lunes, 16 de octubre de 2023

Tres traductores españoles sueltos en Murcia



El pasado 10 de octubre, Manuel Madrid publicó en La Verdad, de España, una nota sobre una mesa redonda que, en la Feria del Libro de Murcia, reunió a los traductores Gonzalo Gómez Montoro, Natalia Carbajosa y Pilar Garrido, en la Feria del Libro de Murcia.

La magia de la traducción

¿Puede la traducción literaria mejorar un texto o empeorarlo? ¿Es la traducción un proceso de cocreación? ¿Es la vida una permanente traducción? ¿Cuáles son los riesgos y placeres de esta profesión? La magia de la traducción literaria fue este lunes protagonista de la mesa redonda "De Ibn Masarra a D.H. Lawrence y T. S. Eliot. La magia de la traducción literaria", en la que participaron dentro de la Feria del Libro de Murcia tres destacados traductores de la Región de Murcia: Natalia Carbajosa, Pilar Garrido y Gonzalo Gómez Montoro.

Podríamos llegar a la medianoche haciéndonos preguntas y tratando de resolver las incógnitas en torno a uno de los oficios más desconocidos dentro de la cadena del libro, el de la traducción, sin el cual el debate en la Feria del Libro de Murcia habría estado «incompleto».

«Vivir de la traducción sólo es muy difícil», asegura Gómez Montoro. «No es una profesión que pueda ser solvente a largo plazo. La mayoría de traductores literarios, incluso en editoriales grandes, suelen compaginar la traducción con la enseñanza o mil actividades precarias, si hacemos mención a la famosa frase de Sergio del Molino sobre la precarización de la creatividad. Pero se está mejorando, aunque no estamos en el nivel de Francia o Alemania. Otra cosa es el respeto al trabajo intelectual, que yo diría que sí persiste un desprecio castizo al trabajo intelectual, que viene de lejos y cuesta vencer».

Según Montoro, sí hay mucho por hacer en la valorización económica del trabajo de los traductores y también para mejorar el conocimiento del oficio dentro del mismo sector editorial. «La traducción literaria es fundamentalmente pasión por la palabra, la satisfacción de tener un texto bien traducido es impagable. Y hay una pasión por compartir, el traductor tiene que ser una persona generosa al compartir». Montoro lamenta a veces que en las reseñas «solo citen al traductor para darle pescozones», si bien cada vez aparecen más citados como coautores.

«Aguas eternas de modernidad en 'La segunda Lady Chatterley'», tituló LA VERDAD en mayo la salida de esta obra en la editorial Funambulista y traducida por el filólogo murciano Gonzalo Gómez Montoro, junto a J. M. Lacruz. Uno de los grandes clásicos de la literatura moderna del inglés D. H. Lawrence (1885-1930), dado a imprenta en un principio como John Tomas y Lady Jane y escrito en la primavera de 1927. Esta segunda versión de las tres que Lawrence escribió de la mundialmente famosa El amante de Lady Chatterley es, a juicio de Montoro, «la mejor», además de que tiene 20.000 palabras más. Y, sobre todo, la más tierna y bucólica. Montoro también ha traducido a Edith Wharton y George Moore en Funambulista. Residió en Francia, donde fue profesor de español. Y es autor de otras traducciones deliciosas publicadas en la editorial albaceteña Chamán: Historia de una tienda, de Amy Levy; y Revolucionario, de Clementina Black. Y también de la traducción al español de Ruth Bader Ginsburg Mis propias palabras, que incluye el homenaje 'Recordando al Magistrado Scalia', ambos magistrados del Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

«No computa como investigación»
«Puedes estar años en grupos de investigación trabajando en un proyecto que resulta que luego no computa para nada, que no sirve ni para promocionar ni para oposiciones. Solo vale lo que llamamos ahora la investigación salami, esto es, sacar un filetito cada poco de un artículo que no lee nadie. Se llama transferencia de conocimiento, pero también es transferencia de conocimiento un libro que todo el mundo puede leer, y no solo un artículo obstuso que se queda por ahí», señala Natalia Carbajosa profesora de Lenguas Modernas de la Universidad Politécnica de Cartagena, escritora y traductora.

«Hay una necesidad de acercarse a la poesía por parte de un público joven», contaba en LA VERDAD este verano, cuando la prolífica estudiosa afincada en Cartagena nos ofrecía, entre otras novedades, las últimas versiones de La tierra baldía de T. S. Eliot y del teatro del genial dramaturgo nacido en Estados Unidos en 1988 y muerto en Londres en 1965. «Al lector le puede surgir la pregunta: si algo está ya traducido, ¿para qué una nueva traducción? Y la respuesta es que el traductor tiene el trabajo asegurado siempre, otra cosa es que cobre por su trabajo. Pero no existe la traducción definitiva, y menos que nada en un clásico. Lo que aporta cada traducción es que traduces de una lengua a otra, y de un tiempo a otro. Igual que Machado decía que la poesía es palabra en el tiempo, la traducción también es palabra en el tiempo».

En estos últimos años Natalia Carbajosa, que traduce del inglés y del alemán fundamentalmente al español, ha estado involucrada en cuatro libros. Destino desconocido: poesía y traducción (Ursa Maior, 2022), donde recoge «impresiones anotadas y publicadas aquí y allá» en las que indaga sobre su quehacer, «tanto desde la teoría (¿se puede traducir poesía?) como desde lo aprendido en los propios autores que la han acompañado a lo largo de los años»; "Canción desde España", poemas en homenaje a Ezra Pound, editado por John Gery y Viorica Patea (Clemson University Press, 2023); la traducción de La tierra baldía (Cátedra, 2022), de T. S. Eliot, edición bilingüe de Viorica Patea con la colaboración de María Teresa Gibert y con traducción de Carbajosa; y Teatro completo de T. S. Eliot (Visor, 2023), en el que Carbajosa tiene como compañeros a los traductores Antonio Ballesteros González, Dídac Llorens Cubedo, Teresa Gilbert, Viorica Patea, Mariángel Soláns García y Fabio L. Vericat.

Carbajosa tiene también una obra muy potente como poeta, una voz difícilmente imitable. Por la traducción de la edición bilingüe de la poeta estadounidense Lorine Niedecker (1903-1970) Y el lugar era agua (León: Eolas Ediciones 2018) fue premiada en el Congreso AEDEAN (Asociación Española de Estudios Angloamericanos). Y por su libro infantil Las aventuras de Perico Pico fue reconocida en 2017 en los Premios del Libro Latino 'Latino Book Awards'en Estados Unidos.

En cuanto a la situación de los profesionales, Carbajosa cree que la inteligencia artificial no va a desplazar a los traductores: «En los textos jurídicos y técnicos, por ejemplo, puede ser, pero en la traducción literaria esperamos que no». «A mí me gusta la sensación de estar en un segundo plano, que sea el autor el que se pelee con la prensa, y más ahora que la escritura ha dejado de ser algo más interior. Porque hay que hacer poco menos que de 'showman', llevando tu libro por todas partes y conceder entrevistas, etcétera. El traductor no tiene que hacer eso, y que no te conozcan mucho tiene ese lado también interesante».

Del árabe al español
Pilar Garrido ha recuperado la Obra completa de uno de los maestros sufíes más citados, Ibn Masarra de Córdoba, cuya traducción y edición crítica bilingüe en español y árabe, con estudio y traducción anotada de la doctora en Filología Árabe por la Universidad de Salamanca y profesora titular del Área de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Murcia. Este volumen ha llegado a las librerías de la mano de la editorial Almuzara. El pensador cordobés, a caballo entre los siglos IX y X, ya desde muy joven destacó como maestro en filosofía y mística, como polígrafo y humanista, y desarrolló buena parte de su obra pedagógica entre continuas acusaciones de herejía.

El estudio de su legado, admirado por otros pensadores como el murciano Ibn Arabi, es una invitación constante a la reflexión: a pensar, a tejer y destejer… Garrido pertenece a varios grupos de investigación i+d+i sobre Al Ándalus, patrimonio inclusivo, pensamiento andalusí y mística sufí y forma parte de proyectos europeos sobre innovación docente e islamofobia. Ha sido coordinadora general del Campus de Excelencia Internacional Mare Nostrum de las Universidades de Murcia y Cartagena. La profesora de la UMU Pilar Garrido recibió este año el premio Elissa Didòn de la UNESCO por su labor científica.

En su caso, que traduce del árabe, Garrido piensa que es importante ir a las fuentes documentales más primarias. «Siempre hay que acudir al texto original», insiste la profesora de la UMU, que lamenta que sea tan complicado hoy encontrar en la profesión, en el mundo de la inmediatez, «personas en el oficio que se dediquen a traducir horas y horas poemarios y crónicas actuales».

«Mi labor como traductora se circunscribe más al mundo del sufismo, más allá de la metafísica y de la interpretación del lenguaje simbólico, y traducir este tipo de textos es un viaje, interior y exterior, de desasosiego, como diría Pessoa, pero también da muchas alegrías. Hay una gratitud que va más allá, que es la aportación que uno va saboreando y que queda ahí. Traducir a Ibn Masarra me ha llevado diez o doce años, y ese viaje a un autor del siglo X, que ha sido la base del pensamiento arábigo-islámico en la península, con todo lo que ha suscitado, de viajes de ida y vuelta al mundo persa, al Oriente Próximo, al mundo turcómano... todo ese trasiego pasaba por obras como estas que iban y volvían».

La profesora de la UMU anota que cuando hay más traducciones sobre un mismo autor «hay también una parte de osadía y otra parte de oficio». Un trabajo de «rigor científico» que debe tenerse en cuenta, según Garrido, sobre todo aporta.

«Traduzco con la responsabilidad de lo que quedará escrito y con la certeza simultánea de la fugacidad de mi trabajo», dice Nuria Barrios, autora de La impostora, un ensayo sobre la traducción en Páginas de Espuma. Estos tres traductores murcianos, Natalia Carbajosa, Pilar Garrido y Antonio Gómez Montoro, no tienen ninguna duda.

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