miércoles, 27 de agosto de 2025

"Un equilibrio muy delicado entre fondo y forma”

De acuerdo con la bajada de este artículo de Alejandro Luque, publicado el 19 de agosto pasado en elDiario.es, "José Antonio Poderoso (foto) vierte al castellano la novela Ella Minnow Pea, de Mark Dunn, en la que una tiránica autoridad va prohibiendo letras conforme avanza la trama."

Así se traduce una novela intraducible: “Precisa cierta inclinación a la aventura para leerla, pero te lo pasas en grande”

Un texto lipogramático es aquel en el que se omite deliberadamente, a menudo con intención lúdica, una o más letras del alfabeto. Pero, ¿se puede concebir toda una novela así? El estadounidense Mark Dunn (Memphis, 1956) pensó en algún momento del nuevo siglo que valía la pena intentarlo. El resultado fue Ella Minnow Pea, una divertidísima ficción distópica que parecía intraducible al español, pero que el sello malagueño Eda Libros ha logrado llevar a imprenta gracias a las buenas artes de un joven traductor, José Antonio Poderoso Miranda.

Fue el propio Poderoso Miranda quien dio con la obra mientras acababa su máster de traducción en la Universidad de Málaga. “Buscaba una novela en inglés que hubiera tenido impacto para mi TFM, di con esta y me convenció de inmediato”, recuerda. “Me gusta mucho Orwell y me apetecía trabajar sobre alguna obra distópica, a ser posible que hablara de la libertad de expresión… Y encontré esta que, según el Dallas Morning News, es como si 'Orwell descubriera el Scrabble'”, rememora.

El joven traductor, de 27 años, no solo iba a por nota: también quería que esta faena fuera su tarjeta de presentación para el mercado editorial. “Era consciente de que está todo muy copado, hay muchos traductores buenos con años de experiencia, así que debía ponerme retos. Pero es que, además, la novela me había gustado de verdad. Había traducciones al alemán, al francés y al italiano, por lo que me extrañaba que nadie se hubiera atrevido a hincarle el diente en castellano”, reconoce Poderoso.

Juegos de palabras
Pronto descubriría por qué. Ella Minnow Pea está ambientada en una isla cercana a Carolina del Sur, donde se venera a un tal Nervin Nollop, un vecino especialmente hábil con la lengua en cuya memoria se erigió un monumento. De este van cayendo con el tiempo azulejos con letras, lo que es interpretado por la autoridad insular como un mensaje del más allá para que se prohíba su uso, incluso bajo amenaza de muerte… Con las consiguientes dificultades para el traductor.

“Tienes que mantener todo el rato un equilibrio muy delicado entre fondo y forma”, comenta Poderoso Miranda. “Hay abundantes partes que son totalmente intraducibles, por lo que te obliga a buscar soluciones imaginativas. Por ejemplo, hay un fragmento en que unas personas se rebelan contra el Consejo y para desafiar la prohibición de la letra 'a' hacen sonidos de patos, la onomatopeya 'cuac', que en inglés es 'quack'. Al pasarla al español no funcionaba, de modo que me permití ponerlos a imitar a los gallos, con el 'quiquiriquí'. Imagina que, cuando se prohíbe la 'c' y la 'q', en inglés puedes seguir preguntando '¿cómo estás?' o '¿qué tal?', pero en español se complica todo bastante. Por no hablar de la letra 'd' como nexo, posesivo… O la 'q' como nexo de subordinadas”, explica el traductor.

Para Poderoso Miranda, es solo una muestra de los muchos juegos de palabras y neologismos que ha tenido que afrontar. “Empecé por un fragmento y lo tuve claro: cuando me pusiera a traducir la novela entera, iba a ser bastante duro. Y hubo momentos en que tenía que dejarlo durante unos días o semanas, antes de poder seguir”, confiesa.

“Tienes que tratar de no perder de vista el objetivo, y ser consciente de que, en cierto modo, el traductor es también un creador. Por las características de esta novela, he sentido más esta responsabilidad, pero por lo general dejamos siempre algo de nosotros, al fin y al cabo, son nuestras palabras las que acaban en el papel, nuestra forma de hablar, nuestras decisiones”, asevera.

Entusiasmo compartido
Algo de lo que también era consciente el editor al frente de Eda, Francisco Torres, para quien Ella Minnow Pea fue un amor a primera vista. “Tengo cierta predilección por este tipo de libros –de hecho he publicado dos novelas de una de las pocas mujeres del grupo Oulipo, Anne F. Garréta: Ni un día y ¡Nel tajo!– por eso, cuando José Antonio presentó su trabajo de máster, le pedí que me lo mandara a mí, y me encantó. Empecé a leer asombrado y, a medida que avanzaba, me entusiasmaba mucho más”, confiesa el editor.

Aunque el nombre de Mark Dunn no es demasiado conocido en España, en su país goza de un notable predicamento gracias a sus ocho novelas publicadas –de las que esta supuso su brillante debut– y más de treinta obras de teatro. Una de ellas, por cierto, inspiró la popular película El show de Truman, según dictaminaron los tribunales ante los cuales peleó su indemnización.

El propio Mark Dunn explica a elDiario.es que “Ella Minnow Pea es una de varias obras, tanto para la página como para el escenario, en las que he experimentado con maneras de contar historias que nos sacan de los parámetros narrativos habituales, y lo hacen de maneras desafiantes y deliberadamente restrictivas”, comenta.

“Estoy muy satisfecho con lo que se ha hecho con este libro, aunque estoy algo limitado por no dominar el español. La novela se construye alrededor del uso de un pangrama específico, es decir, una sola frase que contiene todas las letras del alfabeto. El pangrama más habitual en inglés es 'The quick brown fox jumps over the lazy dog' [literalmente, 'El rápido zorro marrón salta sobre el perro perezoso']. Una traducción literal de esa frase no generaría un pangrama en español, por lo que cada nueva traducción requiere la creación de una frase pangramática completamente diferente”, reconoce el autor estadounidense.

Por ejemplo, en la versión en español de Ella, el pangrama que impulsa la historia se convierte en 'Jovencillo emponzoñado de whisky, ¡qué figurota exhibes!'. “A medida que se aprueban leyes y desaparecen letras del alfabeto tanto del pangrama como del propio libro, esas mismas letras deben desaparecer de este pangrama específico en español, exactamente igual que ocurre en la versión en inglés. ¡No es tarea fácil! Estoy muy entusiasmado por compartir esta historia –¡con otra vestimenta!– con un conjunto completamente distinto de lectores”, celebra el autor de la obra.
Algo más que acrobacias

Mark Dunn recuerda que su primera obra de teatro larga, Belles, trataba sobre seis hermanas, y toda la obra se desarrollaba a través de llamadas telefónicas entre ellas, así como monólogos telefónicos. Seven interviews son siete obras cortas, cada una utilizando una entrevista como motor. American Decameron ofrece 100 relatos breves, cada uno ambientado en un año diferente del siglo XX e incluye al menos una historia situada en cada uno de los 50 estados de Estados Unidos.

Por otro lado, Ibid cuenta su historia íntegramente a través de notas al pie de una biografía “perdida”. We five, publicado en el Reino Unido como Pentaptych, alterna una novela imaginada como escrita en la década de 1850, junto con otras cuatro versiones de esa historia contadas por cuatro novelistas posteriores: “Misma historia (más o menos), mismos personajes, pero con cuatro contextos históricos y geográficos diferentes, tan distintos como el Londres del Blitz o el Misisipi azotado por tornados en la América de la década de 1990”, apunta.

Ella Minnow Pea, aunque se prestaba perfectamente a desarrollarse mediante un mecanismo narrativo que literalmente iba eliminando una nueva letra del alfabeto conforme avanzaba la historia, fue distinta de cualquier otra cosa que haya escrito”, agrega, “pero solo porque siempre intento hacer algo nuevo y emocionante desde el punto de vista experimental, buscando ampliar los formatos y herramientas literarias que utilizamos para contar nuestras historias. Cuando Ella se publicó por primera vez, a veces me preguntaban si planeaba hacer algo similar para mi siguiente libro. La pregunta siempre me hacía sonreír. ¿Cómo escribes un libro parecido a Ella, cuando Ella no se parece a ningún otro libro que se haya escrito antes?”, se pregunta en tono irónico.

No obstante, Dunn señala algo que hace que Ella Minnow Pea sea extrañamente vigente: “La acrobacia literaria no fue la única razón por la que escribí esta obra. También quería abordar los importantes temas que atraviesan la novela relacionados con el ataque gubernamental a la libertad individual, los tipos de agresiones que los seres humanos hemos enfrentado durante cientos de años y que afrontamos con valentía hoy en día. La historia también plantea preguntas sobre la comunicación misma, y especialmente sobre la resiliencia del lenguaje, incluso bajo la opresión sancionada por el Estado”, comparte el autor.

Proezas y humor
Tanto el traductor como el editor coinciden en destacar que no solo se trata de una proeza lingüística, sino también de un producto lleno de humor. “Es una obra muy singular y divertida”, apunta Torres. “Te plantea un juego en el que tienes que entrar, y seguramente a la inmensa mayoría les costará un poco. Pero una vez que entras, te proporciona un placer y unos valores añadidos enormes. Eso sí, para leerla se necesita cierta inclinación a la aventura, y acabas pasándotelo en grande”.

Según Torres, “no pierdo la esperanza de que estos libros tengan su recorrido, aunque sabemos que no se trata de una apuesta comercial. Me interesa la literatura como producto creativo y confío en ella, aunque no lo tenga fácil. Pero mientras me vaya defendiendo, ahí seguiré”.

Tampoco pierde la esperanza José Antonio Poderoso Miranda de que la novela le abra alguna puerta: “Ahora estoy también con las oposiciones para profesor, seguramente intentaré compaginarlo con la traducción, pero me encantaría poder vivir de ello. Desde chico me gustaban los idiomas, y es lo que he querido ser todo el resto de mi vida”.

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