martes, 26 de agosto de 2025

Una antología de poesía mundial con el sello de Aurelio Asiain

Carlos Bravo Regidor publicó, el 23 de agosto pasado, una nota en El Heraldo de México, donde se ocupa de un reciente libro del traductor Asiain. En su bajada, dice: "Arriesgando otra definición, o mejor dicho, otra lectura posible, tengo para mí que se trata de una oda al oído poético del traductor, de un ejercicio celebratorio".

Muy diversas versiones

El miércoles se presentó Muy diversas versiones (Grano de Sal, 2025) de Aurelio Asiain (Ciudad de México, 1960): un libro raro. No es una típica compilación de poemas; no son sólo ensayos sobre la poética de la traducción; ni tampoco es un puñado de anotaciones eruditas, asombrosas o divertidas. Como supo describirlo Alberto Ruy Sánchez, es un poco todo eso y es más: un registro de los varios espíritus que se “escuchan” en un poema; un álbum que ordena muy distintas “aventuras literarias” de su autor; una secuencia de “aparentes digresiones” que terminan componiendo un “elogio de la traducción indirecta”. Lo dicho: es un libro raro.

Arriesgando otra definición, o mejor dicho, otra lectura posible, tengo para mí que se trata de una oda al oído poético del traductor, de un ejercicio celebratorio de la dimensión creativa que hay en la traducción practicada según el canon rebelde de San Jerónimo: “sentido por sentido y no palabra por palabra”. Y es que, como muestra con reiterada solvencia el propio Asiain, “la literalidad es una quimera”.

En las páginas de Muy diversas versiones desfilan clásicos grecorromanos (Aristófanes, Catulo y Ovidio) y más recientes (Stevens, Borges y Simic); viejos conocidos japoneses (Basho o Buson) y mexicanos (Tablada, Paz y Zaid). También hay hallazgos inesperados: un tristísimo poema que ‘constituye toda la literatura conocida de la lengua kamasiana’; un excéntrico traductor inglés de poesía asiática (Edward Powys Mathers) para el que “traducir era su única manera de tentar a las musas y su única originalidad posible estaba en el texto traducido, aun cuando fuera sólo la traducción la que lo creara”; y en una resonancia más contemporánea, nuevas desconocidas ucranianas , por lo menos para mí (Zaturenska, Bilotserkivets o Zabuzhko), a quienes Asiain tradujo como forma íntima de resistencia a la invasión rusa.

A fuerza de mezclar épocas, lenguas y géneros de poesía, Muy diversas versiones ofrece una suerte de ars poética de la traducción. No un tratado sistemático sino una devota divagación que encuentra su rigor precisamente en la libertad con la que se permite curiosear por aquí y por allá. Para Asiain traducir es menos una técnica que una disposición: una práctica que combina la humildad de trabajar con las palabras de otros (Asiain seguro me corregiría encabronado, “¡y del sentido!), pero también la audacia de arriesgar una versión propia de ellas.

Ahí radica la fértil rareza de este libro, en reivindicar como protagónica una labor literaria que por lo general se asume como meramente instrumental; en enseñarnos a escuchar no sólo el mundo de diferencia que pueden hacer diferentes traducciones, sino todos los mundos potenciales que habitan en ellas. Traducir poesía no es trasladar textos de un idioma a otro: es expandir su significado.

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