viernes, 15 de febrero de 2013

Una encuesta para traductores (11)

Ana Ojeda
Nacida en Buenos Aires, en 1979, es scritora, traductora y editora del pequeño sello El 8vo. loco (www.el8voloco.com.ar). Tradujo, entre otros, a Alain Badiou, Aimé Césaire, Slavoj Zizek y Judith Butler. Es autora de las novelas Modos de asedio y Falso contacto, de reciente aparición.

1) ¿En que se parecen la traducción y la escritura? ¿En qué se diferencian?
Creo que se parecen mucho. Para mí, la traducción es una especie de escritura con red, me da el gozo de la seguridad: sé que estoy traduciendo a un gran escritor, con lo cual no me puedo equivocar. Probablemente sea más una construcción psicológica que una realidad, porque resulta evidente que existen pésimas traducciones de grandes libros, pero para mí funciona así. Es la posibilidad de encontrar algo bello, que me gusta y disfruto, y jugar con eso hasta dar con una formulación adecuada, que le haga justicia. En este sentido, en la traducción, a diferencia de lo que sucede en la escritura, hay límites (de aquí, probablemente, la seguridad que mencionaba recién), hay una contención muy fuerte impuesta por el autor, el tiempo en que fue escrita la obra, el tono del original, etc.

2) ¿Debe notarse u ocultarse el hecho de que un texto sea traducción de un original?
Yo aprecio cuando la figura del traductor, y su rol, están resaltados porque si leo a Raymond Carver en castellano me doy cuenta de que estoy leyendo a Carver y a su traductor, en una superposición de capas, de constructo. Por eso también valoro muchísimo las traducciones argentinas de libros extranjeros, me resultan mucho más placenteras de leer que las españolas.
Creo que la visibilidad del traductor debe aumentar también como una forma de otorgarle visibilidad a la responsabilidad de la que se hace cargo.

3) ¿Debe ser más visible el traductor que la traducción?
Tanto el traductor como su labor deben ser visibles. Ahora bien, pienso que la traducción es, en definitiva, el porqué del traductor y lo que finalmente interesa.


Laura Fólica
Foto: Philippe Soubias

Traductora literaria por el IES Lenguas Vivas y licenciada en ciencias de la comunicación social por la Universidad de Buenos Aires. Obtuvo la maestría en literatura comparada y traducción literaria de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, donde actualmente realiza el doctorado. Ha sido docente en la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, el IES Lenguas Vivas y la Universitat Pompeu Fabra. Trabaja desde 2005 como traductora para editoriales y medios audiovisuales.  Actualmente reside en Barcelona.

1) ¿En que se parecen la traducción y la escritura? ¿En qué se diferencian?
La traducción es escritura de una escritura. Cuestionar la mímesis abre nuevos posibles para reflexionar sobre la traducción. Pensar la traducción como lectura puesta en sintagma, siguiendo las palabras del otro, aquí y ahora.

2) ¿Debe notarse u ocultarse el hecho de que un texto sea traducción de un original?
Salir de la pregunta prescriptiva permite romper con la famosa fetichización de la mercancía, sean torpedos, textos o turrones. El proceso deja necesarias huellas sobre el producto; mostrar u ocultar sus huellas son ensayos de superficie, advertir esto permite tomar conciencia de una construcción social del sentido.

3) ¿Debe ser más visible el traductor que la traducción?.
Salir de la pregunta prescriptiva permite situar al traductor en el entramado de fuerzas sociales que lo tensan, distienden o tienden hacia lados, gustos o discursos. Disposiciones, no meramente objetivas, no meramente subjetivas, ahí está Bourdieu haciendo equilibrio en el listón que reúne la estructura con la construcción.

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