lunes, 30 de diciembre de 2024

Un resumen del año del Club de Traductores Literararios de Buenos Aires

Con Carlos Gamerro
Puestos a hacer un resumen del año, en 2024 retomamos nuestras sesiones presenciales después de un paréntesis de cuatro años. Las reuniones fueron en la librería El Jaúl, de Gascón 1355, C.A.B.A., propiedad de dos simpáticos y solidarios libreros costarricenses que hace algo más de un año se instalaron en la Argentina. Ellos se encargaron de grabar y filmar las sesiones y de subirlas a youtube y a la cuenta de la librería, mientras que nosotros lo hicimos en este mismo blog. Nuestros visitantes fueron los escritores y traductores Jan de Jager, Carlos Gamerro, Edgardo Scott, Matías Battistón y la directora teatral Irina Alonso e incluso hubo tiempo para rendir un merecido homenaje a José Luis Mangieri, poeta y editor de quien este año se celebró el centenario de su nacimiento. 

Hubo, a lo largo del año, dos temas de los cuales este blog se ocupó en permanencia. Por un lado, la crisis en el mundo del libro, motivada por las políticas gubernamentales que afectaron a editores, distribuidores y libreros, condicionando asimismo a los escritores y traductores. Resultado de políticas recesivas, fueron muchas las iniciativas sobre las que hemos hablado durante todos estos meses. 

El segundo tema, de alcances internacionales, ha sido la forma en que la Inteligencia Artificial ha ido afectando de manera creciente la labor de los traductores. Todo indica que el problema se ha instalado y que volveremos a él una y otra vez.

El Club de Traductores Literarios de Buenos Aires cierra así su año dieciséis de existencia y todo indica que volveremos a vernos en febrero, como todos los años. Que tengan todos unas felices vacaciones. 


viernes, 27 de diciembre de 2024

"Si la gente ve que otros compran y leen es el mejor mensaje posible"

El pasado 22 de diciembre, en El País, de Madrid, salió una nota firmada por Barbara Celis, a propósito de un fenómeno que está ocurriendo en las librerías italianas. Según la bajada, "Reivindicar el poder de la lectura y apoyar económicamente a los libreros son los objetivos de una iniciativa ciudadana que se extiende por Italia comprando escaparates enteros de libros".

Una revolución de bibliófilos vacía los escaparates de las librerías italianas

Las utopías han contribuido a que el mundo avance y aunque todo a nuestro alrededor parece indicar que vivimos tiempos distópicos, hay quien aún cree que otro mundo es posible. En Italia algunos ciudadanos han decidido reivindicar un acto que parece ir en contra de las modas del presente: leer. El movimiento Vacía el Escaparate (en italiano Svuota la vitrina)comenzó en agosto con una chispa que va camino de provocar un incendio, pero no para demonizar libros como ocurrió en la Alemania nazi, sino todo lo contrario. “Cuando me enteré de que un comprador anónimo se había gastado 10.000 euros en adquirir todo el escaparate de la mítica librería milanesa Hoepli me emocioné. Y después pensé: yo también quiero hacerlo”. Daniela Nicoló, de 56 años, editora de libros de texto, conversadora entregada y sobre todo, lectora compulsiva, eligió una librería pequeña, I Baffi de Milán, con un escaparate a la medida de su bolsillo. “No me podía gastar una gran cantidad; pero lo importante era dar ese paso, reivindicar el poder de los libros”, explica por teléfono.

Nicoló, que vive sin televisión y nunca se había abierto una cuenta en redes sociales, animada por Celia Manzi, dueña de I Baffi, decidió sacarse una foto junto al escaparate y abrir una página en Instagram para contar lo que había hecho y por qué. A su página la llamó #Svuotalavitrina y desde ahí, se fue corriendo la voz entre lectores, que ya han asaltado los escaparates de 28 librerías, muchas en Milán pero también en Bari, Nápoles, Génova, Bolonia y pequeñas ciudades de provincia. En Italia hay 3.706 librerías —en España son 2.792—, de las cuales cerca del 60% pueden considerarse independientes. En total, emplean a 11.000 personas, según datos de la Asociación de Libreros Italianos.

“Vivimos un momento muy crítico donde hay quien reivindica la ignorancia como un valor y no lo es. Una sociedad en la que los ciudadanos no leen es una sociedad expuesta a todos los peligros, al control. La lectura contribuye a construir el espíritu crítico del ciudadano y por eso hay que reivindicar el poder del libro y las librerías”, explica Nicoló. Ella preferiría que ese trabajo lo hiciera el gobierno, prestándole atención y recursos a la educación y al fomento de la lectura: “Gracias a eso, mi generación, los nacidos en los sesenta, crecimos valorando la cultura y creyendo en la capacidad del libro para cambiar la vida de las personas”.

Nicoló no confía en que sea precisamente el gobierno de Georgia Meloni el que vaya a darle la vuelta a las estadísticas oficiales, que dicen que en 2023 solo el 40% de la población italiana leyó al menos un libro. “Sin embargo, sí creo en el poder de la comunidad. Hasta hoy se han vaciado 24 escaparates y estoy desbordada por las propuestas de gente que quiere unirse, cuando en realidad yo no soy nadie, solo les digo que si vacían una vitrina se saquen una foto para ponerla en la página y seguirle dando voz a los libros. Estoy agotada aunque feliz de ver cumplido el sueño de haber contribuido a construir este movimiento”, cuenta.

Es emocionante escuchar cómo esta iniciativa está dándole a los libros todo tipo de significados. Manuela Maspero, de la librería Libooks de Cantú, una pequeña ciudad de 40.000 personas en el norte de Italia, cuenta su experiencia. “El 20 de septiembre mi librería cumplía nueve años. Entró un desconocido y me dijo que como regalo de cumpleaños adquiriría todos los libros de la vitrina de novedades. En total, 54. Pero no quiso llevárselos. Me dijo que los regalara esa noche durante un evento que había organizado para festejar la efeméride. Vinieron exactamente 55 personas. Todas se llevaron su libro. Claro, no pude evitar llorar”, cuenta al teléfono. El cliente no quiso dar su nombre, pero dejó claro que quería contribuir al movimiento Svuota la vitrina. En un buen día, Maspero asegura vender más o menos 50 libros.

Varios profesores de toda la geografía italiana se han unido a esta iniciativa, que también se ha combinado con la campaña Io leggo perché… (yo leo porque…), promovida todos los años por la Asociación Italiana de Editores. Así se han vaciado los escaparates de la librería La Piccola Ghianda en Guidonia, cerca de Roma, o los de Libro Piú. Esta librería independiente está en el extrarradio de Génova, un lugar donde apenas hay actividades culturales. “Pero Libro Piú organiza eventos, trae cultura a un barrio muy abandonado y hay que apoyarlo porque no es fácil ser una librería independiente”, explica la profesora Enrica Roncallo, que junto a un grupo de profesores del Instituto Comprensivo Ponte Decimo, vaciaron recientemente su escaparate y se llevaron más de 70 libros, invirtiendo dinero de su bolsillo, no de la escuela. “Leer libros te abre la mente, te ayuda a defenderte, a no dejarte engañar y a luchar contra la mentira”, afirma. Curiosamente, el pasado 2 de diciembre otro grupo de amigos vació por segunda vez el mismo escaparate. “Es una ayuda grandísima. Se llevaron unos 60 libros, el doble de lo que vendemos en un día”, explica Paolo Parodi, uno de los tres dueños de este espacio, que sueña con que todas las librerías de Italia vivan un vaciado. “Italia atraviesa una ola de conservadurismo. El Gobierno acaba de recortar las ayudas para que las bibliotecas puedan adquirir libros. Si la gente ve que otros compran y leen es el mejor mensaje posible. Hace falta estimular el pensamiento y la lectura es el mejor camino”, añade. Para la pareja Alessandro Consonni y Antonello Lauriola acudir a la librería Antígone de Milán fue un acto de militancia. “Frecuentamos otras librerías, pero ya que la iniciativa nos pareció que transmitía un mensaje importante sobre cómo los libros pueden contribuir a favorecer la tolerancia, decidimos vaciar el escaparate de la única librería de temática LGBTIQ+ de Milán”, explican por videoconferencia. En un país donde el catolicismo pesa tanto como para que las parejas gays no puedan aún obtener un certificado de matrimonio (solo se admiten uniones civiles), esa militancia parece necesaria. La pareja se llevó 25 libros. “En otras circunstancias seguramente no habríamos comprado, pero al llevarte la vitrina no puedes escoger y así descubrimos libros muy apetecibles. Por eso vaciar un escaparate es tan interesante”, afirman. Algunos se los han quedado, otros los han regalado y con el resto están organizando un grupo de intercambio en su edificio.

Ese precisamente es el aspecto de Vacía el Escaparate que más le interesa a Chiara Faggiolani, presidenta del Forum del Libro y directora del máster de Edición de la Universidad de La Sapienza, en Roma. “Desde hace años analizo cómo los libros son capaces de crear comunidad. Están los grupos de lectura unidos a librerías o grupos de amigos, las bibliotecas que se montan entre vecinos, y otros ejemplos, pero este caso es significativo porque un lector, vaciando un escaparate, se convierte en mecenas tanto para la librería como para otros lectores, ya que en muchos casos esos libros se están regalando. Es un gesto con un gran valor simbólico, una reivindicación de sabor militante: mostrar la importancia de la lectura y de las librerías”, explica. Faggiolani está trabajando con Nicoló para ver si es posible que Vacía el Escaparate pueda evolucionar hacia algo sólido y permanente.

En octubre, una persona anónima adquirió 155 libros en la librería infantil y juvenil Punta alla Luna de Milán. No ha querido dar su nombre, aunque explicó por correo electrónico por qué lo hizo: “Quería ayudar porque son los independientes quienes pueden darle un impulso a la cultura, estando al lado de sus clientes, sacrificando tiempo y energía y ayudando a entender lo importante que es la lectura. Porque de ella viene la libertad de pensamiento. Y porque un chaval que lee sabe razonar y será más difícil que se meta en problemas”. Los libros se han donado a bibliotecas infantiles y juveniles.

Hay quien ha acusado a Nicoló de esnobismo porque… ¿quién querría comprarse libros sin conocer a los autores o los títulos pudiendo comprarse algo que realmente quiere? “Las polémicas que he descubierto online me parecen tristes y no pierdo el tiempo con ellas. Comprar libros es una aventura, es abrirte a un mundo de conocimiento. Por eso los libreros, que montan sus escaparates, son tan importantes y debemos confiar en ellos y apoyarles. Y si no te interesa un libro lo regalas. ¿Hay algo malo en regalar cultura?”.

jueves, 26 de diciembre de 2024

Ciencia ficción y traducción

El traductólogo francés Nicolas Froeliger nos envía el dato de ResFuturae, una revista dedicada al estudio de la ciencia ficción, que dedica su número 24, de 2024, a "Ciencia ficción y traducción". En su presentación, se lee: "Los estudios sobre ciencia ficción destacan cuestiones específicas de traducción, particularmente en términos de conocimiento compartido y xenoenciclopédico, o palabras de ficción. Este archivo 'Ciencia ficción y traducción' explora algunas de estas cuestiones tanto en la literatura como en otros medios y a partir de diferentes idiomas.

Los distintos artículos de la publicación están en francés. Quienes deseen enterarse del contenido pueden hacerlo en https://journals.openedition.org/resf/13628

martes, 24 de diciembre de 2024

Una entrevista con Lil Sclavo, traductora uruguaya


LatidoBeat es una publicación virtual uruguaya. Allí escribe Sofía Durand Fernández que entrevistó a la traductora de la novela Taormina. En la bajada se lee: "Lil Sclavo, traductora de la novela escrita por Yves Ravey, conversa sobre lo que la cautivó para emprender la tarea".

Taormina: sobre los desafíos de traducir la tensión y los silencios

“Lil es difícil”, suele decir Francisco Álvez Francese, de editorial Forastera. Lil Sclavo recibía los originales que Álvez le mandaba desde París, pero ninguno parecía gustarle. “Podían tener valor literario, pero a mí no me movilizaban para traducirlo”, explica Sclavo.  

Para ella, el acto de traducir está profundamente relacionado con una pulsión de deseo. Algo del texto tiene que movilizarla. Así ocurrió con la traducción de Estupor y temblores (1999), de Amélie Nothomb: “A las 3 de la mañana me desperté y decidí trabajar con el libro. No pude parar, lo mandé en 20 días”, recuerda. 

Un sentimiento similar al que tuvo cuando decidió estudiar francés, cuando era muy pequeña y por “tozuda”, ya que proviene de una familia que esperaba que estudiara italiano. Empezó con el francés en el liceo, que por ese entonces era obligatorio. Luego en la Alianza Francesa, en Tacuarembó y después en Montevideo. Continuó en México con la especialización en Traducción Literaria, carrera que todavía no existía en Uruguay. Y cuando se abrió el posgrado de Traducción Literaria en la Udelar, Lil lo sabía: “Esta es la mía”.  

De pronto, un pequeño libro de un autor que todavía no había sido traducido al español, pareció cautivarla. Una pareja de clase alta al borde de la crisis decide irse de viaje a Sicilia. La tensión va aumentando de manera paulatina y las sombras de Melvill y Luisa, los protagonistas, van tomando un lugar mayor en la historia.  

Por su lado “masoquista y estoico”, a Lil la cautivaron los desafíos de traducir Taormina, de Yves Ravey. Sobre estos conversó con LatidoBEAT.  

Imagino que traducir no es simplemente transferir las palabras de un idioma al otro. 

Ese es el concepto que hay que dinamitar, el concepto de trasvasar. Yo no trasvaso nada, tengo que internalizar una obra, nunca empiezo a traducir una obra hasta que no me resuena dentro. Yo tengo que leer ese texto mil veces hasta que algo dice: “Este es el momento". No traducimos palabras solamente, traducimos sentidos, sonidos, discursos. Y traducimos silencios también. Hay muchas cosas en un texto para trasvasar, entonces no es que yo saco de este recipiente y pongo acá y queda todo igual. No, hay pérdidas y hay ganancias, porque las lenguas no se recortan de la misma manera. Entonces, de repente, yo siento que en francés es tan claro lo que está diciendo, pero no es igual de claro cuando lo voy a volcar al español, al castellano o al rioplatense. Entonces tengo que buscar la manera más parecida, respetando el sentido de la frase, porque no puedo cambiar el sentido, pero que provoque un efecto similar al que está buscando el autor en su propia lengua. Y Taormina es especialmente difícil, a pesar de que es chiquito, por muchas cosas. 

Muchas cosas no se transmiten con el diálogo, sino que a través de lo que le ocurre a Melvil y lo que él percibe de Luisa. ¿Esto no representó una dificultad para vos?  

Una gran dificultad que tiene esta novela es el estilo. Él usa el estilo indirecto libre, qué es eso que acabas de decir, cuando ves que el narrador se impregna del discurso de los personajes, entonces habla como ellos y el texto queda con interferencias, con hibridaciones, porque son discursos que provienen del personaje y lo invaden al narrador. Es muy difícil volcarlo al castellano sin caer en errores sintácticos, léxicos y semánticos, porque podés caer muy fácilmente. Fue muy curioso, porque después de leerla sentí esa primera dificultad. Y otra cosa muy difícil es el ambiente. Él crea un clima, la historia en sí es simple, lo importante es el ambiente que él va creando, que ya desde que aterrizan, desde que salen del aeropuerto, algo te empieza a decir “esto termina mal”, y ahí está, para mí, la genialidad del autor, él me fue metiendo en una película. El otro día, escuchando una entrevista que le hicieron en la radio, dijo que mientras la escribía sentía que iba sentado en el asiento de atrás, que él presenciaba todo eso. Entonces ese ambiente, ese clima envolvente que va desarrollando a lo largo de la novela, no es fácil, porque eso no lo decís solo con la palabra, tenés que manejar otra cosa como es la puntuación, por ejemplo. Hay un efecto deliberado que busca el autor de entrecortar la frase, está como sin aliento, a medida que el peligro se va acercando la situación se va volviendo más densa y el ritmo se entrecorta cada vez más. Y si bien el francés, en general, abusa de las comas y está bien, en castellano no son tan aceptadas, son problemas tremendos que tenemos siempre con los editores.  Este autor busca un efecto deliberado en marcar esa respiración jadeante. Están jadeando los personajes porque es ahí donde estoy transmitiendo el clima. Si el editor me saca esas comas, ya ese elemento lo pierdo. Por supuesto que no fue el caso acá, porque los editores son una maravilla y nos entendimos perfectamente, lo trabajamos juntos y estábamos totalmente de acuerdo. Se trabajó con total respeto y sintonía, eso es muy importante, no se da siempre. El narrador casi no adjetiva, no toma posturas, él muestra a través de un vidrio, lo cual vuelve todo mucho más impactante, porque no hay emoción. Nadie se emociona, a estos no los mueve nadie, ellos quieren pasar las buenas vacaciones. Y el personaje de ella, que por momentos intenta tener un poquitito de conciencia y quiere reparar en parte algo, no dura nada, son chispazos que le vienen, pero después ella quiere visitar, quiere sacarse la foto. Entonces son dos cretinos, pero el escritor no se pone en juez, él lo dice clarito en las entrevistas que no busca hacer una novela moral, no hace un juicio moral, que cada uno saque las conclusiones. Esas eran dificultades nada menores que presentaba esta novelita chiquita, pero interesante. 

¿Cómo llega a vos Taormina y por qué decidís aceptar traducirla?  

La pregunta del millón me estás haciendo, porque eso tiene que ver con la pulsión, con el deseo, y el deseo es tan difícil de explicar, es muy inconsciente. Yo recuerdo que Francisco me mandaba de París cantidad de originales y quedó como un chiste el "Lil es difícil", porque no me gustaba ninguno. Podrían tener valor literario, pero a mí no me movilizaban para traducirlo. Viene esta, muy chiquita, que yo no tenía ni idea. Había leído una única novela de Yves Ravey hace mucho tiempo porque no es un autor que esté traducido, es un autor totalmente desconocido acá. Y esa me movilizó, ¿por qué? Debe ser por ese lado masoquista y estoico que tenemos los traductores. Estoico porque es una labor muy ingrata, es agónica por momentos, peleás con las dificultades, además de que no es un trabajo muy bien remunerado en el mundo. Y si me preguntas qué fue, creo que todo esto que te acabo de decir, esas dificultades que aparecían, esos desafíos que dije: “Bueno, esto puede salir mal, pero si sale bien, qué bueno, porque son desafíos grandes”. En definitiva, el trabajo del traductor es eso, enfrentarse a desafíos y tomar decisiones permanentemente, que también es un tema muy complejo. Por eso es bueno después poder leerla con el editor o con alguien que te inspire mucha confianza. Yo soy neurótica obsesiva, entonces siempre pregunto cuándo es el momento de entregar el cuadro, cuándo es el momento de entregar la partitura, porque puede ser interminable y hay que saber parar. Por eso es bueno leerlo con otro, porque si no empezás a sobretraducir. Y Ravey no fue traducido en el Río de la Plata, eso también fue un desafío. Cuando tú introduces a un autor a un canon, corrés un riesgo muy grande, si la traducción falla, a ese autor nunca más lo editan en el Río de la Plata, queda como con un manto negro. Si la traducción pasa, puede ser que alguien más se interese y se vuelve a editar. Es muy importante, porque la introducción de un nuevo autor puede cambiar el canon, es alguien que no se conocía, si la presentación es mala, no voy a seguir comprando. Entonces la responsabilidad del traductor es muy grande cuando traduce por primera vez un autor, es muy delicado. 

Como lector, cuando uno se pone frente a un libro traducido también se enfrenta a un riesgo.  

La traducción siempre se consideró como una escritura menor, nunca se supo quién traducía. Aún hoy en día empiezo a hacer búsquedas de libros que han sido editados en español y figura la editorial, el año, pero no figura el nombre del traductor y le das 80 vueltas y no aparece. Aún sigue estando esa mala costumbre, ahora cada vez menos. Hemos logrado, después de siglos de batallar, que esa pluma fantasma tenga nombre y apellido, ciudadanía y a veces hasta sabemos que se dedica a otras cosas.  Mi deseo de empezar a traducir fue cuando leía Proust en francés. Yo leía Proust en francés y andaba como una enajenada por la calle, “¿esta persona lo habrá leído? ¿Sabrá quién es? Yo quisiera que lo leyera”. Entonces yo digo que es la más democrática de las profesiones. Pero es un tema, ¿qué es una buena y una mala traducción? Los criterios ahí son muy sutiles. Porque buena y mala sobre la base de qué. Ese es un problema que a veces podemos tener con los críticos. Si el crítico no maneja el idioma que yo estoy traduciendo, desconoce al autor que yo estoy traduciendo, desconoce el universo en el que se mueve la obra y lo vemos muchas veces: “Pésima traducción, mala traducción”. Bueno, habría que ver.

Además del idioma, también está la cultura. En el caso de Taormina, estamos hablando de un francés que escribe sobre un viaje a italia y tú lo traducís a un español rioplatense.  

Hay cosas que las tuvimos que adaptar. Por ejemplo, en un momento están en la estación de servicio, él está aburrido y empieza a buscar cosas de limpieza para limpiar el auto, nombra productos muy específicos que acá no existen, productos para limpiar el auto cuando los mosquitos o las moscas dejan marcas, que acá no existen. Para esas cosas no hay traducción, lo englobás como un detergente o un insecticida.  Lo de que traducimos no solo palabras, sino que también ambientes y silencios, es totalmente cierto y muy pocas veces los críticos literarios lo tienen en cuenta. No traducimos solamente discursos, traducimos culturas. Los discursos no salen de la nada, están enraizados en una cultura y acá vemos en esta pareja muy especial todos los berretines que tienen: él, que es un perdedor y un vago porque no ha hecho nunca nada, vive de ella; ella, que es una científica que trabaja en el centro más prestigioso de Francia con su padre. Ellos son muy de esos títulos, y las precisiones que hacen, el saco de lino, los mocasines, así es la cultura francesa, esos detalles para ellos son muy importantes. Creo que, además, acá hay una intención deliberada del autor de mostrar la estrechez mental de esta gente, de hacer alarde de todas esas cosas cuando faltan otras. Pero hay que tener mucho cuidado con eso, tengo que estar recreando un texto. Eso se pone mucho más de manifiesto cuando me toca traducir teatro, que a mí me encanta, pero tenés que adaptar y recrear porque no podés y es imposible, si traducís tal cual una obra escrita en Francia y la traes a Río de la Plata, va a haber muchas cosas que las vas a tener que cambiar porque si no la cultura no lo entiende. 

El español, además, tiene muchas variaciones según el lugar. Está el español de España, pero en Sudamérica hay muchas variedades del idioma. ¿Cómo englobás todas esas formas para que el entendimiento sea general?  

Bueno, yo te cambio la pregunta: ¿Cómo leíste a los rusos traducidos por España? Horrible, porque venían por el lado del francés, ahí hay doble traducción. Los traductores agarraban las hojas que estaban traducidas del ruso al francés, muchas manos en un plato hacen mucho garabato. Grave error de los editores, que nunca ponen “esta obra ha sido retraducida de tal idioma”. Ahora sí lo hacen un poco más, antes no. Nosotros aprendimos a leer traducciones venidas, la gran mayoría, de España y nos bancamos “gilipollas”, nos bancamos los “rollos”, nos bancamos las “aceras”. Nos bancamos todo y entendíamos. Entonces, España tiene una posición de que la lengua la inventaron ellos y es la única válida, pero resulta que el 90% de los que hablan español son hispanos, los hispanohablantes son muchos más que los españoles. Además, ¿cuál es la lengua española? ¿La vasca, la de Valencia, la catalana? Ellos mismos tienen una infinidad de lenguas. Es todo un tema y por eso nosotros no podemos entrar al mercado español. La distribución de nuestros libros del Río de la Plata en España es mínima comparado con la avalancha de libros que vienen de España y que nosotros leemos. 

En el proceso de traducción de Taormina, pudiste hablar con los editores. ¿También tuviste la oportunidad de hablar con el autor?  

No, nunca hablé con él. Son muy pocas las veces que tenés contacto con los autores. A veces hay autores que acceden. 

¿Cuánto tiempo te tomó traducir Taormina

Taormina me llevó unos tres o cuatro meses, más o menos, pero también estaba con otra en la vuelta. Con la traducción pasa lo mismo que le pasa a cualquier creador, no es que te levantás, bajaron las musas y estás inspirado. Hay días en los que te levantás y empezás: “¿Cómo digo esto? ¿Cómo no lo digo? Con los años aprendí que ahí se apaga, afuera y a otra cosa, mente en blanco. Me dedico a otra cosa y cuando me vuelvo a sentar fluye. De repente estas durante días con una palabra que es clave, que es icónica, no es una palabra cualquiera porque las palabras se pueden traducir, pero en toda traducción y en todo texto, hay zonas muy icónicas, muy marcadas, que no se pueden perder, que hay que rescatarlas. A veces encontrar esa palabra exacta, o ese giro más que la palabra, el giro que tenés que dar para decir lo mismo y que suene como un juego de palabras te puede llegar de repente, te despertás de madrugada y te salió.  


lunes, 23 de diciembre de 2024

Los resultados de la exitosa economía de Milei y el lamento de los mercaderes

El 20 de diciembre, Daniel Gigena publicó la siguiente nota en el diario La Nación, de Buenos Aires, a propósito de la caída de producción y ventas de los libros argentinos. En su bajada se lee: "La mayoría de las editoriales registró un descenso en las ventas respecto de 2023; en muchos casos, también se redujo la cantidad de novedades".

2024: otro año con precios altos y caídas en las ventas y la producción de libros

De los grandes grupos a los sellos independientes, la mayoría de las editoriales consultadas por La Nación comunicó una caída interanual en las ventas de ejemplares, que fue de un 10% y un 13% (como detallaron el Grupo Planeta y Penguin Random House, respectivamente) a un 40%. Según el informe de la Cámara Argentina del Libro (CAL) del año pasado, las ventas habían caído un 5% respecto de 2022; si bien el de este año se conocerá en los primeros meses de 2025, se estima que la caída en las ventas llegará al 22%.

Excepto los grandes grupos y algunos sellos medianos, se publicaron menos novedades que en 2023 y, en todos los casos, en tiradas más pequeñas. Una “apuesta” editorial de hoy se mide en tres mil, cinco mil o, en casos excepcionales, diez mil ejemplares cuando en la Argentina hubo primeras tiradas de hasta 50.000 ejemplares. Gracias a la permanente crisis económica y los cambios de hábitos en materia cultural, se impuso la prudencia. En 2023, la caída de la producción había sido del 24% según la CAL.

“El mercado cayó, pero la editorial lo hizo apenas -observa la directora editorial de Planeta Argentina, Adriana Fernández-. En ese sentido, el resultado es bueno, mucho más valioso desde el punto de vista del trabajo estratégico. Las grandes apuestas y los grandes nombres no defraudaron”.

El presidente de la CAL, Juan Manuel Pampín, confirma que hubo menos novedades en 2024. “Al ser un año complejo, publicamos menos cosas -dice-. Todos trabajamos fuerte sobre los fondos editoriales; las pymes no podemos tener hits masivos todos los meses, como los grandes grupos”.

“Fue un año horrible”, resumió el editor Pablo Gabo Moreno, de Caleta Olivia, que solo publicó diez títulos (contra dieciséis de 2023), en tiradas de mil ejemplares. El Cuenco de Plata también informó una caída del 40% en ventas; de veinte libros publicados en 2023, este año solo pudo sacar la mitad. Siglo XXI había sacado 56 libros en 2023; este año, publicó 44. Y la editorial Edhasa redujo en un 30% sus novedades; en cambio, la importadora Riverside subió en un 15% la cantidad de títulos.

Eterna Cadencia lanzó la misma cantidad de títulos que en 2023, al igual que Adriana Hidalgo (que celebró su 25° aniversario y los quince años de Pípala); Ampersand, que registró una caída en las ventas del 10%, sacó once títulos (contra tres del año pasado). El sello Cactus, de filosofía y ciencias sociales, publicó diez libros a lo largo del año, uno más que en 2023. Tinta Limón editó un libro más que el año pasado, aunque hizo más coediciones y, en algunos títulos, redujo las tiradas.

“Este año publicamos menos de lo que teníamos planeado y algunos de los libros que sacamos fueron reimpresiones con nuevas cubiertas de títulos anteriores, como El lugar donde mueren los pájaros, de Tomás Downey, y La portadora del cielo, de Riikka Pelo. Fueron seis novedades finalmente. Y retrasamos por varios motivos, entre ellos la baja en las ventas, el lanzamiento de una nueva colección”, informaron desde Fiordo.
Bajaron las ventas y subieron los precios

“Las ventas bajaron alrededor de un 20% -dice a LA NACION Constanza Brunet, de Marea-. Fue un año difícil, donde tuvieron más relevancia los encuentros presenciales, ferias y presentaciones. La venta en librerías, que es nuestro principal canal, se vio bastante afectada”. No obstante, a pesar de la crisis, en el sello de no ficción y periodismo se publicaron más novedades que en 2023. “Gracias a la cantidad y calidad de las propuestas la baja en las ventas no fue tan pronunciada como lo fue en general en el sector”, dice la editora.

A la vez, los precios de los libros tuvieron un aumento interanual estimado del 120%, según informaron desde la cadena de librerías Cúspide a este diario. El dueño de la librería Hernández, Ecequiel Leder Kremer, al igual que otros de sus colegas, señaló que, en promedio, los precios habían aumentado casi un 200% respecto de 2023. “Hubo editoriales que aumentaron menos y otras, más; los editores no aumentan de forma uniforme, pero si tiene que reimprimir un libro actualizan los costos de producción”, dice a LA NACION Leder Kremer.

Editores de sellos independientes, al ser consultados, dijeron que habían aumentado los precios por debajo de la inflación; muchos de sus títulos se comercializan a menos de $ 20.000.

Para impulsar las ventas de fin de año, varias editoriales lanzaron campañas con precios promocionales en librerías y en sus propias tiendas virtuales. Con el lema“Sube la temperatura, bajan los precios”, el Grupo Planeta ofrece hasta el 13 de enero precios más bajos ($ 25.900 y $ 29.000) en novedades de Viviana Rivero, Collen Hoover, Camila Sosa Villada, Hugo Alconada Mon, Haruki Murakami y Ceferino Reato, entre otros autores.

Penguin Random House dispuso una selección de títulos a menos de $ 25.000 con todas las novelas de la Nobel de Literatura, Han Kang, y títulos de Gabriela Cabezón Cámara, Joan Didion, Gabriel García Márquez, Selva Almada, Sándor Marai y María Elena Walsh, entre otros. “Sabemos que un libro es un regalo para siempre, el valor simbólico de regalar libros no tiene nada que ver con el de cualquier otro objeto -dice Valeria Fernández Naya, directora de Marketing y Comunicación de PRH-. Hicimos una selección de grandes títulos, de autores de primera línea para que nadie se quede con las ganas de leer o regalar”.

La editorial Mansalva preparó diferentes “packs” con tres libros de distintos autores o un mismo autor (como César Aira) con precios que van de los $ 55.000 a los $ 75.000. Cactus también armó “combos navideños” de tres títulos, entre $ 37.000 y $ 46.100, al igual que Caja Negra (de $ 60.000 a $ 71.000). Libros para chicos y adultos de Sudestada tienen descuentos del 14% al 22% en el precio de tapa; Prometeo, del 20%. Galerna presenta combos de autores contemporáneos y clásicos, fútbol, tecnología y filosofía de $ 26.000 a $ 64.000. Fondo de Cultura Económica “remata” libros para adultos y chicos a $ 7900, de autores como Sara Gallardo, Beatriz Guido, Mariana Ruiz Johnson, Isol y Pablo Bernasconi. Y Vinilo, una “caja de fin de año” con un libro a elección del catálogo, una bolsa de tela, una garrapiñada de almendras y una sidra para el brindis ($ 45.000). La bella editorial Miluno también bajó los precios para las Fiestas. Hojas del Sur oferta un “combo batalla cultural” con cuatro libros a $ 40.000 (se incluye la biografía de Milei escrita por Marcelo Duclos y Nicolás Márquez). En las páginas web de muchas editoriales se ofrece un 10% de descuento en la compra y envío gratis.

Por último, la cadena de librerías del Grupo Ilhsa, Yenny-El Ateneo, difundió la lista de los diez libros más vendidos del año. Encabeza el ranking La felicidad, de Gabriel Rolón, seguido por En agosto nos vemos, del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez; Zenzorialmente, de Estanislao Bachrach; Destroza este diario, de Keri Smith; Este dolor no es mío, de Mark Wolynn; La Casa Neville 2. No quieras nada vil, de Florencia Bonelli; Hábitos atómicos, de James Clear; Un lugar soleado para gente sombría, de Mariana Enriquez; Cora, de Jorge Fernández Díaz, y El monje que vendió su Ferrari, de Robin S. Sharma.




viernes, 20 de diciembre de 2024

Más sobre la presente versión de la Furia del Libro


Nuevamente el diario chileno La Tercera, de Chile, se ocupa de La Furia del Libro, que, actualmente, se desarrolla en las instalaciones del GAM, en Santiago de Chile. En este caso, lo hace a través de una nota de Pablo Retamal L, publicada el pasado 18 de diciembre, donde habla Simón Ergas, el director del evento.

Cómo viene la Furia del Libro 2024: la traducción literaria como eje

Este fin de semana, vuelve un clásico del mundo editorial chileno, La Furia del Libro. Y su director, el escritor y editor Simón Ergas, suena entusiasta y optimista al teléfono con Culto. Como todos los años, la Furia tiene un punto de vista particular, esta vez, estará orientada hacia la industria de las traducciones.

“En términos de programaciones este año, organizamos un pequeño seminario sobre el oficio de la traducción. La Furia como festival literario junta harto público con lecturas y presentaciones, y quisimos armar esto pensando en los colegas en la industria, en los autores, editores, autores que les puede interesar el tema”.

La jornada se llamará Traducción literaria y edición independiente, que incluye un ciclo de conversatorios, y otras actividades. “Presentaciones de investigaciones respecto a la traducción como práctica cultural, su desarrollo en Chile en los últimos 100 años, un panorama crítico de las traductoras mujeres activas en el país, así como una revisión del estado de la traducción en la industria editorial, junto a presentaciones de libros recientemente traducidos y editados en Chile”, destacan en el sitio web del festival, junto con el detalle de lo que se realizará.

Esta mirada a la traducción tiene que ver con el modo en que se prepara la industria nacional de cara a la participación en la feria del Libro de Frankfurt 2027 con Chile como país invitado de honor. “Este año se ha ido avanzado. Primero estuvo el CONTEC, que se hizo a mitad de año, que fue la primera instancia de relacionamiento más o menos oficial con la feria y con el mercado chileno, después fue una gran delegación de chilenos a Frankfurt este año, y se ha estado moviendo bastante el tema de las traducciones de chilenos hacia afuera, y al final Frankfurt también nos pone una meta de llegar con muchos autores exportables a la feria en el 2027″.

Volviendo a la Furia, quizás la mayor novedad estará dada por la Librería de la Furia, que tendrá un sector en el GAM. Ergas explica las razones de esta iniciativa. “Uno de los problemas que hemos tenido en nuestra versión de verano es que en Chile hay demasiadas editoriales independientes, lo cual es muy bueno porque abre una variedad en el catálogo nacional, ya no cabemos todos en el GAM. Por eso abrimos la versión de invierno en Estación Mapocho. Pienso que entran 114 mesones en el GAM y tengo 250 postulaciones. Es súper triste porque quedan afuera editoriales emblemáticas, grandes, conocidas que de repente se demoran un poco más en postular, o editoriales emergentes nuevas que no llegaron a tiempo. Ha sido molesto porque hay muchas editoriales qDe ahí a que la Furia trabajó esta instancia de una librería. “Van a ser un grupo de mesones, de stands igual que los demás pero con algún distintivo. La organización, es decir nosotros, recibimos libros de editoriales como consignación como una librería, no les cobramos por participar, con eso le estamos dando la oportunidad al menos a veintidós editoriales que quedaron fuera para tener sus libros”.

Además, aprovechando las instalaciones del GAM, Ergas comenta que se exhibirán dos películas: Dipolo Fase II, de José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola; y Muertes y Maravillas, de Diego Soto, inspirada en los poemas de Jorge Teillier. Asimismo, destaca la presencia de la escritora argentina María Moreno en la inauguración de la Furia, este jueves. “Va a hacer una lectura en el día inaugural y luego tendrá otras actividades”, comenta Ergas.

La Furia del Libro edición verano 2024 funcionará desde el jueves 19 al domingo 22 de diciembre en el Centro Cultural GAM. Tendrá 166 editoriales nacionales y 25 editoriales provenientes de Argentina, España, Perú y Colombia.

jueves, 19 de diciembre de 2024

Por segunda vez en el año, los chilenos, furiosos

Desde el jueves 19 al domingo 22 de diciembre de 2024, tendrá lugar la segunda edición de estre año de La Furia del Libro, la tradicional feria de editores independientes de Chile, que esta vez se celebrará en el Centro GAM, del barrio de Lastarria. Lo que sigue es la información suministrada por el diario La Tercera, de Santiago de Chile, en su edición del pasado 10 de diciembre.

Escritoras invitadas y más de 160 editoriales: La Furia del Libro tendrá su versión de fin de año en el GAM

Más de 60 mil personas fueron parte de los 15 años de La Furia del Libro en su versión de invierno en el Centro Cultural Estación Mapocho y ahora, para cerrar el año, ―en vísperas de Navidad― la reconocida feria vuelve a Centro GAM con 166 editoriales nacionales y 25 editoriales provenientes de Argentina, España, Perú y Colombia.

Además de libros, La Furia del Libro se caracteriza por mantener una programación variada en torno a la literatura y este año vendrá con más de 40 actividades entre presentaciones, lanzamientos, conversatorios y la clásica Lectura Furiosa invita a los asistentes a leer a micrófono abierto parte de sus creaciones.

Una de las novedades de esta versión será la inauguración de La Librería de La Furia, una tienda de libros propia que reunirá editoriales independientes de diferentes tipos, iniciativa que busca aumentar aún más la oferta editorial.

“La Furia de verano es la versión más clásica de nuestra feria de editoriales independientes y con esta serán catorce versiones realizadas en el Centro GAM. Cada año hacemos lo posible por contar con la mayor cantidad de editoriales dentro de lo que el espacio nos permite, a fin de apoyar la enorme e imparable diversidad de libros que se están produciendo en nuestro país. Los invitamos a visitar y recorrer los pasillos de esta feria previa a Navidad, y este año a visitar también nuestra Librería de La Furia, proyecto que se suma para seguir visibilizando la multiplicidad de libros sorprendentes y de todas las temáticas que se están editando en Chile”, destaca Simón Ergas, director de La Furia del Libro.

Premios y actividades literarias en La Furia del Libro
El jueves 19 de diciembre a las 19:00 horas se realizará la inauguración de esta versión de la feria, la que se posiciona como uno de los grandes hitos de La Furia por la premiación a la escritora argentina María Moreno, autora de libros como La comuna de Buenos Aires, El affair Skeffington, Teoría de la noche, entre otros, quien será reconocida con el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Otra de las autoras invitadas a participar en esta versión será la poeta Roxana Miranda Rupailaf (Osorno), quien presentará su libro Sángrate agua, de la Editorial UV. También llegarán a esta versión de La Furia del Libro, la escritora peruana Kathy Serrano y Ricardo Sumalavia, quienes participarán en un conversatorio con la escritora chilena Nona Fernández y Emersson Pérez.

Además, se desarrollará una jornada para especialistas del mundo editorial, llamada: Traducción literaria y edición independiente, que incluye un ciclo de conversatorios, con presentaciones de investigaciones respecto a la traducción como práctica cultural, su desarrollo en Chile en los últimos 100 años, un panoráma crítico de las traductoras mujeres activas en el país, así como una revisión del estado de la traducción en la industria editorial, junto a presentaciones de libros recientemente traducidos y editados en Chile.

Dentro de los lanzamientos y conversatorios destacados se llevará a cabo el lanzamiento de la novela gráfica Operación siglo XX. El atentado contra Augusto Pinochet, de LOM Ediciones; el conversatorio La ansiedad y el gonfoterio: ¿cómo editar libros de divulgación científica en Chile?, organizado por Ediciones Liebre y La Pollera Ediciones; el conversatorio La Ley versus Los Tres: rivales según la prensa, organizado por La Piedra Redonda Ediciones; el lanzamiento del libro de Nuevas Plumas en conjunto con Berrinche Ediciones, moderado por Juan Pablo Meneses, y más de 40 actividades gratuitas las que prontamente estarán publicadas en www.lafuriadellibro.com.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Una red de traductores, con sede en Francia, investiga la traducción durante la Seguinda Guerra

A través del traductógo francés Nicolas Froeliger, nos llega esta información desde Francia:

Centrado en la Segunda Guerra Mundial, un momento crucial en la historia europea del siglo XX, el proyecto de investigación TranslAtWar tiene como objetivo investigar cómo la traducción literaria puede contribuir a la comprensión de la Historia en su gestación y recíprocamente. Se trata de cuestionar la circulación de ideologías, ideas y cultura a través de la traducción, y de interesarse también por el papel de los agentes de estas circulaciones, tanto traductores como traductoras, durante la guerra. También investigaremos el impacto que la práctica de la traducción en circunstancias históricas tan excepcionales tuvo en el desarrollo intelectual y cultural de varios países, y lo que es probable que haya contribuido a su posición (central o periférica) en el mundo de la literatura europea.

Bajo la dirección de Christine Lombez (Université de Nantes), y apoyándose en una red de expertos internacionales de ocho países europeos, este proyecto innovador tiene como objetivo escribir una nueva página de la historia europea a través del prisma de la traducción en tiempos de guerra.

Quienes deseen investigar el sitio puede hacerlo en https://www.translatwar-erc.eu/?v=2


martes, 17 de diciembre de 2024

Javier Cercas: conservador en la Real Academia

El pasado 15 de diciembre, el suplemento de cultura del muy conservador diario La Prensa, de Buenos Aires, publicó una entrevista, previamente aparecida en la agencia española EFE, a propósito de la entrada en la Real Academia del escritor Javier Cércas. En la bajada se lee: "La lengua castellana goza de una salud magnífica, asegura el autor de Soldados de Salamina. Recuerda que no es función de la Academia imponer términos inclusivos".

“El lenguaje no se cambia por decreto”

Hace tiempo que el idioma es uno de los territorios en los que se disputa la remanida “batalla cultural”. De un lado, se alinean los partidarios del “lenguaje inclusivo”, fuerza de choque del progresismo mundialista potenciado en las últimas décadas, pese a algún reciente traspié en las urnas. Del otro, una alianza informe y variopinta que aglutina a quienes se aferran -muchas veces sin saberlo- a nociones que sus rivales querrían ver sepultadas, como el “orden natural” o el “sentido común”.

En la entrevista que se publica en estas páginas, el escritor español Javier Cercas confirma con claridad de qué lado se ubica en la contienda, aunque no sea de los que siempre empuñan el fusil en la primera línea de la resistencia.

Autor de libros consagratorios como Soldados de Salamina o Anatomía de un instante, Cercas ingresó el pasado 24 de noviembre en la Real Academia Española (RAE).

Lo hizo convencido de que el lenguaje no se cambia “por decreto” y formulando una exhortación -dirigida en primer término a políticos y gobernantes- a entender que “el español es nuestra mayor riqueza” en el vasto ámbito llamado Hispanoamérica.

“El lenguaje no se cambia por decreto, son los hablantes los que lo cambian”, declaró en respuesta a un cuestionario escrito presentado por la agencia EFE poco antes del acto de ingreso en la RAE, que el escritor coronó con la lectura del discurso “Malentendidos de la modernidad”.

Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) paso a ocupar la silla R, vacante desde el fallecimiento de Javier Marías el 11 de septiembre de 2022.

Su candidatura, propuesta por Mario Vargas Llosa, uno de sus primeros y más grandes valedores en el mundo literario; Clara Sánchez, y Pedro Álvarez de Miranda, fue aceptada el pasado 13 de junio. Aquí se reproduce la entrevista completa.

—¿Qué significa para usted ser académico y, en concreto, tomar el relevo de Javier Marías?
—Nunca se me pasó por la cabeza ser académico de la RAE pero, quizá por eso mismo, ahora estoy encantado de serlo: obviamente, se trata de un gran honor. En cuanto a Marías -a quien apenas conocí personalmente-, fue uno de los grandes escritores de las últimas décadas, así que ocupar su sillón supone una responsabilidad añadida.

SERVICIO PUBLICO

—¿Impone la perspectiva de un cargo vitalicio?
—Me parece estupendo. Por lo demás, le recuerdo que la Academia es una entidad público-privada, que los académicos trabajamos gratis et amore -sin sueldo, sin despacho, sin secretaria, sin nada de nada- y que, para mí, se trata ante todo de hacer un servicio público, consistente en cuidar de lo más importante que poseemos: nuestra lengua.

—¿Sigue teniendo sentido el lema fundacional de “limpia, fija y da esplendor” o habría que inventar uno nuevo? ¿Alguna idea?
—Gómez de la Serna, que creo que estaba bastante cabreado con la Academia porque no pudo ingresar en ella, decía que el lema famoso parecía el lema de una asociación de limpiabotas. A mí en cambio me parece muy bien.

—¿Cómo ve la salud del español? ¿Cuáles cree que son las principales amenazas para su preservación?
—El español goza de una salud magnífica, que no para de mejorar porque no para de crecer su número de hablantes. Necesitamos prestigiarlo (cosa que deben hacer antes que nada los creadores y los científicos). Y, sobre todo, necesitamos que los políticos entiendan de una vez por todas que el español es, a años luz, nuestra principal riqueza, y que obren en consecuencia.

—¿Le preocupa el creciente uso de anglicismos?
—No. Bueno, me preocupa si son innecesarios o gratuitos o estúpidos, si se usan mal. Las lenguas no son organismos fosilizados: están vivas, en permanente renovación, y a menudo se renuevan con préstamos o adaptaciones de otras lenguas, y las adaptaciones pueden ser buenas, malas o regulares, fecundas o infecundas. Siempre ha sido así.

—Se debate mucho ahora sobre la carga ideológica de algunas palabras, ¿le parece positivo? Casos como “judío”, en su acepción como avaro, denunciada recientemente por un juez argentino o el uso de las terminaciones de género.
—Me parece estupendo que se discuta sobre el lenguaje, sobre las palabras que empleamos y cómo las empleamos, pero naturalmente hay discusiones valiosas e inteligentes y otras tontas e inútiles.
Pero mucho me temo que aquí hay un malentendido: que yo sepa, la Academia no se dedica a decirle a la gente cómo debe hablar; se dedica a decir cómo habla la gente: la Academia describe, no prescribe, aunque puede recomendar o desaconsejar determinados usos (los únicos ámbitos en que tiene capacidad prescriptiva son, me parece, la ortografía y la puntuación, por razones obvias).
¿Se usa todavía la palabra judío en la acepción denigratoria de avaro? Pues entonces la Academia tiene la obligación de no ocultarlo, de constatarlo, igual que tiene la obligación de no ocultar o constatar cualquier uso insultante o denigratorio de una palabra.

LA UNIDAD
—¿Debería la Academia aceptar el uso de la terminación -e para dar cabida al género no binario?
—¿Usted conoce a mucha gente que diga “todes”? Yo, a nadie. El lenguaje no se cambia por decreto: son los hablantes los que lo cambian; no la Academia.

—En tiempos en que se alienta la división desde la política, ¿puede ser el idioma un lugar desde el que fomentar la unidad?
—La lengua es por definición el lugar de la unidad, porque es el instrumento que nos permite entendernos. Pero hay que usarla para decir la verdad, no para contar trolas (mentiras); para revelar lo que nos une, no para inventar lo que nos separa.

—¿Qué puede adelantar de su próximo libro?
—Será una novela sin ficción titulada El loco de Dios en Mongolia, un libro donde, como en otros míos, se mezclan diversos géneros -el ensayo, la crónica, la historia, la biografía, la autobiografía etc.. Un thriller en cuyo centro se hallan el papa Francisco y el mayor misterio del que tengo noticia: la resurrección de la carne y la vida eterna. Se publicará el 1 de abril.

lunes, 16 de diciembre de 2024

Una traductora que traduce a los amantes

La que sigue es una columna que la pícara traductora española Itziar Hernández Rodilla publicó el pasado 24 de noviembre en El Trujamán, la revista de traducción del Centro Virtual Cervantes.

Misivas de amor

Una vez fui parte de una relación epistolar entre dos (pre)amantes que no compartían el uno con el otro, en lo que a idiomas se refiere, nada más que en un poco de inglés y el universal lenguaje del amor.

Él, austriaco, ella, española, se conocieron en una exposición de pintura y un coup de foudre los unió de inmediato hasta el punto (nunca averigüé cuál) de que comenzaron a escribirse para ver adónde les llevaba aquello.

Empezó él en alemán. Me dieron la carta para traducírsela a ella. Debió de funcionar (qué sudores, yo sin saber si aquello era o no lo que parecía ser…). Ella contestó, y un compañero alemán entró en el juego traduciendo la carta para el austriaco. Yo fui él a partir de entonces. Mi compañero, ella. Y los dos teníamos una relación de traducción rara, no voy a mentir. Pero, bueno, acabamos teniendo claro que aquello era lo que parecía ser.

Los amantes bandidos, cansados de tanto ir y venir de cartas, quedaron para encontrarse, tras planificar cuidadosamente el viaje, en Egipto (miren, un misterio, lo que cada quien considera romántico). Hay dos personas que podemos dar fe de esto. Luego hubo un par de cartas de gracias por los momentos a la luz de la luna, el mundo es cruel, la distancia mata el sentimiento, «no sos vos, es tu marco teórico», y se acabó. El lenguaje del amor, se ve, necesita también traductores e intérpretes.

Los ingleses, en los años treinta del pasado siglo, se habrían despedido con un «see you in ITALY» (nos vemos en Italia), queriendo decir «I Trust And Love You» (te quiero y confío en ti), y habrían quedado la mar de cosmopolitas. Y a esto quería llegar yo: al arte de escribir cartas de amor. «Miquiño mío» es poco para la colección de  doubles entrendres y acrónimos y señales que la gente usaba en tiempos de censura y carteros y vecinos cotillas. Es curioso que no sepa yo nada de los españoles habiéndolos buscado (salvo por la posición de los sellos que, sí, era una cosa; y que Al alba, dicen, burló la censura como carta de amor porque Aute era bueno y María Teresa León se las sabía todas), pero vean la plenitud geopolítica de los británicos en la Segunda Guerra Mundial, más allá de la ya mencionada Italia:

HOLLAND (Holanda)
Hope Our Love Lasts & Never Dies (espero que nuestro amor dure siempre)

MALAYA (Malasia)
My Ardent Lips Await Your Arrival (mis ardientes labios aguardan tu llegada)

BURMA (Birmania, en la época)
Be Undressed/Upstairs Ready My Angel (espera desnuda[o]/arriba lista[o], ángel mío)

VENICE (Venecia)
Very Excited Now I Caress Everywhere (excitadísima[o], me acaricio por todas partes)

CHINA (China)
Come Home I’m Naked Already (ven a casa: ya estoy desnuda[o])

Si usamos las siglas españolas: TQYCET, EQNADS, MALETL, EDAAM o EMAPTP, esto suena, más bien, a colección de agencias de la ONU, no a nada que quiera yo que Pedro Pascal me diga. Seamos serios. No me extraña que los jóvenes hayan desarrollado su propio código. Aunque GNOC, NIFOC, GOAT y CU46 están entre un zoo, nombres de aviones y un catálogo de sofás, ellos son mucho más listos que nosotros o son los años veinte (double entendre), que les favorecen.

Solo pido que no me toque traducirlos.

jueves, 12 de diciembre de 2024

Primera persona del singular del Presente de Dubitativo (II)

Françoise Huguier delante de algunas de sus fotos


Segunda parte del ensayo, comenzado a publicar ayer, de la escritora y traductora española María José Furió, por sus dimensiones, se ofrece en dos partes. Ésta es la primera y mañana se publicará la segunda

Primera persona del singular del Presente de Dubitativo
(segunda parte)

Expectativas del presente

Busco ejemplos y análisis del uso del presente narrativo en literatura traducida. En la traducción del francés al inglés mi problema resulta ser el pan de cada día y la solución parece establecida hace mucho. Hélène Choquet asegura en «L'alternance passé-présent dans le récit : contraintes de la traduction du français vers l'anglais» [La alternancia pasado-presente en la narración: restricciones en la traducción del francés al inglés] que los manuales de traducción franceses aconsejan no andarse con rodeos y traducir el presente histórico francés, tan habitual en textos periodísticos, por un pretérito inglés.


Chuquet examina los problemas que plantea la alternancia de tiempos diferentes en una misma narración, especialmente entre el «presente de narración» y los pretéritos. En francés, esta heterogeneidad temporal se denomina también «rupturas temporales», mientras los ingleses la llaman tense-switching. El quid es averiguar cuándo y cómo esa alternancia aporta valor al texto potenciando el sentido del relato. Encuentro un buen ejemplo de heterogeneidad temporal en las primeras páginas de la novela de Theodor Kallifatides El arado y la espada (1975), recién publicada por Galaxia Gutenberg. Es la segunda parte de la trilogía, entre Campesinos y señores (1973) y Una paz cruel (1977), que trata del periodo comprendido entre la invasión nazi de Grecia en 1941 y el final de la guerra civil en 1949.


El arado y la espada –traducida del sueco por Carmen Montes Cano y Eva Gamundi Alcaide– empieza en presente, muy pronto hace incisos en pasado y llegado cierto punto sigue sin brusquedades con diferentes formas del pretérito, consiguiendo así tanto una jerarquización fluida de los hechos que relata como ubicar psicológica y emocionalmente al protagonista: 


La noche de la liberación // - El tío Stelios abre la ventana que da a la calle. En Yalós es de noche y reina el silencio. Un silencio denso, en el que la gente duerme o simplemente cierra los ojos y deja de buscar palabras, puesto que todas las palabras están dichas y todo lo que debía hacerse está hecho.

Es la primera noche de la liberación, una noche de mayo de 1944 y, en lo que respecta a Yalós, la guerra ha terminado. Los nazis se vieron obligados a retirarse no como vencedores, sino como perdedores. Por toda Grecia sopla un viento con el aroma del dulzor de la victoria, y el mundo se ha vuelto de repente más comprensible; un mundo de vencedores y de perdedores.

 

Algunos académicos llaman arrêt sur image (imagen congelada) a este procedimiento, donde con el presente de indicativo se toma una escena o un episodio especialmente relevante o significativo como eje desde el cual el narrador realiza aproximaciones o distanciamientos, como Kallifatides hace con el día de la liberación.


Mediante estas rupturas verbales se pretende «poner la acción en movimiento», efecto que también se observa en Si esto es un hombre, de Primo Levi. Aleksandra Koman corrobora por su parte lo dicho arriba en «Funzioni del tempo presente nella strategia narrativa» [Funciones del tiempo presenta en la estrategia narrativa]:

 

En los textos narrativos el tiempo presente sirve a menudo para subrayar un hecho importante, un momento crucial que marca un cambio en la vida del personaje y que provoca toda la serie de acontecimientos que seguirán. [...] Esta elección obedece a que, pasando al tiempo presente, el escritor consigue introducir al lector en el corazón del universo narrado. Por lo tanto, el lector tiene la impresión de encontrarse en la dimensión temporal de los acontecimientos contados por el narrador; de este modo queda nivelada la distancia temporal. (Traducción de la autora)

 

De momento, acepto el consejo de optar por el pretérito en textos no especialmente marcados por la búsqueda del efecto dinámico ya descrito, es decir no literarios. La decisión parece menos evidente cuando se trata de una novela enteramente escrita en presente o en una proporción tan significativa como para tomarla como ejemplo. Chuquet se fija en la obra de Patrick Modiano y examina qué decisión tomaron diferentes traductoras al inglés. La de Les Boulevards de ceinture  prefirió ceñirse al original y conservar «casi íntegramente la organización temporal del francés», mientras que la de Quartier perdu prefirió trasladar el presente al pretérito. El resultado es de esperar, dice: en la primera novela, determinados pasajes llaman la atención sobre sí mismos, aunque el resultado general es bueno. En la segunda se ha conseguido la fluidez tan buscada a cambio de cierto grado de pérdida con respecto del original. Añado que las traductoras españolas de Los paseos de circunvalación y Barrio perdido, María Teresa Gallego Urrutia y Adoración Elvira Rodríguez respectivamente, conservan el presente de indicativo del francés alternando con otros tiempos verbales cuando corresponde.


Ahí estamos: qué se pierde y cuánto afecta esa pérdida a la mejor recepción del sentido original, comparado con conseguir un texto conforme a los cánones del género. Entendemos, por supuesto, que la expectativa generada en el plano del lenguaje por una novela de Modiano es distinta de la que suele inspirar la autobiografía de un artista visual, sea fotógrafo o cineasta o pintor, ilustrador, etc. En el caso de Huguier, hay que tener en consideración no solo sus carencias retóricas sino también su estilo «pulsional»: relata su pasión y cómo la realización de sus proyectos fotográficos es el resultado del empeño en salvar obstáculos.


El dato que todavía me mantiene del lado del presente de indicativo es la importancia del episodio que Huguier eligió como inicio de su autobiografía, que un crítico de la vieja escuela llamaría «la escena primitiva».


El pasado siempre presente

Hija de la alta burguesía francesa, su padre era director de una plantación de caucho en Saigón y «al acabar la segunda guerra mundial regresa a Vietnam, comisionado por su compañía para recuperar el control sobre las plantaciones de caucho de Indochina después de la retirada de los japoneses». En las vacaciones escolares de 1950, Françoise, la pequeña de tres, asistía con los padres y sus hermanos a una fiesta en el elitista círculo de plantadores. Un asalto de los guerrilleros comunistas vietminh resultó en numerosos muertos y varios secuestrados, entre ellos Françoise, de ocho años, y su hermano, cuatro años mayor. El secuestro llegó a las portadas de los periódicos, se prolongó ocho meses y marcó la memoria de la futura fotógrafa. El acontecimiento, a la vez traumático y dramáticamente interesante, justifica que el relato arranque con este episodio porque supuso una forma de segundo nacimiento. El juego entre la presión de esos recuerdos intensos y singulares y la necesidad de establecerse en el presente, como le aconsejaba ya una monja del internado parisino donde sus padres la matricularon, se redobla con la conciencia y necesidad de distinguirse del entorno burgués. Distinta, que no renegada, y sin ínfulas de oveja negra, Huguier encaja mejor en la categoría, tan aristocrática por otro lado, de excéntrica.


El relato en tiempo presente parecería la opción que mejor casa con su personalidad despierta y reacia al autoanálisis. En sus reportajes y sus libros son periodistas o escritores los encargados de dar con la expresión precisa o feliz que sintetiza una experiencia o una cultura, en Francia o en el extranjero, que a veces ella retoma en la autobiografía.


Un último elemento que tomar en consideración sobre la preferencia por el presente narrativo es el que analiza Isabelle Dangy en «L’intériorité au présent de l’indicatif», publicado en la Revue critique de fixxion française contemporaine del año 2016. Aunque, como el título de la revista evidencia, se ocupa de la ficción, el artículo contiene varias reflexiones que considero válidas y trasladables a los discursos del yo, como las memorias o autobiografías. La selección de los episodios relevantes, el orden en que se presentan y el tono, pero también lo que se sugiere o se omite, emparentan el género autobiográfico con la novela o el cuento.


Para hablar de sí mismos, los fotógrafos suelen inclinarse por la fotobiografía, un subgénero «ennoblecido» desde la obra de Roland Barthes. Muchos artistas recurren a un negro para la redacción del texto mientras otros, mejor informados, prefieren una firma de prestigio que sea por sí misma un reclamo comercial. Hasta la publicación de Au doigt et à l’œil,  el trabajo de Huguier ha tenido siempre a otros por protagonistas, salvo J’avais huit ans, una fotobiografía sobre su regreso, cinco décadas después, a los escenarios de la plantación y de su secuestro en Camboya, una experiencia que nunca mantuvo en secreto, por lo que en su caso no se produce ese retorno de lo censurado o silenciado, en forma de aluvión de recuerdos y emociones, propio de muchas experiencias traumáticas de carácter violento. Es un episodio capital de su biografía que todos los perfiles y entrevistas mencionan y que se sobreentiende como catalizador de los temas que aborda en su carrera; ella ha declarado varias veces que la violencia de la que fue testigo hizo que no se dedicara al reporterismo de guerra.


Por no perder de vista el objeto de esta reflexión, la manera en que soslaya ahondar en ciertos temas y asuntos corrobora que el presente de indicativo en ficciones contemporáneas permite eludir la expresión de la vida interior del sujeto dando relieve, como en los reportajes, al relato de las acciones. Es también una manera de evitar manierismos «literarios»: el tono evocador, engolado o grandilocuente, o la idea del tiempo pasado dejado a la espalda, así como la concepción del relato de una vida como una serie de pasos que conducen inexorablemente al triunfo donde la selección de episodios sirve de recetario para el éxito destinado a aspirantes a fotógrafos. A favor del presente narrativo está su capacidad para conservar y reproducir la dinámica de la oralidad, su espontaneidad. O para transmitir cómo Françoise Huguier enfoca sus viajes fotográficos: «Leo mucho antes, sin saber lo que voy a fotografiar. También compro mucha documentación sobre el terreno, que descubro allí. Estoy totalmente impregnada por el instante presente».


Mediante el presente de indicativo, Huguier nos lleva  a creer que la memoria no ha elaborado los recuerdos –algo desmentido por la estructura elegida, pues cada capítulo aborda un tema sin seguir un orden estrictamente cronológico y puede referirse a distintos años– y que su vida entera se le aparece siempre al alcance de las palabras, sin operar una jerarquización previa de la relevancia de los diferentes eventos como determinantes de lo que da en llamarse «un destino de artista».


¿Y entonces?


La alternativa, dado que sigo creyendo que en la versión española no funciona mantener el presente de indicativo a lo largo de todo el libro, es ensayar la «perspectiva Kallifatides»: usar el pretérito en pro de la fluidez y conservar el presente en aquellos pasajes donde con él se transmiten las ideas que he desarrollado en este artículo.

Bibliografía

        Nueva gramática de lengua española, «El verbo (I). Tiempo y aspecto. El aspecto léxico. Los tiempos del modo indicativo. El aspecto verbal. Sus clases»: https://www.rae.es/gram%C3%A1tica/sintaxis/el-aspecto-verbal-sus-clases

        Avendaño Anguita, Lina, «Perspective et temps verbaux: problèmes de traduction», La Clé des Langues [en línea], ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), Lyon, marzo de 2010.
URL:
https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/langue/traduction/perspective-et-temps-verbaux-problemes-de-traduction

        Chuquet, Hélène, «L'alternance passé-présent dans le récit : contraintes de la traduction du français vers l'anglais», Meta, Journal des Traducteurs 45(2), 2000, 249–262. //https://doi.org/10.7202/002245ar

        Dangy, Isabelle, «L’intériorité au présent d’indicatif», en Revue critique de fixxion contemporaine, URL: http://journals.openedition.org/fixxion/6755

        Koman, Alexandra, «Funzioni del tempo presente nella strategia narrativa», en Annales Universitatis Paedagogicae Cracoviensis, Studia de Cultura FOLIA 218, 9(1) 2017; ISSN 2083-7275; DOI 10.24917/20837275.9.1.8

        Shams, Golrokh, Généralités sur les différents concepts de temps : du concept philosophique et physique au concept grammatical et linguistique, Université d’État d’Érévan.

        Zubiri, Xavier, Espacio. Tiempo. Materia, Alianza Editorial, Madrid, 1996, p. 299-300; citado en Fernández López, Justo, Indefinido y Aoristo.

Libros citados

        Huguier, Françoise, Au doigt et à l’œil. Autobiographie d’une photographe, Sabine Wespieser Éditeur, París, 2014.

        Kallifatides, Theodor, La espada y el arado, Galaxia Gutenberg, 2024. Trad. de Carmen Montes Cano y Eva Gamundi.

        Leiris, Michel, El África fantasmal. De Dakar a Yibuti (1930-1933), Pre-Textos, Valencia, 2007. Trad. de Manuel Arranz.

        Modiano, Patrick, Barrio perdido, Cabaret Voltaire, Madrid, 2012. Trad. de Adoración Elvira Rodríguez.

        , Los paseos de circunvalación, Anagrama, Barcelona, 2012. Trad. de María Teresa Gallego Urrutia.

        Pastoureau, Michel y Simonnet, Dominique, Breve historia de los colores, Paidós, Barcelona, 2006. Trad. de María José Furió.