Según la noticia publicada por Sergio C. Fanjul en la edición del 11 de abril pasado del diario El País, de España, se acaba de presentar allí un volumen antológico de la obra de la poeta alemana Uljana Wolf (foto: Katja Zimmermann), cuya traducción estuvo a cargo de Vladimir García Morales.
La escritora que vive en los límites del lenguaje
Entre lo cotidiano y lo cerebral, retorciendo el lenguaje hasta sus límites, Uljana Wolf (Berlín, 1979) es una de las jóvenes poetas alemanas más notables. Vive a caballo entre Brooklyn y Berlín, pero esta semana ha expuesto sus versos al sol andaluz en el festival Cosmopoética, clausurado ayer en Córdoba. "Aunque aparentemente hay muchos temas en la superficie de mis poemas, la lengua es el centro de toda mi producción. El lenguaje como tema principal, su uso tanto en el aspecto político como en la descripción del mundo. Y no es que los poemas hablen sobre la lengua, sino con la lengua", explica la autora.
Wolf fue la poeta más joven en ganar el prestigioso premio Peter Huchel en 2006 con su primer libro Kochanie ich habe brot gekaulf (Konachie ha comprado el pan). El segundo fue Falsche freunde (Falsos amigos), publicado en 2009: "El primero es más tradicional; mientras que en el otro opto por la experimentación. He intentado un proceso integrador de todas las lenguas, crear una sola con todas ellas. Así trato de conseguir un extrañamiento ante mi propio alemán, que acaba resultando raro al propio lector. Es una técnica que enriquece el idioma".
Su obra no había sido traducida, exceptuando algunos poemas sueltos. Ahora la editorial cordobesa La Bella Varsovia ha publicado una antología titulada Fronteras del lenguaje, traducida por el investigador físico del caos Vladimir García Morales, de la universidad de Múnich. Se trata del primer libro traducido de Wolf, no solo al español sino a otros idioma. El título de la antología, que recuerda una idea del filósofo Ludwig Wittgenstein ("los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo"), fue elegido por el traductor: "El poema tiene una connotación y una denotación, y existe un roce áspero, entre ambos aspectos. Uljana se instala en esta frontera entre lo escrito y su significado", explica García Morales.
A pesar de la profundidad de su propuesta, los textos de Wolf no carecen de humor. En muchos utiliza lo cotidiano para elevarse, o sumergirse, en otras disquisiciones, como en el poema titulado Dust bunnies, dedicado a la pelusa que se forman en los zócalos de los pasillos. Gracias a la red, Wolf está muy atenta a la escena internacional. "Con Internet, los poetas tienen más poder para crear su propio mundo", cuenta. "Mientras que la prosa es una imagen de la realidad, la poesía pone en duda esa imagen e indaga en lo oculto, en lo tapado. Lo saca a la superficie, lo revela".
Wolf fue la poeta más joven en ganar el prestigioso premio Peter Huchel en 2006 con su primer libro Kochanie ich habe brot gekaulf (Konachie ha comprado el pan). El segundo fue Falsche freunde (Falsos amigos), publicado en 2009: "El primero es más tradicional; mientras que en el otro opto por la experimentación. He intentado un proceso integrador de todas las lenguas, crear una sola con todas ellas. Así trato de conseguir un extrañamiento ante mi propio alemán, que acaba resultando raro al propio lector. Es una técnica que enriquece el idioma".
Su obra no había sido traducida, exceptuando algunos poemas sueltos. Ahora la editorial cordobesa La Bella Varsovia ha publicado una antología titulada Fronteras del lenguaje, traducida por el investigador físico del caos Vladimir García Morales, de la universidad de Múnich. Se trata del primer libro traducido de Wolf, no solo al español sino a otros idioma. El título de la antología, que recuerda una idea del filósofo Ludwig Wittgenstein ("los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo"), fue elegido por el traductor: "El poema tiene una connotación y una denotación, y existe un roce áspero, entre ambos aspectos. Uljana se instala en esta frontera entre lo escrito y su significado", explica García Morales.
A pesar de la profundidad de su propuesta, los textos de Wolf no carecen de humor. En muchos utiliza lo cotidiano para elevarse, o sumergirse, en otras disquisiciones, como en el poema titulado Dust bunnies, dedicado a la pelusa que se forman en los zócalos de los pasillos. Gracias a la red, Wolf está muy atenta a la escena internacional. "Con Internet, los poetas tienen más poder para crear su propio mundo", cuenta. "Mientras que la prosa es una imagen de la realidad, la poesía pone en duda esa imagen e indaga en lo oculto, en lo tapado. Lo saca a la superficie, lo revela".
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