Barbara Bertoni |
Barbara Bertoni es una traductora italiana
establecida en México. Lo que se lee a continuación es su primera colaboración para
este blog. Se trata de un diálogo entre ella y la española Helena Lozano
Miralles, desde 1995 traductora al castellano de la obra de Umberto Eco.
El placer de traducir a Eco
Helena Lozano Miralles |
Helena Lozano Miralles (Madrid) es profesora en la
Universidad de Trieste y traductora de Umberto Eco al español. Buena parte de
su labor como investigadora universitaria la ha desarrollado en el campo de la
traducción. Ha colaborado con varios grupos de investigación dentro dela lexicografía,
didáctica de lenguas extranjeras, traductología, traducción especializada y
lingüística de corpus. Tiene un sinfín de artículos y ponencias en los que
reflexiona sobre su experiencia al traducir a Eco y donde aborda dificultades
concretas de su día a día como traductora. Entre sus traducciones de Umberto
Eco destacan La isla del día de antes (1995), Kant y el ornitorrinco (1999),
Baudolino (2001), Segundo diario mínimo (2003), La misteriosa
llama de la reina Loana (2005), Decir casi lo mismo (2008), El
cementerio de Praga (2010) y Número Cero (2015). Todas ellas
publicadas por Lumen. En 2006 recibió el Premio Nazionale per la
Traduzione de la República Italiana.
–¿Qué formación tenías cuando empezaste a traducir? ¿Tuvo
algo que ver Umberto Eco, que fue tu maestro en la Universidad de Bolonia en los
años ochenta y tu director de tesis, con tu decisión de dedicarte a la
traducción?
–En realidad yo no me formé en una
Facultad de Traducción. Me titulé en semiótica con Umberto Eco en la Universidad
de Bolonia. El estudio profundo de los mecanismos comunicativos de cualquier
tipo de texto o de sistema semiótico ha sido fundamental para mí labor como
traductora. Yo trabajaba como traductora técnica para mantenerme en los
estudios y un día el profesor Eco me pidió que le diera mi opinión sobre una
traducción. Escribí un informe a la editorial y ahí empezó mi colaboración con
Esther Tusquets, que dirigía la editorial Lumen, y, por supuesto, con Eco, en
calidad de traductora.
–Has dedicado casi exclusivamente tu actividad como traductora a
la traducción de los libros de Eco. ¿Qué significa traducir muchas obras del
mismo autor? ¿Cuál de los libros de Eco ha sido el que te ha costado más
trabajo y por qué? ¿Y cuál es el que te ha dado mayor satisfacción?
–Traducir muchas obras de un mismo
autor, cuando el autor te gusta, es un auténtico placer. Al menos, para mí lo
ha sido. Además, con Eco no te aburres nunca, siempre estás aprendiendo. Supongo
que el libro más complejo fue La isla del
día de antes, traducido en una época pre-internet donde la documentación
requería de muchas horas de trabajo en bibliotecas, pero creo que también por
eso es el que me dio más satisfacción: el olor de los libros antiguos y el
contacto con ese papel son algo que se echa de menos ahora que hay muchísimos
textos ya digitalizados o que, si los necesitas, te los digitalizan con
facilidad y te los mandan por correo electrónico.
–¿Cómo fue tu relación con Eco como alumna y cómo era tu relación
con él como traductora?
–Era un profesor que amaba ser
profesor y su relación con los alumnos era excelente. Siempre tenía el punto de
ironía y la palabra sabia que te guiaban. Y esa relación la tenía también con
sus traductores. Pero siendo la gran persona que era, trabajar con él –porque a
él le gustaba ver cómo crecían sus libros en otras lenguas– siempre te lo
agradecía. Y, por supuesto, apoyaba siempre a los traductores.
–¿Fue Eco para ti también un maestro de vida?
–Sí, Eco fue un maestro de vida. En
la universidad, por su dedicación a la labor docente y por el respeto que
siempre tenía hacia los estudiantes. En nuestra relación autor-traductor, por
su lealtad. En la vida de todos los días, por su integridad y su lucidez.
Helena Lozano Miralles, es una traductora brillante y excepcional.
ResponderEliminarEste blog no publica comentarios anónimos ni de desconocidos. O sea, para decir algo y que sea visto, hay que firmar con nombre y apellido. Es la última vez que subimos algo sin la correspondiente identificación.
Eliminar