, a cada rato saltaba de un lado para otro, cada saltico del sapito es como el pálpito del corazón del ser humano. La verdad, el tamaño de este sapito es similar al de un corazón. El sapito puede utilizar una forma extraña y a la vez extraordinaria, saltando rápidamente para terminar en un lugar frío. Este parecía un corazón apurado, escondido debajo del invierno. Esperando el despertar de la primavera, para después descubrir que su cuerpo no se ha transformado para nada, lo contrario, aparenta más sapo que nunca. Después, él silenciosamente espera la llegada de la primera lluvia.
El sapito está cubierto de rocíos insignificantes, llevando consigo mismo la humedad sobrada permitiéndolo llegar así a un suelo húmedo. Parecía un corazón untado de tierra, su rostro sigue espléndido como si tuviera un acuerdo en secreto anteriormente pactado para mantenerlo así. Hablando de una forma sencilla, muchas veces no aceptamos que un sapito puede tener semejante tenacidad, al igual que no aceptamos observarnos claramente a nosotros mismos a través del espejo.






miércoles, 29 de mayo de 2013

Gracias a la "Marca España" los españoles se están convirtiendo en el hazmerreir de todo el planeta

La presente columna de Javier Marías fue publicada por el diario El País, de Madrid, el domingo 26 de mayo pasado. Habla de esa estupidez inventada por funcionarios trasnochados que insisten en llamar “Marca España”, cuyo principal efecto es convertir a los españoles en hazmerreír de todo el planeta. Marías lo sabe y reacciona en consecuencia. Con él nos preguntamos, ¿por qué no se meterán la "Marca España" en el culo?

La Marca España y las ratas

A través de Yolanda Cortés, encargada de prensa de la Editorial Alfaguara, me llega una aparente petición (luego se verá que no lo es tanto) cuyo remite tiene el pomposo y ridículo nombre de “Alto Comisionado para la Marca España”. Ya la mera idea de considerar España una “marca” (como también se hace con Cataluña, Andalucía y demás) habla del carácter venal y propagandístico de ese “ente”, auspiciado por el actual Gobierno, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y amparado al parecer por la Corona. A su frente está Carlos Espinosa de los Monteros, que ha sido Presidente, “entre otras compañías”, de Iberia, Mercedes-Benz, Daimler-Chrysler y González-Byass, para que no quepa duda de cuáles son los propósitos (más bien quiméricos, como comentaré el próximo domingo) de dicha Marca.

Este Alto Comisionado ni siquiera sabe cómo tratar a las personas en su petición, relacionada con un inminente acto de presentación de la Marca en el Parlamento Europeo en Bruselas, en el que se mostrará un vídeo al final del cual “habrá una parte dedicada a aquellos ‘rostros que nos representan allá donde vayan”. Así que están contactando “con gente destacada de varios sectores”. “La imagen”, dicen, “se proyectaría junto con el nombre y el oficio durante un breve periodo de unos tres segundos (dependerá de cómo encaje todo)”, para lo que piden la autorización de los elegidos.

Ya es bastante preocupante, e incluso amenazante, descubrir que uno, sin comerlo ni beberlo, y según este Alto, “representa” a algo más que a uno mismo “allá donde vaya”. Es decir, no tiene escapatoria. Si uno es español de nacimiento y pasaporte (cosa accidental en gran medida), y ha hecho alguna cosa “destacada” en su “oficio”, está representando a España le guste o no, tenga la opinión que tenga de este país y de sus Gobiernos, y haya o no intentado, a lo largo de su vida, apartarse y luchar contra lo que se ha considerado más típica o genuinamente español. En mi caso particular, durante al menos treinta y cinco de los cuarenta y dos años que llevo publicando, gran parte de los críticos, colegas, funcionarios literarios y prensa poco menos que me negaron la nacionalidad, pese a haber escrito siempre en español. “Es un inglés que se traduce a sí mismo, y su castellano está lleno de extranjerismos e incorrecciones”, vendría a ser, en resumen, el veredicto que recibí de muchos durante mucho tiempo. Ahora resulta, sin embargo, que “represento” a España –santo cielo– “allá donde vaya”. Da lo mismo si viajo a un país u otro o si me quedo aquí sin moverme: en la frente llevo un cartel que no pone mi nombre –lo único de lo cual respondo y que “represento”, otra aspiración me parecería megalómana–, sino “Marca España”. Lo que me vienen a comunicar es esto: “Usted es español y se lo conoce algo por ahí fuera, así que se jode”.

Pero ya he dicho que la petición no es tal del todo. Me imagino que esa autorización para el uso de la imagen y el nombre se la habrán solicitado a muchísimas personas más famosas y notables que yo, y que lo habrán hecho en parecidos términos: “Este vídeo”, sigue la carta, “va a utilizarse también como vídeo promocional de la Marca España, así que se pretende tenga una gran proyección nacional e internacional. Si estuviera interesado en aparecer le agradecería” la mencionada autorización, “y si quisiera podría enviarnos también alguna imagen o vídeo suyo”. No sé si se dan cuenta, pero de pronto la petición se ha convertido sibilinamente en un favor que el Alto le va a hacer a uno. “Si estuviera interesado en aparecer”, se permiten añadir de repente, como si la iniciativa no partiera de ellos. No “Si tuviera a bien aparecer” ni “Si aceptara …” ni “Si no tuviera inconveniente en …”, nada de eso. Bueno, pase que a mí me tomen por un piernas, probablemente lo sea. Pero supongo que habrán recibido una carta similar celebridades como Nadal, Montserrat Caballé, Savater, Fernando Alonso, Casillas, Penélope Cruz, Adrià, Plácido Domingo, Pérez-Reverte, Almodóvar, los Gasol, Barceló, Amancio Ortega, Banderas, Mendoza, Alejandro Sanz, Ruiz Zafón, Iniesta o Bardem. El Alto debe de creer, por lo visto, que todas estas personalidades enloquecerán (iba a escribir “perderán el culo”, pero es algo grosero) por que su rostro y su nombre aparezcan durante tres segundos –con suerte– en una promoción de la Marca España. Será que andan necesitadas de “proyección nacional e internacional”, y ese vídeo va a proporcionársela.


El domingo que viene contaré cuál fue mi respuesta, y también en qué consiste hoy la Marca España, en mi opinión propia de un piernas. Pero les adelantaré ahora una escena reveladora y reciente, que jamás había contemplado en mi ciudad, ni siquiera en los años cincuenta en que nací. La Marca España, entre otras cosas, son las RATAS que ya he visto varias noches correteando como conejos por entre las mesas de las terrazas de la Plaza Mayor de Madrid, una de las más turísticas y emblemáticas del país (como para sentarse a esas mesas). El Madrid deteriorado de la alcaldesa Botella de Aznar. El Madrid controlado por el PP desde hace más de veinte años. Peligrosas, insalubres, transmisoras de enfermedades, campando a sus anchas en pleno centro de la capital del Reino. Esa es una de las imágenes actuales que debería meter en su vídeo ese Alto Comisionado.

martes, 28 de mayo de 2013

Los rusos que nos depara México

El lunes 20 de mayo de este año, Hermann Bellinghausen escribió la siguiente reseña, publicada en La Jornada, de México, sobre La vida entera y otros cuentos raros de escritores rusos, una colección de cuentos rusos, traducida por el mexicano Jorge Bustamante.

Raros rusos

A cuentagotas, como es el destino de las publicaciones independientes, comienza a circular en México un libro de rara belleza, una inusual navegación por la narrativa breve rusa del siglo XX. Por usar la muletilla uno de los secretos mejor guardados, la literatura de estos raros abarca uno de los territorios más apasionantes de la literatura moderna. Muchos de sus creadores son escasamente conocidos y tienen en común diversos grados de destino trágico, similar al de los poetas contemporáneos suyos del melancólicamente llamado Siglo de Plata. Es La vida entera y otros cuentos raros de escritores rusos (Verdehalago, México, 2013), en selección y traducción del poeta colombiano-mexicano Jorge Bustamante García, quien ha convertido en aventura su labor lectora y traductora de poetas, cronistas y ahora narradores rusos.

Sus versiones de Ana Ajmátova y la indispensable antología de poetas El instante maravilloso (UNAM, 2004) acercan a nuestra lengua, con inusual justicia poética, textos de Pasternak, Mandelstam, Blok, Tsietáieva, Esenin y otros. En acompañamiento a sus traslados de creación, Bustamante García se ha ocupado en proporcionar, a manera de contexto, Conversaciones y entrevistas. Encuentros en Yasanaia Poliana (Forcola Ediciones, 2012), reunión de entrevistas con León Tolstoi inéditas en castellano, y su muy original El Perro Vagabundo (Filodecaballos, México, 2008), donde recrea con crónicas y memorias de autores de principios del siglo pasado, la vida en torno a un bar literario, el legendario antro El Perro Vagabundo en San Petersburgo, entre 1911 y 1915. Por allí pasaron y se manifestaron los grandes autores a los que Bustamante, por lo demás, dedicaba ya su envidiable conocimiento del idioma.

La profesión de geólogo lo llevó a estudiar y trabajar ocho años en la ex Unión Soviética y, poeta de por sí, esa incursión le abrió la puerta a una literatura maravillosa, en buena parte clandestina, que precisamente esa Unión Soviética aplastó sin acabar con ella. Bustamante radica en México desde hace 30 años, y tenemos la fortuna de que esta nueva traducción en progreso se publique en nuestro país, si bien fuera del mainstream comercial (que pareciera el único lugar que existe, pero no).

El admirativo “raros” del título, con su clara resonancia dariana, acoge espléndidos retazos de Gógol, Dostoievski y Gorki en textos nuevos, así como la extraordinaria Gramática del amor, de Iván Bunin. Pero la médula de esta colección radica en cinco narradores del periodo soviético, caídos en desgracia y, sin excepción, inmensos autores del siglo XX: Evgueni Zamiatin (1884-1937), Sigizmund Krzhizhanovski (1887-1950), Mijail Bulgákov (1891-1950), Boris Pilniak (1894-1938) y Andrei Platónov (1899-1951). Se echa de menos a Isaak Babel (1894-1940), pero de éste no parecen quedar relatos sin traducir a nuestra lengua (como ocurre con Chéjov).

Pueden parecer una patética galería de víctimas, artistas ninguneados con furia cuyo destino bastaría para condenar al estalinismo, sus inquisiciones y su doctrina del realismo socialista que no sólo mató la creatividad de los escritores sino que, literalmente, los mató: de un tiro, de hambre, exilio, tisis, denigración y abandono. Gente tan estupenda como el osado Pilniak o el buen doctor Bulgákov (teatrero, novelista, poeta de la sátira), o ese novelista ilimitado, Zamiatin. O el erudito y fantasioso filósofo de la literatura Krzhizhanovski, inédito todo su vida, y descubierto 40 años después de su muerte.

“La vida entera”, de Pilniak, relato que da título a la antología de raros, cuenta de manera simple y poderosa la vida de dos grandes pájaros rapaces, un macho y una hembra, con objetividad ornitológica y sobriedad casi lírica. Nos revela una faceta más de estesensacional narrador soviético (descubierto para el lector de nuestra lengua por Sergio Pitol) y prefigura las miradas naturalistas de John Berger y Erri de Luca. Una joya.

Estos cinco autores –soviéticos a pesar suyo– ocupan cerca de la mitad de las 260 páginas de La vida entera;constituyen su columna vertebral. A quien ame la literatura, la exploración humana en condiciones terribles, cómicas o distópicas, ninguno de estos autores debería serle ajeno.

Por citar alguno, estas máximas mínimas de Platonóv: Para convertirse en genio del futuro, hay que ser académico del pasado. El maestro es el instrumento del alumno. La burguesía es el instrumento del aprendizaje del proletariado. El maestro de todos es el pasado. El pasado es el futuro potencial, como el minuto contiene todos los tiempos. El segundo es la causa de la eternidad.

En la galería de “La vida entera” desfilan poetas cortesanos, atormentados o ridículos; masas ávidas de vodka o ahítas de revolución, mendigos, locos, santos, vividores, animales, solterones, bromas literarias a costa de Pushkin y Spinoza. Eso y más hay en este pequeño volumen. Pídalo en su librería, para que ésta se lo consiga.



lunes, 27 de mayo de 2013

William Carlos Williams, traductor de poesía escrita en castellano

Hijo de un inglés, que a los 5 años se trasladó con su  familia a la República Domínicana, y de una portorriqueña, el influyente poeta estadounidense William Carlos Williams (1883-1963), cuyo segundo nombre denota alguna anomalía para los estándares anglosajones, se educó tanto en inglés como en castellano. Ese dato, que no está presente en todas las biografías, resulta fundamental a la hora de leer By Word of Mouth. Poems From the Spanish, 1916-1959, un reciente volumen compilado y editado por el traductor de literatura latinoamericana Jonathan Cohen y prologado por el poeta Julio Marzán, autor del volumen The Spanish American Roots of William Carlos Williams (1994). 

El volumen, publicado en 2011 por New Directions (qué otra editorial), reúne las traducciones que Williams hizo de literatura en castellano a lo largo de cuarenta y ocho años. Lo sorprendente es la lista de autores y los años en que fueron hechas las traducciones: del año 1916, poemas del guatemalteco Rafael Arévalo Martínez, del peruano José Santos Chocano, del hondureño Alfonso Guillén Zelaya, y de los colombianos Luis Carlos López y José Asunción Silva. De la década de 1930 son las traducciones de Francisco de Quevedo, Miguel Hernández, Rafael Beltrán Logroño, Mariano del Alcázar y bastante poesía anónima y tradicional. Durantes las décadas de 1940 y 1950, tradujo a Luis Palés Matos, a Octavio Paz, a Pablo Neruda, a Alí Chumacero, a Nicanor Parra, a Álvaro Figueredo, a Silvina Ocampo, a Ernesto Mejía Sánchez, a Jorge Carrera Andrade, a Eugenio Florit, a Eunice Odio y a su propia madre, Raquel Hélène Rose Hoheb Williams. Cada poeta se publica en el idioma original y en la traducción de Williams al inglés. Las notas de Jonathan Cohen que explican las circunstancias en que fueron traducidos los poemas son de enorme valor.


domingo, 26 de mayo de 2013

El peruano Ricardo Palma en bengalí

El 13 de marzo de este año, el diario El Comercio, de Perú, publicó la siguiente noticia, cuya fuente es la agencia EFE. Allí se lee que el escritor Ricardo Palma (1833-1919) fue traducido al bengalí.

Libro Tradiciones peruanas de Ricardo Palma
fue traducido al bengalí en la India

El hispanista indio Shyame Prasad Ganguly presentó hoy en Nueva Delhi la traducción al bengalí de la obra Tradiciones Peruanas del autor peruano Ricardo Palma, a quien consideró “precursor” del boom literario latinoamericano.

“En la narrativa de Palma ya encontramos los elementos del realismo mágico del boom, de escritores como el colombiano Gabriel García Márquez y el mexicano Carlos Fuentes", afirmó Ganguly en el acto, celebrado en el Instituto Cervantes de la capital india.

El hispanista consideró que “es una injusticia que Palma no tenga ese reconocimiento”, tras destacar el esfuerzo de Palma para llevar a la letra impresa la “larga y rica tradición oral que existe en Perú en particular y, en general, en toda Latinoamérica”.

“Este trabajo de traducción es magnífico para estudiar de manera comparativa dos culturas a través de sus lenguas”, dijo Ganguly, que subrayó la necesidad de que la iniciativa sirva de ejemplo para traducir la obra de Palma a otros idiomas del gigante asiático.

Además de los traductores de la obra, Atasi Chatterjee y Asesh Kumar Ray, al acto asistieron el embajador de Perú en la India, Javier Paulinich, la consejera de la legación diplomática peruana Anna Maeda, y el jefe de cultura del Cervantes local, Jesús Clavero.

La versión en hindi de Tradiciones Peruanas ha sido publicada por la Universidad Alas Peruanas, y ha recibido el apoyo de la embajada de Lima en Nueva Delhi para su difusión en el mundo académico de esta capital y en el de Calcuta, la principal ciudad bengalí.


viernes, 24 de mayo de 2013

Cómo se ordena una biblioteca/discoteca (II)

La actividad nada tiene que ver con el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, pero sí con el Administrador de este blog, quien la coordina, por lo que se anuncia acá:

Luego de un muy promisorio primer encuentro con el artista plástico Eduardo Stupía, el 30 de mayo, a las 19 hs., en  el CCEBA (Florida 943) tendrá lugar el segundo encuentro sobre  "Cómo se ordena una biblioteca/discoteca", un nuevo ciclo  dedicado cada mes a explorar, junto con un prestigioso invitado –procedente de las más variados campos–,  las distintas y posibles maneras de poner orden en libros y discos. Se trata, además, de una excusa para hablar de unos y de otros.

El próximo jueves, para hablar de su biblioteca, se hará presente el escritor y editor Luis Chitarroni

jueves, 23 de mayo de 2013

Rescate y revalorización de Pablo Lafargue




El 21 de mayo pasado, Lourdes Arencibia Rodríguez publicó el siguiente artículo en la sección Tradutore Traditore de la revista virtual Cuba Literaria


Pablo Lafargue (1841-1911) 
traductor de
El Manifiesto Comunista 
y El Capital
primer crítico literario marxista y primer marxista cubano.

                                                                                
                                                           A Alfredo Guevara, in memoriam

Por múltiples razones, algunas de las cuales quedarán más que evidenciadas en este trabajo, nada de lo que haya escrito Pablo Lafargue —así tenga que ver directamente con sus ideas políticas y sus experiencias y vivencias de militante marxista, o sobre cualquiera de los muchos temas y actividades que ocuparon su mente, su tiempo y su pluma a lo largo de su fructífera existencia— puede dejar indiferentes a sus lectores y mucho menos a sus compatriotas. Sin embargo, estas reflexiones —huelga advertirlo desde los párrafos liminares— no versan directamente sobre las luchas revolucionarias de aquel socialista consecuente, sino que se orientan a su labor como traductor y crítico literario, una faceta de su quehacer que, hasta hoy, ha pasado totalmente inadvertida en su país.

Nunca será tarde para el rescate y la revalorización. Colocar a Pablo Lafargue en el lugar cimero que le corresponde en la historia y la cultura cubanas es más que un deber y más que una demostración de afinación para el análisis o un ejemplo de buena puntería. Es una prueba de cordura que el estudioso de cualquier época y latitud siempre agradecerá, independientemente de las convicciones políticas que le animen.

Pablo Lafargue era de origen cubano; descendiente, por línea paterna, de francés girondino y de mulata dominicana, y por línea materna, de judío francés y de india taína. Este insólito ajiaco de razas, culturas y geografías circulaba en su sangre e incidió de modo muy directo en su personalidad y en su respuesta ante la vida.1 Nació el 15 de enero de 1841 en Santiago de Cuba, capital política y cultural de la región oriental de la isla, a donde fue a parar la familia, como la de los primos Heredia y la de muchos otros terratenientes acomodados, cultivadores de café en Santo Domingo, que se radicaron en el oriente cubano huyendo de la convulsa situación sociopolítica que imperaba en Haití.

Cuando Pablo tenía nueve años, los Lafargue se trasladaron a Francia. Allí completó su instrucción hasta terminar su carrera de Medicina y entabló amistad con personalidades que dejarían una profunda huella en su pensamiento y sus proyecciones. Fue discípulo y yerno de Carlos Marx, en virtud de su matrimonio —celebrado el 2 de abril de 1868—con Laura, la segunda de las hijas de aquel y una admirable y destacada mujer que le siguió hasta la muerte.

En consecuencia, sin discusiones ni disensos históricos sobre el particular, se le considera el primer marxista cubano, y además de haber sido médico clínico y cirujano, anarquista, activista revolucionario y fotógrafo, fue traductor de El Manifiesto Comunista —de consuno con Jenny de Westfalia, esposa de Marx— y de algunos capítulos de El Capital, que tradujo durante su estancia en España para paliar los efectos que las malas traducciones de las principales obras del marxismo que circulaban en aquel país habían provocado entre la clase obrera, adulterando y entorpeciendo la comprensión de sus esencias.
También a él se debe la iniciativa de celebrar el Primero de Mayo como Día Internacional del Trabajo, lo cual dio a conocer en el marco del Congreso de la Internacional Socialista de 1889. Fue, además, fundador del Partido Obrero Francés (1880), en unión de Jules Guesde, y comunero en París y en Burdeos.

Se destacó como periodista y escritor. Entre sus obras, figuran varias publicadas —con o sin pseudónimo— en la prensa de su época, las cuales permiten considerarlo el primer crítico literario marxista que ejerció como tal en la segunda mitad del siglo XIX en Europa.

En Cuba, empero, lamentablemente sobran dedos para contar los estudiosos de Pablo Lafargue referenciados que comprometieron su pluma en español en los cuarenta primeros años ulteriores a su desaparición física acaecida el 25 de noviembre de 1911. En su mayoría, se manifestaron en el período que antecede al decenio de los sesenta. Entre ellos, cabe citar el artículo de Humberto Lagardelle: “Pablo Lafargue, el gran socialista cubano”, publicado en la Revista Bimestre Cubana (vol. X, no. 1, enero-febrero de 1915); la “Nota sobre Pablo Lafargue”, de Carlos Rafael Rodríguez, en Dialéctica (vol. 1, mayo-junio de 1942). En 1943, Ediciones Sociales publicó en La Habana, con el título de Karl Marx, recuerdos de su vida y su obra, textos extraídos del extraordinario estudio biográfico escrito por Lafargue sobre su suegro, titulado “Recuerdos personales de Carlos Marx” —incluido por D. Riazanov en su antología de textos titulada Carlos Marx como hombre, pensador y revolucionario, Buenos Aires, 1932—; la revista Cuba Socialista publica, en 1962, el extenso artículo “Evocación a Pablo Lafargue”, de Raúl Roa García, otro cubano inolvidable. Y no hay mucho más…

Naturalmente, no descarto la idea de que haya algunas otras referencias cuya involuntaria omisión solo achaco a mi desconocimiento. Es muy probable, por ejemplo, que en el Instituto Superior Pedagógico de Lenguas Extranjeras de La Habana, que lleva su nombre, fundado en 1977 y donde se han formado no pocos traductores y especialistas de la lengua, algunos egresados o profesores le hayan dedicado trabajos de tesis o de homenaje a los cuales no he tenido acceso.

Cabe señalar que a partir de 1959, en Cuba se hizo un silencio casi absoluto sobre la obra escrita de Lafargue. Recientemente, el número 254, de enero-marzo de 2009, de la prestigiosa revista Casa de las Américas publicó un artículo de Carlos Fernández Liria, filósofo español y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, titulado “Un siglo de pereza y comunismo”, dedicado a comentar las ideas políticas de Lafargue expuestas en el conocidísimo y medular ensayo “El derecho a la pereza”, cuya aparición data de 1880 (edición en español de la Editorial Fundamentos, Madrid, 1991, traducida por Manuel Pérez Ledesma y publicada con un “Estudio preliminar” de este último).

Sin embargo, un intelectual cubano trabajó incansable y silenciosamente en la figura de Pablo Lafargue: Alfredo Guevara. Cuando falleció, el pasado 19 de abril, Alfredo estaba precisamente enfrascado en la compilación de materiales y la edición de sendas investigaciones sobre la vida y la obra del santiaguero. Como el eslabón más modesto y anónimo de su equipo de trabajo para esa labor, me cupo la satisfacción de traducir, para él, cuatro de los siete ensayos de Lafargue sobre crítica literaria y algunos otros textos. Siguiendo el orden cronológico de su publicación, los ensayos en cuestión son:

“Safo” —Aparece, sin firma, Le Socialiste, periódico del Partido Obrero Francés (9 de enero de 1886)—.
“Las canciones y ceremonias populares del casamiento: estudio sobre los orígenes de la familia” —Publicado, bajo el pseudónimo de Fergus, en la Nouvelle Revue (noviembre-diciembre, 1886)—.

“La leyenda de Victor Hugo” —A pesar de lo que su título permite suponer, más que un texto de crítica literaria es un artículo político,escrito en 1885, a raíz de la muerte del literato francés; en su momento no encontró editor. Difundido por primera vez, en alemán, por Die Neue Zeit (1888), reapareció tres años después, en francés, en la Revue Socialiste, de Benoit Malon, y llegó a alcanzar notable éxito cuando se editó definitivamente como folleto (1902)—.

“El darwinismo en el teatro” —Rubricado simplemente como Pablo, se publicó, traducido al alemán, en Die Neue Zeit (1890). El texto original, en francés, se extravió; únicamente se cuenta con la versión del periódico germano—.

“El dinero de Zola” —Dado a la estampa, también en traducción al alemán, en 1891. El original corrió idéntica suerte que la del texto antes señalado—.

“La lengua francesa antes y después de la Revolución” —Dado a la estampa en la Ere nouvelle (enero-febrero, 1894)—.

“Los orígenes del romanticismo; estudio crítico sobre el período revolucionario” —Publicado en Le Devenir Social (junio, 1896)—.

Desde una interpretación materialista de la historia, Lafargue profundiza en las manifestaciones originarias del ser humano omnipresentes en la literatura. Parte de la incontrovertible realidad —ya señalada bien atrás por el pensamiento filosófico en varias latitudes, y repostulada por él— de que el lenguaje precedió al pensamiento abstracto, lo mismo que los signos y los gestos a la lengua oral. No obstante, no deja de advertir que es el factor económico lo que hace imposible aislar la lengua de su medio social, donde se reflejan la lucha de clases, las relaciones sociales, los modos de producción. Así lo pone de manifiesto, tanto en el estudio sobre Darwin, como en el del romanticismo o en el que recoge las canciones y ceremonias a través del folclor. No por azar dos de esos ensayos llevan los subtítulos: “estudio sobre los orígenes de la familia” y “estudio crítico sobre un período revolucionario”. En ambos, se propone demostrar que, a través de las formas políticas, jurídicas, sociales, folclóricas, cuando los cantores del pueblo reiteran los temas —independientemente de su origen racial, ubicación geográfica, desarrollo cultural, lingüístico, filosófico o literario—, no hacen sino manifestar la dinámica de las relaciones económicas en movimiento; y si muestran rasgos similares y atraviesan etapas idénticas, es porque su evolución histórica, lejos de estar predeterminada, ha dependido del desarrollo de las fuerzas productivas. Son, pues, las condiciones económicas y sociales similares las que explican las formas y las expresiones análogas de pensamiento.

De su trabajo como traductor, Roa nos cuenta:

A mediados del año (1867), el primer volumen de El Capital estaba ya listo para las prensas. La fatigosa labor de poner en limpio el manuscrito, a cargo de Jenny de Westfalia, lindó con la proeza. Lafargue, que había compulsado las citas, sugirió a Marx que se publicase alguna primicia en Francia. El 12 de septiembre, Marx le comunica a Engels, con satisfacción no exenta de orgullo, que Laura y Pablo “han pasado la velada haciendo la traducción del prefacio para Le Courrier Français”.2

Notas:
1- Paul Luis, en sus “Cent Cincuent Ans de Pensée Socialiste”, Paris, 1947, y el cubano Francisco Domenech, en “Tres hombres y una época”, La Habana, 1937 (por cierto, el primero de sus compatriotas —que sepamos— que escribe sobre Lafargue), se asombran de la confluencia de semejante mezcla de sangres —caribe, judía y mulata-india— en una misma persona, origen genético seguramente causal de su impetuoso temperamento.
2- Raúl Roa: art. cit., p. 14.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Una consecuencia positiva de la actual crisis española (y no es chiste) (II)

El martes 22 de enero pasado, Angélica Tanarro publicó el siguiente artículo en El Norte de Castilla. En sintonía la entrada del pasado 15 de mayo, y con lo que pasa en toda España (y en buena parte de Latinoamérica), acá se lee cómo las pequeñas editoriales de Castilla y de León siguen dando batalla y haciendo lo que ya no hacen los grandes grupos: publicar libros de calidad.

Editar contra (o a pesar) de la crisis

¿Dónde están los lectores?  ¿Qué quieren leer? Son sin duda las preguntas del millón, las que se hacen cada vez que elaboran sus programas y ajustan sus presupuestos los pequeños (y los grandes, por supuesto) editores. Más allá de las leyendas urbanas acerca de la crisis permanente del libro y por tanto su probada resistencia, las cifras cantan y muestran las contradicciones de un sector que aparentemente necesita una reconversión cuyo rumbo, sin embargo, no parece claro. Como en otros sectores de la cultura se trabaja con pasos inciertos y con el método de ‘prueba y error’. Dificultades aparte, las llamadas editoriales independientes  –es decir, aquellas que se sustentan por la vocación de sus directores, sus pequeños presupuestos y sus plantillas mínimas– de Castilla y León (una representación ha sido consultada por La sombra del ciprés) se muestran dispuestas a resistir, a buscar la manera de seguir ofreciendo buena literatura contra las tempestades de la crisis económica y los gustos que en el mercado imponen los grandes grupos, aunque sea reduciendo títulos y tiradas.

Las cuentas de las paradojas del sector tienen que ver con el número creciente de títulos publicados año a año según los datos de la agencia del ISBN. Desde 2007 a 2011 en que se alcanzó el récord de los  116.851, la edición de nuevos títulos creció el 41%. En el último año, ya con la crisis plenamente instalada, la cifra ha bajado pero aun así se han publicado 88.349 nuevos títulos en todos los formatos durante 2012. De ellos, 1.791 se editaron en Castilla y León, lo que coloca a la comunidad en el séptimo lugar de España. Eso sí, siguen bajando las tiradas, que en el 2011 se situaron en los 3.441 ejemplares de media. Si atendemos a la creación de nuevos sellos, las dificultades no parecen asustar pues en el último año se han dado de alta en la citada agencia 535 nuevas editoriales.

Lo que sí baja es el nivel de riesgo no solo de los editores, sino también de las instituciones encargadas de ayudas al sector y de los propios lectores. Así lo cree José Ángel Zapatero, para quien las crisis «es cierto que pueden significar oportunidad y una cierta limpieza en un negocio con inflación de títulos, pero también es cierto que se puede llevar por delante propuestas interesantes como la nuestra». Menoscuarto, la editorial que dirige desde Palencia, se hizo un hueco nacional especializándose en narrativa breve y autores españoles jóvenes aunque con una sólida trayectoria, sin embargo la actual situación puede hacer variar en parte su rumbo. «Como cada vez se vende menos, las grandes editoriales vuelven a editar una y otra vez los mismos títulos y a los mismos autores, y los lectores no arriesgan, no parecen interesados en conocer nuevos nombres. Tampoco las ayudas a la edición se interesan por las nuevas propuestas aunque vengan avaladas ya por una calidad contrastada y, para remate, los críticos tampoco apuesta por la gente joven, probablemente agobiados por el aluvión de novedades en torno a gente muy conocida».

Zapatero pone el dedo en otra llaga: las traducciones. «Somos el país que más traduce. Todo lo que se publica en el mundo sea bueno o malo se traduce y eso causa un efecto curioso en el lector, al que el simple hecho de que alguien se haya molestado en traducir un libro al español parece darle garantía de calidad». Sin embargo, y aunque las circunstancia le obliguen a iniciar un camino de recuperación de textos extranjeros interesantes ya descatalogados o incluso inéditos (en esta línea tiene previsto publicar este año ‘Un hombre acabado’, de Giovanni Papini en su otro sello, Cálamo) no piensa renunciar ni a la calidad, «por supuesto», ni a su apuesta inicial. Así lo demuestran las novedades que anuncia la editorial para el 2013 y que en el apartado de cuentos aportará las últimas entregas de un autor ya casi de culto entre los seguidores del cuento como Ángel Olgoso con Las frutas de la luna, o 29 cadáveres, de Pepe Cervera. También sacará a la luz las novelas Murasaki de Julio Baquero y No sé quién eres, de Miguel Torre, ganador del último premio Tristana. Y entre los proyectos estrella, El devorador de hombres, la recuperación en un volumen de todas las novelas cortas  de Horacio Quiroga, un clásico de la narrativa breve del que Menoscuarto publico en su día los cuentos completos.

Con el pasado
Con las ideas muy claras y una línea ajena no ya a cualquier moda sino a cualquier camino trillado se mantienen Fabio Rodríguez de la Flor y su editorial Delirio, uno de esos nombres que son por sí mismos una declaración de intenciones. Esta aún joven editorial radicada en Salamanca comenzó el año recordando la figura de un salmantino imprescindible en el último tercio del siglo XX. En La vida dañada de Aníbal Núñez, su autor, Fernando R. de la Flor, se sirve de la poética vital del autor de ‘Alzado de la ruina’ para hacer el retrato de una época.

Delirio planea engrosar sus colecciones de ensayo –con un diccionario de términos ‘inventados’ y un estudio de sobre las Soledades de Góngora– y poesía, y fomentar la hasta ahora menos cultivada de la narrativa. En esta última tiene en cartera el libro de cuentos ‘Como el ciervo huiste’ de Yago Fernández. Pero una de las apuestas más importantes de este comienzo de año será Loca parva. Obras en la que reunirá la obra completa de Felipe Núñez, tanto la ensayística (Para escapar de la voz media) como toda su poesía que en su día editara Calambur, así como poemas inéditos, las colaboraciones periodísticas y los textos para catálogos de arte.

Delirio, como afirma su director, «no tiene tanto un compromiso con el futuro como con el pasado. Sentimos que los libros que vamos editando ‘cierran ciclos’, terminan por redondear los círculos, dan por zanjados algunos temas. Nos podríamos haber llamado Editorial La Última Palabra, pero entonces tendríamos que reeditar a Nietzsche y algún que otro manual de autoayuda», afirma con sentido del humor.

Ajenos a las prisas que impone el mercado («tanta novedad y tanto presente, y tanto ahora y tanto ya, nos dan un poco de náuseas») siente que el e-book no les compete de momento. «El libro electrónico es una de esas carreras. De repente todo el mundo sale corriendo y parece que lo que tienes que hacer es correr con ellos, sin saber, por lo menos tú, dónde vas, qué dorsal llevas o siquiera por qué vas en triciclo mientras los demás lo hacen en Porches Cayenne. Nosotros somos conscientes de que mucha de la ‘impronta’ de nuestra editorial reside en el diseño, en el formato, en su atractivo y eso es lo que hacemos».

Pocas nueces
Un veterano de la edición, Fernando Arnaiz, de la burgalesa Dossoles coincide en afirmar que en torno al libro electrónico hay de momento «mucho ruido y pocas nueces. Nosotros hemos decidido no hacer ediciones digitales pues  consideramos que no existe seguridad alguna en este tipo de edición. Se copian con mucha facilidad y por otro lado el número de terminales de  e-book  vendidas en España es muy pequeña. Preferimos apostar por mejorar la calidad de la edición impresa», asegura.

Coincide con Zapatero en que el esfuerzo que hacen las editoriales pequeñas por dar a conocer nuevos autores que difícilmente tendrían cabida en las editoriales estrictamente comerciales «no ha sido suficientemente valorado por los lectores, por los escritores ni por los organismos oficiales con responsabilidad en la cultura».  Este sello que mira con especial atención a autores y temas burgaleses dará a conocer este año la obra de Ignacio Manrique ( No fue otro estúpido viaje a  Koprivnica) Daniel Ortega (Berlín 1945. Diario de un infierno), entre otros.

La editorial segoviana La Uña Rota es uno de eso milagros colectivos que suman buen gusto y permanencia. Con un catálogo de esos grandes pero minoritarios genios de los que pocas veces nos acordamos se permiten de vez en cuando sacar del armario alguna joyita. La última, La nada y las tinieblas de Fridegiso de Tours.

Al año siguiente de haberse apuntado el tanto de publicar la primera biografía en castellano de Samuel Beckett, ya tienen su vista puesta en Robert Walser (Diario de 1926), Anatole Broyard (Ebrio de enfermedad) y en el mismísimo Conrad con una serie de textos inéditos en castellano cuyo título por el momento prefiere  silenciar Carlos Rod, uno de sus responsables.

Su visión del panorama no  es alentador, como la del resto de sus colegas, pero quizá lo expresen con más nitidez. Por ejemplo cuando hablan de la situación del mercado en relación con los grandes grupos: «Las editoriales que más venden, y que forman parte de grandes grupos de comunicación (con distribuidora propia), se preocupan, en detrimento de la calidad del libro, por copar (y saturar) las mesas de novedades al coste que sea: además de publicar y reimprimir su fondo a mansalva, al margen de la demanda, juegan con los porcentajes, sirven a librerías que no pagan los depósitos y alquilan escaparates y espacios importantes en las librerías y grandes superficies. Mientras, las distribuidoras de editoriales pequeñas se las ven y se las desean para colocar sus novedades y hacerlos visibles de cara al cliente-lector».

Creen que las editoriales pequeñas son las que deberían liderar un cambio de modelo que prime «la búsqueda de un canal que llegue y nos comunique con el lector interesado en los libros que publicamos. Porque no cabe duda de que el lector está ahí. Y donde hay un lector hay una comunidad de lectores. Y para ellos trabajamos».

El vallisoletano César Sanz, director de Difácil, es otro de los que apostó por descubrir nuevos valores y otro que ha comprobado «no sin desconcierto, la verdad» y cierta ironía que lo que más valoran la crítica, los libreros y el público en general son las editoriales «que han redescubierto el siglo XIX o hacen una nueva edición de los clásicos de toda la vida, en buena parte de los casos con hermosos ‘santos’, eso sí, que hay que darle valor al libro (porque parece que por sí mismo ya no lo tiene) o tratan de demostrar que los autores finlandeses son interesantes por ser finlandeses».

Un rockero en catálogo
Su catálogo incorporará en fechas próximas a un rockero: Igor Paskual, quien fuera líder de Babylon Chat y actual guitarrista de Loquillo. Y Loquillo será el prologuista de esta obra miscelánea en torno al mundo de la música y más. En Poesía, una de las claves editoriales de Difácil, publicará el último libro de Leopoldo María Panero y el cierre de la Trilogía de Nueva York de Fernando del Val. Antes de acabar el semestre también habrá visto la luz la última novela de Ángel Vallecillo, Ban, bang, Wilco Wallace. La apertura de una serie de estudios sobre los archivos de Juan Ramón Jiménez completa los proyectos para la primera parte del año.

Para Rafael Vega, director de Multiversa, «el volumen de libros editados es fruto de una burbuja que aún continúa estallando en el mundo editorial». A su juicio la crisis económica se suma a la crisis de negocio y confía en las redes sociales y el comercio electrónico, como vías para establecer un contacto directo con el lector. De su horno saldrán este año títulos de Alfredo Sanjuán Ferrer, David Rodríguez Gómez, Mª Rosa Navarro y Juan Manuel de la Huerga.

Mención aparte merecen dos editoriales que por su forma de editar mantienen una relación directa con los lectores a través de suscripciones. Son El Gato Gris y Tansonville, ambas especialmente centradas en la poesía y hacer de los libros objetos de arte. José Noriega, director de la primera, anuncia para este año el cierre de su célebre colección ‘Manuscritos de poesía’ con la que ha llegado a museos de España y de Europa. Y no porque  haya tirado la toalla, sino porque quiere emprender nuevos caminos aún más ambiciosos.

Eduardo Fraile, director de Tansonville, mira la situación desde la distancia de quien financia el libro siguiente con las ventas del anterior y contando «con la paciencia de los fieles suscriptores». Entre sus planes figura reeditar una pequeña joya La caja de plata de Luis Alberto de Cuenca, un libro importante y significativo de la época de los ochenta en España.

martes, 21 de mayo de 2013

Convocatoria de TyPA y la Fundación El Libro


Traducir la imaginación:

La Fundación TyPA y la Fundación El Libro proponen un encuentro inédito en la región: un taller de cuatro jornadas que reunirá en Buenos Aires a editores locales y europeos de literatura infantil y juvenil con traductores argentinos de alemán, francés, italiano e inglés especializados en la traducción de este tipo de literatura al español.
La traducción de literatura infantil y juvenil es un campo en constante crecimiento, cuya especificidad permanece, sin embargo, poco explorada en cuanto a formatos, lenguajes, imaginarios y circulación. Iniciar intercambios profesionales en este sentido es importante para promover su crecimiento y garantizar su calidad, y resultará enriquecedor tanto para el mercado editorial como para los traductores, quienes se enfrentan a problemáticas muy particulares en soledad.
Así, el taller propone una reflexión conjunta entre editores y traductores sobre cuestiones relacionadas con la traducción, ilustración, edición y publicación de literatura infantil y juvenil en el país y en el extranjero. Incluirá una serie de charlas con profesionales del sector y módulos de trabajo sobre textos en concreto.

OBJETIVOS
·  Reflexionar sobre los problemas específicos que presenta la traducción de la literatura infantil y juvenil.
·  Fomentar el intercambio de experiencias de traductores argentinos de literatura infantil y juvenil con editores argentinos y extranjeros.
·  Dar cuenta del escenario editorial local en el campo de la literatura infantil y juvenil y conocer mercados extranjeros.
·  Promover la traducción de literatura infantil y juvenil argentina a otros idiomas y la venta de derechos de autor.
·  Promover la traducción de literatura infantil extranjera.

DESTINATARIOS
Traductores argentinos con experiencia en traducción de literatura infantil y/o juvenil del francés, italiano, alemán e inglés al español. Se dará prioridad a quienes estén trabajando en la traducción de una obra destinada a ser publicada (no excluyente).

Editores argentinos de literatura infantil y juvenil.

Editores y traductores extranjeros (por invitación).

Se seleccionarán ocho participantes argentinos que compartirán el taller con invitados extranjeros. La participación es gratuita, previa selección. El taller forma parte deL 7.º Encuentro de Profesionales del Libro Infantil y Juvenil, en el marco de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires.

¿CÓMO POSTULARSE?

Para los traductores y editores argentinos:

Enviar a letras@typa.org.ar la Solicitud de Inscripción completa. La  misma se puede descargar  la página web de la Fundación TyPA 

En caso de estar trabajando en una traducción de literatura infantil y juvenil, se solicita adjuntar al formulario hasta 6 páginas de la traducción y las correspondientes del original.

CONVOCATORIA ABIERTA HASTA EL LUNES 10 DE JUNIO

ANUNCIO DE LOS PARTICIPANTES SELECCIONADOS: VIERNES 14 DE JUNIO

Organizadores:
Fundación TyPA
Fundación El Libro

Con el apoyo: 
Avina Stiftung
Goethe-Institut Buenos Aires
Embajada de Francia en Buenos Aires
Programa Opción Libros del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

Y la colaboración de: 
Casa de Traductores Looren, Suiza

lunes, 20 de mayo de 2013

Un dedo en una de las posibles llagas


La siguiente columna de opinión, firmada por el periodista Maximiliano Tomas, apareció el jueves 15 de mayo pasado, en el diario La Nación, de la Argentina. En sintonía con los últimas entradas de este blog, plantea el papel de las pequeñas editoriales en la formación del gusto de los nuevos lectores, así como el lugar que les corresponde a estos sellos respecto de las grandes multinacionales del libro. Más allá de la columna en sí, se recomienda seguir el link (http://www.lanacion.com.ar/1582481-cuantos-lectores-tiene-la-literatura-argentina-actual) y leer lo comentarios de los lectores.

¿Cuántos lectores tiene
la literatura argentina actual?

Terminó una nueva Feria del Libro de Buenos Aires y, como siempre, los números suenan abrumadores: más de un millón cien mil visitantes y un aumento en las ventas de entre un diez y un treinta por ciento, de acuerdo a la información recogida en algunos stands. Pero si uno no quiere pasar por ingenuo o pecar de un exceso de optimismo (y sobre todo si intenta sacar algunas conclusiones sobre las preferencias del público en materia literaria), hay que mirar un poco más en detalle. Por ejemplo: ¿cuáles fueron los cinco títulos más consultados por el público? Hush hush, de Becca Fitzpatrick; Los juegos del hambre, de Suzanne Collins; Ciudad de cristal - Cazadores de sombras, de Cassandra Clare; Juego de tronos, de George Martin; y Caballo de fuego, de Florencia Bonelli. Es decir, fenómenos de venta que poca o ninguna relación tienen con la literatura. Nada de qué quejarse, ya que el mismo nombre lo está señalando: se trata de la Feria del Libro y no de un festival literario. Lo que la Feria viene a demostrar, en todo caso, es que los caminos de la industria editorial de masas y la producción y el consumo de literatura argentina contemporánea (de la literatura "de verdad", es decir, de la "ficción literaria" o la llamada "literatura alta") se han distanciado para siempre.

No hay ejemplo más concreto de esta fractura entre los gustos del consumidor esporádico o recreativo y los lectores habituales de literatura que los resultados de los dos galardones que se entregan durante la Feria: mientras el Premio de la Crítica fue para la obra poética de Tamara Kamenszain, el Premio del Público (en el que votaron unas diez mil personas) se lo llevó la nueva novela de Alejandro Dolina. "Las lógicas del canon y la lógica del mercado muchas veces se contraponen. Y un suceso de mercado y un suceso de crítica son muchas veces enemigos", escribió el crítico Daniel Link en su libro Cómo se lee. En el mismo sentido, la ensayista Beatriz Sarlo decía en Escenas de la vida posmoderna: "Inevitablemente, el mercado introduce criterios cuantitativos de valoración que contradicen con frecuencia el arbitraje estético de los críticos y las opiniones de los artistas. La idea misma de popularidad no podía ser sino examinada con desconfianza ya que sobre ella se erige la contradicción que está instalada en el corazón mismo de la democracia". Si no se puede decir que esta situación sea novedosa (los gustos del público masivo por un lado, los de los lectores especializados por el otro), hasta hace algunos años parecían existir vasos comunicantes entre ambos grupos. Lazos que parecen haber estallado sin posibilidad de reconstrucción.

Este alejamiento está directamente relacionado con las políticas que las grandes empresas editoras desarrollaron a partir de la década del 90. En 2003 y en el mismo libro, Link narra cómo fue que la adquisición de la mayoría de los sellos argentinos por parte de los grandes grupos transnacionales produjo una transferencia de bienes simbólicos que afectó tanto al mapa editorial como al campo literario: "Los catálogos editoriales ya no están armados de acuerdo con una ideología de la lectura y de la escritura, sino de acuerdo con los criterios de los expertos en mercadotecnia, los publicistas y otras plagas del siglo pasado, lo que condena a la caducidad todo lo que se publicó ayer". Pero al mismo tiempo que Link escribía (y él no podía saberlo), es decir hace ya diez años, surgía en la Argentina de la poscrisis (y en buena medida por ella) un heterogéneo conjunto de editoriales independientes. Fueron esos sellos los que terminaron marcando el pulso de la producción literaria local, y editaron lo mejor que pudo leerse en materia de ficción y ensayo durante la última década.

Lo que se dio entonces fue una atomización del mercado editorial. Y mientras los grupos se dedicaron a la búsqueda de una mayor rentabilidad con títulos de rápido consumo y corta vida, las apuestas literarias quedaron casi exclusivamente en manos de estos nuevos sellos. A la existencia de catálogos como los de Adriana Hidalgo, Beatriz Viterbo y Paradiso se sumó una larga lista de editoriales pequeñas como Interzona, Entropía, Caja Negra, Eterna Cadencia, Santiago Arcos, La Bestia Equilátera, Mardulce, Tamarisco y Pánico el Pánico (entre muchas otras) que durante diez años descubrieron y difundieron a casi todos los nuevos escritores argentinos. La jugada no salió mal, y hoy pueden agregar a sus catálogos a algunos nombres consagrados, e incluso exportar libros al mercado europeo. Por arriesgar una hipótesis: si en los 80 y 90 un lector habitual de literatura entraba a una librería buscando las tapas amarillas y grises de la colección Anagrama, hoy ese tipo de lector se guía por los diseños de tapa de cualquiera de estos pequeños sellos argentinos.

La pregunta fundamental, después de una década larga, es si todo este trabajo puede haber servido para crear un nuevo mercado de lectores. Se trata de un interrogante que todavía no tiene respuesta y frente al cual nadie logra ponerse de acuerdo. Algunos editores son escépticos y aseguran que los lectores de literatura argentina contemporánea son siempre los mismos: no más de tres mil. Otros, que tal vez lleguen a unos diez mil. Si hay que guiarse por las cifras de producción y ventas, no estarían tan equivocados. Por lo general los títulos de estos sellos venden entre doscientos y mil ejemplares. Si alguno llega a los dos mil, se puede hablar de un éxito. La novela El viento que arrasa, de Selva Almada, editada hace un año por Mardulce y protagonista de un fenómeno de circulación boca a boca extraordinario, está por alcanzar la inusual cifra de cinco mil ejemplares vendidos. Tal vez el caso de Almada esté diciendo algo acerca de la dimensión de esta probable nueva comunidad de lectores, formados a lo largo de una década en los catálogos de editoriales independientes. Quizá sean ellos (¿son muchos, son pocos?) los que estén manteniendo viva la literatura argentina actual.