La noticia, anunciada por la agencia TELAM el pasado 26 de abril, fue
recogida por todos los medios de comunicación. Sin embargo, lejos de ser buena, sirve para entender al menos dos cosas: a) lo caros que están los libros argentinos en la actualidad, y b) lo bajo del poder adquisitivo de muchos de sus usuarios quienes, con sus
sueldos, no pueden permitirse comprarlos. No faltará el cínico que venga con lo
del vaso medio lleno o medio vacío. Podremos suponer que en el suyo no falta el
champagne.
Podrán comprarse en
tres cuotas
los libros de impresión nacional
Así lo informó la Secretaría de Comercio. Los ejemplares se venderán en
3 cuotas sin interés desde este jueves hasta el 15 de mayo en todos los
comercios del país.
"De esta manera, a través del Ahora 3, el Estado favorece la
promoción de hábitos de lectura y cultura, en sintonía con el acontecimiento
cultural más importante de Latinoamérica, la Feria Internacional del
Libro", se informó oficialmente.
Los libros de impresión nacional podrán ser adquiridos en comercios de todo el país, todos los días entre el 27 de abril y el 15 de mayo, durante la fecha de funcionamiento de la Feria.
"El objetivo es contribuir con la promoción de la obra literaria como fuente de desarrollo cultural y estimular la demanda de libros durante uno de los eventos culturales más importantes que se desarrollan en nuestro país, como lo es la Feria del Libro", señaló el subsecretario de Comercio Interior, Javier Tizado.
En este sentido, añadió que se extiende "el beneficio
para que los consumidores puedan comprar en 3 cuotas sin interés libros de
impresión nacional y de esa manera fomentar la industria local".
Me pregunto siempre cuál es la razón de que el libro esté caro, porque siempre el libro está caro. Si la tesis es que el mercado regula, la demanda habría superado la oferta. Pero creo que no es así, a simple vista. Sucede más bien lo contrario. Entonces, ¿por qué se encarece el libro contra todas las leyes del mercado? Por un razonamiento que sólo se demuestra con números y que funciona en ciertas ocasiones para las empresas: mejor poco y caro. A un mercado chico al que por añadidura cuesta mucho dinero estimular, se responde con criterio de "negocio boutique". Por más que maneje millones de dólares, el mercado del libro, en general -y en América latina muy en particular- parece más bien chico comparado, por ejemplo, con el capital que en este momento tiene Apple sólo fuera de Estados Unidos: 250.000 millones de dólares. Toda la industria "tech" estadounidense tiene afuera de los Estados Unidos más de un billón (un millón de millones) de dólares. No sé el valor de la industria editorial en EE.UU. ni su tasa de ganancias, pero en billones no se mide, seguro. Y es un país en el que se puede hablar de "ventas masivas" de algunos libros. El Estado debería ofrecer algo más que un paliativo como el plan tres cuotas, que no llegará a arañar la superficie del problema. Pero, honestamente, no sé qué puede hacer, excepto regalar libros. Y no estoy seguro de que eso funcione tampoco en cuanto estímulo de la lectura.
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