lunes, 8 de junio de 2020

Op.cit. y un número dedicado a Mirta Rosenberg

Op.cit. se anuncia como una “revista.blog de poesía argentina, hispanoamericana y traducida”. En ella, además de poemas, reseñas y artículos, cada número ofrece un dossier dedicado a algún poeta en particular. El último se ocupa de Mirta Rosenberg (1951-2019), poeta y traductora. De modo que, para despertar la curiosidad de los lectores, ofrecemos un fragmento de entrevista, donde se habla precisamente de traducción.

“Me interesa que se note que es una traducción”

–¿Qué le aporta la traducción a una poeta como usted?
–Traducir te abre la cabeza. Te saca de la idea de que hay que escribir una sola cosa. Además, yo soy de la opinión que puede haber más de una buena traducción de algo. Lo que sí: yo no me pondría a traducir los cuatro cuartetos de T. S. Eliot porque no le voy a ganar a Juan Rodolfo Wilcock. Ya lo sé. Y no le voy a aportar nada a esa traducción.

–Siempre se dice que Borges llevaba las traducciones a su propio estilo, ¿usted qué opina?
–Está bien. Yo no lo hago, pero Borges lo hacía a propósito. Por ejemplo, en Las palmeras salvajes (de William Faulkner) hay, sobre un alambrado, un carancho. Y en Estados Unidos no hay caranchos. El lo hacía ex profeso. Son operaciones culturales. Yo no me hubiera animado –en ese caso– a poner un carancho. O quizás a mí no me hubiera parecido necesario hacer eso; a él sí, era otra época. A mí lo que me interesa que se note es que es una traducción. Borges además tenía esa idea de que como nosotros somos un país periférico, disponemos de toda la literatura universal para hacer lo que queremos con ella.»

Entrevista de Mauro Libertella (clarin.com, 11-06-2016)

Quienes deseen conocer todo el contenido de este número pueden hacerlo en

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