Dos traductores chilenos, que además son poetas, responden a la encuesta del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires.
Verónica Zondek
Nacida en Santiago de Chile en 1953, reside en la ciudad de Valdivia. Poeta, traductora y gestora cultural, se licenció en Historia del Arte en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Forma parte del Comité Editorial de LOM Ediciones y de algunas revistas en Chile y el extranjero. Es Asesora Externa del Dpto. de Coordinación de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile de Valdivia. Dirige y coordina talleres de lectura en la Corporación Municipal de Valdivia y en Centros Culturales. Ha participado en numerosos encuentros literarios, tanto en el país como en el extranjero y ha sido organizadora o co-organizadora de muchos. Ha formado parte del jurado de concursos y ha obtenido dos veces la beca que otorga el Fondo del Libro para escribir y el 2007 la beca Fondart. El 2012 recibe el fondo CONARTE de la Municipalidad de Valdivia. Ha sido publicada en innumerables antologías y revistas tanto chilenas como extranjeras. Sus libros publicados a la fecha son: Entrecielo y entrelinea (Santiago de Chile, Ediciones Minga, 1984), La sombra tras el muro (Santiago de Chile, Ediciones Manieristas, 1985), El hueso de la memoria (Buenos Aires, Editorial Ultimo Reino, 1988 y 1995, y Santiago de Chile, Editorial Cuneta, 2011), Vagido (Museo Rayo, Roldadillo, Colombia, Ediciones Embalaje, 1990 y Buenos Aires, Editorial Ultimo Reino, 1991), Peregrina de mí (Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio, 1993), Membranza (Ottawa, Editorial Cordillera/ Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio, 1995), Entre lagartas (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1999), El libro de los valles (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2003), Por gracia de hombre (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2008), La raíz del viento (fotografía de Abel Lagos, Valdivia, Editorial Kultrún, 2008), Memoria sensible de la sinagoga de calle Serrano (fotografía de Pilar Cruz; Santiago, Chile, Ograma Impresores, 2009). La ciudad que habito (Valdivia, Editorial Kultrún, Valdivia, Chile, 2012). También ha realizado la muestra de poesía chilena Cartas al azar (en colaboración con María Teresa Adriasola; Santiago de Chile, Ediciones Ergo Sum, 1989). Sus trabajos ensayísticos e investigaciones incluyen: El ojo atravesado - correspondencia entre Gabriela Mistral y los escritores uruguayos (epistolario), edición, selección, notas y comentarios de Verónica Zondek y Silvia Guerra (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2005) y El ojo atravesado II - Gabriela Mistral entre los uruguayos, edición, selección, notas y comentarios Verónica Zondek y Silvia Guerra (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2007). Como traductora ha publicado Poemas de Derek Walkott (Santiago de Chile, Ediciones Bajo el Volcán, 1994), Poema sobre mis derechos, de June Jordan (Santiago de Chile, Cuadro de Tiza Ediciones, 2010) y La Morgue y otros poemas, de Gotfried Benn en la revista electrónica No retornable, Vol. 12. Su bibliografía se completa con el cuento infantil La misión de Katalia (Santiago de Chile, Editorial Faro de Luz, 2002).
1) ¿En que se parecen la traducción y la escritura? ¿En qué se diferencian?
La traducción es escritura. El proceso de traducir sólo se diferencia de la escritura en que el primero trabaja a partir de un texto original que funciona como un pie de fuerza. El poema que traduzco es el que dispara lo que escribiré y esto se diferencia de lo que sucede con un escrito propio donde el disparador puede ser cualquier pensamiento, imagen, experiencia, etc... Hay también en el impulso por traducir un poema un deseo de leer-acercarse al trabajo escritural de un autor(a) que es otro(a), y ese comienzo es distinto en parte, y sólo en parte, al que impulsa la escritura de un poema no relacionado con la escritura de otro(a). Sin embargo este deseo de apropiarse, conocer y recorrer la escritura de otro(a) trayéndolo a mi lengua madre coincide (cuando la traducción no es sólo por dinero sino que parte de un proceso personal) con la experiencia de escribir un poema propio. Responde a impulsos similares, aunque su disparador sea distinto. Es en ese sentido que me parece que un poema traducido es también e igual al que uno escribe, es decir, una creación que se inicia a partir de “algo” que potencia o que da inicio a una escritura porque algo en ella nos remite a un mundo por recorrer y plasmar en el papel (ya sea eso los versos de otros o la realidad propia). No es posible obviar el hecho de que uno lee/escribe desde lo que uno es y eso es siempre el resultado de una circunstancia histórica, geográfica, personal y genética. Puedo decir también que toda escritura responde a un afuera que de algún modo impulsa una necesidad de expresión que se materializa en escritura.
2) ¿Debe notarse u ocultarse el hecho de que un texto sea traducción de un original?
Creo que no debe ocultarse ya que es un hecho de la causa. Pero tampoco pienso que deba hacerse una cuestión del hecho mismo. Finalmente un poema traducido se lee como un poema y debe funcionar como tal. El que haya sido traducido o no, es un hecho secundario al hecho de que este funcione. Debe quedar claro que es traducido sólo porque el lector del poema traducido puede querer mirar el original (por deformación profesional, por curiosidad, por interés, etc..), aunque de todos modos lo que importa realmente es que el poema sea un buen poema. Lo mismo podría decirse de esa pasión contemporánea por saberlo todo del autor(a). No me parece necesario para nada, pero si el lector así lo desea, tampoco me parece que es posible obviar la necesidad de otros.
3) ¿Debe ser más visible el traductor que la traducción?
Creo que el poema es el que debe ser visible. El poeta, en este caso también traductor, es un ser vivo y transitorio. Lo único que queda es el poema por lo que creo que esa visibilidad responde a la necesidad de un ego determinado o a la necesidad, quizás, de dejar el dato visible para obtener un trabajo. Sin embargo, si nos remitimos al poema creado y no a las necesidades de quien lo crea, pues pienso que lo único que importa es que la traducción permanezca viva e interfiera en una realidad dada. Obviando lo dicho hasta ahora, me parece que el poeta traductor, en el caso del poema traducido, es el que encontró el poema y sintió la necesidad de reescribirlo en su lengua madre para entregárselo a un lector que no conoce la lengua original en que fue escrito. En ese sentido, él es el autor del poema dado y responde a un impulso del traductor que a su vez fue generado por el impulso al que respondió el poeta de la versión primera. Las transformaciones que este poema pueda llegar a tener en sucesivas traducciones responde también a las necesidades y búsquedas y vivencias con las cuales un lector se acerca al poema. Entonces ¿quién es el autor de ese poema?
Armando Roa Vial
Poeta, ensayista, traductor y antologador, nacido en Santiago en 1966. Ha recibido el Premio de la Crítica (2001) y el premio Pablo Neruda (2002). A la fecha ha publicado Georg Trakl. Homenaje desde Chile. (Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 2004), Elogio de la Melancolía (edición definitiva) (Santiago de Chile, Beuvedrais Editores, 2008), Cántico del Sol. Antología Poética de Ezra Pound. (edición definitiva) (Santiago de Chile, Beuvedrais Editores, 2008), Robert Browning. Poesía Escogida. (edición definitiva). (Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 2008), El Navegante. (edición definitiva) (Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 2009), Ezra Pound. Homenaje desde Chile (en coautoría con Armando Uribe) (Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 2010), El Cantar del Hierro: Beowulf y otras Lecturas Anglosajonas (Santiago de Chile, RIL, 2010), Ejercicios de Filiación (poesía completa 1998-2008, en edición revisada) (Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 2010), Covers. 36 poetas en lengua inglesa. (Santiago de Chile, Uqbar Editores, 2010), La Invención de Chile (en coautoría con Jorge Teillier) (Santiago de Chile, Fondo de Cultura Económica 2011), Tarde o temprano. Antología poética de Thomas Hardy. (Santiago de Chile, Pfeiffer Editores, 2012) Shakesperean Blues. Poemas. (Santiago de Chile, Uqbar editores. 2012).
1) ¿En que se parecen la traducción y la escritura? ¿En qué se diferencian?
Para mí son operaciones muy similares. La escritura se alimenta del mundo personal de un autor, pero también de sus lecturas atentas y rigurosas; la traducción, entendida desde una perspectiva creativa, si bien parte del “pie forzado” de un texto determinado, y entrecomillo “pie forzado” porque en ese punto de partida están también involucradas las afinidades y asombros del traductor en su papel de lector apasionado, en su punto de llegada se nutre de las vivencias personales únicas e intransferibles del traductor/lector que terminan generando, finalmente, un texto diverso.
2) ¿Debe notarse u ocultarse el hecho de que un texto sea traducción de un original?
La literatura permite espacios de juego flexibles. Creo que parte esencial de la apuesta traductoril es permitir la reescritura y relectura de un texto, generar un contrapunto, y, desde ese punto de vista, no está demás el regalar algún guiño al lector.
3) ¿Debe ser más visible el traductor que la traducción?
El texto ante todo. Ojalá la literatura fuera anónima.
jueves, 14 de febrero de 2013
Una encuesta para traductores (10)
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