sábado, 6 de marzo de 2010

Enriquezca su vocabulario, ¡joder!

Pero mire usted

A veces, el desarrollo de una misma lengua se parece a la imagen que ofrece la fotografía que ilustra esta entrada.

Intercambiando noticias por mail, a propósito de la situación de los familiares de una amiga chilena y filóloga, que reside en España, ella se declaró francamente molesta de tener que sumar a su desesperación el malhumor que le producía estar escuchando hablar todo el santo día del terrible terremoto que asoló su país como de un "seísmo". Escribe: "Y para peor,  cada dos minutos te sacan lo del "seísmo".

Cuando el Administrador, algo asombrado, le preguntó a qué se refería con eso de "seísmo", ella respondió que es la forma que se usa en España para nombrar al fenómeno telúrico que conmovió a Chile. Entonces ella indica la consulta del diccionario de la RAE y la del Diccionario panhispánido de dudas, ése que lleva primero los escuditos de la Real Academia Española y después el de la Asociación de Academias de la Lengua Española, y que publicó pomposamente Santillana en 2005.

En el caso del primero –edición de 1970 y con el copete de la RAE todavía bajo (acaso por múltiples sospechas de franquismo, ese flagelo que nunca existió en España y que no dejó un millón de muertos)–, dice "seísmo: m., Terremoto, sismo." y, cuando se busca "sismo", dice: "m. Terremoto o sacudida de la tierra producida por causas internas, seísmo." Constan las dos palabras, aunque la segunda se describe con algo más de detalle, sin por ello caer en bravuconadas imperiales.

En el caso del Diccionario panhispánido de dudas, la entrada dice: "sismo. ‘Terremoto’. Esta es la forma usada en América, mientras que en España se prefiere la variante seísmo, más cercana a la etimología (del gr. seismós)".

A lo que ella escribe: "¿Te das cuenta? Pero, qué caraduras. "Seísmo" de lo que está cerca, cerquísima, es del francés, de donde lo tomaron en 1947, primera aparición de la palabra...". A lo que el Administrador, un tanto harto agrega: lo que molesta, lo que indigna es esa aclaración de nuevo rico, referida a la etimología.  Por vaya a saber qué asociación y no sin melancolía, el Administrador pensó: "Volvé a Troya, Eneas, te perdonamos".

viernes, 5 de marzo de 2010

"Tener presente la historia literaria"

Philip Krummrich, integrante del Department of English, Foreign Languages and Philosophy de la Morehead State University, publicó el siguiente artículo en el primer número de la excelente 1611. Revista de Historia de la Traducción (http://www.traduccionliteraria.org/1611/), publicación virtual dirigida por nuestros conocidos Marietta Gargatagli y Juan Gabriel López Guix, dentro del marco de la Universidad Autónoma de Barcelona. 

Acerca del papel de los traductores

 

En la jerarquía filológica, por lo menos en el ambiente norteamericano, la traduccción goza de menos prestigio que los estudios históricos y críticos. Aunque todo el mundo acepta la necesidad de la traducción, y aprovecha la contribución de los traductores, se suele considerar que el verdadero trabajo crítico consiste en analizar las obras desde algún punto de vista teórico. Ahora bien: sin incurrir en el error correspondiente, y subvalorar lo que hacen mis colegas, quisiera proferir algunas palabras en defensa de la importancia de la traducción, y comentar brevemente el papel de los traductores, el cual me parece más complejo y valioso de lo que se reconoce generalmente.

Todos sabemos que sin la traducción no tendríamos acceso a gran parte del patrimonio literario del mundo. Pero los traductores hacemos más que facilitar la lectura de obras originalmente escritas en diversos idiomas. Cuando se decide traducir cierta obra, se implica un juicio en cuanto al valor de dicha obra: ésta se traduce, mientras que mil otras no. Los que dependen de la traducción dependen por lo tanto del gusto de los traductores, quienes les dicen cuáles son las obras de la otra lengua que valen la pena. Yo, por ejemplo, que no leo el chino, tengo que aceptar las preferencias de los traductores que me ofrecen sus antologías de la poesía de la época clásica, o del cuento contemporáneo.

Claro está, los traductores no gozan de una libertad absoluta en este respeto. Todavía hay que convencer a la editorial o a la revista literaria del valor literario o comercial de los textos escogidos. A veces, no cabe duda, son las editoriales o las revistas las que escogen los textos e incitan a los traductores. Sin embargo, al fin y al cabo nosotros los traductores hacemos las traducciones: si no queremos, la nueva versión no existe. Es una gran responsibilidad.

Algunos prefieren limitarse a lo indudablemente válido, y así se acumulan las versiones del Quijote, de La Divina Comedia, de la poesía lírica de Catulo. Y con razón: no hay tal cosa como una traducción definitiva, y cada época tiene que volver a traducir las obras fundamentales. Otros se dedican a obras o autores relativamente oscuros o nuevos, con el objetivo de hacerlos conocidos en un nuevo contexto. Es de proyectos de este segundo tipo que quisiera decir algunas palabras ahora.

Se puede escoger según el gusto personal, y es un buen criterio: ¿para qué dedicar nuestro trabajo y energía a obras que no nos encanten? Pero también se puede tener presente la historia literaria, e intentar facilitar una comprensión más profunda de ella. Tal ha sido mi ambición en un libro que publiqué el año pasado: The Hero and Leander Theme in Iberian Literature, 1500-1800: An Anthology of Translations. La idea tuvo su origen en mi fascinación con dos obras maestras sobre el tema de Hero y Leandro, el poema cómico del inglés Christopher Marlowe (Hero and Leander, 1593) y la tragedia magnífica del dramaturgo austríaco Franz Grillparzer (Des Meeres und der Liebe Wellen, 1829). Al estudiar la historia del tema, me di cuenta de su gran popularidad en la literatura castellana de la Edad de Oro; también recordé que poseía un ejemplar de un cuento en catalán del año 1500, Historia de Leandre i Hero. Estudiando más la difusión del tema, aprendí que había sido un verdadero fenómeno literario de los siglos XVI-XVII, debido originalmente a un error cronológico: se creía que el poema griego de Museo era la obra más antigua que se había preservado de toda la literatura grecorromana. Lo que era más, advertí que en el resto de Europa y Norteamérica se desconocía casi completamente el corpus rico y variado de obras ibéricas sobre el tema de Hero y Leandro.

En fin, aunque muchas veces dudaba de mi capacidad de llevarlo a cabo, de alguna manera logré completar el proyecto, el cual incluye obras de varios géneros, de tres siglos, y de cuatro lenguas de la península (castellano, portugués, asturiano y catalán). Quizá algún día le sea de provecho para alguien; por lo menos está hecho. Espero que las traducciones sean acertadas; lo que sí sé es que la colección como colección vale algo. Incluye obras de veintitrés autores, algunos famosísimos, otros casi olvidados, y hace claro que la historia de la literatura de aquella época no se puede comprender totalmente sin tener en cuenta la inmensa popularidad del tema de Hero y Leandro.

Me parece evidente que otras —y seguramente mejores— antologías se podrían elaborar a base de la misma idea fundamental: la de una antología temática. Ha sido común publicar colecciones de obras de un autor o de un movimiento, y tales colecciones siempre constituirán la mayoría. Una alternativa, sin embargo, sería la antología que agrupara obras de diferentes épocas y lenguas, pero sobre el mismo tema. Qué fascinante, por ejemplo, poder leer ocho o diez de las obras de teatro basadas en el mito de Anfitrión, sea en castellano o en inglés, todas juntas en un tomo con una introducción general. Cuánto se podría aprender de la historia de la literatura occidental de una colección en torno a la figura polivalente de Ulises, la cual abarcaría interpretaciones tan diferentes entre sí como las de Giambattista Gelli, Alfred, Lord Tennyson, y Vicente Gaos, para citar sólo tres ejemplos de los muchísimos que hay. Cómo nos ayudaría a apreciar las ricas posibilidades de Don Juan, leer por lo menos selecciones de la gran diversidad de obras sobre el tema en el contexto europeo.

Si un traductor, o mejor un equipo de traductores, se animara a emprender tal proyecto, creo que el resultado sería de gran valor e interés —un tomo que se leería y se consultaría, un libro que provocaría nuevos trabajos.

Si alguien tiene el afán de traducir y busca un desafío, espero que estas palabras le animen a contemplar la posibilidad de una antología temática. Los traductores somos mucho más que máquinas para hacer disponible literatura de otras lenguas. Somos filólogos: tenemos la oportunidad, y quizá el deber, de ayudar a formar los gustos y redefinir el corpus de lo que se lee y se estudia. Hemos tenido que escuchar desde siempre el elegante juego de palabras en italiano: «Traduttore, traditore». Es cierto; ojalá los autores que he intentado traducir me perdonen las traiciones. Pero asimismo se puede decir: «Traduttore trasformatore».

jueves, 4 de marzo de 2010

Castellano para profesionales

La AIPTI (Asociación Internacional de los Profesionales de la Traducción y la Interpretación), flamante institución, presidida por Aurora Humarán, convoca a un "Primer Taller Intensivo de Lengua Española", en Buenos Aires, dictado por Dra. Alicia María Zorrilla, Licenciada en Filosofía y Letras (Universidad Complutense de Madrid, España) y Doctora en Letras (Universidad del Salvador, Argentina).

Quienes estén interesados pueden encontrar toda la información correspondiente en http://www.aipti.org/noticias/not13-aipti-anuncia-el-primer-taller-intensivo-de-lengua-espa%C3%91ola-buenos-aires.html

miércoles, 3 de marzo de 2010

Loor y gratitud

El miércoles 6 de agosto de 2008, la periodista Susana Reinoso publicó en el diario La Nación, de Buenos Aires, una entrevista con Berthold Zilly, quien tradujo en Berlín Facundo, civilización y barbarie. En estos días de congresos de la lengua virtuales, de polémicas sobre a qué castellano se traduce, de trujamanes contra lenguareces y de ferias de Frankfurt, tal vez no venga mal recordar, no sin alguna melancolía, a Domingo Faustino Sarmiento.

"Sarmiento fue un cosmopolita
de conciencia muy aguda"

Un ciudadano alemán entra a una librería en Berlín y dice: "Guten Tag, ich hätte gern das buch Barbarei und Zivilisation , von Domingo Faustino Sarmiento" ("Buen día, estoy buscando el libro Facundo, civilización y barbarie , de Domingo Faustino Sarmiento"). El episodio podría ser real, desde este año. La bella edición comentada en lengua alemana del Facundo , uno de los libros fundacionales de la cultura argentina, a cargo de un traductor de excelencia –Berthold Zilly–, salió en Alemania con 5000 ejemplares en tapa dura y ya vendió 4000. Es una edición numerada, que se vende a 32 euros. El libro es una joya a buen precio.

Zilly es consejero académico y profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Berlín. Es profesor honorario de la Universidad de Bremen e investigador en literatura brasileña de los siglos XIX y XX.

Vino a la Argentina a dar dos conferencias: una en el Instituto Goethe, que auspicia su viaje a Buenos Aires y otra en la Facultad de Filosofìa y Letras de la UBA, este jueves, a las 19. Abordará en cada caso la obra de Sarmiento y la del brasileño Euclides da Cunha, cuyo libro Os sertoes ( Los desiertos ) es también fundacional para la cultura brasileña.

Barbarei und Zivilisation (así, con la inversión de la sustancia) no es sólo para coleccionistas, aunque ha sido diseñado con preciosismo: la portada exhibe los colores celeste y blanco de la bandera argentina, con el sol en el centro. Y para que no queden dudas, en letras grandes dice: "Este libro es la Argentina".

En la contratapa, está el escudo nacional. El ejemplar está protegido por una sobrecubierta donde un gaucho hace un asado, uno de los arquetipos de la Argentina en el exterior.

¿Cómo conoció este "artesano de lo universal" , como llama la francesa Pascale Casanova a los traductores en La república mundial de las letras, la obra de Sarmiento?
Durante una charla con La Nación, en la que la traductora del Goethe, Carla Imbrogno, juzgó como "muy buena" la interpretación del Facundo en alemán, Zilly dijo que llegó a Sarmiento por Euclides da Cunha, el escritor brasileño que dio visibilidad a los desiertos nordestinos y sus miserias, y reveló su influencia en el imaginario socio-cultural de Brasil.

"En varios ensayos, Da Cunha cita a Sarmiento, a quien toma como modelo en el Facundo. Lo elogia como historiador y por su talento para evocar el pasado y vivificarlo en el presente. Ustedes tienen la pampa y el nordeste de Brasil, tiene el sertón (desierto). El trabajo de traducción fue arduo, porque hay que interpretar muchos arcaísmos", señala el traductor alemán.

Da Cunha cuenta en Os sertoes la constitución de Brasil y reflexiona sobre el futuro del vecino del Mercorsur. Zilly cuenta que la primera traducción de Da Cunha al español fue hecha por un argentino, Benjamín de Garay. El traductor alemán encuentra que Da Cunha y Sarmiento comparten la mezcla de géneros en Os sertoes y Facundo, civilización y barbarie . Pero en Sarmiento es muy marcada: va de la epopeya a la investigación folclórica, pasando por la ficción y la crónica de viaje. "En ambos hay una fuerte ficcionalización del relato de guerra", señala el traductor.

El libro tiene además un posfacio de 150 páginas, en el que Zilly pone a los lectores en autos sobre lo que este país fue en la primera mitad del siglo XIX. En la edición hay, además de puntillosas citas bibliográficas, fotos de gauchos, una de Sarmiento joven (imagen casi desconocida), un mapa histórico del país antes de su constitución como Nación, y otro actual.

–¿Qué imagen se hizo de la Argentina a través del Facundo, de Sarmiento?
–Las diferencias de este país están en su historia. Me quedé fascinado con el libro. Pensé que era problemático. Espero no haber provocado la ira de los peronistas. Cuando uno navega por Internet se entera de que Sarmiento tiene muchos enemigos. Lo llaman amigo de los imperialistas. Es una crítica exagerada pero no completamente absurda. Uno debe criticar una obra, no en sus debilidades, sino en el núcleo, donde el libro es más fuerte. Yo viajé por la Argentina, estuve en San Juan, porque me interesa desde hace décadas conocer este país. Facundo fue una llave para entrar en la Argentina y entender su cultura. El libro no sólo se anticipa, sino que hace a la fundación del Estado argentino. Con este libro, Sarmiento se convirtió en una potencia periodística y dejó atrás ese pasado de niño pobre del interior. Recurrí a muchas fuentes bibliográficas porque, por momentos, muchas de las cosas que leía en el Facundo me parecían ficción.

–¿Cómo hizo para conseguir editorial en Berlín?
–Busqué durante varios años una editorial. Luego se interesó Eich born Verlag, que tiene la colección "La otra biblioteca", dirigida por Hans Magnus Enzerberger (premio Príncipe de Asturias de la Comunicación 2002), en la que se han publicado también obras de Humboldt y Darwin, entre los más conocidos. Enzerberger ha dicho que hace los libros que quiere leer. El libro salió con una primera edición numerada, que se vende en librerías y por suscripción. Los lectores que lo compran son profesionales, personas curiosas y cultas, y amigos de la literatura de modo general.

–¿Y también tradujo a Borges para este libro?
–Sí, en el posfacio incluí un poema muy bueno de Borges, que se titula "Sarmiento".

–¿Qué otras obras contemporáneas del Facundo leyó para su traducción?
–Sarmiento tenía una conciencia cosmopolita muy aguda. Escribió Civilización y barbarie pensando en que se leyera en Europa. El quería que el hombre fuera leído. Primero leí dos obras que permiten entender su visión del mundo: Recuerdos de provincia y Viajes . Luego, los libros a los que él refiere: La cautiva y el Dogma socialista , de Echeverría; Don Segundo Sombra , el Martín Fierro, Tradición de lo gauchesco , Historia del gaucho. También leí, entre otros, a Tulio Halperín Donghi. Y muchos más.

–¿Cómo definiría el trabajo de un traductor, como constructor de la universalidad literaria, en el mundo actual?
–El papel del traductor no ha cambiado. Lo que han cambiado son las estrategias. La tarea de un traductor es examinar la fuente, el texto de partida, en todas sus dimensiones. Tiene que leerlo muy atentamente en todos sus detalles, porque debe llegar a soluciones. Muchas veces el trabajo es intuitivo. Después tiene que transformar esa lectura interpretativa de partida en una nueva meta. Tiene que darle una forma estética que provoque en un lector de otra cultura y, posiblemente de otra época, las mismas ideas, fantasias, emociones y sentimientos. También hay que introducir las experiencias históricas que tuvieron lugar después de la publicación de la obra. Por ejemplo, la cuestión del racismo, podía parecer una cuestión inocente en la época de Sarmiento, pero después de Auschwitz cambió por completo. ¿Cómo traducir la palabra "negro" al alemán? ¿Cómo schwarzer o como neger? La traduje como schwarzer, porque somos hoy más conscientes de sus connotaciones posiblemente racistas, aunque la palabra no lo sea. Saramago dice que los autores hacen literatura nacional y los traductores hacen literatura universal.

–¿Y qué relación estableció con Sarmiento durante la traducción?
–Uno se siente como un actor de teatro, porque asume un papel de intérprete de una obra que no es propia. Yo presto mi voz y mis palabras a un autor que no soy yo, pero que habla a través de mí. Establecí mucha empatía con Sarmiento, pero también tuve que poner distancia crítica. Yo tuve que entrar en él y a la vez, traerlo a mi tiempo y a mi lengua, para que lo comprendan los lectores que son mis contemporáneos.

Trujamanes y lenguaraces

Fernando Sorrentino publicó en El trujamán del 10 de septiembre de 2001, la siguiente reflexión, que tiene como escenario nuestra campaña durante el siglo XIX.

Los pacientes trujamanes del campo argentino

De las dos acepciones que el DRAE (1992) da para trujamán, en este caso nos interesa la primera: "intérprete, persona que se ocupa en explicar a otras, en idioma que entiendan, lo dicho en lengua que les es desconocida".

Según el mismo diccionario, lenguaraz significa más o menos lo mismo: "Que domina dos o más lenguas".

Que yo sepa, el término trujamán no se utilizó en la Argentina. En la época en que era necesario conversar –o más bien parlamentar– con los indios, el que realizaba la labor de intérprete entre aquéllos y los hombres blancos se llamaba exclusivamente lenguaraz. Tanto podía ser un indio como un cristiano.

Hilario Ascasubi (1807-1875) publicó en 1872 el desvaído –por expresarlo con suavidad– poema gauchesco Santos Vega o Los mellizos de la Flor. En su extenso transcurso, el vocablo aparece sólo una vez, y es al principio del canto XII:

Un tal Bruno Salvador,
porteñazo lenguaraz,
era entonces capataz
de la Estancia de la Flor.

Evidentemente, a Ascasubi el vocablo le pareció poco castizo, pues le pareció útil poner una llamada en lenguaraz y anotar: "Lenguaraz: intérprete para los indios, o todo el que habla otro idioma distinto del suyo".

En cambio, digamos que, por razones operativas, el lenguaraz desempeña papel muy importante en los diálogos que Lucio V. Mansilla (1831-1913) entabla con los indígenas de la zona del Río Cuarto (Córdoba). El capítulo II de Una excursión a los indios ranqueles (1870) expone uno de estos parlamentos (que transcribo después de haberme permitido corregir la muy deficiente puntuación del original):

Un parlamento es una conferencia diplomática.
La comisión se manda anunciar anticipadamente con el lenguaraz. Si la componen veinte individuos, los veinte se presentan.
Comienzan por dar la mano por turno de jerarquía y, en esa forma, se sientan, con bastante aplomo, en las sillas o sofás que se les ofrecen.
El lenguaraz, es decir, el intérprete secretario, ocupa la derecha del que hace cabeza.
Habla éste y el lenguaraz traduce, siendo de advertir que, aunque el plenipotenciario entienda el castellano y lo hable con facilidad, no se altera la regla.
Mientras se parlamenta hay que obsequiar a la comisión con licores y cigarros.
Los indios no rehúsan jamás beber, y cigarros, aunque no los fumen sobre tablas, reciben mientras les den.
Pero no beben ni fuman cuando no tienen confianza plena en la buena fe del que les obsequia, hasta que éste no lo haya hecho primero.
Una vez que la confianza se ha establecido, cesan las precauciones, y echan al estómago el vaso de licor que se les brinda […].
El parlamento se inicia con una serie inacabable de salutaciones y preguntas, como verbigracia: «¿Cómo está usted? ¿Cómo están sus jefes, oficiales y soldados? ¿Cómo le ha ido a usted desde la última vez que nos vimos? ¿No ha habido alguna novedad en la frontera? ¿No se le han perdido algunos caballos?».
Después siguen los mensajes, como por ejemplo: «Mi hermano, o mi padre, o mi primo, me han encargado le diga a usted que se alegrará que esté usted bueno en compañía de todos sus jefes, oficiales y soldados; que desea mucho conocerle; que tiene muy buenas noticias de usted; que ha sabido que desea usted la paz y que eso prueba que cree en Dios y que tiene un excelente corazón».
A veces cada interlocutor tiene su lenguaraz, otras es común.
El trabajo del lenguaraz es ímprobo en el parlamento más insignificante. Necesita tener una gran memoria, una garganta de privilegio y muchísima calma y paciencia.
¡Pues es nada antes de llegar al grano tener que repetir diez o veinte veces lo mismo!

martes, 2 de marzo de 2010

Minos gruñe, no ulula

Ayer, 1 de marzo, tuvo lugar la primera de las actividades del año del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires. Se trató de una charla de Jorge Aulicino a propósito de los problemas que se le fueron presentando durante la traducción de La Divina Comedia, tarea todavía en proceso de realización, cuyas primeras versiones pueden consultarse en el blog Otra iglesia es imposible.

Quienes deseen ver y oír la presentación de Aulicino, así como el posterior diálogo con los presentes, pueden hacerlo yendo a http://www.ustream.tv/recorded/5120044

Jorge Aulicino nació en Buenos Aires en 1949. Periodista de profesión, se desempeña como editor adjunto de la revista de cultura Ñ, del diario Clarín. Integró asimismo los consejos directivos de las revistas El juguete rabioso y Diario de Poesía. A la fecha lleva publicados lo siguientes volúmenes de poesía: Mejor matar esa lágrima (Buenos Aires, 1971), Vuelo bajo (Buenos Aires, Ediciones El Escarabajo de Oro, 1974), Poeta antiguo (Buenos Aires, Ediciones Botella Al Mar, 1980), La caída de los cuerpos (Rosario, el lagrimal trifurca, 1983), Paisaje con autor (Buenos Aires, Ed. Ultimo Reino, 1988), Magnificat (Buenos Aires, Mickey Mickeranno, 1993), Hombres en un restaurante (Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 1994), Almas en movimiento (Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 1995), La línea del coyote (Buenos Aires, Ediciones del Dock, 1999), La poesía era un bello país. Antología 1974-1999 (estudio preliminar por Marcelo Cohen; entrevista por Jorge Fondebrider, Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 2000), Las Vegas (Buenos Aires, Selecciones de Amadero Mandarino, 2000), La luz checoslovaca (Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 2003), La nada (Buenos Aires, Selecciones de Amadero Mandarino, 2003), Hostias (Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2004), Máquina de faro (Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2006) y Cierta dureza en la sintáxis (Buenos Aires, Selecciones de Amadeo Mandarino, 2008). Como traductor, además de haber realizado versiones de Eugenio Montale, Valerio Magrelli y Rodolfo Wilcock, publicó Robin Hood y otros poemas, de John Keats (Buenos Aires, Selecciones de Amadero Mandarino, sin mención de fecha) y Rimas, de Guido Cavalcanti (Buenos Aires, Selecciones de Amadero Mandarino, 2006). Bajo la luna anuncia para este año la publicación de Trabajar cansa, de Cesare Pavese. Administra el blog Otra iglesia es imposible (http://campodemaniobras.blogspot.com/)

Foto: Guido BonFiglio

lunes, 1 de marzo de 2010

Para quien no lo sepa, otra iglesia es imposible

Dado que hoy, 1 de marzo, Jorge Aulicino abre las actividades de 2010 del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, no está mal recordarles a los lectores que él es el administrador de un blog de poesía que muy probablemente pueda considerarse como el más importante de la Argentina y tal vez como uno de los más destacados de la lengua castellana.

Allí, día tras día desde agosto de 2006, Aulicino ha acumulado un número importantísimo de poemas escritos en castellano y de traducciones propias y ajenas de poemas escritos en otras lenguas. Unos y otras se ordenan claramente por colecciones y, en el caso de la poesía argentina, por categorías que coinciden con las décadas en las cuales comenzaron a publicar los poetas que firman los poemas.

El blog se plantea como un "museo de poesía antigua y contemporánea" y, por lo tanto, ofrece "colecciones" de exposición permanente –como, por ejemplo, aquellas que reúnen la traducción que Aulicino viene realizando de la Divina Comedia, de Dante Alighieri, o de Las cenizas de Gramsci, de Pier Paolo Pasolini– y otras que sólo se exhiben durante un tiempo, antes de pasar a engrosar a título general el catálogo del blog.

En otro orden, la columna de la derecha ofrece una gran cantidad de información sobre lo publicado en el blog, sobre otros blogs, cursos y seminarios, revistas de poesía, editoriales dedicadas al género, noticias del mundo, etc.

Por último, si se busca en el ítem "del editor", podrá accederse a todos los libros editados por Aulicino, así como a muchos de sus artículos y columnas periodísticas.

Y como no podía ser de otra manera, aunque el blog se llama Otra iglesia es imposible, se accede a él buscando http://campodemaniobras.blogspot.com/