viernes, 20 de junio de 2025

Con un gobierno como el actual no hay milagros

El 19 de junio pasado, Daniel Gigena, en La Nación, de Buenos Aires, hizo público una vez más el informe de la Cámara Argentina del Libro, respecto de la declinación de la edición en la Argentina. En la bajada se lee: "El informe de la cámara recoge una encuesta del sector, que registra una nueva merma en editoriales, distribuidoras y librerías, durante 2024".

Cuesta abajo: las ventas de libros volvieron a caer

En un informe de ventas del sector del libro elaborado por la Cámara Argentina del Libro (CAL) y el Núcleo de Innovación Social, se consigna que en 2024 hubo una caída generalizada en las ventas de editoriales, distribuidoras y librerías respecto de 2023 (cuando habían caído respecto de 2022). Participaron de la encuesta 94 empresas del sector: 51 editoriales, 32 librerías y 11 distribuidoras, en su mayoría de la ciudad de Buenos Aires (64%), lo que confirma el grado de concentración de la actividad, a pesar de las consignas de federalización de los últimos gobiernos.

La mayoría de las empresas encuestadas tiene más de diez años en el sector; el 46%, entre diez y 24 años, y el 10%, cincuenta años o más. En la mayoría de las empresas encuestadas trabajan aproximadamente cinco empleados (en relación de dependencia o independientes, es decir, monotributistas); solo el 2% tiene cincuenta o más empleados en relación de dependencia o monotributistas.

El 38% de las empresas encuestadas facturó entre cien y 499 millones de pesos en 2024. Las empresas con mayor nivel de facturación (entre 500 y 999 millones, y más de mil millones de pesos anuales) representan el 7% y el 15%, respectivamente, del informe.

La edición tradicional y la distribución concentran los niveles más altos de facturación; algunas superan los mil millones de pesos. La literatura infantil y juvenil, la no ficción, los libros técnicos y universitarios y, en cuarto lugar, la ficción figuran como las principales temáticas. El 31% de los sellos encuestados publicó entre 11 y 25 novedades; un 16%, entre 26 y 49 novedades y un 8%, más de 50 novedades.

Cuesta abajo
El 80% de las editoriales encuestadas indicó una caída en las ventas en 2024. El 27% informó bajas del 26% al 49%, mientras que un 9% reportó caídas superiores al 50%. Más de un tercio del sector editorial se vio afectado por descensos de más del 26% en unidades facturadas.

Asimismo, un 78% de las empresas distribuidoras declaró caídas que van del 1% al 25%, y un 11%, caídas del 26% al 49%.

Las librerías, llamativamente, tuvieron un mejor desempeño. El 68% tuvo caídas interanuales leves o moderadas y un 32% indicó un aumento en las ventas respecto de 2023.

La balanza de comercio exterior se mantuvo relativamente estable (lo que significa otro año perdido en materia de exportaciones). En 2023 y 2024, editores y distribuidores declararon que estas operaciones representaron una proporción baja de su facturación. Para la mayoría de las empresas exportadoras, estas ventas representaban una pequeña porción de sus ventas totales (del 0 al 14%). El precio poco competitivo de los libros argentinos no ayuda.

Las importaciones de libros tuvieron en 2024 un impacto limitado. El 57,9% de las empresas encuestadas importa solo libros físicos y un 31,6% importa libros y servicios de impresión (en especial de libros ilustrados e infantiles). Solo el 10,5% importa únicamente servicios de impresión. Un 48% de las editoriales encuestadas declaró que más del 40% de su catálogo está compuesto por libros importados.

Razones de una caída generalizada
Según el informe, la caída de la demanda interna es el principal problema del sector editorial: el 65% de las empresas declaró que estaba “muy afectado” por la retracción del consumo. En segundo lugar, se vieron afectadas por los aumentos de costos, en particular los vinculados a la producción (38% muy afectado) y a la distribución (33%). También el aumento del costo del papel fue señalado por un 43% como una problemática.

Otras dificultades que pesan son los retrasos en la cadena de pagos (17% muy afectado) y las condiciones o plazos de cobro (22%), que afectan la liquidez y el flujo financiero de las empresas. La falta de acceso al crédito sigue siendo una barrera estructural; mientras que un 39% es indiferente, un 18% se siente muy afectado, lo que muestra su impacto desigual según el tamaño o tipo de empresa.


“No es que se haya roto la cadena de pagos; se vienen alargando los plazos -especificó el presidente de la CAL, el editor Juan Manuel Pampín-. Al venderse todo lo consignado, no todas las editoriales podemos esperar a que los libros se vendan, los libreros liquiden y luego recibamos nosotros el pago, porque el proceso se hace muy largo. Las editoriales hacen menos libros, y entonces las librerías venden menos”.

En opinión de varios editores, las librerías encuentran “financiación barata” a partir de las consignaciones, que se liquidan por “goteo” y tarde. Las tiradas mínimas “de moda”, de setecientos u ochocientos ejemplares, no permiten que las novedades lleguen a todas las librerías.

Para las distribuidoras, la caída de la demanda interna también es el mayor problema: el 75% se declara muy afectado. Los costos operativos afectan a un 63% a la vez que preocupan los retrasos en la cadena de pagos y la falta de acceso al crédito, ambos con un 38% de menciones.

Un 67% de las librerías también señaló como principal problema la retracción del consumo, seguido por los costos de distribución, y de producción y papel afectan, aunque en menor medida: un 31% y 36% respectivamente se declararon muy afectadas. Las encuestadas admitieron estar afectadas además por los cambios tecnológicos, en referencia a la venta digital y el elevado porcentaje que se embolsa MercadoLibre con cada venta. 

Para enfrentar la crisis, las librerías apuntaron a mejorar su capacidad de venta mediante el refuerzo de canales de venta digitales y físicos. Un 25% redujo personal.

Las expectativas sobre la evolución del sector en el próximo semestre no son positivas. Más del 40% de los encuestados considera que la situación del sector del libro no será buena, mientras que el 48% considera que será regular. Solo una minoría (9%) opina que la situación será buena. Las editoriales son las más pesimistas: el 41% espera un escenario malo y un 7% lo estima muy malo. El 59% de las librerías anticipa una situación regular, pero un 34% prevé un deterioro. En cambio, el 50% de las distribuidoras estima un escenario regular y un 25% como bueno. El tiempo dirá quién acertó en el pronóstico.

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