miércoles, 14 de noviembre de 2018

Más sobre el escandaloso boicot de las multinacionales de Chile a la Feria del Libro de Santiago, que deja un interrogante para el futuro


Este blog publicó en el día de ayer una entrada que daba cuenta de la complicada situación del mundo editorial chileno, cuya última manifestación fue el boicot a la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), realizado por la Corporación del Libro, que decidió realizar su propia feria en otra parte de la ciudad.

Para que los lectores no chilenos puedan hacerse una mejor idea, hay que recordar que en un país como Chile, donde el libro es un objeto suntuario que además paga IVA, hay cuatro grupos que disputan con diversos grados de violencia la representatividad de la industria editorial: la Cámara Chilena del Libro es una asociación gremial compuesta por 79 socios (a marzo de 2016) provenientes de empresas editoriales, distribuidoras de libros y librerías (ver lista completa en:https://camaradellibro.cl/socios/listado-de-socios/).

Por su parte, la Corporación del Libro y la Lectura, separada de la anterior en 2015, constituye un grupo de casas editoriales –fundamentalmente multinacionales españolas y cadenas de librerías– que, por su poderío económico y su fuerza de lobby, hasta ahora hizo lo que quiso en desmedro de la producción local. La lista de sus socios puede consultarse aquí: https://libroylectura.cl/socios/

Finalmente, el resto de los editores chilenos se nuclean en dos importantes grupos: por un lado, Editores de Chile, una asociación gremial que reúne a editoriales independientes, universitarias y autónomas (ver lista en http://editoresdechile.cl/editoriales-asociadas/); por otro, en la Cooperativa de Editores de la Furia (sus miembros son: http://editoresdelafuria.cl/content/4-nosotros). Unos y otros constituyen, por lejos, lo mejor que sucede del otro lado de la cordillera términos de edición.
Se señala, por último, que la noticia fue firmada por Paula Valles en la edición de ayer del diario La Tercera, generalmente tendencioso y del todo servicial a los intereses de las multinacionales chilenas, en desmedro de la edición independiente.

Finalizaron las dos ferias de libros:
FAS se proyecta y Filsa acusa baja de público

Ayer cerró el evento de la Corporación del Libro en el GAM y la muestra de la Cámara en la Estación Mapocho.

Mientras en la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa), la banda costarricense MartinSón daba cierre a la última jornada, luego de 18 días, el Festival de Autores de Santiago (FAS) en el GAM presentaba a Raúl Zurita y su recital poético como actividad final. Dos caras del bullado escenario literario que se dio en las últimas semanas, luego de que grandes editoriales como Penguin Random House, Catalonia, y los demás socios de la Corporación del Libro decidieran no participar del evento de Estación Mapocho. En su lugar, organizaron el FAS, encuentro que tuvo fechas en la UC (26 y 27 de octubre) y en GAM, el fin de semana recién pasado.

“Dentro de lo que planificamos, creo que ha sido un éxito mucho mayor a nuestras expectativas”, señala Arturo Infante, presidente de la Corporación del Libro.

Según él, el formato de ingreso gratuito tuvo aceptación entre los autores participantes, y no descartan proyectar el evento en el futuro. “Esto no es absolutamente incompatible con ningún tipo de feria, pero el tiempo dirá de la proyección del FAS. Ha nacido una alternativa que supongo perdurará en el tiempo”, agrega.

Por otro lado, Paula Gaete, presidenta de Cooperativa de la Furia, que participó en Filsa este año, asegura que en relación al año pasado se mantuvieron las cifras de venta. Sin embargo, las falencias de la feria, que cobró entre $ 2.000 y $ 3.000 de entrada, son las mismas de años anteriores. “Hay una baja de público constante. Se promociona muy poco, la gente va porque es una feria que lleva años y la conoce. Siempre hemos pedido rebajar o liberar la entrada, y rebajar los costos de los stands”, comenta. A pesar de eso, considera que este año tuvieron más oportunidad de participar de la programación cultural. “A falta de los autores que publican en las transnacionales, para nosotros significó tener más acceso a la programación. En ese sentido quedamos contentos”, añade.

Sin embargo, una actividad histórica dentro de Filsa eran los Diálogos Latinoamericanos. El encuentro organizado con el Ministerio de las Culturas ahora tendrá lugar en la Furia del Libro que se hará el próximo mes, entre el 13 y 16 de diciembre.

Desde la Cámara Chilena del Libro no respondieron los llamados de Culto.

Proyecciones
El destino de ambos eventos no está del todo resuelto. Se proponen ideas para modificar Filsa, y no se descarta instalar FAS como un evento más dentro de la industria. “Nos gustaría que se hiciera una feria a nivel nacional, donde todos tomáramos decisiones sobre cómo se hace. En el fondo, imitar el sistema que tienen en Buenos Aires en que se hace mediante una fundación y participan diversas instituciones”, señala Paula Gaete. En tanto, Infante ve oportunidad para el nuevo encuentro literario. “Nadie puede prever el futuro, pero FAS es algo que se inventó para quedarse”, dice. “Ahora, no es para nada incompatible con una feria grande como Filsa. Pueden ser eventos en tiempos distintos o que incluso se realicen en conjunto. Es tema de voluntad y organización”, concluye.

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