Complejos y prejuicios
"Atento a la frecuente y extensiva utilización del participio munido en el lenguaje burocrático vernáculo (administrativo, judicial, policial, institucional, por nombrar algunos), especialmente en las esquemáticas fórmulas prescriptivas, por ejemplo «Deberá concurrir munido del certificado de habilitación», me surgió la inquietud de averiguar su origen y significación. Para mi sorpresa, no se encuentra incorporada la palabra munir en el Diccionario de la Real Academia Española ( DRAE ). Sí se registra muñir , que en su primera acepción significa ´concertar, disponer, manejar las voluntades de otro´ y ´llamar o convocar a las juntas o a otra cosa´ en la segunda", escribe Fernando Ricciardini.
Como puede verse por las definiciones que cita el lector, el verbo muñir , que tiene otro origen, no está relacionado con munido . En cuanto a munido , bien observa Ricciardini que es un participio, por lo que no hay razón para que esté en el diccionario, porque los verbos figuran en los diccionarios por sus infinitivos, pero si buscamos munir o munirse , comprobamos que tampoco está. Y, si consultamos el sitio de la Academia en Internet ( http://www.rae.es/ ), tampoco encontramos indicación de que se haya decidido incluirlo en la próxima edición del DRAE .
Curiosamente, munirse figura en el Diccionario panhispánico de dudas ( DPD ). Esto es curioso porque, si bien es cierto que en el DPD se registran muchas palabras y construcciones que la Academia considera inaceptables, en esos casos siempre las escribe con un signo que lo indica, y munirse no tiene esa marca infamante. Leemos en el DPD : "munir(se). ´Proveer(se)´ : «Los cazadores deberán munirse de licencia de caza en los clubes de esa especialidad» ( DPrensa [Arg.] 24.4.92). Este verbo, tomado del francés munir , se documenta en español desde las primeras décadas del siglo XX, siempre en infinitivo o participio, pero no parece haberse generalizado en el uso; hoy tiene cierta vitalidad en algunas áreas americanas, especialmente en el Cono Sur, y es infrecuente en España. Es preferible emplear en su lugar los verbos tradicionales proveerse , pertrecharse o armarse, así como sus respectivos participios, provisto, pertrechado y armado".
En el artículo del DPD se nota cierta vacilación. La voz no se rechaza de entrada, pero se advierte que es preferible usar otras. Y se dice que "no parece haberse generalizado en el uso", pero que "tiene cierta vitalidad en algunas áreas". La explicación puede estar en dos hechos: fue tomada del francés y se usa menos en España que en América.
Munirse y munido son de esos galicismos que en un tiempo fueron considerados vitandos por los puristas. Cuando se incorporan voces extranjeras, una actitud prudente no es descabellada en un primer momento, pues muchas de esas novedades no pasan de ser una moda efímera. Pero con el tiempo las cosas se asientan y algunas de esas palabras se adaptan perfectamente a la fonología y gramática de la lengua que las recibió y ya no deben considerarse extranjerismos. Así sucedió con los galicismos que invadieron el español durante el siglo XIX y la primera parte del XX: muchos fueron olvidados y otros llegaron para quedarse.
Por supuesto, en determinado momento, por circunstancias históricas y culturales, unas lenguas son las que más dan y otras son las que más reciben, pero los intercambios ocurren siempre. Hoy en día, ante la pérdida de influencia del francés y la invasión de anglicismos, los galicismos ya no inquietan tanto. Y los puristas pueden tranquilizarse considerando que munirse y munido vienen del latín. El verbo latino munire significa básicamente ´fortificar´ (de ahí munición ), pero tiene acepciones figuradas por las que se llega al sentido que le damos actualmente. Muchas palabras latinas se perdieron y fueron retomadas en algún momento de la evolución de las lenguas romances (son los cultismos) y adquirieron sentidos nuevos.
Si munirse fuera más frecuente en España, seguramente la Academia lo habría incorporado ya al diccionario oficial, pero como se usa más en el lejano Cono Sur, y las academias sureñas al parecer no han reclamado su incorporación, solo ha merecido un artículo ambiguo en el de dudas. No suena lindo, es verdad, pero esto se debe a que pertenece al léxico burocrático y, cuando aparece en el lenguaje corriente, se usa por imitación, no siempre burlesca, de aquel. Y que no sea lindo no significa que sea execrable.
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