miércoles, 20 de marzo de 2019

Guido Cavalcanti abre el año, traducido por Jorge Aulicino y editado por Juan Arabia

Retomando las actividades públicas del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, el onceavo año de existencia comienza con la presentación de la edición bilingüe de las Rimas, del poeta Guido Cavalcanti (1255-1300), publicadas por la editorial Buenos Aires Poetry, en traducción de Jorge Aulicino (también traductor de la Divina Comedia, de Dante Alighieri).

Durante la reunión, matizada con mucho humor, se habló de que el interés de los poetas contemporáneos por Guido Cavalcanti se debe principalmente a Ezra Pound quien ha sido algo así como una puerta de acceso para acceder a la compleja obra del más virtuoso representante del llamado dolce stil nuovo,denominación dada a un grupo de poetas italianos de la segunda mitad del siglo XIII, integrado por Guido Guinizelli, Lapo Gianni, Cino da Pistoia, Dino Frescobaldi, Guianni Alfani y los nombrados Dante y Cavalcanti, acaso los más importantes. Sobre éstas y otras cuestiones conversaron ayer en la presentación Juan Arabia, director editorial de Buenos Aires Poetry, y Jorge Aulicino, poeta, poeta y traductor.


Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949), publicó los libros de poemas Vuelo bajoPoeta antiguoLa caída de los cuerpos,Paisaje con autorMagnificat, Hombres en un restaurante,Almas en movimientoLa línea del coyoteLas VegasLa luz checoslovacaLa nadaHostias,Máquina de faroCierta dureza en la sintaxisLibro del engaño y del desengañoEl camino imperial, Corredores en el parquey Mar de Chukotka. Último Premio Nacional de Poesía en la Argentina, periodista cultural y, por varios años, director de la revista Ñ, es también traductor. Entre sus últimos trabajos deben mencionarse una nueva versión de la Divina Comedia, de Dante Alighieri y sendas antologías de los poetas italianos Cesare Pavese, Pier Paolo Pasolini y Antonella Annedda.

Juan Arabia (Buenos Aires, 1983) es poeta, traductor y crítico literario, egresado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, y actual director del sello editorial y revista Buenos Aires Poetry. Ha publicado los libros: John Fante. Entre la niebla y el polvo (Buenos Aires, El fin de la noche, 2011);PosData a la Generación Beat(Buenos Aires, Buenos Aires Poetry, 2014); El Enemigo de los Thirties (Buenos Aires, Buenos Aires Poetry, 2015); John Fante: Camino de los sueños diurnos(Buenos Aires, Buenos Aires Poetry, 2016); El Enemigo de los Thirties (Ril Valley / Chile – Los Leones, 2017), Il Nemico dei Thirties (Collana Scilla - Fana, Italia, Samuele Editore 2017).

lunes, 18 de marzo de 2019

Políticas de la lengua y negocios españoles


La proximidad del Congreso de la Lengua en Córdoba hace que los medios, generalmente desinformados, repitan como loros las gacetillas que les llegan de los interesados en promocionar esa verbena, cuyo programa, si se lee en detalle, es un derroche de estupidez (Ej. Ese tipo Sabina y la “puetisa” Sastre, en la mesa de poesía: hay que tener estómago). Así, el poeta y traductor Jorge Aulicino –que, no olvidemos, fue periodista durante más cuarenta años–, un tanto harto, opina sobre lo que significa ese congreso y devela sus móviles en la siguiente columna, publicada el 16 de marzo pasado en su Facebook.

No existe más el imperio donde 
"no se pone el sol", ¿te enteras?

Vamos a ver: soy argentino y hablo en argentino. Es un matiz, por ahora, del antiguo dialecto de Castilla que se convirtió en idioma oficial de la España monárquica unificada. ¿Es tan difícil ver que la política actual de España frente al idioma es precisamente política? Tiene razones económicas también, desde luego. Mínimas y legítimas, si se quiere. Pero básicamente es una política de Estado, de sobrevivencia. Se habla ahora de la necesidad –en la revista Ñ sin ir más lejos– de superar las "históricas disyuntivas" entre América latina y España y avanzar hacia una lengua franca. Una nueva lengua de los negocios. ¿Puede estar más claro? Frente a esta política, el lugar de sumisión de las academias americanas respecto de la RAE resulta para mí intolerable. Una Academia, la española que, por lo demás, lleva en su hombre la pertenencia a la monarquía. Estas naciones, Madrid, nacieron como repúblicas, ¿te enteras? Las fundaron masones, muchos de ellos católicos, pero casi todos anti-monárquicos. Hablan el español de otro modo, hacen reclamo de su soberanía hasta hoy. Y sin embargo sus instituciones lingüísticas aceptan someterse al papel de satélites o sucursales de la RAE Les organizan incluso congresos de la lengua (¿de cuál lengua?) a la RAE y al rey. ¿Es necesario en el mundo global sostener una lengua franca alternativa, que no sea el chino, como cada vez más parece?. Bien, eso se dará o no se dará en la medida en que el uso de las variantes del castellano de España crezca en número de hablantes y haya cada vez más mexicanos o argentinos o venezolanos o chilenos en el mundo de los negocios, de la industria del espectáculo, de la ciencia y de la tecnología. El español chapuceado que se hablará en esos ámbitos como alternativa al inglés, se convertirá en "lengua franca" 2 si Dios quiere, y ojalá Dios lo quiera. Esos procesos ocurren. Y no se diga que ocurren porque un hada madrina desciende de un país que fue central para unificar la lengua. Tengo entendido que el Renacimiento sucedió cuando el latín había hecho big bang. Y en el mundo económico y tecnológico hacía rato que no se hablaba un solo idioma cuando se produjo la Revolución Industrial. De modo que fue necesaria una "lengua franca" nueva y distinta. Un inglés estandarizado. No el mismo que se habla en Texas, distinto al de Nueva York, al de Londres, al de Canberra o al de Toronto, por no mencionar Jamaica. Si el castellano de España tiene ese destino nada puede hacer la RAE para acelerar el proceso. En cambio, puede intentar que lleve lo que se llama hoy "marca España"

viernes, 15 de marzo de 2019

Una más y, por un tiempo, no jodemos más

El pasado 8 de marzo, como una manera de acompañar el “Día de la Mujer”, el Consejo Nacional de Investigadores Científicos (CONICET) publicó en su página web el siguiente texto de Natalia Behar Sosa sobre la conveniencia o inconveniencia del lenguaje inclusivo. En su bajada, se lee: “La Dra. en Sociología, María Sol Torres Minoldo y el Dr. en Filosofía, José María Gil exponen motivos a favor y en contra del uso de la letra ‘e’ como alternativa de género”.

Dos investigadores del CONICET,
dos enfoques sobre el “lenguaje inclusivo”

“El problema está en confundir la gramática con el machismo”, expresó públicamente el director de la Real Academia Española (RAE) Darío Villanueva en una entrevista realizada en julio del 2018. En paralelo, en el marco del debate feminista y la lucha por los derechos de la igualdad entre el hombre y la mujer, el lenguaje inclusivo aumenta su nivel de aceptación, con repercusión en medios de comunicación y redes sociales. Al calor de las reivindicaciones de género, la iniciativa intenta romper con el binarismo “hombre/mujer” y evitar expresiones sexista del lenguaje.

En medio del debate y tras innumerables consultas con relación a su uso, en junio de 2018, la RAE amplió a través de su cuenta de Twitter: “#RAEconsultas El uso de la @ o de las letras «e» y «x» como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género”. En paralelo, quienes promueven el uso del “lenguaje inclusivo” ponen en la mira el uso del “genérico masculino” para denominar a ambos sexos, en expresiones como reunión de “padres”.

Para entender cómo se analiza hoy el lenguaje inclusivo es importante saber primero que se trata de un fenómeno social originado en los años setenta, con una fuerte influencia del movimiento Lésbico-Gay-Trans-Bisexual (LGTB). Desde entonces, la diversidad de las múltiples identidades de género comienza a ser nombrada. Se opta por el uso de la letra “x”, “, la “@”, la “e” y en algunos países la letra “i” (las últimas dos en la búsqueda por variables pronunciables) para designar género indistinto.

La RAE expresó también a través de su cuenta de Twitter: “#RAEconsultas No es esperable que la morfología del español integre la letra «e» como marca de género inclusivo, entre otras cosas porque el cambio lingüístico, a nivel gramatical, no se produce nunca por decisión o imposición de ningún colectivo de hablantes”.

El debate, lejos de estar cerrado, sigue replicándose en diversos ámbitos. Un ejemplo de ello es que, el 11 y 12 de abril próximo, la facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata será sede del Primer Congreso de Lenguaje Inclusivo.

¿Qué opinan con relación al lenguaje inclusivo dos científicos pertenecientes al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)?

La Dra. en Sociología María Sol Torres Minoldo, Investigadora Asistente en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS), a favor de su uso, co-escribe en el artículo “La Lengua Degenerada”: “Lo que diga la RAE sobre este tema nos tiene sin cuidado. Con todo respeto. Muy lindo el diccionario”.

Por otro lado, el Dr. en Filosofía José María Gil, Investigador Independiente en el Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMD), cuestiona la naturaleza paradójica de este proyecto de cambio lingüístico que, a pesar de que es motivado por un justo reclamo a favor de la igualdad de género, incurre en prejuicios que pueden alimentar hipótesis clasistas y aun racistas.

A FAVOR
Por María Sol Minoldo, Investigadora Asistente en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS)

Si bien no existen evidencias contundentes acerca del efecto que tiene el lenguaje sexista sobre la reproducción de las relaciones de género, sí existen experimentos que respaldan la capacidad del lenguaje para condicionar nuestra mirada del mundo en diferentes aspectos, y el peso del género gramatical para atribuir carga semántica incluso a conceptos asexuados. Por ello, aunque nada garantiza que la transformación del lenguaje debilite, en efecto, la reproducción de relaciones de género injustas, la propuesta del lenguaje inclusivo sí aparece como, al menos, un ámbito válido de disputa política

Lo cierto es que la crítica a los ‘falsos genéricos’ y a la predominancia del género gramatical masculino en el habla no tiene tanto que ver con una dificultad de comunicación. Lo que se pone en cuestión es que estas estructuras lingüísticas no solo reflejan, sino que además reproducen, categorías de organización y comprensión de los géneros. Y lo hacen en función de un esquema no sólo asimétrico, sino además estrictamente binario. Y cuando sólo existen dos categorías posibles, femenina y masculina, la diversidad no puede ser siquiera nombrada.

Por otra parte, desde el punto de vista de Bourdieu, podríamos decir que el propio efecto disruptivo que el lenguaje inclusivo produce en la comunicación, tiene potencial para debilitar la violencia simbólica que contribuye a reproducir las relaciones de poder (incluidas las de género, por supuesto). Al producir incomodidad allí donde quedaba invisible una relación social opresiva, permite poner en entredicho la aparente ‘naturalidad’ de dicha relación. Esto quiere decir que el lenguaje inclusivo puede funcionar como una estrategia más para dar visibilidad a las relaciones de género como un producto socio histórico, y habilitar su discusión.

Desde un punto de vista lingüístico, de hecho, proponer una transformación del lenguaje que lleve a desambiguar el genérico que coincide con la forma específica del género masculino, no sólo no resulta inaplicable, sino que, de hecho, puede resultar enriquecedor. A la vez, apostar a la transformación del habla es perfectamente compatible con su carácter histórico, ya que la lengua no constituye en absoluto un producto inmutable, sino que se encuentra “viva”, transformándose constantemente debido a los cambios que la comunidad de hablantes introduce en su uso.

Cierto es que la propuesta específica de crear un genérico neutro tiene complejidades mayores que la sustitución de unos términos por otros, puesto que supone que se introduzca un nuevo género gramatical que, para integrarse a la gramática de nuestra lengua, deberá cumplir algunas reglas. Pero que su adquisición tenga dificultades mayores, bien podría ser compensado por el impulso que le proporciona el interés político que despiertan estas propuestas.

EN CONTRA
Por José María Gil, Investigador Independiente en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP)

El así llamado “lenguaje inclusivo” es la planificación de un cambio morfológico que visibiliza de forma creativa el justo reclamo de la igualdad de género. Sin embargo, la planificación de ese cambio pasa por alto la evidencia lingüística e incurre en prejuicios que no sólo son incompatibles con dicha evidencia, sino que además pueden alimentar hipótesis clasistas o aun racistas. En lo referido a la evidencia lingüística, carece de fundamento la idea de que un cambio en la morfología (el uso de “e” para evocar “género indistinto”) pueda promover un cambio conceptual. Además, el uso de este cambio morfológico se circunscribe a hablantes altamente escolarizados, razón por la cual el “lenguaje inclusivo” termina siendo paradójicamente elitista. En relación con los prejuicios que alimenta, el “lenguaje inclusivo” cae en la falsa y peligrosa hipótesis del determinismo lingüístico, según la cual el léxico y la gramática de la lengua que hablamos crea una trama de hierro para los pensamientos que elaboramos.

Desde luego, a lo largo de la historia ha habido una gran cantidad de casos de planificación lingüística, desde la adopción de una lengua nacional hasta cambios ortográficos muy puntuales. Con todo, la justa idea de reivindicar grupos oprimidos o estigmatizados por lo general se encuadra en proyectos amplios que tienen en cuenta a la comunidad de habla en su conjunto. Por ejemplo, la modernización léxica del quechua trata de evitar los préstamos del castellano o el inglés. Entonces, se crean palabras nuevas a partir de la morfología quechua, lo cual permite valorar la identidad lingüística y cultural de sus hablantes.

Es muy comprensible que el debate en torno al “lenguaje inclusivo” se dé en este momento histórico particular porque hay un reclamo mayoritario y legítimo a favor no sólo de la igualdad de género, sino también a favor de la igualdad y de la libertad individual como valores supremos.

Me animo a creer que este debate es una de las tantas expresiones de una sociedad que se va haciendo cada vez más plural y más libre, hasta que ya no haga falta escudarse en un cambio morfológico para promover valores igualitarios y democráticos. La promoción de esos valores requiere cambios en el pensamiento de las personas, los cuales son mucho más complejos y vastos que un cambio premeditado en la morfología nominal.

jueves, 14 de marzo de 2019

"Los genitales no siempre son binarios"


Diana Maffía es doctora en filosofía (UBA), docente de grado y posgrado en UBA y en otras Universidades nacionales e internacionales, además de Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (UBA). Fundadora de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (1994 al presente) y de la Asociación Argentina de Mujeres en Filosofía (1987-1991), dirigió proyectos de investigación, tesis de doctorado y maestría. Por otra parte, publicó varios libros y es autora de numerosos artículos. Se desempeñó como Defensora Adjunta del Pueblo (1998-2003) y como Diputada, ambas en CABA (2007-2011), siendo distinguida cada año con el premio “El Parlamentario” por su labor legislativa. Desde 2012 dirige el Observatorio de Género en la Justicia dependiente del Consejo de la Magistratura de CABA. El pasado 9 de marzo, publicó la siguiente columna en el diario Perfil.

El lenguaje inclusivo y la "ideología de género"

En la sección Ideas del domingo 3, Patricia Nigro escribió una interesante nota titulada “Diez motivos por los que no conviene usar (todavía) el lenguaje inclusivo”. Los decálogos tienen siempre un encanto particular, parece que allí se encerraran todas las verdades. No puedo aquí analizar cada motivo, pero quiero decir que coincido en algo fundamental: el uso generalizado de la “e” no es la única manera ni la más virtuosa para incluir a los múltiples sujetos hablados por la lengua. Solo que no llamo “lenguaje inclusivo” únicamente a ese uso, por cierto muy reciente, sino al esfuerzo que el feminismo reclama y realiza desde hace más de cuatro décadas para impugnar el uso del masculino como excluyente en algunos casos y universal en otros, dejando al contexto y a la guillotina resolver las ambigüedades (lo de la guillotina lo conté en otra ocasión a propósito de Olympia de Gouges). El “todavía” del título de la nota sugiere que tengamos paciencia, que no forcemos los cambios, que se van a ir dando naturalmente desde la sociedad hacia las academias acompañando los cambios de la realidad. Pero los cambios en la realidad no se dan naturalmente, porque los lugares sociales y la ampliación de derechos no son naturales sino políticos. Y por eso el feminismo plantea como parte de su práctica para cambiar la cultura patriarcal una política del lenguaje y del nombrar.

Las mujeres, desde niñas, debemos aprender las condiciones pragmáticas de uso del “todos”, del “niños”, del “hombres” para saber cuándo nos incluye y cuándo no. Esa herramienta no la da la gramática. Imaginemos ahora la infancia de alguien que no se identifica ni con “niño” ni con “niña” y no encuentra palabra para nombrarse... El lenguaje merece pensarse desde una perspectiva atenta a esta inclusividad. Si se acepta esta necesidad, discutamos entonces las herramientas apropiadas. Al final de su nota, Nigro da un excelente repertorio de herramientas que no requieren usar la “e” ni otros mecanismos rechazados por no lingüísticos (como la @) o por ilegibles (como la x). Buenos recursos para incluir el femenino, pero algunos insuficientes para la diversidad de género.

Al hablar precisamente de la inclusión de la diversidad, Nigro habla de ideología de género. ¿Dónde residiría esa “ideología” cuyo avance pervierte el idioma? Lo que hoy se llama “ideología de género” y se impugna desde ciertas posiciones que se presumen no ideológicas es la disociación entre el sexo biológico, el género subjetivo, el rol de género, la orientación sexual y las prácticas sexuales, entre otras características difíciles de aceptar desde el binarismo. Pero esta ruptura del binarismo tiene su raíz precisamente en los cuerpos. Esta diversidad se considera amenazante para un alineamiento de los cuerpos, las identidades y los deseos, y de una práctica de la sexualidad que conduzca a la reproducción, normativa regida por “la naturaleza” según se pretende. Desde este estallido ideológico en la conceptualización de las sexualidades se apura un cambio radical en el lenguaje que al nombrar no indique ninguna restricción específica sobre la asignación de sentido a las corporalidades diversas. Nigro en cambio recomienda comprensión y respeto, pero sostiene que “todos estos casos no requieren de ningún lenguaje inclusivo”.

Los genitales no siempre son binarios, los cromosomas no siempre son binarios, los cuerpos y géneros admiten enorme diversidad de expresiones. Y entonces el lenguaje sí importa, la atribución de género marcado o no marcado sí importa, hacer visible lo que no era nombrado es muy relevante, y si la columna vertebral de la gramática solo admite binarismos, deberá ser cambiada.

miércoles, 13 de marzo de 2019

En Francia, por ahora, no va a poder ser

Primer Ministro francés Édouard Philippe

La noticia es muy vieja, pero sus ecos nos llegaron asordinados, por lo que vale la pena reiterarla. Se anuncia en un suelto de eldiario.es, publicado en España el 23 de noviembre de 2017. Allí, en la bajada de la nota, se lee: “La Academia francesa de la Lengua ya se había posicionado en contra, calificando el uso del pronombre neutro como una ‘aberración inclusiva’”.

El Gobierno francés prohíbe
el lenguaje inclusivo en sus textos oficiales

El primer ministro francés, Édouard Philippe, ordenó la prohibición esta semana del llamado “lenguaje inclusivo” en los textos oficiales, contra el que ya se había alzado la Academia de la Lengua. En la circular, el jefe del Ejecutivo invita a rechazar ese tipo de escritura, que incorpora un sufijo femenino en un sustantivo masculino, en favor de una mejor comprensión del contenido.

“Más allá del respeto del formalismo propio de las actas de naturaleza jurídica, las administraciones dependientes del Estado deben adecuarse a las reglas gramaticales y sintácticas, principalmente por razones de inteligibilidad y de claridad”, apunta. La única excepción será la relacionada con la publicación de convocatorias públicas de empleo, donde sí se incluirá el masculino y el femenino para evitar caer en una preferencia de género.

El lenguaje inclusivo había sido defendido en Francia en círculos feministas, para quienes el lenguaje masculino no es neutro e implica una “invisibilización” de las mujeres. La publicación de un manual escolar el pasado marzo en el que por primera vez se optaba por ese tipo de escritura considerada “no sexista” puso de nuevo en el foco mediático las reivindicaciones de esos grupos.

La Academia francesa de la Lengua, no obstante, se posicionó claramente en contra en un comunicado difundido a finales de octubre. Sus 40 miembros, los llamados inmortales, alertaron de que “ante esta aberración 'inclusiva', la lengua francesa se encuentra ahora en peligro mortal y nuestra nación es, desde hoy, responsable ante las generaciones futuras”.

“Si ya es difícil aprender una lengua, ¿qué sucederá si en su uso se añaden los sufijos alterados?”, denunció esa institución, fundada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por el mantenimiento de la lengua francesa.

martes, 12 de marzo de 2019

¿Será capaz la RAE de echar el lastre por la borda?

Espejito, espejito, ¿quién es ese ganso que me mira?




La noticia fue publicada por el diario barcelonés La Vanguardia y, el pasado 5 de marzo, reproducida por Clarín, de Buenos Aires. Aparentemente, el partido español Podemos no quiere que las instituciones que no tengan paridad de varones y mujeres reciban dinero público. Y en la Real Academia, de los 46 sillones posibles sólo 8 están ocupados por mujeres. Por eso, en virtud del historial del plagiario Arturo Pérez Reverte, le piden que ceda su sillón para que lo ocupe una mujer. ¿Será ese un comienzo para que la institución recupere algo de su hipotética dignidad?

A poner las barbas en remojo

El partido político español Podemos incluirá en su programa electoral de las elecciones generales del 28 de abril una propuesta para hacer obligatoria la paridad en los órganos de dirección de las instituciones y entes públicos, o que dependan de financiación pública, en un máximo de cuatro años, que conlleva la retirada de subvenciones en caso de incumplimiento.

Para ilustrar su medida, el partido ha puesto de ejemplo la Real Academia Española de la Lengua (RAE), con “solamente ocho puestos femeninos de un total de cuarenta y seis en sus sillones de decisión”, y ha hecho un llamamiento al escritor Arturo Pérez-Reverte para que empiece dando ejemplo y se plantee ceder su puesto a una mujer.

“Veíamos este fin de semana que el señor Pérez-Reverte tenía una reunión con escritoras, con mujeres. Lo animamos a que si ya está entendiendo que las mujeres tienen que entrar en los espacios de decisión, se plantee dejarles su sitio y el de sus compañeros a las mujeres, que creo que tenemos también mucho que aportar al lenguaje”, ha asegurado la coportavoz de Podemos, Noelia Vera.

En concreto, Vera ha explicado que su medida pasa por hacer obligatorias las “recomendaciones” que ya se incluyen en la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, y en dar un plazo de cuatro años para su cumplimiento. “Ahora no se están cumpliendo porque son recomendaciones y las cuestiones de la paridad no se toman muy en serio”, ha señalado Vera, tras poner de ejemplo de incumplimientos el Tribunal Supremo o el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

En el caso de los incumplimientos que perduren pasado ese plazo de cuatro años, Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos, ha dicho que su propuesta planteará que esos organismos “dejen de recibir dinero público”. “Porque España es un país feminista” y las instituciones tienen que estar a la altura de lo que es nuestro país”.

“La RAE, que recibe 1,6 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado que no se sabe muy bien de dónde salen, digo yo que si no fueran capaces de cumplir un una obligación como la paridad, entonces habría que plantearse si esas subvenciones se las merece o no”, ha enfatizado Vera.

Podemos ha querido poner sobre la mesa esta medida precisamente esta semana, con motivo del Día la Mujer que se celebrará el viernes 8 de marzo, para reivindicar el “país feminista” que defenderán en las elecciones generales del 28 de abril, frente a los que quiere “volver al pasado”, en referencia PP, Ciudadanos y Vox.

“Se trata de una propuesta de cara a las elecciones generales que busca reclamar la paridad no como una recomendación sino como una obligación que tiene recoger el sentir feminista, mediante el cual las mueres decimos que tenemos que tener presencia en los espacios de toma de decisiones”, ha asegurado Vera.