martes, 7 de abril de 2020

Una encuesta para traductores de poesía (XII)

Décimo segundo día de la encuesta para traductores de poesía.


J. Kates
Traductor de Aigerim Tazhi, Nikolai Baitov, Genrikh Sapgir y Jean-Pierre Rosnay, entre muchos otros poetas.

1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Llevo traduciendo poesía desde que escribo. Siempre he supuesto que la traducción es sólo parte del proceso de lectura y escritura. Una educación temprana en el antiguo currículo clásico latino, donde la traducción era una herramienta de enseñanza primaria, me introdujo en la práctica real. Sigo pensando que la traducción literaria es una disciplina útil e incluso necesaria para cualquiera que se tome en serio la escritura.

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Traduzco a los poetas que leo. La mayoría de mis traducciones publicadas fueron de poetas vivos cuya obra conocí a través de los poetas mismos o leyéndolos, a menudo por casualidad. Cuando era estudiante en París, entré por casualidad en el Club des Poètes y allí conocí a Jean-Pierre Rosnay tanto en persona como a través de su obra, y lo sigo traduciendo diez años después de su muerte. Me presentaron Tatiana Shcherbina, la primera poeta rusa que traduje, y ella me dio su trabajo. Mikhail Aizenberg fue el segundo poeta ruso que traduje. Me lo presentó un editor que quería poemas para una antología. Otro tanto me pasó con igual que el poeta kazajo Aigerim Tazhi, cuyo trabajo he convertido en un libro. A la poeta española Alicia Aza la conocí en una conferencia de escritores en Serbia. Mi introducción a la poesía latinoamericana llegó a través de Stephen A. Sadow, un amigo de la escuela, quien llegó a ser un erudito de la literatura latinoamericana y con quien, instigado por él, he colaborado traduciendo a muchos poetas judíos latinoamericanos.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
No voy a publicar mis traducciones con ningún editor que no me ofrezca pagar al menos algo. Para las revistas, eso puede ser tan poco como un ejemplar para el colaborador. Para la publicación de libros, no hay una tarifa fija, pero las regalías se dividen 50/50 entre el poeta original y yo. Siendo realistas, por supuesto, prácticamente no hay dinero que venga de la traducción literaria.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Como editor, le ofrezco a nuestros traductores y escritores un pago por adelantado (generalmente U$S 500 a cada uno) contra regalías del 8 al 10% de las ventas.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?

Como traductor, no he recibido subsidios de otros países, aunque como editor algunos de los libros han sido apoyados por instituciones culturales coreanas, rumanas y polacas. Como traductor individual, recibí dos importantes subvenciones del U. S. National Endowment for the Arts.


Inés Garland
Traductora de Tiffany Atkinson y Sharon Olds.

1)  ¿Por qué razón traduce poesía?
Porque de alguna extraña manera es como desarmar algo para ver cómo funciona. Porque puedo, de otra extraña manera, convertirme en escritores que admiro, ser anfitriona en mi lengua de maneras de decir que me abren puertas. Porque no debe haber mejor manera de conocer una escritura ajena que traduciéndola. Porque no recae sobre mí la angustia de no saber para dónde va la escritura. Porque puedo hacerlo hasta en los días en los que mi estado de ánimo no me dejaría sentarme a escribir. Y porque siento la necesidad de compartir lo que a mí me despierta pasión, admiración, lo que me conmueve, lo que me enseña maneras posibles. También por voracidad, por inconsciencia, por voluntad de hacer y de conocer y de salirme de un modo de estar en la vida para entrar en otro modo de estar en la vida.

2)  ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Las primeras traducciones las propuse yo. Ahora, a veces propongo yo y a veces me proponen. A veces acepto, a veces no. No puedo traducir a un autor que no me toca especialmente. Traduzco poesía narrativa.

3)  ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
En general la paga me parece menor al trabajo que implican las traducciones. Yo recurro a los valores que da la AATI para evaluar si la paga está por debajo de lo que estipulan. Muchas veces lo está.

4)  ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
A veces sí, a veces no. Fui aprendiendo a negociar a medida que mis traducciones tuvieron una buena recepción. También he tomado la decisión de traducir autores sin tener una editorial interesada y sabiendo que una vez hecho el trabajo, voy a estar en desventaja a la hora de discutir honorarios.

5)  ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Sí, no los recibo, pero trato de averiguar. Con la traducción de Mavis Gallant, arreglé un precio de traducción que se modificaría si conseguíamos el subsidio. Y lo conseguimos.

Ana Franco Ortuño
Traductora de Tom Chivers, Pierre-Yves Soucy y Pierre Alféri. T



1)¿Por qué razón traduce poesía?
Me gusta observar sus desajustes o sus privilegios entre una lengua y otra, cómo cambian, por ejemplo, las imágenes, la musicalidad, los signos o las marcas culturales. Observar lo que decidimos mantener de un texto.

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Por influencia de mis amigos traductores, que la aman tanto y la discuten apasionadamente. Y sí, soy yo quien propone al autor, aunque alguna vez recibo encargos.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Nunca me pagaron por traducir.

4)¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
No soy una traductora profesional, así que, no.

5)¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
No las conozco y no recibo subsidios.

lunes, 6 de abril de 2020

Una encuesta para traductores de poesía (XI)

Décimo primer día de la encuesta para traductores de poesía.


Elisa Díaz Castelo
Traductora de Ocean Vuong, entre otros poetas de lengua inglesa.  


1) ¿Por qué razón traduce poesía?
 Traduzco poesía porque me permite habitar el poema de un modo distinto. Cuando traduzco, siento que el poema revela una serie de capas geológicas que quizá son invisibles para el lector: su aparente linealidad adquiere cuerpo y espesor y el texto se revela no como una línea recta que uno recorre de inicio a fin sino como una habitación de cuatro paredes en la cual el traductor puede morar, dilatarse, y alargar su estancia durante días y noches.

 2)  ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
 Empecé a trabajar en traducción poco después de terminar la carrera. Fue el primer empleo remunerado que conseguí. Unos años después, empecé a traducir poesía por gusto, por el deseo de paladear en mi propio idioma poemas escritos en inglés que me habían fascinado, inquietado, o que intuía que respondían a métodos de composición ajenos a los míos. Si bien algunas revistas me contactan para traducir ensayo y narrativa, en lo que se refiere a poesía siempre he sido yo la que ha tenido que buscar editoriales interesadas.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
 No lo sé. En general ellas hacen una propuesta y yo una contra propuesta. En prosa es mucho más sencillo: se suele establecer una tarifa a partir de parámetros fijos como la cuartilla o el número de caracteres. Los parámetros en la traducción de poesía, al menos en mi experiencia, parecen ser más inciertos y volátiles y depender del capricho de las editoriales o de lo que ellas estén dispuestas a pagar. Y, como traduzco poesía por gusto antes que por trabajo,  suelo aceptar tarifas más bajas de las que aceptaría si de prosa se tratara.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
 Hace poco me incorporé a AMETLI, una asociación mexicana que agrupa y vincula a traductores literarios y defiende sus derechos. Debido a que los traductores solemos trabajar desde casa es más difícil formar una comunidad y comunicarnos, tanto para pedir consejos como para estar al tanto de editoriales que no pagan y así protegernos entre nosotros. La iniciativa de AMETLI me parece necesaria e importantísima en este tipo de gremios que se encuentran atomizados y subestimados.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Sí estoy al tanto de programas estatales de subsidios para la traducción en México, pero aún no los he pedido.

Andrés Ehrenhaus
Traductor de Shakespeare, Edgar Allan Poe y Dylan Thomas, entre muchos otros poetas de lengua inglesa.


1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Siempre traduje poesía, incluso antes de dedicarme profesionalmente a la traducción. Me atrae justamente la pérdida aparente que se produce en el proceso, y el vértigo de la ganancia: de pronto, algo que era impenetrable para muchos se vuelve traslúcido, casi transparente. Poco a poco, casi sin quererlo, me fui especializando y ahora casi traduzco más poesía que prosa y, desde luego, con mucha mayor satisfacción. Es un trabajo minucioso y delicado, como de relojero antiguo, de copista de códices, y más para alguien convencido, como yo, de que en la fidelidad a la forma está el sentido y nunca al revés. Traducir poesía es, además, un ejercicio excelente de austeridad, economía de gestos y rigor sonoro que ayuda a mejorar también la traducción de prosa. 

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
En la mayoría de los casos llegué a través de un encargo. Prácticamente todos los poetas a los que he traducido me fueron propuestos por diversas editoriales y formaban parte de un proyecto previo en el que pocas veces intervine. En alguna ocasión la propuesta fue mía, pero curiosamente o tal vez no tanto, el proyecto no siempre se materializó. De modo que, en mi caso, la iniciativa es del editor y la decisión, mía. De todos modos, yo trabajo en muchos poemas y poetas por mi cuenta, a modo de gimnasia diaria o porque el reto me resulta especialmente atrevido y gratificante; esos poemas son como un experimento abierto, inacabado, siempre revisable y revisado. Lo hago como quien sale a correr o disfruta cocinando.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
El criterio de las editoriales es simple, casi chabacano: la poesía no vende; ergo, la paga es frugal, mínima, penosa, miserable. La valoración concreta depende de cuánto hayan esquilmado a los traductores de poesía anteriores (uno incluido) y el argumento final es que “es lo que se paga” y que “incluso hemos sido generosos en tu caso”. Por generosidad entienden que se le hace un favor al traductor de poesía, sobre todo cuando traduce a un clásico o a un poeta famoso, porque su nombre relucirá más al lado –o debajo– de otro tanto más ilustre. Desde mi punto de vista, se comete un crimen agravado por la alevosía y la premeditación: quien gana prestigio es la editorial, el traductor se muere de hambre.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Sin duda, peleo como gato panza arriba. Si no consigo mejorar la tarifa, el porcentaje de royalties y otros aspectos del contrato, al menos reparto algún rasguño. Además, mi mensaje es siempre colectivo: no me están maltratando a mí sino a la profesión en general y a la edición de poesía en particular. Hasta que no se pague el trabajo en relación al tremendo esfuerzo que implica (sin falsas pretensiones ni reclamos imposibles) no podemos ni debemos bajar los brazos. Si las editoriales quieren publicar poesía, y no hay duda de que quieren hacerlo, que paguen como corresponda.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Sí, conozco unas cuantas y alguna vez, cuando el autor y la lengua entraban en el ámbito de esas ayudas o subsidios, las recibí, directa o –casi siempre– indirectamente. Son un paliativo pero de ningún modo la solución al problema. La solución pasa por que los editores dejen de lado el discurso de la nula comerciabilidad de la poesía y asuman que la publican por otros motivos, de manera que la lógica retributiva no debe responder a criterios de mercado sino de prestigio y de trabajo especializado.

Pedro Ignacio Vicuña
Traductor de Giorgos Seferis y Odyssea Elytis, entre muchos otros poetas griegos. 




1)¿Por qué razón traduce poesía?
Creo que no hay sólo una razón. En algunos casos la motivación ha sido absolutamente personal: saber cómo suena un poema que me entusiasma por la riqueza de sus imágenes, o por los juegos semánticos, por ejemplo, en mi lengua materna. Otras veces la motivación es la convicción (errada quizás) de que esa determinada forma de pararse ante el mundo tiene que ser conocida por otros que no tienen cómo hacerlo si es que no es traducida, a veces traduzco a partir de la idea de que es necesario conocer otras creaciones que no pertenecen al ámbito de nuestra lengua. En la mayoría de los casos, me surge traducir la poesía que me gusta, la que me sobrecoge, la que siento emparentada con mi modo de percibir el mundo o que me revela algo que desconocía o apenas intuía. En fin, son muchas y diversas las razones y, quizás, en el fondo, inexplicables.

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
En parte propongo yo al autor, por las razones dichas anteriormente; en otras ocasiones me solicitan hacer algunas traducciones para antologías. Como, en general, traduzco poesía desde el griego, la demanda editorial es poca y hago muchos esfuerzos por encontrar donde publicarlas.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Es un criterio variable, depende del origen del impulso por publicar. En algunos casos el criterio es el de los precios por cuartilla que se pagan en el país de origen, cuando la traducción es solicitada desde ese lugar; la mayoría de las veces es por concepto del porcentaje de ventas, reales o estimativas. En Chile, el universo de la traducción es precario y, muchas veces, las traducciones no se valoran en el volumen de trabajo que implican.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Las posibilidades de hacerlo son más bien escasas, especialmente en lo que se refiere a la traducción del griego, porque el interés concreto es, más bien, escaso.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Conozco las políticas de subsidio a la traducción de algunos países, pero no en profundidad. Conozco la que hubo en Grecia hasta antes de la crisis y conozco la de Chile que depende del Fondo del Libro, siempre mediada por una editorial. 

viernes, 3 de abril de 2020

Una encuesta para traductores de poesía (X)


Décimo día de la encuesta para traductores de poesía.

Nuno Júdice
Traductor de Pablo Neruda y Álvaro Mutis, entre muchos otros autores.



1)¿Por qué razón traduce poesía?
Normalmente no traduzco a menos que tenga una solicitud, lo que ha estado sucediendo especialmente con poetas españoles y latinoamericanos. Sin embargo, participé durante una década en seminarios de traducción colectiva en el Palácio de Mateus, en los que poetas extranjeros trabajaron con un grupo de poetas portugueses para lograr, al cabo de unos días, una pequeña antología de su trabajo. Esos seminarios, que habían sido interrumpidos por algún tiempo, comenzaron de nuevo el año pasado y continuarán.

2)¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Como mencioné, estas traducciones generalmente son el resultado de un pedido pagado por el editor o por programas de soporte de traducción. Cuando traduje a Pablo Neruda, obviamente era una obra que tenía un público garantizado y por eso el editor no necesitaba apoyo: pero para traducir una antología de poesía colombiana, o a Álvaro Mutis, o incluso a Luis García Montero, se necesitó el apoyo de los países de esos poetas, a través de instituciones como el Instituto Cervantes o Conaculta, dado que no se garantizaba que los editores pudieran financiar ese encargo.

3)¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Es muy arbitrario, y como no tengo, ni sé si existe, una tabla para las traducciones de poesía, no creo que se pueda tener un valor fijo. Éste depende casi siempre de la cantidad de dinero que obtengan las embajadas.

4)¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
No porque traduzco por placer y no vivo de la traducción.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienenmuchos países del mundo? ¿Los recibe?
No. Soy un mal ejemplo porque, como mencioné, traduzco a partir de pedidos puntuales y prefiero dedicar el tiempo que tengo a mi propia poesía, aunque la traducción es a menudo un estímulo para encontrar nuevos caminos y temas.


Jan de Jager
Traductor de Ezra Pound y de un gran corpus de poesía neerlandesa.




1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Empecé traduciendo poesía como ejercicio de estilo, para mejorar mi comprensión de los recursos de la poesía, viendo cómo trasladarlos a otro idioma. Después, también empecé a incorporar traducciones a mis propios libros, “antologizando” y a veces interviniendo la traducción. 

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Es muy variable. Un proyecto mío importante, la traducción de los Cantos de Ezra Pound, fue por mi cuenta y riesgo. Otras traducciones, para antologías o festivales, pueden darse por encargo. Pero en general, en poesía, digamos que no traduzco lo que no me inspira. (Para eso están las traducciones legales... estatutos, certificados de defunción, fallos judiciales etc...). En la actualidad estoy traduciendo a e.e.cummings, toda su poesía, y esto surgió por propuesta de una editorial. Pero aparte estoy traduciendo a Safo, y a Nathaniel Mackey, totalmente por cuenta propia. 

3)  ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Es un criterio muy aleatorio. Las editoriales a veces reciben un subsidio de un fondo, y en ese caso corresponde al traductor una tarifa fijada por ese fondo. En otros casos, es un porcentaje (ínfimo) de las ventas, por ejemplo 1,5%. Si tenemos en cuenta que las ventas de libros de poesía son relativamente exiguas, la paga no cubre ni los gastos de papel y tinta. 

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
A veces uno intenta negociar, pero en general es una batalla perdida. Puede sonar muy derrotista pero “se paga con prestigio”, “por el honor”, “es una vocación, no una profesión”. Una huelga de traductores de poesía sería como una huelga de jubilados. 

5)  ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Conozco los subsidios del Fondo Neerlandés y del Fondo Flamenco (belga) de literatura. A veces he recibido pagos subsidiados por esos fondos. 

Richard Gwyn
Traductor de Joaquín O. Giannuzzi, Jorge Fondebrider y de la monumental antología The Other Tiger, dedicada a los últimos cincuenta años de la poesía hispanoamericana. 


1)¿Por qué razón traduce poesía?
Porque me agrada y me brinda la oportunidad de ejercer mis facultades creativas y críticas sin provocar la ansiedad y la confusión que a veces me causa escribir mi propia poesía. Me gusta la naturaleza de resolución de problemas de la traducción, y disfruto el desafío de encontrar, en mi propio idioma, una música correspondiente a la ofrecida en el poema original.

2)¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Solo traduzco poesía por iniciativa propia. Me aburriría muy rápidamente traduciendo trabajos que no me gustaran o con los que no pudiera empatizar. Me doy cuenta de que esto es un lujo, pero, una vez más, no traduzco poesía por dinero, así que siento que tengo el derecho de elegir lo que traduzco. Si me gusta y admiro el trabajo de un poeta, sugeriré la publicación a un editor. A veces aceptan publicar, y a veces no lo hacen, pero hasta ahora he tenido una buena tasa de éxito.

3)¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
No tengo idea. Parece ser bastante aleatorio.

4)¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Lo haría si hubiera dónde hacerlo, pero en este momento no siento que tenga suficiente influencia con los editores como para pedir más dinero. Las ventas tampoco son suficientes para exigirlo.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
En el pasado, pude solicitar subvenciones para traducir trabajos de autores de ese país determinado (por ejemplo, el Programa Sur, de Argentina). Como no he estado buscando subvenciones recientemente, no podría decir cuál es la disponibilidad actual. 

jueves, 2 de abril de 2020

Una encuesta para traductores de poesía (IX)


Gerardo Lewin
Traductor de un inmenso corpus de poesía en lengua hebrea. Administra el blog de traducción de poesía hebrea http://decantasion.blogspot.com/


1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Empecé a traducir poesía del idioma hebreo porque sentí (en mi total ignorancia) que había una carencia, un vacío que si bien no podía llenar, por lo menos podía señalar: la ausencia traducciones de buena poesía hebrea (casi valdría decir: israelí - aunque no esto no sea cien por cien así). Después pude descubrir que (obviamente) hubo antecesores y maestros mucho más que dignos, de los cuales Eliahu Toker es el nombre que inmediatamente aparece en mi cabeza. El afán de traducir poesía hebrea viene también del amor a ambos idiomas, de los que la poesía es la expresión más alta: no sé si en pleno siglo XXI puede hablarse del “genio de una lengua”, pero es eso lo que intento transmitir. Traducir desde un idioma con características sintácticas, gramaticales y fónicas tan distintas y con un peso específico de una tradición tan arraigada supone el desafío adicional de no quedar “pegado” al original. ¿Qué modos distintos, nuevos y potentes puedo descubrir para no repetir aquello de “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”? No es una pregunta vana: ya en la fórmula plural “los cielos” (o “las aguas”) se da una subordinación demasiado obediente a la fuente “sacra” (shamayim, mayim) que para mí revela y resulta una tensión fascinante: cómo “atacar” un canon, un texto sagrado (y el hebreo tiende a sacralizarse a sí mismo) para volcarlo en un idioma moderno, comprensible pero que al mismo tiempo resuene con esos ecos arcaicos.

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Llego a la traducción de modo totalmente casual, no tengo entrenamiento universitario ni estudios relevantes de ningún tipo. Al ser un “bloguero” semi-salvaje, dispongo de total libertad para elegir al autor (el poema) que quiero traducir. En los últimos tiempos llegué a un acuerdo de intereses con una editorial española, con la cual espero poder editar una serie dedicada a poetas israelíes contemporáneos. Por lo menos en mi caso, la iniciativa ha sido –con muy breves y ocasionales excepciones– totalmente mía.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Se desprende del punto anterior que –excepto muy pocos casos– no recibo paga alguna por traducir poesía: lo hago porque quiero hacerlo y (permitime el lugar común) eso es pago suficiente. Distinto es el caso para encargos de traducciones literarias de otros géneros, para las cuales se aplica algún criterio fantasmal que alude al “mercado”, “lo que habitualmente pagamos” y la fuerza de negociación que uno pueda oponer. Supongo que al haberme especializado en un idioma poco común, el salario es proporcionalmente mayor.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Trato de generar mis propios proyectos, lo cual si bien no resulta en una mejora de remuneración sí aumenta el grado de satisfacción.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Sí, conozco y trato de apalancarme en estas políticas. En el caso de Israel, existe el Instituto para la Traducción de Literatura Hebrea (ITHL). Lamentablemente, las políticas culturales últimas de los gobiernos han significado una baja en la calidad y cantidad de proyectos. De cualquier modo, por lo menos en el caso del ITHL, el objetivo principal es la cuentística y novelística. No he logrado hacer hasta ahora llevar adelante proyectos que involucren poesía.


Dmitri Manin

1)¿Por qué razón traduce poesía?
Porque me gusta escribir poesía, pero no tengo nada que decir por mi cuenta. Porque cuando me gusta un poema, tengo ganas de compartirlo con los lectores en mi otro idioma. Porque traducir poesía es algo que puedo hacer, por alguna razón, mejor que la mayoría.

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Traduzco lo que me gusta, pero también traduzco cuando alguien necesita una traducción. Hace poco un editor se me acercó por primera vez con una propuesta de libro (inglés-ruso). Hasta ahora, la mayoría de mis publicaciones en libro se hicieron para colecciones y antologías, donde el compilador / editor ordenó que se tradujeran trabajos específicos.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
En las raras ocasiones en que me pagaron, fueron las tarifas estándar de la industria.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
No. Me alegro cuando lo que hago se publica. El dinero es secundario.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
No, nunca he oído hablar de eso.

Andrea Montoya
Traductora de Margaret Atwood, John Ashbery y Sylvia Plath, entre otros poetas. 

1)¿Por qué razón traduce poesía?
Traduzco poesía porque considero que quizás sea la forma más íntima de acercarse a un texto. 

2)  ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Llegué a la traducción por iniciativa propia, como una práctica hermenéutica para acceder al sentido del texto original. Hasta el momento he recibido encargos de parte de editoriales pero también he propuesto traducciones por iniciativa propia juntamente con otros traductores con los que traduzco también.

3)  ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
No tengo muy claro qué criterio consideran aunque sí me parece que influye mucho el reconocimiento del autor en cuestión, es decir, su potencial comercial.  

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Sí, en la medida en que se puedan negociar...

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Sí, conozco algunas. Todavía no he recibido ninguna, pero sí las he tramitado para poder beneficiarme de ellas.

miércoles, 1 de abril de 2020

Una encuesta para traductores de poesía (VIII)

Octavo día de la encuesta para traductores de poesía.


Roberto Mascaró
Traductor de Tomas Tranströmer, Jan Erik Vold y Ulf Eriksson, entre muchos otros poetas escandinavos.


1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Mi curiosidad por el texto escrito en otra lengua es fruto del deseo de acercarme más al texto original. En la traducción (que primero fue un ejercicio) descubrí que es posible dar vida a un texto escrito por otro, es decir “recrearlo”. Como no creo en el mito de la originalidad del escritor, me zambullí con alegría en ese proyecto. El resultado fue sentir que los textos que traduzco son en parte míos, y como enseña la tradición anglosajona, empecé a considerar la traducción como otro género literario. De manera que mi cosa es ser poeta pero también traductor de poesía. Son dos géneros que cultivo paralelamente. Practicando la traducción, surgen pronto preguntas en torno del género, sus dificultades y sus ventajas. Pronto, uno se enfrenta a una verdad indiscutible: sin traducción no sería posible la civilización. Basta con pensar en los textos fundamentales de Occidente y Oriente (la Biblia, el Corán, Las mil y una noches, etc. y toda la filosofía, desde los griegos y romanos hasta los autores contemporáneos), que no se hubiesen difundido de no haber existido la traducción y los traductores. Es un gigantesco cambio en la estructura cultural mundial. Toda poesía surge en principio enmarcada en una tradición cultural, pero la poesía moderna y contemporánea recibe el aporte de una enorme parte de la poesía universal. La globalización permite acceder a cada vez mayor cantidad de textos en sus versiones diversas, aunque las cuestiones y debates que implica esta actividad ha hecho posible una disciplina académica poco conocida: la traductología.

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Al principio, la traducción fue un ejercicio, ya que no tenía editor ni conocía el mundo de este género. Luego aparecieron los editores, y así fue como empecé a dar a conocer las obras de Tranströmer y de Jan Erik Vold, en Uruguay. Luego fundé una editorial propia, encuentros imaginarios, en la que fui publicando autores suecos, noruegos, suecofinlandeses y daneses. Luego fueron apareciendo los editores de España, Venezuela, Chile, Uruguay...y en eso estoy ahora, publicando en la editorial Silabario de Guatemala. Sigo siendo yo el que elige los autores, ya que el editor no puede hacerlo por no conocer las obra originales. De manera que sin quererlo he tenido que estar haciendo el papel de crítico e investigador, escribiendo prólogos y comentarios. De las 90 traducciones que he publicado, yo diría que en el 90% de los casos, el autor lo he elegido yo.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Los editores tienen criterios diversos en cuanto a la remuneración. Muchos intentan no pagar nada, ya que el traductor no es el autor y por lo tanto “no merece” pago. Otros, los más serios, entienden que es un trabajo (casi siempre más fatigoso que escribir el texto propio) y tratan de hacer justicia. Por suerte existen las agencias estatales de los países nórdicos que remuneran al traductor para difundir sus literaturas. Pero hay editores piratas que dirigen sellos “respetables” y se dedican a estafar a los traductores. Insólito pero verdadero.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Creo que los que podrían hacer algo para mejorar las condiciones del traductor son las asociaciones de traductores o de autores. En Suecia, país en el que resido, la asociación de escritores ha trabajado muchas décadas para que los derechos del traductor sean respetados.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Conozco los subsidios que existen en los países nórdicos, que es mi campo de trabajo casi exclusivo.


Carlos López Beltrán
Traductor de Matthew Sweeney y de la gran antología de poesía británica La generación del cordero (en colaboración con Pedro Serrano).


1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Por placer personal. Por hacer lecturas más ceñidas, hondas y emocionadas de los poemas que me gustan en otra lengua. Por ejercitar mi propias capacidad expresiva en español, y explorar el espacio de posibilidades que un poema abre sin que el ego esté ahí enmedio obstruyendo la claridad. Por compartir mis entusiasmos con lectores en mi lengua. 

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Casi siempre yo propongo. Mucha poesía no la traduzco para publicar sino como ejercicio. Alguna vez acepto propuestas, pero no suelo tener mucho tiempo. Quizá ahora que me jubile de la universidad acepte más.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Tienen tabuladores vagos. Ejercen su juicio idiosincráticamente. No les gusta pagar mucho por la poesía pues no se vende. Algunos editores creen que los traductores deberíamos hacerlo gratis, por la gloria póstuma.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Ahora no mucho. Darles lata a los editores cuando los tengo a tiro. Reconocer siempre a los traductores de los poemas que uso o leo.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
México desde hace unos años subsidia la traducción. Alguna vez recibí subsidio mexicano (FONCA) para traducir británicos. También recibí subsidio británico. Generosos ambos. Sobre proyecto determinado. Creo que hoy en día hay muchos más traductores y traducciones buenas que subsidios, lo cual es una pena. 

Silvana Franzetti
Traductora de Hilde Domin, Reiner Kunze, Monika Rinck y Volker Braun, entre otros poetas alemanes contemporáneos


1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Son tres las razones que me llevaron a traducir poesía y se fueron sumando a través del tiempo: la traducción como necesidad de lectura de poesía en lengua alemana; la traducción como profundización en la propia práctica de escritura poética y la traducción como uno de los compromisos de difusión de poesía en el campo poético.

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
La iniciativa de las traducciones que se publican corre por mi cuenta, nunca recibí un encargo de traducción de poesía por parte de una editorial. En cambio, recibo pedidos puntuales de traducción de poemas sueltos para festivales internacionales o encuentros binacionales de poesía, por ejemplo.

3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Hasta el momento, la única vez que publiqué un libro de poesía traducido mediante una editorial —la mayor parte de mis traducciones se publican en revistas, festivales y blogs— fue mediante un subsidio a la traducción.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Por lo expuesto en el punto anterior, no tuve ocasión de actuar en relación con los honorarios que proponen las editoriales.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Estoy atenta a la información que publica el Instituto Goethe de Buenos Aires acerca de subsidios a la traducción de poesía en lengua alemana en Argentina y recibo con cierta regularidad información sobre becas para realizar residencias de traducción.