Así lo demuestra un cuadro colonial anónimo del siglo XVIII, pintado en lo que fue el Virreinato del Perú. Representa una santísima trinidad dos veces. Una de forma figurativa y otra de forma abstracta. ¿Será una duplicación innecesaria? No. En este caso se trata de machar el mensaje para que quede bien claro. El hombre con tres rostros vendría a ser dios. Sostiene ante sí un esquema donde sus tres caras hallan correspondencia lingüística: las palabras “padre”, “hijo”, “espíritu santo”, “dios” unidos por un verbo. El gráfico muestra además la imagen de María, de pie sobre “dios”, pero excluida de su rostro y también de sus nombres. Su ausencia en el lenguaje resume el principio de economía trinitaria por el cual se rige la RAE: la exclusión inclusiva de las mujeres. Por un lado, María es necesaria para que la trinidad exista, y por otro no tiene poder porque está excluida de ella. Llegó la hora de acabar con esta lógica y cortar esta vieja trenza. En palabras de Carmen Calvo: “No hemos llegado hasta aquí para hacer política de mujeres y para mujeres; estamos aquí para darle un giro a la democracia”.
martes, 31 de julio de 2018
"María es necesaria para que la trinidad exista"
Sonia
Abián (Posadas,
1966) es una artista plástica argentina. El siguiente texto, que incluyó en su
blog, debe leerse en el contexto de la entrada publicada en este blog el día de ayer. Se
refiere a la polémica surgida en España entre el idiota de Arturo Pérez Reverte
y Carmen Calvo, vicepresidente del Gobierno español, a propósito de la posibilidad
de modificar la Constitución española para dejar de lado el masculino universal en favor de un lenguaje más
inclusivo. Luego de que Calvo pidiera su opinión a la Real Academia, Pérez
Reverte reaccionó airadamente, amenazando con renunciar a la institución (información que puede ampliarse en la entrada de este blog correspondiente al 16 de julio pasado).
Mire el cuadro y diga: “en el nombre del
padre,
del hijo, del espíritu santo amén” ¿Quién
quedó sin nombrar?
El Sr. Pérez Reverte, escritor y
periodista, opina que el lenguaje inclusivo atenta contra el principio de
economía del lenguaje, y por ende contra la Real Academia Española,
institución que es una y trina como ya sabemos y de la cual es miembro. O
miembra. Considera que decir niños y niñas, en vez de solo niños, es
una”duplicación” del sustantivo innecesaria. Ha dado en el clavo. Porque la
propuesta presentada por la vicepresidenta del Gobierno para adecuar la Constitución
a un lenguaje inclusivo va de eso, de cambiar el principio de economía que rige
el lenguaje… y que tiene raíces teológicas.
Así lo demuestra un cuadro colonial anónimo del siglo XVIII, pintado en lo que fue el Virreinato del Perú. Representa una santísima trinidad dos veces. Una de forma figurativa y otra de forma abstracta. ¿Será una duplicación innecesaria? No. En este caso se trata de machar el mensaje para que quede bien claro. El hombre con tres rostros vendría a ser dios. Sostiene ante sí un esquema donde sus tres caras hallan correspondencia lingüística: las palabras “padre”, “hijo”, “espíritu santo”, “dios” unidos por un verbo. El gráfico muestra además la imagen de María, de pie sobre “dios”, pero excluida de su rostro y también de sus nombres. Su ausencia en el lenguaje resume el principio de economía trinitaria por el cual se rige la RAE: la exclusión inclusiva de las mujeres. Por un lado, María es necesaria para que la trinidad exista, y por otro no tiene poder porque está excluida de ella. Llegó la hora de acabar con esta lógica y cortar esta vieja trenza. En palabras de Carmen Calvo: “No hemos llegado hasta aquí para hacer política de mujeres y para mujeres; estamos aquí para darle un giro a la democracia”.
lunes, 30 de julio de 2018
"Evaluar el lenguaje de la Constitución en términos democráticos"
El 18 de
julio pasado, el diario español ABC dio cuenta de la polémica que se están
dando en la Península a propósito de la necesidad de adecuar la Constitución a
un lenguaje inclusivo. Por un lado, la vicepresidente Carmen Calvo (foto) impulsa esa
transformación. Por otro, la RAE la niega.
Así, la vicepresidenta ha explicado que la petición del informe le pareció «una deferencia obligada» a la RAE. «Se trata de evaluar el lenguaje de la Constitución en términos democráticos. Luego cada cual hace lo que quiere con sus declaraciones. Todos los grupos lo entendieron y consideré que la RAE era suficientemente importante para respetarla y pedirle asesoramiento», ha añadido.
Carmen
Calvo dice que la adecuación
de la Constitución al lenguaje inclusivo
se hará con o sin la RAE
de la Constitución al lenguaje inclusivo
se hará con o sin la RAE
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de la
Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Carmen Calvo, ha asegurado que el proceso de «adecuación»
de la Constitución española a un lenguaje «inclusivo» se hará
haya o no asesoramiento de la RAE.
«El masculino universal no engloba al femenino, hay que ir
cambiando cosas. Hay una parte de esta polémica que se me escapa. He pedido por
carta a la RAE que nos asesore. Si no hay asesoramiento de la RAE,
evidentemente continuaré con el proceso», ha señalado Calvo en una entrevista recogida por Europa Press a la Cadena Ser.
Así, la vicepresidenta ha explicado que la petición del informe le pareció «una deferencia obligada» a la RAE. «Se trata de evaluar el lenguaje de la Constitución en términos democráticos. Luego cada cual hace lo que quiere con sus declaraciones. Todos los grupos lo entendieron y consideré que la RAE era suficientemente importante para respetarla y pedirle asesoramiento», ha añadido.
En este sentido, ha reiterado que es «el momento» de que la Constitución española tenga un lenguaje
«respetuoso a ambos géneros». «Solo tiene un lenguaje masculino y
eso no se corresponde con una democracia desarrollada. Las mujeres no tenemos
por qué reconocernos en el masculino, que además es absoluto en la
Constitución», ha apuntado.
Así, Calvo ha defendido que el masculino «universal no engloba» al
femenino, por lo que entiende que «hay que ir cambiando cosas». Además,
la vicepresidenta ha resaltado, respecto al proceso que podría conllevar el
cambio del texto, que «no afecta al contenido» de la Constitución. «Eso se
planteará cuando se planteé», ha concluido.
Etiquetas:
Carmen Calvo,
Lenguaje inclusivo,
Políticas de la lengua,
RAE
viernes, 27 de julio de 2018
Enrique Winter escribe sobre Charles Bernstein
El poeta y traductor
chileno Enrique Winter envía desde
Bogotá su columna para el Club de
Traductores Literarios de Buenos Aires. Trata sobre algunos de los problemas que
le planteó la traducción de Charles Bernstein (foto; 1950), poeta, ensayista, editor y
académico estadounidense.
¿Todo
esto parece muy cerebral para la poesía?
La crítica Marjorie Perloff
señala, a propósito del poema “Disrafia” de Charles Bernstein, que este explota
alegremente figuras retóricas tales como los juegos de palabras, las anáforas,
epístrofes, metátesis, epigramas, anagramas y neologismos para crear una red
continua de palabras reconstituidas. No es una exageración extender esta
observación a buena parte de la obra del estadounidense y, por cierto, a mi
traducción, que intenta reproducirlas. El ejercicio consistió en trasvasar un
idioma nuevo a uno viejo para que también se volviera nuevo. Además, y a
diferencia del castellano, en el inglés es natural que los verbos actúen como
sustantivos y viceversa sin cambiar una sola letra, incluso como adjetivos,
licencia que Bernstein utiliza habitualmente. Hubo, por esto, algunos juegos
que se perdieron, y confío en que la responsabilidad sea a lo menos compartida
entre los límites de nuestro idioma y los míos.
Bernstein recurre a términos
polisémicos desde los que se aventuran interpretaciones ambiguas al multiplicarse
con los demás términos que los rodean. Intenté mantener la amplitud de
probabilidades, incluso agregando algunas cuando me pareció pertinente. La
primera vez que le pregunté al autor si quería decir una cosa u otra en un
verso fue para “hankeringafterfrozen (prose) ambiance / (ambivalence)”. Me
respondió que ambas y encima me dio dos más, y a las cuatro lecturas posibles
que ofrecía conscientemente, agregó un par de definiciones y su interés por
mantener determinadas aliteraciones, errores forzados y una opción que yo le
había dado, distinta de las que él había previsto. Por supuesto, nunca más le
pregunté un detalle, hasta que terminé una versión íntegra del libro; pero me
quedó entonces claro que las variables en juego eran muchas más, y con engaños,
de las que había previsto.
Bernstein presenta situaciones
polisémicas no solo en base a cada palabra escrita, sino a las que no lo están
y tienden a leerse de corrido. En algunos casos debí alterar levemente el
sentido para mantener esta intención de los poetas del lenguaje. Así sucede,
por ejemplo, en la extraña sintaxis de “When in tentsorfamilies in comparative”
–verso que en “La niña torte” es parte de una serie de fingidas faltas de
sentido o al menos de conectores, efecto que deseo reproducir en castellano– en
que “in tents” significa literalmente “en carpas”, pero se lee como “intents”
(propósitos), que está fuera de su campo semántico. En su traducción “Cuando en
tiendas o familias en comparada”, si bien se leen las literales tiendas de
campaña, el desplazamiento hacia la posible imagen de tiendas comerciales me
parece justificado para mantener la doble lectura en que lo que no está ahí,
“entiendas”, sea lo que se lea, por costumbre. Un deber político de la poesía
es notarla, denotarla y, caso a caso, desplazarla. Lamentablemente hubo casos
en que no fue posible, como con “commonfork” (tenedor común) que en inglés
evoca de inmediato al tópico “common folk” (gente común) y –dado que el poema
original se llama “Social pork”– a “commonpork”, es decir, a “puerco común”,
que habría remitido exitosamente a “pueblo común”, pero que nada tiene que ver
con el tenedor que de veras está escrito ahí.
De todos modos, fueron contadas
las excepciones en que tuve que optar por uno u otro sentido, por ejemplo, entre
los cinco que aceptaba el contexto de “draft” en “Materias de regulación”,
ninguno de los cuales es ambiguo en castellano, o en “Realidad virtual”, donde
traduje “testiness / (testimony)” por “testarudez / (testimonio)”, consciente
de que lo primero significa (Bernstein jamás usaría esa palabra para esto,
diría tal vez “produce”) más precisamente “irritabilidad”, pero que debido al
ligero cambio de sentido mantiene un efecto más relevante: la relación
intuitiva de “testarudez” con “testimonio”, por su asimilación sonora o,
también en términos de Bernstein, su adyacencia. El universo de hastío sobre el
absurdo de las vacaciones familiares se transmite con ambos conceptos, en tanto
que las palabras dan cuenta de un universo propio, ajeno a sus referentes, como
prefiere el autor. De sumo interés resulta comparar las estrategias de este
poema con las de “Al mar” de Philip Larkin, para abarcar una misma sensación
temática.
Considero que fueron menos los
casos en que los modismos y las frases hechas no hallaron un cauce literal o
figurado en castellano, como “No / pudiste escapar de donde / las papas queman”
para “You / couldn’tfindyourway / out of a blanchedpotato”. La preferencia en
tales situaciones fue conservar la imagen y el concepto, para que este último no
perdiera materialidad, como en “Nutshells”, que traduje como “Resúmenes,
cáscaras de nuez”. Debido a que Bernstein trabaja con los lugares comunes del
lenguaje del poder y este es ejercido mundialmente desde su lengua, país y
hasta ciudad, no sorprende que en la traducción nos encontremos con discursos
que ya hemos escuchado en castellano de parte de los gobernantes, empresarios y
medios de prensa de nuestros países.
Bernstein también inventa
palabras, escribe a veces por fuera de las fronteras del idioma. Rara vez las
palabras que usa significan aquello para lo que normalmente las usamos. Las
dobla, las hace hacer. Repliqué el uso de neologismos y esa posibilidad más
extendida en su lengua y en otras germánicas de unir palabras, además de
asimetrías tales como adjetivar plurales en singular. De igual modo mantuve las
erratas deliberadas y omití los artículos y preposiciones que el autor omitió,
pero solo en los casos en que el inglés lo obligaba a usarlos. En síntesis, lo
que es raro en el original lo es también en la versión en castellano.
Por otra parte, en los poemas en
que el autor usó los pies clásicos del inglés repliqué el gesto con el metro
castellano. Pero Bernstein también aquí juega en varios planos y, una vez
descubierto el soneto sin estrofas ni rima, se esconde de nuevo al modificar
verso a verso los pies a medida que uno se acostumbra a ellos. Es decir, cambia
los acentos internos, generando disonancias que incluso en un plano solamente
rítmico nos llama a sacarnos las telarañas de lo que creemos que es poesía en
el territorio devaluado del verso clásico. Pretendo que en la versión en
castellano se produzca un efecto equivalente. Así, por ejemplo, en “El horno
está apagado”, traducido en eneasílabos y endecasílabos, opté por un comienzo
en falso como los de Bernstein, acentuando los primeros cuatro versos en la
quinta sílaba –lo que les da un ritmo coherente solo a ellos– que sumo al de la
octava en los tres siguientes hasta que el oído esté ya entregado al territorio
más conocido del verso clásico, en que traduje el resto del poema salvo la
palabra que lo “frena”. El quiebre se produce, como en el inglés, con el
sintagma “En suma”. ¿Es esto forzado? No, responde a ciertas maneras naturales
de decir lo que el original evoca.
En otros poemas de formalidad
compositiva, del estilo de “En un mundo agitado como este”, Bernstein favorece
distintos aspectos del lenguaje sin alterar ni el patrón rítmico ni la
presentación, ampliación y reflexión que quiebra lo expuesto hacia una
conclusión emotiva, propias de cada estrofa del soneto. En ellos fui fiel a que
los cinco pies yámbicos con que lo adoptó la tradición anglosajona se
convirtieran con comodidad en los endecasílabos acentuados en cuarta y octava
sílabas o en sexta, con que el castellano lo hizo suyo desde el siglo XV hasta
nuestros días.
Por supuesto que hay poemas
traducidos en verso libre, empezando por aquellos que ni tienen versos y por
los de respiración suelta, que a través de las variaciones se vuelve sostenida,
en algunos poemas largos como “Materias de regulación”. En estos casos el
referente seguido fue el de la oralidad en sus archivos de audio. Lo anterior
no implica descuidar los cambios de velocidades de poemas también extensos como
“Blanco inmóvil”, que traduje primeramente en metro, el cual luego acumula
material a la manera de un aluvión hacia el verso libre, y “Abuso de
sustancias”, que, aunque varía sus acentuaciones internas de acuerdo con la
misma respiración, traduje de forma íntegra en metro, lo que creo favorece su
tono personal.
En general, allí donde hay rima,
aliteración o cacofonía en el original, la hay en la traducción, con leves
adaptaciones del contenido, porque cuando Bernstein las usa hace esta misma
adaptación, propia de la relación de la rima con el inconsciente. Aquella, como
los demás factores mencionados, fue considerada en tanto principio, y por ello
sopesada con los demás, caso a caso, sin que ninguno tuviera un peso absoluto.
En “shellackedreminisces, sheets of firmness,
straightgrapefruit&mocks&splits, pity, mercy” de “Mi vida de mónada”,
por ejemplo, las aliteraciones van generando un sentido aparte del enunciado,
de modo que las “sheets” pueden sentirse retroactivamente en “shellacked”, que
es una antigua unión entre esa palabra y “lacked”. En castellano no tenemos esa
juntura ni ese sonido, que pareciera llamarnos al silencio, pero se puede
representar otra aliteración, y con ella el efecto retroactivo, por vía sonora,
con “láminas” y “lacadas”, y haciendo rimar “reminiscencias” con “firmeza”. La
enumeración en apariencia arbitraria que le sigue –con un ritmo marcado por
monosílabos que en castellano requieren varios sonidos más– puede atarse de
otro modo, en este caso, por las aliteraciones que permiten algunas de sus
opciones de traducción literales, y que, sin estar en el original, son aquellas
por las que opté: “pomelo & parodias & partes, pena, piedad”.
Mecanismos similares de desplazamiento entre figuras poéticas de cada idioma
con el objetivo de replicar los efectos sonoros y semánticos del original, incluidas
sus metáforas extendidas, pueden encontrarse en muchas de estas versiones. En
la mayoría de los casos no fue necesario cambiar de figura, sino solo de sonido
madre, como en el caso de la aliteración y rima presentes en “Trina, topa,
troca” respecto del verso “Swish, swash, swap”, y en buena parte del poema
“Disrafia”, que consagra, según los críticos, la adyacencia sonora en el
proyecto de Bernstein.
¿Todo esto parece muy cerebral
para la poesía? Sí, parece. Luego Bernstein hace reír y también emociona. De
sobra. Me preocupé de que eso sucediera en castellano. Me imagino que
consciente de estas dificultades, quizás cómplices de la demora de la
disponibilidad de su poesía en nuestra lengua, el autor me escribió que usara
sus poemas solo como trampolín para mis propias versiones. No le hice caso,
como el perro al que le sacan la correa y vuelve solito a casa. A una cada vez
más amplia.
jueves, 26 de julio de 2018
A través del CNL, información sobre candidaturas para la École de Traduction Littéraire
En el último Newsletter del Centre Nationale du Livre, se informa que acaba de lanzarse el llamado a candidaturas para la promoción 2019 (a partir del 12 de enero de 2019) de la ETL (École de Traduction Littéraire), que dirige Olivier Mannoni.
Para informarse qué es la ETL, cuáles son las condiciones para acceder a ella, qué exigen a los postulantes y cuáles pueden ser los obstáculos en el oficio de traductor, se recomienda leer la entrevista con el director que se encuentra en el site du CNL
Fecha límite para la entrega de candidaturas: 1ero. de octubre de 2018.
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Olivier Mannoni,
Servicios para el traductor
miércoles, 25 de julio de 2018
La editorial Ampersand visita el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires
Surgida hace 12 años para publicar libros sobre la historia de los libros y la lectura, Ampersand es una idea que tuvo Ana Mosqueda, su directora, y que ahora comparte Diego Erlan, su editor en jefe. De eso y de un montón de otras cosas hablaron ambos en su visita al Club de Traductores Literarios de Buenso Aires del día de ayer. Y de paso, los asistentes tuvieron a oportunidad de enterarse sobre el muy puntilloso sistema de elección de traductores que trabajan para la editorial y de la manera en que ésta les ofrece un marco y un código editorial, como en las antiguas editoriales, antes de que las manejaran administradores de empresas y peritos en marketing.
El video del encuentro puede verse en el siguiente vínculo:
https://www.youtube.com/watch?v=mfjuTs7eLEE
https://www.youtube.com/watch?v=mfjuTs7eLEE
Ana Mosqueda es doctora en
Historia de la Cultura Escrita por la Universidad de Alcalá de Henares
(España). Editora y licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires
(Argentina); y docente de la carrera de Edición por la Facultad de Filosofía y
letras, Universidad de Buenos Aires. Es la directora editorial de Ampersand, ha
publicado artículos y reseñas en distintas revistas académicas y es coautora
del libro colectivo Cruces y perspectivas de la cultura escrita en la
Argentina. Historia de la edición, el libro y la lectura (Buenos
Aires, Universidad de Buenos Aires, 2013).
martes, 24 de julio de 2018
"La lengua (en su morfología) no es fácil de cambiar"
Santiago Kalinowski (foto) es el director del Departamento
de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de
Letras. En un reciente debate en el Canal de la Ciudad, expuso sus puntos de
vista sobre el llamado “lenguaje inclusivo”. En su boletín, la AAL recogió sus
palabras y, a la vez, ofreció el vínculo con la entrada de youtube de esa
emisión. Todo se transcribe a continuación.
“Esto aún no es
un fenómeno lingüístico”
El director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la AAL (DILyF), Santiago
Kalinowski, fue parte de una reciente emisión del programa “Hoy Nos Toca a la
Mañana”, que conducen Diego Morán, Jason Mayne y Mariana Merlo de lunes a
viernes de 10 a 12 por el Canal de la Ciudad.
Junto a Lisa Kerner (foto),
directora de la Casa Brandon, el Dr. Kalinowski fue invitado al estudio para
hablar del lenguaje inclusivo y si es un fenómeno que llegó para quedarse.
Dando a conocer que la Academia ha recibido últimamente muchas consultas acerca
del tema de la comunidad en general y de los medios en particular, el director
del DILyF dijo que “son fórmulas
que buscan la intervención del discurso público en el contexto de una lucha
política, con el objetivo de echar luz sobre una situación de
desigualdad en la sociedad” y que provocan toma de conciencia en las personas.
Sobre el uso de la “e” para
instalar el género neutro en palabras que, de acuerdo a la gramática española,
llevan “o” y son de masculino genérico, Kalinowski afirmó que “son recursos
discursivos extraordinariamente potentes que están al servicio de la corrección
de una injusticia”. Aunque, advirtió, “está
claro que esto todavía no es un fenómeno lingüístico (un cambio en el
uso de la lengua que se da inconscientemente). Y lo ves en la vacilación:
aparece una fórmula, después se cambia por otra. Lo que refleja que es un
esfuerzo consciente de intervención del discurso público. Pertenece al ámbito
de la retórica, porque busca un efecto en el auditorio y busca modificar la
realidad […]. El ámbito de circulación del lenguaje inclusivo es la lengua en
su estado público y en ámbitos sociales muy restringidos. Cuando uno está en la
intimidad de la casa, vuelve a usar la gramática”.
Sobre la no
pronunciación oficial de la Academia Argentina de Letras sobre el asunto,
aclaró: “Es
preferible lo que hizo la Academia Argentina de Letras, una institución que
entiende en temas lingüísticos, de no pronunciarse por un tema que es
esencialmente la formulación discursiva que asume una lucha política. Intervenir en esto, aunque sea con argumentos
lingüísticos, sería intervenir políticamente”.
En un intento de alertar
sobre lo difícil que será que esto se transforme en un cambio lingüístico real,
Kalinowski dijo: “La lengua (en su morfología) no es fácil de
cambiar. Desde el punto de vista de los cambios necesarios en la
reestructuración del género gramatical, esto es de una dimensión que no tiene
comparación. Significaría generar morfología, modificar toda la estructura de
pronombres y tocar la semántica y reglas gramaticales que ya están instaladas
mentalmente en todos los hablantes […]. Para que algo se interiorice y se
codifique como gramática es el algo que tiene que ocurrir en el flujo de cambio
y de adaptación de una lengua que tiene 500 millones de hablantes”.
El siguiente vínculo lleva
al video del programa en cuestión:
https://www.youtube.com/watch?v=ZDbh32epMj4&t=0s&index=24&list=PLLCEZP5bI-uRkWwJ_N4bzf87K8uuCRWw2
lunes, 23 de julio de 2018
Franciso Moreno-Fernández piensa mejor que la institución a la que pertenece
El 23 de junio pasado,
Franciso Moreno-Fernández, director ejecutivo del Observatorio
de la lengua española del Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard y
catedrático de la Universidad de Alcalá, escribió el siguiente
artículo en la edición del New York Times
en castellano. Resulta interesante en él ver que quien firma el artículo forma parte del Instituto Cervantes y denuncia la idea decimonónica de igualar lengua y nación. ¿No es eso lo que hace España con el castellano cuando lo adscribe a la risible "marca España"? ¿Y no es ésa la política que defiende el Insituto Cervantes?
La represión lingüística del español
en Estados Unidos
en Estados Unidos
CAMBRIDGE,
Massachusetts.
“Speak English. This is America”. Estas son las palabras con las que un abogado de Manhattan reclamó al dueño de un restaurante para que sus empleados hablaran en inglés, y no en español. Son palabras que condensan una idea arraigada en buena parte de los estadounidenses y que justificó las sospechas de un agente fronterizo, en Montana, para detener a dos mujeres que hablaban en español.
“Speak English. This is America”. Estas son las palabras con las que un abogado de Manhattan reclamó al dueño de un restaurante para que sus empleados hablaran en inglés, y no en español. Son palabras que condensan una idea arraigada en buena parte de los estadounidenses y que justificó las sospechas de un agente fronterizo, en Montana, para detener a dos mujeres que hablaban en español.
Es la misma idea que llevó a una maestra en Nueva
Jersey a decirles a sus estudiantes, que
hablaban español, que en Estados Unidos se luchaba por defender el derecho de
hablar americano, porque nada hay más natural que darle a una
lengua el nombre del país en que se habla.
Las actitudes intolerantes son contagiosas y estos
sucesos –irreflexivos y hasta violentos– reflejan que estamos viviendo una
escalada de racismo, quizás provocada por el discurso del presidente Donald
Trump. En lo que se refiere al español, las ideas e intenciones de Trump
quedaron claras desde el inicio de su mandato: con el falso pretexto de su
reorganización estructural, se suprimió la versión en español de
la página web de la Casa Blanca. Es inevitable ver la alineación de Trump con
el movimiento de English Only, que
busca el uso excluyente y exclusivo del inglés en Estados Unidos.
Pero la idea del inglés como única lengua de Estados
Unidos y las discriminaciones subsecuentes no se iniciaron con el ascenso de
Trump y su atrabiliaria política cultural. Los californianos ya las sufrieron
hace siglo y medio, cuando la fiebre del oro llevó hacia el Oeste a miles de
anglohablantes que utilizaron el idioma como fundamento para reclamar derechos
sobre una tierra que no era suya. Y las sufrieron los novomexicanos y texanos a
los que hace un siglo se humillaba por hablar mal.
Uno de los casos de represión del español más
delirantes en la historia de Estados Unidos fue el promovido desde la escuela
Blackwell, en el sur de Texas, a principios del siglo pasado. Los alumnos del
instituto habitaban un territorio tradicionalmente hispanohablante, pero el
gobierno local quiso que abandonaran totalmente su idioma materno, el español,
en beneficio del inglés. Como parte de una estrategia represora, los alumnos se
vieron obligados a escribir “We will not speak Spanish”
en un papel que debía depositarse en una caja con forma de ataúd. Una vez
lleno, se organizó un funeral para “Mr. Spanish” y se ofició un entierro en
presencia de toda la escuela.
La historia universal ofrece un amplio muestrario de
premeditada represión social sobre determinadas lenguas, de manipulación de su
estatus, de prohibición de su uso. Las formas de represión lingüística son muy
variadas en sutileza y abarcan desde la coerción cotidiana en las familias o
los barrios, hasta la prohibición de enseñar en la escuela alguna lengua.
Puede hablarse de represión lingüística cuando
se ordena quemar libros en un
idioma, como hicieron las fuerzas soviéticas con obras escritas en
estonio en la Universidad Tartu de Estonia en los años cuarenta; cuando se
obliga a los niños a cargar piedras por hablar la lengua de su familia, como
ocurrió en el País Vasco español durante el franquismo; cuando a
los alumnos que no hacen un uso adecuado u oportuno de la lengua debida se les
prohíbe ir al baño o se les pega con una regla, como ocurría en Las Cruces,
Nuevo México en los años setenta.
Esto ocurre acaso por una idea que se desarrolló
durante el romanticismo nacionalista del siglo XIX que iguala lengua y nación.
Si en el mundo existen unas seis mil lenguas y unos doscientos países, basta un
simple cálculo para entender la ubicuidad del bilingüismo. Por ello, la
búsqueda de una correspondencia absoluta entre una nación con una sola lengua
solo ha traído tribulaciones a la humanidad: no hay nada más natural en los
pueblos del mundo que la coexistencia de lenguas.
Michael J. Sandel, premio Princesa de Asturias de Ciencias
Sociales de este año, ha
reflexionado sobre cómo los derechos individuales no pueden sacrificarse en
nombre del bien común. El Estado no debería imponer un modo de vida preferible,
sino dejar que los ciudadanos elijan sus valores y fines, sin perjuicio de la
libertad de los demás. Y uno de los derechos individuales más arraigados es
usar la lengua propia en la comunicación personal. Así lo demuestran los 50 millones de
hispanohablantes en Estados Unidos.
Por su parte, el filósofo coreano Byung-Chul Han
propone una imagen que bien puede aplicarse a la actual represión del español
en ciertos sectores de Estados Unidos: la expulsión de lo distinto. Nuestras
sociedades están exhibiendo una veneración tan intensa a lo igual que
las lleva a considerar su plenitud solo en lo idéntico: cuando las conductas
están unificadas, las ideas se parecen y las lenguas se asemejan. En caso
contrario solo cabe una salida: la expulsión. De ahí que muchos de los
estadounidenses que exigen el uso público y privado del inglés están
reivindicando mucho más que la lengua de un país: están demandando el uso de “la lengua del mundo”,
la lengua, por tanto, en la que “todos” deberíamos igualarnos, especialmente
los inmigrantes, los otros, los distintos. Aunque se podría observar que los
distintos en Estados Unidos tienen la segunda lengua materna más hablada del mundo por número de
hablantes, después del mandarín.
No importa la rica y longeva historia hispana de
Estados Unidos (en 2016, los hispanos eran el 18 por ciento de la población
estadounidense); no importa ser distinto en un país fundado por distintos.
En los Estados Unidos de Donald Trump la única consecuencia de la discordancia
parece ser la expulsión. Pero el hecho es que la diversidad, especialmente la
lingüística, es un factor de identidad que no obliga a la renuncia de
proyectos comunes. Por eso la diversidad se tiene que defender en América, en
el continente entero.
viernes, 20 de julio de 2018
"El Tiempo de la traducción es el Ahora"
Le llegó el turno a Andrés Ehrenhaus, quien nos envía desde
Barcelona una columna para el blog del Club
de Traductores Literarios de Buenos Aires. Suma una opinión a la discusión
sobre el lenguaje inclusivo.
Esperando
la e
Primero me causó
gracia. Como un chiste inesperado, que uno recibe con sorpresa y buen humor.
Después me puse serio. O me pusieron. El tema es importante y yo comparto la
preocupación y el fastidio por el sexismo en el lenguaje, soterrado o no, que
resulta especialmente álgido en el caso del genérico masculino en castellano. Decidí
saltar, por tanto, la barrera del chascarrillo e informarme acerca de la
propuesta, sus fundamentos, su aplicación. El marco general lo conozco, así
como otras iniciativas más o menos felices, más o menos consolidadas, más o
menos ingeniosas, cuyo empleo empieza a extenderse con diversa suerte. Por
ejemplo, el uso sistemático de ambos géneros en las apelaciones colectivas
(todos y todas) o la femenización de voces masculinas o neutras (presidenta,
miembra) y viceversa. En cambio, la idea de introducir una vocal casi virgen de
sexualidad como la e ahí donde la o y la a resultan tajantes me agarró, como ya
dije, desprevenido y con una sonrisita idiota en los labios. Pero salí del
chiste. Me puse a leer. Atendí las argumentaciones. Que son variadas e
interesantes. Y las empecé a discutir conmigo mismo.
En general, en todos
los casos, incluso cuando se defiende el uso tradicional del genérico con mayor
o menor conciencia culpógena, el argumento básico que esgrimen los defensores
de las diversas propuestas (y a veces también los detractores) es el de la
ingobernabilidad del habla. Los actores culturales afanosos y relativamente
conscientes podemos probar mil torceduras con la lengua y tratar de que las
formas impuestas se aproximen a nuestros deseos o fantasías, pero el uso
cotidiano, popular, incesante, imperioso y radical que hacemos los hablantes en
todas las direcciones posibles suele poner las cosas en su sitio o, cuando
menos, en un sitio, no siempre halagüeño. Con esa vara de medir en la mano,
tanto los prosélitos de la e como sus censuradores agitan el aire de los foros
de lingüismo inclusivo o como se llame, llevándonos finalmente al corral común
de la costumbre general: el Tiempo dirá. A ver cuál propuesta sucumbe, cuál
permanece, y qué intereses (económicos, de clase, etc.) subyacen a cada una.
Todo bien con el
Tiempo. Pero yo soy traductor. No puedo esperar a que pase el Tiempo para
entregar mi trabajo; en primer lugar porque no sé a cuánto tiempo equivale el
Tiempo; en segundo lugar porque el Tiempo de la traducción es el Ahora. El
traductor traduce ahora, no en el futuro. Ese ahora puede retrasarse, incluso
hasta tocar casi el ahora de la obra original, pero nunca adelantarse. Es una
regla de oro de la traducción que, entre otras cosas, hace posible que exista.
La tarea de adelantarse a su Ahora le corresponde, en todo caso, al autor. El
traductor es autor de una obra derivada, ergo posterior, de otra. Y nunca al
revés. De modo que yo, como todos los traductores, tenemos que saber a qué
ahora lingüístico y gramatical atenernos, en qué ahora de la lengua nos
embarcamos. Sobre todo porque las obras que traducimos llevan su ahora cosido
como una etiqueta indeleble, pues pertenecen a un Tiempo que ya pasó; si
nosotros las traducimos a un Tiempo que aún no existe, ¿de qué lengua nos
hacemos responsables? ¿Y a qué lectores apelamos?
De
acuerdo, como traductores podemos (¡y debemos!) tomar decisiones políticas.
Podemos elegir nuestro ahora y decidir que, al menos en nuestras traducciones,
nos ceñiremos a una de las tantas propuestas de desexualización genérica
circulantes, se hayan consolidado o no (o sea, no). Podemos hacerlo, por qué
no, siempre y cuando entendamos el alcance –literario en este caso– de nuestra
decisión política, y entendamos también que estamos optando por una vía aún no
consolidada ni en la lengua (gramáticas al uso, autoridades) ni en el habla
(hoy en día nadie hace un uso cotidiano consuetudinario y rigurosamente
estricto de las variantes, excepción hecha de algunos círculos que militan una
puesta en práctica más bien endógena de, por ejemplo, el genérico femenino
universal o la duplicación inclusiva). Es decir, podemos decantarnos por un
ahora utópico que, en el mejor de los casos, trasladará todas sus dudas,
incoherencias y soluciones intempestivas a un texto que a priori ni las tenía
ni las prefigura benjaminianamente. Nuestra traducción será, en consecuencia,
una obra derivada de otra que no existe del todo salvo en esa utopía
lingüística que esperamos que el Tiempo confirme. Nuestra traducción sonará más
o menos así:
«Te refugias en le prójime, al tratar de escapar de ti
misme y pretender declarar este como une cualidad; sin embargo a mi no me
engaña tu desprendimiento. Le 'tú' es le precursore de le 'yo'; le 'tu' está
santificade, sin embargo no aún le 'yo'. De estemodelepersone va solícitamente
hacia le prójime».
Es un fragmento del Zaratustra de Nietzsche tomado al azar,
sin el menor ánimo de broma. Una obra escrita entre 1883 y 1885. Para no
ponernos pesados ni ensañarnos con lo obvio, digamos que la propuesta de e-traducción no sólo no borra las marcas
genéricas sino que las potencia mediante un elemento –la parodia– que el texto
no contiene. En cierto modo, es como si Nietzsche se riera de lo que, 100 años
después, Perecpodría hacerle a su texto. Y es justamente ese eco de cavernosas
y fantasmagóricas carcajadas lo que desbarata nuestra concienzuda e-traducción.
Sin mencionar ese otro eco aún más corrosivo, por inmediato y populachero, de
las chirigotas en e, o en o, o en i…
De modo que, después
de darle la vuelta, volví a la gracia. Por serio que me ponga, la variante de
la e me sigue pareciendo un chiste, culterano o vulgar, da igual. Para quien
vive en Catalunya, además, suena a como se habla en Lleida o el Levante. Y para
el oído universal, una especie de esperanto perezoso. En lo que a mí respecta,
la e-traducción está más que descartada.
jueves, 19 de julio de 2018
"La primera argentina en ganar el premio estadounidense que honra el legado literario de Shirley Jackson"
Con fecha del día de ayer, Daniel Gigena publicó el siguiente
artículo en el diario La Nación, de
la Argentina, donde se habla de un nuevo premio para la escritora argentina Samanta Schweblin, esta vez por una
traducción al inglés.
Samanta Schweblin fue premiada en Estados
Unidos
Un nuevo reconocimiento internacional
se suma a la obra de la escritora argentina residente en Berlín Samanta
Schweblin (Buenos Aires, 1978). Su novela Distancia
de rescate, publicada en 2014 en la Argentina, obtuvo el premio Shirley
Jackson en la categoría de novela corta. Traducida al inglés por Megan
McDowell, la novela de Schweblin fue rebautizada Fever
Dream y cuenta la historia de una madre y sus hijos en un ambiente
rural que se ha transformado en un escenario de "pesadilla
agrotóxica", producto de la contaminación, aunque también la novela fue
leída como una reformulación original de los cuentos de fantasmas. La autora es
la primera argentina en ganar el premio estadounidense que honra el legado
literario de Shirley Jackson.
Pero no es la primera vez que Fever
Dream compitió por un premio internacional. El año pasado, integró la
lista de los finalistas del Man Booker Prize International, que finalmente ganó
el escritor israelí David Grossman. Este año, su novela se impuso a otras
firmadas por Tade Thompson y Stephen Graham Jones, entre otros. La obra de
Schweblin compartió el premio con The
Lost Daughter Collective, de la escritora estadounidense Lindsey Drager.
Desde Alemania, donde vive desde hace seis años, la autora dijo a La
Nación: "Hay algo todavía más especial que ganarse un premio
literario, y eso es ganarse uno que lleva el nombre de una de mis autoras
norteamericanas preferidas". Shirley Jackson (1916-1965) es una escritora
de relatos de horror y ciencia ficción; en su obra, la extrañeza cubre la
atmósfera de las historias de manera inadvertida. "Fue una alegría inmensa
recibir esta noticia y se sintió como un mimo de la propia Jackson, o así me
gusta pensarlo", dijo Schweblin. "Ahora tocan días de muchos nervios,
de los nervios lindos, porque estoy cerrando un nuevo libro. Es una novela, y
saldrá en los primeros días de octubre", anticipó.
miércoles, 18 de julio de 2018
Un volumen que reúne poesía y prosa de Allen Ginsberg, en traducción al castellano
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De izquierda a derecha, el poeta Michael McClure, Bob Dylan y Allen Ginsberg |
Ícono de la Generación Beat, se trató de una figura pública y conocida por mucha gente, aunque no necesariamente leída: sus Collected Poems, editados por primera vez en sus Estados Unidos natales en 1988, en una edición de 10.000 ejemplares, tardaron una década en agotarse, en un país de más de 225 millones de habitantes, lo cual, de algún modo, estaría hablando, no tanto de Ginsberg, como del interés de sus compatriotas por la poesía.
Traducido en todo el mundo a las más diversas lenguas, en castellano, desde mediados de la década de 1960 en adelante, abundaron sus ediciones a uno y otro lado del Atlántico. Poemas suyos como "Howl" o "Kaddish" forman parte ya del patrimonio de nuestra lengua, lo cual no implica que no sigan abundando nuevas versiones.
Ginsberg esencial, recientemente distribuido en la Argentina por Riverside, es un volumen con edición e introducción del escritor, biógrafo y editor Michael Schumacher, publicado por la Editorial Anagrama. Se trata de una gran antología de 510 páginas que, además de algunos de los poemas principales, traducidos por el chileno Rodrigo Olavarría (Puerto Montt, 1979), incluye, de manera novedosa, una serie de ensayos, diarios, entrevistas, correspondencia y otros, traducidos por el narrador español Andrés Barba (Madrid, 1975).
martes, 17 de julio de 2018
Si están bien traducidas y con crema, mejor
Ben Molar, fue el nombre
artístico de Moisés Smolarchik Brenner (1915-2015), un productor
musical y promotor artístico argentino, entre cuyos varios logros se suele mencionar la difusión de
figuras como Maurice Chevalier, Los 5 Latinos y Las Trillizas de Oro (cuyo
mérito principal fue ser trillizas idénticas, tener cabello rubio y, vestidas
todas con idéntica ropa, hacerle los coros al malvado Julio Iglesias), además
de numerosos otros artistas de diversos géneros.
Entre sus méritos también hay que mencionar que a él se le debe la instauración, todos los primeros de diciembre,
del Día Nacional del Tango. Y también
que es su responsabilidad, en 1966, la grabación de 14 con el tango, un disco donde unió las palabras de Jorge Luis
Borges, Manuel Mujica Láinez, Leopoldo Marechal, Ernesto Sábato, etc. con la
música de Astor Piazzolla, Aníbal Troilo, Atilio Stamponi, etc, y obras de los
pintores Raquel Forner, Carlos Alonso y Raúl Soldi, etc.
Además de lo dicho, Ben Molar fue dueño de
Fermata, un sello discográfico y también una editora musical para la cual,
además de publicar sus propios tangos, boleros y otras canciones –escribió más
de 1.000–, “tradujo” canciones de Neil Sedaka, Paul Anka, Bill Halley y,
fundamentalmente, The Beatles.
Entre los numerosos ejemplos de esta labor, se
ofrece a continuación la “traducción”, de “Strawberry Fields Forever”, tema de John
Lennon, editado en 1967, en un simple que, en la otra cara tenía la canción "Penny Lane".
El original es éste:
Let me take you
down
'Cause I'm going to strawberry fields
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever
'Cause I'm going to strawberry fields
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever
Living is easy
with eyes closed
Misunderstanding all you see
It's getting hard to be someone
But it all works out
It doesn't matter much to me
Misunderstanding all you see
It's getting hard to be someone
But it all works out
It doesn't matter much to me
Let me take you
down
'Cause I'm going to strawberry fields.
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever
'Cause I'm going to strawberry fields.
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever
No one I think
is in my tree
I mean, it must be high or low
That is, you can't, you know, tune in
But it's all right
That is, I think it's not too bad
I mean, it must be high or low
That is, you can't, you know, tune in
But it's all right
That is, I think it's not too bad
Let me take you
down
'Cause I'm going to strawberry fields
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever
'Cause I'm going to strawberry fields
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever
Always, no
sometimes, think it's me
But you know I know when it's a dream
I think I know I mean a yes
But you know I know when it's a dream
I think I know I mean a yes
But it’s all
wrong
That is I think
disagree
Let me take you down
'Cause I'm going to strawberry fields
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever
Strawberry fields forever
Strawberry fields forever
'Cause I'm going to strawberry fields
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever
Strawberry fields forever
Strawberry fields forever
Y ahora la version de Ben Molar,
aclarándoles a los lectores no sudamericanos que en esta parte del mundo strawberry
es frutilla, reservándose el término “fresa” para todo “instrumento de
movimiento circular con una serie de cuchillas cortantes para abrir agujeros o
labrar metales”, como, por ejemplo, la punta metálica que se emplea en los tornos industriales y en los de los dentistas.
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lunes, 16 de julio de 2018
Aunque se ría, el plagiario Arturo Pérez Reverte es cada vez más una caricatura de sí mismo
![]() |
No es Karlos Arguiñano |
Arturo Pérez-Reverte dejará
la RAE si se cambia
la redacción de la
Constitución por un lenguaje inclusivo
"Tiene usted mi palabra". Breve y directa ha
sido la respuesta del escritor y académico Arturo Pérez-Reverte a
los comentarios de un usuario de Twitter que
aseguraba que dejaría la Real Academia Española (RAE) si se cambiaba el
lenguaje de la Constitución por uno inclusivo. El creador del capitán Alatriste
ocupa en la actualidad el sillón T de la institución.
"Es un intento de domesticar la RAE. Cederán los académicos, tras intentar
suertes de esgrima desganada, algún bizantinismo apolillado. Solo Arturo
Pérez-Reverte, el viejo león, marchará dando un sonoro portazo. País de
cobardes", aseguraba el tuitero en
este hilo. Contactado por este diario, Pérez-Reverte ha ratificado
su posición y no ha querido hacer más comentarios, informa Juan Carlos Galindo.
La vicepresidenta Carmen
Calvo ha pedido esta semana a los académicos de la lengua un
informe que determine si la Constitución está redactada en un lenguaje que
refleje por igual la realidad de hombres y mujeres y qué fórmulas podrían
modificarlo en caso de que no sea así.
Durante una
comparecencia ante la Comisión de Igualdad en el Congreso de los Diputados el
pasado martes, en la que ha explicado las líneas generales de su departamento,
Calvo apuntó que "en cuanto" este informe esté terminado lo llevará
ante dicha comisión y también a la comisión constitucional. Según ha
manifestado, este estudio es "independiente" al análisis del
contenido de la Carta Magna y de abordar una reforma constitucional.
Calvo sostiene
que la redacción de la Constitución en masculino "se corresponde" con
una sociedad de "hace 40 años" y cree que "hablar en
masculino" traslada al cerebro solamente "imágenes masculinas".
En este sentido, ha recordado en la toma de posesión de los ministros y
ministras del Gobierno de Pedro Sánchez a muchas de ellas les "costó
trabajo prometer como ministros" precisamente porque son mujeres.
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